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1. Falta de confianza
Una de las razones de la resistencia al cambio es la falta de confianza en el equipo de liderazgo o en la empresa
en su conjunto. La falta de confianza puede tener implicaciones para la rotación, así como para que los
empleados den a los líderes el beneficio de la duda cuando surgen problemas.
Los empleados que se resisten a una iniciativa de cambio a menudo responden más a la persona en la posición
de liderazgo que al cambio en sí. Esto ocurre si quienes ocupan posiciones de liderazgo aún no se han ganado la
confianza de los empleados, como cuando hay un nuevo líder dentro de la organización. También puede surgir
como resultado de experiencias previas que han hecho que los empleados desconfíen del liderazgo.
La desconfianza en la organización en su conjunto también puede ocurrir si los empleados sienten que su
organización no hace lo que dicen que harán, cambia con demasiada frecuencia o los empleados en general no
se sienten valorados. Las empresas mejor valoradas y financieramente exitosas son aquellas que cuentan con la
confianza de sus empleados.
2. Mala comunicación
La falta de comunicación puede tener un gran impacto incluso en los cambios organizativos mejor pensados y
planificados. Es importante cultivar una cultura de transparencia siempre que sea posible y compartir
información con la mayor frecuencia posible con los empleados, especialmente cuando se trata de navegar por
un cambio. Sin ella, los empleados pueden ponerse a la defensiva, carecer de confianza en el liderazgo y no
tener el tiempo adecuado para procesar la información, lo que conduce a un mayor rechazo.
Si los empleados no reciben información de manera oportuna, especialmente en el acelerado mundo de las
redes sociales, la desinformación y el descontento pueden propagarse rápidamente a través de la fuerza laboral.
3. Respuesta emocional
Las emociones son parte de cualquier organización y de quienes se emplean en ellas. Ignorar o evitar las
emociones no hace que desaparezcan. De hecho, es seguro que saldrán a la superficie de otras formas (a
menudo confusas o abrumadoras) si no se abordan de forma proactiva.
Las respuestas emocionales comunes al cambio son el miedo, la incertidumbre y la preocupación. Es posible que
los empleados no puedan expresar cómo se sienten. O puede que no quieran decírselo a los líderes. Pero
tenemos la sensación de que las emociones más negativas pueden verse a través de los comentarios que hacen
o las señales no verbales. Estos signos de resistencia pueden incluir poner los ojos en blanco o desconectarse de
las conversaciones.
4. Miedo al fracaso
El cambio puede provocar el temor de que no tenga éxito o de que las personas involucradas fracasen
personalmente como resultado de los cambios que se realizaron. A los empleados a menudo les preocupa que
esto afecte negativamente a sus evaluaciones de desempeño, su seguridad laboral e incluso tenga implicaciones
para el salario. A su vez, esto puede conducir a peores resultados en el trabajo, tanto en la producción como en
la calidad del trabajo que se está realizando.
Nuestras mentes son increíblemente adaptativas, pero el cerebro de un individuo puede tener dificultades para
concentrarse si el miedo al fracaso es una preocupación. Esto se debe a que, mientras que algunas partes del
cerebro se involucran activamente con la nueva información, otras partes de la mente se apagan. El miedo tiene
implicaciones tanto físicas como mentales.
5. Sorpresas
A algunas personas les gusta que las sorprendan, pero a muchas no, especialmente cuando se trata de trabajo.
Quieren previsibilidad, incluida la capacidad de programar su tiempo en consecuencia. Hay una ley natural que
explica esto llamada homeostasis. Es el concepto de que hay un impulso para llegar a un lugar neutral o estable.
La implementación del cambio puede alterar esta homeostasis potencial, haciendo que salten las alarmas.
La mayoría de los empleados tienen familias y responsabilidades fuera del trabajo que tienen que gestionar
además de sus trabajos. ¿Cómo impactará este cambio en sus vidas tanto en el trabajo como fuera de él? ¿Son
manejables los plazos o los plazos para el cambio? ¿Requiere un nuevo conjunto de habilidades? ¿Están en
peligro de perder su trabajo?
6. Cambio constante
A veces, las organizaciones pueden pasar por alto la necesidad de espaciar varios cambios. Si cambias
constantemente de programas, liderazgo o sistemas, es menos probable que los empleados se adapten
completamente y acepten los cambios futuros. Además, en un estudio que analizó la gestión del cambio en las
organizaciones, los empleados que estaban pasando por cambios actualmente o en el año anterior tenían más
probabilidades de sentirse estresados, tener menos confianza en sus líderes sénior, planeaban encontrar nuevos
trabajos y reportaron más problemas de salud. El momento de los cambios es importante para minimizar la
resistencia a ellos.
6 consejos para minimizar la resistencia al cambio
Ahora que hemos visto algunas de las razones por las que las personas se resisten al cambio, profundicemos en
algunas de las formas de superar la resistencia al cambio y cómo implementar el cambio con éxito.
Reuniendo todo
El cambio puede ser difícil tanto para los empleados como para los empleadores, pero con un poco de
planificación y anticipación, se puede gestionar de manera efectiva. Mantener la comunicación fluida hacia y
desde el liderazgo, así como asegurarse de que las empresas escuchen a los empleados y sus preocupaciones,
puede ayudar a sortear cualquier resistencia al cambio que pueda surgir en el camino.
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