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La guerra fue un conflicto internacional pero también se convirtió en una guerra civil al
proclamar rey al archiduque Carlos la Corona de Aragón, mientras que Castilla apostaba por
Felipe V.
La guerra fue cruenta y larga (1701-1714) y se desarrollo en el mar y en varios frentes
terrestres.
En 1705, tras la firma del Pacto de Génova entre los ingleses y los catalanes, Barcelona se
sublevó contra Felipe V. La rebelión catalana desató definitivamente la guerra en la Península,
enfrentándose en un conflicto civil borbónicos y austracistas.
La corte tuvo que abandonar la capital a toda prisa. Los reinos de Valencia y Aragón se
sumaron a la rebelión. La causa de Felipe V parecía perdida.
Los borbónicos se rehicieron con una victoria en Almansa (1707) que permitió a Felipe V
restablecerse en Madrid, invadir el reino de Valencia y promulgar los primeros Decretos de
Nueva Planta.
Los austracistas volvieron a entrar en Madrid en 1710, pero el apoyo del ejercito francés
permitió derrotarlos en Brihuega y Villaviciosa, lo que sentencio la guerra.
1711, el archiduque Carlos se convirtió en emperador de Alemania. Inglaterra, que no quería
verlo también como rey de España, busco la paz; deseo también compartido por Luis XIV
Las negociaciones de paz se celebraron en la ciudad holandesa de Utrecht. Se acepto a Felipe
V. Se compenso al archiduque con las posesiones españolas en Italia y los Países Bajos
españoles. La gran triunfadora fue Inglaterra que se quedaba con Gibraltar y la isla de
Menorca, abría una brecha en el monopolio hispano del comercio con las Indias.
2. El reinado de Felipe V
El reinado de Fernando VI (1746-1759) fue un periodo de paz. Se mantuvo la neutralidad española
en política exterior, mientras se llevaban a cabo importantes programas de reconstrucción interna.
Se modernizó la administración y se elaboró el Catastro de Ensenada para conocer la situación
económica del país. Su objetivo era racionalizar la Hacienda Publica mediante el establecimiento de
un impuesto único.
Reconstrucción de la flota, que convirtió de nuevo a España en una potencia naval y despertó la
inquietud de Gran Bretaña.
Dejo como heredero del trono al hijo mayor de Isabel de Farnesio, Carlos de Nápoles, quien reinaría
con el nombre de Carlos III
Su reinado supuso un cambio en la orientación de la política exterior. En el interior significó la
culminación del programa de reformas.
El monarca llegó acompañado de varios ministros italianos, como Esquilache y Grimaldi, ligados al
espíritu de la Ilustración, que alcanzó en este reinado su máxima expresión. Acometieron reformas
urbanas en Madrid.
No estuvo exento de tensiones con los sectores más inmovilistas, defensores de las tradiciones. Los
cambios que afectaron a la indumentaria tradicional provocaron gran malestar. Fue la excusa para
quienes no veían con buenos ojos las reformas para provocar un motín conocido como motín de
Esquilache.
3. Los reinados de Fernando VI y Carlos III
El domingo de Ramos de 1766 estalló un motín en Madrid cuyas causas inmediatas fueron el recorte
de capas y sombreros ordenados por el ministro Esquilache, asi como la subida del precio del trigo,
aunque en el fondo lo que latía era la lucha entre innovadores y los inmovilistas.
El rey transigió con los alborotadores, ordenó bajar el precio del pan y destituyo a Esquilache. Carlos
III optó por ministros españoles como Campomanes y Floridablanca quienes llevaron importantes
reformas en la línea del despotismo ilustrado.
Decidió expulsar a la Compañía de Jesús, pues en los círculos cortesanos se culpaba a los jesuitas de
ser los inductores de la protesta popular y de oponerse al regalismo de la Corona.
Llego a un acuerdo con Luis XV de Francia para poder encarar el creciente contrabando y las
agresiones que sufrían las colonias españolas por parte de los ingleses. Tercer Pacto de Familia.
Significó la entrada en la guerra de los Siete Años que enfrentaba británicos y franceses por el
dominio colonial.
Se desarrolló al otro lado del Atlántico. La firma de la Paz de París (1763) puso fin al conflicto,
beneficiando los intereses británicos en América del Norte. España entregó la Florida a Gran Bretaña.
En 1779, Carlos III y Luis XVI firmaron el Tratado de Aranjuez que en realidad era una renovación del
Tercer Pacto de Familia.
