Está en la página 1de 9

UNIDAD 2: PERVIVENCIA DEL ANTIGUO RÉGIMEN Y DESPOTISMO ILUSTRADO (1700-1788)

Guerra de Sucesión española Sociedad y economía en la España del siglo XVIII


Los Borbones y el nuevo modelo de estado Movimiento Ilustrado en España

LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA

La muerte sin descendencia en 1700 de Carlos II (Austria), provoca un conflicto sucesorio entre el francés Felipe de Anjou (Borbón) y el
austriaco Carlos de Habsburgo (Austria).

LOS BORBONES Y EL NUEVO MODELO DE ESTADO

FELIPE V Y LOS DERECHOS DE NUEVA PLANTA

El reinado de Felipe V supone tanto el inicio del reinado de la dinastía Borbón en España, como la desaparición del sistema político de los reinos
peninsulares. Así la reorganización del Estado se desarrolla bajo la influencia del modelo absolutista francés.

Felipe V respetó inicialmente las leyes e instituciones de los diferentes reinos, pero pronto se promulgaron los Decretos de Nueva Planta, que
suprimían los fueros e instituciones en: Aragón, Valencia, Mallorca y Cataluña. La nueva estructura de poder garantizaba el control político y
militar del territorio. Solo los fueros de País Vasco y Navarra fueron respetados. Se acometió una triple reorganización administrativa:
- Administración central: se crean las Secretarías de Despacho y los secretarios de despacho se llaman "ministros".
- Administración de justicia: máxima autoridad, los virreyes son sustituidos por "capitanes generales"
- Administración territorial: se suprimen las Cortes, excepto la de Castilla y se crean los "intendentes"

Finalmente se introduce la Ley Sálica (Austo Acordado), de tradición francesa, una ley que priorizaba la línea masculina en la sucesión del
trono, pero no impedía reinar a la femenina.

CARLOS III Y EL DESPOTISMO ILUSTRADO


Posteriormente reina Fernando VI pero su fallecimiento, precipita el ascenso al trono de su hermanastro Carlos III (1759-1788). Es el máximo
exponente del despotismo ilustrado, es decir, la forma de gobierno autoritario que se caracteriza por su afán reformista sin alterar las estructuras
políticas ("Todo para el pueblo, pero sin el pueblo").

En su primera etapa de reinado, Carlos III contó con un equipo de gobierno formado por colaboradores italianos entre los que destaca el
marqués de Esquilache. El monarca realiza una serie de reformas que provocan el aumento de impuestos, lo cual sumado a la abolición de la
tasa de cereales de 1765 y las malas cosechas precipitaron el Motín de Esquilache (1766). Carlos III tuvo que ceder a las pretensiones de los
amotinados y cesó a Esquilache, tras lo cual adquirieron un mayor peso político personajes como el conde de Floridablanca, el conde de Aranda
y el conde de Campomanes. Por otra parte, la orden de los jesuitas fue acusada de instigar el motín, por lo que se decretó su expulsión de España.

La segunda etapa del reinado se caracterizó por una serie de reformas como el recorte de los privilegios de la Mesta, la colonización de nuevas
tierras en las zonas despobladas de Sierra Morena, la creación del Banco Nacional de San Carlos o la liberalización del comercio con América a
todos los puertos españoles.

Además, a iniciativa de Campomanes, se promovió la extensión de las Sociedades Económicas de Amigos del País, dedicadas al fomento de la
agricultura, la industria y el comercio.

SOCIEDAD Y ECONOMÍA EN LA ESPAÑA DEL SIGLO XVIII

La sociedad española durante el siglo XVIII continuó bajo los esquemas propios del Antiguo Régimen:

Privilegiados: España posee el mayor número de nobles en proporción a su población. El estamento clerical continuó siendo la salida para
segundones e hijas de las familias nobiliarias, como modo de extender sus lazos clientelares.

No privilegiados: constituyen un grupo heterogéneo en cuya cúspide están los grupos acomodados, como la burguesía comercial y otras
oligarquías urbanas, muchos de los cuales vivían de las rentas que les proporcionaban sus propiedades rurales. Los estratos medios estaban
formados por: artesanos, campesinos… En los escalones más bajos la sociedad vivía de la mendicidad. Existían también minorías étnicas como
la gitana, cuyas formas de vida no encajaban en la racionalidad ilustrada y fueron objeto de duras medidas. Además, la esclavitud sigue
formando parte del tejido productivo español.

