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El Psicoanálisis en el Hospital
No todo psicoanálisis
La suposición de que todo es abordable por medio del análisis ha llevado algunas
veces a los analistas a la infatuación, y a exacerbar los antagonismos y a desconocer el
marco institucional y la especificidad de otras prácticas. Esto ha alentado los mecanismos
que llevan a su expulsión o, ridiculización.
Es entonces desde esta dimensión de “no todo psicoanálisis”, que será posible
recortar, en algunos casos, un espacio diferenciado para la oferta psicoanalítica, con todo el
rigor que ésta requiere y en el que la práctica toma todo su valor.
El psicoanálisis surge en el límite de la medicina, no en su reemplazo y es un hecho
en los hospitales (en las guardias por ejemplos), que los médicos llaman, en su límite, al
analista. También el analista llama en su limite al medico o al psiquiatra. No se trata, de
convertir la acción del discurso analítico en un espacio de enfrentamiento y ataque a la
institución que a poco conduciría y que alentaría la exclusión de los psicoanalistas. Se trata
de ver hasta que punto es posible crear un espacio para que opera el dispositivo analítico,
que sostenga otra ética, la ética del psicoanálisis y que de lugar al despliegue de la
subjetividad del que consulta.
Tiempo y Dinero
Es en torno a las normativas de tiempo y dinero que encontramos las condiciones
estructurales que dan lugar a condiciones específicas y a la mayor cantidad de
controversias.
El modo que en dichas normas intervienen afecta de un modo diferente la iniciación de un
análisis, su posibilidad de ser continuado y de ser concluido. Es en función del límite
temporal impuesto por las instituciones que surgieron las terapias de objetivos limitados,
abordables en el tiempo institucional.
Un proyecto hospitalario, si bien ni aseguran el fin de análisis, permite poner en
movimiento un trabajo del inconciente y quizás producir ciertas modificaciones subjetivas
cuyo valor habrá que verificar en casa caso.
Por otra parte, si bien es cierto que el límite del tiempo definido por criterios institucionales
resulta ajeno a la singularidad del caso, se pensó muchas veces que tal límite de tiempo,
como efecto de coordenadas simbólicas en que se inscribe la práctica institucional,
introduce un real, anticipa un efecto de castración, un tope con el cual vérselas,que si es
adecuadamente trabajado puede operar analíticamente.
También el dinero introduce un punto problemático. Desde algunas posiciones se
sostiene la imposibilidad del análisis en el hospital a partir de su gratuidad. No hay, se
afirma, psicoanálisis sin pago. Sin embargo, es necesario diferenciar el pago como sesión
de goce, condición necesaria de un análisis, de la materialización de ese pago en dinero.
Es importante en cada caso tener en cuenta las causas que llevan a un sujeto a
solicitar un tratamiento gratuito. También es importante tener en cuenta que los
tratamientos privados también ponen en juego el problema del dinero: hay casos en que los
analizantes no son quienes directamente pagan el tratamiento (niños, adultos que no
trabajan); hay otros en que el pago en dinero no asegura que haya sesión de goce ni que se
produzca un trabajo analítico.