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EN EL PRIMER OTROSÍ: CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA.

EN EL PRIMER OTROSÍ:
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S.J.L LABORAL (SAN MIGUEL)


LUIS HONORES SAAVEDRA, C.I. 12.452.869-0, ingeniero en construcció UNIDAIDEIcRUBLICO
estos efectos en calle Tercera Avenida 1222, oficina 903, comuna de San Miguel, en autos de
procedimiento ordinario, caratulados Veliz con Honores, RIT O - 25-2013, a U.S.
respetuosamente digo:

En conformidad a lo dispuesto en el artículo 446 y siguientes del Código del Trabajo, y estando
dentro del plazo legal del artículo 452 del mismo cuerpo legal, vengo en contestar demanda de
autos, en razón de los siguientes argumentos de hecho y derecho:

PRETENSIONES DEL DEMANDANTE


El actor sostiene en su libelo los siguientes hechos, como supuestos fácticos:
Que se desempeño como jornal en la obra del Centro Educacional Ochagavía, para el empleador
Luis Honores Saavedra, desde el 21 de agosto de 2012 por medio de contrato de trabajo.
Que tuvo un accidente de trabajo en la obra, el que transcribo en cuanto a la narración del
hecho propiamente: "el día 31 de agosto de 2012 hacia las 14.45 hrs., caminando por el costado
de una excavación situada en el sector de la entrada principal del Establecimiento Educacional y
destinada a instalaciones eléctricas, esta de improviso se desmoronó (...) A mis gritos acudieron
mis compañeros quienes lograron sacarme. Esperé unas 2 horas a la llegada de mi empleador.
Luego me trasladaron a la Mutual de Seguridad (Alameda 4848) quienes me diagnosticaron
fractura de tobillo. que cayó dentro de una excavación profunda, que sus compañeros acudieron
a sacarlo y como resultado de esto se lesionó, fracturándose el tobillo."
Sostiene que el accidente se produjo porque no existía "señalética" que advirtiera el peligro.
Que ha sufrido perjuicio resultado del accidente: incapacidad para trabajar, continuar con
licencia médica y usar una calceta ortopédica y muletas.
El actor sostiene un discurso jurídico en cuanto a la aplicación de la siguiente normativa:
El artículo 184 inciso primero y segundo del Código del trabajo, respecto del deber de
protección y seguridad del empleador, en relación de prevención y seguridad que pesa sobre el
empleador y que su incumplimiento devenga en un accidente del trabajo, contemplado en los
términos del artículo 5 de la Ley N° 16.744 sobre accidentes del trabajo y enfermedades
profesionales. A su vez, relaciona el deber de seguridad con la implementación de medidas de
higiene y seguridad en el trabajo (artículo 68 de la Ley N° 16.744) y el reglamento que regula las
condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo (artículo 37 del DS 594).

CONCLUYENDO, "que la causa directa de los hechos descritos en la demanda y por consiguiente
los daños sufridos, radica única y exclusivamente en el hecho que las demandadas infringieron
la obligación de seguridad de manera permanente que mantiene para con sus trabajadores (...)
el empleador está obligado a mantener adecuadas medidas de seguridad y velar por la
seguridad, en todo momento, de sus trabajadores." Y que el empleador debe actuar con eficacia
en el cumplimiento de esta obligación, previendo un eventual resultado, buscando prevenir el
accidente.
En base a las garantías legales enunciadas por el actor en relación a los hechos, se puede
establecer el principio de protección del empleador y relacionar el incumplimiento con los
perjuicios sufridos por el trabajador.
Los perjuicios son sindicados por el actor, como los siguientes:
Daño emergente (no sostiene fundamentos)
Lucro cesante: generado por incertidumbre laboral actual en relación a los exámenes
médicos.
Daño moral: lesión no patrimonial (de tipo compensatoria) producto de la afectación y
angustia ante la incertidumbre laboral, dolor, probable imposibilidad de desarrollar la
misma actividad laboral en el futuro.

CONTESTACION DE LA DEMANDA
Esta parte solicita el rechazo total y absoluto de la demanda intentada en su contra, en razón
que la misma es falaz, injustificada e improcedente, de acuerdo a los siguientes argumentos que
se exponen:

Desde ya, esta parte controvierte las alegaciones, afirmaciones y pretensiones


expresadas por el actor en la demanda.

