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BLOQUE 4.

España en la órbita francesa: el reformismo de los primeros


Borbones (1700-1788).

4.1. La Guerra de Sucesión Española y el sistema de Utrecht. Los Pactos de Familia.

La muerte de Carlos II sin descendencia provocó un conflicto por la sucesión a la corona


española. Los candidatos eran el Archiduque Carlos de Habsburgo de Austria y el rey Luis XIV
de Francia, quién, ante la presión de Inglaterra, tuvo que ceder sus derechos a su nieto Felipe,
duque de Anjou.

En su testamento Carlos II dejaba como heredero a Felipe, con el compromiso de mantener


intactos los dominios españoles. Felipe V, fue proclamado rey de España en 1701, pero su
nombramiento no fue aceptado por el Archiduque lo que originó la Guerra de Sucesión (1702-
1714). El conflicto tuvo una vertiente interior y generó un conflicto internacional: Felipe V, fue
apoyado por Francia (Pacto de Familia) y por Castilla; el Archiduque reunió una alianza de
Austria, Inglaterra, Holanda (Alianza de la Haya) a la que se sumaron los territorios de la
corona de Aragón. Equilibrio de fuerzas (la escuadra inglesa toma Gibraltar), pero desde 1711
las fuerzas borbónicas reducen a los seguidores del Archiduque al control de Cataluña. El
nombramiento del Archiduque Carlos, como Emperador de Austria, influyó para que se firmase
la paz. Barcelona se rindió el 11 de septiembre de 1714.

Las Paces de Utrecht y Raastatt (1713-1714)

Favorecieron al Archiduque y a Inglaterra. Felipe V era reconocido como rey de España pero el
Imperio español se fragmentaba y se perdían las posesiones europeas:

- el Archiduque recibía como compensación los Países Bajos españoles (Bélgica y


Luxemburgo), el reino de Nápoles, Cerdeña y el ducado de Milán que pasaron a
convertirse en posesiones austriacas.
- Inglaterra, gran vencedora del conflicto, mantenía Gibraltar y Menorca,
conquistadas durante la guerra y el derecho a comerciar con las colonias
españolas en América (conseguía entrar en el comercio de los esclavos por medio
del asiento de negros y enviar un buque con mercancías al año, el navío de
permiso).
- Portugal conseguía el territorio de Uruguay (la colonia de Sacramento).
- Saboya recibía la isla de Sicilia (que luego intercambió por Cerdeña).

Desde ese momento la política exterior de los Borbones estará condicionada por las
consecuencias del Tratado de Utrecht. Esa política girará sobre dos ejes:

a) Un sistema de alianzas con Francia conocidos como Pactos de familia.


b) El deseo de revisar el tratado de Utrecht y de recuperar las posesiones cedidas en
dicho tratado, lo que se conoce como política revisionista.
Se pondrá especial empeño en recuperar las posesiones italianas, a lo que contribuyó la
segunda esposa de Felipe V, la italiana Isabel de Farnesio.
El primer pacto de familia (1733) y la victoria de la alianza franco-española sobre Austria, la
obligaron a ceder a los Borbones el reino de Nápoles y Sicilia del que fue nombrado rey el
infante Don Carlos, el futuro Carlos III.

El segundo pacto de familia (1743) recuperó el ducado de Parma para el infante Don Felipe.

El tercer pacto de familia (1761) involucró a España en las guerras coloniales en América.

Sin embargo, los intentos militares y diplomáticos que se hicieron por recuperar Gibraltar
fueron infructuosos y sigue siendo posesión británica.

4.2. La nueva monarquía Borbónica. Los Decretos de Nueva Planta. Modelo de Estado
y alcance de las reformas.

Con Felipe V se inicia la dinastía de los Borbones y comienza una nueva organización del
Estado que tiene como referente a la monarquía francesa e impondrá las instituciones
castellanas a todo el territorio. Se pone fin al sistema de consejos y a la política de pactos
propia de la dinastía de los Habsburgo (en el que cada territorio mantenía instituciones
propias) y se impone una etapa de unificación y centralización del poder político y de la
administración.

Las principales medidas de esas reformas son:

a) Entre 1707 y 1716 se promulgan los Decretos de Nueva Planta por los que se
suprimían los fueros, leyes e instituciones propias de los territorios de la Corona de
Aragón, por su apoyo al Archiduque. Sólo los mantienen Navarra y País Vasco.
b) El rey ejerce un poder absoluto y suprime la convocatoria a Cortes.
c) Castilla se convierte en el eje del Estado y su idioma en el único oficial. El Consejo de
Castilla se convierte en Consejo de Estado.

Modernización del Estado:


1) Se crean ministerios que sustituyen a los antiguos Consejos de los Habsburgo.
2) El territorio se divide en provincias o intendencias. Se crea la figura del intendente
como encargado de asuntos económicos.
3) Fomento de la cultura. Se crean Reales Academias de Artes y Ciencias y Sociedades
de Amigos del País.
4) Regulación económica: se limitan los privilegios de la Mesta; libertad de circulación
de mercancías en el interior de España; control de la Deuda Pública y emisión de
Vales Reales; realización del primer Catastro o registro de bienes (Catastro de
Ensenada).
5) Reorganización de virreinatos e intendencias en América (se crea el virreinato de la
Plata).
4.3. La España del siglo XVIII. Expansión y transformaciones económicas: agricultura,
industria y comercio con América. Causas del despegue económico de Cataluña.

