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HISTORIA
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ORTDOS
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BIBLIOTECA ROMÁNCA I{ISPÁMCA ruAN ANTONIO FRAGO GRACIA
DAMASo ALoNso
]n, MANUALES, &l)
TEXTOS Y CONTEXTOS
D.pódbLegal: M. 2ó93t-1999
ISBN 3,1-249-2218-7
Estebu
InpGso a Bpana. P¡incd in Spain
Tmdaq
Gráfic6 Có¡dor, s. A.
r 2, PoríEono l¡dur.ial. Lcsanés (Ma¿!d), 1999
6
OR[-DOS
UIFI IOTE'^ ROMINI'A H¡§PAN¡'A
PRÓLOGO
I
Hisroria del esDdiial de Anéria
está mfuimamente documentada demuestra que las explicaciones aquí riores consideraciones, en lo que sigue se van a tTata¡ unos cualtos
no suelen ser sencillas, ni las descripciones con algún afán de ex puntos, algunos nunca trabajados hasta ahora, que juzgo básicos para
haustividad. A condición, lnsisto en e11o, de que no se quiem susten- una co[ecta comprensión de los fenómenos evolutivos conducentes
tar por tesis lo que son invedficadas, en ocasiones también inverosí- al español de América. Interesa mucho, efectivamente, que su enfo-
miles, hipótesis, y de que no se a¡teponga el pruIiio de originalidad al que se asiente en sólidos fundamentos de racionalidad documental,
superior cdterio de 1a comprobación textual. por lo cual intent¿ré ceñirme lo mfu posible a 1o que los texlos unas
No cabe duda de que sin un adecuado conocimiento de la histoia veces sugieren y otlas ineqrüvocamenle decla¡an, Pero textos acom-
del español de España es imposible ocuparse con suficientes garantías paiados de su contexto, es decir, vistos en u1l marco determinado
de la del amedcaro, aunque el seguimiento histórico de ésie a su vez tanto por 1a comparación dialectal como por las circunstarcias y afa-
favorecerá 1a ¡nejor cor¡prensión de su mat¡iz peninsular y canana, de nes que en alguna medida condicionaron los hábitos lingüísticos de
manera que ambos aspectos mutuamente se exigen. Con tan elemen- quienes forjaron el español de Améica.
tal cuidado metodológico se zanjarán inútiles e interminables discu-
siones, así las que durante decenios han enftentado a andalucistas y
antiandalucistas, se saldrá del círculo vicioso al que irremediable-
mente llevan supuestas evoll¡ciones independie[tes de p¡imem hora,
anticipaciones cronológicas indianas no demostradas, paralelismos
apresüradamente dados como casuales, y otras afiesgadas pmpüestas
fon¡Liladas sobre los más endebles cimiontos historiogmflcos. Ideas
que a nada serio condücen, si no es a disimer atenciones del prioriia-
rio objetivo er historia de la lengua, cual es sacar a 1a luz el pasado
desde los testimonios que los documentos atesomn. A partir de su
análisis puede sentaNe doctrina y no a la inversa, pues la pretensión
de levantar una construcción histórica sin textos de la época investi-
gada es Io más contradictorio y banal que en nuestla humanistica
cienc.a cabe. y lo mas reir.do con la Iliologi".
Pues bien, el estudio de los documentos nos enseña que a Améd-
ca se trasplantó un español regionalmente, socioculh¡ralmeDte tam-
bién, diferenciado, y es ei juego de contrapesos de osta diversidad,
dentro de Ia u¡idad del idioma, principal fermento para el desarrollo
del español americano, en un prcceso al que asimismo contribuyercn
en distintos gmdos usuados de otras lenguas y al que tampoco fue
ajena la multiforme reaiidad del casi inabarcable Nuevo Mundo, tan
extaña para quienes desde el lejano teffuño europeo llegaban a su-
mergirse asombmdos en e1la. Así, pues, teniendo en cuenta las ante-
CaPirulo I
EL ESPAÑOL QUE SE LLEVÓ A AN4ERICA.
INFI,I]ENCÍAS REGIONAIES
Monreros el ano 1508 ) nrndador de .a Asunción del psragray. quien. Por su palte, e1 zamorano ftay Toribio de Benavente en cafa au-
apane de seftirse también asiduamente de la -r-, oftece aspectos de
tógafa remitid¿ a Carlos V desde Nueva Espaia en 1550 hace uso
acusado arcaísmo en su morfologí¿: recure uÉ vez a 1a construcciól.r
casi exclusivo de la -s-, co frrrtde c con z (azerca, azeúase, parezer,
A¡L + Pos. + N., «enbió las chalupas con gente a ht N.testra naorr: en aqiendas, y?iesen, QaarzésarL y rc &stlI,gne x de g-j @áje?a, de
ota ocasión emploa ¿, 'a', «cuando veníamos er el parage de la Ca_ bajo, dejarían, etc.), además de no revelarse como seguidor de ]a ¡-
nanea...»; comúnmente no marca con .r el C.D. de pefiolla, «el capi_ fonética (a ada, asta, aciendas, áze selas, azer)e.Pot consigliente,
¡Ár\ amar,só la gente»t, <<po¡ poder engañ¿r lor prdios con muchas áá_
en este plano lingüístico Motolinia apa¡ece ñel al fonetisr¡o modemo,
drva\¡. si pudiésemos a\er algr-nos nescar,es p¿m conlentar ¿slo, incluso en lo tocante a la pérdida de Ia aspiración procedente de la /f-l
y diost, <<el qu:al conosce el licenciado Vi atouos, ñscal de v. alte_ Iatina, precisamente porque su provincia leonesa habia recibido el
za»t; liene habet corc sentido de ,tener,, con registro que acabo de se- castellano viejo con idéntico rasgo. Quizá el carácter marginal de su
ñala¡ y en «si podremos dyel algunos rescates»; sin excepción pone tie¡ra natal castellanizada explique la presencia en su texto de la for-
ser para auxiliar de verbo de movimiento, «avía o cho dias era ltega ma tesello 'ltr.jerlo', a¡caismo ocasional si constituye ur caso de
do», «si las carauelas o el gouernadorr4ere,? verldos, enbiasen cambio esporádico de una prcpalatal por /s/-, o el dialeciaiismo que
f,or
ttos atrost>; con absoluta regr a¡idad escribe /rrro¡,"or con sus dos suponal¡ía su promnciación seseante (la de tece4, aunque prcbable-
componentes sepa¡ados, cuato ejemplos con el de ia última cita, mente lexicalizada- Todavia es de defacar la alterac\ón de arbi¡t¡o en
prueba de lo reciente que la imovación era en castellano. como tam_
albítrio, por Co]mpany corroborada con un sic, quizá sin conexió¡ con
el castellano a\íg.ñ albidrío, sino más bien Mrlgarismo ocasionai,
5
AGI. México 168, tuademiljo r8, cana s.1a su úlrima ptdr4lneas 13, 16,
_- ,
18, 19,23,26paralos nnperfectos de subjunrivo con rIlineas4,tt, 18,29p@ I Merciones sobie el texlo aulógralo y su autor cn §¿re,, 295. La carta tue esc¡ita
ra b, y ro:la r I l4: los r.os de to e1 4. o. 8. y el e.en pto s:n, 1"r 28, er ta ned al Consejo de Indi6 el 1 de enero de 1552, en Ia costa brasileña, a veinte leguas de la
srexrenle ._ lee -desde ,¡iz,/o de,u.lo . l¿abrén sr1 arjc rto oe,dre
del noab¡c
cúnológico. Mr¡ refe¡e¡ci4 áúIivisticas y biográñca sobrc el auror de esro
texro 3 Nlt Po¡tiet, MarfoloEíq, 144. Sólo en BuBos señala el DME et úa de algó
6 Datos
de archivo y biográficos e¡ ,ter¿o, 294-295. , DLND,24-
18 Historia del español de Améica Wuencias regíonales t9
por disimilación r. r > ¿../, o posible ejemplo de aislada pronlmcia- su reiterado recrrso a voces muy pronto ar¡aigadas y genemlizadás en
ción de tipo me¡idional. En el aspecto mo¡fológico sobresale la ¿fec- el español ame¡icano (aportar, baranca, estt! cia, estanciero, este-
ción de Motolinia a la característica distinción leorcsa de lo y /¿r /o), pero no ocllrre lo mismo con su fonetismo, al menos por lo que
«aunque sean de poco )mterese [ios pleiios], se /os haQen ordinarios», hasta ahora sabemoslz.