RELACIÓN CIRCUNSTANCIADA DE LOS HECHOS

El viernes 31 de agosto de 2012, durante el descanso entre jornada por colación, esto es, desde
las 13.00 hasta las 14.00 horas, los trabajadores de la obra luego de almorzar jugaron futbol en
la cancha del colegio Establecimiento Educacional Ochagavía, en la comuna de Pedro Aguirre
Cerda. Esto lo hicieron, de acuerdo a sus declaraciones, con zapatos de seguridad.
Ese día el señor Véliz también participo del partido de futbol junto a otros nueve
trabajadores, situación que ha sido descrita por todos los jugadores. En circunstancias
del transcurso del partido, el trabajador y jugador Carlos Guerra en una mala maniobra
por quitar el balón, propino una fuerte patada en el pie del señor Véliz (tenga presente
que lo hizo con zapatos de seguridad) ocasionando que esté se recogiera de dolor, hasta
que sus compañeros se percataron que no era una lesión simple ya que el trabajador se
arrojo al suelo por el dolor infligido, retirándose del juego.
Sus compañeros efectivamente acudieron a ayudarlo, y lo llevaron en andas hasta un lugar para
su descanso. El partido de futbol se dio por finalizado y los trabajadores volvieron a sus labores,
terminado el descanso para la colación.
Transcurrido un rato, los compañeros acudieron a ver el estado del señor Véliz, y apreciaron
una evidente hinchazón del pie; éste les pidió que no dijeran nada de lo ocurrido y que lo
hicieran pasar por accidente del trabajo. Así fue como el señor Véliz dejo pasar unos minutos
cuando dio aviso al jefe de obra, Daniel González, señalando que "me torcí el pie en la zanja".
Esta comunicación la recibió el señor González, y el encargado de personal Adam Solis, que se
encontraba en el lugar de la obra en ese momento, realizando los pagos de sueldos, procediendo
a informar al supervisor de obra Roberto Soto y al empleador señor Honores.
Luego el trabajador fue trasladado por el encargado de personal señor Solis y por el encargado
de fletes, señor Lincoln, en la camioneta de éste al Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad en
Alameda 4848, comuna de Estación Central.

Como S.S. puede apreciar los jefes superiores tanto el jefe de obra, supervisor de obra,
administrador de personal y el empleador en el momento no supieron la realidad de los hechos,
la que incluso fue declarada en la DIAT informada a la Mutual de Seguridad.
Que luego de una investigación del accidente, se llego a la verdad de lo ocurrido. Y que al
momento, sólo se conoció lo declarado por el trabajador Véliz.

INFRACCIÓN NORMATIVA. DEBER DE SEGURIDAD CONTENIDO EN EL ARTÍCULO 184 DEL

CODIGO DEL TRABAJO, ARTÍCULO 68 DE LA LEY N° 16.744 SOBRE ACCIDENTES DEL TRABAJO

Y ENFERMEDADES PROFESIONALES Y ARTÍCULO 37 DEL DS 594, QUE ESTABLECE EL

REGLAMENTO QUE REGULA LAS CONDICIONES SANITARIAS Y AMBIENTALES BÁSICAS EN LOS

LUGARES DE TRABAIO

Como S.S. podrá apreciar recae sobre nuestra parte el onus probandi del accidente y los hechos
relativos a éste, como también el deber de dar cumplimiento a la obligación de seguridad y
protección del trabajador contemplado en la normativa enunciada, asimismo el empleador,
según lo dispuesto en el artículo 1547 del Código Civil, está gravado con una presunción de
culpa que debe desvirtuar, debiendo demostrar la adopción de las medidas eficaces.
El artículo 184 del Código del Trabajo, impone al empleador el deber de seguridad, el que
implica:
a) tomar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los
trabajadores,
b) informar los posibles riesgos,
c) mantener condiciones adecuadas de higiene y seguridad, y
d) (proveer) implementos para prevenir accidentes y enfermedades profesionales.
e) Asimismo, garantizar el acceso oportuno y adecuado de atención médica, hospitalaria y
farmacéutica.

Artículo 68° de la Ley N°16.744 que establece normas sobre accidentes del trabajo y
enfermedades profesionales, establece que las empresas deberán:
- implantar todas las medidas de higiene y seguridad en el trabajo prescritas por los
organismos competentes y normativa vigente,
- establece sanciones en caso de incumplimiento de tales obligaciones, y
obligación de proporcionar a sus trabajadores, los equipos e implementos de protección
necesarios, no pudiendo en caso alguno cobrarles su valor y sanciones respectivas en
caso de incumplimiento.

Artículo 37 del Decreto Supremo 594, que aprueba reglamento sobre condiciones sanitarias y
ambientales básicas en los lugares de trabajo, establece las condiciones generales de seguridad:
— Obliga al empleador, suprimir en el lugar de trabajo cualquier factor de peligro que
pueda afectar la salud o integridad física de los trabajadores.

