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1. INTRODUCCIÓ N.

LÓ BULO
FRONTAL: ANATOMÍA, 
ONTOGENIA Y FILOGENIA 
1. IMPORTANCIA DEL LÓ BULO FRONTAL 
Paradojas de los ló bulos frontales.  
La primera paradoja es que el ló bulo  frontal es la parte de la
cognició n má s importante que  existe, la que lleva la cognició n má s
compleja  y  si  somos  superiores al  resto de animales es  porque 
lo  tenemos  muy  desarrollado.  Eso  es  cierto,  pero  enseguida  se 
comprobó   que  si  se  lesiona el ló bulo prefrontal la cognició n está
conservada.  
Se  llegó   a  este  punto  gracias  a  las  2  guerras  mundiales.  En 
este  periodo  se construyó   una  batería de  tests  ateó rica (no  hay 
una  teoría  detrá s)  y  no  demasiado  sensible.  No  había  modelos 
teó ricos.  Se  vio  que  muchos  pacientes  con  lesiones  frontales 
no  tenían  déficits  cognitivos,  pero  sí los  problemas  sociales,  de 
motivació n…  Entonces los  científicos  desestimaron  los  procesos 
cognitivos  superiores  como  procesos  estudiables  rigurosamente 
(no sabían estudiarlos), porque eran demasiado complejos para
estudiarlos. 
Pero antes de las guerras ya se conocía el caso de Phineas

Gage: 
El  caso  de  Phineas  Gage  es  uno  de  los  primeros  ejemplos  en  los  que  
una lesión  cerebral  específica  dio  pistas  sobre la función  de  un  área  
particular  del  cerebro.  Gage  tuvo  su  lesión  después  de  un  accidente  
durante  la  construcción  de  parte  de  un  ferrocarril  en  1848  en  
Vermont. Gage estaba poniendo una carga explosiva cuando la carga  
estalló  accidentalmente,  disparando  una barra  de  hierro de  4 pies a  
́
través de su mejilla y la parte superior de la cabeza. Gage sobrevivió, 
pero  con  grandes  daños  en  el  á rea  ventromedial de  sus  lóbulos  
frontales.  Después  del  accidente  Gage  pasó  de  ser  un  capataz  
responsable que trabaja duro a un individuo brutal y caprichoso. Esto  
proporcionó algunas de las primeras pruebas de qué áreas específicas 
de los lóbulos frontales pueden estar implicados en la psicología de la  
emoción y la personalidad. 
Tras el accidente había quedado: 
Brevemente  aturdido,  pero consciente  de  ahí  en  adelante, 
capaz  de  caminar  y  hablar.  Se  convirtió en irresponsable,
desobedecía las convenciones sociales, y "ya no era Gage“.   
Realizó   pequeñ os  trabajos  en  los  EEUU.  Pasó   10  añ os  en  Chile 
trabajando  en  una  línea  de  autobuses, enfermó , regresó a EEUU,
y murió en San Francisco.   
No tenía problemas de movimiento o de habla, el aprendizaje
estaba intacto, y ni la memoria  ni la inteligencia parecía
afectadas.   

¿Qué se aprendió de esto?  


