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Carlos García (Hamburg)

Alberto Hidalgo y el premio Nobel. Misivas de Ernesto Daniel Andía a


Gabriela Mistral (1952-1953)

Según las versiones al uso, el poeta peruano Alberto Hidalgo (1897-1967), radi-
cado desde 1919 en Buenos Aires, fue dos veces candidato al premio Nobel de
literatura: en 1957 y en 1967.

Debo confesar que, como todas las referencias halladas sobre el tema me pare-
cieron demasiado imprecisas, dí por sentado que se trataba de una leyenda
echada a rodar por Hidalgo mismo, ya que él fue el promotor de una acción
similar en 1964.1 Sin embargo, encuentro ahora indicios más concretos sobre el
tema, en relación con la que habría sido la primera ocasión.2

Antes de pasar al tema propiamente dicho, es necesario presentar a Ernesto


Daniel Andía, conocido, si acaso, como autor del libro diagnosis de la Poesía y
su arquetipo (1951), redactado en 1948, y retocado poco antes de ir a imprenta
(285).3

El idiosincrático volumen es un alambicado panegírico de la personalidad y la


obra de Hidalgo, a quien Andía estudia y entroniza como arquetipo de poeta.

1 Tal surge de una carta suya a Emilio Pettoruti del 4-I-1964 en García / Greco 2020, 320.
2 En cuanto a la última, dice Álvaro Sarco: “ En marzo de 1967 Hidalgo obtiene un impor-
tante premio pecuniario –en virtud de su obra poética– de parte de la Sociedad Argentina de
Escritores, dentro de un concurso organizado por la Fundación de la Poesía Argentina. En ese
año, también, es nuevamente postulado al Nobel de Literatura por un comité creado por la
municipalidad provincial de Arequipa” (2010/08). La Fundación de la Poesía Argentina había
sido fundada por los poetas Carlos Alberto Débole (muy amigo de Huidobro) y Rubén Vela.
De esta época se conserva en el CeDInCI (Buenos Aires) una carta de Cayetano Córdoba
Iturburu a Débole, excusándose por no poder asistir al homenaje a Hidalgo, a quien elogia sin
reticencias (2-V-1967).
3 Accedí a fines de 2019 a un ejemplar del libro gracias a la generosidad de Martín Greco
(Buenos Aires).

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Acerca de la intimidad alcanzada entre biógrafo y biografiado ilustran no sólo


las numerosas fotos de Hidalgo reproducidas en el volumen (surgidas de 1917
en adelante), sino también una radiografía de su caja torácica (figura 20), un
electrocardiograma (figura 21) y un electroencefalograma del poeta (figura 22),
sobre el que Andía se explaya en el capítulo XVIII.

Hay también reproducciones de un autógrafo de Hidalgo (del poema “Edificio


simplista”), de un busto realizado por Miguel Rapaport y de varios retratos de
Hidalgo, hechos por artistas argentinos: Emilio Pettoruti (dos óleos, uno menos
conocido que “El hombre de la flor en el ojal”), Francisco Palomar, Carlos
Pérez Ruiz, E. Andía, José Bonomi y, sobre todo, peruanos: José Sabogal, Abra-
ham Valdelomar, Mariano Alfonso, Raúl Valencia, Julio Málaga Grenet, En-
rique Bravo, Enrique Lucas, C. Sirgo (dos), Andrés Guevara, NN, Elva Echave
etc.

Según Andía, Hidalgo sólo realizó dos óleos en su vida, para participar en una
muestra de la peña “Signo”, “en la cual tomaron parte solamente escritores que
no habían pintado jamás”. Pedro-Juan Vignale resaltó en El Mundo el valor de
las obras de Hidalgo, a las que absurdamente equiparó “con algunas de los rena-
centistas italianos” (73). Ambas obras son reproducidas en el libro, en blanco y
negro: “Rincón del estudio” y “Paisaje urbano” (figuras 28 y 29).