En los territorios americanos, los criollos, hijos de los españoles en América, ocuparon paulatinamente los estamentos sociales más altos.
LA EXPANSIÓN AGROGANADERA
La tierra continuó siendo la base de la economía española, aunque con desequilibrios: por un lado la agricultura está escasamente tecnificada,
provocando rendimientos pobres y cultivos de secano. El cultivo de la patata, desalentado por el estamento eclesiástico al no poder extraer
diezmos de él, no se extendió hasta la segunda mitad de siglo. Por otro lado, la mayoría de las tierras estaban en manos de la Iglesia, eran
bienes amortizados que no se podían vender (manos muertas) y de la nobleza (mayorazgos), esta situación impactaba en la baja productividad de
las parcelas. En tercer lugar la nobleza y la Iglesia eran los principales propietarios de la cabaña ovina. La Mesta mantenía privilegios de paso
en detrimento de los labradores, lo cual imposibilita la roturación de nuevas tierras y cercamiento de propiedades.

Por todo ello, Campomanes impulsó el Expediente de la Ley Agraria, un plan de reforma que pretendía averiguar las causas de los males del
sector primario español. Los informes reunían propuestas como la supresión de las tierras amortizadas, la puesta en cultivo de las tierras
comunales y baldíos, la disolución de la Mesta o el cercamiento de fincas. La influencia de los grupos privilegiados dinamitó la necesaria
reforma agraria y ello será uno de los grandes problemas económicos de España en los siglos XIX y XX.

ARTESANÍA Y ACTIVIDADES PROTOINDUSTRIALES


El modelo de producción español se caracterizó por la influencia decreciente de los gremios (asociación de talleres artesanales). Hacia finales de
siglo, trabajan de media unas dos personas en cada empresa manufacturera. En contraste, algunos territorios como Cataluña vieron crecer a
finales de siglo diversas fábricas textiles, en las cuales se empleaban modernos telares importados para producir las "indianas".

En cuanto a la industria siderúrgica, los primeros altos hornos de España funcionaron en Santander. Los nuevos métodos de producción
permitieron a los yacimientos del Virreinato del Perú y Nueva España multiplicar la producción de plata.

La Corona, creó diferentes reales fábricas cuya producción se destinaba al abastecimiento de la Corona.

REFORMAS FISCALES
No existía un sistema fiscal unificado, había gran diversidad de impuestos percibidos por las diferentes administraciones, señoríos, Iglesia…
Además, el sistema de recaudación era ineficiente e injusto.

Tras los Decretos de Nueva Planta se estableció el Castro en Cataluña. Ensenada diseñó un nuevo sistema de contribución cuyo propósito era
unificar y optimizar la recaudación de impuestos en Castilla, fracasó. Pero, se elaboró el Castro de Ensenada, un censo de bienes materiales y
personas que recogía la riqueza de los diferentes territorios.

EL MOVIMIENTO ILUSTRADO EN ESPAÑA

La España del siglo XVIII se sumó de forma tardía al movimiento ilustrado. El propósito de los ilustrados fue la mejora en el ámbito económico,
social, educativo y cultural. Así, destacaron: padre Feijoo, el conde de Floridablanca, el conde de Campomanes.

El movimiento ilustrado en España constituyó un movimiento reducido a ciertos grupos sociales aristocráticos, burgueses y eclesiásticos, que
desarrollaron su labor en tertulias, salones y asociaciones. De especial relevancia fueron las Sociedades Económicas de Amigos del País,
asociaciones cuyo objetivo era:

- Mejora de la agricultura, el comercio y la industria, a través de la revalorización del trabajo manual, premios de calidad y cantidad de
producción y creación de talleres.
- Extensión de la alfabetización y la formación profesional, a través de escuelas de primeras letras, escuelas patrióticas y escuelas de
enseñanzas especiales.

Además, se crearon nuevos centros de enseñanza superior.

Por otra parte, durante el reinado de Felipe V, se fundaron las reales academias, cuyo propósito era cimentar una lengua, una historia y un arte
oficial, en una suerte de "nueva planta cultural".
BLOQUE 3: GUERRA Y REVOLUCIÓN LIBERAL (1788-1833) / LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN: LIBERALISMO VS
ABSOLUTISMO

- La Guerra de la independencia: antecedentes y causas / bandos en conflicto / fases de la guerra / consecuencias

EL -REINADO
Las CortesDE
de Cádiz.
CARLOSLa Constitución
IV (1788de 1812
– 1808) / GUERRA DE LA INDEPENDENCIA: ANTECENDENTES Y
CAUSAS

El rey Carlos IV accedió al trono español en 1788 y pronto se vio desbordado por la compleja situación creada por la Revolución Francesa
(1789). El temor a la expansión revolucionaria congeló el programa reformista de Carlos III, apartó del gobierno a los ministros ilustrados
(Floridablanca, Jovellanos…), nombró a Manuel Godoy secretario de Estado y cerró la frontera francesa para evitar el contagio.

El protagonismo de las clases populares, el carácter radical de sus reformas la ejecución de Luís XVI a través de la guillotina, hace que España
declare la guerra a Francia junto a una coalición militar europea.