«sin aliyjaf/or de la ca¡ga que agom tieíen, /os aflige¡1an con nueba Otro famoso Íia¡ciscano leonés, Íiay Bemardino de Sahagria, lle-
obligasión», <eónen/os enpeligro de aze¡ muchas ofensas», erc.r0. gó a México en 1529, cinco años después de que 10 hiciera ftay Tori-
Fray To¡ibio de Benavente en su obra crcnistica echa mano de va- bio de Benavente. Casi medio siglo llevaba en tienas novohispa¡üs
rios leonesisños léxicos, u occidentalismos, en el más amplio sentido cuando se puso a redactar la versión española de su extaordinaria
dialectal del término, al$nos de los cuales él,junto a los dernás cote- crónica etnogriáúca, y en ella, por supuesio, el leonesismo léxico t¿m-
poco falta (añuzcer, bilma, cenizo, chíflo, escarrapuzar,
ráneos suyos emigmdos a Indias, q'udaría a implalliar en el espaiol fijat, pára-
ame¡icano, en ciefos casos con el apoyo de exü.emeños y béticos. mo, prieto, trebecina, et:.)'r. Alora bien, a diferencia de lo que con
Entre tales vocablos de exclusiva o preferente raigamb¡e norocciden- su corregnicola parece suceder, el de Sahagin acabó siendo at¡aído a
i^l ,lodo,, nietgo
estÁn apañar 'coget' fríjol, jenio 'cenizo' , lama
,
la fonética a¡dalucista, a ienor de 10 que signiñcan en su manuscrito
'filellizo' , panela 'ces¡a' , prieto 'obscuo, negro,, recuesto .7adera, . elisiones de -s y presencias de eses ñnales ultracorrectás, trueques de
sobrado 'desYfut, gmnerc', ydgo 'te11eno inculto, solar,, yástíga h por j en hunco 'jitllco' y altema[cias de r con c-2 14.
'vrástago' rt- En este texto Motolinia se muestra plenamente asimilado Por la documentación castellanol€onesa hasta ahora ma¡ejada se
a1 medio lingilstico indiano en 10 que a usos léxicos concieme, con aprecian ciertas constantes de este hablar trasplantado al Nuevo Mlm-
do. En todos los textos se comprueba e1 ensordecimiento de las sibi-
\tPatu el útig¡o atbiCtia, \érse el DCECH, s. e. atbetHó; este misno di@iona, la¡tes medievales. Sus autores suelen ser asimismo lingüísticameDte
rio respeclo de ¡ejel (s. v.) dico qne «a porn¡sués totua iregutmenre ta foma ,¿- a¡caizantes y aportair el rcgionalismo iéxico al espaiol americano
¿¿l...j osl¡ v&i¿nte. que i¡clüye a calici4 se flreDdió hat¿ ol leonéq y la menciona aquellos que más marcadamente lo poseen (los leoneses). por 10 que a
E. de Ville¡a.,.» De dich¿ foru r¿r¿l áseguB Coñpa¡y que tien€ e¡ el núüscnro la
los castellanos viejos concieme, la irulovación leísta no estii muy de-
s.afia r ¿D¿N¿ 128, n- 3). Araismo es sesuammte rúbióny'¡rot¿, asimkmo usa- sarrollada en los nacidos a finales del siglo xv o principios del xvr,
do por Motoliniá, que j¡ctuye e¡ su calta a¿.rrar ,execuiar (ejecutar),, docunentado
pareciendo haber sido foco difusor del modismo 1a zona de Vaitado-
en J@ de Mera y €n Nebnja (tubién a el diccioneio de Corcni¡s, s. v. s¿!.¿rir.
Esre n::no docMenro de Múot,nid Io publ.co ccorees Bau dat { Utopi e h¡,-
lid y de Palencia, con menor i¡tensidad a1 principio en Bugos, a1
toia en Mqicd Los priúercs cróti¡t$ de ]d civitiac¡¿ú ndicana (152A-t569), menos una de las primems en las que la iffrovación e¡raizó. También
Madrid, Edibnar Espda C¿lpe, 1983 (edició¡ ftancesa de t 9'tj), p'cs.322-326. y en eran por Io común rcacios a contagiarse del meridionalismo fonético
esta h'tuscnpción, a pnmera visr¡ bue¡4 si¡ tos ¡uerosos tuecos que deja la de
Coúpey, no se ree ,¿rello si¡o ¡¿j¿lt¿§ (l
úa¡tar, ni p¿ raer sina püecet, ai zé
tz
s¿l si¡o Cér¿l (cn todo lo demás coincide¡). Un cldo ejemplo de que pe HINE, \11,188, 251.256,273; y e¡ otras muchas páginas de este corpus, Rel¿-
ua muy
segum i¡v.stig¿ción de carácte¡ fonélico no hay oi¡o mreri¡l absolutamenre fiabte cionádo con la tresfom@ión del consonantismo medieval es el oc4ional cmbio, y
que el manuscnto mismo, i¡dispe¡s¿¡le dsde luego pa¡a resolver u¡¡ disF¡tivá que podia daNe en cuarquier dominio hispánico. rep¡esent¡d o par ta fóña lüadas .ti-
de
doble lectu¡a coño ésla. siádas (!á9. 125).
lr Adr¿co estos datos en ,4,¿
1t H|NE, 59, 16,96.154,118,187,240,241,253,287_ Estos usos Iéxicos evi_
ra
I esp. de Añ¿r., 69.
de¡temente so¡ de cai&te. tEdicional, pues remiren a la modatid¿d ¡egional rle Mo Segú áln¡a Muieo Freco Figue¡oa er su cónuicacibn at Í/ CotEt\o Ih-
¡rt4a. ia4ald. El l \pdiald4 )12¡l¡ d {Ac'as enpren.dl
{
gambusina 'coneia, janna', cubano 'exclamación empleada para in- ñismo que a estos misioneros, o en todo caso a coregnlcolas suyos,
dicar un chasco', y la expresi'n pescar garrb,.rirlos 'ocuparse de 6e deba Ia celebración camavalesca que en Sanarc (estado de La¡a, en
cosas inútiles o de negocios sin p¡ovecho'e. Observámos, pues, la las estrbaciones ale los Andes) tien€ lugar cada 28 de diciembre, Día
variedad regioml, sin exclui¡ la participación poúugrcsa, en el Aas- ¿le 1os Locos y do los Santos Inocentes, que en esta localidad venezo-
plante de este vocablo a Am&ica, proceso en el que sin ningún géne- la¡a se conoce como el Día de los Zaragozas o Locos de Sanare,
ro de duda participaron los nava¡ros dbereños y los amgoneses. 1. no pror2goni2ado por cientos de eomascarádos conocidos por el nombre
deja de ser cúioso el hecho de que la voz se encuente el1 texto de de zarago-asa\- Una de las huellás documentales dqjadás por los
Lecuanda, redactado con los mate¡iales acopiados por su tío, el obis- fi:ailes aragoneses en Venezuela es ol plano del Preblo de S. Ferrun-
po Martlnez Compañón, navarro de nacimiento y para quien Zarago- do, s lurulador el M.R.P. Írai Femando de Saragosa, relígioso ca-
za em ciudad muy fa¡¡iliar: «Son comunes los llamados por estos p chíno: contiene no sólo grafias seseo-ceceosas (Saragosa-yglegia),
naturales gambusinos, por los chachapoyanos pulapala y por los t)- sino el l,ulgañsmo fonétlco de güeúa, el aríeicanismo geneml qr¿-
c.llfnanes qairquificho o mrlif¡r. Los hay de 3 especies, pero todas s¡rb- brada y e1 vel:lezolar'1smo corozal 'pahr.er?¡', occidentalismo hispá-
altemas de la primem. Este quadnípedo en Caxamarca es de la estatu- nico por estar suñjado sobre co,'ozo, vadante de .orozo (v. láñina
ra poco mayor que un gato...)y'r. IID*.
