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Participante:
Indimar K Parra G
C.I V- 14.389.737
Septiembre, 2013
Introducción
Escribir sobre los accidentes laborales, implica hacer un amplio análisis de la magnitud de
un problema que se manifiesta con gran preponderancia en los centros de trabajos venezolano, en
un contexto caracterizado por la ausencia de políticas adecuadas que no han permitido el
desempeño de una acción eficaz tanto por parte de empleadores y trabajadores, como de los
organismos oficiales encargados de la materia, a pesar de las bondades consagradas en la
normativa de seguridad, prevención y salud laboral. Aunado a este aspecto, las condiciones de
trabajo, de vida y el modelo de desarrollo económico que ha venido imperando en el mundo
globalizado, que ha sido objeto de transformaciones tecnológicas en diversos campos.
Recientemente pudimos observar que el estado Aragua, se ubica como la segunda entidad
con mayor índice de accidentes laborales, solo precedido por Carabobo. Según cifras que maneja el
Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (Inpsasel), durante el año 2012
fueron reportados 10 mil 62 situaciones que colocaron en riesgo la vida de los trabajadores.
Sabemos que no existen cifras exactas del número de enfermedades ocupacionales y
accidentes profesionales. No obstante, los datos aportados por el INPSASEL nos permiten percibir
una noción que nos aproxima a la realidad, y en tal sentido emitir una opinión crítica respecto a las
bondades de un sistema normativo y su eficacia en la práctica.
Siendo así, refiriéndonos a la eficacia práctica, podemos ahondar en unos de los problemas
básicos de la salud e higiene laboral, dado que para nadie es un secreto que la legislación
venezolana establece en sus normas las medidas que se han de implantar en los sitios de trabajo,
así como todos los procesos que se deben llevar a cabo para prevenir los accidentes y las
enfermedades profesionales; pero no solo establece normas preventivas, sino también normas
sancionadoras para los patronos, que incurran en la inobservancia de las mismas, especificando
cuando deben responder por las respectivas indemnizaciones a los trabajadores afectados por los
accidentes laborales.
Sin embargo, a pesar de estos aspectos se estima necesario analizar en toda su extensión
la noción de los accidentes laborales, entendiendo que circunstancias concurren para que
consideremos su ocurrencia, que daños ocasiona a la salud y los costos económicos que implican.
Ello nos permitirá situarnos para hacer un verdadero balance entre desarrollar una cultura preventiva
o continuar siendo conniventes de la violación del marco jurídico que tenemos en Venezuela en esta
materia.
Los Accidentes Laborales
I.1 Definición.
El accidente del trabajo constituye la base del estudio de la Seguridad Industrial, y lo enfoca
desde el punto de vista preventivo, estudiando sus causas (por qué ocurren), sus fuentes
(actividades comprometidas en el accidente), sus agentes (medios de trabajo participantes), su tipo
(como se producen o se desarrollan los hechos), todo ello con el fin de desarrollar la prevención.
Desde el punto de vista médico el accidente de trabajo es definido como una patología
traumática de tipo quirúrgico provocada generalmente por factores mecánicos ambientales en el
lugar de trabajo, médicamente, se habla de accidente de trabajo, cuando algún trabajador ha sufrido
una lesión como consecuencia del trabajo que realiza. Para el médico, sólo existe accidente si se
produce alguna lesión. Identificando así consiguientemente accidente con lesión.
Es precisamente esta relación lo que permite establecer una relación con el otro daño
específico derivado del trabajo, la enfermedad ocupacional también conocida como enfermedad
profesional, ya que ambos tienen la misma causa, los factores ambientales derivados del trabajo y
producen las mismas consecuencias, la lesión, que podrá dar lugar a incapacidad o la muerte del
trabajador.
De la misma manera debemos tener presente “la causalidad”, la cual se manifiesta cuando
las lesiones sufridas por el trabajador tienen origen directo en la actividad libre que se desarrolla en
beneficio de un tercero.
En este sentido, un accidente ocurre por causa de trabajo cuando existe una relación directa
entre la actividad para la cual fue vinculado y la lesión sufrida por el mismo.
