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JUAN ANTONIO FRAGO GMCIA

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BIBLIOTECA ROMÁNCA I{ISPÁMCA ruAN ANTONIO FRAGO GRACIA
DAMASo ALoNso
]n, MANUALES, &l)

HISTORIA DEL ESPAÑOL DE AMÉRICA

TEXTOS Y CONTEXTOS

O JI]AN ANTONIO FRACO GRACIA, 1999


O EDITORIALCREDOS, S. A., SÁncnez Pache@,85, Madrid

Disño gráñco e iluslrociónl

D.pódbLegal: M. 2ó93t-1999
ISBN 3,1-249-2218-7

Estebu
InpGso a Bpana. P¡incd in Spain

Tmdaq
Gráfic6 Có¡dor, s. A.
r 2, PoríEono l¡dur.ial. Lcsanés (Ma¿!d), 1999
6
OR[-DOS
UIFI IOTE'^ ROMINI'A H¡§PAN¡'A
PRÓLOGO

Hay factores dialeciales y demogrificos en la Élz misma del e§-


pañol de Am&ica que a)'udan a entender el porqué de sus semejanzas
con ciertas hablas regionales de España, pa¡ecidos lügü§ticos de
modo mucho más particular e intenso mantenidos en algunas árcas,
baslanle bien delimitadas ya, de los dominios america¡os. y es evi-
dente que estoy refiriéndome al i¡flujo andalucista y meridional. Co_
mo igualmente se observa una impronta del español norteño andando
el tiempo afiarizada en zonas donde el meridionalismo se redujo a
unos pocos rasgos fonéticos, aunque de eÍorme valor caracterizador,
aparte de ios usos léxicos de and¿luces y canarios, que fueron sem-
bmdos como a voleo por la ancha geoglafia indiana. En todo ello
apunta el gemen de la drferenciación que [uestra lengüa acabó expe-
rimentando en el Nuevo Mundo, algo qüe en lo ñmd¿mental no es rc-
ciente, sino conflgumdo en plena época colonial.
El multidialectalismo del ospaiol americano no püede tener una
causaiidad emolinguisLica ünica. lo cual de su Peso se cae, ni. por
consiguiente, su formación ha de ser de contomos fácilmente defini
bles para el investigador que no se contente con la mem y superñcial
genemlización, o con el cómodo ahorro de la ve¡iñcación empfuica,
postums que á las clams ma¡ifiestan rma falta de compromiso con la
auténticá tarea del hisioriador. Perc, ciertamente, toda percepción dia-
crónica de tan extendida y variada modalidad del espáñol en cuaúo

I
Hisroria del esDdiial de Anéria
está mfuimamente documentada demuestra que las explicaciones aquí riores consideraciones, en lo que sigue se van a tTata¡ unos cualtos
no suelen ser sencillas, ni las descripciones con algún afán de ex puntos, algunos nunca trabajados hasta ahora, que juzgo básicos para
haustividad. A condición, lnsisto en e11o, de que no se quiem susten- una co[ecta comprensión de los fenómenos evolutivos conducentes
tar por tesis lo que son invedficadas, en ocasiones también inverosí- al español de América. Interesa mucho, efectivamente, que su enfo-
miles, hipótesis, y de que no se a¡teponga el pruIiio de originalidad al que se asiente en sólidos fundamentos de racionalidad documental,
superior cdterio de 1a comprobación textual. por lo cual intent¿ré ceñirme lo mfu posible a 1o que los texlos unas
No cabe duda de que sin un adecuado conocimiento de la histoia veces sugieren y otlas ineqrüvocamenle decla¡an, Pero textos acom-
del español de España es imposible ocuparse con suficientes garantías paiados de su contexto, es decir, vistos en u1l marco determinado
de la del amedcaro, aunque el seguimiento histórico de ésie a su vez tanto por 1a comparación dialectal como por las circunstarcias y afa-
favorecerá 1a ¡nejor cor¡prensión de su mat¡iz peninsular y canana, de nes que en alguna medida condicionaron los hábitos lingüísticos de
manera que ambos aspectos mutuamente se exigen. Con tan elemen- quienes forjaron el español de Améica.
tal cuidado metodológico se zanjarán inútiles e interminables discu-
siones, así las que durante decenios han enftentado a andalucistas y
antiandalucistas, se saldrá del círculo vicioso al que irremediable-
mente llevan supuestas evoll¡ciones independie[tes de p¡imem hora,
anticipaciones cronológicas indianas no demostradas, paralelismos
apresüradamente dados como casuales, y otras afiesgadas pmpüestas
fon¡Liladas sobre los más endebles cimiontos historiogmflcos. Ideas
que a nada serio condücen, si no es a disimer atenciones del prioriia-
rio objetivo er historia de la lengua, cual es sacar a 1a luz el pasado
desde los testimonios que los documentos atesomn. A partir de su
análisis puede sentaNe doctrina y no a la inversa, pues la pretensión
de levantar una construcción histórica sin textos de la época investi-
gada es Io más contradictorio y banal que en nuestla humanistica
cienc.a cabe. y lo mas reir.do con la Iliologi".
Pues bien, el estudio de los documentos nos enseña que a Améd-
ca se trasplantó un español regionalmente, socioculh¡ralmeDte tam-
bién, diferenciado, y es ei juego de contrapesos de osta diversidad,
dentro de Ia u¡idad del idioma, principal fermento para el desarrollo
del español americano, en un prcceso al que asimismo contribuyercn
en distintos gmdos usuados de otras lenguas y al que tampoco fue
ajena la multiforme reaiidad del casi inabarcable Nuevo Mundo, tan
extaña para quienes desde el lejano teffuño europeo llegaban a su-
mergirse asombmdos en e1la. Así, pues, teniendo en cuenta las ante-
CaPirulo I
EL ESPAÑOL QUE SE LLEVÓ A AN4ERICA.
INFI,I]ENCÍAS REGIONAIES

Sabemos que a lndias no sólo pasarcn hispanos, sino también ha-


blantes de diversas lenguas, y no es arriesgado pensar que en e1 desti_
no ultramadno de todos ellos se creaía üna situación de heterogenei
dad lingüística necesita¿la de algin tipo de acerca¡niento entre las
aliferencias. Alora bien, el proceso de nivelación se llevó a cabo en 10
fim¿lamental sobre Ia base idiomática ininterrumpidamente llevada al
Nüevo Mrudo por los emigmdos españoles. La cuestión es que éstos,
en desigual proporción numénca, era¡ de todas 15s naturalezas regio-
na1es, con Io cüal cada contiilgente colonizador hubo de poner su
prcpia nota en la co¡stitución del español de América, según fu€ran
las peculiaridades origina¡ias. Siempre, Iógicamente, que se hallara
geográficamenie diveNificado el espa4oi metropolitano de la época
del Descubrimiento, y más todavia el del siglo y medio siguiente. Sin
tal premisa mal se explicaría el proceso de formación de la va¡iedad
amencana ¿le nuestra lengl¡a y su posterior desar¡ollo; e imPortanies
aspectos de su relación con las hablas españolas, por similitud o por
¿lesemejanza, quedadan indeñnidamente condenados a ser tomados
por convergencias o divergencias más o menos rccientes, sujetos, en
definitiva, a una interpretación de los hechos rayana en el casualismo
más que funclada en el causaiismo.
12 Lhsrorn del esptñol tle.lntiric,t Júll encias rcsh ales
ll
regionales, pues nin-
Pero quc qujcnes procurln desenirañar cslc problema, complejo y arnericano corl sus rcspectivas particulaidades
h-1 q.e "Lc5r J cr' 1r'. h'.llJbd d' lol cJrn' 'J'l
(.
afasiorl¿llte donde los haya, desdeñen cuaLquier lcnlor, pues pisarán -rn, d',J"
sobrc lcrrcno ñmle si en los orígcncs del españoL de América tomaD ierrci..r,l" -r, .ate dr' .i.'lu r\ v L' llrJo oel \\ I probJo eme rrc en
como punto dc patide una lengua diatópicamenie dil¿rcnciada, cn- mclor !'¿oo J€ ' q¡e no) er.r Den'do\ n'ner I 9"r "ei1
rej( ¿
rlo oliecet u"as cuantas piDceladas docu¡ental§s sobro disthtos
flu
cunstancia que, por Io dcmás, sobradamente avalada cslá por la do
cumentación de aqLrcndc y de allende el Atlánrico. AuDque xna ad- ios n.'grrr,rr.. pror rrcirl. . . ll- de qt'n' - e" d 'enloJ"do el
'"*ot. ,, .o ¿. .o,, u,,', \ .'J!J¡ ne elrJ\ puLrcmu' \'t1 rn I'
vertercia ta¡¡bién se impone llegados a cste punto. A saber, ¡o sc ".¿,
mamente asentado e1 aseÉo antes formulado, acerca de ]a actuación
tr¡ta de iij¡rse con de¡rasiada rrorosidad, ni siqulcra con predilecciótl
dialecial de cualquier cortingertc migraiorio en la ibmación
de la
metodológica, erl ld vertienle de las hablas rcgionales, ni en po¡cr cx
cesivanlente el accnlo en e] paúicularisnlo lingüistico. como si se sran modalid¿d allániica del españo]. Y, de rechazo, sc comprobará 1a
la
considcrara más importanrc quc el uso general. Todo lo conhaúo, si- ieracidad de ia premisa que lales hcchos exigen, consisrcnte en
rcgionales español'rs,
no qüe, pues sc he lenüo insistiendo ianlo er el carácter unjúrio del afi 1acióD de una previa existencia de habl¿s
castellano del remado dc 1os católicos r¡o¡arcas y de los siglos xvr en la Pcni sul¿ y en Canarias Algo q e, por 10 delnás, sn1 ambagcs
xvn, ¡o est¿lrá de más vcr quc illl1to a la unidad, cn br¡el1a medida anuncian tanLos pensadores crudilos a perti' del siglo xv, de«te Gar-
propiciada por ]a nolrna de los niás culios, convivia la dlvcrsidad, de cia .le Santa Nfarja a Alderete, pas¿r{:lo por Jua de Valdés, sin co¡lar
indole sociocultural y. sobrc todo, regional. Igualmente será bueno cou ]a deii¡iiiva iluminación qrLc da e] análisis lextual referido a la
reconocer qüc lo uDo no se hallaba rcñido con 1o oiro, y quc iucluso
en los nrisr¡os registros más culdados del idioma cabia la vaiedad:
piónsese. por ejemplo. cn cómo iarnbién marcó ol seseo frente a la
distinción o, durarte el qxinie tos y primerus décadas dcl seiscientos, I 1 , CAs'I ELLAN OS VIE]OS Y LEONESES
la pronunciación de qulcnes aspimban la /ü lrcnte a la de aqucllos
que habiau llegado al cero fonético, por no hablar dc los narices iéxi
cos que disiingujaü a los rnejores cscritorcs de cada área.
Un p¿r de trabajos he dcdicado ya al cslxdio dc la parlicip¡ción de
Y, si nos atenemos a Ia prcblemárica arncrjcanist¿, no h¿brá otro los castcLlano lco escs er la cspañolización de las l¡ldias Por sus
remedio quc atcnder a los dos aspcctos de l¿ lengüa, cl unit¿úo y el textos se aprecia que era¡ leistas Los c¡lell¿nos \'iejos y solian ser
dialectal. Puesto qüe cn la cmigmción a Indias predorlinó colr mucbo distirguidores de /o y l¿ Ios leonescs, asi como qLLc u11os y otros no
el elernenlo popular. pa]a más señ¡s saiido de todos los rincoDes de cala f.rcilmeris c l¿ corlÍirsióD de r y .', aun cua¡do indicios de
corlagio dialectal ro faltan en qrLjcnes llcvrbül rn chos años dc peF
España, será necesarlo prcguntarse si al Nuevo Mundo se iraspla¡ló
Alonso de Tula
un espairol básicamente nivelado o ¡rás bien un espariol cor cspecifi- -u,r"rrci¡ .n el Nuevo lvfundo Por ejcnplo, aquel
cos rasgos ¡cgjonales, §¡eios a una ulrerior y origirral nivelación Ceñin, vallisoletano c¡nigredo el tLño 1560, r'd"ior de ün memorjal
anrcdcaru. Esta es 1a cuestión, la insoslayable cuestión.
L
Er !úios tra¡{os mios he traido a colación divcrs¡s n¡'n'iones cixdit¡s dcl gé_
Partjlnos de la basc dc ctre a América lucron individuos de lod¿s
ncro.delas.u¿lesu¡ascuimassccfancnelC¡plll'te//¡!¡¡''¡'l,l0l_208'donde
las regio¡cs csp¡ñolas. la dcmogrriia his¡órica da fehrcieDie cucnra el xnálish textual irnrbién dccl¿¡¿, crco, I¡ fragmenlación regional del Esf¿ño1'
dc ello, y dicho qucda que iodos condicionaron la génesis dct español ^si
¿n L,nnl¡rl fdir¿,ri¿/¿¿
80_90.
'¡ic.tu
14 Historia del españot de Anérica
ln|lue ncias regional es 15
fechado en Santiago del Estorc et 15 de diciembre de 1586.
Su ma_
nuscrito solo conliene media docena de regis¡ros de /o complemenro como parcce apreciarse por estas citas, en las cuales se registra ¡aá¿l
drrecro de per¡ona. conna decenas de regisúos leisLas: 'tener' y un /o completamente direc¡o masculino: <¿o aya lel i,r,terro'
recrme regx.
Iarmenre a la -r (jgnorando Ia vieja dislinció¡ grafémica _ss_t.i-¡. gatoriol por presentado», «lo abía e obo por ptesentado»3. Y luego
t eca c con z y x cor! g-j, y no descubrc hdicio alguno de Ia aspná- está el cronista Diego Femrández de Palencia, nacido en el seno de
ción $añada ¡. Pero en oste corpus, de catorce planas, se testim;ian uña familia palentina hacia 1520 y llegado al Peru en 1553 para ejer-
cuairo casos de elisión de -s, uno de _l ultacorrecta, cer el oñcio de escribano público, que había aprendido con muy bue_
obo de pérdida
de la -d-,^apafte de un posible atisbo seseante, no nos maestros, a tenor de 10 que indican su estilo, caligrafia y signos
del iodo seg;o, sin
embargo2. I¿léntico panorama en lo tocante al consoüaniism;andmro de puntuación. Algo fácil de comprobar en documento ológrafo de
rcvelan ohos autores norteños, palentinos por más señas. inte¡vinien_ 1572, donde las antiguas sibilantes parccon sobreviür distinguidas
teseD el papeleo que permjliri¿ el emba_rque para la \ueva por la prcsencia o ausencia de Ia sonoidad lcoras, glosar; acfi.lasse,
España e.r
1606 de Pedro Pico Mozo. nanLd de Becerrit de Campor. hiziesse, hanrlasse, passó), lo cüal queda en pura apariencia, resabio,
Ln ta in_ en defiritiva, de lma enseñánza tradicional, según demuestran las $a-
form¿ción redacf¿dá por el licenciado Diego Dorado hay
indiferen_
ciación de las medievale\ e¡e sorda y sonora. en registros fras cotúra¿lize, nezessarío, pareziesse; y en el aparlado gramatical es
como los de a.
cassa, casado-cassado, pasar, pose:ión, y en esta línea destacable su conti¡uo leísmo («/e pone», «/e suspendró»)
listórica se En calas escritas a mediados del siglo xu por otros castellanos
mue\en las cacogmllas decir. ha€er o l^ altemanci^ noco.mozo.
co' viojos y leoneses se vedñcan comportamientos iingüísticos muy se-
mo en el infome de Juan de Auti11o, esoiba¡o do imero
de ia nis-
ma villa,las de zinco, parezió, petbió , cot tr¡t co4rleguidar mejantes. Así, el ilamado Gonzalo de Aranda, natural de Ia burgalesa
úya gu A¡anda de Due¡o, que pasó a Iadias en 1528 y que muy Fobable-
seguramente aiestigua el fonema velar /x/. En cuanto
a la morfoiogia,
el escrilo de.Diego Domdo prese'rra el rasgo conservador mente es quien actuó como contador especial de la Real Hacienda en
de rapteiaa
'hubieran sabjdo' o scbrian. habrian Nueva Espaia y ¿l cual se debe el escrito en 1551 diigido al Rey,
sabido. r,si lo ruera- lo sr.rprerar
los restigos o_lo ubieran oydo decrn r.lLn.o a Ia jnnovació- donde, por supuesto, se rcvela indistinguidor de s y ss (cobrasen, co-
de un niesefi , fefiesgiesen, hiziesen, metiese, mostrasen, ocurriese, tofiase) ;
re'smo generallzado. !. gr,. \1p ntbieron v criaron.,. (por
/p conocen.; pero prcsenta msgos arcaizantes en cuanto mantiene todavia lalcua-
y ftu vez más arcatco en el aspecto gramalicar era luan de
Autillo, tro veces en/arra ftente a los dos ¿¿rt en una sola pla¡a de su misi-