De la presente normativa enunciada, podemos desprender que el empleador tiene el deber de


seguridad y protección del trabajador en cuanto a su salud, vida e integridad física y psíquica
dentro del trabajo, el que obliga al empleador a adoptar medidas para proteger la vida y salud
de los trabajadores, que podemos ejemplificar en las siguientes:
1. Obligación de informar los riesgos laborales, mediante charla de inducción realizada por
el prevencionista sobre los riesgos específicos y peligros que debe saber el trabajador de
forma oportuna respecto de sus labores en la obra, explicación de medidas preventivas y
los métodos de trabajo correctos, de acuerdo a lo dispuesto en la Ley 16.744 y en el
Decreto N° 40/1969 que aprueba reglamento sobre prevención de riesgos profesionales.
2. Entregar equipos de protección personal, proporcionados gratuitamente al trabajador,
necesarios para su protección personal, de acuerdo al riesgo que se presenten en cada
una de las actividades que se desarrollen en la empresa, conforme al artículo 68 de la
Ley 16.744.
3. Establecer un Reglamento Interno de orden, higiene y seguridad, de acuerdo al
artículo 67 de la Ley 16.744 en relación al Decreto 40/1969, se obliga a toda
empresa a mantener al día un reglamento interno de seguridad e higiene en el
trabajo, cuyo cumplimiento será obligatorio para los trabajadores. Debiendo
entregar un ejemplar a cada trabajador.
4. Respetar y cumplir el procedimiento de denuncia de cualquier accidente de
trabajo de forma inmediata, por el jefe superior, derivándolo al centro de
atención de salud. Este procedimiento en caso de accidente del trabajo se
establece en el DS 101/1968 que aprueba reglamento para la aplicación de la Ley
N° 16.744, que establece normas sobre accidentes del trabajo y enfermedades
profesionales.
5. Proveer condiciones sanitarias y ambientales en los lugares de trabajo necesarias
para proteger la vida y salud de los trabajadores que en ellos se desempeñan,
conforme al Decreto 594/1999.
6. Realizar el pago mensual del Seguro Social contra Riesgos de Accidentes del
Trabajo y Enfermedades Profesionales que busca proteger, de forma integral a los
trabajadores, por regla general a los trabajadores dependientes o por cuenta ajena.

Estas obligaciones fueron observadas con responsabilidad por el empleador señor Luis Honores
Saavedra, pese a los dichos ambiguos y falaces del trabajador.
Esto en atención a que el trabajador recibió los implementos de seguridad y la charla de
inducción sobre el comúnmente llamado "derecho a saber" de los riesgos y peligros propios de
su labor en la obra, con fecha 28 de agosto de 2012 y firmó el documento que acredita la
respectiva charla, declarando lo siguiente:
yo .rtA. 042.3 c¡O • Ll CON FEcHA.2,1.7.(?.1 . 2 2i1
CON CEDULA DE IDENTIDAD NUMERO..t3..P:to...aea.:-. P..... QUE CUMPL(
EL CARGO DE JUR, •9 It Yr. . TOMO CONOCIMIENTO DE LOS
RIESGOS IMPLÍCITOS A MI TRABAJO EN CONFORMIDAD CON LO
INDICADO EN LA LEY 16.744 DECRETO N°40 TITULO VI, DEJANDO POR
ENTENDIDO Y MANIFIESTO QUE COMPRENDO LOS RIESGOS IMPLÍCITOS
INDICADOS EN EL PRESENTE DOCUMENTO Y QUE RECIBÍ LA DEBIDA
INDUCCIÓN DE MÉTODOS PREVENTIVOS AQUÍ INDICADOS
COMPRENDIÉNDOLOS A CABALIDAD COMPROMETIÉNDOME A
CUMPLIRLOS.

FIRMA DEL TRABAJADOR,,,


1
1-10011~'
El trabajador recibió una charla informativa por el prevencionista de riesgos, recibió su
reglamento interno y también sus implementos de seguridad.
Por otra parte, el empleador actúo diligentemente, porque el jefe de obra dio aviso al empleador
del hecho de la lesión en el pie del trabajador que lo imposibilitaba continuar con su labor en la
obra y coordino su traslado a la Mutual de Seguridad ingresando a las 17.09 horas al Hospital
Clínico de la Mutual de Seguridad. Esto atendida la gravedad y urgencia de la lesión.

EL ACCIDENTE DEL TRABAJO

El accidente del trabajo es definido como toda lesión que una persona sufra a causa o con ocasión
del trabajo y que le produzca incapacidad o muerte.