Tarnpoco puede desconocerse que a veces rma colonización mino-
rita¡i¿ ha podido ejerce¡ influencia liryüística mayor que Ia presumi-
ble en terminos puramente num&icos, especialmente la desarollada Compañía de Jcsús del Nuevo Reyno de G¡madD), en José Cñilla, Hi¡tat¡a hdtutul,
por ftailes, con ftecuencia agmpados por natumlezas rcgionales en civil, geagáJica .{e lat Mciobes si¡uddas en las ríver6 rlel río Orinoco, Barcelóna,
sus tarcas misioneras. Así, 1os capüchinos de Ar¿gón tuvieron a su en l¿ Imp.ent¿ de cúlos cibed y Tutó, 1791, 3.'edició¡ (conserado e¡ la Biblioleca
caryo la evangelización de un extenso territoio de Cüma¡á, y quizá Nacional de Veneael¿). Las noticis docume¡tales sóbre esios capuchinos mgore-
ses no f¡ltm; verbie¡aciA ld hay rcfe¡eoies ¿ ftay Lorena de Magallón y cinco co-
se deba a las andanzas de los ftailes a¡agoneses por Nueva A¡dalucía
deligioúios nás, que Égles¿bu a Cummt m el p¿tache de la Müearira pda quc
y Nueva Gmnada la ditusión de zaragozas ,jünas rotjas grandes pre- saliera con los p.imeros saleons y se Ie dieE üático pa.a el viaje (cédula de 20-I-
pamdas con poco caldo y acompañadas de came guisada y aroz,, en 1657)j y otra disposición de idé¡tic¿ dat¿ción donde se €cüerda que el nhmo ftaile
Bananquilla y Región Ca¡ibe de Colombiaar. Muy probabte es as! ha¡la pásado veios ¿ños dtes junto al céleble f¡¿y Fimcisco de Pamplona, natural do
Navm pero como religioso fomado en Tú@na de A¡agóD, y orrcs dos coúpañeros
40
D,4, 276, Las retice¡cias de Modnigo a la prcpuest¿ de angticismo hectra po¡ hás á la isla de Grdadá, de la cual, al h¡llarl¿ ocüpada por los ftaceses, tueron ¡
Smtúdía pd¿ est¿ voz hm de co¡verriBe en Édjcál recheo. C'll]mt, donde tur<l¿ron dos pueblos: AGI, IndifeEnte GeneEl 2874, fs. 65v 70v,
tt MC )tlt, 336, 23-7rI-7194. 794. Coúo adela¡le
se verá, e! este coryus rámbién
a3 Esl¿ infom@ió¡ se la debo al Dr. Manuel Nava(o, ni colesa y amiso de la
se h¿lla ol norteño .qp@o, y ú dfara ¡pelativo que Écue¡<¡a at topónimo .iojoo de
isüal foúa, con simild caso d€ convúsiór de onomástico a nombre c.múr é¡ ,av,- Univesidad de CaÉbobo.
a AGl, Mapa y Plmos, Venezuelá 64, 24 de ma¿ó de i 690. C¿roz, nombre de
4'1
véase ol mapá de 1ó60, de Iás nisioDos de Ia Nüeva &datucl¿ o Cumaná, fac- una p¿]m espinuda que prodúe ur fruto comesiible', ¡o sólo es de veneael4 si¡o
similamente Ép.oducido en lglesía, )74. La letación del pádrc Cmbútes que igu¿lnente de Coloñbia y Añéda Ce¡tr^l (DA, 153); coto,o y corc.al rañbié¡ er
acoñpáná a esle map¿ recomienda que psm¡ capuchi¡os de la provi¡cia de Angó¡ DHA\ , 142, Ear. f@y Fenúdo do Zamgoa habia nacido e¡ l¿ capital de &agón y
a Ia convesión de los indios de Cumaná. con p!4isióa mucho Dayor se locatia Ia er¿ companerc de ofis capüchino, fáy LoÉm de M¿galló¡, cono él tundador de
misión capucüina arágonesa de CumaúA e¡ et «Mapa de la provi¡cia y nissio¡es de lá pueblos m Vene^el¿.
I
32 Hirtoria del e,Dañal de Améri.a útflu en cí a s r egionale s aa\
Y en cieúas zonas novohispanas los religiosos nacidos o foma- al españoi americano so han atisbado, de igual modo que contribui-
dos en Aragón tuviercn ufr papel destacado en la acción misionera. Se úa,lr a la expansión del dialectalismof¿/ro en Indias, según se aprc-
da el caso, por ejemplo, de que en 1713 fray Diego de Fmga, «prc- cia¡á por el Cap. VI, igual que en el siglo xv I, en tiempos de apertu-
vincial y comisario de uoa misión que se ha de conducir a la Santa És comerciales, 1os aragoneses a)'udarian a difundit la \oz cordellate,
Provincia de N.P.S. Francisco de los Zacatecas», pide licencia para nombre de un tejido fabricado en la región: «en la ciudad de Jaca se
que se permit¿ el embarque de trei¡ta sacerdotes y tres legos, po¡ é1 beneficia¡1 siete mil asobas en ciento veinle y cinco telares, en los
guiados, con el aval de fiay José Sanz, «Padre de las Sa¡tas Prcvin- qüales se Íabajan mil ciento y cinquenta piezas de estameña..., y
47.
cias de Cala1uña y Aragón, y Comissario General de iodas las de ]as ;iento y quarenta piezas de cordellates y bayetaa de sesenla vams»
lndias»45. Habda que espemr, sir embargo, al siglo xv pam que la Y de gran estimación sela esta ¡nanufactura, cuaüdo ya se anotaba en
emigración aragonesa en ocasiones se prcdujese agrupada y con des- iÍvgntario sevillano de 1649 con deteminación de su prccedencia:
ünot selecclonados con crilerios Lanto polilicos colno económicos. «otla colgá¿lura de cama de cordellate de Aragón, ussa¿l¿»43. Por ú1_
Uruguay y Luisiana pdncipal$ente, aunque sin llegar al nivel alcan- timo, lo mismo que tanto los amgoneses como 1os catalanes expandi-
zado por ohos porcentajes rcgionales, por ejemplo el de los canarios íiat: este cardellate pot A¡nérica, algo semejante en cuanto a acción
en ambos tenitorios, y señaladamentg en el no¡teamericano, Sea co- mancomnnada cabe suponer en relación a Parur 'prepamr, disponer',
mo fue¡e, no debió de ser importante la huella lingüistica dejada en sentido que Corominas vedflca en el argentino Pdi'at el puchero 'dat
América por 1os naturales del viejo Reino, que también acabarían su- de comer a la familia', equivalente at aragonés parar la mesa'poner
cumbiendo a la fasci¡ación, o a la fuerza de afacción, del meridiona- o cubrir la mesa" caialán patut tat¡a4e -
lismo ci¡cunda¡tea6. Pero algunos hdicios de la apot¿ción aragonesa
también es que, teniendo tani¿ iúpoitmci¿ el papel de los navaros en Ia conqu¡t¡ y
4r AGI, Contnt¿ción 54ó8, N2, R4. La petición
va fimad¿ por fray Dieeo de !É- colonizació¡ de l¿s lndi4, en el mismo voluúen É publique u
capitulo con el limi_
9., perc seg@me¡ie está escrita por ot!á nmo, y en sus 26 re¡Clones contiene las lado alcdce q¡e ¡evela el titulo de Ángel Gdci¿ Sa¡z Múcoiegui, rúa emicració¡
g¿ff8 seseos4 c,¡s¿.6¡ó,, arardesa, ndesar¡os, prekda, saserrtor¿§ (¡nga es lo- mvam a Amérie á Í¿vés de la publicistic¿, 1877'1915» (páss. 409_441)-
calidad de la p¡ovincia de Huese limirrcfe con la de Lé.ida y de h¡bl¿ c¿hla¡á). ?or
47
Antonio Aneta de Monresegúó, Dkctrca instructivó sobre las rqtajN que
supúero¡ hay nás constai¿ciones de viajes en gtupo de fráiles dagonesosi asi, e¡tre púde consesuir la índÁtria de Atugón co, ld ueva añPüac¡tu de Pkrtos cotcedj
los veinfiocho dominicos embarcados d junio de 1?71 en Cádiz con direcciór a lie- da par s.M. pala el cobercio de A ¿ticd lM^dnd, 1783). edició¡ facsinil, Zmsoza,
ms califomlmd habl¡ hast¿ siele de esta ¡esión: V- T. Góñez Gmla, (¿¿s domini- Diput&ión GeneBl de Asgó¡, i985, páe.62. De lá popüldiació! e! el dóminio
cos exclaustÉdos de la Prcvincia de A¡agón y su apofación ¿ la evarg.lización de araconés de este témino. consideÉdo c¡i¿lanismo por coroniaas (rC¿C,c, s. v.
Califomia (S. )(lx», ¿os d,ui icas, el Nueeo Muñ.lo-,4¿t6 del t Cówresa Inrer- .reld¿), da idea el hecho de que aún perdue en ¿lgln pú1o con la acepció¡ de mez
,¿.D¡¿1 Madrid, Editonal Deiúos, 19E8, pás. 521. Tmbié¡ M. cel¿beñ, ¿a pr¿- cra de estambie y rlana' (¡af¿e1 Aidolz, Díccianaió araSoh¿r. pág. I 20). Este géne_
rincia .loñinicana de Arash en Abético, en Untjn¡ñes lBalerin Familiü de la lro- rc textil y¿ se f¿bricaba en Arse¡lin¿ e¡ 1628: «de los vezinós de la ciudad de CÓrdo_
vincia de Ar¿gón),7, 1966, suplemento al¡úm.72 va, m Ios quales ay algúos obr¿ses de jereuetás, sayales, co¡d¿ll¿,¿§ §ombÉrcs v
a6 mant¡s para los indios) trd,¿n 144).