Personalidad pre-accidente: 
Responsable, inteligente, honesto, muy querido por los
compañ eros, "el hombre má s eficiente  y capaz", de acuerdo a los
empleadores.  
Personalidad post-accidente: 
Desinhibido, irreverente, caprichoso, irrespetuoso  con las 
convenciones  sociales, incapaz  de  mantener un trabajo.
Imagen:  
Cerebro  normal  ajustado  con  las  5  
posibles  barras.  La  mejor  está   en  
blanco  (excepto  en  la  B).  Las  á reas  
“evitadas” por el hierro está n en color:  
Broca-amarillo,  motora-rojo,  
somatosensorial-verde,  Wernicke 
azul.  A)  Visió n  lateral,  las  líneas  
numeradas  corresponden  con  las  
secciones  vistas  en  C.  D  y  E)  Visió n  
médica  (pruebas de imagen  (?) de los  
hemisferios  izquierdo  y  derecho,  con  
la barra en blanco. 
En  1999  se  estudió   un  caso  similar,  MGS  un  varó n  de  50 
añ os,  con  una  lesió n  frontal  ventromedial derecha, que
presentaba preservada la cognició n, el pensamiento abstracto y las 
habilidades de resolució n de problemas, pero en contraste
presentaba una gran discapacidad  en  su  competencia  social, 
toma  de  decisiones  y  conducta  social.  También  mostraba  una 
sensibilidad  disminuida  a  los  estímulos  sociales  relevantes,  a 
los  matices  situacionales,  deterioro en su conducta sexual,
pérdida del sentido de la responsabilidad y desinhibició n. Se 
interpretó entonces que la emoció n y la regulació n de la conducta
social dependen del có rtex prefrontal ventromedial. 
En  power:  imá genes  de  á reas  dañ adas  y  tablitas  mostrando 
resultados  normales  en  test  cognitivos  y  de  habilidades 
ejecutivas y  alteraciones  en  la  emocional  (muy  violento,  poco 
empá tico). 
Síndrome Orbitofrontal 
Son lesiones de la parte má s baja del ló bulo frontal y los síntomas
observados son por exceso  (síntomas positivos): risa y llanto
inadecuado (desregulació n de la conducta emocional), por  ello 
tienen  labilidad  emocional  (cambios  de  humor  no  explicados 
por  nada  observable),  desinhibició n (su conducta no  tiene en
cuenta las consecuencias que puede  tener hacerla) y  son
impulsivos y ello lleva a veces a conducta antisocial/delictiva, su
comportamiento sexual  es  inusual  (varias  parejas,  excesivos  en 
sus  prá cticas,  exhibicionismo),  a  menudo  falta  de  conciencia
(son así, pero no se dan cuenta), a veces anosmia y síndrome de
dependencia del  entorno  (IMPORTANTE),  es  decir,  presentan 
síndrome  de  imitació n  (imitar  a  quien  tienen  delante, el rol,
posturas, ecolalia) y conducta de utilizació n (consiste en utilizar los
objetos que  tienen delante, sin poder evitarlo; esta utilizació n no es
improvisada sino que se suele hacer 
con  objetos  que  uno  suele  utilizar),  la  dependencia  del 
entorno  se  puede  definir  de  forma  genérica, implica que a la
hora de tomar una decisió n hay 2 tipos de factores que intervienen 
(estímulo  y  organismo), muchos  estímulos  generan  en  nosotros 
directamente  algú n  tipo  de  reacció n/respuesta,  una  persona  es 
dependiente  del  entorno  cuando  el estímulo  genera  la 
respuesta, y no lo es, y depende de su sistema interno/expectativas
cuando puede modificar la  respuesta (o inhibirla). 
La segunda paradoja es sobre los efectos de las lesiones sobre el ló bulo
frontal. 
La cuestió n es ¿siempre tenemos este síndrome de desinhibició n?
No, a veces tenemos todo lo  contrario.  
Investigando  con  primates,  al  dañ arles  el ló bulo  frontal (David 
Ferrier,  1876)  se  vio  que  el  primate  se  volvía  apá tico, 
aburrido,  adormecido,  en  lugar  de  tener  interés  y  curiosidad. 
También se vio algo parecido en tumores del ló bulo frontal
(necropsia 1880): apatía, lentitud  en la actividad mental, baja
motivació n. Todo esto se empezó a ver de forma repetida cuando 
empezaron a realizarse intervenciones quirú rgicas en pacientes
con trastornos psiquiá tricos. 
Hubo  dos  tipos  de  intervenciones  la  leucotomía  prefrontal  (se 
quita  calota,  y  se  hace  una  lesió n en una parte del ló bulo frontal,
se dejó cuando salió la otra) y la lobotomía transorbital  (paliaba
los síntomas de forma instantá nea), que valía para muchas
enfermedades (ansiedad,  depresió n y esquizofrenia) consistía en
introducir entre parpado y ojo un pica-hielo se daba  un  meneo  y 
a  casa;  esto  convertía  a  los  pacientes  agitados  en  personas 
dó ciles  (como  los  monos). 
Se  había  observado  un  síntoma  parecido  en  algunos  pacientes 
con  lesiones  que  generaban  mutismo acinético, una persona en
que todo el lenguaje son monosílabos, es un trastorno en  el  que 
uno  puede  hacer  frases  pero  pierde  el  interés  por  hablar
(mutismo)  o  moverse (acinesia). 
Se  popularizaron  las  intervenciones  para  paliar estos  síntomas. 
Habla  de  las  imagenitas  caricaturescas. Con  esta  explicació n 
Walter  Freeman  iba  con  el  lobotomó vil  y  todas  las 
personas/familias que querían iban y se operaban. 
Se empezó a erradicar con la aparició n de los fá rmacos
antipsicó ticos y sobre todo cuando un  paciente  falleció   por 
hemorragia  en  la  intervenció n.  Y  se  empezó   a  ver 
consecuencias  negativas del procedimiento ya que no solo no
estaban angustiados sino que tampoco podían  experimentar otras
emociones, ni buenas ni malas, y eran descritos como aburridos,
apá ticos,  indiferentes, sin iniciativa, planos, aletargados, infantiles,
dó ciles, que necesitan ser animados,  pasivos, carentes de
espontaneidad, sin objetivo o propó sito, despreocupados y
dependientes. 
Podían recordar informació n, pero no tenían emociones asociadas a ésta. 
Durante  mucho  tiempo  se  decía  que  los  pacientes  con  lesiones 
frontales  o  bien  quedaban  impulsivos  y  desinhibidos  o  muy 
dó ciles  y  apá ticos.  La  lesió n  se  producía  medial  y  ligeramente
posterior a la zona que produce desinhibició n. Por ello la paradoja
era: una lesió n  producirá bien un polo o el otro. 
RESUMEN: 
Se  sabe  desde  hace  mucho  que  el  ló bulo  frontal  es  importante 
para:  cognició n  social,  personalidad, razonamiento, planificació n,
control ejecutivo y funciones similares, pero no se  ha 
comprendido  con  facilidad  qué.  Se  sabe  que  las  lesiones del 
ló bulo  forntal cambian  a  la  persona (el cará cter) pero no en qué
direcció n. Se sabe que las funciones frontales está n en la  base de
todos los trastornos de personalidad e incluso de muchos
trastornos psiquiá tricos. 
¿Se  podrían descifrar  esas  mismas funciones  para  realmente
identificar  los  tipos  de funciones  cognitivas o representaciones
almacenados en la corteza prefrontal humana? 
2. ANATOMÍA Y FUNCIONES BÁ SICAS DEL
LÓ BULO FRONTAL