El enfrentamiento bélico se saldó con la derrota de las tropas españolas y firma de la Paz de Basilea por la que España quedó subordinada a los
intereses franceses. Desde el ascenso al poder de Napoleón Bonaparte, la política española vaciló entre el temor a Francia y el intento de pactar
con ella para evitar el enfrentamiento con el ejército napoleónico.

Godoy se decantó por la alianza con Francia, que derivó en una guerra contra Gran Bretaña donde la armada franco-española fue derrotada en
Trafalgar. Supuso la pérdida de casi toda la flota española y una crisis en la Hacienda provocada por la falta de recursos provenientes del
paralizado comercio atlántico. Godoy recurrió al endeudamiento, el aumento de las contribuciones y a la desamortización de las tierras
eclesiásticas. También se redujo la actividad de la Inquisición y promoción de las Sociedades Económicas de Amigos del País.

La nobleza y la Iglesia se mostraron contrarias a las reformas de Godoy y rechazaban al hijo primogénito del rey, Fernando, que temía verse
desplazado por Godoy ante su poder. Por otro lado, los impuestos sobre el campesinado provocaron el descontento popular, que se veía
incrementado por las epidemias, el hambre, la escasez y la falta de abastecimiento. La incapacidad de resolver esta situación alimentó motines y
revueltas que responsabilizaban a Godoy.

Godoy, con el consentimiento de Carlos IV, firmó con Napoleón el Tratado de Fontainebleau, que autorizaba a los ejércitos franceses a entrar
en España para ocupar Portugal, aliada con Gran Bretaña. A cambio, se pactaría un reparto de Portugal entre Francia y España y se crearía un
principado para el propio Godoy. Los franceses atravesaron los Pirineos en febrero de 1808 y su presencia irrita a la población. Las tropas se
situaron en puntos estratégicos (bcn, mad, vitoria), para desplegarse por todo el territorio.

El 18 de marzo de 1808 estalló un motín en Aranjuez, ciudad donde se encontraban los reyes. Con participación popular pero dirigido por la
nobleza palaciega y el clero, perseguía la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo.

Los amotinados consiguieron sus objetivos, pero se evidenció una crisis profunda en la monarquía. Carlos IV escribió a Napoleón reclamando su
ayuda para recuperar el trono que le había sido arrebatado por su hijo. Ante esta situación, el emperador decidió invadir España, ocupar el trono
y anexionar el país al Imperio francés.

Carlos IV y Fernando VII fueron llamados por Napoleón a Bayona, donde abdicaron en la persona de Napoleón Bonaparte, quien nombró a su
hermano José, rey de España. Para ratificarlo y anunciar sus intenciones, convocó Cortes en Bayona, a fin de ofrecer un Estatuto al país, en el
que se reconocía, la igualdad de los españoles ante la ley, impuestos y acceso al cargo público.

Juró el Estatuto (Estatuto de Bayona) el 7 de julio de 1808, fue rey de España con escaso apoyo popular y pasividad de la mayoría de la
administración borbónica. El monarca propuso una serie de reformas para acabar con el Antiguo Régimen:
o Desamortizaciones de parte de las tierras del clero
o Desvinculación de los mayorazgos y de las tierras de manos muertas
o Legislación del fin del régimen señorial.
o Se abolió la Inquisición y se inició la reforma de la Administración.

LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA: FASES BANDOS CONSECUENCIAS - LAS CORTES DE CÁDIZ -


CONSTITUCIÓN 1812

EL LEVANTAMIENTO POPULAR
Mientras se desarrollaban los hechos de Bayona, en España el 2 de mayo 1808 se produce un alzamiento del pueblo contra la presencia
francesa. Había llegado la confusa noticia de que Fernando VII había sido secuestrado por Napoleón, lo que provocó un alzamiento en Madrid
de forma espontánea contra las tropas de ocupación, este fue duramente reprimido por las tropas al mando del general Murat. Pronto el
levantamiento se extendió al resto del país. Ante la sorpresa de los franceses, un movimiento de resistencia popular frenó el avance de las tropas
imperiales.

En Galicia, Andalucía, Aragón, Castilla…, la población reclamó la defensa contra la invasión francesa y surgieron Juntas de Armamento y
Defensa. Las Juntas fueron primero locales y pronto provinciales para reclamar la acción de las autoridades y forzar la formación de una Junta
Central que coordinase la acción contra los franceses. El ejército español era insuficiente. La guerrilla y la resistencia en los sitios de las
ciudades, impidió el avance del dominio francés.
LAS ACTITUDES FRENTE A LA OCUPACIÓN FRANCESA / BANDOS
Podemos diferenciar dos posturas frente a la nueva monarquía napoleónica:

 Afrancesados: eran una minoría (intelectuales, funcionarios, nobleza alta), aceptaron a José Bonaparte y participaron en su gobierno.
Defienden las reformas napoleónicas frente al exceso revolucionario, procedente del despotismo ilustrado. La derrota final del ejercitó
obligó a la mayoría a exiliarse.

