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CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA LIMA - Sistema de

Notificaciones Electronicas SINOE


SEDE LA MAR,
Asistente De Secretario De Sala:LUNA ARNAO Cynthia Vanessa FAU
20159981216 soft
Fecha: 01/02/2022 18:46:11,Razón: NOTIFICACIÓN
JUDICIAL,D.Judicial: LIMA / COMERCIALES,FIRMA DIGITAL

PODER JUDICIAL DEL PERU 01/02/2022 18:46:09


CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA CEDULA ELECTRONICA Pag 1 de 1
LIMA
Número de Digitalización
Sede La Mar
0000018829-2022-ANX-SP-CO
Av. La Mar N° 1027 - Santa Cruz - Miraflores

*420220040602012087371817839000*
420220040602012087371817839000H01
NOTIFICACION N° 4060-2022-SP-CO
EXPEDIENTE 08737-2012-0-1817-JR-CO-12 SALA 1° SALA COMERCIAL
RELATOR VARGAS AVELLANEDA, JORGE LUIS SECRETARIO DE SALA CONDOR CANALES, CECILIA
MATERIA TERCERIA
DEMANDANTE : VILLAMAR DE RODRIGUEZ, ALEJANDRA MIRTA ELEANA
DEMANDADO : GAMARRA POLAR, DANIELA LUCIA
DESTINATARIO GAMARRA POLAR GABRIELA ISABEL

DIRECCION : Dirección Electrónica - N° 116043

Se adjunta Resolución VEINTITRES de fecha 27/01/2022 a Fjs : 23


ANEXANDO LO SIGUIENTE:
--------

1 DE FEBRERO DE 2022
CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA LIMA - Sistema de
Notificaciones Electronicas SINOE
SEDE LA MAR,
Vocal:RIVERA GAMBOA Miguel Angel Benito FAU 20159981216 soft
Fecha: 28/01/2022 13:25:28,Razón: RESOLUCIÓN JUDICIAL,D.Judicial:
LIMA / COMERCIALES,FIRMA DIGITAL

CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA


LIMA - Sistema de Notificaciones
Electronicas SINOE

SEDE LA MAR,
Vocal:MARTEL CHANG Rolando
Alfonzo FAU 20159981216 soft
Fecha: 28/01/2022 13:49:11,Razón:
RESOLUCIÓN
JUDICIAL,D.Judicial: LIMA /
COMERCIALES,FIRMA DIGITAL

CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA


LIMA - Sistema de Notificaciones CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA
Electronicas SINOE

SEDE LA MAR,
PRIMERA SALA CIVIL SUBESPECIALIDAD COMERCIAL
Vocal:PRADO CASTAÑEDA ANA
MARILU /Servicio Digital - Poder
Judicial del Perú
Fecha: 28/01/2022 15:52:15,Razón:
RESOLUCIÓN
EXPEDIENTE JUDICIAL 08737-2012-0-1817-JR-CO-12
JUDICIAL,D.Judicial: LIMA /
COMERCIALES,FIRMA DIGITAL
DEMANDANTE : ALEJANDRA MIRTA ELEANA VILLAMAR DE
RODRIGUEZ
DEMANDADO : POLYANA DEL CARMEN GAMARRA POLAR
CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA
LIMA - Sistema de Notificaciones ANA MARIA DEL CARMEN POLAR ECHEANDIA
Electronicas SINOE
DANIELA LUCIA GAMARRA POLAR
SEDE LA MAR,
Secretario De Sala:CONDOR
MARIA ALEJANDRA RODRIGUEZ VILLAMAR
CANALES Dora Cecilia FAU
20546303951 soft PABLO SEBASTIAN HECTOR RODRIGUEZ VILLAMAR
Fecha: 28/01/2022 22:32:29,Razón:
RESOLUCIÓN MATERIA : TERCERIA EXCLUYENTE DE PROPIEDAD
JUDICIAL,D.Judicial: LIMA /
COMERCIALES,FIRMA DIGITAL