El ló bulo frontal está comprendido entre el surco central (o cisura


de Rolando) y la cisura de  Silvio. Se divide en zona motora,
premotora y prefrontal: 
La zona motora ejecuta el movimiento. 
• La zona premotora se encarga de programar el movimiento y
ligarlo con el siguiente  (pensarlos) es muy importante y muy
compleja. Hay algo importante y es que tenemos  miles de
movimientos “guardados” en la corteza premotora. 
• La zona prefrontal se encarga de planificar acciones cuando no sé
qué hay que hacer,  decidir algo cuando no sé qué hay que hacer
y decidir cuá ndo no hay que hacer algo. No es  tomar decisiones
entre cosas que sabes/son conocidas, es má s cuando hay que 
”innovar” o son cosas

infrecuentes. 
Anató micamente se distribuye:  
La  primera  cuestió n  es  qué  movimientos se  han  de  organizar, 

los  má s  claros  son  los  movimientos del cuerpo (área 4), todo
eso se organiza en el área 6 (premotora), a partir  de  ahí  hay 
dos  á reas  que  son  bien  prefrontales  bien  motoras;  el  área 8 se 
encarga  de  controlar el movimiento de  los ojos (buscar es una
tarea que no está claro si es cognitiva o  motora, por eso es
ambiguo si es de una o de otra) y el habla que también es un
movimiento  que  se  debe  programar en  el  área  44  o  de  Broca
(hace  la  articulació n).  Entonces  para  muchos  (profe  entre 
ellos)  son  á reas  premotoras  porque  programan movimientos. 
Todo  lo  demá s son á reas prefrontales. 
El prefrontal contiene en la zona lateral: el dorsolateral (parte
má s superior y lateral) y es  má s-menos 9  y  46, por debajo está el
ventrolateral (debajo  y lateral)  y son 45-44-47 y el 
orbitofrontal la 11. Esto es una forma de clasificarlo.
En la zona medial está el dorsomedial (error en la imagen) y
siguen siendo área 9 y la parte  de abajo el orbitofrontal que
también llamado ventromedial (áreas 11 y 12). El á rea 10 se 
separa porque es especial, sirve para resolver los problemas má s
complicados, las que tienen  que tener en cuenta má s factores. Y en
la cara medial está el cingulado  anterior, que NO es  frontal,  no 
pertenece  a  ningú n  ló bulo,  es  una  entidad  propia 
funcionalmente  diversa  y  su  funció n  es  ú nica  pero  la  hace  a 
diferentes  niveles  a  lo  largo  de  su  zona  anterior,  media  y 
posterior. 
La parte medial se dedica a asuntos internos (cuando hay una voz
que nos habla a nosotros  mismos).  La  parte  lateral  es  asuntos 
externos,  tratamiento  de  estímulos. Ambos  estados  luchan por
imponerse. 
El  eje  anteroposterior  evoluciona:  control  motor  > control
cognitivo  > control  emocional/social.  
3. DESARROLLO FILOGENÉ TICO
DEL LÓ BULO FRONTAL Existen dos
visiones en cuanto a la evolució n del cerebro: 
1. EXPANSIÓN DEL CÓRTEX PREFRONTAL (MEDIDAS
CUANTITATIVAS) 
Conforme avanzamos en la escala  filogenética el ló bulo  frontal es
cada  vez má s grande, por  tanto se ha pensado que ese mayor
tamañ o, y el aumento consiguiente de las interconexiones  entre
esta regió n y otras del cerebro, es lo que nos hace superiores al
resto de las especies.  Esto  sugiere  que  los  seres  humanos 
podemos  tener  una  mayor  capacidad  para  integrar  informació n
en todas las modalidades en comparació n con monos y primates. 
Esto no está tan claro: en las primeras medidas se relaciona el
porcentaje de có rtex ocupado  por  el  ló bulo  frontal.  También  se 
vio  el  porcentaje  de  incremento  de  á reas  cerebrales  en 
relació n  a  primates. Datos  posteriores, que  hablan  del  tamañ o 
relativo  del  có rtex frontal  respecto a la superficie o al volumen de
los hemisferios, reflejan que no es tanto el aumento.  Robert 
Barton  publicó   que  nuestro  ló bulo  frontal  no  es  tan  grande 
(todo  depende  de  las  fronteras, pero se ve que no es tan grande). 
2. REORGANIZACIÓN CUALITATIVA DE LA CORTEZA PREFRONTAL 
Se plantea entonces que sea algú n á rea concreta del ló bulo
prefrontal, o que no haya cambios  en  volumen,  sino  conexiones
que  nos  permitan  ser mejores,  tener  habilidades  que  otros  no 
tienen,  pero  también  es  posible  que  nuestra  corteza  prefrontal 
haga  cosas  que  la  de  los  animales no hace, es decir, cambios
funcionales. Una funció n que cambia claramente es que el 
cingulado anterior (las á reas dorsolateral izquierda y derecha y el
cingulado anterior han sido  objeto de reorganizaciones de  fondo
durante la evolució n humana) hace cosas distintas que  en
animales  (nos avisa de  qué cosas son importantes  y en los
animales no); esto  resulta en  una mejora en la capacidad de
inhibir las respuestas basadas en heurísticas evolucionadas (lo  que
anteriormente había sido ú til y habíamos aprendido) y en su lugar
permiten representar  internamente y manipular mentalmente
informació n ecoló gica y social explícita (concreta) y  tenerla
consciente en la memoria de trabajo. 
Nosotros  nos  aseguramos  de  que  lo  que  vamos  a  hacer  es  lo 
que  queremos  (controlamos),  tenemos  capacidad  de  inhibir, 
nuestra  tendencia  natural  es  inhibir  lo  que  vamos  a  hacer. 
Inhibició n/supervisió n nos dan una selecció n de las conductas
adecuadas. 
Sobre la primera hipó tesis, que algú n á rea concreta se haya
desarrollado má s, parece que el  á rea 10 es  tochísima en el ser
humano, comparando con otros animales. Otra posibilidad es  que
sea el á rea 44 (Broca), concretamente que tengamos asimetría
entre hemisferios, pero se  ha visto que la asimetría en el tamañ o
del á rea entre derecha izquierda se da en los animales  también y
no determina que seamos superiores. 

