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VANGUARDIA Y NOVECENTISMO

La agitación política y social vivida a comienzos del siglo XX, tuvo su reflejo artístico en un
movimiento que reaccionaba contra el orden establecido, la vanguardia. El término vanguardia,
procedente de Francia “avant – garde”, reflejaba el sentir artístico del momento, movimientos
emergentes de carácter bélico e innovadores que proponían acabar con la tradición clásica, centrada
en la modernidad, de ahí que los artistas se denominaran “los que están en primera línea de batalla”,
agitadores que pretendían acabar con la concepción mimética del mundo y llevar el arte a un nuevo
estado, el arte de una minoría elitista que proponía un ataque directo al racionalismo y a la
idiosincrasia burguesa. La crisis de valores que se produce tras la Gran Guerra y momentos
anteriores a la misma causó una gran desconfianza hacia las democracias y favoreció la
radicalización de la sociedad, que giró hacia el fascismo o el comunismo. No olvidemos que en
1848 Marx y Engels publican el Manifiesto comunista. Durante el periodo de entreguerras se vive
una auténtica revolución intelectual que nace de la influencia de la teoría psicoanalítica de Freud y
del marxismo.
Los movimientos de vanguardia, también denominados ismos, quieren romper con la lógica
y el sentimientalismo, como afirmó Ortega y Gasset un “arte deshumanizado”, en contra de la
técnica y el clasicismo arriba mencionado. Son abundantes y fugaces, como afirma Rafael Reig en
su Manual de literatura para caníbales, una verdadera “literatura caníbal”, en busca obsesiva de la
originalidad y la creatividad mediante la experimentación.
Como movimientos de prevanguardia debemos proponer en primer lugar, aquellos
movimientos artísticos que no supusieron un corte radical con la mímesis y que continúan
mostrando el lado humano. Estos son: el impresionismo, movimiento pictórico que supuso en
primer lugar la ruptura con la línea pictórica clásica y la renovación del color. Posteriormente, el
fauvismo, nacido en Francia, nacido en la “exposición del Salón de Otoño”, donde un grupo de
jóvenes pintores intentaron rechazar el pensamiento burgués y rechazaron las normas clásicas a
través de su angustia y su rabia manifestada a través del uso de colores puros. Y, por último, el
expresionismo, manifestado pictóricamente por el grupo Die Brucke, y cuyo máximo representante
será Munch “El grito”. El expresionismo intentará expresar esa angustia agónica del ser humano a
través de un proceso de deformación de la misma. Literariamente, el expresionista más relevante
será Kafka y su Metamorfosis, donde se manifiesta el lado agónico del ser humano, sus
frustraciones, sus miedos y el proceso de alienación. Esta misma técnica, será utilizada en España
por Valle Inclán con sus esperpentos donde el proceso de deformación grotesca se realizará a través
del humor negro, la animalización, la cosificación y la hiperbolización, que, al mismo tiempo,
encierran una profunda crítica y el estado agónico no solo del hombre sino de toda la sociedad
española.
Ahora bien, los grandes movimientos de vanguardia pura, ya deshumanizada, comienza con
el futurismo, nacido en Italia de la mano de Marinetti en su Manifiesto futurista, está caracterizado
por la modernidad y la velocidad, llegando a indicar que “un automóvil es más hermoso que la
Victoria alada de Samotracia” o que “había que quemar las bibliotecas”. A partir de estas
manifestaciones observamos cómo se rechaza el pasado, la atracción por las máquinas de reciente
creación y por la violencia y se inclina hacia el progreso técnico, los espacios urbanos, la
modernidad. Esto supuso una renovación absoluta dentro del lenguaje poético, la “poética del
objeto”. Entre sus técnicas están la destrucción de la sintaxis, la omisión de los signos de
puntuación, el uso de infinitivos, etc. El dadaísmo, de Tristan Tzara, pretende destruir la cultura, la
expresión del arte. Rastrea lo más primitivo del hombre, de ahí que busque lo absurdo, lo infantil y
las relaciones ilógicas. El cubismo, cuyo máximo representante es Apollinaire, creador de los
caligramas, en busca de un “arte total”, donde se pretende plasmar la realidad desde diferentes
puntos de vista simultáneo, en relación directa con la filosofía de Ortega y Gasset y su
“multiperspectivismo”, muestra de ello en España, en el ámbito pictórico será Picasso y sus
Señoritas de Avignon. El surrealismo, fundado por Andre Bretón, tras la publicación del Manifiesto
surrealista, es el movimiento más longevo y el que más obra produce, llegando hasta la actualidad.
