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INGER GONZALEZ vs PROAVE

Indemnización por Accidente de Trabajo

CIUDADANO(a)
JUEZ DE PRIMERA INSTANCIA DE SUSTANCIACIÓN, MEDIACIÓN Y EJECUCIÓN DEL
CIRCUITO JUDICIAL LABORAL DEL ESTADO ZULIA.
SU DESPACHO.-

Yo, INGER ALBERTO GONZALEZ, venezolano, mayor de edad, de estado civil soltero,
provisto con cédula de identidad No. 15.061.870 y domiciliado en esta Ciudad y Municipio
Maracaibo del Estado Zulia, asistido por el abogado en ejercicio CARLOS ROMERO HABIB,
venezolano, mayor de edad, provisto de la cédula de identidad N° 7.763.653 inscrito en el
Inpreabogado bajo matricula No. 145.678, con la venia de estilo y con el debido respeto ante
usted ocurro para exponer:

CAPITULO I
LOS HECHOS

En fecha 04 de Febrero de 2013 comencé relación laboral a la orden de la Empresa


PRODUCTORES AVICOLAS ZULIA C.A. (PROAVE), quien a los efectos de esta demanda se
denominará LA ENTIDAD DE TRABAJO.

La ENTIDAD DE TRABAJO me contrató para prestar servicios como AYUDANTE


GENERAL en el área de despresado, cuya labor consistía en despresar, acomodar y trasladar
productos avícolas dentro de las áreas destinadas a tal fin, destinando la producción de dicha
entidad de trabajo para el consumo masivo, en un horario comprendido de 7.30 am a 11.30
am y de 12:30 m a 4:30 pm de Lunes a Viernes, devengando un último salario básico de Bs.F
174.20, labores que requerían de gran esfuerzo físico.

El día 05 de Junio de 2013, siendo las 09:20 am, me trasladaba cargando una carretilla
con Cuatro (04) columnas de Cestas Plásticas con bandejas de muslos de pollo desde el área
de despresado hasta el túnel de congelamiento, a los fines de almacenar dichas cestas. Luego
de almacenar la primera Cesta para recoger la próxima, me resbalé, cayendo sentado con
fuerte dolor en la región de la cintura.

Inmediatamente fui trasladado a la CLINICA SIERRA MAESTRA, ubicada en la Avenida


Unión Esquina Ave. 8 Sector Sierra Maestra del Municipio San Francisco del Estado Zulia,
donde me suministraron el siguiente tratamiento: a) terapia de choque con infiltración en la
región Lumbo Sacra de esteroides con medicamento denominado BETAGEN SOLSPEN,
asimismo se me indicó tratamiento por cinco (05) días continuos para aminorar los dolores
por presentar contusión lumbo sacra. Dichos medicamentos fueron prescritos por el médico
Gustavo Díaz, en su condición de Traumatólogo y Ortopedista los cuales eran ZALDIAR en
Tabletas con suministro de cada Ocho (08) horas con efecto analgésico, IBUCOLVAR de 400
mg de efecto antiinflamatorio con suministro de cada Ocho (08) horas y TRAFLAN en Gel, con
aplicación de este último cada Doce (12) horas en la región de impacto.
En virtud del accidente sufrido, acudí por ante Instituto Nacional de Prevención, Salud
y Seguridad Laboral (INPSASEL) en cuyo expediente N° ZUL-47-IA-13-0534, HISTORIA
MEDICA ZUL-2013-0140 se certificó clínicamente mediante informe la existencia de:
1-. TRAUMATISMO DE COLUMNA LUMBAR.
2-. LESIÓN RADICULAR MOTORA L5-S1
Que ocasionan DISCAPACIDAD PARCIAL Y PERMANENTE para el Trabajo Habitual
con limitaciones para el desarrollo de actividades que ameriten movimientos repetitivos de:
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Flexo-Extensión y Rotación constantes del eje vertebral


De miembros inferiores
Manejo de cargas y adopción de posturas forzadas y esfuerzos físicos
exagerados.
Dicho informe se me notificó mediante oficio N° DIRESAT USDZ-0219-2014 de fecha
20 de Marzo de 2014 emanado de la Dirección Estadal del Instituto Nacional de Prevención,
Salud y Seguridad Laboral (INPSASEL) una vez sustanciado el Procedimiento Administrativo
que dio lugar a la expedición de la referida Providencia Administrativa que dictaminó la
incapacidad expuesta.

Así las cosas ciudadano Juez, desde la fecha de la ocurrencia del Infortunio Laboral fui
suspendido de mis labores hasta que en fecha 30 de Octubre de Dos Mil Catorce (2014),
presenté formal renuncia a mis labores habituales con la referida empresa, procediendo la
misma a liquidarme en fecha 17 de Octubre de 2014 mediante la recepción que por concepto
de prestaciones sociales y demás conceptos laborales era acreedor, más no así las
indemnizaciones que por ley me corresponden en vista del accidente que fui objeto.

Destaco que he efectuado múltiples gestiones para volver a trabajar, pero ninguna
empresa quiere contratarme, ya que al hacerme el examen médico pre-ingreso, obviamente
resulto reprobado en el mismo, y por tanto, al no conseguir trabajo, no puedo mantenerme ni
cumplir con mis obligaciones económicas de padre y esposo, dado que la incapacidad que
padezco y padeceré hasta el fin de mi existencia, ha afectado todos los aspectos de mi vida,
vale decir, laboral, personal (físico y mental), familiar, conyugal, etc., lo que ante esta
situación concreta permite conectar en una operación lógico-jurídica, saliendo a flote los
efectos de la relación y NEXO CAUSAL mediante la negligente conducta de la Patronal de
socorrerme, haciéndola responsable de las consecuencias que dan lugar a que se ocurra por
ante la vía jurisdiccional, para reclamar la indemnización que por INFORTUNIO LABORAL,
vista la incapacidad que padezco y que me corresponde por mandato expreso de la Ley.