Robert  Barton  desmiente  todo  esto 

y  
plantea que es la sustancia blanca la que  
determina  la  “superioridad”  del  ser  
humano y para  demostrarlo  habla  de  5 
fascículos. 
El  primer  haz  importante  es  el  tracto  
uncinado,  uno  muy  importante  para  la  
emoció n  ya  que  conecta amígdala  e  
hipocampo  con  el  ventromedial.  En  
simios  y  humanos  son  “iguales”  
empiezan  y  acaban  en  los  mismos  
lugares. 
El  cíngulo empieza  en  hipocampo  y  
acaba  en  el  prefrontal,  tanto  en  simios 
como humanos,  aunque  en  humanos  
tenga  algunas  ramificaciones  má s  
posteriores. 
Con  el fascículo  longitudinal  superior 
ocurre  algo  parecido. Conecta  á reas  
temporales  posteriores  con  á reas  
frontales  (corteza  premotora  y  

prefrontal). 
Los  que  sí  son  diferentes  son  el  
fascículo  arqueado,  que  es  el  del  
lenguaje.  Este  fascículo  empieza  en  el  
á rea  de  Wernicke  y  acaba  en  la  de  
Broca. En animales no acaba en la 44. Y  
el  fronto-ocipital  posterior  (inferior), 
que  es  diferente  por  donde  empieza,  
porque  en  humanos  empieza  casi  en  el  
sentido  visual  (muy  occipital) que  en  
humanos  empieza  en  occipital  también  
mucho  má s  posterior  que  en  animales.  
Ambos conectan el sentido visual con lo  
frontal  y  en animales  no  lo  conectan,  
por  lo  que  los  humanos  podemos  
aprender  respuestas  directamente  
desde  el  sentido  visual.  Desde lo  visual  
podemos responder y aprender. 

RESUMEN: 
Los datos de la evolució n del cerebro indican la importancia de la
corteza prefrontal para el  desarrollo  de  las  funciones  que  son 
ú nicamente  humanas,  pero  estos  cambios  son  má s  cualitativos
y funcionales que cuantitativos, y má s en zonas concretas que un
cambio general. 
También sugiere que la corteza prefrontal humana es un "trabajo en
progreso". 
4. DESARROLLO ONTOGÉ NICO DEL LÓ BULO
FRONTAL 
A  la  hora  de  aprender,  conforme  ganamos  experiencia 
sabemos  má s  cosas  y  conforme  aprendemos  nuevas  cosas,  el 
cerebro  no  incorpora  sino  que  pierde.  El  aprendizaje  implica 
eliminar vías alternativas de
aprendizaje. 

En  el  desarrollo  visto  mediante  resonancia  se  puede  observar 


que  el  cerebro  se  hace  má s  grande,  sobre  todo  de  los  0  a  2 
añ os  y  un  poco  menor  de  2  a  10;  y  por  otro  lado  se  va 
clarificando  y  ofrece  unas  conexiones iniciales,  en  las  cuales 
todo  es  posible  y  conforme  se  adquiere experiencia se van
dejando solo aquellas conexiones que nos son ú tiles. 
Al nacer hay 1-2 añ os de crecimiento neuronal tremendamente
importante (AKA proliferació n  neuronal  temprana)  porque  se 
hace  con  una  experiencia  muy  variada  (vemos,  oímos,  nos 
movemos…)  que  influye  en  el  desarrollo.  A  partir  de  ese 
momento  solo  perdemos,  y  sobre  todo (a una ratio muy
pequeñ a) conexiones entre neuronas por un principio bá sico de: lo
que  no  se  usa  no  vale. No  parece  que  el  mecanismo  sea 
generar  nuevas  conexiones.  Se  puede  observar el crecimiento en
direcció n medial-
lateral. 

