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El análisis de orina es una parte integral de los exámenes rutinarios en todo Laboratorio
Clínico. Su utilidad en la obtención de importante información como el diagnóstico de
enfermedades de los riñones y el tracto urinario, el hígado, desordenes metabólicos, así
como el monitoreo de la efectividad en el tratamiento de problemas crónicos y en la
investigación de condiciones asintomáticas, son capacidades y características que le dan
un valor incalculable en el cuidado de la salud.
Para satisfacer tales objetivos requiere del cumplimento de dos condiciones generales:
a. La adecuada obtención de una muestra, proveniente de un paciente con una
indicación médica bien dirigida para la realización del examen.
b. Un análisis de orina con procedimientos estandarizados y bien realizados.
Las indicaciones para la realización del análisis de orina son las siguientes:
Sospecha o seguimiento de síntomas que sugieran infección del tracto urinario
Así como de enfermedad renal no infecciosa, primaria o secundaria a
enfermedad crónica (reumática, hipertensión, toxemia por embarazo, efectos
adversos a medicamentos) y de enfermedades post-renal no infecciosa
Detección de glucosuria
Seguimiento de pacientes con diabetes
Detección o seguimiento de estados metabólicos como: vómito o diarrea,
acidosis/ alcalosis, cetosis o litiasis
Recogida de la orina
Dado que es el propio paciente el que se encarga de recoger la muestra de orina, es
imprescindible que el personal del área de la salud le comunique al paciente como debe
de hacerlo, para poder obtener la máxima información clínica.
La micción espontánea, que es generalmente la primera de la mañana, se suele
utilizar para el análisis físicoquímico elemental y el estudio microscópico del
sedimento urinario.
La recogida de 24 horas, en cambio, se utiliza para análisis cuantitativos de
eliminación de cualquier componente urinario. Pero con este se suele obtener
errores, ya que el paciente puede desconocer la forma correcta de hacerse, dando
como resultado falsos resultados analíticos. La forma correcta de hacerlo es que
al levantarse, se vacía la vejiga y se desecha la orina emitida. Luego de eso, se
debe recoger toda la orina que se elimine hasta el día siguiente, específicamente
a hasta la hora en que el paciente se despertó el día en el cual inició la recogida
de orina de 24 horas, para poder cumplir con el ciclo de las mismas.