i o-teahdes,g1-g3tfiese, ?ardase, basattós; ¡ie]n, hq¡eron; óo@t,


'zE¡Casre
re.dp': Mbrp_ aorea: .úh.co1:rá : porsupues¡o ó y /apturen rarbjér
3 P4l¿,rrror, 35-36. El texto del licenciado Do¡ado ofiecec os de wlsdismo:
contrdi a turiddd, endñda 'lncnrida' , liírino, lijítind lpen t^ñbiílejítiw, leqínndt se
ds5: ,e¡ ombre rás nd,abt¿do que con tr_to de.Lez
d¿l Rq tu c¡isnuisiTo se a
urroenetmúdojam;¡..on a anómah tEcId¿po¡úa ?]a r1.,inxda «los.le- emplea e¡ él ¡¿áel 'tener en fÉses de ceácter md o m.¡os foúulúio: «es addo y
pós'os... /o meria en l¡ . ¿.: .? so1A qle ya.¿ tenido», «,¿¡¿l¿r por su hij¿ legítima» (!oro «re,a¿ necesidad»); y docume¡ta el
díx aán dera r,er¿.: ) er prcó¡.
bl:.:l:de sseo m 11"b.e,1i-úd tu de 8,,¿ con se de dobk .u¡.". _;, aoró..,
conslmte uo de lá conjúcióat. El de Jue de Autillo otece tres registlos de la anti-
-/ósmt¡so. (perc, ¿ ooró sin, rtpa,. eh.,. [¡ó etn ptor de drrdncrón p¡onorr. cüad¿ ¿ «(¿ pidió a su merced», «¿ pidió jnstici¡», «abia e obo». Quiá al e§tereotipo
n¿r.srmpie rercr núnso. !n mbsgo. que to< de contqon lel.l3, a¡cm¡. Uet del lensuje ¡otúi¿l se debd la plesencias dicbas de ¡dó¿l, aúqle resulta ilm¿tivo
!oapletorgtsro df.c Ju¡ dos oe.t,ces g atémco ro¡éL.o! en.6 D€i¡s ¿d¿s, el m¡ico oáo. y quizá la misná tuón explique lás dos pervive¡cias del etimológico
seeuld¿s de cuaro ltmrns tesrtutes. "
a Polentíios,36-17 -
F

l6 Historía del español l7


de Am¿ríca Muencias regio ales
va, donde no pone aÍícnlo en <<desde mjércotes ocho deste presente
bién tiene que ver con el aspecto cronológico de la difusión del preté-
mes», y emplea 1() complemento directot «da por disculpa que no se
rito perfecto cornpuesto la interyosición pronominal de su «a ,o.t
ayrdado mucho con su lengu ) ((eero emos hecho rt l]ugaJejo»\; y
/o.s cargó el contador», «consta que 1or avla resgebido», «r€sulta así
mismo como los rcsqibió»s. El soriano Diego Ramírez, emigrado e1 por lo que a Ia distinción 1o,4¿ concieme, Juan de Salaza¡ la practica
año 1534, en dos caftas auógrafas, ia p mera dad¿ en Ia ciud¿d de
como nolma ((&allé/os», «halláron/or lleuados de los portogueses»),
México en 1551 y la segunda e1 1554 en Metztitlán, iambién es usua- salvo cuando el pronombre enclitico está concertado con un i¡frniti-
do de -s- eD detrimento de -sr-, perc altema /o y l¿ vo: «a mi pesó de uerl¿s mudar deúota; dexé/¿s haze¡ su oficio»7.
«euésto/o en ca,
beEa de su Magestaó), «1o ¡ebocaron y 1¿ condena¡on con el ¿lo_ Signiflcativo por demás resulta que esie conquistádor bugalés man-
blo»)6. tenga el aniiguo ¿/go 'bienes, dqueza' «crobaron todo lo que avia
Desde el Río de la Plata escribe el día lmo de enero de 1552 el que algo fuese»), sentido con el que dicho indefinido pewive, preci-
capitán Juan de Salazar, nacido en la burgalesa Espinosa ¿le los §ar¡ente, en hablas de Burgos y Palencia
3.

Monreros el ano 1508 ) nrndador de .a Asunción del psragray. quien. Por su palte, e1 zamorano ftay Toribio de Benavente en cafa au-
apane de seftirse también asiduamente de la -r-, oftece aspectos de
tógafa remitid¿ a Carlos V desde Nueva Espaia en 1550 hace uso
acusado arcaísmo en su morfologí¿: recure uÉ vez a 1a construcciól.r
casi exclusivo de la -s-, co frrrtde c con z (azerca, azeúase, parezer,
A¡L + Pos. + N., «enbió las chalupas con gente a ht N.testra naorr: en aqiendas, y?iesen, QaarzésarL y rc &stlI,gne x de g-j @áje?a, de
ota ocasión emploa ¿, 'a', «cuando veníamos er el parage de la Ca_ bajo, dejarían, etc.), además de no revelarse como seguidor de ]a ¡-
nanea...»; comúnmente no marca con .r el C.D. de pefiolla, «el capi_ fonética (a ada, asta, aciendas, áze selas, azer)e.Pot consigliente,
¡Ár\ amar,só la gente»t, <<po¡ poder engañ¿r lor prdios con muchas áá_
en este plano lingüístico Motolinia apa¡ece ñel al fonetisr¡o modemo,
drva\¡. si pudiésemos a\er algr-nos nescar,es p¿m conlentar ¿slo, incluso en lo tocante a la pérdida de Ia aspiración procedente de la /f-l
y diost, <<el qu:al conosce el licenciado Vi atouos, ñscal de v. alte_ Iatina, precisamente porque su provincia leonesa habia recibido el
za»t; liene habet corc sentido de ,tener,, con registro que acabo de se- castellano viejo con idéntico rasgo. Quizá el carácter marginal de su
ñala¡ y en «si podremos dyel algunos rescates»; sin excepción pone tie¡ra natal castellanizada explique la presencia en su texto de la for-
ser para auxiliar de verbo de movimiento, «avía o cho dias era ltega ma tesello 'ltr.jerlo', a¡caismo ocasional si constituye ur caso de
do», «si las carauelas o el gouernadorr4ere,? verldos, enbiasen cambio esporádico de una prcpalatal por /s/-, o el dialeciaiismo que
f,or
ttos atrost>; con absoluta regr a¡idad escribe /rrro¡,"or con sus dos suponal¡ía su promnciación seseante (la de tece4, aunque prcbable-
componentes sepa¡ados, cuato ejemplos con el de ia última cita, mente lexicalizada- Todavia es de defacar la alterac\ón de arbi¡t¡o en
prueba de lo reciente que la imovación era en castellano. como tam_
albítrio, por Co]mpany corroborada con un sic, quizá sin conexió¡ con
el castellano a\íg.ñ albidrío, sino más bien Mrlgarismo ocasionai,
5
AGI. México 168, tuademiljo r8, cana s.1a su úlrima ptdr4lneas 13, 16,
_- ,
18, 19,23,26paralos nnperfectos de subjunrivo con rIlineas4,tt, 18,29p@ I Merciones sobie el texlo aulógralo y su autor cn §¿re,, 295. La carta tue esc¡ita
ra b, y ro:la r I l4: los r.os de to e1 4. o. 8. y el e.en pto s:n, 1"r 28, er ta ned al Consejo de Indi6 el 1 de enero de 1552, en Ia costa brasileña, a veinte leguas de la
srexrenle ._ lee -desde ,¡iz,/o de,u.lo . l¿abrén sr1 arjc rto oe,dre
del noab¡c
cúnológico. Mr¡ refe¡e¡ci4 áúIivisticas y biográñca sobrc el auror de esro
texro 3 Nlt Po¡tiet, MarfoloEíq, 144. Sólo en BuBos señala el DME et úa de algó
6 Datos
de archivo y biográficos e¡ ,ter¿o, 294-295. , DLND,24-
18 Historia del español de Améica Wuencias regíonales t9
por disimilación r. r > ¿../, o posible ejemplo de aislada pronlmcia- su reiterado recrrso a voces muy pronto ar¡aigadas y genemlizadás en
ción de tipo me¡idional. En el aspecto mo¡fológico sobresale la ¿fec- el español ame¡icano (aportar, baranca, estt! cia, estanciero, este-
ción de Motolinia a la característica distinción leorcsa de lo y /¿r /o), pero no ocllrre lo mismo con su fonetismo, al menos por lo que
«aunque sean de poco )mterese [ios pleiios], se /os haQen ordinarios», hasta ahora sabemoslz.
«sin aliyjaf/or de la ca¡ga que agom tieíen, /os aflige¡1an con nueba Otro famoso Íia¡ciscano leonés, Íiay Bemardino de Sahagria, lle-
obligasión», <eónen/os enpeligro de aze¡ muchas ofensas», erc.r0. gó a México en 1529, cinco años después de que 10 hiciera ftay Tori-
Fray To¡ibio de Benavente en su obra crcnistica echa mano de va- bio de Benavente. Casi medio siglo llevaba en tienas novohispa¡üs
rios leonesisños léxicos, u occidentalismos, en el más amplio sentido cuando se puso a redactar la versión española de su extaordinaria
dialectal del término, al$nos de los cuales él,junto a los dernás cote- crónica etnogriáúca, y en ella, por supuesio, el leonesismo léxico t¿m-
poco falta (añuzcer, bilma, cenizo, chíflo, escarrapuzar,
ráneos suyos emigmdos a Indias, q'udaría a implalliar en el espaiol fijat, pára-
ame¡icano, en ciefos casos con el apoyo de exü.emeños y béticos. mo, prieto, trebecina, et:.)'r. Alora bien, a diferencia de lo que con
Entre tales vocablos de exclusiva o preferente raigamb¡e norocciden- su corregnicola parece suceder, el de Sahagin acabó siendo at¡aído a
i^l ,lodo,, nietgo
estÁn apañar 'coget' fríjol, jenio 'cenizo' , lama
,
la fonética a¡dalucista, a ienor de 10 que signiñcan en su manuscrito
'filellizo' , panela 'ces¡a' , prieto 'obscuo, negro,, recuesto .7adera, . elisiones de -s y presencias de eses ñnales ultracorrectás, trueques de
sobrado 'desYfut, gmnerc', ydgo 'te11eno inculto, solar,, yástíga h por j en hunco 'jitllco' y altema[cias de r con c-2 14.
'vrástago' rt- En este texto Motolinia se muestra plenamente asimilado Por la documentación castellanol€onesa hasta ahora ma¡ejada se
a1 medio lingilstico indiano en 10 que a usos léxicos concieme, con aprecian ciertas constantes de este hablar trasplantado al Nuevo Mlm-
do. En todos los textos se comprueba e1 ensordecimiento de las sibi-
\tPatu el útig¡o atbiCtia, \érse el DCECH, s. e. atbetHó; este misno di@iona, la¡tes medievales. Sus autores suelen ser asimismo lingüísticameDte
rio respeclo de ¡ejel (s. v.) dico qne «a porn¡sués totua iregutmenre ta foma ,¿- a¡caizantes y aportair el rcgionalismo iéxico al espaiol americano
¿¿l...j osl¡ v&i¿nte. que i¡clüye a calici4 se flreDdió hat¿ ol leonéq y la menciona aquellos que más marcadamente lo poseen (los leoneses). por 10 que a
E. de Ville¡a.,.» De dich¿ foru r¿r¿l áseguB Coñpa¡y que tien€ e¡ el núüscnro la
los castellanos viejos concieme, la irulovación leísta no estii muy de-
s.afia r ¿D¿N¿ 128, n- 3). Araismo es sesuammte rúbióny'¡rot¿, asimkmo usa- sarrollada en los nacidos a finales del siglo xv o principios del xvr,
do por Motoliniá, que j¡ctuye e¡ su calta a¿.rrar ,execuiar (ejecutar),, docunentado
pareciendo haber sido foco difusor del modismo 1a zona de Vaitado-
en J@ de Mera y €n Nebnja (tubién a el diccioneio de Corcni¡s, s. v. s¿!.¿rir.
Esre n::no docMenro de Múot,nid Io publ.co ccorees Bau dat { Utopi e h¡,-
lid y de Palencia, con menor i¡tensidad a1 principio en Bugos, a1
toia en Mqicd Los priúercs cróti¡t$ de ]d civitiac¡¿ú ndicana (152A-t569), menos una de las primems en las que la iffrovación e¡raizó. También
Madrid, Edibnar Espda C¿lpe, 1983 (edició¡ ftancesa de t 9'tj), p'cs.322-326. y en eran por Io común rcacios a contagiarse del meridionalismo fonético
esta h'tuscnpción, a pnmera visr¡ bue¡4 si¡ tos ¡uerosos tuecos que deja la de
Coúpey, no se ree ,¿rello si¡o ¡¿j¿lt¿§ (l
úa¡tar, ni p¿ raer sina püecet, ai zé
tz
s¿l si¡o Cér¿l (cn todo lo demás coincide¡). Un cldo ejemplo de que pe HINE, \11,188, 251.256,273; y e¡ otras muchas páginas de este corpus, Rel¿-
ua muy
segum i¡v.stig¿ción de carácte¡ fonélico no hay oi¡o mreri¡l absolutamenre fiabte cionádo con la tresfom@ión del consonantismo medieval es el oc4ional cmbio, y
que el manuscnto mismo, i¡dispe¡s¿¡le dsde luego pa¡a resolver u¡¡ disF¡tivá que podia daNe en cuarquier dominio hispánico. rep¡esent¡d o par ta fóña lüadas .ti-
de
doble lectu¡a coño ésla. siádas (!á9. 125).
lr Adr¿co estos datos en ,4,¿
1t H|NE, 59, 16,96.154,118,187,240,241,253,287_ Estos usos Iéxicos evi_
ra
I esp. de Añ¿r., 69.
de¡temente so¡ de cai&te. tEdicional, pues remiren a la modatid¿d ¡egional rle Mo Segú áln¡a Muieo Freco Figue¡oa er su cónuicacibn at Í/ CotEt\o Ih-
¡rt4a. ia4ald. El l \pdiald4 )12¡l¡ d {Ac'as enpren.dl
{

