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EXAMEN DE ORINA
El análisis de orina es una de las pruebas básicas para evaluar las enfermedades del
riñón y de las vías urinarias. Las características de la orina, determinadas en su paso por
toda la vía urinaria pueden revelar datos orientativos; de los trastornos nefrourinarios. El
estudio cualitativo de una muestra única de orina (10-15 ml) es de gran utilidad en el
estudio inicial de la enfermedad renal, con las ventajas de la inmediatez del resultado, el
bajo costo y no ser invasivo.
Recogida de orina
La forma en la que la orina es recogida y analizada tiene gran influencia en los resultados.
Se deben dar instrucciones a los pacientes de como debe ser el proceso.
Se debe evitar el ejercicio vigoroso en las ultimas 72 horas antes de recoger la orina para
evitar proteinuria y hematuria de esfuerzo. Las mujeres deben evitar la recogida de orina
durante la fase menstrual. La orina puede recogerse a través de una sonda vesical,
aunque este procedimiento podría producir hematuria de forma inmediata y, tras un
tiempo de permanencia, los pacientes sondeados presentan bacteriuria, hematuria,
leucocituria, y candidiuria.
El recipiente debe ser limpio, con capacidad para 50 a 100 ml y con un diámetro de
apertura de al menos unos 5 cm. El análisis debe ser rápido, para evitar la lisis de los
elementos formes como leucocitos o hematíes. El mejor método de conservación no esta
claro y la congelación a 4.8 grados podría favorecer la precipitación de fosfatos o acido
úrico, lo que podría perjudicar el examen de la muestra.
El método de recogida de orina de 24 hrs debe ser por ejemplo a las 8 de la mañana el
paciente vacía toda su vejiga y luego se coloca la sonda y bolsa recolectora, para todo el
día así hasta las 8 de la mañana del siguiente día donde posterior a vaciar de nuevo su
vejiga se retira la sonda asegurando así que la orina recogida fue exactamente la de 24
horas.
Contenido fisicoquímico
El estudio bioquímico de la orina ha alcanzado un nivel aceptable de automatización,
derivado de la puesta a punto de la tira reactiva universal, que permite conocer de manera
cualitativa la concentración de determinados componentes urinarios de interés clínico. La
posibilidad de disponer de información sobre el exceso de eliminación de algunos
contribuyentes de la orina de forma limpia, rápida, reproducible, y no excesivamente cara
llego al medico de la mano de las tiras reactivas. Actualmente la mayoría de las tiras
reactivas en el mercado permiten la valoración de densidad, pH, albumina, glucosa,
acetona, urobilina, bilirrubina, hemoglobina, esterasa leucocitaria y nitritos.
Características físicas
Color
El color rojizo puede deberse a: ingesta previa de remolacha, porfirinas (porfiria aguda)
produce orina color vino de Burdeos, rabdomiólisis (hipertermia maligna, miopatías,
ejercicio intenso) provocando mioglobinuria, que genera color rosa al marrón casi negro.
Infección por pseudomona o ciertas sustancias diagnosticas como azul de metileno dan
una coloración azulada.
La presencia de sangre en orina recién emitida puede dar lugar a diferentes grados de
coloración, según la cantidad y la procedencia. Si la sangre procede de las vías urinarias
se mantiene color rojizo mientras que si es del parénquima renal la tiñe de marrón. Puede
ocurrir la aparición de hemoglobina libre en orina producto de la hemolisis intravascular
(circulación extracorpórea, microesferocitosis, paludismo).
Transparencia
Olor
Densidad
Características químicas
pH
se mide habitualmente con tiras reactivas y puede variar entre 5 a 8. Un pHmetro es más
ideal para dar un valor especifico.
Hemoglobina
Glucosa
Se estudia con tiras reactivas que utilizan también una reacción de peroxidación por la
enzima glucosa oxidasa, detectando concentraciones de 0,5 – 2 g/l. esto ha permitido
diagnosticar precozmente un gran número de pacientes diabéticos asintomáticos. Los
niveles fisiológicos de la glucemia, producen filtración de glucosa en orina que se
reabsorbe en el TCP por lo que esta debería estar indetectable en orina en condiciones
normales. Cuando se sobre pasan los 180 mg/dl de glicemia la reabsorción se ve
superada y aparece la glucosuria. Defectos en la reabsorción de glucosa en el TCP
también puede generar glucosuria, suele asociarse con defectos en la absorción de otros
solutos (sx de Fanconi).