 Patriotas: eran el grueso de la población española que se opuso a la invasión. En este bando diferenciamos:
o Clero + nobleza (absolutistas): buscaba la vuelta al absolutismo bajo Fernando VII y combatían contra el francés para la
vuelta de la vieja monarquía, la tradición y la religión católica.
o Gran parte de la población: defensa contra un invasor extranjero. Muchos desean el regreso de Fernando VII y defendía la
Iglesia católica, aunque con su actitud de rebeldía contra la monarquía de José Bonaparte tomó actitudes revolucionarias.
o Ilustrados (liberales): representados por Floridablanca o Jovellanos, deseaban la vuelta de Fernando VII del que se espera
que hiciese compatible la monarquía tradicional junto con la modernización del país. Veían en la guerra la oportunidad de
realizar reformas.
o Burguesía + intelectuales + sectores liberales (liberales): deseaban transformar el Antiguo Régimen en un sistema liberal-
parlamentario. Aspiran a la soberanía nacional, la división del poder, promulgación de una constitución, abolición de los
privilegios estamentales y gremiales.

FASES DE LA GUERRA

 Resistencia popular (1808): Napoleón asegura una fácil y rápida invasión de la Península Ibérica. Sin embargo, Girona, Zaragoza o
Tarragona, sitiadas por las tropas francesas, frenaron el avance previsto. Además, la derrota de los invasores en Bailén fuerza a José I a
abandonar Madrid y replegar las tropas al Norte del Ebro.

 La ocupación francesa (1808-1812): Napoleón se desplazó a España en 1808, desplegó un ejército y tomó Madrid y dominó casi todo
el territorio español. La guerrilla fue la única fuerza de resistencia frente al invasor.

 La derrota napoleónica (1812-1814): en 1812 la guerra queda afectada por invasión napoleónica de Rusia, que obligó a Napoleón a
retirar las tropas de la Península. Las tropas españolas, apoyadas por la guerrilla + ejército británico al mando de Wellington,
consiguen la victoria de Arapiles, que marcó un punto de inflexión. José I abandona definitivamente Madrid, que fue tomada por
Wellington. Incapaz de mantener los dos frentes, Napoleón decidió pactar el fin del conflicto con los españoles y permite el retorno de
Fernando VII (Tratado de Valençay). Hacia finales de 1813 sus tropas abandonan la Península.

COSTES DEL CONFLICTO BÉLICO


La guerra fue larga, cruel y destructiva. Las guerrillas aprovisionaban sobre el terreno mediante requisas y las autoridades francesas
establecieron nuevos impuestos. A ello sumar el incremento de la mortalidad y caída de la natalidad. Los campos de cultivo quedaron devastados
y las producciones agrarias disminuyó, la industria y el comercio se colapsaron y el transporte queda afectado por incautación militar de bueyes,
mulas y caballos. El coste global fue extraordinario y provocó un aumento de la deuda pública.

LA CONVOCATORIA DE CORTES DE CÁDIZ


La Junta Central Suprema organizó una consulta al país en plena guerra y ante el hundimiento del Estado, convoca Cortes, las respuestas a la
consulta señalaban a los gobiernos de Carlos IV como responsables de la situación y planteaban la necesidad de reformas que limitasen el poder
del monarca.

La Junta no pudo sobreponerse a las derrotas militares por lo que es reemplazada por una regencia (obispo de Orense) que convocó la reunión de
Cortes. Dado el contexto bélico 300 diputados consiguieron reunirse el 24 de septiembre de 1810 en el Teatro Cómico de la Isla de León
(Cádiz).

En las primeras sesiones, los liberales consiguen un triunfo al aprobarse que las Cortes eran unicamerales y depositarias de la soberanía nacional,
es decir, que ejercían el poder en representación de los ciudadanos de la nación. Acordaron la división de poderes, establecieron la libertad de
imprenta y reconocieron a Fernando VII como rey de España. Adquirían, un carácter revolucionario, ya que rompían la doctrina de la soberanía
como atributo real y liquidaban los privilegios estamentales, los ciudadanos eran iguales ante la ley y tienen los mismos derechos.

LA LABOR DE LAS CORTES: ABOLIR EL ANTIGUO RÉGIMEN / CONSTITUCIÓN 1812


La tarea más importante de las Cortes fue la elaboración de una nueva constitución, que promulgó el 19 de marzo de 1812. (La Pepa). Texto de
384 artículos y su tramitación se ve afectada por las diferencias entre absolutistas y liberales.

Bloques de contenidos fundamentales:


1) Sistema político: se establece una monarquía parlamentaria. La Soberanía reside en la nación. Los tres poderes quedan separados:
legislativo (cortes unicamerales – elegidas por sufragio indirecto y masculino), ejecutivo (rey – elige a sus secretarios), judicial
(tribunales independientes).
2) Derechos y liberades: igualdad civil (=fin sociedad estamental) / derecho al sufragio (indirecto + masculino) / no reconoce libertad de
culto pues la única religión de la nación es la católica / propiedad individual / inviolabilidad del domicilio.

