Las etapas del cambio

- Trabajo Remoto Nivel 2 -

Cuando hay un cambio, necesitamos dejar ir lo viejo y en mayor o menor medida tenemos
una sensación de pérdida. Es importante que podamos reconocerla para aceptar las nuevas
circunstancias.

Para entender cómo se presenta la resistencia a lo largo de un proceso de cambio,

debemos conocer las etapas.

1. NEGACIÓN: no nos gusta que las cosas cambien, aunque digamos lo contrario. Es
por eso que es común que siempre tratemos que las cosas vuelvan a la normalidad.
2. ENOJO Y CULPA: una vez que se asume que las cosas no pueden volver a ser como
antes, nos enojamos debido a las dificultades que implica un proceso de adaptación
y probablemente tratemos de señalar a los culpables del cambio.
3. NEGOCIACIÓN: comenzamos a tener un balanceo por parte de los receptores del
cambio. Es decir, se consideran los beneficios y se contraponen ante los retos que el
proceso conlleva.

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 4. DEPRESIÓN Y CONFUSIÓN: este es el momento en el que empezamos a extrañar lo
que estaba antes y se manifestará en la inseguridad respecto a si las metas del
cambio realmente valen la pena.
5. ACEPTACIÓN: cuando se supera la caída en la curva es cuando por fin podemos
hablar de un período de aceptación. Esta fase no implica la plena y total asimilación
del cambio. La aceptación significa asumir las nuevas circunstancias y estar
dispuesto a vivir con ellas.

¿Por qué sentimos el cambio como una potencial amenaza?

Si bien es cierto que muchas personas se adaptan rápidamente a los cambios, muchos viven
estos momentos de incertidumbre con aprehensión. El cambio es una oportunidad
maravillosa para aprender, crecer, potenciar, repensar, etc. Pero requiere poder aceptar un
monto de incertidumbre, de falta de reglas y rutinas, es por ello que quienes necesitan
estructuras sólidas y predecibles se resisten con mayor intensidad y durante más tiempo.

Algunas razones que explican por qué podemos ver al CAMBIO como una amenaza:

1. La relación personal histórica con ese cambio en particular o con el cambio en

general: Existen diferencias en la tolerancia general de las personas al cambio.
Algunos disfrutan el cambio porque les proporciona una oportunidad de aprender
cosas nuevas, y crecer personal y profesionalmente. Otros aborrecen el cambio
porque prefieren una rutina establecida. Estas son las personas que ven el cambio
con sospecha y tienden a resistirse.
2. Miedo a la pérdida o la dificultad: A lo largo de los siglos, los humanos han vivido
en estrechas comunidades. El miedo a la pérdida crea inseguridad.
3. Miedo a lo desconocido: Las personas solo se adentrarán con seguridad en lo
desconocido si realmente creen, y tal vez, más importante, sienten que los riesgos
de quedarse en el lugar son mayores que los de moverse en una nueva dirección.
4. Falta de un plan: Es normal para nosotros querer estar preparados y pretender
tener un plan que cree una sensación de seguridad. Pero como ya vimos, el cambio
no se puede planificar. Es imprevisible.
5. Sensación de desestabilización: Algunas personas sienten que los cambios les son
impuestos solo para molestarlos, y pueden pensar, por ejemplo, que son cambios
que los encaminan al fracaso, pudiendo ver únicamente lo malo y negativo de ese
cambio.
6. Ignorancia: A veces no sabemos lo que no sabemos. El desconocimiento nos genera
inestabilidad.

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 7. Personalidad: Algunos factores de la personalidad, por ejemplo el neuroticismo,
hacen que algunas personas tiendan a la preocupación, estén de mal humor o
ansiosos. Otros factores nos facilitan la incorporación del cambio (por ejemplo, la
apertura a la experiencia).
8. Valores: Las investigaciones sobre el cambio y las diferencias individuales muestran
que si los valores de seguridad son más importantes para usted que los valores
sociales, es más probable que vea el cambio como una amenaza.

Datos científicos: Grant y Rothbard (2013) exploran la interacción entre los valores
personales y el comportamiento proactivo de un individuo en escenarios ambiguos de
trabajo (es decir, durante el cambio). Encontraron que aquellos que exhibían altos niveles
de "preocupación pro social" (una preocupación por la protección de otros) mostraban
comportamientos de alto nivel adaptativo y proactivo. Aquellos con altos niveles de valores
de la seguridad (una preocupación por la propia protección y seguridad) exhibieron el
comportamiento menos proactivo. Esto es importante, ya que el deseo de protegerse a uno
mismo de una amenaza percibida en el cambio, en realidad resulta en el despliegue de
comportamientos completamente ineficientes, durante el cambio.

Estrategias para encarar el cambio y adaptarse:

➔ Buscar información sobre el hecho. Estar informados sobre lo que está pasando.
➔ Definir un objetivo SMART (es decir, que sea: específico, medible, alcanzable,
relevante y temporal) que mantenga la motivación.
➔ Determinar cuáles son las principales dificultades que voy a enfrentar y prepararse
con los recursos necesarios.
➔ Buscar interactuar con personas que están de acuerdo con el cambio y puedan
contagiarnos su entusiasmo en relación al mismo.
➔ Diagramar un plan, que contemple las estrategias a utilizar en este proceso.
➔ Identificar mis fortalezas, tanto físicas como mentales, para utilizarlas a mi favor y
favorecer el cambio.
➔ Reconocer qué valores tenemos, estos son clave en nuestra historia. Los valores e
ideales son parte del cambio.
➔ Desarrollar tu visión personal, esta se nutre de los valores, creencias e ideales que
tenemos.

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