En el estilo de Andía se advierte la influencia de Hidalgo, el autor de Simplismo


(1925) y del apodíctico Tratado de Poética (1941). Así comienza, por ejemplo,
el capítulo XIX: “Tengo la inteligencia de Hidalgo sobre la mesa de operacio-
nes, lista para trepanarla luego con el ojo electrónico de mi psiquiscopio”,

Andía tuvo también acceso al archivo del poeta, que no sólo cobijaba su propia
obra (incluidos algunos textos inéditos), sino una amplia colección de trabajos

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sobre Hidalgo (lamentablemente, no siempre fechados o con datos completos de


la fuente; véase la Bibliografía adosada al final de García / Greco 2020).4

Si bien todos los pocos trabajos que se ocupan del tema, siempre en passant,
aseguran que Hidalgo fue propuesto en 1957 por primera vez al Nobel, las
huellas más antiguas que encuentro de un proyecto semejantes son muy ante-
riores.

1951

La primera noticia que hallo acerca de las actividades de Andía en relación con
Hidalgo, es una tarjeta remitida al Embajador de Chile en Roma a mediados de
1951:5

[Buenos Aires, 10 de julio de 1951]

[Membrete:] Dr. Ernesto Daniel Andía

Saluda muy atentamente al Excmo. señor Embajador de Chile en Roma y le ruega en-
carecidamente se sirva ordenar que la Embajada haga llegar a su destino el ejemplar del
libro: Diagnosis de la Poesía y su arquetipo, que remitiera hace tres meses a la señora
Gabriela Mistral por ese conducto, y en caso de que se hubiera extraviado, tenga la bon-
dad de hacérselo saber, para entonces repetir el envío, pues tiene particular interés de
que la insigne poetisa lo conozca debidamente.

10-VII-51

Rincón 115; Buenos Aires; Rep. Argentina

(Poco más tarde, y gracias a Andía, Hidalgo recupera el contacto con Juan
Marín; véase la carta que le remite el 23-IX-1951 en García / Greco 2020, 305.)

4 Ignoro dónde se conservan esos testimonios. De la correspondencia de las hermanas de


Hidalgo se desprende que, por deseo de él, se donaron a una biblioteca de Arequipa 3994
libros y ocho retratos suyos, pero nada se dice acerca de cartas, recortes u otros documentos.
Sin entrar en detalles desagradables, dejo constancia de que hubo graves entredichos entre
Elisa (la viuda de Hidalgo) y Carmen y Mercedes (sus hermanas), con la ingerencia de otras
personas, como la poeta y militante Magda Portal.
5Toda la correspondencia de Andía aquí reproducida se conserva en la Biblioteca Nacional
de Chile (Santiago).

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1952

De este año se conserva en la Pennsylvania State University una carta de Andía


al peruano Luis Alberto Sánchez, del 30-XI-1952, acerca de la nominación de
Hidalgo para el premio Nobel, que no he logrado ver.6

A fines de 1952, Andía entabla relación epistolar directa con Gabriela Mistral.
Las tres cartas conservadas se ocupan de la candidatura de Hidalgo al premio
Nobel de literatura, acción promovida con entusiasmo por Andía. Hubo, segu-
ramente muchas cartas suyas a diversas personalidades, pero el caso de Mistral
es especialmente importante: ya que ella había obtenido el premio en 1945, su
recomendación poseía gran relevancia, de ahí la insistencia de Andía.7

[1]

[Carta de EDA a GM, 1 página mecanografiada, con firma autógrafa:]

Buenos Aires, 1° de diciembre de 1952

Señora

Gabriela Mistral

(Nápoles)

Distinguida compañera:

6 Cf. [www.libraries.psu.edu/findingaids/1764es.htm].
7 Por lo demás, algo inusual en el misógino Hidalgo: sentía gran aprecio por la obra de la
poeta ya desde temprano. Al publicar cuatro poemas en La Semana 1, Arequipa, 8-V-1918,
Hidalgo agrega “De mi próximo libro, Las voces de colores, desgloso estos maravillosos
sonetos que, en homenaje de admiración, dedico a Gabriela Mistral”. Le dedicará tambíen,
entre otros, los siguientes artículos: “La poetisa Gabriela Mistral”: La Semana 194, Arequipa,
27-VII-1922. “Gabriela Mistral”: El Hogar 753, Buenos Aires, 21-III-1924; “Los nuevos
valores. Gabriela Mistral”: Suplemento Literario de La Verdad 30, Murcia, 17-VIII-1924, 1.