La  arquitectura básica del cerebro se construye a  través de un


proceso que empieza antes del  nacimiento  y  continua  en  la 
adultez.  Durante  los  primeros años,  700  nuevas  sinapsis  son 
formadas cada segundo. Tras un periodo de rápida proliferación, las
conexiones se reducen en  un  proceso  llamado  poda,  para  que 
esos  circuitos  cerebrales  se  vuelvan  más  eficientes.  Las 
experiencias tempranas afectan la naturaleza y calidad de la
arquitectura cerebral en desarrollo  determinando  qué  circuitos 
son  reforzados  y  cuales  podados  con  la  falta  de  uso.  Algunos 
se  refieren a esto como “úsalo o piérdelo” (“use it or lose it”). 
Hay  un  desarrollo  lento  pero  constante  de  los  planes,  el 
pensamiento  adaptativo,  el  conocimiento  de  esquemas,  las 
funciones  de  inhibició n  de  las  conductas  impulsivas,  y  la 
cognició n social. Algunos argumentan ahora que la corteza
prefrontal en realidad no madura  hasta finales de los añ os 20
(basada parcialmente en los aspectos culturales y limitaciones del 
medio ambiente).  
Los  volú menes  cerebrales  siguen  la normal,  con  el  pico  en  los 
2-3  añ os,  a  partir  de  ahí  se  pierde.  Perder  lo  que  no 
utilizamos  es  bueno  porque  el  cerebro  hay  que  alimentarlo  y 
el  consumo  es  menor  con  la  adaptació n. Todo  el  mundo  pierde 
de  una  forma  muy  parecida,
sobre todo al hablar de funciones cognitivas y sensoriales bá sicas,
pero en el ló bulo frontal ya  no somos tan iguales. 
Los ritmos de pérdida son muy distintos entre zonas del cerebro.
La parte medial del cerebro  crece antes que la lateral (la voz
interna es antes que el desarrollo debido a la experiencia con 
estímulos externos, sobre todo a nivel frontal) ya que si no tengo la
capacidad de explicarme a  mi  mismo  lo  que  ocurre 
externamente  no  se  puede  aprender;  primero  aprendo  a 
autoevaluarme  o  evaluar  lo  que  pasa  y  luego  ya  puedo 
evaluar  lo  que  pasa  fuera  en  comparació n  conmigo.  Luego  se 
empiezan  a  desarrollar  poco  a  poco  el  razonamiento,  el 
pensamiento, qué esquemas me funcionan, qué conductas debo
inhibir y cual es la cognició n  social. Si la cognició n social la
adquiriésemos a los 6 añ os nos quedaríamos con esquemas de 6 
añ os,  hemos  de  pasar  de  infancia,  adolescencia  donde  se 
hacen  pruebas  de  hasta  donde  aguantamos, probamos
experiencias extremas.  
Ocurre que en algunas personas la parte medial no se desarrolla del
todo, en el autismo por  ejemplo que  tienen problemas en  todas
las esferas es porque  tienen problemas en la esfera  central  (la 
medial,  la  autoevaluació n).  El  autismo  tiene  un  hiperdesarrollo 
inicial,  con  hiperconexiones entre todo el cerebro (mayor
desarrollo de la sustancia blanca) que un niñ o  normal,  si  en  el 
momento  de  los  1-3  añ os  está   desarrollado  no  está   preparado 
para  el  desarrollo medial y entonces no pueden evaluar el exterior
(porque no han podido a evaluar  lo  interior  primero)  y  no 
pueden  aprender  autorregulació n,  emociones  y  finalmente 
otras  funciones má s complejas. 
¿Có mo  evoluciona  la  sustancia  gris  en  relació n  a  la  edad? 
Crece  y  empieza  a  decrecer.  La  sustancia blanca tiene un
crecimiento rá pido y se mantiene (porque la sustancia blanca tiene 
otras  cosas  que  ””sustituyen””)  y  el  LCR  se  pierde  un  poquito 
pero  se  mantiene.  Cuando  tenemos  esta modificació n  de la 
sustancia  gris,  no  ocurre  por igual  en  todo  el  cerebro,  hay 
zonas  en  las  que  es  sú per rá pida,  otras  lenta  y  otras mucho
má s  lenta.  Esto implica  que  el  desarrollo de ciertas zonas está
muy ligado a la experiencia y otras muy poco. Las trayectorias  de 
maduració n  cerebral  típica  son  similares  en  los  3  componentes 
cerebrales.  Así,  hay  un  rá pido desarrollo de la sustancia gris y
blanca; pero mientras la primera va disminuyendo en  volumen
lenta y progresivamente, la segunda se incrementa de esa misma 
forma. El LCR va  aumentando muy ligeramente, manteniéndose
má s o menos

estable. 
En visió n  y  oído,  el  sistema  motor…  hay  un  
crecimiento  exponencial  inicial  y  enseguida  
empieza  a  perderse,  por  ello  es  muy  poca  la  
variabilidad  entre  nosotros,  porque  hay  muy  
poco tiempo de exposició n a la experiencia.  
Las zonas de lenguaje crecen en los 9-10 meses  
iniciales  y  después  cuando  empieza  a  bajar  es  
cuando  empieza  a  desarrollarse la  habilidad 
(es cuando se incluye la experiencia) y coincide  
con  los  10-12  meses,  que  es  cuando  
empezamos  a  hablar.  El  lenguaje  es  la  
herramienta para comprender. 
La  tercera  curva (ló bulo  frontal),  son  las  funciones  cognitivas 
superiores.  La  creació n  de  conexiones  en  este  tipo  es 
muchísimo  má s  lenta  (sobre  los  14-15  meses)  ahí  ya  tenemos 
experiencia  y  por  tanto  somos  capaces  de  tener  experiencias 
que  sirven  para  que  esto  se  module. A  partir  de  ese  pico  los 
cambios  son  enormes.  Para  que  esto  se  desarrolle  es  necesario
que los sentidos y el lenguaje se hayan desarrollado
adecuadamente (son el sistema  de evaluació n de los procesos).
Como es la sustancia gris desde los 5 hasta los 20 añ os. Se observa
que la pérdida de sustancia  gris es enorme. Y fijá ndonos en las
zonas en que má s sustancia gris hay es la parte frontal del  ló bulo
frontal (prefrontal) y es donde má s se pierde
también. 