20 Histotia del español de A 1érica Influenc i as r e8i o n a I es 2t


los de Caslilla la Vieja y León, amque no se libra¡on de él las si, De los castellanoleoneses emi$ados a Indias u¡os se m:rntienen
$¡ientes generaciones cdollas y ciertos lenómenos anclálucisias inclu- fieles, al menos en lo Íi.ndamenlal. a su lonélica originxria y olfos ca.
so acabaron afectando a algunos de los llegados desde España, en
en con diversa intensidad en el modismo meddional y andalucista,
medida variable, claro esá. Un caso notable de c¡iollización lingüísti-
perc todos ellos a su mtu1era colaborarcn en 1a foÍnación del españo]
ca 10 constituye ftay Bemardino de Sahagun, si bien es verdad que
amedcano gn sus dos varie¿ládes mas importantes, contando, además,
para comprende¡ su circunstancia personal debe tenerce en cLrenta la
con el hecho de que alBmos castellanohablantes no¡teños ismbién
actitud de inmersión pública y de idenrificación con el pals que tos
pmciicaban cieúos modismos fónicos que arraigaron mucho más pro-
lianciscanos adoptaron en lndias, y el hecho de que el Íiaile cronista
fundamente en el suI de la Península, v. gr. el relajamienlo exiremo
llevaba cási medio siglo de pen¡anencia en tielras novohispanas de lslr6. En cuanto a ia importancia numérica de la emig¡ación cas-
cua¡do esc¡lbió su corpus. Veintinueve años de experiencia amedca-
tellana y leonesa, de 1509 a 1516 supuso el 24,4 por 100 del total y a
na tenía Antonio de Aguayo, había embarcado hacia Cüba en 1525, 10 lalgo del siglo xvr experimonta notables fluctuaciones, llegando al
hidalgo nacido en Portillo ryaiiadolid), que, como los aoteriorcs cote-
máxirro nivel en los años 1530-1539, con un 25 por 100, con por-
rráreos suyos, no rcfleja gráflcamente la conservación dei par /s, z/, y
centajes parecidos a éste en el primer tercio del xvn y un brusco des-
su memo.ial, datado el29 de octubre de 1554, descubre dbetes de ar-
censo posteiorr?. En Io fonético los natüales de Castilla la Vieja y
caísmo morfológico por su Íiecuente utilización de la conjunción e y de León prcbablemente ejerceriar algun inllujo nivelador frente al
del adverbio da (<<do yo soy yez\ío y a do e sido € soy vno de los
meridionalismo de acusados perfiles, apoyados por cániabros, as!u-
primercs...», «a do biuo»), o por la coqjunción d¿s q e, y liaücioI1a-
úanos y gallegos, cuyas salidas hacia América au¡enlaron conside-
lismo léxico en s¿Didor, la innovación leíst¿ en este cotpus se equipa- rablemente en el siglo xvru. Por 10 que al léxico concieme, no se da-
ra ya al rcspeto por el etimológlco /a. A difercncia de 1os demás cas- ba la unidad enile los de Ia mitad nolte de Espaia, alineándose los
tellanoleoneses hasta aqüi estudiados, excepción hecha de ñay
Bemardino de Sahagú¡ y, ta1 vez, de Tula Ceryín, A¡tonio de Agua-
yo descub¡e una vacilación seseosa con ]a graffa interseción ,interce- parentino Pedio vá¿quez fc¿r¿¡jsno, disienbte, soser.lote, de t6t2): Trueques. 295,
sión' (lámina I)'5. 299. Por el co¡t@no. en dos cár1¡s autóCrafas, de 1551 y 1554, del sorianó Diego
Ramircz, emigr¿do y¿ c¿sado a Méjico el año 1534, no üe ¡alládo ni un solo dsliz se
seoso, nisiquieraen otF de 1558 esc¡ii¿por sulijo, Diego Raúírez de Barionuevó,
'r Sus rcfe¡e¡cias bios¡áficd en.§er¿ó, 298, auque et texro aurógr¿fo, que es el que había saljdo muy ninó de Soria, si no e¡a a¿cido e¡ la misma Nueva Espana l,9e
prcse¡lado aqui, erúnemente se consienó en tui estudio ciiado coho aurógnfo du-
sea, 294-295,291).
dóso (doc. VIII, pác. 302).Iero el i¡cuesriomblenente o.isi,ral es éste, fúüado el29 16
José A. Pascual sospecha «que el noñe hubiese llegado a resraurar, incluso en el
de octubrc (ACl, Méxicó 168, cudemitló 19, ca¡l¿ 3,), sie¡dó copia la posenor rc
rcgist¡ó coloqui¡I,la pronunciación co¡seruadora), en «El ¡evolucionúio conservadu
dacción de 7 de noüembre. t¡ grafia s.sosa)¡r¿6¿có¡ se Ice e¡ l¿ linqa l3t las
ris¡¡o del espaiol turteño A p¡opósito de la evolucióD de la s implósivD), ,rrrd¡or de
demás iomas. salvo d¿r q,€, escritaen el t 2r del corpus, se haltar e¡ los ren8lones
t
lilts¡iístka, Jitotosía *panatu. Hotnenaje Cetñ.tn Caló , Madrid. Edirorial Gre-
3, 5, 29. En el t lv, linea 24, se iegist¡a «gastos ..¿r¿¿r». En la táújna II vóase la
dos, 1998, pág.394. Desde quo ne ocüpo de estas crcstiones vengo sosleniendo lam
fima de Aguayo púa el co¡pus nisivo aqui refe.ido, con la solución por e¡tónces
bié¡ que al sulleguone¡ geñe¡ desde el ce¡lro y nortc de Ia Peninstrla buena pa¡te
pedoDrindriemente ¡orreña de ciudad (\ócatización de /-bt) en ]a ri¡ea j. Más casos
de los tuturos Esgos camderizadores de las habl¿s mdaluzas.
de cast.llanos viejos ronados por el seño idenrifica F¡eco Figueroa: los ctérigos de
'7 Sóbre este
p¡obleoa demográfco, consúllese el ú1il esttrdio de M' Cemen
Medim der campo llm¡dos Pettto de Qnna9á bcrese r¿nieü¡a, 1dcüdate, de 1516)
Ma¡ti¡ez, «La enigreión cstellúo-leonesa á Ia Arérica españoiL»i, Enigncíón,
y Diego de Tors fagl¿d¿re¡, in?igües, teiúisínco, de t614), y el también sace¡dote
205-236.
,l q
22 Historia del español de América
hftuencias regíonales 23
leoneses con no pocos paticularismos suyos al lado de quienes prc-
dos en guera», (onos y otros procuraban ,t¿¿el vivos a sus contra-
cedían do los demás dominios lingiiisticos de1 occidenre peninsular;
ios», así como la foma en -ra con valor de pluscuampedecto de
aunque también en la gamática había sus distingos. lncluso en un
subjuntivo, (eor dos causas no habían hallado aquella provincia,
mismo hablante, como Antonio de Torquemada, nacido en Astorya,
siéndoles cosa fáci1 de hacer, si.lo quisieran», mientras mantiene el
qJJe er sr Manual de escribíefites, de ltacia 1552, vacila entre el ar-
-s¿ pam el imperfecio de este modo, p. ej. en (denia¡ los mexica¡os
calsmo y la innovación con w anaríades e¡lrentado al modemo
amatíai.s, o con cibdad y d¿áda que contrasta¡ cor ciudad y deuda, $ande cudosidad en que los muchachos lomase, de memo¡ia los di-
chos parlamentos»; ñnalrnente, este autor presenta varios casos de
sin que desconozca por completo la antigua negación de tipo doble
verbos intransitivos consfuidos con complemento di¡ecio, lipo mor-
(((zi el autor ¡?i Ia obm ro tiene la culpa»). Se muesÍa así Torquema-
fosintáctico de no poca aceptación en el español americano: «los in-
da, aun con su rcco[ocida fonnación escola¡, como un hab]ante en
éaos navegan grandes cdrniror de maD, ({tuvieron gian cuidado los
cierto modo ma¡ginal del español de lá época desde el prnto
lndios de desaparecerlo todo>r, <<murió la muerte que luego diré», y
de vista social y más ñarcadamente desde el -menos
diatópico , siendo que revela su inclinación ¿ la locución adverbial deprlo modificadora do
su obla, no obstante el carácte¡ erudito que la detennina, hasta deja
adjetivoi «de puro corridos», «de puro cckardes y mujeriles» (tam-
abiertos algunos resquicios para el leonesismo lingüístico, veói$acia
bién: «de puro \icíot))'zo. Su condición de nahrral de una zona inte¡
representado en las formas mos 'nos' , fue ,fuí, , la mi yílla, estonce¡ tB .
media erÍe los dominios castellano y leonés la revela con la asunción
Arcaico se muestra también San Juan de la Cruz, castellano viejo de
de apañar 'coget' («apañar píe&as y tuarlas a los muchachos») este
Fontiveros (avila), por su apego al inalefinido ¿ora (<<no pienso afir- qonjsta castellano viejo que tal vez se contagió un tanto de an¿lalu-
mar ¿ora de mio»), que todávla pervive en punios de América'r.
cismo, como parecen indicar las grañas c¿áo 'sebo' («en el Piru usa-
Y el vallisoletano P. Acosta, ¿le larga expe¡iencia hdiana, emplea
ron sacrificar coca. . . , y muy ordinmiamente ¿eóo quefiado») y tazar
dicho té.mino en Ia expresión ponderativa r¿r cosa loca, de añplio
'tasar' («la suma de oro que se trae de Indias ¡lo se puede bien ta-
arraigo americano, «porqt:.e es cosa locaTo q]l¡e se consume de aáca¡
y conse¡va en Indias»; registra asimismo el refuerzo del posesivo §¿r
mediante sint¿gma prepositivo, «encima rrs rop as de ella»; nn hom,
ó/e seguramente itdefinido, «siD dejar,iozrbre a víd»»; estar por seL
«yo e.tlol, de muy difererte opinióD), y s¿,, por ¿rtdr, por contraste
con los usos actuales, nahlalmente, «donde dio la nueva que la 2a
H¡staid, t02, 103.27 5,2a6, 353, 353, 4A0, 424, 442, 447 . 448. 463, 465, 4951
$re-
rm era ya rompida s\a remedio»; usa a veces fraber pot tenet en la Kany rcaisira esie modismo hispa¡oa¡e¡icano, pero sin datos históricos f§r¡¡dir.
acepción de 'conseglir', «los hombres que se sacificaban eran habí- 62). Como t¡úsitivos e int¡msilivos er el DM, se Égistre d¿sapdlecet y nawgd,
oira cos¿ es la vigenci¡ que lá trúsitividad .le estos ve.bos se de en Espoia, y sólo
lr como inlrmsiiivo lecoge roril, aünque ocdion¡]úente tuvo complenento directo e¡
A¡tonio de Torqueh¿da, Ma\uat de escribieate!, edici'n d€ M.. tose& C. de
la lite¡atura.lásica. cueno áporta u¡os pocos .jemplos del Sislo de Oro pala uolr
Zano¡á y A. zamora Vift¡re , t¡ejo XX\ det Bolettu de la Reat Acddafia Espanoh.
«con ¿cus¿rivo intemo» ln¿ú huelte), y ú par áe cilrs en áutore§ del siglo xx
Madrid, 1970,págs.22,45-46,80 87,9?, 119-120.
1' También: (DCR, \1. 611).
«dese do ella no lo impid¡ .sie deleite inierioD, (quede elta de
¿os¿ ,t Historia,226 (ta t),3oo (apañdr),3aE @bo): ano set qte esios laps6 se de-
h@lro si¡ deja! cor¿, to.la d¡d¿ a Dio$. Datos de M.. Jesús Mmcho, «Nofas sobrc ar
be al impresor sevillano del libro. Los cdos de pl¿rtor 'prtcf,.ós' y pldticañ '\a
caismos en .\ Cdntica espn¡tual», Juah de ta Cw, 20, 1997. p^E_ 22_
blm' (págs. 137, 212) ya eraban lexieliz¿dos.
'an
25
24 Hittorta dcl espunrl J. lnlntt l lbencia\ resio oles