Las Cortes aprobaron leyes y decretos destinados a eliminar el Antiguo Régimen y a ordenar el Estado como un régimen liberal (legislación
ordinaria):
- Supresión de los señoríos jurisdiccionales
- Eliminación de los mayorazgos y la desamortización de las tierras comunales, para recaudar capitales para amortizar deuda pública
- Abolición de la Inquisición, con oposición de los absolutistas + clero
- Libertad de imprenta excluyendo a los textos religiosos
- Libertad de contratación, anulación de los gremios y la unificación del mercado.

La constitución de 1812 es el primer texto constitucional español y uno de los primeros del mundo. Servirá de inspiración a otros países como
Portugal y países de América del Sur... Cuando regresó Fernando VII todos los que estaban en contra de la constitución se unieron al rey para
acabar con ella y el monarca no tuvo dificultad para derogarla y conducir al retorno del absolutismo. Su vigencia será por ello muy limitada, ya
que durante la Guerra de la independencia no da tiempo a imponerla

REINADO DE FERNANDO VII: EL SEXENIO ABSOLUTISTA (1814-1820)

Los liberales desconfiaban de la predisposición del monarca para aceptar el nuevo orden constitucional. Por ello, ordenaron que viajara
directamente a Madrid para jurar la Constitución y aceptar el nuevo marco político. Fernando VII temió enfrentarse a quienes habían resistido al
invasor y acató sus condiciones. Pero los absolutistas saben que la vuelta del monarca es una oportunidad ideal para acabar con la obra de Cádiz
y volver al A.R, por ello se organizan para demandar la restauración del absolutismo y le entregan el “Manifiesto de los Persas”.

Fernando VII anuló la Constitución y las leyes de Cádiz y anunció la vuelta al absolutismo mediante el decreto del 4 de mayo de 1814, por ello
los dirigentes liberales son perseguidos.

Era una vuelta al Antiguo Régimen, en un contexto internacional determinado por la derrota de Napoleón, la restauración de las monarquías
absolutistas en el Congreso de Viena y la creación de la Santa Alianza (permitía intervención militar en cualquier país para frenar el liberalismo)

En 1815, Fernando VII, intenta reformar un país mermado por la guerra: fallecidos por hambrunas y epidemias, campos de cultivo destrozados,
producción agrícola insuficiente, ganadería muy afectada, producción industrial hundida, La Hacienda real en bancarrota, debido a los enormes
gastos militares de la guerra de las colonias e interrupción del comercio transoceánico.

Además, aumentó la desafección social: los campesinos protestaban contra la imposición de rentas señoriales y diezmos. Los sectores adinerados
reclamaban que se respetase la propiedad de sus nuevas adquisiciones. La burguesía urbana defendía la libertad de industria y mercado que había
sido interrumpida por el tráfico comercial. Los gobiernos de Fernando VII, fueron incapaces de solventar estos problemas por lo que se
produjeron revueltas urbanas y campesinas y pronunciamientos militares que provocaron la quiebra de la monarquía absoluta.

La restauración monárquica obligaba a los liberales a exiliarse o actuar en la clandestinidad, por lo que se organizaban en logias masónicas y
sociedades secretas. La masonería, que llegó a España en el siglo XVIII, combinó las ideas ilustradas y liberales con rituales esotéricos. A ello
sumar que muchos guerrilleros destacados de la guerra de la Independencia fueron olvidados por Fernando VII provocando su descontento y
oficiales prisioneros regresados de Francia se quedaron sin empleo.

De este modo, se produjeron constantes pronunciamientos, estos eran acciones lideradas por jefes militares y con apoyo civil con el objetivo
de derrocar al gobierno y sustituirlo por otro afín. Se produjeron pronunciamientos encabezados por mandos liberales: Milans del Bosch, Espoz
y Mina, Lacy…) Todos fracasaron excepto el impulsado por Riego en 1820, que abrió paso a una nueva etapa liberal.

REINADO DE FERNANDO VII: EL TRIENIO LIBERAL (1820-1823)

El 1 de enero de 1820 triunfó un pronunciamiento encabezado por el coronel Riego en Cabezas de San Juan, donde una compañía de
soldados recorrió Andalucía proclamando la Constitución de 1812. La pasividad del ejército, la actuación de los liberales en las ciudades y la
neutralidad de los campesinos obligaron al Rey a aceptar convertirse en monarca constitucional.