Ahora bien, si nos referimos a la “o casionalidad”, podemos indicar que cuando el trabajo
crea la oportunidad o es el motivo para que aquel ocurra. (Se refiere al motivo para que aquel
ocurra. (Se refiere al suceso repentino que genera el Accidente).
Para garantizar el ordinal 3 del artículo 69, muchas empresas han implementado lo que se
ha denominado rutograma que es una representación gráfica en la que se indica la ruta, medios de
transporte y horarios que comúnmente el trabajador utiliza para ir desde su casa al trabajo y desde
el trabajo hacia su casa.
I.2 Características.
Es precisamente el riesgo que conlleva para las personas, lo que diferencia al accidente, de
otros incidentes o anomalías que perturban la continuidad del trabajo. La lesión, consecuencia del
accidente de trabajo, motiva el nacimiento de la Seguridad del Trabajo, dando lugar a su definición
y desarrollo legal, como una necesidad de reparar el daño motivado por el trabajo.
Desde un punto de vista de la seguridad, es precisamente el riesgo que conlleva para las
personas, lo que diferencia al accidente, de otros incidentes o anomalías que perturban la
continuidad del trabajo y que comúnmente denominan averías. En la siguiente figura se aclaran los
conceptos expuestos, así como la tipología resultante de los diferentes tipos de incidentes (suceso
anormal, brusco, imprevisto con potencialidad o no de causar lesión).
1.3 Causas.
En principio, cualquier factor que contribuya a la ocurrencia de un accidente es una causa.
Los accidentes no son casuales, sino que se causan. Las causas de los accidentes son definidas
como las diferentes condiciones o circunstancias materiales o humanas, es posible deducir una
primera clasificación dependiendo del origen de las mismas, es decir, causas humanas y
causas técnicas.
El 90% de los accidentes se deben a prácticas inseguras ejecutadas por las personas.
Este aspecto, comprende el conjunto de todas actuaciones humanas que pueden ser origen
de accidente. Se les denomina también actos peligrosos o prácticas inseguras.
Constituido por los alrededores físicos en los que se desempeña el trabajador (maquinas,
materiales, estructuras, productos, ropa de trabajo, condiciones climatológicas, iluminación,
ventilación, etc.
Categorías de Causas.
Acción inmediata o falta de acción, propia o de otras personas que produce el accidente.
En una actuación administrativa deficiente puede darse a lugar una serie de "causas
básicas" (factores personales o de trabajo inadecuados) y/o "causas inmediatas" (práctica o
condición insegura), que pueden ser desencadenantes de los accidente de trabajo, con sus
conocidas consecuencias o pérdidas. Los hechos que motivan el accidente, están constituidos por
las prácticas inseguras (Factor Humano) y por las condiciones inseguras (Factor Técnico).
Representación de las deficiencias administrativas y evolución hasta las pérdidas.
De acuerdo con este modelo propuesto donde las causas inmediatas (los hechos que motivan los
accidentes), están siendo desencadenados por todos los elementos constituidos por las causas
inmediatas, es decir, tanto por las prácticas inseguras, como también, por las condiciones inseguras.
A todo esto, resultan de este modo difícilmente entender qué factor ejerce mayor influencia en el
origen del accidente, pero debemos tener muy presente que detrás de un fallo técnico siempre, en
último término, se encuentra presente el factor humano, por lo que puede decirse que en todo
accidente intervienen conjuntamente en ambos factores.
Actos Inseguros: Es toda actividad voluntaria, por acción u omisión, que conlleva la violación de
un procedimiento, norma, reglamento o práctica segura establecida tanto por el Estado como
por la empresa, que puede producir un accidente de trabajo o enfermedad ocupacional.
Condiciones Inseguras: Es cualquier situación o característica física o ambiental previsible que
se desvía de aquella que es aceptable, normal o correcta, capaz de producir un accidente de
trabajo, enfermedad ocupacional o fatiga al trabajador. Son las condiciones que incrementa la
posibilidad de que se genere un accidente o no aptas para desempeñar una determinada
actividad.