CAPITULO II
DEL DERECHO

En materia de Infortunios Laborales la Doctrina Mexicana distingue la enfermedad


profesional y la enfermedad de trabajo, “Siendo la primera la que ataca en concreto a los que
actúan en determinadas profesiones peligrosas capaces de producirlas, mientras que las del
trabajo son genéricas a toda clase de trabajo, por el hecho amplio de estar entregadas a esta
clase de trabajo”. (DERECHO MEXICANO DEL TRABAJO. Mario de La Cueva. Editorial PORRUA
8va. Edición. Tomo 2, pág. 55 y 121). Esta distinción tiene una enorme importancia porque
tanto en la legislación Francesa, Belga e Italiana limitan la conceptualización de la
enfermedad Profesional en una tabla.

Un accidente de trabajo es todo suceso que produzca en el trabajador o la trabajadora


una lesión funcional o corporal, permanente o temporal, inmediata o posterior, o la muerte,
resultante de una acción que pueda ser determinada o sobrevenida en el curso del trabajo,
por el hecho  o con ocasión del trabajo. (Art. 69 Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y
Medio Ambiente de Trabajo, LOPCYMAT). Dicho Artículo 69 indica:

Serán igualmente accidentes de trabajo:


1. La lesión interna determinada por un esfuerzo violento o producto de la
exposición a agentes físicos, mecánicos, químicos, biológicos, psicosociales,
condiciones meteorológicas sobrevenidas en las mismas circunstancias.
2. Los accidentes acaecidos en actos de salvamento y en otros de naturaleza
análoga, cuando tengan relación con el trabajo.
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Indemnización por Accidente de Trabajo

3. Los accidentes que sufra el trabajador o la trabajadora en el trayecto hacia y


desde su centro de trabajo, siempre que ocurra durante el recorrido habitual,
salvo que haya sido necesario realizar otro recorrido por motivos que no le
sean imputables al trabajador o la trabajadora, y exista concordancia
cronológica y topográfica en el recorrido.
4. Los accidentes que sufra el trabajador o la trabajadora con ocasión del
desempeño de cargos electivos en organizaciones sindicales, así como los
ocurridos al ir o volver del lugar donde se ejerciten funciones propias de
dichos cargos, siempre que concurran los requisitos de concordancia
cronológica y topográfica exigidos en el numeral anterior.

Citando al derecho comparado la Ley Federal del Trabajo Mexicana en su artículo 474, como
derecho comparado también ha definido al Accidente de trabajo como toda lesión orgánica o
perturbación funcional, inmediata o posterior, o la muerte, producida repentinamente en
ejercicio, o con motivo del trabajo, cualesquiera que sean el lugar y el tiempo en que se
preste. Quedan incluidos en la definición anterior los accidentes que se produzcan al
trasladarse el trabajador directamente de su domicilio al lugar del trabajo y de éste a aquél.

Es por tanto necesario que se cumplan las siguientes características:

1. Lesión corporal, que puede ser física o psíquica.


2. Que el trabajador sea por cuenta ajena o esté dado de alta en la contingencia de
accidente de trabajo como autónomo por cuenta propia.
3. También se extiende el concepto a los trabajadores socios de sociedades mercantiles.
4. Que el accidente con ocasión o por consecuencia del trabajo.

El concepto de accidente de trabajo es aquel que se aplica a todo riesgo, acción o hecho
que suponga una dolencia o daño para una persona mientras la misma se encontraba
trabajando. El accidente de trabajo es una situación muy compleja porque además de dejar
lesiones en el cuerpo (y quizás también en la psiquis) de la persona, supone que la misma, al
menos por un tiempo, no puede retomar su actividad laboral.

Los accidentes de trabajo son en la mayoría de los casos hechos que suceden por
situaciones fortuitas, pero en muchos casos pueden generarse también por la desidia y la
negligencia con que las empresas o empleadores hacen trabajar a sus operarios o empleados.
Así, por ejemplo, en el rubro de la construcción es muy común hablar de derrumbes por
sectores mal construidos o lesiones serias por falta de uso de elementos de seguridad como
cascos, arneses, cinturones de seguridad, guantes, ropa de material ignífugo, etc. En muchos
casos, los accidentes del trabajo pueden incluso generar la muerte. En otros casos, los
accidentes pueden producirse fuera del ámbito laboral cuando la persona se encuentra yendo
o volviendo del mismo efecto in itinere (por ejemplo, un robo en la vía pública o un accidente
de tránsito).

Es por esto que es muy importante tener en cuenta que todo trabajador debe estar
cubierto por un seguro adecuado que le facilite al empleado la cobertura por todas las
complicaciones que el accidente pueda generar así como también una digna licencia que le
permita seguir gozando de su sueldo aún si no se está trabajando debido a las lesiones
generadas por el accidente.

Dada la naturaleza Social de los Juicios Laborales y a fin de que la función Jurisdiccional
de esta materia se ejerza en contenido y desarrollo de sus principios estableciendo la función
niveladora debido a la desigualdad económica y social existente entre trabajador y patrono;
el presente ejercicio de acción en resguardo del Interés de la parte actora, busca hacer
efectivo el Derecho Sustantivo del Trabajo, el cual en materia de conceptos derivados
directamente de la relación laboral así como lo relativo a la indemnización en materia de
infortunios laborales (accidentes o enfermedades profesionales), se posee la normativa
establecida en la Ley Orgánica del Trabajo los Trabajadores y las Trabajadoras, así como en la
Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo, y supletoriamente el
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Indemnización por Accidente de Trabajo

derecho común, plasmado en el Código Civil por hecho ilícito y el daño moral, ambos
derivados de manera consecuente, cuya génesis deviene de la propia prestación del servicio
por parte del trabajador al patrono.

La Enfermedad Profesional encuadra dentro de los hechos aquí señalados y narrados


con anterioridad, siendo ésta un Estado Mórbido que evoluciona con mayor o menor lentitud,
con la manifestación de los síntomas que se presentan de manera evolutiva, y en el caso que
nos atañe las tensiones y el esfuerzo físico desplegado durante la prestación del servicio,
fungen como los factores esenciales que originan de manera clara, precisa y evidente EL
NEXO Y RELACIÓN CAUSAL de los hechos con el Derecho que se invoca en el presente escrito
libelar, enmarcados dentro de la subordinación y demás elementos propios de una relación
laboral que enseña la doctrina del derecho del trabajo, ya que quien funge en este proceso
como parte actora, sufre una lesión en la médula espinal que imposibilita de manera normal
el desenvolvimiento motor del cuerpo, pudiendo marchar de manera aparente, pero
ocasionalmente, lo que en consecuencia estaríamos en presencia de una Incapacidad Total y
Permanente, dada la reducción de carácter definitivo de la capacidad o aptitud para el
Trabajo.

