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Introducción

El análisis de orina es el más antiguo de los exámenes de laboratorio ya que su


existencia data de la época de los egipcios. Consiste en un conjunto de pruebas
fisicoquímicas que se deben realizar en una muestra de orina

La importancia de la correcta realización del análisis de orina,a través de tiras


reactivas y su visualización microscópica,radica en su significancia diagnóstica en
diversas patologías, tanto renales como pre renales.
Al realizar un buen examen de orina quedan al descubierto afecciones renales y
del tracto urinario, hepatopatías, enfermedades hemolíticas y trastornos del
metabolismo de los hidratos de carbono.

El análisis de una muestra de orina, realizado con minuciosidad y con la


experiencia adecuada del observador, es un estudio que brinda múltiples e
importantes datos y orientación hacia el diagnóstico correcto del daño renal. De
tan magnitud es su aporte que constituye una verdadera biopsia renal líquida.

El examen químico habitualmente se realiza con tiras reactivas (Labstix, Multistix y


otras) que contienen espacios con diferentes reactivos específicos, indicadores y
buffers (pH, glucosa, hemoglobina, etc.).

Técnica de recolección de la muestra

Idealmente debe realizarse con la primera muestra de la mañana y con dieta seca
desde la tarde previa (podrá ingerir solo sólidos, excepto frutas y verduras), con el
fin de explorar la capacidad de concentración urinaria y visualizar más elementos.
Esta restricción de líquidos debe evitarse cuando el paciente presenta un
importante deterioro de la filtración glomerular o padece diabetes.

La mujer debe higienizarse (con jabón blanco) los labios y la zona periuretral y
colocarse un tampón vaginal previo a la recolección. El varón debe retraer el
prepucio e higienizarse el glande. Luego de iniciar la micción y descartar los
primeros mililitros, y sin interrumpir el chorro miccional, se debe recoger la muestra
(entre 50 y 100 ml) en un recipiente estéril, para evitar recipientes contaminados o
lavados con hipoclorito de sodio.

Con el método de recolección de la parte media del chorro, la probabilidad de que


la muestra esté contaminada por secreciones del meato o la uretra es muy
reducida, aunque no se elimina por completo.

Es muy importante el tiempo que transcurre entre la recolección y el análisis de la


muestra pues cuanto mayor sea, menor será el rendimiento diagnóstico, ya que se
pierden elementos (cilindros que se destruyen) y los hallazgos realizados no son
fiables.

Método de recolección en pacientes pediátricos

 Bolsa de recolección urinaria estéril

Antes de comenzar la recolección lavarse las manos, lavar el área genital del bebe
con agua y jabón o limpiar utilizando toallitas húmedas y dejar bien seca la zona
genital, utilizar la bolsa de recolección adecuada dependiendo si es niño o niña ya
que vienen diseñadas específicamente para cada área genital, la bolsa recolectora
viene dentro de una bolsa externa que tendrá que romper cuidadosamente, ya que
tenga lista la bolsa retirará el papel que cubre la cinta adhesiva, estire la bolsa y
coloque sobre el bebe.

Para los niños, coloque todo el pene dentro de la bolsa y fije el adhesivo a la piel

Para las niñas, coloque la bolsa sobre los dos pliegues de piel (labios mayores) y
fije el adhesivo a la piel.

Verifique que la bolsa este bien pegada, colocará al bebe sobre el pañal sin
abrocharlo para evitar que la muestra se derrame, tendrá que vigilar el proceso
para retirar la bolsa en cuanto se comienza a recolectar una cantidad mínima de
10 mililitros.

 Sonda

En adultos, en muy pocas ocasiones es necesario recolectar la orina mediante


sonda, cuando hay retención urinaria.

 Aspiración suprapúbica con aguja

Es más fácil si se ha hidratado antes en paciente, de modo que la vejiga este


llena. La aspiración suprapúbica con aguja se realiza de la siguiente manera: 1) se
limpia el área suprapúbica con una esponja con alcohol, 2) con una pequeña
cantidad de anestésico local, se eleva una pápula intradérmica en la línea media 1
a 2 cm arriba del pubis (la vejiga se encuentra justo abajo del pubis en niños
peueños), 3) se adjunta una jeringa de 10 ml a una aguja de calibre 22. La aguja
se inserta de manera perpendicular a través de la pápula abdominal en la pared
vesical, manteniendo una succión suave con la jeringa para que la orina se aspire
en cuanto se penetre la vejiga.