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Entre hombres de letras, artes y ciencias de América Latina, profesores univer-


sitarios, ateneos, academias e instituciones de cultura de la más alta jerarquía se
está gestando un movimiento de opinión tendiente a solicitar el Premio Nobel
de Literatura para Alberto Hidalgo.8

Encargado por algunos de los iniciadores, en razón de ser su biógrafo (autor de


Diagnosis de la Poesía y su Arquetipo, Editorial El Ateneo, Buenos Aires,
1951, y del cual el año pasado le enviara dos ejemplares a dos diferentes direc-
ciones: Bergallo y Roma) para centralizar en Buenos Aires las tareas relativas a
la obtención de adhesiones a este propósito, me es grato solicitarle se sirva
manifestarme —a la brevedad posible y por vía aérea— si puedo colocar su fir-
ma a pie del documento en que se pedirá la mencionada distinción a la Acade-
mia Sueca.

Aprovechando la feliz oportunidad, me complazco en saludarla muy cordial-


mente

E.D. Andía

Dr. Ernesto Daniel Andía

Rincón 115; Buenos Aires;

Rep. Argentina

...

1953

[2]

8 Ignoro quién pertenecía a ese grupo y quién encargó a Andía ocuparse de ello en Argentina
(colijo que fue el mismo Hidalgo). En una conferencia leida tras la muerte de Hidalgo (el 11-
II-1986, en la ANEA, Lima), Magda Portal aseguró que fue la “Sociedad Argentina de
Escritores” la que promovió la candidatura, pero no aporta ninguna prueba en apoyo de esa
hipótesis. Es, de todos modos, plausible, ya que Carlos Alberto Débole (1915-1990) era
miembro de la Sociedad Argentina de Escritores, de la que fue presidente entre 1984 y 1987.
Portal cita y elogia el libro de Andía.

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[Carta de EDA a GM, 1 página mecanografiada, con firma autógrafa. Biblioteca Nacional de
Chile, Santiago de Chile:]

Buenos Aires, 5 de enero de 1953

GABRIELA MISTRAL

(Vía Tasso 220 - Nápoles-Italia)

Admirada Gabriela!

Recibí su esquela maravillosa por la generosidad derramada en ella. Me hago


cargo de sus andanzas y fatigas que coinciden en parte con las de Hidalgo, que
en estos momentos está en un pueblo del interior en Córdoba reponiéndose de
una grave operación quirúrgica de vientre a consecuencia de un proceso perito-
neal secundario a una apendicitis perforada. Conseguí hablarle por teléfono des-
pués de varias tentativas y al informarle de sus noticias ha revivido como por
milagro. Para él en estas circunstancias su decisión constituye el Premio Nobel
sentimental.

Por suerte, la producción de Hidalgo comprende varios libros en tomos extensos


como el Tratado de Poética, El Universo está cerca, Novelas, entre otros, ade-
más de su caudal de libros de poesía. Para documentarla regresa a Buenos Aires
y por aéreo le remitirá algunos ejemplares. En tanto, le ruego me confirme si en
este mes de Enero, siempre antes de Febrero de 1953, en que vence el término
de presentación a la Academia Sueca, usted pedirá por él, en forma que yo
pueda adelantar esa noticia en el encabezamiento del petitorio global que parte
de aquí antes del 20 de este mes y además si recibió alguno de los dos ejem-
plares de mi Diagnosis de la Poesía y su Arquetipo que le enviara, para en caso
contrario remitirle uno más inmediatamente.9 Por otra parte le informo que

9Un ejemplar llegó a destino. Se conserva en el Museo Gabriela Mistral bajo la signatura 19-
320, y contiene la siguiente dedicatoria de Andía: “A Gabriela Mistral, sobre quien aliento la

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7

nosotros enviamos a Suecia una muestra de las principales obras de Hidalgo


para complementar la documentación pertinente; y me felicito de transferirle el
dato de que la nota correspondiente lleva una cantidad extraordinaria de firmas
de la mayor representación.10

De usted su leal compañero y amigo

E.D. Andía

Dr. Ernesto Daniel Andía

Rincón 115; Buenos Aires;

Rep. Argentina

...