Condiciones mentales, físicas, emocionales u otras que contribuyen a que la persona actúe
de forma insegura.
Muchos de estos factores están o forman parte del trabajador internamente, ya sea por
apego a ellas, hereditaria o condicionada por mucho tiempo.
La OHSAS 18001, lo define como "un evento que generó un accidente o que tuvo el
potencial para llegar a ser un accidente". Un incidente en el que no se produce enfermedad,
lesión, daño u otra perdida también se conoce como "cuasi – incidente". En resumen, son
acontecimientos no deseados que podría afectar la eficiencia de la operación y, en circunstancias
diferentes, causaría daños a las personas, a las propiedades y/o al medio ambiente.
Elementos y requisitos
Los elementos básicos que configuran la noción de accidente de trabajo in itinere son tres:
• Lugar de trabajo
• Domicilio del trabajador
• Trayecto a seguir
A partir de esos elementos, se genera una gran casuística que ha intentado ser ordenada
por la doctrina y la jurisprudencia, sintetizando los requisitos que deben concurrir
simultáneamente para que un accidente sea considerado de trabajo in itinere. Cuatro son los
requisitos: teleológico, cronológico, topográfico y mecánico.
Requisito teleológico.
El desplazamiento del trabajador debe estar motivado única y exclusivamente por el trabajo, es
decir, su causa ha de ser la iniciación o finalización del trabajo por cuenta ajena, y no por un motivo
privado o personal. Se trata de demostrar la existencia de conexión o nexo causal entre la lesión
corporal sufrida y el trabajo. No existirá cuando la finalidad o motivo del desplazamiento sea
gestionar asuntos privados.
- Requisito cronológico.
Este requisito de compone de dos elementos, los cuales deben concurrir necesariamente:
a) El accidente ha de ocurrir en el camino de ida o vuelta entre el domicilio del trabajador
y su lugar de trabajo.
b) Ese camino o trayecto de ida o vuelta debe ser el adecuado, es decir, el normal o
habitualmente utilizado por el trabajador.
El medio de transporte utilizado cuando tiene lugar el accidente debe ser adecuado y
racional para salvar la distancia, entendiéndose como adecuado el normal o habitual cuyo uso no
entrañe riesgo grave e inminente.
- Improcedencia.
Cuando el accidente hubiese sido provocado intencionalmente por el trabajador, pero no con culpa.
Por ejemplo, un choque por haber conducido en tranvía.
Cuando el trabajador lesionado siendo el conductor de un medio de transporte, se haya verificado
que se encuentra bajo los efectos de algún psicotrópico, narcótico o droga enervante.
Cuando el accidente sea debido a la fuerza mayor o caso fortuito o extraño al trabajo.
Accidente de tránsito fuera del trayecto o ruta habitual y de la jornada habitual o normal de trabajo,
salvo las excepciones, por ejemplo que la ruta habitual estuviera interrumpida temporalmente, o
estuviera laborando en horas extraordinarias autorizadas por el patrono.
No será considerado accidente en trayecto aquel que sufrido por un trabajador cuya actividad laboral
requiera el desplazamiento habitual en un vehículo de motor (propio o suministrado por el patrono),
mientras sea durante su jornada de trabajo.
En todo caso, se considerará como un accidente de trabajo pero inherente a la actividad que ejerce,
por ejemplo: chofer de transporte, visitador médico, cobrador, mensajero.
Si no existiere relación de dependencia.
Esta modalidad de accidente de trabajo se verifica en aquel trabajador que durante el ejercicio
de la prestación de servicio, actuando en auxilio de un tercero que se encuentre en dificultades,
resulte lesionado.
Elementos para la procedencia.
- Elemento Teleológico: durante la prestación de servicio.
- Relación de causalidad: que se determine que la lesión sufrida en la vida o
la salud del trabajador sea consecuencia directa del auxilio prestado,
siempre que sea con ocasión al trabajo.