Elementos que definen un accidente del trabajo:


a) Una lesión: es el daño o detrimento corporal y/o síquico ocasionado por alguna herida o
golpe, por alguna enfermedad o dolencia, etc., importando únicamente sus efectos sobre
la duración y grado de incapacidad de la víctima. Normalmente se vincula el accidente a
la circunstancia de un efecto inmediato, súbito, producto de un agente externo.
b) La relación causal u ocasional entre el trabajo y la lesión: Debe existir una relación de
causalidad entre la lesión y el quehacer laboral, inmediata o directa, en cuyo caso se
tratara de un accidente "a causa del trabajo", o mediata o indirecta, siendo el accidente
"con ocasión del trabajo".
c) El accidente puede deberse a causa del trabajo, esto es, cuando su causa inmediata y
directa es el trabajo; cuando el accidente se produce dentro de las labores que
desempeña el trabajador y en el lugar en que debe ejecutarlas. Además, el accidente
puede suceder con ocasión del trabajo, o sea, cuando ha sido causado por un hecho
conexo con el trabajo o más o menos útil a su ejecución. A este respecto se distingue si la
lesión sigue inmediatamente a la causa o no. Si sigue de inmediato, no habrá dificultad
para reconocer una lesión como producida con ocasión del trabajo. Pero si la lesión se
produce a posteriori, es más difícil hacer la determinación.
d) Para precisar se distingue entonces entre causa extrínseca o mediata y causa intrínseca
o inmediata, y se dice que la lesión será accidente siempre y cuando haya relación entre
la causa extrínseca del accidente y el trabajo que debía ejecutar la víctima, aun cuando la
causa intrínseca no diga relación con el trabajo.
e) La lesión produzca la incapacidad o muerte del accidentado: La incapacidad se refiere a
que el trabajador se encuentra impedido de realizar su actividad laboral habitual. Esto,
es, la lesión recibida por el trabajador le produzca cualquier alteración psíquica o
corporal, orgánica o funcional, sea interna o externa, sea aparente o no, grave o leve,
profunda o superficial, y que esta alteración le incapacite para el trabajo. No es necesario
que la incapacidad aparezca de inmediata de producida la lesión, ya que puede
presentarse muy posteriormente. Por otra parte, es posible que algunas incapacidades
sean mutables en el tiempo, pudiendo desaparecer, agravarse o atenuarse, lo que
justifica su reevaluación.
f) Causa exterior por lo general repentina y violenta: opera cuando la causa que ha
producido el accidente es extraña a la constitución orgánica de la víctima. En tal caso,
nos referimos a la causa inmediata o intrínseca, o sea, la que directamente ha producido
la lesión. Este requisito sirve para distinguir generalmente cuando la incapacidad
proviene de accidente del trabajo o de enfermedad profesional. De este modo, su
presencia significará accidente del trabajo; su ausencia, siempre que la incapacidad para
el trabajo de un individuo se deba a una afección que se manifieste en el organismo
humano en un estado anormal, lento y continuado, producido también por causa lenta y
perdurable en relación con el trabajo que esa persona desarrolla, significará una
enfermedad profesional.

A la luz de los elementos propios de la definición ya analizados, podemos examinar los hechos
que dieron origen a la lesión sufrida por el señor Véliz.
1° No podemos desconocer la lesión sufrida por el actor, pues consta en las licencias médicas
que el trabajador Véliz se encuentra con reposo por incapacidad laboral resultado de una lesión
en su pie.
2° Nos consta que el trabajador ocupa una muleta para desplazarse, ya que cada vez que ha
entregado su licencia médica se presenta caminando apoyado de este objeto.
Suponemos que esta incapacidad laboral le ha significado la imposibilidad de realizar sus
labores e forma habitual y sólo ha percibido el subsidio por incapacidad que la ley otorga.
3° No existe relación causal entre el trabajo y la lesión, ni inmediata ni directa, porque el
trabajador al momento de lesionarse se encontraba en horario de colación y jugando futbol; por
lo que el accidente no se produce por las labores que el trabajador realizaba en la obra ni con
ocasión de su trabajo, sino que realizando una actividad totalmente ajena a su cargo y fuera de
su lugar específico de trabajo en la obra (sector de malla de tierra).
Los trabajadores, sin autorización del empleador, jugaban futbol en la cancha del colegio. Y pese
a los llamados de atención del jefe de obra, del supervisor de obra, y advertencias del propio
empleador, en un momento en que se encontraban todos en colación algunos aprovecharon la
posibilidad de divertirse con este deporte.
Por tanto, no existe prueba sobre el nexo causal entre la lesión y el accidente de trabajo descrito
por el trabajador, como podrán dar testimonio todos los trabajadores que jugaban futbol ese día
con el señor Véliz.
La agresión de un trabajador en el curso de un partido de futbol, actividad no laboral, no puede
ser previsible o evitable por el empleador.
4° La responsabilidad por el accidente del trabajo recae en el propio trabajador, que en el
ejercicio libre y voluntariamente, adjudicándose los riesgos que todo jugador asume al
momento de jugar futbol.