[3]

[Carta de EDA a GM, 1 página mecanografiada, con firma autógrafa. Biblioteca Nacional de
Chile, Santiago de Chile:]

Buenos Aires, 21 de enero de 1953

Gabriela MISTRAL (Nápoles-Italia)

Mi eminente amiga:

Hoy partió de Buenos Aires la nota petitorio del Premio Nobel para Hidalgo
firmada por algunos de los más ilustres escritores de América, a la cabeza de los
cuales aparece su nombre.

esperanza de escribir algún día una obra como esta, contribuyendo así a la ascensión de su
gloria”. Véase aquí la última carta.
10Sería interesante y útil saber qué nombres contenía esa lista. Ignoro si se conservan esos
materiales, que quizá se hallen en algún archivo sueco.

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Me he permitido comunicar a la Academia Sueca, basándome en la tarjeta que


tuvo la generosidad de escribirme, que usted enviará directamente a la misma su
solicitud en favor de Hidalgo.11

De manera que le ruego, si no hubiese inconveniente, que tenga usted la bondad


de materializar su adhesión lo antes posible y por vía aérea a fin de que su soli-
citud pueda llegar a Estocolmo dentro del plazo reglamentario.12

Los organizadores del comité que presido valoramos en toda su importancia la


adhesión que usted ha dado a este movimiento en favor de Hidalgo y creemos
que habrá de ser muy poderosa su repercusión entre los miembros de la Acade-
mia Sueca.

Por todo ello, le quedamos todos —y yo, en particular— sumamente reconoci-


do.

Ambiciono poder escribir pronto sobre su genio de poetisa y de mujer el libro


que reclama su personalidad ejemplar.

Para ello, me harán falta datos que quizás solo usted misma podría proporcio-
narme, ya que no encuentro en las librerías argentinas material bibliográfico
abundante a su respecto.

¿Tendría usted la amabilidad de favorecerme en este sentido?13

Con las dos manos tendidas, su

Andía

Dr. Ernesto Daniel Andía

Rincón 115; Buenos Aires;

11 Entiendo que Mistral no respondió a la carta previa de Andía.


12Si bien tradicionalmente se asevera que Mistral apoyó oficialmente la candidatura de
Hidalgo, no encuentro documento alguno que lo demuestre.
13 Hasta donde alcanzo a ver, Andía no publicó nada sobre Gabriela Mistral.

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Rep. Argentina

...

1973

“Cuatro poemas”: Homenaje vivo a Alberto Hidalgo: [Cuatro poemas] Del libro
Fuego por todas partes (inédito, 1967) [dados por la Sra. Elisa Dearma, Vda. de
Hidalgo]: La Hoja Comunicante 3, Buenos Aires, 1973.14

La revista estaba dirigida por Néstor Alberto Sofía y Pablo Mantelli. El ho-
menaje a Hidalgo se realizó en la Galería Meridiana, dirigida por el poeta A.
Piazza. Entre los invitados figuran Francisco Tomat Guido, Carlos Alberto
Débolo, Luis Franco, Gyula Kosice, Libero Badíi, Inés Malinow, Dr. Legui-
zamón Martínez, Dr. Enrique Andía, Roberto Juarroz, Vicente Forte, Córdoba
Iturburu, Dr. Ramón Melgar, Hamlet Lima Quintana, y otras personalidades de
la cultura nacional, así como la Embajada del Perú en la República Argentina.

Este es el último documento que hallo acerca de la relación entre Andía e Hi-
dalgo.

En cuanto a Andía, tuvo desde joven inclinaciones literarias, a pesar de ser psi-
quiatra de profesión. En La Literatura Argentina 12 (Buenos Aires, agosto de
1929, 37) apareció esta reseña anónima de un volumen de cuentos suyo:15

Luces y sombras, de Ernesto Daniel Andía.— El doctor Manuel María Oliver presenta
al autor de Luces y sombras (relato de un practicante interno del hospicio de las fan-
tasías), con estas palabras: “Quien los ha tratado posee, además de un comportamiento
de artista, un don de psicólogo, una habilidad de disector y una aptitud imaginativa
indiscutibles. Hay en su pluma la tragedia de Hoffman, la tiniebla de Poe, la bruma de

14 En la revista electrónica Letralia 169, Cagua (Venezuela), 6-VIII-2007, se menciona lo


siguiente: “El pasado 18 de julio la sobrina directa del reconocido escritor y poeta peruano
Alberto Hidalgo, Marta Dearma, donó una amplia colección de libros a la Embajada del Perú
en Argentina. Entre los textos más importantes de la colección sobresalen Cartas al Perú,
Persona a persona, Poesía de cámara y Su Excelencia el buey”.
15 Se conserva un ejemplar con dedicatoria del autor en la Biblioteca de la Academia Argen-
tina de Letras (Buenos Aires), deteriorado y sin portada.