Los accidentes de trabajo y las enfermedades ocasionan daños y pérdidas. Existen varias
metodologías para cuantificarlos. Para que estos cálculos sean válidos, no deben omitir la cuestión
de quién soporta éstos costes, identificando personas y colectivos que sufren los daños y sus
consecuencias.
Los costos de los accidentes laborales se pueden enfocar en base a los siguientes aspectos:
Coste humano: El coste humano lo constituye el daño que sufren las personas
directamente afectadas como el que sufren sus allegados. Supone desde la lesiones físicas
para el trabajador/a que lo sufre, que implican dolor, pérdida de trabajo, necesidad de
atenciones médicas y/o rehabilitación, hasta, en determinados casos pérdida de autonomía
personal, alteración de proyectos de vida, minusvalías, etc. Los allegados también sufren el
coste de la pérdida de familiares por consecuencias fatales, cuando esto ocurre.
Coste económico: El coste económico está formado por todos los gastos y pérdidas
materiales que el accidente ocasiona, para la persona y su familia, así como el coste del
deterioro de materiales y equipos y pérdida de tiempo de trabajo para la empresa y sus
compañías aseguradoras, costes para las arcas públicas, para la sociedad en general, etc.
Costes visibles: Son los costes evidentes: Todos aquellos que están en lista de los ocultos
(más abajo) pero se contabilicen pasan por definición a ser costes visibles.
Algunas empresas incluyen aquí costes fijos que la empresa tiene en concepto de
prevención y seguridad. Entonces incluyen todos los costes de personal, como equipos
especiales.
Costes invisibles u ocultos: Hablaremos de costes ocultos solamente cuando estos costes
se produzcan efectivamente, y cuando la empresa no los contabilice por separado, en una
cuenta especial (en cuyo caso serían costes visibles). Estos son costes variables, es decir
que se producen sólo y únicamente como resultado de que efectivamente se haya
producido un accidente, o enfermedad profesional. (Aunque en un sentido podríamos incluir
aquí cualquier enfermedad relacionada con el trabajo).
Los costes de los accidentes y enfermedades que no asumen las empresas ni los particulares
son transferidos a las cuentas públicas. Por ejemplo, los costes de accidentes laborales no
declarados como tales, resultan sufragados por el sistema público de salud, como si fueran
accidentes comunes.
El coste social.
Los costes para las arcas públicas no agotan los costes para la sociedad. No existe
actualmente un modo aceptado de calcular en unidades monetarias los costes y beneficios
de la salud y seguridad o los accidentes y enfermedades. En parte, porque resulta arbitrario
asignar cualquier valor cuantitativo a intangibles. Y en parte, debido a múltiples relaciones
que tiene la salud con cualquier otro aspecto social, es casi imposible modelizar la relación
cuantitativa entre causas y efectos (si se acepta que la salud, el bienestar social, o la calidad
de vida laboral son bienes sociales, un análisis de los costes y beneficios para la sociedad
de la seguridad debería poder tomarlos en cuenta). Y finalmente, porque cualquier modelo
económico parte de supuestos que resultan discutibles desde otras perspectivas.
Los accidentes y enfermedades tienen efectos en la distribución del producto del trabajo:
El sufrimiento que los accidentes y enfermedades ocasionan a las víctimas y sus familiares,
así como otros daños intangibles, como podrían ser los efectos de pérdida de horizontes y
la sensación de inseguridad de los sectores más perjudicados, no pueden ser cuantificados.
El incremento de desigualdad social causado por los accidentes laborales. Al hablar de
costes sociales no sólo se plantea la cuestión de cuáles son los sectores sociales que
resultan víctimas de los accidentes laborales (que resulta bastante obvia) sino los efectos
sobre la asignación del gasto público.
El gasto público total tiene claras implicaciones para el bienestar general, pero no refleja la
distribución entre sectores sociales. Los costes que el empleador no paga, lo pagan
(además, del trabajador que sufre el daño) las cuentas públicas. Ello hace que el gasto
público en salud y seguridad represente un trasvase regresivo de recursos entre sectores
sociales.