Lugar del accidente


La zona donde se desempeñaba el trabajador se ubica al ingreso del colegio, y colinda con rejas
y un muro que da hacia la calle.
El trabajo consistía en realizar instalar una malla de tierra. La malla de tierra es un conjunto de
conductores desnudos que permiten conectar los equipos que componen una instalación a un
medio de referencia, en este caso la tierra. Se compone de: 1) la resistencia del conductor que
conecta los equipos a la malla de tierra, 2) la resistencia de contacto entre la malla y el terreno;
y 3) la resistencia del terreno donde se ubica la malla.
La labor del jornal, dada su calificación, consiste en palear una cavidad de 40 cm de ancho o del
ancho de la pala, 40 a 50 cm de profundidad y del largo que se requiera para la instalación
eléctrica, que en este caso era de 4 metros aproximados.

Su diseño es aproximadamente así:


La finalidad de la malla de tierra o puesta de tierra es permitir la desviación de corrientes de
falta o de las descargas de tipo atmosférico, y conseguir que no se pueda dar una diferencia de
potencial peligrosa en los edificios, instalaciones y superficie próxima al terreno.
Como S.S. podrá apreciar en las fotografías autorizadas que nuestra parte acompañará al
proceso, la malla de tierra donde trabajaba el actor no tenía la profundidad indicada de 1,50 mt,
sino una mucha menor equivalente a 50 cm aproximados.
La instalación eléctrica se encuentra regulada en la Norma Chilena Electricidad. Instalaciones de
consumo de baja tensión 4/2003, disponible en el sitio web de la Superintendencia de
Electricidad y Combustible.
Esta zona no reviste mayor riesgo para el trabajador porque no hay posibilidad de
desmoronamiento a esa profundidad por lo compacta de la tierra y porque el trabajador se
encuentra cavando en los surcos, es por eso que la zona no se debe señalizar como peligrosa o
de alto riesgo de caídas, como la que describe el trabajador, pues técnicamente la profundidad
no es mayor y en promedio alcanza la rodilla de los trabajadores.

SOBRE LAS INDEMNIZACIONES PRETENDIDAS EN LA DEMANDA

Nuestro Excelentísima Corte Suprema en conocimiento de la materia ha resuelto, que los


accidentes del trabajo y enfermedades profesionales son fuentes generadoras de daños tanto
para los trabajadores propiamente tales, como para las denominadas víctimas indirectas o por
repercusión, lo que ha llevado al legislador nacional a dictar una serie de leyes especiales que
han ido complementando o sustituyendo al estatuto común de responsabilidad, legislación que
ha sido reconocida bajo el concepto de derecho social. Esta normativa especial consagra un
conjunto de prestaciones tarifadas que, con prescindencia del reproche que pueda hacerse a la
conducta del empleador, debe otorgar administrativamente el organismo administrador del
seguro social al trabajador u otro beneficiario, prestaciones que no le impiden a la víctima del
daño, sea propio o por rebote, instar por el resarcimiento pleno de los daños no cubiertos por
las prestaciones de seguridad social, ello cuando el accidente del trabajo o enfermedad
profesional derive de culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, reparación que se
hará conforme al derecho común.
En definitiva, el sistema de responsabilidad por accidentes del trabajo y enfermedades
profesionales es un sistema doble, pues por un lado se establecen prestaciones obligatorias que
se otorgan con independencia de un análisis de culpa o dolo por parte del empleador y, por otro,
se exige al empleador la adopción de medidas correctas y eficientes destinadas a proteger la
vida y salud de los trabajadores, lo que se traduce en que los accidentes del trabajo no están
sujetos a un régimen de responsabilidad estricta en nuestro derecho, sino se combina un
régimen general de seguro por daño a terceros con una responsabilidad por culpa o negligencia,
sujeta a las reglas generales, la que S.S. conforme al mérito de autos podrá apreciar que el
empleador no ha incurrido en culpa, por actuar con la diligencia debida. En consecuencia, la
responsabilidad civil del empleador se funda en su culpa o dolo dado que no tiene por
antecedente una obligación de garantía que dé lugar a responsabilidad por el solo hecho de
producirse el daño, pues la función de garantía está dada para el seguro de accidentes del
trabajo, en su calidad de seguro de daños. Así las cosas, la naturaleza de la obligación
contemplada en el artículo 184 del Código del Trabajo es de seguridad, y se diferencia de la de
garantía en que no tiene por objeto asegurar que el acreedor quede indemne de todo daño, sino
que contempla un deber de cuidado que debe ser apreciado en base a si las medidas se
ajustaron a los requerimientos que exigía la situación fáctica, lo que supone entonces emitir un
juicio sobre la conducta desarrollada.