Más állá de los <latos prcporcionados po¡ Boyd-BoMrm sobre la exiglap&ri
¡3 A¡clivo Histórico de Prclocolos Nora.iales de Sevillá
cipación msonesa en la colúización americaoa, poco es lo que se sabe y no mejore [AHPS], oficio 4", Es
nucho las cosa Eloy Femá¡dez Clemente y Viente Pililla, «t¿ omignció¡ úago- crituas ?úblicas de 1649, Libto 2", f. 1260!.
rcs^ alberoañénca», Eh¡grd.¡¿¡, 25-50. Se aduce en este tnb¡jo biblióCraffa e¡ s! ae
DCECH, s. v. patú. En ñüchos pu os de Ar¿gón es usualesro v bo con d]-
mayo¡ púte ¿ rods lu*s elabo¡ada púa satisf¿cer compromisos u.gelles del V Ce¡- cha acepció¡: p¿rar 'ma¡ also que está desamdo' áarat cePas), Pdrdt u
calchól
tenario, pem en eene¡al pocos conoclnientós de entidad p¡opo¡ciona. Y úa pen¿ 'bat^etlo', parar d¡ención 'ponú ¡tenció¡', Y €n el úisno dominio a¡ago¡és está
lr
34 His¡otia del español cle Anérica
l htfl encils regíoñales 35
oiro lado del Atlántico también se hacia mención al papel mercantil y seguramente fan\biéx. balumen,
che de la vela mayor de gavia»,
de los catalanes: «lo que no se conseguirá por los medios que se
«con mercaderias para eIIa misma o con a1gún óa lumen, hieno, jabón,
practicán lexteminar los peÍos cima¡rones], sino hayendo de Cata-
aceite y otras cosas así llamadas, pam el Cusco», «que 11evan e1 azo-
Iuña la ñuta silves¡¡e llamada mataca para echa.r sus polvos sobrc ¡e- gue a Potosí desde A¡ica, y las mercadeúas, los que llal:,],alJ bahmen,
ses muertas, porque así perecodan todos sin rcmedio, y lo mismo los 5?.
vino, hieno, jabón, etc.» En Femá¡dez de Quirós hallaremos ú/¿r-
ügres y leones»54. Las Balearcs disÍiutaron asimismo de estas opor- /d/ «(que sin cortar el cable se pusiesen unos órandales al Ílr,!¡l€te
firiidaales para el intercambio de mercaderías, a ]o que quizá se deba paü sustentarle»), p¡¿¿jar «(dos dias y una noche que allí estuvo
la creación del topónimo litoml venezolano p,J,, ta de los Ma orquí- proejando sobre st delgada arnar») y p/¡r¡r («dado ün pru r] en tie-
r¡a, quodarcn €n puerto muerto»), adeúás de un dudoso embomalss.
La marca dei influjo lingüístico catalár donde con mayor relieve En este teEeno, como vemos, la duda etimológica y tipológica
se aprecia es en e1 léxico, y muy especialmente en el de estipe mari- a§alta a cada paso, debido a las lrecüentes, y a veces i¡rextricables,
nera, aunque algun ejempio distinto a¡terior aI setecientos puede ras-
interferencias que el léxico ma¡itimo de va¡ias lenguas europeas su-
trearso, caso del arabismo cataliút alquible, empleado por el p. Acos_ Aió desde antiguo, y de alguna manera lo mismo se compnreba a pro-
ta: «El modo de matar cualquier res, chica o grande, quo usaban los p'sita de lewr krro 'levantar el ancla' y levar 'zaryat', de acrsada
indios. según su ceremonia anrjgua. es td propria que üenen los mo-
Fesencia en Ia documentación indiana y de los que doy estas atesli-
rcs, que llarnan el a¡4¡¿¡óle, que es tomar la res encima del brazo de- guaciones en Íiay Jacinto de Carvajal: «con +re l¿vamos ferro, cono
rccho y volverle los ojos hacia el sol)56. Sin embaryo, como he dicho dicen, prosiguiendo nuestros bajeles sü vía», «pasamos la noche en
el mayor nimero de catalanismos recogidos en fuentes indianas co- u¡a playa..., y nos l¿ydao, a la callada, lenguaje ent¡e mareantes rc-
¡responde a los términos de uso marine¡o, ent¡e ellos los del corpus cibido cuando las brisas no ofender»), «antes que la brisa nos sobre-
de Lizánagat boj, <<este edificio era muy alto y en circuito o de ¿o¡ si saltase, leyamo.r los bajeles»se. Varios de los rcferidos catalanismos
como marinercs nos es lícito hablar, debía tener poco menos de mo- náuticos perviven en América con signiñcado ya no restringido a Ia
dia legua», «tienen en tomo y, si hablamos como marineros, de óoj temi¡ologla de la navegaciár.. Así, balu loso 'de mucho bulto', Dolr'-
ocheLfa legnas»; bolíche, «con la furia del viento rómpesenos el óolr- c¡e 'tenducho', 'tabema', inüo¡¡¡al en 1os dichos «irse por los rrr?óor
e Aatu l78l-t80t,20-
55
51
Desüipciór, 81, 143, 183, 240, 3 85. lls corespondientes rcfepncias lilgúistj
En et Pl@o de la Pun¡a de lr.¿cas del año 1794: facsini t de ,4vehtúrd naval
r 95. Como se reeisf¡a e] M¿r, de Rarcelóna .n et Mdpa ¡apoEtól¡co
de ta proincia DTcultiniento, 758, 160, ló l, 296. Deñade el c.i¿1disño de esios témi¡ós
'B
de t/eneela de este úisñó coaE (!ág. 30), áunque tat vez §€ deb¿ a la duradeÉ Coromi¡tu en er DC¿C¡¿ s. w. brantlal, i bowl, proa, co uú «püe@» en el pri-
!rcsenciá en estas riers de los capuc¡i¡os catalmes, @ pa¡te de los rcritorios que her caso. Como italioismo tntúé enbomal er 3.2.2.
hatliá¡ §ido @nquistados po. et támbién caral¿n Juú de U¡pi¡ (mapa de 1647 m f&- s'q,{pr¡¿, 163, 186, 188. ?or u¡ lado, Corcminas afiru qE
simil de.Igl¿rü, 175). Pero tódas la cuestioles aquí ituplicadN requierc¡ investiga-
leto'ñcL' es cara-
lá¡ismo, ieua.l q@ ler¿l sin dipto¡g¿ción en sus fom¡s tónicas mdimles IDC¿C,¡/, s.
ciones hisró.ics hoy por hoy inerhienres, de l¿ nisma má¡eú que, po¡ ejempro, el v. ,ti¿¡¡¿.), pero €n otra pdie de este verbo con el senlido de lecoger las úclas' ase-
precisd si tuvo algua rcpercusión hreúistica el ¡uoeroso dentúienio de emigrados
cu¡a que «se.á fom¿ tomda del ft. /¿vel, como témi¡o náutico y militD) G. v. le
c¿talúes en Cuba du¡mte el siglo xx. v¿)r ¿y por qué no serie mbd voces o¡iginanmente gállego-portüeuesa? Mateo
s6
Histaria, 349. Si rie\e túón Coromind at co¡sidetu cat¿le i ta lanúre at¿ui Alená¡ trael¿r, 'ancla': «mejor se deeu¡a la Éve sobre dos,/¿Íor qte con uro»,
ble de atquibla (DCECH, s. r.).
«estaban a mi ca¡co los/ezor, la summs, el d¡¡ fo¡do. . .» (GA ¡, tzst I¡, 41sJ.
ll
38 Histotia del españal de Améríca I flue cias rcgionales 39
,?4/es» ('por los cenos de Úrbeda'), «hasta 1os i,l1 bafiale§) (.hasta el edad el prime¡ esc¡iio confiesa: «pues he bjvjdo seseola años,
gollete')60. -on
1ós que mal me quisieren hazer, Ío me pueden qujtar la¡ga vida)-,
de modo que ha.bía nacido en 1466 y acometió Ia aventura americana
coÍ sus 46 años ya en ava¡zada maduez, pa¡a 10 que en 1a época em
1 ,4, EMICRADOS DE CASTILLA LA N¡UEVA et ciclo vital medio6r. Un hombre de acusadas caracteristicas medie-
vales, pues, lingüsticamente expresadas en la for¡na de1 sufijo -adgo
(alt oxalifadgas), en su apego al auxiliar s¿r. (heru wtjdo), con el
Natuai de Talave¡a de la Reina (Toledo) era Alonso de Esüada, pü1jcipio seído, y, sobre todo, al arcaismo verbal en -ra. «pero si
que había viajado a lndias en 1516 y que eD 1526 escribe ma carta a1
Dios no lo rremediara to se p¿rdrcl¿ escusar, y si se htziera, Dios sa-
Emperador. Su texto epistolar no comp¡ueba sino la existencia de 1a
be qtjén mandara la Nueva España [...]; y si mucho se tardara la
moderna /s/, en voces como eso, negesydacl, oiese, usase, mien¡ias
venjda de Hemardo Cortés, sabe Dios sy p¿,"a¡¿ aquj». A pesar de
manifiesta la antigua diferenciación ortogrifica de c y 2,. parece ser el ser castella¡o nuevo, Diego de Ocaia se atiene mucho más a1 empieo
talavorano aspiúdor, pues siempre pone la ¿ de etimológica corres- eiimológico de 10 (34 ejemplos) que al leismo (6 ejemplos). Y, preci-
pondencia foüética (hazía, hizíeron, hecho, hazia, etc.), y ia única sámente también por serlo, pmctica la aspiración AaUat, ha ¿, has-
ocasión de uso del pronombre átono en fdnción ¿le objeto es para 10 6r . ta, hazer, etc.\.En c2lltbio, igual que Alonso de Estrada, de pdncipio
También toledano, de 1a población cuyo nombre le si¡ve de apellido y a {i¡ desconoce el viejo rasgo fonoiógico distlnguidor de las dos anti-
emigrado en 1512, fue Diego de Ocaña, esc¡ibano público que asi: guas eses: ¿se cohonest¿ esto con el pretendido toledanismo lonético
mismo desde la ciudad de México reñite en 1526 dos denmcias ai de finales ¿lel xvr, tal como 10 pla¡ltieó A. Alonso?