Análisis de orina

 Color:
El color de la orina varía si está concentrada (color amarillo/naranja o té cargado,
o diluida (transparente), con tonos intermedios. Elementos no habituales en ella
endógenos o exógenos como alimentos o fármacos, pueden modificarlo.

A menudo, la orina tiene algún color que evidencia el uso de fármacos, la


fenazopiridina hace que la orina sea de color anaranjado, la rifampicina la vuelve
amarillenta anaranjada, la nitrofurantoína, café, la afalmetildopa y el metronidazol,
café rojiza. La orina roja no siempre es evidencia de hematuria, una coloración
rojiza no relacionada con eritrocitos intactos en la orina puede deberse a excreción
de betacianina después de la ingesta de betabel, de la fenolftaleína de laxantes,
de colorantes vegetales, de mioglobinuria debido a traumatismo muscular
importante o después de hemólisis.

 Densidad

Es la relación entre el peso de un volumen de orina y el mismo volumen de agua,


que se determina mediante un densímetro. Indica la capacidad de concentración
urinaria por los túbulos renales. Más específica es la medición de la osmolaridad
urinaria, pero requiere de un osmómetro y en la práctica se reemplaza por la
densidad, de más fácil medición.

Indica la cantidad relativa de solutos que contiene un volumen definido de orina. El


70% a 80% de estos solutos corresponde a la urea.

El rango normal de densidad urinaria varía, dependiendo del estado de hidratación


y la ingesta hídrica previa, entre 1,001 y 1,035 (la del agua es 1,000).

La densidad generalmente se obtiene mediante las tiras reactivas aunque la


medición con el densímetro (examen físico) es un método más exacto.
Si el paciente realizo previamente la dieta seca indicada, deberá tener una
densidad mayor de 1,020, que puede llegar a 1,030 y hasta 1,035 en algunas
personas (euivalente a 1.200 mOsm/L, que es la osmolaridad máxima que puede
general el intersticio renal. Densidades más bajas, en esta situación, indican
alteración de la capacidad de concentración (hipostenuria). Debe tenerse en
cuenta que, si no se realizó la dieta seca, puden obtenerse valores menores de
1,020, sin indicar esto una patología.

Cuando es menor de 1,005, descartada la potomanía o un aporte hídrico


importante, debe pensarse en alteraciones tubulares, entre ellas las distintas
formas de diabetes insípida.

En la IRC avanzada como en la IRA que requiere diálisis, al fallas tanto la


capacidad de concentración como la de dilución, la densidad urinaria será
reiteradamente semejante a la plasmática (isotenuria), alrededor de 1,010
(aproximadamente 290 mOsm/L.

La densidad específica de la orina puede arrojar resultados elevados falsos por la


presencia de glucosa, proteínas, sustitutos artificiales del plasma o medios de
contraste intravenosos.

 Proteínas

Las tiras reactivas solo son confiables cuando no están caducadas y cuando se
usan con orina a temperatura ambiente

La mayoría de las tiras reactivas que se usan para detectar proteinuria poseen un
indicador colorímetro que tiene una limitación cualitativa, ya que detecta solo
albúmina, por lo que no se detectan todas las proteinurias.

Por lo que una forma igual de simple rápida y económica para determinar
proteinuria es la utilización de acido sulfosalicilíco al 5% o acido tricloroacético,
que mediante el grado de turbidez que se produce en presencia de proteínas
aniónicas (albúmina) p catiónicas (inmunoglobulinas) permite formar el grado de
proteinuria por medio de cruces.

Se introducen dos gotas de ácido sulfosalicílico al 5% en un tubo de ensayo con


orina, y por la turbidez que generan, se podrá detectar albúmina y otras proteínas,
se informa de manera semicuantitativa con cruces del + a ´++++.