Esterasa leucocitaria
Nitritos
Pigmentos biliares
En la práctica clínica tras extenderse la determinación en plasma las pruebas de función
hepática, este ha perdido el interés de su detección en orina urobilinógeno y bilirrubina.
Cetonas
Proteínas
La tira reactiva está formada por una superficie de celulosa impregnada con azul de
bromotetrafenol tamponado a pH de 3,0 que al unirse a proteínas produce un cambio de
color de intensidad variable en función de su concentración. Este método detecta mejor
albumina que otras proteínas como inmunoglubulinas. Las tiras solo permiten una
cuantificación aproximada ya que los valores se expresas de forma semicuantitativa en
una escala de 0 a 4 cruces. Se considera proteinuria cuando hay cambio de color
sugestivo a 1+ o más. Que corresponde aproximadamente a 150/300 mg/día. Tener en
cuenta que en pacientes deshidratados puede alterar el resultado por la concentración de
los componentes urinarios.
Detección en orina de 24 horas
Cociente proteínas/creatinina
Cociente albumina/creatinina
Hematíes
En condiciones normales se produce una eliminación de hematíes por la orina en muy
baja proporción. A la observación del sedimento al microscopio posterior a la
centrifugación de 10 ml de orina se considera normal la presencia de 1-3 hematíes por
campo de 400 aumentos lo que equivale a 1000 hematíes por ml de orina. La hematuria
microscópica es el nombre que recibe cuando hay aumento en el valor de la hemoglobina
por tira reactiva o aumento en el conteo de hematíes sin que la orina tenga aspecto
visualmente detectable de sangre.
Cuando el color no es rojo brillante sino mas castaño marrón con hematíes dismórficos y
cilindros sugieren origen renal.
Leucocitos
Células epiteliales
Estas tienden aparecen por procesos den la superficie de revestimiento del tracto urinario,
desde la capsula de Bowman hasta la uretra. Son células grandes, planas, poligonales
con núcleo pequeño y citoplasma grande. Su presencia puede deberse a infecciones o
acción de drogas, quimioterapia o sustancias nefrotóxicas, todos los procesos que
generen agresión al epitelio de las vías urinarias.
Cilindros
Son los únicos elementos formes de la orina que proceden única y exclusivamente del
parénquima renal.
Están constituidos por material proteico (Tamm - Horsfall) secretada de manera continua
por las células epiteliales de la rama ascendente del asa de Henle que en condiciones
normales es soluble, pero en ciertas circunstancias se gelifican formando un molde de
cavidad interna dando aspecto cilíndrico, a esta formación se incorporan proteínas
plasmáticas procedentes de alteraciones glomerulares. Estas formaciones gelifican en
caso de disminución de pH, aumento de la densidad, estancamiento de la orina,
disminución del filtrado glomerular, estos terminan de formarse en el túbulo contorneado
distal y colector.
Lípidos
Cristales
Bacterias
SÍNDROME NEFRÍTICO
La expresividad clínica puede ser más o menos acusada o incluso cursar de forma
inadvertida, y habitualmente su evolución es a la curación sin secuelas.
Etiología
Otros agentes infecciosos que pueden producir síndrome nefrítico pueden ser:
Patogenia
Los mecanismos por los cuales se produce la lesión renal en la GNAPE no están
completamente aclarados. Sin embargo, ha sido habitual encontrar en las preparaciones
histológicas depósitos de Inmunoglobulina IgG y y factor 3 del complemento, por lo
que se ha dilucidado que el principal mecanismo patogénico está relacionado con la
formación de inmunocomplejos.
2.- 10 a 14 días después, dichos antígenos son atacados por anticuerpos, como el
anticuerpo contra el cimógeno de la exotoxina, antiestreptolisina O o Anti-DNAasa, IgG y
factor 3 del complemento (principalmente) esto favorece a la formación de
imunocomplejos circulantes y/o inmunocomplejos in situ.
3.- El depósito masivo de estos inmunocomplejos (preferentemente los formados in situ)
alteran la permeabilidad de la membrana basal glomerular, produciendo proliferación de
células mesangiales y endoteliales así como una infiltración de la luz capilar y el
mesangio por parte de polimorfonucleares, eosinófilos y linfocitos. En casos graves
las células epiteliales y los monocitos se pueden acumular en el espacio de Bowman y
forman semilunas lo que ocasiona una ‘’Glomerulonefritis rápidamente progresiva.’’
