BLOQUE 4.

ESPAÑA EN LA ÓRBITA FRANCESA: EL REFORMISMO

DE LOS PRIMEROS BORBONES (1700-1788)
4.1. LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA Y EL SISTEMA DE UTRECHT. LOS
PACTOS DE FAMILIA
Tras la muerte de Carlos II (último Austria), Felipe de Anjou
(Felipe V) será nombrado rey. Sin embargo, el archiduque
Carlos, de la dinastía Austria, reclama el trono con apoyo
de diversas potencias europeas que temían que Felipe heredara
también el trono francés y crease un gran imperio. Así se
inició la Guerra de Sucesión que terminará tras la
renuncia de Felipe V al trono francés y el acceso de
Carlos al trono austríaco (por lo que también podría crear
un gran imperio si tomaba España, lo que hizo que perdiera
apoyos) concretándose la paz en el Tratado de Utrecht
(1713) que confirmó a Felipe V como rey de los territorios
españoles y americanos pero siempre bajo la promesa de no
unir los reinos de Francia y España.
Ante la imposibilidad de unir de forma efectiva los reinos,
las distintas ramas de la dinastía Borbón (la que reinaba
en Francia y la de España) firmaron tres acuerdos conocidos
como “Pactos de Familia” con los que se prometieron apoyo
contra la hegemonía británica (por ejemplo apoyando la
independencia de los colonos norteamericanos) y se ayudaron
a recuperar el poder en distintos territorios (como los
italianos).
4.2. LA NUEVA MONARQUÍA BORBÓNICA. LOS DECRETOS DE NUEVA
PLANTA. MODELO DE ESTADO Y ALCANCE DE LAS REFORMAS
La primera medida relevante del nuevo rey Borbón Felipe V
fueron los Decretos de Nueva Planta (1707-1715) en los que
suprimía fueros e instituciones de la Corona de Aragón,
que había apoyado al candidato austríaco en la Guerra de
Sucesión, buscando la unificación del territorio y la
centralización política, así como reforzando a Castilla,
que lo había apoyado en el acceso al trono.
La Monarquía Borbónica a principios de siglo se define por
la aplicación del modelo absolutista francés (cuyo máximo
exponente había sido Luis XIV, el Rey Sol): el rey
concentraba todos los poderes (ejecutivo, legislativo y
judicial) con la justificación de que su poder era de
origen divino. También se aplicó el regalismo (el intento de
reducir la influencia del clero teniendo la Corona derecho
a intervenir en asuntos de la vida interna de la Iglesia)
sobre todo con Fernando VI. Las reformas borbónicas
encontraron también algunas resistencias sobre todo en las
medidas relativas a la recaudación de impuestos, como el
intento de Fernando VI de implantar en Castilla el sistema
de recaudación única, al que se opusieron los privilegiados.
4.3. LA ESPAÑA DEL SIGLO XVIII. EXPANSIÓN Y TRANSFORMACIONES
ECONÓMICAS: AGRICULTURA, INDUSTRIA Y COMERCIO CON AMÉRICA.
CAUSAS DEL DESPEGUE ECONÓMICO DE CATALUÑA
La llegada de los Borbones supuso la creación de manufacturas
reales (las Reales Fábricas) y de compañías privilegiadas
para el comercio con América, que estaba muy dañado por la
piratería y por la competencia de Inglaterra. El monopolio
de Sevilla se trasladó a Cádiz.
Con el despotismo ilustrado de Carlos III se introdujeron
medidas liberales pero el comercio interior vivía una
situación difícil (malas vías de comunicación, el uso de
excedentes para especular, las malas cosechas…) por lo que
vivió una época de carestía que llevó a protestas populares.
La situación del campo fue un problema constante de la época
por la oposición de los privilegiados a cualquier cambio en el
régimen señorial, aunque sí se dio cierta mejora de la situación
de los agricultores cuando se redujeron los privilegios de la
Mesta (asociación ganadera que había sido muy poderosa en el
medievo).
En Cataluña se vivió un crecimiento económico gracias a la
acumulación de capital de las tradiciones locales que se
dedicó al comercio (dinamizando el puerto de Barcelona,
beneficiado por la libertad de comercio con América) y a
la industria, apoyando las fábricas y las Reales Compañías
textiles.

4.4. IDEAS FUNDAMENTALES DE LA ILUSTRACIÓN. EL DESPOTISMO

ILUSTRADO: CARLOS III
La Ilustración fue un movimiento político, económico y
cultural del siglo XVIII que defendía el uso de la razón y
la búsqueda del progreso. Aumentará el interés en la ciencia,
la educación y la investigación, como muestra la creación
de Sociedades de Amigos del País: grupos de ilustrados que
buscaban desarrollar la economía de sus provincias
analizando sus problemas y aportando posibles soluciones.
El auge de la Ilustración en España tuvo lugar en el
reinado de Carlos III (1759-1788) que llevó a cabo el
Despotismo Ilustrado: aplicar leves reformas ilustradas al
sistema absolutista para que las bases del absolutismo no
cambiaran. Se mostró como un hombre culto rodeado de
ilustrados que realizaron reformas como la liberalización
de precios (que trajo problemas económicos y protestas
como el Motín de Esquilache, también en contra de que
hubiera ministros italianos, extranjeros, en el gobierno,
por lo que después empezó a rodearse de ilustrados
españoles como Jovellanos). Su principal labor fue en
Madrid, pues mejoró considerablemente la ciudad
(alcantarillado, recogida de basuras, iluminación pública,
monumentos, museos…)

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