re l¿prcsencia de r,¿¿ variante drtigtra de ,¿ll¿, con scüeianle sentido


en los berccar,os veÉos donde se coDtr¡pone semdfica¡rc¡te a Po-

L 2. OTROS INDIAÑOS DE L-{ ESPAÑA NORTEÑA


do quier.Lue é1cs&lo, en rdla.DPabtutto
cra por el srL mé¡ito cl logar más onradorj.
1.2.1. Rl(xANos
Por cicl1o que uno de los de esta rcgión antes de 1526 había he-
Er Bngos y P¿lencia localjza el ¡,t!E
la voz ¡ccdd¿r'recoger cho el viaje de id¡ y \uelta a Indlas y por ello era apodado ,/ Ir.lio,
recados' y, cono más ¿delante verc¡ros, el s!stantivo rcca¿ 1€cau- más larde lrLbiese sido ll^mado lnd¡dna, de ¡cuerdo con lo i¡dicado
do' ¿ lrdias ñie llcvedo por vascongados, cor¡o probable¡rcn1c seda en u¡ somdo lrtcrrogatorio de la hrquisición:
usual eDtre otros lüblarlcs del noÍe pe insülar, de donde asinismo
Pr.eu¡t¿do quié¡ cscrcvia aquell^s caÍas. di¡o.lue las cscrcvió
a
seguranrc¡lc procede ,rogrl¿, con su derivado d,,¡.)g¿rddo de eDorme
¿ una mugc. oasada de Logroño,gue no sabc có¡ro se lla¡ra, ¡rás ¡c
ircidelcia en la tcn¡i¡ologia rnarrnera a¡rcricana, eDrirleados, crrrc que es mnger dc uno que ll
nrn !l /,/io. porqnc ha cstado en las In
tantos oiros, por lrcmárdez de Quirósr «dcscubúóse también co¡ cl dl¿s, y qle es sobino del abad dc SdrL Jua¡, qx. murió cr llu.gos:6.
dia ull solo y drrogol¡7d, ceffo cn ]e maD, «esta isla dc San BeDardo
cs despoblada. palida cn cuato o cmco,roSorcs y todo lo denrás La cmigración iojana no pudo ser rclcvante en el co¡iünio de Ia
.rnegado»I. Tanüiér serlala Lapcsa que en las Aniillas, PeDamá y espariola, por razoncs más que obvias. pero t¿mbién cs cieÉo que La
\¡crlczuela «el pronombro sujeio se interyonc a meDxdo en¡re el r¡rtc Rioja dcsde el p ncipio lüvo unn gran qucrencia por el NlLcvo Mun-
uogativo y el veüo) (1¿qué l,i dices?». «¿por qué rrrc¡l quiere que do, a donde l11uchos de sus hiios acüdieron erl busca de üna vida me
las cosas sucedan asi?»), estlxc¡rra r¡ltclfogativ¿ co prcccderte en jor y fueron colonizadores priñero, destacando después eu e1 corner
los c]ásicos («llo quieras que se descubra qüi¿n ¡,Í eres», de la Cc1¿s cio y en ]a producción artesanal. Con varios riojanos y oiro gmpo, en
lr?¿rr, y pcrvivencia en el nortc dc León y l,alencra. con er¡igo noia el cual prcdommabaD caslcllanos viejos y vascongados, Jua¡l Ramirez
ble en Canariasrrr cs deoir, en zonas ¡üladas o arcaizanrcs, como de Velasco tuDdába en 1591 Tada§ los Sontas de tu NLLe\'.1 Rioja, y ct1
ocasionalmc¡!e puede oirse tal corshLrcciór en ,{ragón «(¡por qué ¿i cslas tierras argentinas habitaron gerlcs con apellidos dc resonanci¿s
tc pones asi?», «¿par¡ .tué ¿6rel h¿ce cso?»), -v supongo quc cn oras regionales como los de.hsefa Alf¿ro, Leonor de Cunetos o Agustín
parles ocurrirá algo pareoido. Martinez de lrid e, h¿biéndose inientado, aunqlLe sin éxito, el asc¡r
Tanrbién en la nnplanhción de y¿11¿'cor¡rrca rur¡l' en terriiorios
par.rgüayos dcbicrcD de colaborar.juDio a Los casrella¡os viejos ot|os ne.'y'pesona foco ¡elinad.'. y pamla de c¡nr¡c¡rural'adnce teshmonio dc IE06
norteños21, sobre iodo 1os iojanos, picnso yo, a renor dc 1o que sugie- r\lo,iDigorc¿istrar¿/lereeiórldcunpais,se¡oDoc¡7ona¡ronL.nos¡'4D,1,660)
:i aio.zaLo d. BcEeo, ¿¿ ,id¿ ¡le Sanlo DoDrúEo d¿ S¡¡as, cdición de E¡ia¡ l)ut
12
D¿s,:ubri¡r¡! to, 9A, 224. lon, LondrclM¡d¡id, laD.sis Bo.ks, l9llJ, Aúas Can¡pletnt,1 lV, c{r 72. x_L
'rr Lrpesx. rYr/r¡ií, j8i Cennán dc Crlnd¡ alLrde ¡ h !.siblc patucip¡ción cn cl amigo xnre¡ca o dc r,/jc dc
rr Ccr¡á¡ .le C¡arda, «ljn seplenl¡ionrln.ro los nannles dc Burgos, FrI1e de l'alcDcia, Cantnbri¡, VascoDgadas, N¿v¡ra v ¡o
s.irárlico pennrnLlxr cD oL españ.1
par¿guayo: r,//¿, cooar.a nL \',, Dsntd)o! t.¡|ol¡itlcas,29, 1994, rocstc dc La Riojx,pero no aduce err ciLab.'!c¡na
lraLgs. 25-lt r]src ri
aulo¡ merci.n¡ olr¡s dos rccp.i.rcs pa¡asnxyrs d. r¿l?¿ a sabe., ,prisa¡., .ot.d¡ la doc!nre r¡ción cri,4nl. ), ¿V .¡¿,'1)t¿t, 193.
^¡.ñ.
F
26 Histo a del español de Am¿fica 27
Influe cias rcgianaLes
tamiento de una Nr¿ya ¿ ogroño21; y etla obra de Matínez Compa-
Y el origen rcgionai de este pe$onaje queda bien deteminado por
ñón se rccoge dos veces el Plafio del nueyo pueblo de S. Torivio (te ta extremeño, asi como su higico final a manos de los chid-
e1 cronista
nueva Rioja, situado en la Prcincia de Moyobamba2s . Füe aptecía- guana§:
ble, efectivamente, la presencia riojana en América, e ilustativo al
Con se¡ esta gente de 1a calidad refe¡ida y la rieÍa aslerisina, ¿l
rcspecto es el gran número de objetos artísticos enviados a sus lugares
@pi¡á Aútes Manso, naturul de la Riaja, con sólo sesenta hombres
de origen por los üdianos enriquecidos, pero estos datos no autorizan
los subjectó e r€partió; siwiéronle y a sus encomendoos como snven
a atribuir esta procedencia dialectat a la asibilación de /il, y de la h/
los indios destos reinos, y ¡o tr¿bajó mucho en la conquista dellos, y
precedida de //, en amplias, y a veces muy distanciadas, á¡eas ameri-
menos en l¿ de los chaneses. Asora 29 años, cuando subi la primera
vez a la p¡ovincia de los Chaicas, ya era muerto; no crco habria siete
Otso conquistador ¡iojano ya a p¡incipios del siglo xvn veúa su
apellido convertido en topónimo botiviano, de lo cuat da fe Íiay
Reginaldo de Lizárraga:
Con los indios que más enemiga han renido son con una p¡ovin- 1 .2.2, NavaRRos Y aRAGoNtsEs
cia que c¿e a las espld¿s destas montaña§, tiem ltanisima, falta de
agua, que se llama los ¿I¿,os de Manso, o t^ oto\incia de tos Chane- Los navaros y a¡agoneses en la hora del Descub¡inüento ya esta-
ban mayoritariamente castellanizados, con precedencia oonológica y
de generalización del Foceso por parte de los pimercs]2, u¡a parte
de los cuales conservaba Ia lengua vascongada en situaciones tanto de
bilingüismo como de monolingüismo, siendo tratados en el siguiente
2r
Adólfó L. coMtlez Rodriguez, La encouietda ¿n Tucutuir, Sevilta, Dipur¿- capihio los emigmdos desde Ia Navarra eüsquédca. Claro es que el
ción Proüncial, 1984, págs. 15, 21, 32, 265_ Lamenrabtemente. md¿ de i¡terés sobrc
l¿ époc¿ coloni¿l ¡porta Joaqúln cnó en «Los es¡¡dios de eDiención en r¿ Rioié.
dominio rcmance navaroaragonés se casiellanizó con el caslellano
Estado de la cuesrió», ¿»¡:qracró¡, 317-343. nofeño, ya sin aspiración del lat. /f-l, con predominio de ge /o sobrc
,3
MC I,r2i:x.tZt.
,e zúotuyiceatc, Diqteclotogta,
4t+4ts; Cúñetd, E p. Ant:t., lq 36, ,10, 44, 3t Desüipció", 220- A canrinu&ión relala Lizámga cóno Mdso cayó en la em
47, 53, 56. 63. 90. Las do.@iones de los indiaúos .iojuos püeden aprccia6e en ta boscad¡ de los chirig@d, qu€ acabeon co¡ lodos sus españoles, honbres, mujeles y
plateía de Smlo Domirgo de l¿ C¿tz¿da o en t6 pintuias de la emita de Ezcday, y
niños(pág.22i).
también ilust¡a sob¡e el párticul& ia decotuión de Ia seristia del monúterio do San I A fináles del sielo p los dos recios de Angón, como minimo, habidn c¿ido
Millá¡ de l¿ Cogolla, realiz¡¡la a fiúales del xq¡ y coúie.as del ¡vn. con notivos b¡jo la órbita llngúistica casrelan4 pero el prccso casiellaniado¡ ya habi¿ triunlado
ommentales d€ Cuindillú y piñas h.opicates, y con su cuadrc de la Virgen de cua en Navará en la centuria anterior. Ningu¡a crcdibilidad me neee la suposición de
d¿lupe pintado por el nejicdo Juu de Coftá. que el roúance náveo ruvo una .votüción de sig¡o castelloo, sólo quo más relárd¿-
]a Desd¡pción, 279.
Se hzra de la Egión <le tos indios cheés, Iocálizados entre da: y túto, pues lodavia hoy Gndúmos en Iú habl4 navarás muchas voces si¡ su
A¡genti¡¿ y Bolivi4 y el nismo Liámga co¡üeta que «este capiir pobló un pu.blo deñnitjvo desarollo ú{¡¡ü¿¡¿¡, f eao, forcachd---)- Esto es ú auténnco dispúate
que co¡fin¿ con las no¡tand de los chnjgudc y con los llanos de los chúeses...,
histórico, pues lós misúos úil*ios «evolutivos» cabna ¿plicar a la circunsianciá a¡a
¡o distudo de la ciud¡d de La Plai¿ ocheura legüas a lo miis largo», Atso sobre los gonesa, cua¡do la ú¡ica dilercocia en lo sucedido en úo y ot¡o Roino es qúe el náva
chdés se di@ en Anronio Tovü y Consuelo Llm@¡ ile Toy^t, Cdtdtoso de los Len- wones geográñ€s, polilicd y @lnual.s bien conocidaF s. ¿nticipó al
ro
s6 .le Anénca del Sú, Madrid, Editoriat c¡edos, I 984, pás§. 92, 129. -po.
eagonés en Ia rccepción del.¿stella¡o.
V
28 Historia del español 29
de Amér¡ca
Influencias regonaln
se /o todavia y, en cambio, con preferencia de recodo sobrc recabdo. es razón bastante para conceder filiación
Ér¡nino de preposiciónr6, ro
por señalar Íes rasgos ca¡acterizado¡es Íiente al español meridional a construcciones como «el mal será Pai"d /o», «se de¡on d¿
afagolresa
de la époc:. A.'. pues. los navorros. Junro ¿ los rioi¿nos \ onos none-
,¿,», que son popularcs en el e§pañol de AÉgón, también con el pto-
ños, pudie¡on aludar a la difusión amedcana de ya11¿ ,comarca rural' '¡ombre de segunda pers on¿' (<<salgo co tú»),y se trata de una Pervi_
o de recado 'reca.u.do', y muy p¡obablemente irfluyercn en la migl¿- pa-
vencia dei viejo romance ar¡tóctono, perc el conocimiento de ese
ción de lln vocablo como áoruc¿r, que tan honda raigambro mejicana ra.lelismo dialectal puedo eütar explicaciones ¿lemasiado originales
logró y que encuentro en texto novohispano de 1816: «por no dexar para el caso americano. Más solprcndente, si cabe, es el hecho de que
domir a su hija y mía Ia baluca y voces q\)e lÉrnian en Ia r¡esa 1os ca- in Navara se use gazársrro corno nombrc de u¡ arimal iIrea.l, asi_
xeros y otro paisa¡o que esá arrimado» lr. mismo coiriente en Aragón Úunto a la varianie gdmusíno)31 LnReal
Los navarros y los aragoneses contribuyeron con su fonética de Academia Española ha incorporado sin nota de ¡egionalimo un gau
tipo norteño a la nivelación de1 español de América, y éstos también §il¡o 'animal imaginario, cuyo nomb¡e se usa para dar brcmas a los
ai mantenimiento en él de1 indefinido cora, que en el español rcgional cazadores üovatos', que en ñodo alguno es de difusión generalrs. En
de Anagón estaba muy vivo durante los siglos xvr-xvn y airD se con- Canüias gambt$ino designa el 'bocine$o joven', tomado como
sen¿ en hablas pirena-cas (.,no djio .o\a",. pero asünismo 5e conoce portuguesismo, aunque no es seguro que 10 sea, aI menos eÍ exclusi-
en al$ma de Navarra («no enrendo cosa»)3a.Los de ambas regiones vidad, y en Andalucía sehalla¡ gamb ci o, gat rici,r, 'persona mos_
apoyada\ si no fueron rinicos promotorcs, la implantación eD el pa, trenca, abñrtada', 'pájaro cogido de noche deslumbrado por la luz de
rag.]¿y de festejar 'ma].,tener un noviazgo,, y en el españoI regional nn farol, en la caza liamada de gamucinos'le. Pues bien, el valor ic-
de Aragón es mLty uwal w abombado ,ato¡tado,, .tonto,, i¡cluido tionimico canario rcaparece en Cuba sogún Morinigo, 'nombre alter-
como americanismo en el diccionario acadéñico35; cohcidencia fo- no del pez llamado glajacón', quien asimismo trae el costarricense
nética con el aragonés tiene el colombiano enzurullar,formar r.ra-
nojos con las hojas de tabaco'y la interjección americana /¿pal es 36 Rafael Lapesa, ,qis,¿r;d, 586. Ka¡y, añadiendo eL mts ocasio¡al uso de ¿ ñ1,
plenamente usual en la ribera zamgozana del Ebro. Si «desde Cen1]o- amplia mucno más el árca hhpúomúicua de ¿ ró y menciona la córespondencia
aúgo¡esa del f€nóme¡o f§,¡¡@N, 129-130). Sólo quo debeda haber concEiado más
américa hasta el P€rú el habta Wlgar emplea el pronombre
lo como su ¡eforcnciá á los rcgistros «en atgu¡os rccione§ fua¡es de Espana, esPeci¡lme¡tc en
Angón». Desde el púto de vistá de l¿ co¡sistencia diale.t¿I, t¿les usos §on exclusi
rr D¿N4 ?28. PaE Corominas óon¿¿
vos del dominio úago¡és, donde Pdüo¡ al castellano desde el romance vemeulo
es parabr¿ de p¡obable ascendcncia vmca, 17
M.' Iribaren, l'oca¿rlo ia havdta, p^E- 26í «Er'túdel¿ pda dü vava o
Josó
identific¿dáco¡ los ¡avaros l,cnarabrh cds, ahdar a baÍñtqktas, y butu.a.et rc despachd a un chico, suele dqirsetet ¡Hol|!: o ca,ar gaht¿¡riror); Rarael A¡dolz'
siduo del lriso o del cercal dospués de cenrido, lDcrC,C. s. v.). Díccionano dragohés, pác.231t Gdnbtsiba, cazot d'pa3ü u¡a novatada o dd uDa
]a Raf@l A\dolz, D¡cciarano
ara4obés, Zañeazn, Miñ Editores, 1 992, 4., edi iúoent d¿', aa-á,smor tuidos producidos por el viento tuefe' Aurque lo ig¡ore
ciótr, pá9. l24i José Mei¿ Inbaren, l/acabutaió nawffa, pamplo¡a, tútit¡rción A¡dolz. en el Ar¿Cór Medio también se conoce Ia palábra con reducción del crupo
Idncipe de Viana, i984,2.¡ edición, pág. 158, en Oroz Betelu. -tub-, p. ej., EanÁinós en el Cmpo de Bórja.
35 Bafe\ Aidatz,
Di.c¡ónar¡o arqan¿s, pág.216: A,q?/ .esla¡ en reláciones 33 D¿4¿ s. v. L¡ voz no ñelra en el htoridddes, ni,la rccisrh coroñi¡as, tam_
fomales', /¿rrdo novreso'j José Máía tribárcn, Í/ocabuta a hava o, pig.25a: paca aanb$ino, quier sólo .ecóge ei mwcido s¿r¿lritr¿ 'variedad de Pe'a
/¿¡rejal hacerse el mor los no\ios,t DA, 262 (festeja ,Eatanteó,). pM abonbado, !. (DcECIl, s-!-cana6a).
D¡,44 s. v., y Co.omin¿s lo sitúa, onr¡e olr.u pades, e¡ Arsentira. Ecuador v Cub¿ 1t TLEC,1362, v,4, 292, úeslada defiDe la clase de c@ prchibida que sc lla_
(DCDCH, s.\. boüba)- "¡
tua a :lanuci"os o de Cañuciko¡ siempÉ co¡ erafia ceceosa.
30 Historia del español de Atnéríca ,ttfuencias rcsionales 3l

gambusina 'coneia, janna', cubano 'exclamación empleada para in- ñismo que a estos misioneros, o en todo caso a coregnlcolas suyos,
dicar un chasco', y la expresi'n pescar garrb,.rirlos 'ocuparse de 6e deba Ia celebración camavalesca que en Sanarc (estado de La¡a, en
cosas inútiles o de negocios sin p¡ovecho'e. Observámos, pues, la las estrbaciones ale los Andes) tien€ lugar cada 28 de diciembre, Día
variedad regioml, sin exclui¡ la participación poúugrcsa, en el Aas- ¿le 1os Locos y do los Santos Inocentes, que en esta localidad venezo-
plante de este vocablo a Am&ica, proceso en el que sin ningún géne- la¡a se conoce como el Día de los Zaragozas o Locos de Sanare,
ro de duda participaron los nava¡ros dbereños y los amgoneses. 1. no pror2goni2ado por cientos de eomascarádos conocidos por el nombre
deja de ser cúioso el hecho de que la voz se encuente el1 texto de de zarago-asa\- Una de las huellás documentales dqjadás por los
Lecuanda, redactado con los mate¡iales acopiados por su tío, el obis- fi:ailes aragoneses en Venezuela es ol plano del Preblo de S. Ferrun-
po Martlnez Compañón, navarro de nacimiento y para quien Zarago- do, s lurulador el M.R.P. Írai Femando de Saragosa, relígioso ca-
za em ciudad muy fa¡¡iliar: «Son comunes los llamados por estos p chíno: contiene no sólo grafias seseo-ceceosas (Saragosa-yglegia),
naturales gambusinos, por los chachapoyanos pulapala y por los t)- sino el l,ulgañsmo fonétlco de güeúa, el aríeicanismo geneml qr¿-
c.llfnanes qairquificho o mrlif¡r. Los hay de 3 especies, pero todas s¡rb- brada y e1 vel:lezolar'1smo corozal 'pahr.er?¡', occidentalismo hispá-
altemas de la primem. Este quadnípedo en Caxamarca es de la estatu- nico por estar suñjado sobre co,'ozo, vadante de .orozo (v. láñina
ra poco mayor que un gato...)y'r. IID*.
Tarnpoco puede desconocerse que a veces rma colonización mino-
rita¡i¿ ha podido ejerce¡ influencia liryüística mayor que Ia presumi-
ble en terminos puramente num&icos, especialmente la desarollada Compañía de Jcsús del Nuevo Reyno de G¡madD), en José Cñilla, Hi¡tat¡a hdtutul,
por ftailes, con ftecuencia agmpados por natumlezas rcgionales en civil, geagáJica .{e lat Mciobes si¡uddas en las ríver6 rlel río Orinoco, Barcelóna,
sus tarcas misioneras. Así, 1os capüchinos de Ar¿gón tuvieron a su en l¿ Imp.ent¿ de cúlos cibed y Tutó, 1791, 3.'edició¡ (conserado e¡ la Biblioleca

caryo la evangelización de un extenso territoio de Cüma¡á, y quizá Nacional de Veneael¿). Las noticis docume¡tales sóbre esios capuchinos mgore-
ses no f¡ltm; verbie¡aciA ld hay rcfe¡eoies ¿ ftay Lorena de Magallón y cinco co-
se deba a las andanzas de los ftailes a¡agoneses por Nueva A¡dalucía
deligioúios nás, que Égles¿bu a Cummt m el p¿tache de la Müearira pda quc
y Nueva Gmnada la ditusión de zaragozas ,jünas rotjas grandes pre- saliera con los p.imeros saleons y se Ie dieE üático pa.a el viaje (cédula de 20-I-
pamdas con poco caldo y acompañadas de came guisada y aroz,, en 1657)j y otra disposición de idé¡tic¿ dat¿ción donde se €cüerda que el nhmo ftaile
Bananquilla y Región Ca¡ibe de Colombiaar. Muy probabte es as! ha¡la pásado veios ¿ños dtes junto al céleble f¡¿y Fimcisco de Pamplona, natural do
Navm pero como religioso fomado en Tú@na de A¡agóD, y orrcs dos coúpañeros
40
D,4, 276, Las retice¡cias de Modnigo a la prcpuest¿ de angticismo hectra po¡ hás á la isla de Grdadá, de la cual, al h¡llarl¿ ocüpada por los ftaceses, tueron ¡
Smtúdía pd¿ est¿ voz hm de co¡verriBe en Édjcál recheo. C'll]mt, donde tur<l¿ron dos pueblos: AGI, IndifeEnte GeneEl 2874, fs. 65v 70v,
tt MC )tlt, 336, 23-7rI-7194. 794. Coúo adela¡le
se verá, e! este coryus rámbién
a3 Esl¿ infom@ió¡ se la debo al Dr. Manuel Nava(o, ni colesa y amiso de la
se h¿lla ol norteño .qp@o, y ú dfara ¡pelativo que Écue¡<¡a at topónimo .iojoo de
isüal foúa, con simild caso d€ convúsiór de onomástico a nombre c.múr é¡ ,av,- Univesidad de CaÉbobo.
a AGl, Mapa y Plmos, Venezuelá 64, 24 de ma¿ó de i 690. C¿roz, nombre de
4'1
véase ol mapá de 1ó60, de Iás nisioDos de Ia Nüeva &datucl¿ o Cumaná, fac- una p¿]m espinuda que prodúe ur fruto comesiible', ¡o sólo es de veneael4 si¡o
similamente Ép.oducido en lglesía, )74. La letación del pádrc Cmbútes que igu¿lnente de Coloñbia y Añéda Ce¡tr^l (DA, 153); coto,o y corc.al rañbié¡ er
acoñpáná a esle map¿ recomienda que psm¡ capuchi¡os de la provi¡cia de Angó¡ DHA\ , 142, Ear. f@y Fenúdo do Zamgoa habia nacido e¡ l¿ capital de &agón y
a Ia convesión de los indios de Cumaná. con p!4isióa mucho Dayor se locatia Ia er¿ companerc de ofis capüchino, fáy LoÉm de M¿galló¡, cono él tundador de
misión capucüina arágonesa de CumaúA e¡ et «Mapa de la provi¡cia y nissio¡es de lá pueblos m Vene^el¿.