Fisiopatología
Manifestaciones clínicas
En la mayoría de los casos de GNAPE no hay sintomatología alguna, pero puede haber
manifestaciones urinarias ligeras que pueden pasar desapercibidas como: hematuria
macro o microscópica y disminución sérica del complemento.
Sin embargo, en un 40 a 50% de los casos, la forma sintomática está representada por
el desarrollo del síndrome nefrítico agudo cursando con: Hematuria macroscópica
con cilindruria, edema palpebral y facial de grado moderado, pretibial y escrotal,
hipertensión arterial moderada o grado 2 (≥160/100 mmHg), proteinuria no selectiva
(a expensas de proteínas de alto peso molecular como inmunoglobulinas como IgG)
y oliguria.
Diagnóstico
Laboratorio:
Serología
Complemento sérico disminuido (C3, C1, C5, properdina) con C4 normal
Títulos de IgG e IgM elevados en el 80% de los casos.
Títulos elevados de factor reumatoide y crioglobulinas séricas
Títulos elevados de IL-6 y NTF-a
Inmunocomplejos circulantes en el 75% de los casos
Hematología completa
Anemia
Aumento de la VSG y proteína C reactiva
Alteración de las pruebas de coagulación
Función renal
Elevación de los valores de creatinina, nitrógeno ureico sanguíneo, potasio y
fosfatos.
Descenso de la concentración de calcio y albumina
Acidosis metabólica (determinada por gasometría)
Uroanálisis
Hematuria con hematíes dismórficos
Cilindros hialinos, granulosos y hemáticos
Estudios de imagen:
Radiografía de tórax, para descartar insuficiencia cardíaca aguda congestiva con
cardiomegalia y edema agudo de pulmón.
Diagnóstico diferencial
Tratamiento
I. Medidas Generales
En la fase aguda es aconsejable el reposo con control diario del peso, la presión arterial,
los edemas y la situación cardiovascular.
La dieta debe ser hiposódica estricta con restricción de líquidos para conseguir de
forma temprana un balance negativo; si se acompaña de insuficiencia renal y oliguria, se
restringirán los fosfatos y el potasio, junto con una dieta hipoproteica (0,6-1 g/kg/24 h) y
normo o hipercalórica.
Diuréticos
Los diuréticos de asa están indicados siempre que exista sobrecarga circulatoria clínica
(edemas e hipertensión arterial), o si radiológicamente encontramos signos de
insuficiencia cardíaca congestiva. La dosis de furosemida es de 0,5-2 mg/kg/día por
vía oral, en sobrecargas leves o moderadas; en casos más graves la dosis puede
incrementarse hasta 10 mg/kg/día.
Antihipertensivos
Son raras las recidivas, por lo que ante episodios repetidos de GNAPE habrá que
sospechar la existencia de una enfermedad crónica subyacente.
SÍNDROME NEFRÓTICO
Los podocitos: con sus hendiduras o diafragmas. Estas son las células epiteliales
viscerales encargadas de sintetizar la MBG y formar los poros de filtración.
2. Carga: La BFG tiene una carga electronegativa dada por los proteoaminoglucanos
de la MBG. Es decir, cuando viene una proteína, por ejemplo, la Albumina, y
quiere intentar pasar y filtrarse, no va a poder porque la Albumina tiene carga
negativa.
Edema periférico
Sin embargo, las manifestaciones clínicas del síndrome nefrótico pueden no aparecer con
cifras superiores a este valor de proteinuria, por otra parte, ser ya muy evidentes con
cifras inferiores a 3,5 g/24 horas. Es por ello preferible denominar como proteinuria
nefrótica a aquella capaz de producir hipoalbuminemia.
Etiología
La etiología del Síndrome nefrótico puede ser por glomerulopatias de causa primaria o
secundaria.
1. En algunas literaturas mencionan que la Diabetes Mellitus representa una de
las principales causas de Síndrome Nefrótico en Adultos.
Esta lesión glomerular, la cual ya conocemos cual puede ser su etiología, primaria por
presencia de inmunocomplejos por ejemplo, o por esclerosis o formación de tejido
cicatrizal, o alguna otra causa secundaria como Diabetes Mellitus, va a desencadenar el
fenómeno fisiopatólogico central del Sindrome Nefrotico el cual es el aumento en la
permeabilidad glomerular, con la consecuente proteinuria masiva mayor a 3.5gr en 24
horas.