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los noveladores del Norte de Europa, que nos pintan las almas en tormenta y los
corazones a los que el destino ha resecado hasta en su último zumo de lágrimas. Creo
en el éxito de Andía; lo creo y lo afirmo.

Con la auspiciosa venia del prologuista, uno se decide a emprender la lectura. Apresu-
rémonos a declarar que luego de iniciada no se la abandona hasta llegar al macabro ex-
libris de la contratapa, dibujado, como la carátula, por el propio autor.

Andía podrá llegar a ser un buen cuentista, lo que es mucho decir, pero en justicia, tiene
el rico tesoro de la imaginación. Acaso le falte aún el hábito de prodigarlo con buen
gusto.

De entre las alucinante historias que integran el libro, merece destacarse “El cadáver
del delito” por la pulcritud de sus imágenes y la hondura del tema.

“El caso extraño del doctor Poincaré” no es una novedad ni en la literatura ni en el


teatro, pero Andía ha sabido presentarlo. Lástima que haya acentuado ciertos detalles,
en procura de un falso afectismo. Para crear un personaje dramático no es necesario
hacerle masticar los ojos de otro, y si en realidad un loco lo hizo, no era necesario con-
tarlo…

Pero estas sutiles observaciones de ningún modo atenúan el elogio que tributamos a
Ernesto Daniel Andía, compartiendo el juicio de Manuel María Oliver.

No he visto ni este ni los demás libros de Andía registrados en la bibliografía,


descontando el que dedicó a Hidalgo. En cuanto a este, véase la reseña publi-
cada por G. Humberto Mata en Ecuador:16

Diagnosis de la poesía y su arquetipo

Por el Dr. Ernesto Daniel Andía

[Boletín Bibliográfico 16, Cuenca, 19-VII-1951, 4]

Con una dedicatoria que no la merezco “A don G. Humberto Mata, Poeta del tamaño de
los tiempos, con un abrazo”, me llega desde Buenos Aires esta obra de Andía.

16G. Humberto Mata (1904-1988), escritor ecuatoriano. Sobre él, véase Margaret Hamilton
Dickson: G. Humberto Mata. Su sitial en la novela indianista del Ecuador. Cuenca: Talleres
Gráficos de la Universidad, 1963.

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Dejando de lado el cumplido y con sencilla veracidad digo que, por fin, se ha realizado
la más absoluta y cabal labor sobre la función cerebral de un poeta. Entusiasmo por el
personaje, profundidad de conocimientos, penetración de la obra del Poeta consubstan-
ciado con el autor, altura de miras, y consecuencia para consigo mismo hacen las
características del libro del Dr. Andía quien ha tenido que crearse un lenguaje especial
para ponerse en igualdad de talla con su protagonista. Estudio científico y poético,
somático y psíquico, el de esta obra en la que se avalora, se investiga y se revisa el
nervosismo de un alma en trance de creación de Poesía. Para dar con la exacta diagno-
sis de la Poesía, el autor ha recurrido fuera del detallado, substancioso y medular
estudio de la poética de su protagonista, a la radiografía torácica y a varios electrocar-
diogramas del poeta; así, afirmando en esas bases, puede precisar, con toda su luminosa
justeza, esa maravilla de genio poético, esa exactitud de idioma creador y esa potente
síntesis de órbita de cosas bellas y cósmicas que encierra la obra de ALBERTO HI-
DALGO, el arquetipo de la poesía.