Visto y expuesto todo lo anterior, la Doctrina y la Jurisprudencia han sido uniformes al


señalar que en materia de infortunios (accidentes o enfermedades profesionales) es
necesaria la aplicación de la TEORIA DE LA RESPONSABILIDAD OBJETIVA O DEL RIESGO
PROFESIONAL que hace procedente a favor del trabajador accidentado o enfermo, el pago de
las indemnizaciones contempladas por el legislador, independientemente de la CULPA o
NEGLIGENCIA del Patrono, pero siempre condicionado a la presencia de un ineludible
requisito de procedencia o PRESUPUESTO DE HECHO, como lo es la circunstancia de que el
accidente o enfermedad a indemnizar PROVENGA del servicio mismo o con ocasión directa de
él. Ahora bien, no olvidemos que el legislador previó expresamente, en virtud del riesgo
profesional que asume el patrono al contratar Trabajadores para la ejecución de una o más
actividades, la responsabilidad objetiva por daños provenientes de daños o enfermedad
profesional del trabajador. La teoría del Riesgo Profesional nace precisamente para romper la
desigualdad que entre Patrono y Trabajador existía, sobre todo al momento de exigir este
último Indemnizaciones de daños producto de accidentes o enfermedades profesionales
debido a la dificultad que representa para el Trabajador probar el hecho culposo del Patrón.

Citamos entonces a Mario de la Cueva y a Guillermo Cabanellas, quienes sobre la


Teoría del Riesgo señalan: “El trabajador lesionado en su trabajo profesional, debe ser
indemnizado por aquél en cuyo provecho realizaba el trabajo. El accidente o enfermedad
profesional es para el patrono un Riesgo Profesional. La Justicia y la equidad exigen que El
Empresario, creador del riesgo y quien además aprovecha los beneficios de la Producción,
tome a su cargo la reparación de los daños que causen sus instalaciones. SALEILLES es el
autor que con más entusiasmo defendió la tesis de la Responsabilidad Objetiva o Teoría del
Riesgo, influenciado por el Derecho Alemán y por el Código Napoleónico, donde este último
recoge en su artículo 1384: Se es responsable, no solamente del daño causado por hecho
propio, sino también del causado por el hecho de las personas por las que debe responderse o
de las cosas que se tienen bajo su cuidado”.

Así pues, el patrono responde del accidente o enfermedad, no porque haya incurrido
en culpa, sino porque su cosa, su maquinaria ha creado el riesgo. La tesis de SALEILLES fue
acogida por la Corte Francesa de Casación en Sentencia del Primero (01) de Junio de Mil
Ochocientos Noventa y Seis. Con esta sentencia se abrieron las puertas a la Teoría del Riesgo
Profesional y la transformación de la Doctrina de la Responsabilidad Civil” (DE LA CUEVA
MARIO, Derecho Mexicano del Trabajo, Novena Edición, tomo II, editorial Porrúa S.A., México,
1969, p.p. 49 y 50). “Esta teoría de la Responsabilidad Objetiva, aplicada a materia de
accidentes de trabajo, se convierte en la conocida generalmente con el nombre de teoría del
riesgo profesional. Existe de acuerdo a esta teoría una presunción IURIS ET DE IURE de culpa
del patrono; salvo probarse causa imputable al trabajador, debido a que la producción
industrial expone a éste a ciertos riesgos. El patrono debe indemnizar a la víctima, por ser él
quien recoge el provecho de esa producción, de allí la razón de ser del precepto estatuido en
el artículo 43 de la Ley Orgánica del Trabajo, Los Trabajadores, Las Trabajadoras (LOTTT).
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Aquí la responsabilidad resulta independiente de la culpa y se basa en un nuevo elemento: el


riesgo. Basta que se dé el elemento objetivo, el daño, y un vínculo de conexión entre el hecho
y el agente, esto es un vínculo entre las partes, que constituye a una en un deber hacia la otra.
Deriva así la propia existencia de la Empresa, concebida como un complejo de actividades y
riesgos; por lo cual la misma organización laboral debe responder de los accidentes y
enfermedades que encuentran su causa en actividades de ella, no solamente por ser creadora
del riesgo, sino por cuanto se beneficia de las actividades de sus trabajadores. El trabajador
se expone al riesgo profesional en beneficio de la industria y, como víctima de sus accidentes,
corresponde a la misma industria repararlos. Esos accidentes y enfermedades que
constituyen riesgos y peligros inherentes a la Empresa, y tienen como único propósito el
desenvolvimiento de la actividad humana hacia un fin lícito, constituyendo precisamente en
su conjunto, el riesgo profesional; ¿quién pues, soportará este riesgo sino aquél en cuyo
interés funciona el organismo que él ha creado?” (Cabanellas, Guillermo; Tratado de Derecho
Laboral, Tomo IV, Ediciones El Gráfico, Buenos Aires, 1949, pp. 80 y 81).

CAPITULO III
INDEMNIZACIÓN POR RESPONSABILIDAD PREVISTA EN LA LEY ORGÁNICA DE
PREVENCIÓN, CONDICIONES Y MEDIO AMBIENTE DE TRABAJO

Es posible para un trabajador o sus causahabientes, incoar una acción por


indemnización de daños materiales derivados de accidente de trabajo o enfermedad
profesional, en la que pueden concurrir tres pretensiones claramente diferenciadas, a saber:
en primer lugar el reclamo de las indemnizaciones previstas en la Ley Orgánica del Trabajo
Los Trabajadores, Las Trabajadoras (LOTTT), en sus artículos 43 y siguientes, que derivan de
la responsabilidad objetiva del patrono; en segundo lugar, las indemnizaciones establecidas
en la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, que devienen
de la responsabilidad subjetiva por incumplimiento de sus disposiciones legales; y por último
las indemnizaciones provenientes del hecho ilícito del patrono, la cual supone también una
responsabilidad subjetiva por la culpa o negligencia del empleador, prevista, no en la
normativa específica de derecho del trabajo, sino en el derecho común (Código Civil).