Esta vanguardia muestra interés por el mundo del inconsciente, en clara relación con las teoría
psicoanalíticas de Freud, el mundo de los sueños, las relaciones ilógicas y oníricas, la propuesta de
una escritura automática que conecte con lo más profundo del ser humano, una vía de escape que
pretende enfrentarse con la realidad, una especie de liberación de conciencia, donde a través de las
palabras el hombre pudiera manifestar sus frustraciones, y sus miedos.
En España también se desarrollaron movimientos de vanguardia. El ultraísmo, con
Guillermo de la Torre a la cabeza, quien forja una poética nueva buscando interpretaciones
originales a situaciones y objetos cotidianos y renunciando al sentimiento. La misma palabra,
encierra el significado del movimiento, “más allá de los ismos”. El creacionismo, pretende crear el
mundo con las palabras del poeta. Resulta fundamental la aportación de Juan Larrea y del chileno
Vicente Huidobro Altazor, que realizó textos de gran calidad en los que exhibió una gran
creatividad para la invención de nuevas imágenes. Ramón Gómez de la Serna fue uno de los
grandes agitadores a través de su revista “Prometeo”, es a este autor a quien debemos la
introducción del futurismo en España. Su visión fragmentaria de la realidad se refleja en sus
greguerías (metáfora + humor), breves composiciones con imágenes sorprendentes, que funden el
lirismo con el humor y lo absurdo.
Respecto al novecentismo y a la denominada Generación del 14, esta nace muy influida por
las vanguardias y tendrán como referente directo a Ortega y Gasset tras la publicación de su obra
ensayística La deshumanización del arte. Ortega proponía y defendía un arte objetivo, intelectual y
deshumanizado, antisentimentalista, en busca de un arte puro. Frente al casticismo del 98, la
generación del 14 propone un aperturismo europeo, aunque bien es cierto que fueron herederos de
la Institución Libre de Enseñanza, pero ahora evolucionada a la Residencia de Estudiantes dirigida
por Jiménez Frau y donde se forjaron los miembros de la Generación del 27, mano de obra, al
principio, de las ideas de Ortega quien en ese momento dirigía “La revista de Occidente” y hombre
influyente de la época. Así, en un principio los miembros de la Generación del 14 pretendían dar un
empujón a la atrasada sociedad española en todos los ámbitos.
Dentro del género ensayístico destacaron Ortega y Gasset con obras como la mencionada La
deshumanización del arte; El público; La rebelión de las masas. En esta última, el filósofo expone
que el hombre del siglo XX se ha convertido en una multitud incapaz de pensar, por lo que propone
que una minoría de intelectuales bien formados lo oriente en el arte, la cultura, la política y la
ciencia.
Otros ensayistas a tener en cuenta serán: Gregorio Marañón y Eugenio Dórs
En el género narrativo, concretamente, en la novela destacaron Perez de Ayala con obras
como AMDG, donde narra su experiencia dolorosa en el colegio jesuita donde se educó; Tigre Juan
donde se realiza una refleción sobre el machismo, desde la misoginia al amor. Y, otro autor,
relevante, Gabriel Miró más sujeto al lirismo, la descripción preciosista y minuciosa, la estética y el
barroquismo, con obras como Las cerezas del cementerio o El obispo leproso.
En poesía destacamos la figura de Juan Ramón Jiménez quien concibe la poesía como
belleza y como un modo provilegiado como conocimiento, que es superior al que concede la razón
y que permite acercarse a lo esencial, lo universal y lo eterno. Varias etapas componen su obra.
Primera etapa de carácter intimista y sujeto a elementos modernistas Ninfeas y almas de violeta;
Arias tristes. Posteriormente vira hacia una poesía pura e intelectual, influido por la poesía de
Valery, y más acorde con propuestas vanguardistas, donde se despoja de los adornos y lo
anecdótico. Esta etapa se abre con Diario de un poeta recién casado. Finalmente, su poesía
verdadera, que buscaba la perfección y depuración de las formas, en busca de lo trascendental, de lo
divino, incluso místico Dios deseado y deseante.
Las vanguardias culminan el grito de rebeldía que comenzó con el Romanticismo y se
implementó con la bohemia y el modernismo, en busca de un arte que rompa con el realismo, con la
lógica, con el sentimentalismo y la norma. El Grupo del 14 será el motor intelectual de la
vanguardia, los promotores intelectuales, llevándolo a la práctica la Generación del 27 en su
primera etapa.

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