MARTEL CHANG
RIVERA GAMBOA
PRADO CASTAÑEDA

RESOLUCIÓN NÚMERO VEINTITRÉS.-


Lima, veintisiete de enero
del dos mil veintidós.-

AUTOS Y VISTOS:

Habiendo analizado y deliberado la causa conforme al artículo 133 del


Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial,
interviniendo como ponente el señor Rivera Gamboa, este Colegiado
Superior emite la presente resolución; y,

CONSIDERANDO:

Resolución apelada.
PRIMERO: En mérito al recurso de apelación formulada por las
codemandadas Ana María del Carmen Polar Echandía, Gabriela Isabel
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Gamarra Polar y Polyana del Carmen Gamarra Polar, es materia de
grado la sentencia contenida en la resolución número 13 de fecha 06 de
febrero de 2015 del 2015, que declaró fundada la demanda de tercería
de propiedad; en consecuencia consentida o ejecutoriada que fuera la
presente, ordena que se levante la medida de embargo en forma de
inscripción que recae sobre el inmueble ubicado en Jirón Frederic
Chopin (antes Calle 3) No. 405-409, constituido por el lote 09 De la
Manzana BA, Urbanización Los Álamos de Monterrico, Primera Etapa,
Distrito de Santiago de Surco, Provincia y Departamento de Lima
inscrito en la ficha No. 1127468 y continuada en la Partida No.
44611848 de la Oficina Registral de Lima, ordenado mediante
resolución número dos de fecha 14 de diciembre de 2009, con costas y
costos, exonerándose del pago de los mismos solo a los codemandados
Polyana del Carmen Gamarra Polar, Ana María del Carmen Polar
Echeandía, Daniela Lucía Gamarra Polar y Gabriela Isabel Gamarra
Polar.

Argumentos de la apelación
SEGUNDO: Sostiene la parte apelante:

a) Que el Juzgado debió de declarar infundada la demanda


atendiendo que el título con el que concurre la tercerista no tiene
fecha cierta, ya que si bien el mismo fue presentado ante la
Notaria para su elevación a Escritura Pública, el trámite no llegó
a efectuarse, no se cumplió con la formalidades del documento
como es pagar alcabala, baja e inscripción en la Municipalidad y
los registros públicos, etc.; situación diferente se hubiese
presentado si el documento en referencia hubiese alcanzado su
finalidad, se estaría ante un documento público otorgado de
buena fe, conforme a lo dispuesto en el inciso 2 del artículo 235
del Código Procesal Civil.
b) Agrega que la notaria Dra. Mónica Tambini no se ha pronunciado
respecto al ingreso de la referida minuta a su notaría en la fecha
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indicada del 14 de enero de 2006; a efectos de verificar la
autenticidad y legalidad de dicho documento, kardex que debe
guardar correlación con la fecha de ingreso y trámite del mismo.
Que a mayor abundamiento, la demandante no ha acreditado con
prueba fehaciente que haya cancelado el impuesto de alcabala
correspondiente a la dación de pago, ya efectuada la baja e
inscripción en la Municipalidad de su derecho de propiedad, en la
fecha indicada, que haya pagado los derechos notariales y
registrales. La demandante está actuando de mala fe, dado que
tenía y tiene pleno conocimiento del proceso de ejecución de
garantía seguido contra los ejecutados, quienes son sus hijos,
proceso judicial que data desde el año 2008, sin embargo, nunca
informó ni comunicó de la existencia de la supuesta dación en
pago que ahora pretende hacer valer como título, sin fecha cierta.
c) Que la mala fe de la demandante está acreditada: i) la
demandante suscribió con las demandadas el contrato
preparatorio de contratar de fecha 17 de enero de 2005 respecto
al inmueble materia de levantamiento de hipoteca, quien estuvo
presente en todo el trámite de compra venta del inmueble ya que
es a su solicitud que la minuta definitiva y escritura pública se
suscribe a favor de sus hijos, que en dicha fecha contaban con 21
y 19 años, es decir quienes no tenían ingresos ni podían asumir
el precio de venta de US$ 100,000.00, ya que eran estudiantes, ii)
la demandante con quien se negoció y efectuó todo el trámite de
la transferencia, siempre fue la verdadera propietaria utilizando a
sus hijos a fin de evadir cualquier pago con posterioridad con
actos simulados, hechos que constituyen delito de estafa, cuyo
acción es reservada para interponer la respectiva denuncia; iii) la
demandante siempre tuvo pleno conocimiento de que existe un
saldo de precio en relación al inmueble materia de transferencia a
favor de la suscrita que ahora pretende desconocer de mala fe,
amparándose en un documento de dación de pago, no