Este orden de ideas ha sido reiterado muchas veces por la Sala de Casación Social del
Tribunal Supremo de Justicia, cuando ha señalado que el régimen de indemnizaciones por
accidentes de trabajo y enfermedades ocupacionales está previsto, esencialmente, en cuatro
textos normativos distintos, que son: la Ley Orgánica del Trabajo Los Trabajadores Las
Trabajadoras (LOTTT), la Ley del Seguro Social Obligatorio, la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (LOPCYMAT) y el Código Civil. Para que prospere
una reclamación del trabajador en estos casos bastará que se demuestre el acaecimiento del
accidente del trabajo, o el padecimiento de la enfermedad profesional, y la demostración del
grado de incapacidad sobrevenida será relevante a los fines de determinar el monto de la
indemnización.

Es de notar; que la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de


Trabajo; además refleja aquellas indemnizaciones que son y deben ser reclamadas por los
trabajadores, que por impericia, imprudencia y negligencia, hayan ocasionado la empresa,
infortunios laborales y/o enfermedades ocupacionales, con ocasión del Trabajo, llamada esta
por la Doctrina Venezolana, Responsabilidad Subjetiva, generada por el Hecho Ilícito y la
Responsabilidad Objetiva generada con ocasión de esta o sin culpa del patrono, o llamada
también esta última como la Teoría del Riesgo profesional.
También dentro de este marco, es necesario indicar que el artículo 1.185 del Código
Civil, se establece lo siguiente:
“El que con intención, o por negligencia, o por imprudencia, ha causado
un daño a otro, está obligado a repararlo”.
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Ha indicado la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, en decisión N°


1040 de fecha 14 de septiembre de 2004, caso Andine Rodríguez en contra de Elebol, lo
siguiente:
“El precepto contenido en el artículo in comento contempla una de las fuentes
de las obligaciones, como lo es el hecho ilícito, definido éste de un modo
general como “una actuación culposa que causa daños, no tolerada ni
consentida por el ordenamiento jurídico positivo. Esa actuación puede ser
positiva o negativa, según que el agente (causante del daño) desarrolle un
hacer o un no hacer (Eloy Maduro Luyando, Curso de Obligaciones, Derecho
Civil III). En tal sentido, esta Sala de Casación Social, en sentencia Nº 731, de
fecha 13 de julio de 2004, dejó sentado lo que de seguida se transcribe: “La
doctrina y jurisprudencia venezolanas han sostenido que el hecho ilícito, como
cualquier acto contrario al ordenamiento jurídico vigente, es generado por la
intención, la imprudencia, la negligencia, la impericia, mala fe, abuso de
derecho e inobservancia del texto normativo por parte de una persona
(agente), que tiene por contrapartida una responsabilidad a favor de otra
persona (víctima o perjudicado), por una conducta contraria a derecho. Así
pues, que lo antijurídico es todo acto, hecho o conducta que es contraria o
violatoria del ordenamiento legal. Asimismo, la ley y la jurisprudencia han
considerado como una conducta antijurídica el abuso en el ejercicio de un
derecho, sea objetivo o subjetivo, mediante el cual se irrespeta el derecho de
los demás, por excederse de los límites y fronteras, consagrados
normativamente, a veces, por el derecho, y otras, por la fuentes del derecho, la
costumbre, los principios generales, derechos que han sido concedidos en
interés del bien particular, en armonía con el bien de todos. El abuso del
derecho nace con el mal uso, o con el uso equivocado del derecho subjetivo, o
con el equivocado concepto de su uso. Se reitera que cuando en el ejercicio
legal de un derecho, la persona excede el límite impuesto por el derecho
objetivo, traspasando o invadiendo la esfera de otros derechos subjetivos, hay
un abuso o exceso de derecho. Todo derecho subjetivo tiene un límite que
termina en la existencia del derecho subjetivo de los demás. Ese acto excesivo
o conducta ilícita produce un daño que puede legalmente dar lugar a una
indemnización. Ahora bien, tanto la doctrina patria como la jurisprudencia,
han señalado como elementos constitutivos del hecho ilícito: 1) El
incumplimiento de una conducta preexistente; 2) El carácter culposo del
Incumplimiento; 3) que el incumplimiento sea ilícito, o sea, viole el
ordenamiento jurídico positivo; 4) que se produzca un daño y, 5) La relación
de causalidad entre el incumplimiento culposo ilícito, actuando como causa y
el daño figurando como efecto. Las consideraciones expuestas permiten a la
Sala evidenciar la infracción por falsa de aplicación por la recurrida de la
norma delatada, por cuanto, como antes se señaló, para proceder a la
condenatoria del daño moral, inexorablemente debió establecerse el
acaecimiento del hecho ilícito a partir del análisis de los elementos que lo
componen y que han sido referidos. En ese sentido, el sentenciador de Alzada
estimó la ocurrencia de una situación “laboral irregular”, que le causó daños de
naturaleza emocional a la parte actora, producto de la incertidumbre sufrida
ante la promesa de jubilación (excepcional) manifestada por la demandada,
quien posteriormente procedió, incumpliendo tal oferta, a realizar un despido
injustificado. Tales hechos, no configuran a juicio de esta Sala de Casación
Social un hecho ilícito, conforme lo establece el artículo 1.185 del Código Civil y
los criterios expuestos en los párrafos precedentes, por cuanto, a todas luces,
carece del elemento constitutivo más significativo como lo es la antijuridicidad
o violación de normas legales”. (Cursiva Propia).

La doctrina ha señalado que la cuestión de la relación de causalidad adquiere


fundamental importancia en el ámbito que nos ocupa, en el cual, obviando disquisiciones
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filosóficas acerca de los alcances que se deben atribuir a la conducta humana, es preciso
determinar cuándo y en qué condiciones el patrono debe responder ante la lesión de que es
víctima el empleado. La relación de causalidad, es pues una cuestión de orden físico material,
más que jurídico, se trata de saber si un daño es consecuencia de un hecho anterior y para su
estudio es necesario definir los conceptos de causa – concausa y condición.