Durante el siglo XVIII, la población española creció desde los siete millones de habitantes de
1680 a más de diez millones en 1797 (según el censo de Godoy). A esa expansión contribuyó la
menor incidencia de las epidemias y la mejora de las condiciones económicas.
La agricultura seguía siendo la base de la actividad económica pero era una agricultura de
rendimientos muy bajos. El principal obstáculo para el desarrollo agrícola era el régimen de
propiedad. La mayor parte de las tierras cultivables estaban en manos de la nobleza y del clero
y estaban infrautilizadas, eran tierras amortizadas. Parte de esas tierras en régimen señorial
eran arrendadas a campesinos que, normalmente, no tenían beneficios para mejorarlas.
Durante el reinado de Carlos III, se hicieron proyectos de mejora (arrendamiento de tierras
municipales; colonización de nuevas tierras; proyecto de una Ley Agraria de Jovellanos), pero
sus logros fueron escasos pues no querían atentar contra los intereses de los estamentos
privilegiados.
La producción industrial se vio incentivada por el crecimiento de la población y la política
industrial dirigida por la monarquía que se centró en tres medidas: proteccionismo de la
industria española; creación de industrias de lujo conocidas como manufacturas reales (vidrio,
porcelana, tapices) y fomento de la construcción naval (Cádiz, Ferrol).
El comercio nacional interno era escaso pero el comercio con América recibió un gran
impulso. Cádiz sustituyó a Sevilla como puerto de embarque a América. Se crearon compañías
comerciales como la Compañía Guipuzcoana de Caracas siguiendo el modelo de Holanda e
Inglaterra. Se fue liberalizando progresivamente sustituyendo el sistema de flotas por el
sistema de registros (los particulares podían enviar mercancías a América sin esperar a que se
organizase una flota). A partir de 1778 se autorizó a cualquier puerto peninsular a comerciar
con América.
Cataluña experimentó en el siglo XVIII un gran despegue económico. El sistema de enfiteusis
(arriendos bajos y a largo plazo) permitió a los campesinos catalanes tener beneficios y
aumentar el consumo lo que estimuló la producción industrial, especialmente la textil. La
industria catalana también se vio favorecida por la política proteccionista de la monarquía y la
liberalización del comercio con América hacía donde exportaba sus productos.

4.4. Ideas fundamentales de la Ilustración. El despotismo ilustrado: Carlos III.

La Ilustración fue un movimiento ideológico que se desarrolló en Europa en el S. XVIII, que


pretendía alcanzar el bienestar y la felicidad de los individuos por medio de los avances en el
conocimiento y en el desarrollo de las artes técnicas. Fue definido como el “Siglo de las luces”
y del culto a la razón. Su principal foco estuvo en Francia y su difusión en España estuvo
alentado y protegido por la propia monarquía.
La Ilustración española tuvo unos rasgos propios y diferenciadores del resto de Europa:

a) fue un movimiento muy minoritario que prendió entre unos pocos intelectuales de la
nobleza y de la burguesía (Campomanes, Jovellanos, Olavide). Sus ideas se
difundieron en tertulias y en sociedades locales como las Sociedades Económicas de
Amigos del País.
b) Fue fomentado y amparado por la propia monarquía (Fernando VI, Carlos III), por lo
que no se le puede considerar un movimiento revolucionario. No plantea cambios ni
sociales ni políticos.
c) Bajo el patronazgo real los ilustrados impulsaron las expediciones científicas y la
creación de Academias como las de la Lengua, las Bellas Artes, Historia y Medicina.
d) Tuvo una gran influencia de la iglesia católica (algunos de sus miembros más
relevantes, como el padre Feijoo, pertenecían al clero), por lo que rechaza el ateísmo y
pretende hacer compatible racionalismo y religión.
e) Fue un movimiento, fundamentalmente, de las regiones periféricas Cataluña, País
Vasco, Asturias.

Un modelo de rey ilustrado fue Carlos III (1759-1788), convertido en rey de España por la
muerte, sin descendencia, de Fernando VI. La experiencia que había adquirido como rey de
Nápoles y el interés por los avances científicos y técnicos que permitiesen mejorar las
condiciones de vida de sus súbditos, le convertirán en el monarca más representativo del
Despotismo Ilustrado en España.

Rodeado de ministros ilustrados como Esquilache, Floridablanca o Jovellanos, se


emprenderán una serie de reformas económicas (libertad de comercio, creación de
sociedades económicas, manufacturas reales) y urbanísticas para modernizar a España y a su
capital Madrid (lo que le valdría el apelativo de “el mejor alcalde de Madrid”). Sin embargo,
fiel a los principios políticos del Despotismo, no se pondrá en duda el poder absoluto de la
monarquía ni la validez del régimen absolutista y de la sociedad estamental. Carlos III
representa el ideal del rey filósofo, un pensamiento paternalista y aristocrático que
consideraba que únicamente el rey, asistido por las minorías ilustradas del país, podía saber lo
que convenía a sus súbditos. Se buscará la felicidad del pueblo pero no se le considerará
maduro para tomar decisiones políticas propias. La situación política queda definida por el
conocido lema “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”.

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