CoDsejo de lndias6r. Sabemos que a la sazón era de sesenta años de Estrada no revela ningrin caso de confusión de r con c-2, y Ocai,a
parece que tampoco, a pesar de sus obedesca, Henandes y Lopes,
60
D,l, 84, 99. 321, con más á*pciones de algúo de estos vocablos, pea et pa- pues esc¡ibe con ese sigmática final de palab¡a, y de sílaba interior
re¡lesco tipológico y la expli€ción seú{nrica eft¡o el c¿lalanismo nadnero y el am.-
i.anismo bal¡che, !. DCECH, s. v. Sesu¡amente es fambién de este oriee¡, aunque ao algunas veces, según la plana facsl'dl que de 1a primem carta suya
de filiáció¡ náutic¿, el culina¡io pe¿le de alguas zon¡s de Ané ca.
6r D¿N¿, 48, doc. ya ¡ vivü cón él (doc. 49). Debla ser roleddo t¿mbién el tal Sosa, púes ¿visa que «con
2, ¿utógrafo. Y en li¡e¿ con la prefere¡cia poco después ¡ra¡i-
festada por el ¡umni§ra Jua de Valdés, esle rotedaao rambién lmriúeta/ b/ú los el seño¡ Diego de Hinojosa, vezino de Escaloniua os €mbio iEcientos pesos de a
dos ejemplos de rt¿dad que regist¡¿ su cana. Sóbre su procedencia y ombarque, véaso ocho re¿les para ayuda al canj¡o», idertific¿ al ñens¿je¡o «coúo de homb¡e tan
Boyd-Bo\¡aÚ,l¡di¿¿, 143, ¡rlm.4329. L¡ migÉció¡ c&retta¡o-ú¡nc¡€sa tue co¡- ¡ezino desa tiero) y acab¡ advirtÍendo q@ «los recaudos pu cobE Ios dineros de
sidenble, alca¡zmdo más del 15 po¡ ci6to det rotal en el periodo 1493-1600, con Hinojosa vm en el pliego del docto¡ Ceped4 vezino de Talave¡or. Pu€s bien. a p.sar
pa¡ticipación desi¿cadisima de Toledo y un papel progÉsivamenle mris ihpoña¡te pa- de su ioledanla, conñúde la doble ese.on la simpb ferár'de, esa) y ¿ con z (ha?e,
m Madrid: Nuna Tabanúa, <dpoñacio¡es c¡stell¿no-mochegas ¿ la emigración es- ¡arer; en cmbio, emplea ieeulmente 1¿ ¿ . Ha perdido po¡ vocalización l¡ lbl
pañol¿ a lbetuamérico), Etuigración, 7'14-t75. Absotutanúte insarhfacbno pam (.le*lo, recaada), núriÉre atgíú rcEisrro de haber pat tener, y disrinsue ./o de l¿
¡uesho int€És es el t¿b¡jo que sobre M¡d¡id y América se publica en 1ás págs, 345, 63
Sobe el p¿rticulú vicente Espinel dice: (on viejo de hastá cincueña anos de
369 de este voluhm; una ve¡d¡der¿ lásliúa desde elpu¡io de visra ci6tiñco. ed¿d, de propósito dio en L"¡tú de l¿ Eligión ¡ueua», en n¿l¿.¡okes .le la ida .lel es
@ DIt¡d, 49 62, docs. 3,4, Nrógr¿tos. y en Boyd-Bo@m , lhdie, 142. tijñ. ddera Mücos de Obre.ó, (Madrid, 1618). edición facsímil de la Real Acádemia Ee
4302 (escnbdo Dieso cutiérez
de Oc¿ñ¿). company rra¡scribe otra ca¡t¿ autós¡afa pañol¿, Málag¡, 1990, 131¿. Ea la págiú siguienle Espinel vuelve a señale, refirién
de Frecisco de Sosa, quie¡ en 1575 desde México le j¡sisle a su sobrino para que vá_ do.e slmihope,son4e -Qu
'o
tor6e ¿ áloo,or¿, el'É.o..-
l
apoya la autenticid¿d de los fenóñenos antenomente comentados y eÍkado el siglo xvD nos encoriüamos con viejas vadantes cuyos ele-
mtifica el ve¡dade¡o sentido sociolingiístrco de l¿s simplificaciones mentos no han conseguido eliminarse entle sí ni han terminado por
consonánticas observables el\ esecutar la x del l,afi\isffo executar sihrarse en campos sociocultumles netamente diferenciados, según los
se realizó como ,4$/ y como prepalatal fi:icativa sorda, de donde su casos; y con innovaciones que se demoran enormemente en su expan-
velajizació,] (ejecatar) , e\ cidad, del a\t. cibdad, y en atltbre: lales sión no¡mativa. Testimonio documental, en deñnitiva, de una situa-
rcducciones de g¡upos consonánticos tipológicamente culios aún no ción en Ia que por muchos conceptos la u¡idad lingüística no es ajena
denotaban incultura en la época, ni podlan tener semejante connota- a la diversidad.
ción en una persona de las caracierísticas sociales de don Pedro La- Nacido hacia 1520 en Tendilla (Guad¿lajara) eü Tomás López
d¡ón de Guevaraó7. Medel, bachiller en Derecho Canónico por la Univenidad de Alcalá
Originario de la madrileña Villa del Pmdo dice se¡ Antonio Sán- de Henarcs, y luego licenciado por Ia de Sevilla. Con el nombra-
chez Moya, canónigo nombrado de la catealral de Santiago de Cuba, y ñiento de oidor pasó a las lndias en 1547, donde pemaneció unos
tachado de «marrano» ni más ri meDos eso es lo que significa 1a quince años siviendo en Guatemala, Yucatán y Nuevo Reino de Gra-
acusación de que era <eoltugués de nacióD)- por el prelado de dicha nada6q. En su texto, a pesar del nivol cultural de1 auior, se registran
diócesis cubana. Conta la peligrosa especie defiende su pureza de los wigarismos €rfeleglále, pedriq1.rc y proueza'pob¡eza', pero tam-
sangrc en carta que remite al Rey el 19 de junio de 1613, donde rcñe- bién el ultlacorrecto ,?aEzifestarla, y, en 10 q]ir,e a las sibilantos con-
re su lugar de nacimiento, a¡tecedentes familiarcs y la circunstancia cieme, las distinciones medievales están en este corpus colrlpleta-
de que su estancia en 1as Indias duraba ya más de 17 años. El texto mente caducadas, quedando de las antiguas vacilacianes in quixieten
autógrafo de este clé¡igo castellano nuevo otece vacilaciones vocáli- 'quisieren' de muy difundido y durade¡o registro en nLLmerosos textos
cas por entonces todaüa no constitutivas de flagrante !1llga¡ismo (ar de todas 1as áreas hispánicas («qu¿l más qü¿yr¿re,ir, y similar parece
cure?er, res?ebíré; segxamente sí ligítina), carácter que tampoco le
coffespondía aún al asendereado a8d¿lo, asimismo presente en su 63 AGI, santo Doñingo 153, Émó I, carta 12.'. De esra misiva autóg¿fa hie
caÉa; continúa fiel a los antgnos baptismo, baptiz4 emplea se,, como mención en ,§erea 300. Alli señalé equivocaddrente la ghña,§¿¡.ri¿ja donde debe
ó7
AGl, México 168, cudemillo 19, ca¡ra 10.". Referencia a este rexto autós¡afo " Los d¿tos biogr¡ficos en P/eánbulo y Estüd¡o p/el¡tujnal de Popaún, tx-Lv.