Es este orden de ideas, la causa, es el origen, antecedente o fundamento de algo que


ocurre, es el hecho que ocasiona algo, una cosa o acontecimiento que puede producir uno o
más efectos; la concausa, es aquello que actuando conjuntamente con una determinada causa,
contribuye a calificar el efecto, es un estado o circunstancia independiente que actúa con la
causa, que puede ser preexistente, concomitante o sobreviviente, en medicina la concausa
preexistente se llama “estado anterior” que se refiere a los estados patológicos de la víctima y
la concausa concomitante o sobreviniente se llama complicación; la condición es empleada en
el sentido de condicionar, es decir, hacer depender alguna cosa de una condición. (Pavese-
Gianibeli. Enfermedades Profesionales en la Medicina del Trabajo y en el Derecho Laboral.
Editorial Universidad. Buenos Aires. Argentina.)
Por otra parte, la responsabilidad subjetiva derivada del hecho ilícito conforme a las
previsiones del Código Civil, procede cuando se ha demostrado la negligencia, impericia o
inobservancia por parte del empleador para que se produjera el accidente de trabajo o la
enfermedad ocupacional, dicha responsabilidad subjetiva tiene una carga en el patrono, ya
que la ocurrencia del mismo responde a su acción u omisión. Es por ello que para saber que
se está en presencia de dicha responsabilidad deben estar presentes los tres elementos
fundamentales que son: el daño, la culpa y la relación de causalidad, o causa del daño que
vincula al hecho con la consecuencia o daño y su autor o responsable.
De allí, que exhortamos a este órgano jurisdiccional proceder a verificar en el caso de
marras la existencia de los elementos que deben estar presentes para la condena o no de la
responsabilidad subjetiva:
En primer lugar, en cuanto al daño como elemento necesario para determinar la
procedencia de las indemnizaciones por responsabilidad subjetiva, se tiene que durante la
relación laboral que unió al ciudadano INGER ALBERTO GONZALEZ con la entidad de Trabajo
PROAVE C.A. hubo un accidente de trabajo, certificado mediante informe emanado por el
INSTITUTO NACIONAL DE PREVENCIÓN, SALUD Y SEGURIDAD LABORALES (INPASASEL)
una DISCAPACIDAD TOTAL Y PERMANENTE PARA EL TRABAJO HABITUAL, surgiendo con
ello la conexión de causa de un hecho ilícito, por parte de la entidad de trabajo .
En segundo lugar, relativo a la causa del daño se ha de observar que el trabajo
desempeñado implicaba manipulación de cestas en el área de despresado en túneles de
congelamiento asumiendo posturas disergonómicas con flexo-extensión del tronco (columna
vertebral), así como una exposición permanente a vibraciones generadas por los equipos,
asumiendo posiciones en cuclillas, arrodillado, acostado o agachado, y en estado
bipedestador (mantenerse de pie) por periodos prolongados.
Todo esto conlleva a considerar necesario evaluar ciertos aspectos que son
inherentes a la causa del daño, de la siguiente manera:
1-. De acuerdo con la normativa antes transcrita, conjuntamente con el material
probatorio específicamente en la INVESTIGACIÓN DE ORIGEN DE ENFERMEDAD, emanada
del Instituto Nacional de Prevención, salud y Seguridad Laboral (INPSASEL) SE PUEDE
COMPROBAR las irregularidades que atañen directamente a la entidad de trabajo en la
ausencia del cumplimiento de las normativas vigentes en materia de Higiene y Seguridad, y
que para la fecha de la INSPECCION la entidad de trabajo se observó las exposiciones
permanentes del trabajador a las condiciones que conllevaron a la adquisición de la
enfermedad, aunado a la exigencia permanente de posiciones descritas, se concreta la
violación del artículo 163 del Reglamento de las Condiciones de Higiene y Seguridad en el
Trabajo, conllevando el dictamen de la Enfermedad Ocupacional.
2-. En lo que respecta a la Supervisión y Seguridad de la Empresa, ambas van de la
mano, por cuanto cuando un trabajador llega a padecer una enfermedad ocupacional la
empresa como tal, debe buscar donde fallaron sus Defensas, cuáles fueron los
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comportamientos inseguros, buscar las fallas en los procedimientos, en el entrenamiento, en