"Decimonoveno: Que el planteamiento sostenido por la recurrente hace necesario recordar


que los infortunios laborales -accidentes del trabajo y enfermedades profesionales son
fuentes generadoras de daños tanto para los trabajadores propiamente tales, como para
las denominadas víctimas indirectas o por repercusión, lo que ha llevado al legislador
nacional a dictar una serie de leyes especiales que han ido complementado o sustituyendo
al estatuto común de responsabilidad, legislación que ha sido reconocida bajo el concepto
de "derecho social".
En una fase inicial, como lo plantea el profesor Diez Schwerter, "ante la ausencia de una
reglamentación específica sobre accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, el
resarcimiento de los daños que de ellos provenía estuvo entregado, exclusivamente, a las
reglas de la responsabilidad civil, en particular a las de naturaleza extracontractual
contenidas en el Título XXXV del Libro IV del Código Civil (artículos 2314 y siguientes),
entendidas como derecho común en la materia (Diez Schwerter, José Luis,
"Responsabilidad civil derivada de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales en
Chile: evolución, funcionamiento y propuestas de racionalización (primera parte), Revista
de Derecho, Universidad de Concepción, ISSSN 0718 591X, N° 223 224, año LXXVI, enero -
diciembre, 2008), situación que comienza a variar con la dictación de la Ley N° 3.170, la
que incorpora legislativamente la figura de responsabilidad del "patrono o jefe de la
empresa en el otorgamiento de prestaciones, y se encargaba de regular los accidentes
ocurridos a los obreros o empleados, por el hecho o con ocasión directa del trabajo
(artículo 12), excluyendo la aplicación del estatuto general de responsabilidad, lo que se
tradujo en la imposibilidad de perseguir otro tipo de indemnización, salvo que se probara
dolo o culpa grave del empleador o en el caso en que el accidente fuere imputable a un
extraño, supuestos que se resolvían en base al derecho común.
Con la Ley N° 4.055, de septiembre de 1924, se establece un sistema más estricto de
responsabilidad, pues la ley contempla como causales de exoneración de responsabilidad
únicamente a la 'fuerza extraña y sin relación alguna con el trabajo y los producidos
intencionalmente por la víctima, correspondiendo al empleador la prueba de dichas
excepciones".
En lo pertinente al recurso de autos la ley en comento disponía, en su artículo 5'2, que "Sin
perjuicio de la responsabilidad del patrono, la víctima del accidente o los que tengan
derecho a indemnización podrán reclamar de los terceros causantes del accidente, la
indemnización total del daño sufrido por ellos con arreglo a las prescripciones del derecho
común.
El Código del Trabajo de 1931, norma que vino a refundir la legislación existente a la
época, disponía en su artículo 244 que "el patrón o empresario está obligado a tomar todas
las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus obreros y
empleados, obligación de la cual se podía exonerar previa prueba de que el accidente tuvo
su origen en fuerza extraña y sin relación alguna con el trabajo, y los producidos
intencionalmente por la víctima, elementos que ponían de manifiesto el carácter de
estricto del estatuto de responsabilidad, situación que se mantuvo hasta la dictación de la
Ley N° 16.744, la cual elimina la responsabilidad patronal directa y estricta por riesgo
profesional estableciendo, por un lado, un seguro administrado por el Servicio de Seguro
Social, el Servicio Nacional de Salud, las cajas de previsión o las mutualidades, y por otro,
en lo relativo a la responsabilidad civil, dispone que si el accidente es debido a culpa o dolo
del empresario, habrá derecho, por parte de la víctima a las prestaciones que establece la
ley, sin que por ello se exonere al empresario de su responsabilidad, la cual se concreta en
la indemnización que deberá pagar el organismo administrador de una suma equivalente
a las prestaciones que éste haya otorgado. De igual modo, la víctima se hace acreedora a
aquellas indemnizaciones adicionales que tenga derecho a reclamar en conformidad al
derecho común por el daño sufrido, sea este material o moral, ello de conformidad con el
artículo 69 de la ley.
De lo anterior se desprende la existencia de un conjunto de prestaciones tarifadas que, con
prescindencia del reproche que pueda hacerse a la conducta del empleador, debe otorgar
administrativamente el organismo administrador del seguro social al trabajador u otro
beneficiario, prestaciones que no le impiden a la víctima del daño, sea propio o por rebote,
instar por el resarcimiento pleno de los daños no cubiertos por las prestaciones de
seguridad social, ello cuando el accidente del trabajo o enfermedad profesional derive de
culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, reparación que se hará conforme al
derecho común.

Vigésimo: Que la norma del artículo 184 del Código del Trabajo establecía, a la época de
los hechos, que "El empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para
proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones
adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios
para prevenir accidentes y enfermedades profesionales.