I
32 Hirtoria del e,Dañal de Améri.a útflu en cí a s r egionale s aa\
Y en cieúas zonas novohispanas los religiosos nacidos o foma- al españoi americano so han atisbado, de igual modo que contribui-
dos en Aragón tuviercn ufr papel destacado en la acción misionera. Se úa,lr a la expansión del dialectalismof¿/ro en Indias, según se aprc-
da el caso, por ejemplo, de que en 1713 fray Diego de Fmga, «prc- cia¡á por el Cap. VI, igual que en el siglo xv I, en tiempos de apertu-
vincial y comisario de uoa misión que se ha de conducir a la Santa És comerciales, 1os aragoneses a)'udarian a difundit la \oz cordellate,
Provincia de N.P.S. Francisco de los Zacatecas», pide licencia para nombre de un tejido fabricado en la región: «en la ciudad de Jaca se
que se permit¿ el embarque de trei¡ta sacerdotes y tres legos, po¡ é1 beneficia¡1 siete mil asobas en ciento veinle y cinco telares, en los
guiados, con el aval de fiay José Sanz, «Padre de las Sa¡tas Prcvin- qüales se Íabajan mil ciento y cinquenta piezas de estameña..., y
47.
cias de Cala1uña y Aragón, y Comissario General de iodas las de ]as ;iento y quarenta piezas de cordellates y bayetaa de sesenla vams»
lndias»45. Habda que espemr, sir embargo, al siglo xv pam que la Y de gran estimación sela esta ¡nanufactura, cuaüdo ya se anotaba en
emigración aragonesa en ocasiones se prcdujese agrupada y con des- iÍvgntario sevillano de 1649 con deteminación de su prccedencia:
ünot selecclonados con crilerios Lanto polilicos colno económicos. «otla colgá¿lura de cama de cordellate de Aragón, ussa¿l¿»43. Por ú1_
Uruguay y Luisiana pdncipal$ente, aunque sin llegar al nivel alcan- timo, lo mismo que tanto los amgoneses como 1os catalanes expandi-
zado por ohos porcentajes rcgionales, por ejemplo el de los canarios íiat: este cardellate pot A¡nérica, algo semejante en cuanto a acción
en ambos tenitorios, y señaladamentg en el no¡teamericano, Sea co- mancomnnada cabe suponer en relación a Parur 'prepamr, disponer',
mo fue¡e, no debió de ser importante la huella lingüistica dejada en sentido que Corominas vedflca en el argentino Pdi'at el puchero 'dat
América por 1os naturales del viejo Reino, que también acabarían su- de comer a la familia', equivalente at aragonés parar la mesa'poner
cumbiendo a la fasci¡ación, o a la fuerza de afacción, del meridiona- o cubrir la mesa" caialán patut tat¡a4e -
lismo ci¡cunda¡tea6. Pero algunos hdicios de la apot¿ción aragonesa
también es que, teniendo tani¿ iúpoitmci¿ el papel de los navaros en Ia conqu¡t¡ y
4r AGI, Contnt¿ción 54ó8, N2, R4. La petición
va fimad¿ por fray Dieeo de !É- colonizació¡ de l¿s lndi4, en el mismo voluúen É publique u
capitulo con el limi_
9., perc seg@me¡ie está escrita por ot!á nmo, y en sus 26 re¡Clones contiene las lado alcdce q¡e ¡evela el titulo de Ángel Gdci¿ Sa¡z Múcoiegui, rúa emicració¡
g¿ff8 seseos4 c,¡s¿.6¡ó,, arardesa, ndesar¡os, prekda, saserrtor¿§ (¡nga es lo- mvam a Amérie á Í¿vés de la publicistic¿, 1877'1915» (páss. 409_441)-
calidad de la p¡ovincia de Huese limirrcfe con la de Lé.ida y de h¡bl¿ c¿hla¡á). ?or
47
Antonio Aneta de Monresegúó, Dkctrca instructivó sobre las rqtajN que
supúero¡ hay nás constai¿ciones de viajes en gtupo de fráiles dagonesosi asi, e¡tre púde consesuir la índÁtria de Atugón co, ld ueva añPüac¡tu de Pkrtos cotcedj
los veinfiocho dominicos embarcados d junio de 1?71 en Cádiz con direcciór a lie- da par s.M. pala el cobercio de A ¿ticd lM^dnd, 1783). edició¡ facsinil, Zmsoza,
ms califomlmd habl¡ hast¿ siele de esta ¡esión: V- T. Góñez Gmla, (¿¿s domini- Diput&ión GeneBl de Asgó¡, i985, páe.62. De lá popüldiació! e! el dóminio
cos exclaustÉdos de la Prcvincia de A¡agón y su apofación ¿ la evarg.lización de araconés de este témino. consideÉdo c¡i¿lanismo por coroniaas (rC¿C,c, s. v.
Califomia (S. )(lx», ¿os d,ui icas, el Nueeo Muñ.lo-,4¿t6 del t Cówresa Inrer- .reld¿), da idea el hecho de que aún perdue en ¿lgln pú1o con la acepció¡ de mez
,¿.D¡¿1 Madrid, Editonal Deiúos, 19E8, pás. 521. Tmbié¡ M. cel¿beñ, ¿a pr¿- cra de estambie y rlana' (¡af¿e1 Aidolz, Díccianaió araSoh¿r. pág. I 20). Este géne_
rincia .loñinicana de Arash en Abético, en Untjn¡ñes lBalerin Familiü de la lro- rc textil y¿ se f¿bricaba en Arse¡lin¿ e¡ 1628: «de los vezinós de la ciudad de CÓrdo_
vincia de Ar¿gón),7, 1966, suplemento al¡úm.72 va, m Ios quales ay algúos obr¿ses de jereuetás, sayales, co¡d¿ll¿,¿§ §ombÉrcs v
a6 mant¡s para los indios) trd,¿n 144).
Más állá de los <latos prcporcionados po¡ Boyd-BoMrm sobre la exiglap&ri
¡3 A¡clivo Histórico de Prclocolos Nora.iales de Sevillá
cipación msonesa en la colúización americaoa, poco es lo que se sabe y no mejore [AHPS], oficio 4", Es
nucho las cosa Eloy Femá¡dez Clemente y Viente Pililla, «t¿ omignció¡ úago- crituas ?úblicas de 1649, Libto 2", f. 1260!.
rcs^ alberoañénca», Eh¡grd.¡¿¡, 25-50. Se aduce en este tnb¡jo biblióCraffa e¡ s! ae
DCECH, s. v. patú. En ñüchos pu os de Ar¿gón es usualesro v bo con d]-
mayo¡ púte ¿ rods lu*s elabo¡ada púa satisf¿cer compromisos u.gelles del V Ce¡- cha acepció¡: p¿rar 'ma¡ also que está desamdo' áarat cePas), Pdrdt u
calchól
tenario, pem en eene¡al pocos conoclnientós de entidad p¡opo¡ciona. Y úa pen¿ 'bat^etlo', parar d¡ención 'ponú ¡tenció¡', Y €n el úisno dominio a¡ago¡és está
lr
34 His¡otia del español cle Anérica
l htfl encils regíoñales 35

,, Es cieÍo que ia emigración de lengua catalana matema fue muy


escssa en ios siglos xvl-xvn, sieldo sólo algo representativa en la se-
] ,3, LOS CATAIANOHABLANIES grúda mitad del xvnl, t¡as la liberalización de1 comercio peninsular
con América, pero cuando el seseo estaba ya plenanente afianzado al
Natualnente, no dejarjan de aportar su gmno de arena a la ex- otro lado del Atlántico. De modo, pues, que esta áportación lingiiisti-
pansióri del seseo ame¡icano gentes salidas de oft.as oa necesariamente hubo de ser muy limitada, aunque no po¡ ello deba
áreas hispánicas
en las cuales estuüera vigente parccida indistinción de sibilantes-
ignorarse, y haya de sujetarse, como ¡odas las demás, a la comproba-
co_ ción documenta15'z. En e1 siglo xvrr el puerto de Barcelona cobró una
sd que sucedia en clguas zonas de Calicia. y muy panicularmenre en
gran impoftancia en el tráfico comercial indiano, nueva situación a Ia
el dominio cataláur. con su seseo de aniculación ápicoalveolar Tal
p¡onunciación de los catala¡ohablantes se rnanifestaba que alude el citado Aleta de Monteseguro cuando a¡ima a sus paisa-
igua.lmente en nos a «paficipa¡ de las ganancias que ahora logran ios catala¡es en ia
conflsiones de s con c y z cuando és¡os escribían en castellano, e in_
cluso er libro impreso en Barcelona el año 16lg se lea cortez. Amé¡ica con el comercio de zapatos, debiendo p¡evenirse que las 1r-
chosa das son las qr.re tienen mejor despacho y más subido prccio»53. Y al
y reJrc/Lo donde la edjció[ mxüleña de tb]] po.e co ¿5. úola y
rey'e,scoio, Del seseo vasco tjataré con algÍül pon¡enor en el
capítulo
siguiente, si bien los vascongados practicantes de m bilingüis; 5'z
Sobrc la enisración desde los teritorios de lengua cátalma: Sebdtid Ser4 «La
im_
pefecto también conhibuye¡on a la inestabilid¿d a¡ticulito¡ia enigr¡ción de las ls]ú Báreaps a lberoaménca»; Prócorc Hemández, «Quinie¡tos
de 1a
/-s/ en América, debido a la distinta morfología del plu¡al en su aios de hisfona catalúa etr Américot José Luis ?inotti y J. Ignacio C@ Orczco,
leü_
gua matema: desde luego pruebas textuales «Valencia¡os en lberoamérica. Idenldad e lntegh.ión», ¿uisracióh, 87 773,23'1-
no falta¡lpara asegurar tal 260,443-468. Casi nada hay en eros capitulos que sina al listori¿dor de la tengu,
circmstancia lingüística5l. De todos modos, los vascos usuarios
¿le un especialne¡te inúiiles el prjmerc y el tercerc, y sobÉtuen folclórico és1e, que co-
buen español se alinearon con ios castellano-leoneses v castellano_ mienza con lás bécdótás árgenrinas de Blaco Ibáñez: hdt¿ alí alcaz¡ s poBpecti,
mxnchegos en ta dislinción de tas (ibila¡tes. ftenn a loi indisringi v¿ docum.niali y lampoco hay apda datos úliles p@ el filólogo americmisla en los
dores andaluces y ca¡arios, igual que sucedió con los gallegos y'ca_ libros de Manuel Ballestercs Gaibtois, Yalenc¡a y Anélnd, y de Barloloné Eñodell,
lalares ¡así como vdlencianos y ba,eafes) adies¡-ados en el empteo Rateares , Abética, p\blic^<los por la Editonal Mapfte (M¿drid, 1992).
de
la lengua española. Sobre el papel desemleñado po! los cataleo¡ablantes en la fómación delespanol
Me¡icano ¡o hay estudios docunentalesj s6lo algunas refeEncias a autoÉs de tmra
dos de lenguas me.i¡d]as, ási las de Luis Sileo en ¿a laáot likgüísúd de las rateb
plaramente vige¡te aacú
el re¡bo en idéntica expresión,o z e doca .ao ne gos¿, cianos ei lndias. yale cia, \995. En t¡es ca¡t¡s enviad¡s desde Ma¡ila al conve¡to de
m me qEs & mño propÉ de (otombi*
clddB Chile p*no n,.o,a, .ri
y p¡edic¿dores de \alen.ra e ano '.98 por'os doninros Tomd Cá .1ú Da.ián
.1,19{
,, I :*:,.": o*: aa. p@afro
edrcró1 de V.'habet lope/ Ba.cüd1.
tM¿dnd. r6i7: Bnerom. jors). Balaguer y Juan Báutisra Gacat, oriúdos de est¿ ¡egión, no se ápEcj¿ rNCo alguo de
Búcetona- prcmocrones y prbtic&rone5 ceácter di¡lect¿I, y a ot¡¿ de 1683 de fiay Pedro ¡enollar, rollo¡quí¡, ercue¡t¡.o u¡
unrlersri¿nE. 1988, páCs. 460, 468, 4?5.
rr Asi. en ¿úósafo ¡lel estanero po¡roia; pero debe t¡¿tase de ua copia y on ta1 caso no es seguro si el seseo tue del
vasco cui én de Trujdón d¡do en z¡ragoz el
autor o do quien meipuló el original Adolfo Robhs Si.ra, «Misionercs dominicos
a.ño r58l se re «dexd d¡cl¡, tapton*». en medio de
un seseó E netatiartó valmcidos del siglo xvDr, ¿os dañinicos y el Nuew Murdo- Actas d¿l III Ca|Erao
.la. or¡do. cacfló;. eht;m. liatua_ Cara4osa crc.,. tu. t¡vo Hrs ón.o deGa&erta
p.oroco-
los de Züago¿. norúio LoEUo qe Brrge, t:. o28-olt.
l ¡eñacia al, Maúid, tu)ironal Deinos. 1991. páss. 292-299, 3 19.
Un ejemp,o oe 1¿, ri,,v¡o rr Anto¡io Anera de Monlese g¡rc, Dnculso insrrucnw sobrc l@ |eata|t .. ., pá8.
en vacongado indiano se verá máj adetmre (cf¡.2.2.). 09 El clre\ro ciudo feMel6.lda turo adobado .
36 Eístoria del español de Aménca I fluencías regíonales 37