los equipos, en el mantenimiento de los equipos, en el ambiente laboral micro (taller o
departamento), en el ambiente laboral macro (La Organización) y en caso de accidente, se
debe de identificar el comportamiento inseguro que causó el accidente, qué factores de la
organización refuerzan este tipo de comportamientos, qué factores personales, también se
deben de identificar malos hábitos.
3-. Se debe buscar e identificar los factores de la organización que provocan o son el
ambiente apropiado para el error humano tales como conflictos de metas, presión del tiempo,
procedimientos de trabajo irreales, equipos inadecuados, mal entrenamiento, mal
mantenimiento, malas condiciones de trabajo, supervisor con doble estándar ("se hacen los
ciegos"), etc. (FACTOR HUMANO Y ORGANIZACIONAL EN LA SEGURIDAD Alberto
Pacheco/Jorge Medina BHP Billiton Tintaya).
De lo precedentemente expuesto, debe existir una interrelación entre la supervisión y
la seguridad industrial de la empresa, por cuanto las personas mejor informadas respecto a la
manera como se ejecutan las tareas o actividades dentro de una industria o empresa, son los
supervisores. Ellos, por ser las personas más inmediatas con ese contacto personal y directo
con los trabajadores. Por este motivo, los supervisores deben contar en todo momento con el
respaldo y apoyo formal de la dirección de la empresa en esos menesteres para que se
puedan eliminar las condiciones de riesgo o peligro que puedan detectarse en el desempeño
del trabajo cotidiano. Es por lo que todo supervisor debe velar porque cada trabajador utilice
correctamente los equipos e indumentarias de protección de accidentes. Al respecto, el
supervisor también podrá planificar inspecciones de áreas y puestos de trabajo con el fin de
detectar condiciones inseguras o actos inseguros que puedan derivar en daños a las personas,
a las instalaciones, o al producto elaborado.
Los supervisores también ayudan a estudiar y a analizar los accidentes en el futuro;
constatando de paso, el buen funcionamiento y estado de conservación de todos los equipos.
Debe también conseguir a través de la formación/información una mayor capacitación del
personal, con el objetivo de lograr un comportamiento más seguro por parte del personal que
maneja. Si no se cumplen algunas de estas obligaciones o cualidades por parte del Supervisor,
estaríamos en presencia del fracaso de la Supervisión, siendo éste una herramienta
fundamental para la Seguridad en la empresa, pudiendo accionar así la posibilidad ineludible
de que ocurra un infortunio de trabajo.
Ante tal situación por parte de la entidad de trabajo del cabal cumplimiento de las
normas de seguridad, por falta de Supervisión de la empresa entendiendo no haber otorgado
las suficientes charlas de seguridad e higiene industrial, debe de estar pendiente de las
condiciones en las que se desarrolla la labor y otros aspectos de la relación laboral, situación
la cual en el presente caso bajo estudio de este juzgado no ocurrió para así evitar la
ocurrencia de cualquier tipo de infortunio en el trabajo, o como es en el caso de marras del
lamentable accidente que tuvo como consecuencia el desarrollo del TRAUMATISMO DE
COLUMNA LUMBAR y de la LESIÓN RADICULAR MOTORA L5-S1 y así pedimos que se
declare-.
Ha señalado la jurisprudencia de la Sala de Casación Social, un requisito sine qua non
para la procedencia de cualquier indemnización por daños materiales o morales derivados de
un accidente de trabajo –tanto si se trata de responsabilidad objetiva o subjetiva-, que el
accidente o enfermedad que haya sido contraído por el trabajador por el hecho o con ocasión
del trabajo, de conformidad con las definiciones consagradas en los artículos 43 de la LOTTT
y 69 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, será
indispensable establecer la relación de causalidad entre la prestación de servicios-
considerando las condiciones en que se realizaba- y la ocurrencia del accidente.
La Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia dejó sentado en sentencia
de fecha 17 de mayo de 2005 (CASO: Álvaro Avella Camargo contra Sociedad Mercantil Costa
Norte Construcciones, C.A.) los requisitos necesarios para la procedencia de la relación de
causalidad en los siguientes términos:
(…) La relación de causalidad, es pues una cuestión de orden físico material,
más que jurídico, se trata de saber si un daño es consecuencia de un hecho
anterior y para su estudio es necesario definir los conceptos de causa,
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concausa y condición. En este orden de ideas, la causa, es el origen,


antecedente o fundamento de algo que ocurre, es el hecho que ocasiona algo,
una cosa o acontecimiento que puede producir uno o más efectos; la concausa,
es aquello que actuando conjuntamente con una determinada causa,
contribuye a calificar el efecto, es un estado o circunstancia independiente que
actúa con la causa, que puede ser preexistente, concomitante o sobreviviente.
Omissis
(…) para definir la relación de causalidad que debe existir entre la enfermedad
y el trabajo realizado, a efecto de que pueda ordenarse la indemnización
correspondiente, es menester considerar como causa sólo la que mayor
incidencia ha tenido en la génesis del daño (ésta sería la causa principal) y
considerar o llamar concausa a otras causas o condiciones que han influido en
la producción y la evolución del daño. Es así, que serían causa las condiciones y
medio ambiente del trabajo (si es que fueron el principal desencadenante de la
lesión) y concausa la predisposición del trabajador a contraer la enfermedad.
Omissis
En este sentido, se hace necesario tener en cuenta si la causa incriminada (las
condiciones de prestación del servicio) es capaz de provocar el daño
denunciado y en caso de producirse una complicación evolutiva, poder
establecer si alguna otra causa (concausa), alteró esa evolución, de esta
manera el juez podrá decidir si hubo o no vinculación causal o concausal con
las tareas realizadas por un trabajador; determinar dicha vinculación resulta
indispensable, pues no resultará indemnizable el daño sufrido por el
trabajador ocasionado conjuntamente por la tarea realizada y por la acción de
una concausa preexistente, en la medida en que esta última (concausa) haya
incidido.
Omissis
A tal fin será preciso realizar un análisis de las circunstancias vinculadas con
las condiciones y medio ambiente del trabajo, es decir, realizar un análisis de
las tareas efectuadas por la víctima, en este sentido el trabajador deberá
detallar en su libelo la tarea que ejecuta o ejecutaba y no limitarse a la mención
tan común del oficio desempeñado; luego se analizarán los detalles y pruebas
existentes en autos sobre el ambiente laboral y los elementos que el trabajador
consideró pernicioso para su salud. Una vez realizada dicha determinación,
corresponde estudiar las circunstancias vinculadas con el trabajador, es decir,
estudiar el diagnóstico de la enfermedad padecida lo cual obviamente sólo será
posible con la ayuda del profesional médico; debe estudiarse además las
condiciones personales del trabajador, edad, sexo, constitución anatómica,
predisposición y otras enfermedades padecidas.

De acuerdo al criterio jurisprudencial antes transcrito, en cuanto a la relación de


causalidad, aplicada en el caso que nos ocupa, se tiene por una parte que la enfermedad
ocupacional ocasionó una discapacidad total y permanente para el trabajo habitual (daño) y
de otra parte, corresponde precisar si con la causa del accidente, se forma el trinomio de
causa, es decir, la relación de causalidad y el daño. Es por ello que para determinar la relación
de causalidad entre el trabajo prestado y el accidente de trabajo ocurrido, es indispensable
examinar las condiciones del medio ambiente laboral y la naturaleza de los servicios
realizados.
Es así que el artículo 129 de la LOPCYMAT establece:

Con independencia de las prestaciones a cargo de la Seguridad Social, en caso


de ocurrencia de un accidente o enfermedad ocupacional como consecuencia
de la violación de la normativa
INGER GONZALEZ vs PROAVE
Indemnización por Accidente de Trabajo

Legal en materia de seguridad y salud en el trabajo por parte del empleador o


de la empleadora, éste deberá pagar al trabajador o trabajadora, o a sus
derechohabientes una indemnización en los términos establecidos en esta Ley,
y por daño material y daño moral de conformidad con lo establecido en el
Código Civil. Todo ello, sin perjuicio de las responsabilidades establecidas en el
Código Penal.
De las acciones derivadas de lo regulado por este artículo conocerán los
tribunales de la jurisdicción especial del trabajo, con excepción de las
responsabilidades penales a que hubiera lugar que serán juzgados por la
jurisdicción competente en la materia.
Con independencia de las sanciones que puedan imponerse a las personas
jurídicas de acuerdo a lo dispuesto en los artículos precedentes, quienes
ejerzan como representantes del empleador o de la empleadora, en caso de
culpa, podrán ser imputados penalmente de conformidad con lo dispuesto en
la presente Ley.