Vigésimo primero: Que de lo señalado en los fundamentos precedentes es posible concluir


que el sistema de responsabilidad por infortunios de los trabajadores es un sistema doble,
pues por un lado se establecen prestaciones obligatorias que se otorgan con independencia
de un análisis de culpa o dolo por parte del empleador, y por otro, y en lo que al recurso
importa, se exige al empleador la adopción de medidas correctas y eficientes destinadas a
proteger la vida y salud de los trabajadores, lo que se traduce, en palabras del Profesor
Barros, en que "los accidentes del trabajo no están sujetos a un régimen de responsabilidad
estricta en el derecho chileno. La Ley combina un régimen general de seguro por daño a
terceros con una responsabilidad por culpa o negligencia, sujeta a las reglas generales
(Barros Bourie, Enrique, Tratado de Responsabilidad Extracontractual, Editorial Jurídica
de Chile, 2007, p. 473).

Vigésimo segundo: Que de lo anterior se concluye que la responsabilidad civil del


empleador se funda en su culpa o dolo dado que no tiene por antecedente una
obligación de garantía que dé lugar a responsabilidad por el solo hecho de
producirse el daño, pues la función de garantía está dada para el seguro de accidentes del
trabajo, en su calidad de seguro de daños.
Así, la naturaleza de la obligación contemplada en el artículo 184 del Código del Trabajo es
de seguridad, y se diferencia de la de garantía en que no tiene por objeto asegurar que el
acreedor quede indemne de todo daño, sino que contempla un deber de cuidado que debe
ser apreciado en base a si las medidas se ajustaron a los requerimientos que exigía la
situación fáctica, lo que supone entonces emitir un juicio sobre la conducta desarrollada."
(Considerando 19°, 20°, 21° y 22° de la sentencia de casación, Rol 5889-2010, de fecha seis
de marzo de dos mil trece)

Si bien existe un daño y consiguiente perjuicio, pero no deriva de la responsabilidad del


empleador pues éste no actúo con culpa o negligencia cumpliendo con su deber de cuidado y
protección de la vida y salud del trabajador.

Por otra parte, las indemnizaciones solicitadas no se basan en ningún cálculo y son
absolutamente arbitrarias a criterios desconocidos y poco lógicos.
El actor pretende una indemnización del daño emergente equivalente a cinco millones de pesos,
pero no considera el monto de la remuneración del trabajador.
Y algo similar sucede con el cálculo del lucro cesante, que el actor basa en una supuesta
"incertidumbre laboral actual en relación a los informes médicos actualizados, proyectándolos a
mi vida laboral futura". Sostengo "supuesta incertidumbre", porque el actor no expone sobre su
actual estado de salud, ni los resultados médicos que lo hacen proyectar tal incertidumbre, y
tampoco aclara si su capacidad laboral se ha visto reducida, pues tal situación no ha sido
certificada. Siendo probable que pueda realizar en el futuro alguna actividad laboral
remunerada, esto en atención que el cargo que servía era de jornal, para el cual no se requiere
de calificación o cierta capacitación especial para su desempeño.

En la misma resolución, la Excma. Corte Suprema analizó el lucro cesante considerando la


indemnización de daño emergente, como sigue:
"Trigésimo tercero: Que al momento de resolver la petición de lucro cesante la sentencia de
primera instancia, hecha suya por la de segunda, lo hizo calculando la remuneración que
percibía el trabajador, por el tiempo que transcurrió entre el día del accidente y la fecha de
dictación de la sentencia de primera instancia, resultado al cual agregó la suma que
resulta de multiplicar la remuneración con el tiempo que le faltaba, al trabajador, para
llegar a la edad de 65 años, señalando que eran dichas cantidades las que había dejado de
percibir.

Trigésimo cuarto: Que el concepto de lucro importa una alteración patrimonial derivada
de desventajas económicas, pérdida de opciones o disminución de ingresos, en otras
palabras se trata de dejar de percibir ingresos o ver disminuida la capacidad para
producirlos, con lo cual se hace necesario probar la pérdida del incremento neto que
habría tenido el patrimonio de no haber ocurrido el hecho por el cual un tercero es
responsable.

Trigésimo quinto: Que al resolver la petición de lucro cesante los sentenciadores del grado
lo hicieron sobre la base de entender que la remuneración percibida por el
trabajador constituía un elemento cierto y efectivo en el futuro, es decir, razonan y
deciden sobre una alteración directa al patrimonio, cuestión que es propia del daño
emergente, con lo cual al decidir como lo hicieron incurrieron en un error del derecho en
la interpretación y aplicación del artículo 1556 del Código Civil, norma en donde el
legislador nacional conceptualiza y distingue los conceptos de daño emergente y lucro
cesante."