Si el empleador paga pero traslada los costes al gran público mediante precios (o mediante
impuestos, en el caso de la Administración como empleador) los costes los asume el público
consumidor.
Conclusiones
Desarrollados los aspectos teóricos conceptuales que constituyen los accidentes laborales y
habiendo verificado que los mismos originan graves consecuencias, hay que afirmar que no basta
con tener normas que ayuden a prevenir o minimizar, los accidentes en el trabajo, sino cumplirlas y
acatarlas por parte de los trabajadores; así como, implantarlas y difundirlas por parte, de los
patronos, con lo cual se reduciría, el porcentaje de accidentes de trabajo y enfermedades
profesionales.
La situación actual conocida estadísticamente, nos permite indicar que los gerentes y
dueños de empresas deben de tener en cuenta que los accidentes de trabajo y las enfermedades
profesionales, relacionadas con el trabajo, son generalmente de alto costo, con elevados promedios
de días perdidos e importantes gastos médicos curativos, de rehabilitación, reentrenamiento,
reubicación e indemnizaciones a los trabajadores, siendo estos costos uno de los factores que
mayormente afectan la productividad industrial de los países desarrollados. Por lo cual, lo más
importante es prevenir.
En los tiempos pasados un investigador de los accidentes de trabajo, realizó un estudio muy
exhaustivo dentro de una empresa de Aceros laminados. Este se pasó un año dentro de la misma
investigando todo lo que causaba un accidente, sus causas, consecuencias, incidencias y demás
pormenores de ellos, y emitiendo esta relación:
“Por cada Accidente con Incapacidad ocurrían: 10 Accidentes con Lesiones
leves, 30 Accidentes con daños a la propiedad y 600 Incidentes o
acontecimientos capaces de haber causado lesiones y/o daños”.
No cabe duda que la prevención debe estar orientada bajo el hecho de que los trabajadores
deben cumplir con las normas preventivas que se establece en las empresas para evitar accidentes
de trabajo y enfermedades profesionales, así como hacer uso de los equipos de protección personal
para la ejecución de la labores. Igualmente deben cumplir con el procedimiento que la empresa
determine para la realización de las actividades, de manera segura y preventiva.
Hay que tomar conciencia, no basta con tener normas que ayuden a prevenir o minimizar, los
accidentes en el trabajo, sino cumplirlas y acatarlas por parte de los trabajadores; así como,
implantarlas y difundirlas por parte, de los patronos, con lo cual se reduciría, el porcentaje de
accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.
La empresa está obligada a considerar los índices de accidentabilidad, de las bajas en general,
de las bajas por enfermedad en general o debidas a un tipo de enfermedad en particular: cuesten
mucho o poco, tiene obligación de reducir sus índices, aunque no sea la peor empresa: tiene que
tener un plan de prevención, reducir los riesgos y mejorar los resultados preventivos.
Otra opción (que sólo puede ser útil para hablar con empresas que ya utilicen este tipo de
terminología) es hablar de calidad: si la calidad es rentable y ésta empieza con la satisfacción de los
trabajadores, y esta depende en gran parte de hechos objetivos, como son la salud y la seguridad,
entonces la empresa debe invertir en prevención.
Para lograr mejorar la calidad de vida de los trabajadores que ocupan un lugar en las empresas
venezolanas, es necesario que gobierno, patronos y empresarios se unan en esta cruzada por
brindar a la masa laboral venezolana, medios ambientales de trabajo idóneos y aptos para ellos y,
así minimizar la ocurrencia de accidentes ocupacionales y enfermedades profesionales, con la
aplicación de las normas que la legislación venezolana posee y acatar con cabalidad cada una de
estas normativas, así como, con el cumplimiento de las normativas fijadas en los convenios
ratificados por Venezuela, los cuales son de relevancia absoluta, en virtud de que los mismo van a
favor de la protección de los trabajadores, desde los implementos que se utilizan para la ejecución
de la labor, hasta las condiciones ambientales, en las cuales deben de prestar sus servicios.
Bibliografía