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formalizado y que durante todo el proceso de ejecución nunca
mencionaron ni pusieron en conocimiento del juzgado ni de las
suscritas; y iv) que se debe advertir de todos los hechos que la
Sra. Alejandra Mirta Eleana Villamar de Rodríguez y sus hijos
María Alejandra Rodríguez Villamar y Pablo Sebastián Héctor
Rodríguez Villamar están actuando de mala fe, siendo su objetivo
el no cumplir con pagarles a los apelantes el saldo del precio de
US$ 15,000.00. Por tanto, al momento de dictar sentencia, se
debió tener presente el accionar de mala fe de la demandante que
en contubernio con sus hijos codemandados María Alejandra
Rodríguez Villamar y Pablo Sebastián Héctor Rodríguez Villamar
a fin de evadir su obligación han simulado un acto de
transferencia el cual no hay intención de perfeccionarlo a pesar
de haber ingresado la minuta de dación en pago a la notaría, por
lo que debió de declarar infundada la demanda.

Análisis del Colegiado.


TERCERO Fluye de los actuados que:
3.1: Alejandra Mirta Eleana Villamar de Rodríguez interpone demanda
de tercería de propiedad contra 1) POLYANA DEL CARMEN GAMARRA
POLAR; 2) ANA MARIA DEL CARMEN POLAR ECHEANDIA; 3) DANIELA
LUCIA GAMARRA POLAR; 4) MARIA ALEJANDRA RODRIGUEZ
VILLAMAR; 5) PABLO SEBASTIAN HECTOR RODRIGUEZ VILLAMAR, a
efectos de que el Juzgado levante la medida cautelar de embargo en
forma de inscripción ordenada mediante resolución dos expedida por el
12° Juzgado Civil Sub Especialidad Comercial de la Corte Superior de
Justicia de Lima, por la cual se afecta indebidamente al inmueble de su
propiedad sito en “Jirón Frederic Chopin, (antes Calle 3) Nros. 405-409
constituido por el Lote 09 de la Manzana BA, Urbanización Los Alamos de
Monterrico, Primera Etapa, distrito de Santiago de Surco, provincia y
departamento de Lima”; asimismo el pago de costas y costos.
3.2: Mediante resolución dos del tres de abril de 2018, se admite a
trámite la demanda de tercería de propiedad, tramitándose como
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proceso abreviado y se ordena la suspensión de la ejecución del
embargo en forma de inscripción del inmueble mencionado.
3.3: Con escrito del 08 de mayo de 2013, Polyana del Carmen Gamarra
Polar, Daniela Lucia Gamarra Polar, Ana María del Carmen Polar
Echeandía y Gabriela Isabel Gamarra Polar contestan la demanda, por
lo que con resolución tres del 29 de junio de 2013 se tiene por
contestada la demanda.
3.4: Con escrito del 15 de julio de 2013, la parte demandante absuelve
la contestación de la demanda, por lo que con resolución cuatro del 31
de julio de 2013 el juzgado declara en rebeldía al codemandado Pablo
Sebastián Héctor Rodríguez Villamar, y declara saneado el proceso.
3.5: Siendo así, mediante resolución cinco del 03 de setiembre de 2013
la jueza de primer grado fija puntos controvertidos, admite medios
probatorios y dispone el juzgamiento anticipado del proceso.
3.6: Luego, mediante escrito del 14 de noviembre de 2014, la parte
demandante interpone recurso de reposición contra la resolución diez,
en cuyo contenido se dispone tener presente lo expuesto por la parte
demandada, lo cual conllevó a que con resolución doce del 01 de
diciembre de 2014, se declare fundada la reposición planteada e
improcedente las instrumentales presentadas por la demandada
Daniela Gamarra Polar en sus escritos de fechas doce y veinticuatro de
octubre últimos.
3.7: Con resolución trece del seis de febrero de 2015 se expide la
sentencia que declara fundada la demanda interpuesta y por tanto se
ordena que se levante la medida cautelar de embargo en forma de
inscripción que recae sobre el inmueble sub litis; asimismo, se exonera
del pago de costas y costos del proceso solo a los codemandados
Polyana del Carmen Gamarra Polar, Ana María del Carmen Polar
Echeandía, Daniela Lucía Gamarra Polar y Gabriela Isabel Gamarra
Polar. Ésta es la resolución que es materia de grado.
3.8: Posteriormente, esta Primera Sala Civil Subespecialidad Comercial
a través de la resolución seis del 19 de agosto de 2015, resolvió