oiro lado del Atlántico también se hacia mención al papel mercantil y seguramente fan\biéx. balumen,
che de la vela mayor de gavia»,
de los catalanes: «lo que no se conseguirá por los medios que se
«con mercaderias para eIIa misma o con a1gún óa lumen, hieno, jabón,
practicán lexteminar los peÍos cima¡rones], sino hayendo de Cata-
aceite y otras cosas así llamadas, pam el Cusco», «que 11evan e1 azo-
Iuña la ñuta silves¡¡e llamada mataca para echa.r sus polvos sobrc ¡e- gue a Potosí desde A¡ica, y las mercadeúas, los que llal:,],alJ bahmen,
ses muertas, porque así perecodan todos sin rcmedio, y lo mismo los 5?.
vino, hieno, jabón, etc.» En Femá¡dez de Quirós hallaremos ú/¿r-
ügres y leones»54. Las Balearcs disÍiutaron asimismo de estas opor- /d/ «(que sin cortar el cable se pusiesen unos órandales al Ílr,!¡l€te
firiidaales para el intercambio de mercaderías, a ]o que quizá se deba paü sustentarle»), p¡¿¿jar «(dos dias y una noche que allí estuvo
la creación del topónimo litoml venezolano p,J,, ta de los Ma orquí- proejando sobre st delgada arnar») y p/¡r¡r («dado ün pru r] en tie-
r¡a, quodarcn €n puerto muerto»), adeúás de un dudoso embomalss.
La marca dei influjo lingüístico catalár donde con mayor relieve En este teEeno, como vemos, la duda etimológica y tipológica
se aprecia es en e1 léxico, y muy especialmente en el de estipe mari- a§alta a cada paso, debido a las lrecüentes, y a veces i¡rextricables,
nera, aunque algun ejempio distinto a¡terior aI setecientos puede ras-
interferencias que el léxico ma¡itimo de va¡ias lenguas europeas su-
trearso, caso del arabismo cataliút alquible, empleado por el p. Acos_ Aió desde antiguo, y de alguna manera lo mismo se compnreba a pro-
ta: «El modo de matar cualquier res, chica o grande, quo usaban los p'sita de lewr krro 'levantar el ancla' y levar 'zaryat', de acrsada
indios. según su ceremonia anrjgua. es td propria que üenen los mo-
Fesencia en Ia documentación indiana y de los que doy estas atesli-
rcs, que llarnan el a¡4¡¿¡óle, que es tomar la res encima del brazo de- guaciones en Íiay Jacinto de Carvajal: «con +re l¿vamos ferro, cono
rccho y volverle los ojos hacia el sol)56. Sin embaryo, como he dicho dicen, prosiguiendo nuestros bajeles sü vía», «pasamos la noche en
el mayor nimero de catalanismos recogidos en fuentes indianas co- u¡a playa..., y nos l¿ydao, a la callada, lenguaje ent¡e mareantes rc-
¡responde a los términos de uso marine¡o, ent¡e ellos los del corpus cibido cuando las brisas no ofender»), «antes que la brisa nos sobre-
de Lizánagat boj, <<este edificio era muy alto y en circuito o de ¿o¡ si saltase, leyamo.r los bajeles»se. Varios de los rcferidos catalanismos
como marinercs nos es lícito hablar, debía tener poco menos de mo- náuticos perviven en América con signiñcado ya no restringido a Ia
dia legua», «tienen en tomo y, si hablamos como marineros, de óoj temi¡ologla de la navegaciár.. Así, balu loso 'de mucho bulto', Dolr'-
ocheLfa legnas»; bolíche, «con la furia del viento rómpesenos el óolr- c¡e 'tenducho', 'tabema', inüo¡¡¡al en 1os dichos «irse por los rrr?óor
e Aatu l78l-t80t,20-
55
51
Desüipciór, 81, 143, 183, 240, 3 85. lls corespondientes rcfepncias lilgúistj
En et Pl@o de la Pun¡a de lr.¿cas del año 1794: facsini t de ,4vehtúrd naval
r 95. Como se reeisf¡a e] M¿r, de Rarcelóna .n et Mdpa ¡apoEtól¡co
de ta proincia DTcultiniento, 758, 160, ló l, 296. Deñade el c.i¿1disño de esios témi¡ós
'B
de t/eneela de este úisñó coaE (!ág. 30), áunque tat vez §€ deb¿ a la duradeÉ Coromi¡tu en er DC¿C¡¿ s. w. brantlal, i bowl, proa, co uú «püe@» en el pri-
!rcsenciá en estas riers de los capuc¡i¡os catalmes, @ pa¡te de los rcritorios que her caso. Como italioismo tntúé enbomal er 3.2.2.
hatliá¡ §ido @nquistados po. et támbién caral¿n Juú de U¡pi¡ (mapa de 1647 m f&- s'q,{pr¡¿, 163, 186, 188. ?or u¡ lado, Corcminas afiru qE
simil de.Igl¿rü, 175). Pero tódas la cuestioles aquí ituplicadN requierc¡ investiga-
leto'ñcL' es cara-
lá¡ismo, ieua.l q@ ler¿l sin dipto¡g¿ción en sus fom¡s tónicas mdimles IDC¿C,¡/, s.
ciones hisró.ics hoy por hoy inerhienres, de l¿ nisma má¡eú que, po¡ ejempro, el v. ,ti¿¡¡¿.), pero €n otra pdie de este verbo con el senlido de lecoger las úclas' ase-
precisd si tuvo algua rcpercusión hreúistica el ¡uoeroso dentúienio de emigrados
cu¡a que «se.á fom¿ tomda del ft. /¿vel, como témi¡o náutico y militD) G. v. le
c¿talúes en Cuba du¡mte el siglo xx. v¿)r ¿y por qué no serie mbd voces o¡iginanmente gállego-portüeuesa? Mateo
s6
Histaria, 349. Si rie\e túón Coromind at co¡sidetu cat¿le i ta lanúre at¿ui Alená¡ trael¿r, 'ancla': «mejor se deeu¡a la Éve sobre dos,/¿Íor qte con uro»,
ble de atquibla (DCECH, s. r.).
«estaban a mi ca¡co los/ezor, la summs, el d¡¡ fo¡do. . .» (GA ¡, tzst I¡, 41sJ.

ll
38 Histotia del españal de Améríca I flue cias rcgionales 39

,?4/es» ('por los cenos de Úrbeda'), «hasta 1os i,l1 bafiale§) (.hasta el edad el prime¡ esc¡iio confiesa: «pues he bjvjdo seseola años,
gollete')60. -on
1ós que mal me quisieren hazer, Ío me pueden qujtar la¡ga vida)-,
de modo que ha.bía nacido en 1466 y acometió Ia aventura americana
coÍ sus 46 años ya en ava¡zada maduez, pa¡a 10 que en 1a época em
1 ,4, EMICRADOS DE CASTILLA LA N¡UEVA et ciclo vital medio6r. Un hombre de acusadas caracteristicas medie-
vales, pues, lingüsticamente expresadas en la for¡na de1 sufijo -adgo
(alt oxalifadgas), en su apego al auxiliar s¿r. (heru wtjdo), con el
Natuai de Talave¡a de la Reina (Toledo) era Alonso de Esüada, pü1jcipio seído, y, sobre todo, al arcaismo verbal en -ra. «pero si
que había viajado a lndias en 1516 y que eD 1526 escribe ma carta a1
Dios no lo rremediara to se p¿rdrcl¿ escusar, y si se htziera, Dios sa-
Emperador. Su texto epistolar no comp¡ueba sino la existencia de 1a
be qtjén mandara la Nueva España [...]; y si mucho se tardara la
moderna /s/, en voces como eso, negesydacl, oiese, usase, mien¡ias
venjda de Hemardo Cortés, sabe Dios sy p¿,"a¡¿ aquj». A pesar de
manifiesta la antigua diferenciación ortogrifica de c y 2,. parece ser el ser castella¡o nuevo, Diego de Ocaia se atiene mucho más a1 empieo
talavorano aspiúdor, pues siempre pone la ¿ de etimológica corres- eiimológico de 10 (34 ejemplos) que al leismo (6 ejemplos). Y, preci-
pondencia foüética (hazía, hizíeron, hecho, hazia, etc.), y ia única sámente también por serlo, pmctica la aspiración AaUat, ha ¿, has-
ocasión de uso del pronombre átono en fdnción ¿le objeto es para 10 6r . ta, hazer, etc.\.En c2lltbio, igual que Alonso de Estrada, de pdncipio
También toledano, de 1a población cuyo nombre le si¡ve de apellido y a {i¡ desconoce el viejo rasgo fonoiógico distlnguidor de las dos anti-
emigrado en 1512, fue Diego de Ocaña, esc¡ibano público que asi: guas eses: ¿se cohonest¿ esto con el pretendido toledanismo lonético
mismo desde la ciudad de México reñite en 1526 dos denmcias ai de finales ¿lel xvr, tal como 10 pla¡ltieó A. Alonso?
CoDsejo de lndias6r. Sabemos que a la sazón era de sesenta años de Estrada no revela ningrin caso de confusión de r con c-2, y Ocai,a
parece que tampoco, a pesar de sus obedesca, Henandes y Lopes,
60
D,l, 84, 99. 321, con más á*pciones de algúo de estos vocablos, pea et pa- pues esc¡ibe con ese sigmática final de palab¡a, y de sílaba interior
re¡lesco tipológico y la expli€ción seú{nrica eft¡o el c¿lalanismo nadnero y el am.-
i.anismo bal¡che, !. DCECH, s. v. Sesu¡amente es fambién de este oriee¡, aunque ao algunas veces, según la plana facsl'dl que de 1a primem carta suya
de filiáció¡ náutic¿, el culina¡io pe¿le de alguas zon¡s de Ané ca.
6r D¿N¿, 48, doc. ya ¡ vivü cón él (doc. 49). Debla ser roleddo t¿mbién el tal Sosa, púes ¿visa que «con
2, ¿utógrafo. Y en li¡e¿ con la prefere¡cia poco después ¡ra¡i-
festada por el ¡umni§ra Jua de Valdés, esle rotedaao rambién lmriúeta/ b/ú los el seño¡ Diego de Hinojosa, vezino de Escaloniua os €mbio iEcientos pesos de a
dos ejemplos de rt¿dad que regist¡¿ su cana. Sóbre su procedencia y ombarque, véaso ocho re¿les para ayuda al canj¡o», idertific¿ al ñens¿je¡o «coúo de homb¡e tan
Boyd-Bo\¡aÚ,l¡di¿¿, 143, ¡rlm.4329. L¡ migÉció¡ c&retta¡o-ú¡nc¡€sa tue co¡- ¡ezino desa tiero) y acab¡ advirtÍendo q@ «los recaudos pu cobE Ios dineros de
sidenble, alca¡zmdo más del 15 po¡ ci6to det rotal en el periodo 1493-1600, con Hinojosa vm en el pliego del docto¡ Ceped4 vezino de Talave¡or. Pu€s bien. a p.sar
pa¡ticipación desi¿cadisima de Toledo y un papel progÉsivamenle mris ihpoña¡te pa- de su ioledanla, conñúde la doble ese.on la simpb ferár'de, esa) y ¿ con z (ha?e,
m Madrid: Nuna Tabanúa, <dpoñacio¡es c¡stell¿no-mochegas ¿ la emigración es- ¡arer; en cmbio, emplea ieeulmente 1¿ ¿ . Ha perdido po¡ vocalización l¡ lbl
pañol¿ a lbetuamérico), Etuigración, 7'14-t75. Absotutanúte insarhfacbno pam (.le*lo, recaada), núriÉre atgíú rcEisrro de haber pat tener, y disrinsue ./o de l¿
¡uesho int€És es el t¿b¡jo que sobre M¡d¡id y América se publica en 1ás págs, 345, 63
Sobe el p¿rticulú vicente Espinel dice: (on viejo de hastá cincueña anos de
369 de este voluhm; una ve¡d¡der¿ lásliúa desde elpu¡io de visra ci6tiñco. ed¿d, de propósito dio en L"¡tú de l¿ Eligión ¡ueua», en n¿l¿.¡okes .le la ida .lel es
@ DIt¡d, 49 62, docs. 3,4, Nrógr¿tos. y en Boyd-Bo@m , lhdie, 142. tijñ. ddera Mücos de Obre.ó, (Madrid, 1618). edición facsímil de la Real Acádemia Ee
4302 (escnbdo Dieso cutiérez
de Oc¿ñ¿). company rra¡scribe otra ca¡t¿ autós¡afa pañol¿, Málag¡, 1990, 131¿. Ea la págiú siguienle Espinel vuelve a señale, refirién
de Frecisco de Sosa, quie¡ en 1575 desde México le j¡sisle a su sobrino para que vá_ do.e slmihope,son4e -Qu
'o
tor6e ¿ áloo,or¿, el'É.o..-
l

40 Hittoria dcl ?:nañol .]c Anélí.a 4t


I fl encias resionales

aduce Compary. En cambio, tiene un caso seseo-ceceoso («no sé yo


hasta, hazer, hetidas, huyendo, eE.), y eL él predomina Ia distinción
cómo se pnedal, zufrir») Ia caÍa escrita al Consejo de Indias en 1535 pronomiaal (9 casos) sobre el leísmo (4 casos). Es dicha aspimción
por Nuño de Guzmán Ías veintiún años de permarencia en el Nuevo
ür rcgionalismo fonético de impronta peninsular, como de carácter
Mundo de su au¡or, nahrml de Guadalajam y que en l5l4 habia em- indiano puede ser 1a seguridad en este caso concreto no
prcndido el camino de la emigacióna. En Amé¡ica tuvo un papel -aunque
existe, por lo que acabo de señalar en la n. 64- eI rasgo innovador
destacado este personaje, que todaüa se sirve del |ef]milo sabidar qüe supone su tufii'; en consonancia con la evolución general del es-
(«mas de hazer s¡u áldo¡ a vr¡estra señoda y mersedes»), de la forma
pañol esüán sus indisti¡ciones de s/ss (pasar, pasada) y de c/z (ana
verbal en -,'¿ con el valor etimológico de pluscuamperfecto de indi- ezefi, conozet, pareze , ef!..).
cativo65, y con el inmediato sentido de pluscuampedecto de subjlmti- De Madrid eÉ don Pedro Ladrón de Guevara, que en ochrbrc de
vo o de condicional compuesto6ó. Su texto da la apariencia de rcspe- 1554 dirige rm breve memorial «al müy alto y muy podercso señor el
tar aún la aspiración de /f-l, pues sin excepción llevan lr las formas a Prinsipe de Casti1la, nuestro señoD), en el cual recuerda: «soy natural
las que etimológicamente les coÍespondela ldrorcar, hallar, hartos, de Ia villa de Madrid, hijo de don La&ón de Guevara y de doña Fran-
cisca de Toledo, criados de V. Altoza y de su Real Casa; a qüe pasé a
tu DINE, 109-111. doc.
17. autósnfo; Boyd-Bovman, Jrdióe, 55, núm. 1593. poblar este Rqmo de V. Alteza con mj muge¡ y hijos deciséys años;
Como Aionso de Eslrada, tanbién escribe qiúd¿d Nuiio do Guzmán, p*o en cmbio
pone tecau.la y nó recdbda. zr, de Nuno de Gumán puede deberse a cont¡gio
truje cédulas reales de su S.C.C.R.M. pam que se me diese y hiciese
dialectal experiúentado en América; pero qüien descub¡e est¿ pronuciación ludo me¡qed de 1rr co¡regimiento de 1os buenos». Ya en este pasaje se ad-
Uevela, lal vez lexicalizd4 desde Espana. A idéntico cao, frecue¡te en esÚitoÉs vierte que no diferencia ss de s (diese, hicie:re, pasé), c de z (deciséys,
arasoneses desde e] siElo xv al xvn! lo he considerado como ejeñplo de brotes se- híciese) y x de g-j (truje),' en absolulo cae en la menor vaciiación se-
seo-ceceosos que ¡o llegdon acujeporexterso d Aragón: !éue ñ Hist. h ahd., seo-ceceosa, que seria signo de i¡novación, o de acomodáción, ame-
364-365. Dife¡ente punto de vistá úantiene José A. Pascual. «QuÍit por suftit», yo-
ricanista. Asimismo aparece en el ftagmento aducido la ¡ referida a Ia
¿¿¡ 2, 1991, págs. 103 108. Pero la contusión de la sibilñles alveola¡es con ls af¡i
cads denioalveolees desde mi peBpectivá si exislió or el español nodeño, palmri¿s aspimción con las formas hijo, hijos, hicie-se, y ralúo grafémico es
pruebás de ella üan pepivido hdla hoy, sólo q¡e seprodujo de forma muy esporádica piácticamente constante en el corpus en cuestión con sus varios re-
y no conoció e] fimfo que e¡ Andahcia tuvo- gistros (también en ¡az,ezdasJ, salvo en el de un acíéndome. Por lo
6r «visro éstos, y cóno aviú quedado pocos, después que olbuenjuez Ia coúe¡- que e1 autor en su texto de si mismo dice, debió de nacer a principios
zó a despoble, y qüe lós basrinenros que tenie se los avla coñido el marqués, de
del siglo xvr, de marcra que l¿ pérdida de la aspiración representada
sampá.dl¿ y viénense a la sibdad de Compostel4 y desde ¿lli se tue üuyendo el al
carde mayor y ot¡os sin me dú cuertá del cómo ¡j por qué la despablaft» (DLNE,
por ]a,¿ se inició en Madrid mucho antes de que Felipe II conviftiera
ll0)- se Éfieie la alüdida despoblación a la villa del Espiñu sánro, en tieEas de tos a esta cir¡dad en Ia capital de Es?aña y el fenómeDo fonético no ten
chichim*N. Y en cuanto al iniciél asi t¡aúoito «vhto élo», con toda plobabilid¿d d¡ia así que ve¡ con una emigración castellano-vieja resultante de di-
cho acto adminislr'ativo, extremos ambos que van contra 1o que de-