Es así que de acuerdo a circular signada bajo el N° CP-US-Z-11-2015 emanada del


INPSASEL, de fecha 07 de Enero de 2015, amparada en el numeral 4° del artículo 130 de la
Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, la cual establece:

El salario correspondiente a no menos de dos (02) años ni más de cinco (05)


años, contados por días continuos, en caso de discapacidad parcial permanente
mayor de veinticinco por ciento (25%) de capacidad física o intelectual para la
profesión de un oficio habitual.

Para que sea procedente dicha indemnización se establece un monto indemnizatorio,


indicando un salario diario integral de Bs. 196,40 para su monto diario multiplicados a su vez
por el número de días continuos equivalentes a 5 años (1.800, es decir 360 x Año) arroja un
monto mínimo para la indemnización en base al artículo precedente de TRECIENTOS
CINCUENTA Y TRES MIL QUINIENTOS VEINTE CON 00/100 (Bs. 353.520,00) monto este que
demando en este acto considerando que en el caso bajo estudio, que el monto se basó de
conformidad con el último salario integral objeto de cálculo para sus prestaciones de sociales,
advirtiendo que la empresa no cumplió con implantar las normas de seguridad, herramientas
e implementos, aunado a ello el incumplimiento de la normativa que establece el Reglamento
de las Condiciones de Higiene y Seguridad en el Trabajo, no se tomaron las previsiones para
atenuar la ocurrencia del accidente, con lo cual se configuró la relación de causalidad; y al
mismo tiempo se evidencia, la culpa, es decir, la imprudencia, negligencia e inobservancia por
parte de la empresa para cumplir con las condiciones de prevención, higiene y seguridad, lo
que conllevó a certificar la enfermedad con el carácter ocupacional y así solicito que se
declare-.

CAPITULO IV
DAÑO MORAL POR RESPONSABILIDAD OBJETIVA

En cuanto a la estimación del daño moral causado por un accidente o enfermedad


profesional debemos señalar al respecto: “…lo que debe acreditarse plenamente en una
reclamación por daño moral es el llamado hecho generador del daño moral, o sea el conjunto
de circunstancias de hecho que genera la afiliación cuyo pretitum doloris se reclama…
Probado que sea el hecho generador, lo que procede es una estimación, lo cual se hace al
prudente arbitrio del Juez. Ningún auxiliar o medio probatorio, puede determinar cuánto
sufrimiento, cuanto dolor, cuanta molestia, cuanto se mermó un prestigio o el honor de
alguien. Al decidirse una reclamación de daños morales, el sentenciador necesariamente ha
de sujetarse al proceso lógico de establecer los hechos, de calificarlos y de llegar a través de
INGER GONZALEZ vs PROAVE
Indemnización por Accidente de Trabajo

este examen a la aplicación de la ley y la equidad, analizando la importancia del daño, el


grado de culpabilidad del autor, la conducta de la víctima y la llamada escala de los
sufrimientos morales, valorándolos, pues no todos tienen la misma intensidad, por las
distintas razones que puedan influir en ellos, para llegar a una indemnización razonable ( SCC
19/09/1996). Daño moral es aquel que recae sobre la perturbación anímica de la víctima y
no sobre los bienes patrimoniales de ella, recae sobre el campo de la espiritualidad o de la
afección, abarcando esferas como el honor, la libertad, capacidad o aptitud para el ejercicio de
una actividad. Fundamentamos entonces la aplicabilidad del artículo 1196 del Código Civil a
causa de la previsión expuesta en el artículo1193 ejusdem, cuyo contenido y alcance es
criterio de la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia (SCS 17/05/2000- SPA
05/04/1994).

Para valorizar el Daño Moral devenido de la Responsabilidad Objetiva del Patrono


por aportar el Factor Riesgo, es menester establecer la dimensión de dicha aflicción moral; la
cual va más allá de los padecimientos físicos y psicológicos sufridos por mí, los cuales
mantienen a mi mandante en estado DEPRESIVO y MINUSVALÍA FISICA Y AFECTIVA, y en
una incapacidad que no le permite conseguir los medios más elementales de subsistencia
económica, para sí mismo y para su familia, al no poder desarrollar el esfuerzo laboral
necesario para cubrir estas necesidades por efecto directo e incuestionable de la conducta
violadora del Derecho por parte de LA PATRONAL la cual queda ahora obligada a la
reparación de su negligente conducta para la cual debe ser dimensionado en lo económico el
daño sufrido en equivalencia directa a la invalidez que padezco y a la consecuente aflicción
moral, originada por el ilícito de la Empresa. En este sentido la sala de Casación Social ha
reiterado el criterio expuesto en la sentencia N ° 116 de fecha 17 de mayo de 2000 (caso: José
Francisco Tesorero Yánez contra Hilados Flexilón S.A.) con ponencia del Dr. Omar Alfredo
Mora Díaz, al señalar:

“Tanto la doctrina como la Jurisprudencia han sido uniformes al señalar que en


materia de infortunios de trabajo, se aplica la teoría de la responsabilidad objetiva o del
riesgo profesional. Para ello podemos citar lo siguiente:
“…consiste en que el patrono de una empresa está obligado a pagar una
indemnización, a cualquier obrero víctima de un accidente de trabajo o a sus representantes,
sin que haya que investigar, en principio, si este accidente proviene, ya de culpa del patrono,
ya de caso fortuito, ya inclusive de un hecho culpable del obrero. El accidente de trabajo es un
riesgo de la profesión: amenaza a todos los que trabajan. No hay hombre prudente, por atento
que sea, que pueda jactarse de escapar a él. No hay que buscar la causa que lo produce
porque, en virtud de la costumbre profesional, los actos de negligencia de un patrono, y,
sobre todo, los de un obrero, son inevitables y hasta excusables. Se considera, por lo tanto, el
accidente como algo aleatorio unido al oficio. Este algo aleatorio pesará sobre la empresa
misma; es ella la que produce el riesgo y es ella la que debe repararlo. El que hace trabajar
por su cuenta, mediante salario debe sufrir las consecuencias de los riesgos inherentes a
dicho trabajo, porque es él quien los origina, y, además, porque es él quien obtiene el
principal beneficio del trabajo”. (Colin y Capitant; Curso Elemental de Derecho Civil, Tomo 3º,
Editorial Reus, Madrid, 1960, pp. 873 y 838).

