Está en la página 1de 2

Los movimientos de vanguardia y el novecentismo

El inicio del siglo XX fue una época de cambios enormes en Europa. Nuevas ideas en ciencia y
psicología, movimientos filosóficos como el existencialismo, la revolución rusa y la emergencia de una
nueva clase social marcaron este período. La Belle Époque trajo un tiempo de bienestar, pero todo
cambió con la Primera Guerra Mundial, dejando una profunda huella en el arte y la cultura.

El reflejo artístico de este contexto podemos observarlo en dos movimientos; uno que reacciona contra el
poder establecido: la vanguardia. Otro purista y deshumanizado, encabezado por Ortega y Gasset, que
dará lugar al novecentismo en España.

Los movimientos de vanguardia desafían el racionalismo y la identidad burguesa. Surgieron durante la


Primera Guerra Mundial, representando a artistas europeos innovadores y revolucionarios. El término
"vanguardismo" proviene del francés "avant-garde".

Estos movimientos vanguardistas buscan rupturas con la lógica y el sentimentalismo, desafiando la


técnica y el clasicismo. Priorizan la creatividad y la originalidad a través de la experimentación. Las
revistas literarias se convierten en su principal plataforma, donde la literatura se percibe como un juego en
busca de la belleza, sin respetar las divisiones de género o entre distintas formas de arte.

​Fueron movimientos fugaces, también conocidos como "ismos", abarcaron el Surrealismo de André
Breton, centrado en sueños y escritura automática; el Futurismo de Marinetti, que exaltaba la belleza en el
movimiento y rechazaba el pasado; el Dadaísmo de Tzara, buscando la destrucción cultural y lo absurdo;
el Cubismo de Apollinaire, plasmando la realidad desde múltiples perspectivas simultáneas; y el
Expresionismo, de Bertolt Brecht, que reflejaba el horror de la guerra y la angustia humana.

En el ámbito hispánico, las vanguardias generaron dos movimientos literarios destacados: el ultraísmo,
liderado por Guillermo de la Torre con "Hélices", que reinterpreta lo cotidiano sin sentimiento y
prescindiendo de convenciones gramaticales; y el creacionismo, impulsado por Gerardo Diego con
"Imagen" y Vicente Huidobro en "Altazor", buscando la creación del mundo a través de las palabras.
Ramón Gómez de la Serna, clave en este panorama, introdujo las greguerías, breves y sorprendentes
composiciones que mezclan lirismo, humor y lo absurdo, desafiando las normas poéticas establecidas.

El novecentismo, o generación del 14, surge tras las vanguardias y contrasta con la mentalidad del 98.
Este movimiento busca importar el pensamiento y estilo de vida europeos a España. Sus integrantes,
como escritores, políticos y científicos, buscan solucionar los problemas del país con una visión renovada
e intelectual, basada en el arte puro. El término "novecentismo" fue acuñado por Eugenio D’Ors y también
se refiere a la generación del 14, inspirada por la conferencia de Ortega y Gasset que estableció sus
principios.

En el ensayo, Ortega y Gasset sobresale con "La deshumanización del arte", proponiendo la innovación
artística desligada de emoción y lógica. En "Meditaciones del Quijote", defiende la visión cervantina como
base para modernizar España.

En la novela, Ramón Pérez de Ayala destaca con obras como "Troteras y danzaderas", que critica a los
intelectuales madrileños, y "Tigre Juan", donde explora la evolución de un personaje desde el machismo
hasta el descubrimiento del amor. Gabriel Miró se centra en novelas líricas con minuciosas descripciones
psicológicas y sociales en obras como "Nuestro padre San Daniel" y "El obispo leproso".
Y en la poesía a Juan Ramón Jiménez, aunque difícil de encuadrar en un solo movimiento, muestra una
evolución desde una poesía íntima influenciada por Bécquer hasta una más pura e intelectual. "Platero y
yo" destaca en su etapa inicial, mientras que en su obra "Diario de un poeta recién casado" muestra
versos libres y prosa poética. En su última etapa, busca el encuentro con Dios a través de la belleza
poética. León Felipe, exiliado tras la guerra civil, se encuentra entre las generaciones del 14 y del 27 y es
reconocido por su obra "Versos y oraciones del caminante".

CONCLUSIÓN

El siglo XX vio el surgimiento de dos movimientos literarios contrastantes: las vanguardias y el


novecentismo. Mientras las vanguardias desafiaban normas y racionalismo, el novecentismo buscaba una
estética deshumanizada para revitalizar España. Estos movimientos, en un contexto de profundos
cambios sociales y culturales, dejaron una huella duradera en la literatura española, abriendo camino a
una renovación estética y una exploración más profunda de la identidad del país.

También podría gustarte