Filtrado glomerular
Hipoalbuminemia
Para compensar las pérdidas, el higado aumenta la tasa de síntesis de albumina hasta un
300% por mecanismos transcripcionales.
Edema
La aparición de edemas es el signo clínico más llamativo y suele ser el motivo de consulta
especialmente en niños. Es un edema blando, con fóvea, y que se acumula en zonas
declives (pies, sacro) y en regiones con presión tisular pequeña, como en la región
periorbitaria. A medida que el edema progresa puede aparecer ascitis, derrame pleural,
habitualmente bilateral e incluso edema genital y anasarca.
A nivel fisiopatológico se tienen dos teorías principales que no son excluyentes entre ellas
y ambas son secundarias a la activación del SRAA.
Hiperlipidemia
El colesterol plasmático será superior a 400 mg/dl en el 25% de los pacientes con
síndrome nefrótico. Más del 80% tendrán LDL plasmático superior a 130 mg/dl.
Trombosis
En los niños: las trombosis son mas graves y afectan en la mitad de los casos al
árbol arterial. El síndrome nefrotico congénito es el que mas se asocia a
fenómenos tromboembolicos.
Alrededor del 30% de los pacientes con síndrome nefrótico tienen un moderado deterioro
de la función renal ocasionado principalmente por alteración de la relación entre la presión
oncótica e hidrostática a traves de la membrana de filtración glomerular y a la severidad
de la hipoalbuminemia, que puede producir edemas intersticiales a nivel renal por intensa
extravasación de liquidos.
Mecanismos:
IECA o ARA II
Anamnesis
Exploración física
Anticuerpos antinucleares
Técnicas de imagen
Ecografía renal
Tratamiento
Aunque resulta molesto y motivo de gran preocupación para el paciente, el edema del
síndrome nefrótico no suele tener especial trascendencia clínica. Solo ocasionalmente
puede ser grave y acompañarse de derrame pleural y pericárdico. El objetico del
tratamiento no es tanto el conseguir la desaparición completa de los edemas, sino el
reducirlos a un nivel tolerable.
Medidas dietéticas
La restricción de sal a 2-4 g diarios es una medida eficaz para parar o retardar la
progresión de los edemas.
Medidas posturales
Diuréticos
Hipoproteinemia
Tto de la hiperlipidemia
Cualquier episodio tromboembólico debe tratarse, como en cualquier otro paciente con
heparina sódica o de bajo peso molecular, seguida de anticoagulación oral prolongada
(Warfarina), si bien no se sabe el tiempo que debe mantenerse este tratamiento (de forma
empírica se recomienda al menos 3 – 6 meses y posteriormente, mantener la
anticoagulación hasta que el síndrome nefrótico entre en remisión).
Son necesarios tres aspectos para una buena función renal: Existencia de una
perfusión sanguínea adecuada, integridad del parénquima renal y la permeabilidad
de las vías excretoras. La alteración de cualquiera de estos elementos ocasiona un
deterioro en la función renal.
Clasificación de la IRA
RIFLE: Toma como parámetros el descenso de la TFG y/o la disminución de la diuresis y
la pérdida de la función renal y el tiempo de evolución. La utilización requiere que el
deterioro sea brusco y sostenido a más de 24 horas.
Entre los agentes causales de una IRA prerrenal se encuentran las quemaduras,
hemorragias, vómitos persistentes, diarreas prolongadas, deshidratación, ciertos tipos de
cirugía, insuficiencia cardíaca y shock séptico.
Enfermedad tubulointersticial
La isquemia y los nefrotóxicos inducen daño tubular agudo que en su forma más extrema
conduce a necrosis cortical bilateral y a la insuficiencia irreversible. La exposición de
tóxicos endógenos como exógenos son un fator de riesgo para desarrollar NTA
Es importante orientarnos de acuerdo con los datos obtenidos, valorar si nos encontramos
ante la presencia de una IRA prerrenal, renal o postrenal.
Biopsia renal
Los biomarcadores más estudiados son la lipocalina, cistatina C, KIM-1 y la IL-18. Los
estudios demuestran que el uso de estos marcadores en ciertas situaciones puede indicar
la aparición de IRA 1 o 2 días antes del aumento de la creatinina, de igual forma pueden
correlacionarse con la gravedad de la IRA y/o pronosticar la necesidad de diálisis. Sin
embargo, los resultados son muy variables y dependen de múltiples factores, actualmente
aún se encuentran en estudio.