El manuscito es de vuias manos y no puede asegurarce, por Io ta¡to, que corcspo¡
hice en §¿s¿o, 296, Hay. pues. u cldo co¡lmste e¡ el trát¡miento que A ]a ¡- le da
este mdrileño y el que le conced{ los autores de canas i¡diaras oricindios de Tolo
dan necesdianente ¿l aütor los vúios casos de meridionalisno fonáico que en él s
do. ED cambio, aN sierdo de Madrid 6imismo, en docmenro del ano 162E del ca- obsewa¡, sobrc rodo el and¿luckmo sesoso revelado por la g¡afia rü¿¡as 'cinchaf
pilán Márcos chárúi de Alñonacid ercuenlra ¡ra¡co Ficleroa ls crafias alsa
(l I l6v). Quizás en bue¡a ¡redida a copisi¡s and¿luces deban los numerosos rcsis-
*
l
iento, dise, servis io, r¿in¡is co (Itlteqte!,296). tros do&ce'dulce'que e¡ esteco¡pus se veifica¡(v. pá9.44n.71).
I ñ
ser el caso de?isoles, general en el documento de López Medel, por ¿i¿ro, de incuestionable fondo andalucista, como prcbablemente 1l)
fríjole¡, yanarúe de la -.!- extaordi¡ariamente frecuente en 1a docu- rcnga ¿¡rce, aunqñ mi seguridad aqui no es tota\, tgnzl qúe quebrada
menla( ión indi$r de lx primera época. pero qr e aun pen i\e en árer\ («monles, rios y quebrudas», con un sentido amencano disti¡to al
colombianas, también en el deivado Jiisolera 'planta de1 frijol'?o. español de oiigen, semejaniemente a unfele ya no de estricto signifi_
Algún üsgo de arcaísmo se descubrc en este corpus, con varias ates- cado ma¡i¡ero «A¿k qu.e $elen dN y lleuar por §incuenta pares de
tiguaciones de J&¿, seer, yee y yido, caracterización diacrónica que cafloas»), y, de alguna m¿neú, similar también a 1o sucedido con m¿r-
asimismo conviene a /esgeuír, resgeuído, igual que al predominio de ¿rel¿, semánticamente adecuado a las cim¡nstancias indianas («m¿-
duce (cañd daqe) sobre dulce (caña dulce) : h pi,mem vadarte toda- chetes para roEant)14 -
vía se mantiene en extensas zonas americanas?r. En lo g¡amatical Guadalajareño em igualmente fiay Diego de Landa (Cituentes,
destacan 1a frecuencia con qr¡e aparcce la secue^cia. el dicho su («el 1 524-Mé¡ida de Yucatán , 15'/9), qrien e}]qlea dízqre 'dicen', todavla
/rcáo sr encomendero»)7':, i¿¿¿l con su foroa antigua («lo que de bien vislo por Juan de Valdés, y haber 'tener' («en que lr óo h¡os»,
presente oóo lugaD, «el heÍor $te obíere»), la prepaslción desdende <<q\e dizque habían vergüenza»), además de un pronombre relativo
(«se qnette desdende el dia de San Joan de junyo») y la locución ad- ¿rlo regido por de, en evidente cruce con d¿ q i¿nr «a estas medias
verbial ro má.! («que los dichos naturales 1l) an de sembrar, beneñgiar calavems suplieron 10 que de came les faltaba con cieÍo betun y les
y cogel en su €rlartia y no m¿r le an de dar trezientos ages de 11e- dieron la pedección muy al prapio de cuyas etu»,
?5.
Landa ha incor-
ña»)?r. Por Io que al léxico atañe,la ú1tima cita contiene el america- po¡ado a su léxico los andalucismos estero y najafta, amén de 1os
nismo ¿slarc¡¿, en el corpus también se documenta el suñjado ¿.rr¿r- occidentalismos lama y ciénaga («hay 1n,a ciénaga en Yucatán de
setenia leguas de largo y es salino)), resultándo1e familiares además
'0 P¿p¿l¿,, en ms. del AGI, fs. 14v, 5Or, 116r, l22r 125vj Anexo 1,1 22v. Re- los americanismos l¿gdlto'calmán' y ve ado'ciervo', si bien no es
cojo veiA documeniació¡* de qúse, quüa, quüen, residierc , legxldlcia, reqando muy estecho su acercamiellto en este punto al mundo indiano, pues
arsums hasta tnales del sislo xy\\ er His¡. h. antl., t31-133, 442 4!¡; y más atesti,
no sólo usa c ¿sco de la frutay no carazo, sino quejunto al preferido
guacio¡es indieas de est¡solución fo¡ética prcde¡ ve^ee¡pág.69 notas l4l y 142,
,errado continúa recurrien do algnra \ez a cieflo16 .
apade del ejempló novo¡hpano @d¿r¿,, fech¿do en 1575, que tómo de tmnsc¡ipción
de Coúpary, y de ia misma i¡vestigadora m ge l¿ «drolsanos mucho de eé¡selor Autógrafa de Pe&o Ruiz de Haro, escÉbano público, es la carta
llebe», cor facsiñi] de texto t¡mbién nrejica¡o dcl año I 53 I , foma dcaica que ¡atlo de cinco planas a conti¡uación comentada, fechada el 1 de agosto de
«i¡ quie¡ esr¿ rierc sanó y se la dlo despúés de Dioe» e¡ cara oscrita por A¡d¡és de 1554 en Compostela, de Nueva Galicia- El texto epistolar en cuestión
Tapia el 1550, ieüalúente en Méxi.o (Far ación,33 34). Coroni¡m ¡tesrisua en es uno de tantos indisiinguidores de las sibilantes medievales, asl co-
Nebnja la fomay'ñrler y refiere su actúi uso en zon6 do Colombia aDC¿C¡1, s. v.
mo de la vieja oposición ,6/-/v/, y no muesta más graña ceceosa que
llio, Ítisalera en D-a, 271). Y el P. Las Casas, copiando a Colón. re la solució¡ la del inzufridera'insnf.ible' («que a sido cosa ynz
aportusuesada,{¿r¿¡¿¡ 6i como el más ncto lusismorsr¿r fDyCC, fs-20y.22t)- ?idera») de la
7lP,p¿l¿,, cn ms. del AGl, fs. 14,, 34v, 35r, 38r, 65v, l21t-!,124r-\.1.2s\,
?¡
126r. Referencias a l¡s peñivencias amcricaa6 de dr¿¿ en et DCECH, s. !- du¡ce Pop¿rd¡, en ns. delAGI, fs.46v, 104v,128v,129r.
(México, Costa Rica, Colombia). 15 vucalab, 44,60,68 («h ba hijós»), rot (de cur4s),136 (dtq e, «hdbiah \et
2 P,pq,¿¡, en m. del AGL fs. 119Fv, 124v, entre otros egktros más de esre No
16 vkat¿n, 40,42,60,15,764, 165. 166, 167. coroúhas senab eluso actual de
rr P¿p¿.),,á¡, en ms. del AGl, fs.19r,119t-!,724y.129y.Tanbién se halla el ¿d- .¡¿rag¿ en Sal¿manca y lo docunenb e¡ ei seSoviaro Colmorares el áno 1637
verbio l, «{pusia do la saque la caneto», en t I 00r.
46 HísÍoría del español de Akrérica 41
lnfl encias regíonales
pafte puesta en facsímil (v. lámina IV)7?. En dicha página se aprecia 30.
E ilus-
r]alntales entendíesen . . . , porque dello no lomar¿, ocasiórD)
el manteniñiento de ¿- con posible referencia fonética (habtán(lote,
trativa por demás es la verificación en nuestro iexto epistola¡ del sin-
hazen, hazía, híj osdalgo: hrÉas 1 , 24, 30, 32), tónjca que se manriene
tagma prepositivo de /lo§otfos pof n estfos: <<estamos de sueÉe que a
a 1o la¡go de todo e1 texto, donde es casi general la üsft\ció¡- to,4e, 31,
poca costa los 9neñjgos se¡án señores d¿ /¡oJoÍros»
aunque en lo reproducido haya dos casos etimológicos y uno leísta:
(eüdieran matallo», «con qué lor sustentao) / «que /es an de añen-
tar»73. Estos datos me hacen pensar que se trata de un castellano-
1 5, LA EMIGRACIóN EXT¡EMEÑA
manchego, probablemente de la Mancha conquense o albaceteña.