“La responsabilidad objetiva que impone al patrono la obligación de reparar


los daños sufridos por el trabajador durante la prestación de sus servicios, prescinde de la
idea de falta para fundamentar el nacimiento de un débito indemnizatorio en su patrimonio,
ya que la misma se basa en la idea de que el patrono, como guardián de los bienes de capital
que utiliza para la explotación de una actividad económica que le reporta un lucro, debe
reparar las consecuencias dañosas derivadas de la interacción social de los mismos, ya que
mediante éstos introduce un riesgo en el tráfico jurídico, de cuya materialización el legislador
le hace responsable. Es por esto, que los daños sufridos por el trabajador –que es quien se
encuentra más directamente expuesto a tales riesgos-, cuando tienen su causa en el
desarrollo de sus labores para la empresa, encuentran el fundamento de su imputabilidad no
en la idea de una falta del patrono (que eventualmente pudiera existir), sino en el carácter de
INGER GONZALEZ vs PROAVE
Indemnización por Accidente de Trabajo

guardián de los bienes que éste aplica en su actividad económica, y que pueden provocar
daños a sus dependientes”.

Es así que el artículo 1193 del Código Civil, establece que toda persona es
responsable del daño causado por las cosas que tiene bajo su guarda, y que de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 1196 ejusdem, la obligación de reparación de esos daños se
extiende al daño moral que haya sido causado.

De todo lo hasta aquí expuesto se desprende que la Teoría del Riesgo se aplica al
patrono respondiendo independientemente de la culpa, tanto del daño material como del
daño moral, siempre que el hecho generador del accidente o enfermedad profesional, pueda
ocasionar repercusiones psíquicas o de índole afectivo al ente moral de la víctima (SCS
17/05/2000).

El Código Civil Venezolano de 1942 introdujo en materia de hecho ilícito, el artículo


83 del Proyecto Franco Italiano que dispone: “La obligación de reparación se extiende a todo
daño material o moral causado por el acto ilícito”. El Juez puede acordar una indemnización a
la víctima. El daño moral está contemplado en el artículo 1196 del Código Civil vigente y
aunque el Código no le define de modo concreto, se puede inferir que se entiende por tal, todo
menoscabo que la persona puede sufrir en sus bienes inmateriales, o sea, en sus afecciones,
sentimientos, relaciones de familia, y en general, en todos aquellos que constituyen sus
bienes no patrimoniales.

El hecho ilícito civil cometido por LA PATRONAL, ha afectado el patrimonio moral de


mi mandante debidamente, conducta esta subsumida en la normativa de los artículos 1185 y
1196 del Código Civil, por lo que en este acto demando en base a la Sociedad Mercantil
PRODUCTORES AVICOLAS ZULIA C.A. (PROAVE), inscrita por ante el Registro Mercantil
Primero de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, en fecha 18 de marzo de 1980, bajo el
Nº. 84, Tomo 1-A por concepto único la Responsabilidad Objetiva del Patrono atinente al
Daño Moral el cual estimo prudencialmente en la cantidad de Cuatrocientos Cincuenta Mil
Bolívares Fuertes. (Bs. F 450.000,00).

La sumatoria de los conceptos que por aplicación de la responsabilidad subjetiva


prevista en la LOPCYMAT y objetiva prevista en el artículo 43 de la LOTTT, alcanzan una cifra
definitiva de OCHOCIENTOS TRES MIL QUINIENTOS VEINTE BOLIVARES CON 00/100 (Bs.
803.520,00), monto al cual solicito se le imputen la respectiva condenatoria en costas en caso
de resultar la parte accionada totalmente vencida en la presente causa.

CAPITULO V
NOTIFICACIÓN

Pido qué de conformidad con el sistema procesal laboral se notifique a la Empresa


PRODUCTORES AVICOLAS ZULIA C.A. (PROAVE), inscrita por ante el Registro Mercantil
Primero de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, en fecha 18 de marzo de 1980, bajo el
Nº. 84, Tomo 1-A en la persona de los ciudadanos EMILIO FIGUEROA, venezolano, mayor de
edad, domiciliado en esta ciudad de Maracaibo, provisto de la cédula de identidad N°
7.111.985 en su carácter de Gerente de la referida Empresa, ubicada en Ave 67 con calle 151
Sector Zona Industrial II ETAPA, en esta ciudad y Municipio Maracaibo.
INGER GONZALEZ vs PROAVE
Indemnización por Accidente de Trabajo

CAPITULO VI
DOMICILIO PROCESAL

Señalo como mi dirección personal de vivienda: Avenida 19 N° 97A- 07 Sector La


Florida, Parroquia Cacique Mara del Municipio Maracaibo del Estado Zulia. Teléfono 0261-
7292514.

Señalo a los fines indicados en el artículo 123 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo,
como domicilio procesal la siguiente dirección: Avenida BELLA VISTA c/c 67 Edificio La
Guajira Planta Baja Local PB-2, de la Ciudad de Maracaibo, Municipio Maracaibo del Estado
Zulia.

Finalmente, solicitamos que la presente demanda sea admitida y sustanciada


conforme a derecho, y que sea declarada Con Lugar en la definitiva, con todos los
pronunciamientos de Ley, inclusive las costas y costos procesales que desde este instante
reclamo.

Es Justicia que solicito en Maracaibo a la fecha de su presentación

DEMANDANTE Y ABOGADO ASISTENTE

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