Balance de potasio: Se debe restringir el potasio en la dieta < 40 mmol/día, suprimir el uso
de diuréticos ahorradores de potasio y de los suplementos que contengan potasio. Se
debe medir constantemente el potasio serio para evitar aumentos bruscos y prevenir la
hiperpotasemia
Equilibrio acido base: Se debe restringir el consumo de proteínas en la dieta con el fin de
evitar la generación de ácidos no volátiles. El tratamiento de la acidosis metabólica
siempre es causal y de debe procurar mantener el pH por encima de 7.2
Complicaciones:
Hipervolemia
Hiperpotasemia
Acidosis metabólica
Hiperfosfatemia
Hipocalcemia
Hipermagnesemia
Hiperuricemia
Anemia
Disfunción plaquetaria
Síndrome urémico
Las indicaciones clásicas para el inicio de la TSR en la IRA son la hipervolemia con
edema agudo de pulmón, hiperpotasemia > 6.5 mmol/l, acidosis < 7.2, hipercalcemia,
hiponatremia o hipernatremia, todo ello cuando no responden a tratamientos médicos
habituales. La presencia de síntomas urémicos como la pericarditis, diátesis hemorrágica,
alteraciones neurológicas, náuseas y vómitos también son una indicación absoluta. La
mortalidad de los pacientes con IRA que requieren TSR es muy elevada asociada a la
gran insuficiencia multiorgánica que se presenta.
En los estadios 1 y 2: debe haber riesgo de una reducción progresiva de la TFG (p. ej., en
la nefropatía diabética acompañada de microalbuminuria o en la enfermedad renal
poliquistica temprana). Este punto es importante para no catalogar como ERC algunos
tipos de lesiones que prácticamente nunca progresan, como los quistes renales simples.
Términos relacionados con los estadios 3 y 4: de la ERC incluyen la insuficiencia renal
crónica (IRC) temprana y tardía, respectivamente, y con el estadio 5, falla renal, uremia o
IRC terminal.
Patogenia y Fisiopatología.
Hipertensión arterial.
Tabaquismo.
Excreción de potasio.
Excreción de hidrogeniones.
Los pacientes con ERC tienen tendencia a retener acido urico y magnesio debido a la
disminución de la capacidad de excretarlos.
CUADRO CLÍNICO
En la ERC temprana los pacientes suelen estar asintomáticos (FG 70-100% del normal).
A medida que la destrucción de las nefronas progresa, disminuye la capacidad de
concentración del riñón y aumenta la diuresis para eliminar la carga obligatoria de solutos.
La poliuria y la nicturia son los primeros síntomas.
Cuando el FG cae por debajo de 30 ml/min aparecen progresivamente los síntomas que
conforman el síndrome urémico: anorexia y náuseas, astenia, déficit de concentración,
retención hidrosalina con edemas, parestesias, e insomnio.
Manifestaciones cutáneas
Los pacientes con ERC avanzada tienen un color de la piel pálido terroso característico.
La palidez se relaciona con la anemia, y el aspecto terroso con la tendencia a la
hiperpigmentación secundaria a los niveles elevados de b-MSH y a la retención de
carotenos y urocromos. En las uñas puede observarse desaparición de la lunula. El prurito
generalizado es frecuente y puede acompañarse de lesiones de rascado; si es intenso, el
paciente suele buscar atención médica porque interfiere en el sueño.
Manifestaciones cardiovasculares
Los trastornos del ritmo cardíaco ocurren con frecuencia debido a alteraciones
electrolíticas, acidosis metabólica, calcificación del sistema de conducción y alteraciones
isquémicas o de disfunción miocárdica. Por último, la pericarditis urémica ocurre en el 6%
al 10% de los pacientes con ERC avanzada antes o poco después del inicio de la diálisis.
Manifestaciones pulmonares
Los pacientes con ERC avanzada pueden desarrollar edema pulmonar de origen
criogénico. También edema pulmonar no cardiogénico, probablemente debido a un
aumento de la permeabilidad capilar secundaria a la retención de toxinas urémicas. Una
manifestación típica de este tipo de edema es el ≪pulmón urémico≫, que se caracteriza
por infiltrados de tipo alveolar en las regiones perihiliares que parecen alas de mariposa.
Las infecciones pulmonares, tanto por organismos típicos como atípicos, son frecuentes
debido a las alteraciones de la inmunidad que ocurren en la ERC.