rámbién por su en-pleo de rocole cogote.con ta- graDde arraigo e¡
Aragón («sacalles las lengnas por los cocotes»: linea l0), y en ¿ten- 1.5.1. El 8 de maúo de 1574 AloDso Ortiz esc¡ibe ¡r¡a carta a su
ción a su vacilación entre el apego a la /-bl y su pérdida, de to p¡ime- muje¡ para que vaya a rcunirse cot1 é1 en México, y en ella 1e da un
to Ctudades, cluda (lineas 1B, 23), de to segundo c¡, dad (Ineas 24,26. aviso donde se menciona Zafra («si binierdes, sacá rec¿dos en Qalra
36r. con clara prelerenc:a en el cor)tunlo por esre m,go rneridionat y de cómo soys mi mujeo)). En o1]a misiva, fechada en iguales dia y
conservador, sobre el a¡ierior, norteño e irmovado¡, Al arcaismo per- mes, con toda seguridad de1 mismo año, aünque no vaya expreso, es
le]recentaíto el rrecebb de la lámina (línea 20), constante en la carta, Fregenal de la Sieffa ei pueblo citado: «Y de todo esto os podós )'n-
en cuyo sigriente Iolio selee podiendo @ero pudieran en línaa2 del fomar del mensaxero que llevaba estas caúas, ques Juan Maya, voci-
facsímil), con un oáo 'hubo' (1ínea 30) bastafte más co¡riente en ei no de Frcjenal, qüe a sido vccino mío ull aio [..-]. Si acaso 10 bierdes,
siglo xvr de lo que pudieÉ creeNe, según va viéndose, resulta¡do ya miralde las manos. Y mirá que habm mucho; y p¡oqurá de sentaros y
marcadamente hadicional la continuidad de u¡ vocabTo como atiltar dexarlo )T, porque no sabe acabar de habraD)8'!. De la zona meridio_
'menospreciar! envilecer' («nos lo qtjlaron y abíltaron»: linea 25). Dal pacense donde ambas localidades se hallan enclavadas debía ser,
En el apaitado g¡amatical, además de 10 dicho acerca de lo,4e, sobre' pues, este emigrado, que en el sogundo pasaje citado ya deja aflomr
salen el uso de un de partitivo («esta poca /¿ vida que nos quedD)), Ia atisbos de su extremeñismo, con el rcpetido cambio de ,/bl-/ en 6r_/
ausencia del adículo en «e1 templo y yglesia de Señor Santiago»1r; de 7as formas habra y habrar, rasgo dialectal que se encuent¡a muy
así como Ia falta de ma¡ca prepositiva ante complemento düecto per- extondido en sus dos textos, reiterado en \ailos térrl],]JJos (cofiptilla,
sonal «(an muerto ios yndios alQados muchos de las naturales q\esta- cunpru, entabrad.o, fretes, Íota, abrigado, qu pra). Igual caracteriza-
ban baxo de .vuesho ,,1rgo»: tíIreas 37-38), y la neta difererciación ción dialectal 1e conesponde al relajamiento extremo de la /-rl, que
entre las fon¡as verbales en -,!a y en -Je: «quepudierutl mafallo, 6]n'
jendo gran ocasión par¿ ello, sino por no altem¡ esta tiera nj que 1os 30 Lircas 2-5 del facsimil. En este corpus el inperlecto de subjutivo solamente cs
en re, «saldrid co¡ lo que 4,,r,¿re, a Poco riesgo» (li¡ea 4l ), «§e nos ña¡dó que
todos ¡¿,¿reúos heEdúje¡tos y ¿,ln¿,i¿rrr púa questa liera pünanee¡ese» (f'
2vJ.
'7 ACl G!¡dalajar4 legajo 30, f. 5lv.
pero en 1¿ misma ráoina súÍrt (tiaea sr Llne¿s 40 41 del en el siglo
28), festmil, «Esta construcción, si bie¡ Éra en Españ¿
ve¡bo que invanablemente se ¡e Eistñ cón s- en est'.an^ (süfe, flfrd).
r3 Lineas
xv¡, es popular e¡ gro part. de EhpeoañéricD (Kmy, S¡¡re6, 69).
2, lO, 42-43. En 10 .lemás, «no t¿r socorieron». «que lor bus6 ». ü DLNE, t'l1-1'19. 78Q-1a2, docs. 44, 45, autógr¡fos. Salvo pm ¿lsuna p¿nicula_
ridad que lo exija, no señalúéla localización de las fomas ádücidas, por e¡contÚse
en dos misivas breves y co¡tigua.
48 h^tttD Jrl .spañal dc lnttLa lnÍuentius rcstunat¿t ,t9
pemite su asi,¡ilación a une nasal sieuienie (lqucllas óc"xá" ('ver, vocalisno de cspi9r¿rlm€nte aide engti , y en la coriente p¿rdid¡
nán') a ni poder con esto»), lranscipció11 que ]a editora auloriza co¡ de1¿ l-d/: brcre(lá, c¡1Ld¿, dezi, e fbrnedá, tnery¿, neaes¡dá, solti, so-
unrl., y su neuhlizació\\ co[ /-l enbotbet, Me,zr,¡, hcsueDtisimo, li citti, ctc. tr.
ledú, so
y MoSel 'Moguer'3r. La procedencia regioual de Alonso Ortiz sc Alonso Oltiz no era leista, esto en el plano morfológico, y, en el
const¿t¿ tambié¡ por rncdio del casi sistemático uso dc la /1 co11 valor fonológico, olaramente desconoce ias antiguas oposicioDes de sibi-
de aspiración c¡ ambos corpus (hd||o, ktsta, hdzer, hecha, hüas, lantes. A tcs dc pas¡r a rcsidir cn Nueva España este cxrerneño ha
¡o¡l/lo¡ etc.). Ade]nás d€ 1os hxeques de /.y ¿ y en cícrto modo de bia vivido en Santo Domingo, alude a ello en una de sns caúas; de
]a aspiúción reflejada por csla ,, indica meridio alisrno lorético el modo que sin duda no era ya ajero al medio lirgiiistico a¡rericano Es
yeÍsmo quc aflora en el pasaje «quc ante queila la escribiese Ic al,ia muy probable, er efecto. que el doblete Gon?alez-Go Cale: de Ia se-
_vo 11aól¿1, ('ya hablado') por ella a Cepeda», y rrosiblemeDte La eli gunda misiva, con lamina l¡csimil aporlada por su cdilora, lcnga qLLc
sjón de ]a -r en «a Melcho¡ Gonqález y a Alonso Gonqá1ez /r: dezi que ver con u a vaciiación seseosa, porque la .r es de doble cuna y no
quando de acá no se /¿ eñiará nada», «en cl sobresqrito /¿ poné a las sigmálica. Parecido aspeclo lirgiiistico olrccc cl tcxlo dc Luis Martl¡r,
carias url peso de poÍe», «a bücslro paüe y nladre 1e podés dczir que de I571, cor toda probabilidad cacereño, yn que en su caúa menciona
por amor de Dios, quc r¡e perdonen y /¿ da mis cncor¡iend¿s»34. T¡1 un poder que le ha mandado cieÍ¿ faDilia de Sen€jór. [ste Luis
yez en cslc autor fuer¿ un arcaismo dntur 'antes'. pero a no dudarlo lo Martin no scsea, aunquc hacia mucho tienpo quc rcsjdja cn trcrras
cra su doble negación (ique ro yún dos froias rn? qüe ro lleben re, americanas, pero conserva r¡odisnros de sü habla reglonal, como so
cado»), y scr¡uramente también ,z¿1¿ (i(en el bario de san Pablo. cn ]a la supresión de la /-dl intenocálica («yo é ólr1d en México...») y la
lereda de ronda, ,¿de quedo bueno»), con noia ya de rusticismo, do-
blc caracterización que quiTá 1es cuedmn asimisnio al veúa] ór¿,¿, gui¡ vivo cn cl siglo xvr aDCdCl¿ s v ¿,1¿ 2), au¡quc siD duda dcsd. baraDtc ti.r¡
'valdrán' («er estotm frota lenbio qicn que¡os, que balún 9.¡t na- nl po aL¡ás l¿ loñr¡ con n¡rcho p¡edo¡'in¡nLe e¡¡ d,1¿r En c¡orbio Alo¡so Orilz paltici
rebedis») y al adverbio ,?írí 'pronto' ((tanbién porque se acabe más pa de la corienie nmovadom que elinnra h /-b/ en .¿.d.lo, voz que e¡nplea ¡eite(-
danicDlc, y qnld¿ Dc ias o¡¡s lormas c.nsigDadas, Cor.Dr¡rxs .bseraa que ¿nr¡ se
¿¡.1,,¿ j soledá y pena»)3j. El vulgarismo se aprecia clara¡lcnte en el
¡¡tiouó en el siglo avx, .onse¡lindose hoy en Asruri.i y ¿n C.rpcdos¡, co o sjrl
ca¡$i. accntual, y cD A¡róri.a, sobr. t.do fomk0d. farlc dc l.cuciones a¡CECH, r
xr Po¡ cierlo que Company
s.nala que el escribano dcl Consclo de l¡di¡s corigió v i rr Ka¡y, §rr¿¡6 315) l¡mbié¡ pe(,ivc en A¡dah,cla f/r, 26: ¿rúl 'nudmgar'.