Se formó un nuevo gobierno que proclamó una amnistía, permitió el regreso de liberales y afrancesados y convocó elecciones que fueron
ganadas por los liberales. Las nuevas Cortes llevaron a cabo una obra reformista para abolir el Antiguo Régimen. Medidas:

 Supresión de los señoríos jurisdiccionales, mayorazgos y vinculaciones: supuso el fin del feudalismo en el campo. La tierra se
convirtió en mercancía favoreciendo las relaciones de tipo capitalista.
 Reforma eclesiástica, se suprimía los conventos y secularizada a los frailes: se llevó a cabo una desamortización de tierras del clero
que pasaron al Estado y fueron vendidas en subasta pública. Con ello se pretendía limitar el poder de la Iglesia y obtener ingresos para
la Hacienda.
 Reforma del sistema fiscal para aumentar los recursos del Estado y disminución del diezmo eclesiástico.
 Eliminación de los gremios y libertad industrial y comercial, favoreciendo el desarrollo de la burguesía
 Instauración de la Milicia Nacional, un cuerpo de ciudadanos armados (clases medias urbanas) en defensa del régimen constitucional
y mantenimiento del orden público

 Nueva división provincial y organización de ayuntamientos y diputaciones por sufragio.

 Se promulgó un primer Código Penal, se reformó el ejército y se organizó la educación en tres grados.
Las reformas suscitaron la oposición de la monarquía y de los absolutistas. Fernando VII, había aceptado el nuevo régimen forzado y paralizó las
leyes que pudo mediante el derecho de veto. Las reformas del trienio no incorporaban aspiraciones básicas del campesinado, lo que provocó un
descontento que se tradujo en protestas y levantamientos.

La nobleza y la Iglesia, perjudicadas por la supresión del diezmo y los privilegios. Consiguieron capitalizar parte del descontento del
campesinado y se alzaron partidas realistas en Cataluña, Navarra, Galicia y el Maestrazgo.

Las dificultades dieron lugar a enfrentamientos entre los propios liberales que se dividieron en:

 Moderados (doceañistas): gobernaron hasta 1822. Dispuestos a introducir reformas en la constitución que la hicieran más
conservadora.
 Exaltados: derrotan a los realistas a finales de 1822. Organizados en sociedades patrióticas, quieren mantener la Constitución y
buscaban una política más progresista.

Las demandas de ayuda de Fernando VII la Santa Alianza dieron lugar a la formación de un ejército francés, los Cien Mil Hijos de San Luis
bajo el mando del duque de Angulema. La resistencia del ejército liberal fue escasa y no hubo intervención popular.

Tras la ocupación se nombró un Consejo de Regencia y Fernando VII recuperó su condición de monarca absoluto (1823). Un nuevo gobierno
absolutista derogó las leyes y decretos promulgados durante el Trienio e inició la persecución de los liberales, muchos de los cuales se exiliaron
a Francia, (Martínez de la Rosa, Javier de Burgos, Andrés Borrego) o al Reino Unido.

REINADO DE FERNANDO VII: DECADA OMINOSA Y LA CRISIS SUCESORIA (1823-1833)

El regreso al absolutismo fue acompañado de una gran represión contra los liberales, para ello se creó un cuerpo militar, los voluntarios
realistas, encargado de su persecución. Además, se depuró la Administración y el ejército de presuntos liberales y se crearon comisiones de
vigilancia para sancionarlos.

En el ámbito político, se adoptaron cambios propuestos por ministros para asegurar el funcionamiento del Estado. Se propuso una amnistía para
superar la coyuntura de violencia y una reforma de la Hacienda para aumentar los ingresos. El gobierno se sentía amenazado por los liberales.

A partir de 1825, ante la gravedad de los problemas económicos, el gobierno permitió la colaboración con el sector moderado de la burguesía. El
ministro de Hacienda, López Ballesteros, impulsó algunas reformas:

- Presupuestos anuales del Estado con doble partida de ingresos y gastos para palear la deuda. Sin embargo, no afrontó la reforma
fiscal, pues era imposible aumentar la recaudación sin tocar los privilegios de la nobleza. También negoció con Francia e Inglaterra el
pago de la deuda.
- Estableció un Código de Comercio y la creación de sociedades industriales.
- A partir del endeudado Banco de San Carlos, creó el Banco de San Fernando, al que se le otorgó el monopolio de la emisión de
moneda.

El cambio de orientación política fue mal visto por el sector más conservador y tradicionalista de la Corte (la nobleza y el clero). En Cataluña en
1827 se levantaron partidas realistas (Els “Malcontents” o “Agraviados”) que defendían el retorno a las costumbres y formas tradicionales. En la
corte, dicho sector se agrupó alrededor de Carlos María Isidro, hermano del Rey y previsible sucesor de Fernando VII.

En 1830, el nacimiento de una hija del Rey, Isabel dio lugar a un grave conflicto en la sucesión al trono. La ley sálica, implantada por Felipe V
en España, priorizaba la sucesión al trono de la línea masculina, pero Fernando VII, influido por su mujer, María Cristina, promulgó la
Pragmática Sanción que derogaba la Ley Sálica y abría el camino al trono a su hija y heredera, Isabel II. Los partidarios de Don Carlos
(carlistas) se negaron a aceptar la nueva situación e influyeron sobre el monarca gravemente enfermo para que fuera repuesta la Ley Sálica.