Las biografías resultan mejores mientras más destacado es el biografiado... al saberlas


realizar. Andía, con su talento y su facultad onírica de adivinar el impulso generador
del vate, y siendo el auscultado un Gran Poeta, tenía que lograr una obra como esta en
la que se aúnan la interpretación ingeniosa con el desconcertante hallazgo anímico más
patente de verdad y de sabiduría. Andía, muchas veces, se apoya en el libro-radiografía
de José Muñoz Cota, Construcción de Alberto Hidalgo,17 y, juntos estos dos poetas,
consiguen darnos el más desconcertante y más verídico espectro poético de Alberto
Hidalgo. Para mí Hidalgo ha sido, desde su primer verso que leí, mi Poeta preferido.
Dispone de una manera tan trascendental y precisa de hacerle ver a uno los elementos
motrices de su alma; posee su inspiración una trayectoria secreta y cautivante; capta su
lenguaje poético la dimensión más entrañable del corazón; y su Poesía, mejor dicho la
Poesía —porque es total y única, sin existencia anterior, no importa espacio ni tiem-
po— creada por él se establece como Oriente y como Sol para cimentación, que, para
los que hemos sabido comprender su mensaje en clave, constituye el Poeta más poeta
de este lado indio americano del mundo. Poetillas de estos trigos de plagiarios y de
impedidos creadores, versolaris de ocasión titiritera y de colorinches detonantes, no
comprendieron la anchurosidad del caudal poético mirífico de Edad del corazón. Para

17José Muñoz Cota: Construcción de Alberto Hidalgo. Asunción: Editorial Firmamento,


1947.

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mí fue un contento y un orgullo. Preservaba a Hidalgo de la apreciación del filisteo


metido a subastador de perifollos perfumados, y orgullo porque yo tenía un atisbo, no
más, del camino que conduce hacia Hidalgo, este genuino creador de la belleza poética
de todos los tiempos.

Y bien por Alberto Hidalgo que ha sabido crear también a este médico-poeta-crítico
que ha dado con el secreto para introducirse en el historial psicológico de la creación
lírica más pura.

No hallo otros documentos importantes en relación con el presente tema.

[Hamburg, 4-VI-2021 / 30-VII-2021]

Bibliografía

[No he logrado completar los datos bibliográficos marcados con el signo “+++”.]

Andía, Ernesto Daniel (1929): Luces y sombras. Relatos de un practicante interno del Hos-
picio de las Fantasías. Buenos Aires, 1929.

Andía, Ernesto Daniel (1944): Andanzas de un alienista. Buenos Aires: El Ateneo, 1944.

Andía, Ernesto Daniel (1944): Clínica psiquiátrica. Buenos Aires: Aniceto López, 1944.

Andía, Ernesto Daniel (1946): Líquido cefalo-raquídeo. Buenos Aires: El Ateneo, 1946.

Andía, Ernesto Daniel (1947): Fantasías del pensamiento médico. Buenos Aires: El Eteneo,
1947.

Andía, Ernesto Daniel (1948): Técnica del informe médico legal psiquiátrico. Buenos Aires:
El Eteneo, 1948.

Andía, Ernesto Daniel (1953): “[...]”: Poesía de América 5, México, enero-febrero de 1953
(Editorial Cultura, Director: Honorato Ignacio Magaloni. Colaboran: Ernesto Daniel An-
día, César Tiempo, Jorge Gaitán Durán, Raquel Jodorowsky, Claribel Alegría, Claudia
Lars, Hugo Lindo).

Andía, Ernesto Daniel (1977): Cuando el médico es el enfermo. Buenos Aires: Plus Ultra,
1977.

Andía, Ernesto Daniel (+++): Plexos coroideos de los ventrículos laterales. +++

Andía, Ernesto Daniel (+++): En el país de los héroes. Buenos Aires: El Ateneo, +++.

Andía, Ernesto Daniel (+++): Redescubrimiento del espacio, +++

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13

García, Carlos, ed: Alberto Hidalgo: España no existe. Madrid / Frankfurt am Main: Iberoa-
mericana / Vervuert, 2007, con varios ensayos de CG.

García, Carlos / Greco, Martín: Alberto Hidalgo en la vanguardia argentina. Córdoba: Uni-
versidad Nacional de Córdoba, 2020 (eBook).

Hidalgo, Alberto: Edad del corazón. Buenos Aires: Edición del Teatro del Pueblo, 1940, 57
páginas.

Sarco, Álvaro (2010/08): “Alberto Hidalgo como cuentista”: [http://alvarosarco.blog-


spot.com/2010/08/alberto-hidalgo-como-cuentista.html], Lima, 15-VIII-2010.

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