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confirmar la sentencia apelada; motivo por el que los apelantes Ana
María del Carmen Polar Echeandía, Gabriela Isabel Gamarra Polar y
Polyana del Carmen Gamarra Polar interpusieron recurso de casación,
siendo que una vez elevado los actuados a la Corte Suprema de Justicia
de la República, la Sala Civil Transitoria el 19 de junio de 2017 declaró
fundado el recurso de casación y en consecuencia nula la sentencia de
vista, ordenando que la Sala Superior emita nueva sentencia.
3.9: En ese sentido, esta Sala Superior emitió nuevo pronunciamiento
con resolución doce del 29 de enero de 2018, confirmando una vez más
la resolución trece que declaró fundada la demanda, pronunciamiento
que fue nuevamente materia de casación elevándose los actuados a la
Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia de la República, siendo que
la Sala Civil Transitoria el 04 de noviembre de 2019 declaró fundado el
recurso de casación interpuesto por Gabriela Isabel Gamarra Polar y
Polyana del Carmen Gamarra Polar, en consecuencia nula la sentencia
de vista, ordenando que la Sala Superior vuelva a emitir
pronunciamiento.
3.10: Es en mérito de lo resuelto por la instancia suprema, que el
Colegiado deberá absolver nuevamente el grado,

CUARTO: El artículo 364 del Código Procesal Civil establece que el


recurso de apelación tiene por objeto que el órgano jurisdiccional
superior examine, a solicitud de parte o de tercero legitimado, la
resolución que les produzca agravio, con el propósito de que sea
anulada o revocada total o parcialmente.

QUINTO: En principio, es necesario recordar que conforme al principio


de congruencia de la apelación, el órgano revisor no tiene más
facultades de revisión que aquellas que han sido objeto del recurso y,
más aún, no puede entrar en el examen de las cuestiones consentidas
por las partes o que no han sido cuestionadas porque éstas han
quedado ejecutoriadas. Entonces, de ordinario al resolverse la

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impugnación sólo debemos pronunciarnos sobre aquellas pretensiones
o agravios invocados por el impugnante en el referido recurso.

SEXTO: En ese orden de ideas, se absolverán los agravios expuestos


por la parte apelante, según lo glosado en el considerando segundo, de
los que se aprecia que giran en torno a dos argumentos esenciales, el
primero de ellos relativo a la falta de certeza en cuanto a la fecha de la
adquisición de la propiedad del bien sub litis por parte de la tercerista,
y el segundo respecto a la ausencia de buena fe en el proceder de dicha
tercerista, por su participación en el negocio jurídico de compra venta
del bien y la ulterior celebración de la dación en pago entre dicha
tercerista y sus hijos a quienes demanda también en estos autos.