España intervino en la guerra de Independencia de las colonias británicas de América del Norte,
conflicto que daría lugar a los Estados Unidos. Se recupero la isla de Menorca, el intento de recuperar
Gibraltar, sometido a un largo asedio, concluyó en fracaso.
4. La economía y la sociedad
Siglo XVIII fue un siglo de recuperación demográfica y económica en el que se
supero la grave crisis anterior. Permitió hacer frente al esfuerzo que significaron las
guerras durante el reinado de Felipe V.
La paz impuesta por Fernando VI logró impulsar la actividad económica, estimulada
también por las reformas ilustradas bajo Carlos III.
Sin embargo la política belicista por este rey desgastó la monarquía.
A fines de esta centuria los 10,5 millones, según la cifra que proporciona el censo de
Floridablanca, se ve un importante crecimiento; 5,5 millones en el censo de
Quintanilla con los Reyes Católicos.
Población era eminentemente rural, tareas agrícolas y ganaderas, que suponían la
base de la economía española.
Madrid la ciudad más importante que rondaba los 300.000 hab; seguida de Sevilla.
Barcelona también incrementó su población, al igual que Cádiz.
La demografía se mantuvo dentro de los esquema del modelo demográfico antiguo,
caracterizado por altas tasas de mortalidad y elevadas tasas de natalidad.
La economía vivió una etapa de recuperación. Agricultura basada en la trilogía
mediterránea: trigo, olivo y vid.
La ganadería experimento un descenso significativo, al tiempo que la Mesta perdía
parte de sus privilegios. Consecuencia de la importancia que los ilustrados otorgaban
4. La economía y la sociedad
La industria siguió siendo una actividad artesanal. Notable avance gracias a la eliminación de
algunas de las trabas que establecían los gremios y que los ilustrados fueron suprimiendo. Se
dieron normas para revalorizar el prestigio de los llamados oficios mecánicos y se estableció
que no suponían menoscabo de la honra ni impedían recibir distinciones sociales.
El comercio se traslado la Casa de Contratación al puerto de Cádiz. Carlos III emprendió la
liberalización comercial.
La política económica de los Borbones ayudó al despegue económico de Cataluña. De 40.000 a
unos 100.000 habitantes a lo largo del XVIII.
El comercio catalán se incorporaba definitivamente a la Carrera de Indias.
Los Decretos de Nueva Planta eliminaron las barreras aduaneras interiores y los llamados
puertos secos. Esto posibilitó que muchos productos procedentes de las colonias fueran
elaborados en Cataluña con destino al mercado nacional.
La sociedad siguió presentando las características sociales del Antiguo Régimen. Estructuras
estamentales: la nobleza y el clero continuaban siendo los grupos privilegiados y el tercer
estado continuaba integrando a los no privilegiados.
Sin embargo, en la segunda mitad del siglo comenzaron a agrietarse algunos de sus pilares. La
burguesía escaló posiciones sociales gracias a su poder económico, mientras que ciertas
familias aristocráticas pasaban apuros económicos.
4. La economía y la sociedad
La Ilustración
A partir de mediados del siglo XVIII, los programas ilustrados formaron parte de las
iniciativas de los gobiernos de Fernando VI y Carlos III.
Desde finales del siglo XVII las novedades fueron asumidas en España por reducidos círculos
intelectuales a los que despectivamente se denominó novadores, desprecio que revelaba el
inmovilismo de la sociedad española.
Con el paso de los años y el asentamiento de los Borbones en el trono, se modificó sin embargo
este concepto.
Ya en el reinado de Felipe V se iniciaron ciertas reformas. Se fundamentaba en la razón, como
fuente del conocimiento y rechazaba las doctrinas basadas en la autoridad o la tradición. La
razón era, para los ilustrados, la única luz que alumbraba el conocimiento (Siglo XVIII Siglo de
las Luces)
Las Sociedades Económicas de Amigos del País tuvo su origen en los llamados “Caballeritos de
Azcoitia” (Guipúzcoa), objetivo de poner en marcha iniciativas para mejorar la vida en la
comarca. Muy pronto la idea se extendió por muchos lugares impulsadas por el ministro
Campomanes.
Su finalidad era difundir las nuevas ideas y los conocimientos científicos y técnicos de la
Ilustración. Se integraron miembros de la nobleza y el clero local, hacendados y elementos
vinculados a la burguesía.