Podemos extraer que:


1° el daño emergente se puede calcular tomando como base la remuneración percibida
(declarada en la demanda) por el trabajador, por ser un elemento cierto y efectivo en el
futuro por el número de meses que no ha trabajado.
Sin embargo, como se ha planteado por el mismo actor, él ha percibido todos estos meses su
subsidio por incapacidad laboral (pago de licencia médica).
El subsidio por incapacidad laboral es un subsidio especial o pago cuya finalidad es que el
trabajador mantenga sus ingresos por aquellos días que no los va a generar por encontrarse con
reposo terapéutico por la prescripción de una Licencia Médica. Para gozar de este subsidio, debe
cumplir ciertos requisitos y con la correcta tramitación de la licencia médica.
Esto no lo ha dejado de percibir, porque no se ha dado término al contrato de trabajo.

2° el lucro cesante requiere que el demandante de la pretensión pruebe la pérdida del


incremento neto que habría tenido el patrimonio de no haber ocurrido el hecho por el
cual un tercero es responsable. Y como he señalado, desconocemos los fundamentos de esta
disminución de patrimonio, porque existe incertidumbre sobre la capacidad laboral del
trabajador, no es un hecho cierto que el trabajador no podrá trabajar en el futuro.

De igual forma, la indemnización de daño moral queda sujeta a aplicación de las normas de
responsabilidad y a la prueba de que efectivamente que el empleador es responsable del hecho
que genero los daños y perjuicios. A juicio de esta parte, y a fin de no ser redundante, no ha
existido responsabilidad por culpa o negligencia de parte del empleador pues no se trato de una
lesión a causa o con ocasión del trabajo desempeñado por el trabajador Véliz en la obra.
CONCLUSIONES
1° Que el actor sufrió una lesión en su pie, resultado de una patada por un jugador en un
partido de futbol, durante el horario de colación.
Que el empleador a través del jefe de obra y el supervisor había prohibido esta conducta.
Que los trabajadores desobedecieron las órdenes del empleador y jugaron futbol.
Que el trabajador Véliz una vez lesionado, pidió y comprometió a sus compañeros a no
denunciar el hecho y motivos de la lesión para "hacerlo pasar como accidente de trabajo".
2° Que el empleador ha cumplido con su deber de brindar seguridad y protección a la vida y
salud de los trabajadores, informando a través del Prevencionista de Riesgos sobre los peligros
y medidas preventivas que cada trabajador debe saber al realizar su labor en la obra; que ha
entregado los implementos de seguridad dependiendo de cada labor; y que ha acondicionado el
lugar de trabajo con señalizaciones que advierten del peligro en la obra.
3° Que no existe un accidente del trabajo propiamente tal porque la lesión no tiene causa ni se
produjo con ocasión del accidente, lo que traslada la responsabilidad al propio actor por sus
hechos propios.
Que asimismo, el lugar donde realizaba su labor de jornal, no amerita mayor peligro ni puede
ocasionar una lesión de esa magnitud, pues la malla tierra implica palear la tierra una
profundidad no mayor de 50 cm, y que se realiza al interior de la cavidad.
4° Que no se fundamentan las indemnizaciones pretendidas por no existir responsabilidad civil
del empleador. La sumas demandadas son superiores a los cálculos que el Tribunal podría
realizar, porque no consideran la remuneración percibida por el trabajador de acuerdo al
comprobante de la remuneración mensual o al contrato de trabajo; y asimismo no se ha
justificado la pérdida del incremento neto que habría tenido el patrimonio de no haber ocurrido
el hecho por el cual un tercero es responsable.

POR TANTO,
En virtud de los artículos 446 y siguientes del Código del Trabajo, 184 del mismo cuerpo legal,
artículo 5, 67 y 68 de la Ley N° 16.744, Decreto 40/1969, Decreto 594/1999, Decreto 101/1968
y demás normas vigentes y pertinentes.
Ruego a S.S., tener por contestada demanda por accidente del trabajo deducida por Mauricio
Véliz Lillo en contra del empleador Luis Honores Saavedra, en virtud de los argumentos
expuestos. Solicitando desde ya, el rechazo de la demanda en todas sus partes con costas, y en
definitiva, acoger nuestras alegaciones y defensas opuestas en esta presentación.
EN EL PRIMER OTROSÍ: Sírvase S.S. tener presente que en este acto designar como abogado

patrocinante y apoderado a doña Odette Salgado Silva, abogada, cédula de identidad


15.356.088-9, de mi mismo domicilio.

EN EL SEGUNDO OTROSÍ: Solicito S.S. que en conformidad a lo estipulado en el artículo 433 del

Código del Trabajo, se autorice a esta parte a efectuar todas las presentaciones por vía
electrónica y que previo autorización como lo establece el artículo 442 del mismo código, se
realicen las notificaciones de resoluciones judiciales al correo electrónico
odette.salgado@gmail.com.

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