«Yo no me quiero ya quexa¡ nj 4 ir¡e¡a qüe se oúeÉ hecho, porque ¡o tengo fendió Menéndez Pid¿l- Como rasgo vulgar a Io sumo habria que
pda qué Dj po! qué, mas de her sabidór ¿ wes§_a seño¡ia y me¡sedes de lo que !asa,
considem¡ e1 de d,r¡r.rrones, pues los casos de ansi esfio, escrerí y
como sierpÉ lo lE leclro y a tiempo qüe s prdi¿¡¿ emedial, y ao quedara yo des-
rruydo nj perdido como lo estorD fD¿NL I 10). Haci¿ 1535 Juá¡ de valdés lepudia el recebido más bien han de veIse como reminiscencias medievales,
uso elimológico de -/a como claráme¡t€ miicudo, mient¡as se muesha afecto al que igual que el único uso de la copulativa e en «de la dilasión e recebido
enesiaaotáseconsisna(v.pás,73n. 155). ¿ recibo notorio agravio», donde la fonna verbal e 'he' ha podido in-
*

42 Histotia del de Anéria Ilrfl encías regia a\es 43


"^,Dañol
fluir en la selección de esta variante conjuntiva, la típica del castella- auxiliar en «a mi notisia ¿s venido» (pero «¡e caydo») y como copu-
no esuito culto del Medievo, que, no obstante, todavía seguia muy lativo por erral en «al presente ¿s biua mi madre ligítiÍr», quién pfi-
viva a mediados del xvr, y no sóIo como solücióD eufónica. Del rea- ral en un reperido «4,i¿, fue¡on mis padrcs», no marca con la prcpo-
lismo lingüístico de este pequeño coryus da buena idea la plasmación sición ¿ el complemento diecto personal de «infa\nando mís padres y
gráfica de la sinalefa avido 'ha habido' («por las disilsiones que ente nafitaleza» y \o obserya 1a modema rcgulaización del doblete con-
los oydores de V. Real Avdiencia dvido»), hecho que en cierto modo juntivo ¿-t en «con ello salüé de la nota l, ,nf¿mia. . » ó3. Asi, pues,
.

apoya la autenticid¿d de los fenóñenos antenomente comentados y eÍkado el siglo xvD nos encoriüamos con viejas vadantes cuyos ele-
mtifica el ve¡dade¡o sentido sociolingiístrco de l¿s simplificaciones mentos no han conseguido eliminarse entle sí ni han terminado por
consonánticas observables el\ esecutar la x del l,afi\isffo executar sihrarse en campos sociocultumles netamente diferenciados, según los
se realizó como ,4$/ y como prepalatal fi:icativa sorda, de donde su casos; y con innovaciones que se demoran enormemente en su expan-
velajizació,] (ejecatar) , e\ cidad, del a\t. cibdad, y en atltbre: lales sión no¡mativa. Testimonio documental, en deñnitiva, de una situa-
rcducciones de g¡upos consonánticos tipológicamente culios aún no ción en Ia que por muchos conceptos la u¡idad lingüística no es ajena
denotaban incultura en la época, ni podlan tener semejante connota- a la diversidad.
ción en una persona de las caracierísticas sociales de don Pedro La- Nacido hacia 1520 en Tendilla (Guad¿lajara) eü Tomás López
d¡ón de Guevaraó7. Medel, bachiller en Derecho Canónico por la Univenidad de Alcalá
Originario de la madrileña Villa del Pmdo dice se¡ Antonio Sán- de Henarcs, y luego licenciado por Ia de Sevilla. Con el nombra-
chez Moya, canónigo nombrado de la catealral de Santiago de Cuba, y ñiento de oidor pasó a las lndias en 1547, donde pemaneció unos
tachado de «marrano» ni más ri meDos eso es lo que significa 1a quince años siviendo en Guatemala, Yucatán y Nuevo Reino de Gra-
acusación de que era <eoltugués de nacióD)- por el prelado de dicha nada6q. En su texto, a pesar del nivol cultural de1 auior, se registran
diócesis cubana. Conta la peligrosa especie defiende su pureza de los wigarismos €rfeleglále, pedriq1.rc y proueza'pob¡eza', pero tam-
sangrc en carta que remite al Rey el 19 de junio de 1613, donde rcñe- bién el ultlacorrecto ,?aEzifestarla, y, en 10 q]ir,e a las sibilantos con-
re su lugar de nacimiento, a¡tecedentes familiarcs y la circunstancia cieme, las distinciones medievales están en este corpus colrlpleta-
de que su estancia en 1as Indias duraba ya más de 17 años. El texto mente caducadas, quedando de las antiguas vacilacianes in quixieten
autógrafo de este clé¡igo castellano nuevo otece vacilaciones vocáli- 'quisieren' de muy difundido y durade¡o registro en nLLmerosos textos
cas por entonces todaüa no constitutivas de flagrante !1llga¡ismo (ar de todas 1as áreas hispánicas («qu¿l más qü¿yr¿re,ir, y similar parece
cure?er, res?ebíré; segxamente sí ligítina), carácter que tampoco le
coffespondía aún al asendereado a8d¿lo, asimismo presente en su 63 AGI, santo Doñingo 153, Émó I, carta 12.'. De esra misiva autóg¿fa hie
caÉa; continúa fiel a los antgnos baptismo, baptiz4 emplea se,, como mención en ,§erea 300. Alli señalé equivocaddrente la ghña,§¿¡.ri¿ja donde debe

ó7
AGl, México 168, cudemillo 19, ca¡ra 10.". Referencia a este rexto autós¡afo " Los d¿tos biogr¡ficos en P/eánbulo y Estüd¡o p/el¡tujnal de Popaún, tx-Lv.
El manuscito es de vuias manos y no puede asegurarce, por Io ta¡to, que corcspo¡
hice en §¿s¿o, 296, Hay. pues. u cldo co¡lmste e¡ el trát¡miento que A ]a ¡- le da
este mdrileño y el que le conced{ los autores de canas i¡diaras oricindios de Tolo
dan necesdianente ¿l aütor los vúios casos de meridionalisno fonáico que en él s
do. ED cambio, aN sierdo de Madrid 6imismo, en docmenro del ano 162E del ca- obsewa¡, sobrc rodo el and¿luckmo sesoso revelado por la g¡afia rü¿¡as 'cinchaf
pilán Márcos chárúi de Alñonacid ercuenlra ¡ra¡co Ficleroa ls crafias alsa
(l I l6v). Quizás en bue¡a ¡redida a copisi¡s and¿luces deban los numerosos rcsis-
*
l
iento, dise, servis io, r¿in¡is co (Itlteqte!,296). tros do&ce'dulce'que e¡ esteco¡pus se veifica¡(v. pá9.44n.71).
I ñ

44 Histotia del etDañal de Améríca tnÍuencias rcgianales 45

ser el caso de?isoles, general en el documento de López Medel, por ¿i¿ro, de incuestionable fondo andalucista, como prcbablemente 1l)
fríjole¡, yanarúe de la -.!- extaordi¡ariamente frecuente en 1a docu- rcnga ¿¡rce, aunqñ mi seguridad aqui no es tota\, tgnzl qúe quebrada
menla( ión indi$r de lx primera época. pero qr e aun pen i\e en árer\ («monles, rios y quebrudas», con un sentido amencano disti¡to al
colombianas, también en el deivado Jiisolera 'planta de1 frijol'?o. español de oiigen, semejaniemente a unfele ya no de estricto signifi_
Algún üsgo de arcaísmo se descubrc en este corpus, con varias ates- cado ma¡i¡ero «A¿k qu.e $elen dN y lleuar por §incuenta pares de
tiguaciones de J&¿, seer, yee y yido, caracterización diacrónica que cafloas»), y, de alguna m¿neú, similar también a 1o sucedido con m¿r-
asimismo conviene a /esgeuír, resgeuído, igual que al predominio de ¿rel¿, semánticamente adecuado a las cim¡nstancias indianas («m¿-
duce (cañd daqe) sobre dulce (caña dulce) : h pi,mem vadarte toda- chetes para roEant)14 -

vía se mantiene en extensas zonas americanas?r. En lo g¡amatical Guadalajareño em igualmente fiay Diego de Landa (Cituentes,
destacan 1a frecuencia con qr¡e aparcce la secue^cia. el dicho su («el 1 524-Mé¡ida de Yucatán , 15'/9), qrien e}]qlea dízqre 'dicen', todavla

/rcáo sr encomendero»)7':, i¿¿¿l con su foroa antigua («lo que de bien vislo por Juan de Valdés, y haber 'tener' («en que lr óo h¡os»,
presente oóo lugaD, «el heÍor $te obíere»), la prepaslción desdende <<q\e dizque habían vergüenza»), además de un pronombre relativo
(«se qnette desdende el dia de San Joan de junyo») y la locución ad- ¿rlo regido por de, en evidente cruce con d¿ q i¿nr «a estas medias
verbial ro má.! («que los dichos naturales 1l) an de sembrar, beneñgiar calavems suplieron 10 que de came les faltaba con cieÍo betun y les
y cogel en su €rlartia y no m¿r le an de dar trezientos ages de 11e- dieron la pedección muy al prapio de cuyas etu»,
?5.
Landa ha incor-
ña»)?r. Por Io que al léxico atañe,la ú1tima cita contiene el america- po¡ado a su léxico los andalucismos estero y najafta, amén de 1os
nismo ¿slarc¡¿, en el corpus también se documenta el suñjado ¿.rr¿r- occidentalismos lama y ciénaga («hay 1n,a ciénaga en Yucatán de
setenia leguas de largo y es salino)), resultándo1e familiares además
'0 P¿p¿l¿,, en ms. del AGI, fs. 14v, 5Or, 116r, l22r 125vj Anexo 1,1 22v. Re- los americanismos l¿gdlto'calmán' y ve ado'ciervo', si bien no es
cojo veiA documeniació¡* de qúse, quüa, quüen, residierc , legxldlcia, reqando muy estecho su acercamiellto en este punto al mundo indiano, pues
arsums hasta tnales del sislo xy\\ er His¡. h. antl., t31-133, 442 4!¡; y más atesti,
no sólo usa c ¿sco de la frutay no carazo, sino quejunto al preferido
guacio¡es indieas de est¡solución fo¡ética prcde¡ ve^ee¡pág.69 notas l4l y 142,
,errado continúa recurrien do algnra \ez a cieflo16 .
apade del ejempló novo¡hpano @d¿r¿,, fech¿do en 1575, que tómo de tmnsc¡ipción
de Coúpary, y de ia misma i¡vestigadora m ge l¿ «drolsanos mucho de eé¡selor Autógrafa de Pe&o Ruiz de Haro, escÉbano público, es la carta
llebe», cor facsiñi] de texto t¡mbién nrejica¡o dcl año I 53 I , foma dcaica que ¡atlo de cinco planas a conti¡uación comentada, fechada el 1 de agosto de
«i¡ quie¡ esr¿ rierc sanó y se la dlo despúés de Dioe» e¡ cara oscrita por A¡d¡és de 1554 en Compostela, de Nueva Galicia- El texto epistolar en cuestión
Tapia el 1550, ieüalúente en Méxi.o (Far ación,33 34). Coroni¡m ¡tesrisua en es uno de tantos indisiinguidores de las sibilantes medievales, asl co-
Nebnja la fomay'ñrler y refiere su actúi uso en zon6 do Colombia aDC¿C¡1, s. v.
mo de la vieja oposición ,6/-/v/, y no muesta más graña ceceosa que
llio, Ítisalera en D-a, 271). Y el P. Las Casas, copiando a Colón. re la solució¡ la del inzufridera'insnf.ible' («que a sido cosa ynz
aportusuesada,{¿r¿¡¿¡ 6i como el más ncto lusismorsr¿r fDyCC, fs-20y.22t)- ?idera») de la
7lP,p¿l¿,, cn ms. del AGl, fs. 14,, 34v, 35r, 38r, 65v, l21t-!,124r-\.1.2s\,

126r. Referencias a l¡s peñivencias amcricaa6 de dr¿¿ en et DCECH, s. !- du¡ce Pop¿rd¡, en ns. delAGI, fs.46v, 104v,128v,129r.
(México, Costa Rica, Colombia). 15 vucalab, 44,60,68 («h ba hijós»), rot (de cur4s),136 (dtq e, «hdbiah \et
2 P,pq,¿¡, en m. del AGL fs. 119Fv, 124v, entre otros egktros más de esre No
16 vkat¿n, 40,42,60,15,764, 165. 166, 167. coroúhas senab eluso actual de
rr P¿p¿.),,á¡, en ms. del AGl, fs.19r,119t-!,724y.129y.Tanbién se halla el ¿d- .¡¿rag¿ en Sal¿manca y lo docunenb e¡ ei seSoviaro Colmorares el áno 1637
verbio l, «{pusia do la saque la caneto», en t I 00r.
46 HísÍoría del español de Akrérica 41
lnfl encias regíonales
pafte puesta en facsímil (v. lámina IV)7?. En dicha página se aprecia 30.
E ilus-
r]alntales entendíesen . . . , porque dello no lomar¿, ocasiórD)
el manteniñiento de ¿- con posible referencia fonética (habtán(lote,
trativa por demás es la verificación en nuestro iexto epistola¡ del sin-
hazen, hazía, híj osdalgo: hrÉas 1 , 24, 30, 32), tónjca que se manriene
tagma prepositivo de /lo§otfos pof n estfos: <<estamos de sueÉe que a
a 1o la¡go de todo e1 texto, donde es casi general la üsft\ció¡- to,4e, 31,
poca costa los 9neñjgos se¡án señores d¿ /¡oJoÍros»
aunque en lo reproducido haya dos casos etimológicos y uno leísta:
(eüdieran matallo», «con qué lor sustentao) / «que /es an de añen-
tar»73. Estos datos me hacen pensar que se trata de un castellano-
1 5, LA EMIGRACIóN EXT¡EMEÑA
manchego, probablemente de la Mancha conquense o albaceteña.
rámbién por su en-pleo de rocole cogote.con ta- graDde arraigo e¡
Aragón («sacalles las lengnas por los cocotes»: linea l0), y en ¿ten- 1.5.1. El 8 de maúo de 1574 AloDso Ortiz esc¡ibe ¡r¡a carta a su
ción a su vacilación entre el apego a la /-bl y su pérdida, de to p¡ime- muje¡ para que vaya a rcunirse cot1 é1 en México, y en ella 1e da un
to Ctudades, cluda (lineas 1B, 23), de to segundo c¡, dad (Ineas 24,26. aviso donde se menciona Zafra («si binierdes, sacá rec¿dos en Qalra
36r. con clara prelerenc:a en el cor)tunlo por esre m,go rneridionat y de cómo soys mi mujeo)). En o1]a misiva, fechada en iguales dia y
conservador, sobre el a¡ierior, norteño e irmovado¡, Al arcaismo per- mes, con toda seguridad de1 mismo año, aünque no vaya expreso, es
le]recentaíto el rrecebb de la lámina (línea 20), constante en la carta, Fregenal de la Sieffa ei pueblo citado: «Y de todo esto os podós )'n-
en cuyo sigriente Iolio selee podiendo @ero pudieran en línaa2 del fomar del mensaxero que llevaba estas caúas, ques Juan Maya, voci-
facsímil), con un oáo 'hubo' (1ínea 30) bastafte más co¡riente en ei no de Frcjenal, qüe a sido vccino mío ull aio [..-]. Si acaso 10 bierdes,
siglo xvr de lo que pudieÉ creeNe, según va viéndose, resulta¡do ya miralde las manos. Y mirá que habm mucho; y p¡oqurá de sentaros y
marcadamente hadicional la continuidad de u¡ vocabTo como atiltar dexarlo )T, porque no sabe acabar de habraD)8'!. De la zona meridio_
'menospreciar! envilecer' («nos lo qtjlaron y abíltaron»: linea 25). Dal pacense donde ambas localidades se hallan enclavadas debía ser,
En el apaitado g¡amatical, además de 10 dicho acerca de lo,4e, sobre' pues, este emigrado, que en el sogundo pasaje citado ya deja aflomr
salen el uso de un de partitivo («esta poca /¿ vida que nos quedD)), Ia atisbos de su extremeñismo, con el rcpetido cambio de ,/bl-/ en 6r_/
ausencia del adículo en «e1 templo y yglesia de Señor Santiago»1r; de 7as formas habra y habrar, rasgo dialectal que se encuent¡a muy
así como Ia falta de ma¡ca prepositiva ante complemento düecto per- extondido en sus dos textos, reiterado en \ailos térrl],]JJos (cofiptilla,
sonal «(an muerto ios yndios alQados muchos de las naturales q\esta- cunpru, entabrad.o, fretes, Íota, abrigado, qu pra). Igual caracteriza-
ban baxo de .vuesho ,,1rgo»: tíIreas 37-38), y la neta difererciación ción dialectal 1e conesponde al relajamiento extremo de la /-rl, que
entre las fon¡as verbales en -,!a y en -Je: «quepudierutl mafallo, 6]n'
jendo gran ocasión par¿ ello, sino por no altem¡ esta tiera nj que 1os 30 Lircas 2-5 del facsimil. En este corpus el inperlecto de subjutivo solamente cs
en re, «saldrid co¡ lo que 4,,r,¿re, a Poco riesgo» (li¡ea 4l ), «§e nos ña¡dó que
todos ¡¿,¿reúos heEdúje¡tos y ¿,ln¿,i¿rrr púa questa liera pünanee¡ese» (f'
2vJ.
'7 ACl G!¡dalajar4 legajo 30, f. 5lv.
pero en 1¿ misma ráoina súÍrt (tiaea sr Llne¿s 40 41 del en el siglo
28), festmil, «Esta construcción, si bie¡ Éra en Españ¿
ve¡bo que invanablemente se ¡e Eistñ cón s- en est'.an^ (süfe, flfrd).
r3 Lineas
xv¡, es popular e¡ gro part. de EhpeoañéricD (Kmy, S¡¡re6, 69).
2, lO, 42-43. En 10 .lemás, «no t¿r socorieron». «que lor bus6 ». ü DLNE, t'l1-1'19. 78Q-1a2, docs. 44, 45, autógr¡fos. Salvo pm ¿lsuna p¿nicula_
ridad que lo exija, no señalúéla localización de las fomas ádücidas, por e¡contÚse
en dos misivas breves y co¡tigua.
48 h^tttD Jrl .spañal dc lnttLa lnÍuentius rcstunat¿t ,t9