con Ia canónic¡ I cn lna oc¡sión el cacogránco M¿r.¡or de lr p.¡¡e¡a c¿Ía, y clt¡m ,,,¿r'aíDa, ¡., poco') y ü, Cana,i¡s aI¿¡C llj dn,¿'fronto ) Pa,a,,t¿s e. c¡ri
bi¿D iDcorqcto ¡,,¿¿r de la sc8uDda,nlsiva apágs. tll. 180, c.n sus noias 2 y l, res- gr.ao andaluz, ! pág. r, n. l?l
pecnvar¡¿.t¿) Cacúcio *¿ Jn¡n de Villalobos, qulo en su Dnsva dclaño l5t9 no ¡¡ En l¡s dos carias sc rcgistr¡D \a¡los clü¡fLos dc anónul¿ dú
sóro pl¡sma su oocidentarisnro fanéti.ó llrt¿to, fr?.hasas. l¡.¿.r¡,¿,r. sno isuat
'!p,.s.nlaclón
dipto.gos: t¡, ci.n', t¡rr, 'cicnio , qmjrr¡,? cualqricia', ,r.,o qurcro , tmr rx¿,
mente la nrorlologia ve¡brl de lrpo lconós «nos yz.¡ ¡eLi¡r¡), «no lcs t,¡rr" come- 'quicn ; t. dada 1a zo¡a perinsular de 1¡ quc csic lndiano proccdia, no cs lmpcnsablc
teo, (¡ru¡,, ecLar. allagu¡», «nó lesllird, matah) aa,lil.,115,4ll). un influjo portugnés, idea que refuezan lor fiecuentes ,¿ga$L nqlo\eta¡ ne e"ror
ir Dc lrqc]lo, caLe le lea pu.dc ,claclon¡¡se por su scDiido cada uno de .on cl lcxios l.dria tratarsc dc lapsus cáLa.ri ¡nrasccndcnr.s, o dc nrdicios de la nrcultura
indnect. rcdundanlc, segrú K¿ny nruch. más usual en llispanoanr¡rlca.lue e¡ ¡a de Alonso O..iz y¡ se s¿be lue a veces lo3 m.l ¿Il¡betirados Lien$ p¡obicdras ci h
mún¡ Españ¡ as¡nr.rr¡, 119 140). escitNa dc los dittongos-, pe¡o $ let¡a no es ni nncüo ¡¡enos desn¿ñrd¡ Ese
15
En el c¡s. dc ¿,¡¿ a.Les' («y qre ,,¡¿ quclla la osqribiese le abia yo llabl¡do auLo¡ l¡úbléd lerlmoni¡ .¡i,¿¡, (oraLó e. ml clsa ,nll ¿¡j¡¿¡,r y l¡ l[ea dcllo mc
por ¿lla a Ccp{tar, ro es seguro quc ¡os h¡Uenros xnle una tórdida d. J, o, Drás dio»), voz de acusada imllantación cxtEnreña y que t¿ntrs xcepci¡nes fisuradrs ha
bi.., ntnic a un a¡caismo. pucs ¿rl¿, .onro p¡eposición y conro adv.rbio, lodayi¡ se
-L.l
F
ti 50 Histotia del e¡DañaL de Améríra Influeñcias rcgionales 5l
aspiración de /f-l igualada a uDa /x/ relajada (.rmos ¿i¿os de Martín por esa vi1la de Alburqueque por ver a v. merEed y a mi señora her-
Hemández...»), ambos de tipo meridional (v. láminaV)8r. Del terito- mana Leonor de la PlaEa y a todos mis sobrinos y deudos»at. Un solo
rio cor'respondiente a la actual p¡ovincia de Badajoz etu J.u:an López matiz wlgar hay en esio corpus, a sabe¡, el irvial con i puesto en to-
Tavera, quien en 1572 («yo üesido en México y soy regeptor de la dos los reglstros (8 ejs.); l,uigarismo lexicalizado en é1, pues, en e1
i
Rreal Audiencia, ques donde está el virey») escribe a un hermano ca"so de qrre no constituya una r¡e¡a reminiscencia medieval, porque
c1érigo, animándolo a que se relrniem con éi en Nueva España: «Y dicha foffia fue muy üecuente en el castellano antiguo. Como dia-
ansí esc¡ito ('he escrito') a Sevilla dos o res carias para que las en- lectalismo extremeño apeDas se revela el doble caso de Alb tqtrcqlrc,
bíen a \.uestra me¡Eed, encaminadas al Montijo o al Alguijuela, donde si no es mera disimilación elíninatjoria vulgar. Fuera de esto, cofiec-
yo dexé a nrestra merged, y nunca é visto nespuesta»33. Aqü es pal ción total, incluido el latinismo gramatical de u/rra (tultra de qe él
l mario el contagio dialectai americaDista experimentado por el extle- solo es bastante para cumplillo»). El c]érigo en cuesiión sigue rma
ñeño esciibano de Ia Audiencia mejicana, por sus g¡afias seseo- úonna de ribetes arcaüantes, fijados er el estereotipado túdad
ceceosas ¿4slerda, si no tiene ese sigmática en el orig.tr],al,y üen?ajerc. (ñente a 2 ejs. de deudo), A,u.izá asimismo en el asendereado iÍyial,
en el ¡espeto sin excepción al /¿ complemen¡o directo (con 7 ejs.), en
1.5.2. Natualmente, también entre los exher¡eños, como ro po-
la ausencia de la preposición a a¡te complemento directo personal
dia dejar de se¡, se veri{ican diferencias socioculturales, que iend¡ían
((pod¡á v. mergedjmbia¡rll ,r¿ y perder ciudado»), asi como del ar-
rcpercusiones lingüisticas y que, desde 1uego, las tienen de carácter
tículo en los sintagmas «se le an oñescido en Corte», «fenúá,t.
textual. Efectivaüente, más culto que cu¿lquiera de los coteffrineos
merged aviso de su estada. en Carte», «el canónigo AntoDio de VeÉ
suyos +re por estas páginas han ido desfilando era el deár de Tlax-
va a Cor-te en esta flota».
l cala, que en cafa escrita ¿ su herma¡o en la Puebla de Ios Ángeles et
Ei deán de Tl¿xcala apenas maniñesta su dialectalismo regional
9 de marzo dc 1574 lo tata rcpetidamente de «muy magnífico señoD) . los dos ejemplos de llburqtrcq e aá\nilen al ]meDos un par de ex-
y menciona a «mi señora hennana Leonor de la PlaQa» y ¿ «mi sobri11o
piicaciones-, pero esta constatación no pemite afimar que no lo t!r-
el licenciado Plaqa». Formab¿ parfe, pues, do una familia escolar-
viem, puesto que su apreciable nivel cültu¡al 10 rcftena en la escritura,
mento cultivada, sin dud¿, y en su texto epistolar nombra la vi11a pa-
y muy posible es quo eI a¡álisis de más textos suyos acabara por des-
l cense de Zafra y 1a cacereña de Montánchez, con esta otra localiza-
cubri¡lo con algua mayo¡ claridad. Acaso sea semeja¡te 1a circuns-
ción: «Ansí que el canónigo Artonio de Vera va a corte er esta flota
tancia que afecta a la revelación gráfica de su asimilación ai habla
y, dándole Dios salud, ha de bolver en la misma flota, y creo ben&á
americana, iímidamente reflejada, tal vez, en el Mofitafiches de la ci-
3' Editada cn D¿jV¿ 167 168, doc.38. Coñpa¡y sólo aduce en facsi¡illa prime
tada car1a, y alm así habría que ver el trazo de Ia ese final. De todos
rapla¡a de la misivay da cono ¡eferencia archivistica del documento la de ACI,Indi,
modos, de los grupos peniÍNulares emigmdos cuyos textos he a¡ali-
lerente GeneÉI2059 (!á9. ?62), pe¡o el legajo ¡ealúente es el de número 2056, N zado hasta ahora 1os que mayor proclividad hacia e1 and¿lucismo fo-
12. E¡ está catla reeistropd,¡ pr¿8,n,¡i, algún uso de ¿ por l, cos'.asa' cn a cat de nético demuestran, pronunciación seseo-ceceosa incluida, sin duda
(2 ejs.). leísmo, y el me.icúisnó
léxico ¿s,¿¡.i¿. son los de los extemeños, seguramente porque su propio dialecto la-
33
D¿rVq 1?2, doc.4l, dado como autógr¿fo. Co¡ los ante¡iores textos extrcne
nos ésie coincide e¡ algún vulg ñno vocálico fr¡l,irl). er la ridelldar) a ra h- (hizo.
¡ar¿d¿), e¡ elab donodel^l-W (?it¿dd, de das),ycon la mayoria de ellos en Ia 3' D¿rVr, 183 184, doc 46. d¿.lo como surosr¿ o Dclqprc\:nc.oo.B¿orozse-
.ia, pues, eldeá¡ india¡o.