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El objetivo de la marca
La palabra branding deriva del latín brand, que significa marca. Desde la antigüedad, se
empezó a colocar la marca a los productos para que la gente supiera quién fabricaba el
producto. Con el paso a escala industrial, la gama de productos en el mercado ha crecido
considerablemente. Por ello, las empresas intentaron diferenciarse de sus competidores a
través de la marca. De hecho, el vendedor no sólo ofrecía al cliente potencial un producto,
sino todo un ecosistema de consumo: la imagen y la vida del personaje que la empresa
difundía. La empresa influye en las emociones para consolidar una impresión positiva de la
marca, aumentar la fidelidad y convertir al usuario en un cliente fiel y defensor de la marca.
El objetivo de la marca es crear una imagen clara, comprensible y positiva para aumentar el
reconocimiento y la fidelidad de la empresa.
OBJETIVOS DE LA MARCA
Si el propósito de la marca es el resultado final al que tenemos que llegar, los objetivos son
los pasos para lograr la eficacia final.
Las grandes empresas utilizan activamente la marca. Si tienes una pequeña empresa o una
operación muy especializada, no es necesario crear una marca. Prescindir de ella permite
ahorrar dinero e invertir en mejores procesos empresariales y en la comunicación con el
público objetivo.
Ahorro financiero
Es menos probable que los empleados potenciales se unan a una empresa que no se
centra en la promoción de su propia marca.
En función del uso que hagan de los elementos anteriormente descritos, podemos clasificar
los tipos de marca de la siguiente forma:
Marca nominativa: Se forma por una o varias palabras. Sin signos ni imágenes.
Hace referencia a aquellas que solo se basan en un nombre. Por ejemplo, es el caso
de bancos como JP Morgan o Morgan Stanley.
Marcas olfativas: Aquellas que identificamos por el sentido del olfato. Es el caso
de los perfumes y fragancias, o productos como las pelotas de tenis o la plastilina.