Se trataba también de un enfrentamiento entre dos modelos de sociedad:

- Alrededor de Carlos: fuerzas partidarias del antiguo régimen y opuestos al liberalismo.


- Alrededor de María Cristina: apoyos en los sectores más cercanos al liberalismo. Nombrada Regente, decretó una amnistía que
supuso la vuelta de 10000 exiliados liberales y se preparó para enfrentarse a los carlistas. Fernando VII murió reafirmando en su
testamento a su hija Isabel como heredera del trono y nombrando regente María Cristina hasta la mayoría de edad de su hija. El mismo
día, Don Carlos se proclamó rey. Fue el inicio de la Primera Guerra Carlista.
UNIDAD 4: ENTRE MODERADOS Y PROGRESISTAS (1833-1874)

La primera guerra carlista (1833-1840)

El proceso de la revolución liberal (1833-1843)

LA PRIMERA GUERRA CARLISTA (1833-1840)

DOS OPCIONES ENFRENTADAS


Tras la muerte de Fernando séptimo, se reactivó la dinámica de guerra que caracteriza el proceso de disolución del antiguo régimen en España.
Los sectores absolutistas partidarios de Carlos María de Isidro iniciar una insurrección armada para impedir la consolidación del trono isabelino.
Esta derivó en una guerra civil.

Los carlistas (Dios, patria y rey), que representaban los intereses absolutistas (Altar y Trono), la preminencia social de la Iglesia, el
mantenimiento de las estructuras económicas del antiguo régimen y la conservación de un sistema foral, frente a la centralización liberal.

La sublevación se desplegó por zonas rurales del País Vasco, Navarra, parte de Cataluña, Aragón y Valencia. Contó con el respaldo social de 2
sectores contrarios al liberalismo: miembros del clero (desamortización), la pequeña nobleza agraria (desvinculación y mayorazgos) oficiales
reaccionarios del Ejército, numerosos artesanos arruinados y campesinos arrendatarios. Parte del campesinado se unió. Al carlismo ante el temor
de verse expulsados de sus tierras por la reforma liberal y los nuevos impuestos. Esto refleja una resistencia colectiva frente a las innovaciones.

La causa isabelina contó con el apoyo de la alta nobleza, los funcionarios reformistas y un sector eclesiástico. Sin embargo, la dinámica de
guerra y los problemas económicos obligaron a ampliar esta base social, comprometiendo a la burguesía y a los sectores populares a cambios de
reformas en el régimen político. La guerra se convertía en un acelerador del cambio político.

El conflicto también tenía una dimensión internacional en Europa dividida entre absolutistas y liberales.

- Carlistas: Rusia, Prusia, Austria, Nápoles


- Liberales: Francia, Reino Unido

EL DESARROLLO DEL CONFLICO


Carlos María Isidro reivindicó sus derechos dinásticos en el Manifiesto de Abrantes y no tardaron en producirse insurrecciones armadas. Los
carlistas se hicieron fuertes en las zonas montañosas de Navarra y País Vasco y en zonas aisladas de Valencia y Aragón, donde organizaron sus
efectivos en partidas armadas. En 1834, Carlos María Isidro, se instaló en zona carlista y logró organizar un pequeño estado y formar un
Ejército al mando de Zumalacárreui.

Etapas:

Entre 1833 y 1835 se produjo la estabilización de avance del Ejército carlista hasta la muerte del general Zumalacárreui durante el asedio de
Bilbao, donde los carlistas perdieron a su mejor organizador.

Entre 1835 y 1837, los carlistas organizaron expediciones militares para romper su aislamiento. El Ejército se extendió hasta Andalucía y en
1837 una expedición real encabezada por Don Carlos llegó a las puertas de Madrid, pero fue rechazada por las tropas liberales. En ellas se reflejó
el escaso apoyo de la población civil. Fracasó un intento de tomar Bilbao gracias a la victoria del general Isabelino Baldomero Espartero en la
batalla de Luchana.

Entre 1837 y 1839 se desarrolló la ofensiva isabelina bajo el mando de espartero, anunció la debilidad del carlismo y la división entre los propios
carlistas entre los que defendían la paz: transaccionistas de Maroto y los que pretendías seguir con la guerra: intransigentes o apostólicos de
Cabrera. Maroto acordó con Espartero la firma del Convenio de Vergara en 1839. El acuerdo preveía el mantenimiento de los fueros en El País
Vasco y Navarra, así como la integración de la oficialidad carlista en el Ejército real.

A partir de 1839, solo las partidas de Cabrera continuaron resistiendo en la zona del Maestrazgo hasta su derrota en 1840, que supuso la retirada
hacia Francia y el exilio del Pretendiente Carlista.