En estudios  que empiezan antes  (con el  nacimiento) los  cambios 


hasta los  18 añ os  son  que  hay má s sustancia gris en la prefrontal 
y en á reas del lenguaje  (temporal) porque es lo que  está   por 
desarrollar.  De  0  a  54  meses,  las  zonas  donde  hay  mayor 
cambio  en  volumen  de  sustancia gris es solo la zona medial, hasta
esa edad solo se dan en esa zona porque en ese  momento tenemos
que aprender a autorregularnos, a decirnos cosas. 
4.1. ENVEJECIMIENTO 
Cuando  empieza  a  envejecerse  el  cerebro,  la  primera  funció n 
que  se  altera es  manejar las situaciones de multitarea (incluso
cuando las modalidades de entrada son distintas) y sobre  todo
hacerlas  bien.  Cuanto  mayor  sea  la  coincidencia  temporal 
entre  las  tareas,  peor  es  el  rendimiento.  
Envejecer aumenta la variabilidad en tareas de velocidad, sobre
todo cuanto má s difícil es la  tarea,  pierden  capacidad  física  y 
sobre  todo  precisió n  física.  La  pérdida  de capacidad  se  ve 
como un aumento de variabilidad (a veces má s rá pidos otras má s
lentos). 
El envejecimiento hace que sea má s difícil de recordar el origen de
la informació n, es decir el  lugar  y momento en  que eso  pasó  
(saben  que  pasó , pero  no  cuá ndo  ni  dó nde) eso les  hace  dudar 
y  perder  autoestima.  Las  funciones  ejecutivas  que  requieren 
procesamiento  de  secuencias o temporales van decayendo
lentamente - en particular implicando PFC derecho.   
Estos 3 procesos son frontales y de alto nivel. 
Lo  que  ocurre  es  pérdida  de  sustancia  gris  de  forma  un  poco
má s  acelerada,  y  en  el ló bulo  frontal se pierde antes. 
Las zonas rojas es donde má s se pierde,  frontal y á reas
temporoparietales, de comprensió n,  de lenguaje casi. El ló bulo
frontal es el ú ltimo en desarrollarse y el primero en perderse.
RESUMEN: 
Se produce la proliferació n durante 2 añ os y la posterior poda
neuronal durante muchos añ os.  Este  proceso  se  asocia  a  el 
desarrollo  del  lenguaje  y  la  autorregulació n.  Una  vez  que  se 
desarrolla el lenguaje se desarrollan el resto de capacidades 
frontales, de  forma prolongada  en  el  tiempo  (adolescencia  o  un 
poco  má s).  A  partir  de  ahí  hay  pocos  cambios,  con  una 
pérdida  mostrada en estudios  longitudinales  con  RM por tasas 
de  atrofia  global  en  las  personas sanas: tasa anual de 0,2% al añ o
a la edad de 30-50 añ os, 0,3 -0,5% a los 70 -80añ os.  
Mientras que la pérdida de sustancia blanca era difusa, los cambios
en sustancia gris son má s  pronunciados en la corteza frontal y
parietal (en á reas de asociació n) en comparació n con los  ló bulos
temporal y occipital.  
Sin  embargo,  muchas  personas  sanas  en el  rango  de  edad  de 
60  a  80  añ os  tienen  tasas  de  pérdida cerebral só lo ligeramente
por encima de personas má s jó venes. Se está n estudiando  los
factores que determinan esto. 

5. CONECTIVIDAD DEL LÓ BULO FRONTAL 


(uno de los puntos má s importantes) 
Vamos a esquematizar la conectividad del ló bulo frontal con el resto del
cerebro.  
El primer grupo de conectividades son las