Orientativamente + y ++ cruces van desde el límite normal hasta los 2 gr/día, +++
y ++++ corresponden a un rango nefrótico o cercano a el. De derecha a izquierda,
se observan una muestra negativa, una muestra con ++ y una ++++
La proteinuria puede ser la expresión de una enfermedad renal, como ocurre en
los síndromes nefrótico y nefrítico, en la nefropatía por reflujo o en la insuficiencia
renal. Otras veces puede ser secundaria a una sobrecarga renal, como ocurre en
el mieloma o en la leucemia, situaciones en las cuales el aumento de las proteínas
filtradas por el riñón sobrepasa la capacidad de reabsorción tubular.

 Ph

Fisiológicamente puede variar de 4 a 8. La primera micción en ayunas se acerca a


4 por la eliminación normal de la carga ácida del metabolismo. Una muestra de
orina durante otro momento del día puede variar dentro del espectro nombrado
dependiendo de la ingesta.

Un ph persistentemente elevado, incluso en la primera micción, debe hacer pensar


en las distintas causas normales y patológicas.

Con infecciones de las vías urinarias causadas por organismos que desdoblan la
urea (con mayor frecuencia de la especie proteus), el Ph de la orina tiende a se
mayor de 7. Debe ponerse énfasis de nuevo en que la orina obtenida antes de un
periodo de dos horas después de una comida abundante o que se deja reposar a
temperatura ambiente por varias horas tiende a ser alcalina. El papel indicador de
la mayor parte de tiras reactivas es muy exacto, sin embargo, en ocasiones es
necesaria una confirmación con un medidor de ph.

Otras sustancias

 Glucosa: es posible que se obtengan falsos positivos cuando los pacientes


han ingerido grandes dosis de aspirina, ácido ascórbico o cefalosporinas.

La mayoría de los pacientes con lectura positiva tienen diabetes.

La orina de una persona sana no contiene glucosa. El umbral renal de la glucosa


es de 10 mg/dL, por lo cual la carga filtrada se reabsorbe totalmente en los
túbulos, de tal modo que la glucosuria indica por lo menos valores glucémico
superiores a 200 mg/dL. Puede haber lucosuria con glicemia normal en pacientes
con defecto aislado en el transporte de la glucosa (glucosuria renal), en
disfunciones tubulares más generalizadas (síndrome de fanconi) o en la
enfermedad tubulointersticial.

 Cetonas

Los cuerpos cetonicos están ausentes en la orina normal y su presencia se


relaciona con estados de cetoacidosis por diabetes, alcoholismo o ayuno.
Las cetonas aparecen en la orina cuando existe un metabolismo anormal o
disminuido de carbohidratos, por lo cual es muy común hallarlas durante el ayuno,
el ejercicio prolongado o cuando existen vómitos reiterados. La única patología en
la cual la cetonuria tiene importancia práctica es la diabetes mellitus.

 Hemoglobina

La tira reactiva positiva indica tres posibilidades: 1) hematuria, 2) hemoglobinuria o


3) mioglobinuria.

En condiciones normales no deben existir sangre o hemoglobina en la orina, si se


una una tira reactiva que resulta positiva para hemoglobina, el primer diagnóstico
es de hematuria. La hemoglobina libre en el plasma que filtra libremente por el
glomérulo se reabsorbe en su totalidad a nivel tubular. Cuando aumenta la
concentración de hemoglobina en el plasma (hemólisis), se excede la capacidad
de fijación de la haptoglobina y aparece entonces hemoglobinuria.

La prueba con tira reactiva para hemoglobina no es específica para eritrocitos y


solo debe usarse pára detectar hematuria. El análisis microscópico del sedimento
urinario se usa para confirmación.

La observación del sedimento en la muestra de orina centrifugada orientará el


diagnóstico. Si hay eritrocitos estamos en presencia de hematuria; en caso
contrario deberá realizarse el diagnóstico diferencial entre hemoglobinuria y
mioglobinuria para el cual podrá utilizarse cualquiera de los métodos que se
enumeran a continuación: 1) se centrifuga una muestra de sangre y si el plasma
es rosado existe hemólisis; por lo tanto, en orina hay hemoglobina (Hb); si el
plasma es claro en orina hay mioglobina;

Cuando la cantidad filtrada de Hb o mioglobina es importante, puede desarrollarse


insuficiencia renal aguda por obstrucción tubular

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