pemite su asi,¡ilación a une nasal sieuienie (lqucllas óc"xá" ('ver, vocalisno de cspi9r¿rlm€nte aide engti , y en la coriente p¿rdid¡
nán') a ni poder con esto»), lranscipció11 que ]a editora auloriza co¡ de1¿ l-d/: brcre(lá, c¡1Ld¿, dezi, e fbrnedá, tnery¿, neaes¡dá, solti, so-
unrl., y su neuhlizació\\ co[ /-l enbotbet, Me,zr,¡, hcsueDtisimo, li citti, ctc. tr.
ledú, so
y MoSel 'Moguer'3r. La procedencia regioual de Alonso Ortiz sc Alonso Oltiz no era leista, esto en el plano morfológico, y, en el
const¿t¿ tambié¡ por rncdio del casi sistemático uso dc la /1 co11 valor fonológico, olaramente desconoce ias antiguas oposicioDes de sibi-
de aspiración c¡ ambos corpus (hd||o, ktsta, hdzer, hecha, hüas, lantes. A tcs dc pas¡r a rcsidir cn Nueva España este cxrerneño ha
¡o¡l/lo¡ etc.). Ade]nás d€ 1os hxeques de /.y ¿ y en cícrto modo de bia vivido en Santo Domingo, alude a ello en una de sns caúas; de
]a aspiúción reflejada por csla ,, indica meridio alisrno lorético el modo que sin duda no era ya ajero al medio lirgiiistico a¡rericano Es
yeÍsmo quc aflora en el pasaje «quc ante queila la escribiese Ic al,ia muy probable, er efecto. que el doblete Gon?alez-Go Cale: de Ia se-
_vo 11aól¿1, ('ya hablado') por ella a Cepeda», y rrosiblemeDte La eli gunda misiva, con lamina l¡csimil aporlada por su cdilora, lcnga qLLc
sjón de ]a -r en «a Melcho¡ Gonqález y a Alonso Gonqá1ez /r: dezi que ver con u a vaciiación seseosa, porque la .r es de doble cuna y no
quando de acá no se /¿ eñiará nada», «en cl sobresqrito /¿ poné a las sigmálica. Parecido aspeclo lirgiiistico olrccc cl tcxlo dc Luis Martl¡r,
carias url peso de poÍe», «a bücslro paüe y nladre 1e podés dczir que de I571, cor toda probabilidad cacereño, yn que en su caúa menciona
por amor de Dios, quc r¡e perdonen y /¿ da mis cncor¡iend¿s»34. T¡1 un poder que le ha mandado cieÍ¿ faDilia de Sen€jór. [ste Luis
yez en cslc autor fuer¿ un arcaismo dntur 'antes'. pero a no dudarlo lo Martin no scsea, aunquc hacia mucho tienpo quc rcsjdja cn trcrras
cra su doble negación (ique ro yún dos froias rn? qüe ro lleben re, americanas, pero conserva r¡odisnros de sü habla reglonal, como so
cado»), y scr¡uramente también ,z¿1¿ (i(en el bario de san Pablo. cn ]a la supresión de la /-dl intenocálica («yo é ólr1d en México...») y la
lereda de ronda, ,¿de quedo bueno»), con noia ya de rusticismo, do-
blc caracterización que quiTá 1es cuedmn asimisnio al veúa] ór¿,¿, gui¡ vivo cn cl siglo xvr aDCdCl¿ s v ¿,1¿ 2), au¡quc siD duda dcsd. baraDtc ti.r¡
'valdrán' («er estotm frota lenbio qicn que¡os, que balún 9.¡t na- nl po aL¡ás l¿ loñr¡ con n¡rcho p¡edo¡'in¡nLe e¡¡ d,1¿r En c¡orbio Alo¡so Orilz paltici
rebedis») y al adverbio ,?írí 'pronto' ((tanbién porque se acabe más pa de la corienie nmovadom que elinnra h /-b/ en .¿.d.lo, voz que e¡nplea ¡eite(-
danicDlc, y qnld¿ Dc ias o¡¡s lormas c.nsigDadas, Cor.Dr¡rxs .bseraa que ¿nr¡ se
¿¡.1,,¿ j soledá y pena»)3j. El vulgarismo se aprecia clara¡lcnte en el
¡¡tiouó en el siglo avx, .onse¡lindose hoy en Asruri.i y ¿n C.rpcdos¡, co o sjrl
ca¡$i. accntual, y cD A¡róri.a, sobr. t.do fomk0d. farlc dc l.cuciones a¡CECH, r
xr Po¡ cierlo que Company
s.nala que el escribano dcl Consclo de l¡di¡s corigió v i rr Ka¡y, §rr¿¡6 315) l¡mbié¡ pe(,ivc en A¡dah,cla f/r, 26: ¿rúl 'nudmgar'.
con Ia canónic¡ I cn lna oc¡sión el cacogránco M¿r.¡or de lr p.¡¡e¡a c¿Ía, y clt¡m ,,,¿r'aíDa, ¡., poco') y ü, Cana,i¡s aI¿¡C llj dn,¿'fronto ) Pa,a,,t¿s e. c¡ri
bi¿D iDcorqcto ¡,,¿¿r de la sc8uDda,nlsiva apágs. tll. 180, c.n sus noias 2 y l, res- gr.ao andaluz, ! pág. r, n. l?l
pecnvar¡¿.t¿) Cacúcio *¿ Jn¡n de Villalobos, qulo en su Dnsva dclaño l5t9 no ¡¡ En l¡s dos carias sc rcgistr¡D \a¡los clü¡fLos dc anónul¿ dú
sóro pl¡sma su oocidentarisnro fanéti.ó llrt¿to, fr?.hasas. l¡.¿.r¡,¿,r. sno isuat
'!p,.s.nlaclón
dipto.gos: t¡, ci.n', t¡rr, 'cicnio , qmjrr¡,? cualqricia', ,r.,o qurcro , tmr rx¿,
mente la nrorlologia ve¡brl de lrpo lconós «nos yz.¡ ¡eLi¡r¡), «no lcs t,¡rr" come- 'quicn ; t. dada 1a zo¡a perinsular de 1¡ quc csic lndiano proccdia, no cs lmpcnsablc
teo, (¡ru¡,, ecLar. allagu¡», «nó lesllird, matah) aa,lil.,115,4ll). un influjo portugnés, idea que refuezan lor fiecuentes ,¿ga$L nqlo\eta¡ ne e"ror
ir Dc lrqc]lo, caLe le lea pu.dc ,claclon¡¡se por su scDiido cada uno de .on cl lcxios l.dria tratarsc dc lapsus cáLa.ri ¡nrasccndcnr.s, o dc nrdicios de la nrcultura
indnect. rcdundanlc, segrú K¿ny nruch. más usual en llispanoanr¡rlca.lue e¡ ¡a de Alonso O..iz y¡ se s¿be lue a veces lo3 m.l ¿Il¡betirados Lien$ p¡obicdras ci h
mún¡ Españ¡ as¡nr.rr¡, 119 140). escitNa dc los dittongos-, pe¡o $ let¡a no es ni nncüo ¡¡enos desn¿ñrd¡ Ese
15
En el c¡s. dc ¿,¡¿ a.Les' («y qre ,,¡¿ quclla la osqribiese le abia yo llabl¡do auLo¡ l¡úbléd lerlmoni¡ .¡i,¿¡, (oraLó e. ml clsa ,nll ¿¡j¡¿¡,r y l¡ l[ea dcllo mc
por ¿lla a Ccp{tar, ro es seguro quc ¡os h¡Uenros xnle una tórdida d. J, o, Drás dio»), voz de acusada imllantación cxtEnreña y que t¿ntrs xcepci¡nes fisuradrs ha
bi.., ntnic a un a¡caismo. pucs ¿rl¿, .onro p¡eposición y conro adv.rbio, lodayi¡ se

-L.l
F
ti 50 Histotia del e¡DañaL de Améríra Influeñcias rcgionales 5l

aspiración de /f-l igualada a uDa /x/ relajada (.rmos ¿i¿os de Martín por esa vi1la de Alburqueque por ver a v. merEed y a mi señora her-
Hemández...»), ambos de tipo meridional (v. láminaV)8r. Del terito- mana Leonor de la PlaEa y a todos mis sobrinos y deudos»at. Un solo
rio cor'respondiente a la actual p¡ovincia de Badajoz etu J.u:an López matiz wlgar hay en esio corpus, a sabe¡, el irvial con i puesto en to-
Tavera, quien en 1572 («yo üesido en México y soy regeptor de la dos los reglstros (8 ejs.); l,uigarismo lexicalizado en é1, pues, en e1
i
Rreal Audiencia, ques donde está el virey») escribe a un hermano ca"so de qrre no constituya una r¡e¡a reminiscencia medieval, porque
c1érigo, animándolo a que se relrniem con éi en Nueva España: «Y dicha foffia fue muy üecuente en el castellano antiguo. Como dia-
ansí esc¡ito ('he escrito') a Sevilla dos o res carias para que las en- lectalismo extremeño apeDas se revela el doble caso de Alb tqtrcqlrc,
bíen a \.uestra me¡Eed, encaminadas al Montijo o al Alguijuela, donde si no es mera disimilación elíninatjoria vulgar. Fuera de esto, cofiec-
yo dexé a nrestra merged, y nunca é visto nespuesta»33. Aqü es pal ción total, incluido el latinismo gramatical de u/rra (tultra de qe él
l mario el contagio dialectai americaDista experimentado por el extle- solo es bastante para cumplillo»). El c]érigo en cuesiión sigue rma
ñeño esciibano de Ia Audiencia mejicana, por sus g¡afias seseo- úonna de ribetes arcaüantes, fijados er el estereotipado túdad
ceceosas ¿4slerda, si no tiene ese sigmática en el orig.tr],al,y üen?ajerc. (ñente a 2 ejs. de deudo), A,u.izá asimismo en el asendereado iÍyial,
en el ¡espeto sin excepción al /¿ complemen¡o directo (con 7 ejs.), en
1.5.2. Natualmente, también entre los exher¡eños, como ro po-
la ausencia de la preposición a a¡te complemento directo personal
dia dejar de se¡, se veri{ican diferencias socioculturales, que iend¡ían
((pod¡á v. mergedjmbia¡rll ,r¿ y perder ciudado»), asi como del ar-
rcpercusiones lingüisticas y que, desde 1uego, las tienen de carácter
tículo en los sintagmas «se le an oñescido en Corte», «fenúá,t.
textual. Efectivaüente, más culto que cu¿lquiera de los coteffrineos
merged aviso de su estada. en Carte», «el canónigo AntoDio de VeÉ
suyos +re por estas páginas han ido desfilando era el deár de Tlax-
va a Cor-te en esta flota».
l cala, que en cafa escrita ¿ su herma¡o en la Puebla de Ios Ángeles et
Ei deán de Tl¿xcala apenas maniñesta su dialectalismo regional
9 de marzo dc 1574 lo tata rcpetidamente de «muy magnífico señoD) . los dos ejemplos de llburqtrcq e aá\nilen al ]meDos un par de ex-
y menciona a «mi señora hennana Leonor de la PlaQa» y ¿ «mi sobri11o
piicaciones-, pero esta constatación no pemite afimar que no lo t!r-
el licenciado Plaqa». Formab¿ parfe, pues, do una familia escolar-
viem, puesto que su apreciable nivel cültu¡al 10 rcftena en la escritura,
mento cultivada, sin dud¿, y en su texto epistolar nombra la vi11a pa-
y muy posible es quo eI a¡álisis de más textos suyos acabara por des-
l cense de Zafra y 1a cacereña de Montánchez, con esta otra localiza-
cubri¡lo con algua mayo¡ claridad. Acaso sea semeja¡te 1a circuns-
ción: «Ansí que el canónigo Artonio de Vera va a corte er esta flota
tancia que afecta a la revelación gráfica de su asimilación ai habla
y, dándole Dios salud, ha de bolver en la misma flota, y creo ben&á
americana, iímidamente reflejada, tal vez, en el Mofitafiches de la ci-
3' Editada cn D¿jV¿ 167 168, doc.38. Coñpa¡y sólo aduce en facsi¡illa prime
tada car1a, y alm así habría que ver el trazo de Ia ese final. De todos
rapla¡a de la misivay da cono ¡eferencia archivistica del documento la de ACI,Indi,
modos, de los grupos peniÍNulares emigmdos cuyos textos he a¡ali-
lerente GeneÉI2059 (!á9. ?62), pe¡o el legajo ¡ealúente es el de número 2056, N zado hasta ahora 1os que mayor proclividad hacia e1 and¿lucismo fo-
12. E¡ está catla reeistropd,¡ pr¿8,n,¡i, algún uso de ¿ por l, cos'.asa' cn a cat de nético demuestran, pronunciación seseo-ceceosa incluida, sin duda
(2 ejs.). leísmo, y el me.icúisnó
léxico ¿s,¿¡.i¿. son los de los extemeños, seguramente porque su propio dialecto la-
33
D¿rVq 1?2, doc.4l, dado como autógr¿fo. Co¡ los ante¡iores textos extrcne
nos ésie coincide e¡ algún vulg ñno vocálico fr¡l,irl). er la ridelldar) a ra h- (hizo.
¡ar¿d¿), e¡ elab donodel^l-W (?it¿dd, de das),ycon la mayoria de ellos en Ia 3' D¿rVr, 183 184, doc 46. d¿.lo como surosr¿ o Dclqprc\:nc.oo.B¿orozse-
.ia, pues, eldeá¡ india¡o.

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