del  
ló bulo  frontal con  la  corteza  no  límbica,  
después  con  estructuras límbicas,  con  los  
ganglios basales y por ú ltimo una interna, en  
forma de U, en el ló bulo frontal. 
Las  vías  largas,  de  asociació n,  con  zonas  no  
límbicas, sobre todo desde la zona prefrontal  
DORSOLATERAL  (solo con esa) hacia  toda la  
parte  posterior  del  cerebro  (por  eso  se  
llaman  conexiones  largas)  y  van  a  parar  a  
zona  parietal, occipital  e  incluso  temporal  
posterior. 
Las conexiones  límbicas  o  cortas,  conectan 
orbitofrontal  medial  con  hipocampo  y  
amígdala. 
Hay 2 grandes conexiones a nivel cortical, las masivas-largas a todo
el resto del cerebro y las  cortas-límbicas.  Todo  el  procesamiento 
emocional  se  tiene  en  las  conexiones  cortas  (luego  matizamos)
y todo el resto (las largas) llevan el procesamiento cognitivo, las
tareas cognitivas,  las  acciones  atencionales,  de  memoria  de 
trabajo… está n  en  las  conexiones  largas  (que  cuantitativamente
son la mayoría del cerebro). Si comparamos la capacidad cognitiva
con el  procesamiento  emocional  vemos  que  hay  uno  muy 
bueno  (el  cognitivo)  y  uno  cutre (el  emocional). 
Ademá s  de  estas  tenemos  dos  conectividades  má s.  Una  son  lo 
ganglios  basales  que  son  fundamentales  en  el  desarrollo 
humano.  Está n conectados  con  todas  las  partes  del  ló bulo 
frontal, lo  que no está   tan  claro es  qué funció n  hacen, 
habitualmente  se  dice  que  regulan el  funcionamiento frontal,
pero esto de regular es un poco ambiguo. 
Y por ú ltimo las conexiones intrafrontales (dentro del ló bulo
frontal) y conectan dos zonas, las  mediales con las laterales. Estas
conexiones, en  forma de U, sirven para ser la lucha entre el 
procesamiento interno y el externo, para determinar cual de los dos
predomina.
– CONEXIONES NO LÍMBICAS 
Desde  la  zona  DORSOLATERAL  (9,  46)  a  toda  la  parte 
posterior  del  cerebro:  parietal,  temporal,  occipital.  Lo  hacen  a 
nivel  lateral (no  medial).  Sirven  para  planificar  y  evaluar  la 
acció n  a  realizar  cuando  tenemos  estímulos  externos.  Todo  el 
abordaje  de  los  estímulos externos que hacemos momento a
momento se hace con el sistema de conexiones largas. Dan 
capacidades  cognitivas  para  interactuar. La má s  importante  de 
estas  conexiones  es  la  de  zonas  dorsolaterales  con 
parietooccipitales  a  través  del  fascículo  longitudinal 
superior;  otra es el fascículo fronto-occipital inferior, y el
tercero el del lenguaje (el arcuato). 
Hace un tiempo se hizo una revisió n  
de  la  funció n  del  dorsolateral  y  
primero  se  vio  con  quien  estaba  
conectado.  Está   conectado  
directamente  con  todo  el cerebro  
excepto  dos  áreas (está conectado  
con: cingulado,  con la  ventromedial,  
zonas  motoras,  con  el  orbitofrontal,  
con  el  parietal/occipital,  parietal  
posterior  y  temporal  inferior)  
hipocampo (procesa  recuerdos)  y  
amígdala (procesa  emoció n).  La  
acció n del dorsolateral está pensada  
para  procesar  cognitivamente  sin  
influencia  de  la  emoció n  ni  de  los  
recuerdos. 

– CONEXIONES LÍMBICAS 
La diferencia fundamental, la idea de esta conectividad, es utilizar
los estímulos internos. Esto  permite tomar  decisiones de lo  que 
pasa,  el  procesamiento  emocional  es  fundamental  para 
adaptarse,  y  dar  respuestas  adecuadas  (por  ejemplo 
socialmente). Hay  dos fascículos  para  esta  vía interna:  el 
uncinado:  desde  la  amígdala  hasta  el  có rtex orbitofrontal 
(lleva  el  procesamiento emocional  rá pido) que a  veces es incluso
inconsciente.  La vía del cingulado 
sale de hipocampo y analiza los estímulos con el objetivo de
recordarlos, y generan la emoció n  también de forma indirecta
porque los eventos emocionales son los eventos que recordamos. 
Cuando recuerdo algo es porque me ha emocionado. Estos son
recuerdos episó dicos. 
Recordar  algo  nos  sirve  de  experiencia,  y  esa  experiencia  se 
utiliza  para  resolver  las  situaciones. El  hecho  de marcar  cosas
emocionalmente  sirve para poder  recordarlas  y en el  futuro 
poder  afrontarlas. El  recuerdo  permanecerá   en  el  cerebro 
cuantas  má s  veces  lo  expliques o te lo expliques a ti mismo. 

– GANGLIOS BASALES 
Los ganglios basales sirven para automatizar conductas relevantes.
Los ganglios basales son  casi indestructibles. Conductas que llevan
son: andar, ir en bicicleta. Recuperar el aprendizaje  cuando se
abandonan estas conductas cuesta muy poco, porque ha sido muy
importante para  el sujeto (dejas 2 añ os de ir en bici, y en 10
minutos vuelves a hacerlo bien). No solo afecta a  los programas
motores, también a los cognitivos (aprenderse las preposiciones
por ejemplo,  los rezos) e incluso a nivel emocional (por ejemplo,
algunos de nosotros tenemos una  fuerte  experiencia de llorar ante
películas).
Los circuitos de los ganglios basales son 5. Se regulan de forma
independientemente 5 cosas  distintas: los movimientos, la
conducta  oculomotora, dorsolateral,  orbitofrontal  y cingulado,  es
decir todas las conductas. Las cosas que me motivan son siempre
las mismas, cambiando el  estimulo reforzador (la recompensa). 
Estos generan la memoria procedimental. Algo ocurre una vez y
“digo” esto es importante (se  “dice”: estudiando elaborando) y
cuando lo rememoro y rememoro, la “hago” importante y es 
cuando lo fijo. 
La parte motora tiene su vía especial, pero también tienen su punto
el resto. El orbitofrontal determina  nuestra  forma  de  responder 
a  estímulos  emocionales  y  esto  es  en  parte  nuestra 
personalidad,  nuestra  conducta  social,  emoció n,  inhibició n  de 
respuesta.  El  dorsolateral determina  nuestro  funcionamiento 
cognitivo,  ejecutivo,  la  capacidad  de  planificació n,  atenció n,
memoria de trabajo. El del cingulado anterior gestiona la
iniciativa, la motivació n,  permite explicar que hay gente que
encuentra estímulos motivantes por todos lados y gente  que no le
gusta nada: la diferencia está en los ganglios basales, que son má s
pequeñ os en los  hiperactivos, drogadictos, estímulos sexuales
(gente que busca má s experiencias). 