Manifestaciones neurológicas
Las alteraciones sensitivas suelen manifestarse por parestesias como el síndrome de las
piernas inquietas, que consiste en una sensación molesta en las piernas durante el
reposo que mejora con el movimiento o caminando; también es frecuente el dolor de tipo
quemante en los pies, que puede ser lo suficientemente intenso como para interferir en la
deambulación. Las alteraciones motoras suelen manifestarse por debilidad de las
extremidades, marcha inestable (en parte también por disminución de la sensación
vibratoria) y disminución de los reflejos osteotendinosos.
Manifestaciones digestivas
La anorexia suele ser el síntoma más temprano; puede ser intermitente y, en ocasiones,
se relaciona con algún tipo de alimentos como la carne. Aunque las náuseas y los vómitos
suelen ser de predominio matutino, eventualmente pueden ocurrir a lo largo del día. La
presencia de estos síntomas resulta en disminución de la ingesta, que conduce a una
progresiva malnutrición proteico calórica.
El fetor urémico se caracteriza por un olor amoniacal, urinoso, del aliento que
frecuentemente se acompaña de un sabor metálico de la boca, y que está relacionado
con la transformación de la urea en amonio en la saliva. Conforme avanza la ERC
también pueden aparecer lesiones inflamatorias y/o ulcerativas del tracto digestivo, como
gingivoestomatitis, gastritis, duodenitis, ileitis, colitis o proctitis.
Otras complicaciones son la diverticulosis, que es más frecuente en pacientes que reciben
diálisis y los que tienen enfermedad renal poliquística, y la pancreatitis, que es
relativamente frecuente en autopsias, pero no suele dar lugar a manifestaciones clínicas.
Manifestaciones hematoinmunológicas
A menos que se asocie con deficiencias significativas de hierro o ácido fólico, la anemia
es típicamente normocitica normocrómica y de tipo hipoproliferativo.
Manifestaciones óseas
Las alteraciones del metabolismo óseo y mineral asociadas a la ERC son: a) alteraciones
bioquímicas en los niveles de calcio, fosfato, PTH y metabolismo de la vitamina D; b)
alteraciones del recambio óseo, mineralización, volumen, crecimiento lineal y fuerza, y c)
calcificaciones vasculares y de tejidos blandos.
El término osteodistrofia renal se refiere al conjunto de lesiones óseas que resultan de las
alteraciones del metabolismo mineral, y que incluyen: a) hiperparatiroidismo secundario;
b) osteomalacia; c) enfermedad ósea adinámica, y d) lesiones mixtas.
Otra consecuencia del metabolismo anormal del calcio y del fosfato en pacientes con ERC
avanzada son las calcificaciones metastásicas en arterias, tejidos blandos, articulaciones
y vísceras. Las calcificaciones arteriales suelen detectarse radiográficamente y pueden
afectar a cualquier arteria del organismo.
Diagnostico
Tratamiento
Los objetivos del tratamiento conservador son: 1) tratar la enfermedad causal de la ERC si
es posible, y también las causas reversibles de empeoramiento de la función renal; 2)
implementar intervenciones que retrasan la progresión de la ERC; 3) prevenir y/o tratar las
complicaciones asociadas con la ERC; 4) prevenir y/o tratar las enfermedades
concomitantes, y 5) preparar adecuadamente al paciente para el inicio del tratamiento
sustitutivo con diálisis o trasplante renal. Además, se deben evaluar periódicamente los
fármacos que toma el paciente para evitar los que sean nefrotóxicos, ajustar la dosis de
los que se eliminan por vía renal, medir niveles séricos en algunos casos y comprobar
posibles interacciones medicamentosas.
Para determinar en qué momento se debe derivar a los pacientes con ERC a nefrología,
en general, se recomienda hacerlo cuando la tasa de FG es menor de 30 mL/min (estadio
4), con el fin de permitir una adecuada preparación para el tratamiento sustitutivo con
diálisis o trasplante, a menos que se trate de pacientes mayores de 80 anos sin
indicadores de daño renal o signos de progresión, o que tengan comorbilidad asociada
grave y una expectativa de vida corta (< 6 meses).
Los IECA y los ARA-II se pueden utilizar por su efecto renoprotector, pero siempre con
una monitorización adecuada de la potasemia y, en caso necesario, con medidas
apropiadas para reducir los valores séricos de potasio.