El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española
define a la simulación como la “alteración aparente de la causa, la índole o el objeto verdadero de un acto o contrato”. Asimismo, señala que simular es “ representar una cosa, fingiendo o imitando lo que no es”. El tratadista SANTOS explica que “la simulación viene a ser una engañosa declaración y un vicio propio de los actos o negocios jurídicos, al dejar a un lado la buena fe, identificada con la expresión de verdad, conducta leal y exteriorización de lo realmente querido. La apariencia lo destacable de la simulación, pero hay que distinguir varios modos de la apariencia jurídica”. En general, simular es representar o pretender hacer lo que no es, hacer caer en engaño a los demás”. También distingue la simulación de la reserva mental a la que considera exclusiva del declarante, sin consentimiento de la declaración. El acto jurídico simulado es aquel que, por concierto de las partes, tiene una apariencia distinta de la que realmente le corresponde. Es decir, existe en ambos sujetos el propósito de presentar el acto jurídico como real, a pesar de que no existe el acto jurídico o es distinto del que se aparenta realizar; se trata, pues, de una ficción para engañar a terceros.
El negocio simulado es el que tiene una apariencia contraria a la
realidad, o porque no existe en lo absoluto o porque es distinto de como aparece. ELEMENTOS DE LA SIMULACIÓN. ◦Que haya una disconformidad entre la declaración y la voluntad.
◦Que esa disconformidad sea el resultado del concierto de
las partes del acto jurídico.
◦Que el propósito sea el engaño.
Caracteriza a la simulación la divergencia entre la declaración y la voluntad. Una es la manifestación del acto aparente y otra es la voluntad del acto encubierto. Existe siempre disconformidad entre la manifestación de la voluntad, que expresa un acto jurídico aparente, y la voluntad real, que puede ser la de no realizar acto jurídico alguno o realizar el acto jurídico diferente del declarado. Se dice que en el acto simulado hay una divergencia intencional entre la declaración y la voluntad; por un lado existe un acto disimulado que es auténtico y, por otro, existe un acto simulado que no es real; pero en ambos actos jurídicos coincide la voluntad de las partes en celebrar realmente el acto disimulado y aparentar otro acto. CLASES DE SIMULACIÓN ◦ SIMULACIÓN ABSOLUTA
◦ Cuando se aparenta la celebración de un acto jurídico sin que exista
ninguno otro encubierto. Las partes conciertan para declarar un acto jurídico que no han celebrado y que tampoco encubre otro que hayan querido. Se trata de un acto calificado de inexistente, porque carece de una verdadera manifestación de voluntad; se trata del concierto para el engaño total: se aparenta un acto jurídico que en realidad no se ha celebrado. ◦ V.gr.: La venta en apariencia de los bienes del deudor, sin que realmente se realice esa venta, ni se transmita la propiedad de los bienes al supuesto comprador. SIMULACIÓN RELATIVA La simulación es relativa cuando, tras el acto jurídico aparente, se encubre un acto realmente realizado. Las partes han expresado sus dos intenciones, la intención real de realizar un acto jurídico al que se le ha dado apariencia de otro, en el que se expresa la intención ficticia. Existen dos actos: uno simulado y el otro disimulado, el acto simulado es el acto que aparenta ser un acto concluido por las partes y el acto disimulado es el acto que ha quedado encubierto por el acto simulado, el acto realmente querido por las personas. V.gr.: Cuando se celebra una compraventa que se disfraza de donación, el acto simulado es la donación y el acto disimulado es la compraventa. SIMULACIÓN RELATIVA CON INTERPÓSITA PERSONA
Se presenta cuando existe una tercera persona distinta de
aquélla sobre la que habrán de recaer los efectos definitivos del negocio. Esta tercera persona aparenta asumir con carácter definitivo derechos y obligaciones a su nombre, cuando en realidad pertenecen o habrán de pertenecer a un tercero oculto. Uno de los polos de la relación jurídica no es aquella con la que verdaderamente se ha querido que recaigan los efectos del negocio en cuestión. Se parte de la premisa -claro está- que la otra parte conoce la ficción; si la desconociera, no se estaría ante una simulación. ACCIÓN JUDICIAL CONTRA LA SIMULACIÓN Bajo el concepto genérico de nulidad de acto simulado, regula el artículo 193° del Código Civil dos supuestos diferentes:
▪ Declaración de nulidad del negocio absolutamente simulado, que
pueden instar no solamente las partes y terceros directamente perjudicados, sino también todo aquel que tenga interés. ▪ Las mismas personas citadas pueden pedir la declaración de nulidad absoluta del negocio disimulado (oculto) carente de los requisitos esenciales, de formalidad o aquejado por otra causal de nulidad. ▪ La acción de nulidad (inciso 1° del artículo 2001°) prescribe a los 10 años y la acción de anulabilidad a los 2 años. EFICACIA DE LA SIMULACIÓN.
◦ Los terceros que sean acreedores del enajenante pueden
demandar la nulidad si aprecian simulación absoluta y consideran que pierden seguridad de cobrar el crédito a cargo del enajenante. ◦ Los acreedores del adquiriente presumen la validez de la adquisición y pueden embargar el bien materia de transferencia. ◦ Un tercero puede a su vez subadquirir el bien o el derecho, actuando de buena o mala fe, onerosa o gratuitamente. ◦ Ni las partes en el negocio absolutamente simulado ni los acreedores o cesionarios de ninguna de ellas, aunque sean perjudicados, pueden impugnar la traslación de derechos que efectúe el adquiriente simulado a favor de un tercero de buena fe que abone el justo precio por la adquisición. ◦ Para el tercero adquiriente de buena fe a título oneroso, el contrato simulado se tiene como válido aunque se declare nulo. ◦ La simulación no puede oponerla el enajenante al adquiriente fingido, ni los acreedores de este último contra los causahabientes de tal enajenante o sus herederos. ◦Los acreedores del adquiriente fingido pueden embargar el bien falsamente enajenado ya que no conocían ni podían conocer de la simulación. ◦La simulación sí puede oponerse a los acreedores del adquiriente, si la simulación ya hubiera sido demanda por el enajenante o sus acreedores.