RESUMEN: 
Lo que normalmente hacemos es suprimir aquellas conductas que
no queremos hacer y para  estos mecanismos de decisió n de
respuesta tenemos 3 sistemas el má s importante es el que  nos da
herramientas para responder ahora. El sistema má s complejo y
elaborado es el de la  dorsolateral.  A  parte  de  eso  tenemos  dos 
sistemas  adicionales,  el  de  responder  a  estímulos 
emocionales  con  el  objetivo  de  preveer  en  el  futuro la 
respuesta  a  estímulos tan  complejos  como los emocionales, aquí
no hay un sistema fijo, hacemos conductas improvisadas, basadas 
en experiencia y forma de ser, porque no son grandes sistemas.
Tenemos que las relevantes se  guardan  para  que  sirvan  para  el 
futuro.  Y  por  ultimo  los  ganglios  basales,  que  son  los má s 
listos que dicen que aquello que repites y haces bien, se queda
grabado, pero tienes que tener  esa  experiencia  instrumental  de: 
lo  hago,  me  va  bien. si  esto  lo  aplicamos  a  las  tablas  de 
multiplicar, esas si son ú tiles. 

– CONEXIONES EN FORMA DE U 
Conectan có rtex prefrontal lateral con có rtex prefrontal medial.
Estas conexiones son de tipo  inhibitorio (como casi todas las del
cerebro, por cierto), esto significa que la parte lateral y la  medial se
inhiben mutuamente. Si estas atendiendo a un estímulo externo es
mejor no tener  interferencia  del  interno,  y  al  revés. En  general 
el  procesamiento  externo  es  má s  predominante que el interno. Si
está tan de moda el Mindfulness es porque vivimos un mundo  en el
que los estímulos externos nos dominan. 

6. METODOLOGÍA 
El método ideal para estudiar el cerebro humano es aquella imagen
que tiene alta resolució n  temporal, que cuando tenga el estímulo
vea la respuesta (la RMf mide a los 2-6s), que tenga la  mejor 
resolució n  espacial  (pixeleeees),  que  no  fastidien  la  salud 
(poco  invasivos),  que  permitan establecer causa-efecto, que sea
barato. No hay ninguno que cumpla TODO esto. 
El método má s  fructífero  son las lesiones  cerebrales  (ha  habido 
y  hay muchísimas)  pero la  resolució n  espacial  y  temporal  son
muy  pobres,  afectan mucho  tejido  y  se  produjeron  hace  tiempo.
La  siguiente  son  el  PET/SPECT,  el  PET mide  una  respuesta  no
muy  bien  localizada  y  tarda  bastantes segundos. La mejor técnica
a nivel espacial es la RMf, excesivamente precisa pero la  resolució n
temporal es muy pobre (2-6 segundos). 
La  estimulació n  magnética  transcraneal  es  una  técnica  que 
crea  causalidad,  porque  está s  aplicando  en  las  personas  sanas 
una  lesió n  específica  temporal,  se  inactiva  una  zona  del 
cerebro muy concreta durante un tiempo (segundos a minutos). 
Las  que  tienen  muy  buena  resolució n  temporal  y  mala 
espacial.  La  magnetoencefalografía  tienen muy  buena resolució n
temporal  y  si  a  la  vez  haces  una  resonancia  tienes  la  mejor 
resolució n espacial. 
La  electrofisiología,  la  EEG  y  la  MEG  sirven  para  nivel  cortical, 
las  profundas  no  las  miden  bien. El consumo a demanda lo miden
el PET el NIRs la RM. 
Se pueden clasificar también segú n si adquieren por superficie o
tomográ ficamente. 

RMf (MRI) 
Tiene un problema y es que mide la respuesta que hay  
en  los  capilares  sanguíneos.  Pero  hay  zonas  que  no  
son  buenas  para estudiar  con  RMf,  porque  hay  mala  
señ al porque hay hueso.  
En  las  zonas  violetas  la  respuesta  no  se  está   
registrando,  y  es  por  ejemplo la  zona  orbitofrontal  y  
con ello nos estamos perdiendo la zona má s compleja  
del  cerebro  humano,  también  la  amígdala  por  
ejemplo… las zonas má s interesantes en psicología. 
Para  medir  eso  puedes  usar  el  PET,  pero  el  PET  usa  
sustancias  radioactivas. Provocació n  de  síntomas  en  
TOC (groguet  i  roig).  Técnica  importante  en  
patologías del SNC con  los marcadores

específicos. 
En  continua  evolució n  el  desarrollo  de  nuevos  
trazadores. La  baja  resolució n  espacial  y  temporal  
dificultan su  aplicació n  en  tareas  cognitivas, má s  la  
invasividad  desaconsejan  utilizarlo  para  estudiar  
tareas  cognitivas.  Aunque  es  gold  está ndar  para  
estudio de zonas orbitofrontales.  
NIRS: near infrared spectroscopy (optical topography) 
El  NIRS  es  una  resonancia  funcional  de  ir  por  casa.  
Solo  puedes  estudiar  un  trocito  del  cerebro  (donde  
está   la  cinta)  y  la  ventaja  es  que  te  permite  estudiar  
cuando está el sujeto en movimiento 
Utilizando  detectores  sensibles  a  la  luz  se  mide  la  intensidad 
con  la  reflectancia  de  la  luz.  Debido  a  que  la  hemoglobina 
oxigenada  en  sangre  absorbe  má s  que  la  desoxigenada,  la 
reflectancia es indicadora de la actividad de una zona concreta del
cerebro.  
Es difícil encontrar pacientes SOLO con lesiones frontales.

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