CONSECUENCIAS DE LA GUERRA
Las consecuencias fueron, demográficas: muchos fallecidos; políticas: la guerra consolidó la división del liberalismo español en moderados y
progresistas; económicas: la guerra incrementó la deuda, condicionó la desamortización y dificultó el desarrollo industrial.

EL PROCESO DE LA REVOLUCIÓN LIBERAL (1833 – 1843)

EL RÉGIMEN DEL ESTATUTO REAL


Ante la insurrección carlista, la regente María Cristina y el Consejo de gobierno encabezado por Cea Bermúdez (absolutista-*reformista),
concedieron una amnistía a los liberales y buscaron un acuerdo dinástico. Pretendían mantener la línea política anterior de reformas “sin
innovaciones peligrosas”. Entre las reformas destacó la nueva división en 49 provincias.

En 1834, con un país en guerra y con la necesidad de sumar apoyos, la regente tuvo que aceptar la inclusión en el gobierno de liberales
moderados como Martínez de la Rosa y promulgar un Estatuto Real: una carta otorgada para formar Cortes estamentales de dos Cámaras sin
poder, solo de carácter consultivo y subordinado al monarca. El sufragio se limitaba a una minoría de la población (0,15%), que pagaba una
contribución estipulada o reunía determinadas capacidades.

El sistema político del Estatuto Real consolidó la división entre

- Liberales moderados: partidarios de una transición reformista


- Liberales progresistas: partidarios de recuperar la obra legislativa de las Cortes de Cádiz

Los ataques carlistas a poblaciones, protegidas solo por la milicia urbana de signo progresista, el problema de la deuda y el malestar social
derivaron en críticas al Gobierno y clero. Se reactivó la opinión pública (periódicos, tertulias, cafés), esencial en la movilización de los sectores
progresistas.

EL ACCESO DE LOS PROGRESISTAS AL PODER


El detonante final de la crisis del régimen del Estatuto fueron las revueltas ciudadanas que se manifestaron en forma de protestas, motines y
quemas de conventos, además del incendio de la fábrica Bonaplata en Barcelona. El malestar propició la formación de juntas revolucionarias de
signo progresista que demandaban cambios reales y la reactivación del programa de reformas de 1812 y 1823.

La regente nombró un nuevo gobierno encabezado por un liberal progresista, Juan Álvarez Mendizábal.

 1º objetivo (militar): derrotar al carlismo y para ello convocó una quinta de 100000 hombres.
 2º objetivo (político): transformar el Estado, en liberal, reformando el Estatuto Real.
 3º objetivo (económico): impulsar una reforma agraria con la aprobación de los decretos de desamortización de tierras eclesiásticas y
la supresión de las congregaciones religiosas.

El ambicioso programa de cambios provocó que María Cristina destituyera a Mendizábal y entregará el gobierno a los moderados (Istúriz).

Para los progresistas, esta decisión suponía la vuelta al punto de partida y en verano de 1836, se inició en Andalucía un amplio movimiento
revolucionario en favor de la Constitución de 1812. Las revueltas y motines se extendieron por toda la península y un motín de sargentos en La
Granja obligó a la regente a aceptar la Constitución de 1812. El progresista Calatrava fue llamado a formar gobierno, con Mendizábal como
ministro de Hacienda.

EL DESMANTELAMIENTO DEL ANTIGUO RÉGIMEN


En el corto periodo de los gobiernos progresistas de Mendizábal y Calatrava, se puso fin las estructuras económicas del Antiguo Régimen y se
implantó un régimen liberal, constitucional y una monarquía parlamentaria.

El Gobierno convocó elecciones que dieron una mayoría progresista. Las nuevas cortes redactaron una Constitución (1837), que dejaba al
margen cuestiones que se regularían posteriormente por leyes orgánicas. Esto tenía el objetivo de que la Constitución fuese aceptada por las
distintas opciones liberales.

La Constitución de 1837 reunía los principios básicos del progresismo:

 Soberanía nacional
 Declaración de derechos de los ciudadanos
 Principios moderados: segunda Cámara de designación Real, el Senado, la soberanía compartida, la concesión de amplios poderes a la
Corona y la financiación del culto católico
 Ley de imprenta: incrementó el control sobre los periódicos
 Ley electoral: sufragio restringido a los mayores de 25 años que pagasen una renta mínima de contribución, lo que permitió ampliar el
derecho al voto al 2,4%. Por lo tanto, triunfó el modelo censitario de ciudadano-propietario, aunque se ensanchaba la participación
política a través de la elegibilidad en los municipios y la participación en la Milicia Nacional.
 Las colonias serían gobernadas por leyes de excepción al margen de la Constitución y se dio cobertura al lucrativo negocio esclavista
cubano. Los diputados americanos fueron expulsados.

También podría gustarte