SETIMO: El artículo 533 del Código Procesal Civil, dispone:

“Artículo 533.- Fundamento


La tercería se entiende con el demandante y el demandado, y sólo puede
fundarse en la propiedad de los bienes afectados judicialmente por medida
cautelar o para la ejecución; o en el derecho preferente a ser pagado con el
precio de tales bienes.
Sin perjuicio de lo señalado, puede fundarse en la propiedad de bienes afectados
con garantías reales, cuando el derecho del tercerista se encuentra inscrito con
anterioridad a dicha afectación." (negrita agregada).

El entendimiento de la fattispecie procesal Tercería Excluyente de


Propiedad se esclarece a la luz de lo señalado por la Corte Suprema en
el VII Pleno Casatorio:

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OCTAVO: En ese sentido, es claro que en este proceso de tercería
excluyente de propiedad no se ha de dilucidar el derecho de propiedad
en si mismo, alegado por la tercerista sobre el bien sub materia ubicado
en Jr. Frederic Chopin No 405-406, Lote 9 de la Mza. BA Urbanización
Los Alamos de Monterrico, Primera Etapa, Santiago de Surco; sino
resolver con enfoque de oponibilidad si tal derecho ha de determinar
que se deje sin efecto el embargo trabado sobre dicho bien por el 12°
Juzgado Comercial en el proceso No. 5484-2008, seguido entre los
ahora codemandados con esta tercería; embargo con el cual las ahora
apelantes (Polyana del Carmen, Daniela Lucía y Gabriela Isabel
Gamarra Polar, y Ana María del Carmen Polar Echeandía) otrora
vendedoras del bien a sus codemandados Paolo Sebastián Héctor y
María Alejandra Rodríguez Villamar (hijos de la tercerista) pretenden
asegurar y hacer efectivo el pago del saldo del precio de adquisición del
bien, pese a que éste haya sido transferido en dación en pago por los
compradores a su madre, la ahora tercerista.

NOVENO: En ese sentido, se aprecia que las alegaciones de apelación


antes acotadas, cuestionan la oponibilidad del invocado derecho de
propiedad de la tercerista, en base a un elemento objetivo relativo a la
fecha de tal adquisición; y otro elemento subjetivo relativo a la
ausencia de buena fe en la tercerista, lo que la propia Corte Suprema
ha considerado relevante para dilucidar en el caso concreto que nos
ocupa, la oponibilidad del derecho de propiedad invocado por la
tercerista frente al embargo sub materia.

DECIMO: En cuanto a lo primero, no puede resolverse la presente


causa prescindiendo de los precedentes vinculantes fijados por el VII
Pleno Casatorio, entre los cuales es de capital importancia el primero,
que señala:

“1. En los procesos de tercería de propiedad que involucren bienes inscritos,


debe considerarse, de conformidad con lo dispuesto en la segunda parte del
artículo 2022 del Código Civil, en concordancia con los artículos 949 y 1219
inciso 1° del mismo cuerpo legal, que el derecho de propiedad del tercerista es
oponible al derecho del acreedor embargante, siempre que dicho derecho real

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quede acreditado mediante documento de fecha cierta más antigua que la
inscripción del embargo respectivo.”

Así, entonces, pretorianamente se ha dotado de contenido y alcances


específicos ineludibles a la norma del artículo 2022 del Código Civil, con
lo cual ha quedado ya fijada la regla jurídica básica para dilucidar la
oponibilidad del derecho de propiedad no inscrito invocado por la
tercerista, frente al embargo inscrito sobre el bien que ostentan las
apelantes en estos autos.

DECIMO PRIMERO: A la luz de dicha regla se tiene que es de crucial


importancia la fecha cierta de la adquisición del derecho de propiedad
no inscrito, a fin de determinar la oponibilidad de éste frente a un
embargo. Y para tal efecto es de relevancia la norma del artículo 245 del
Código Procesal Civil que precisa los supuestos en los cuales aplica la
presunción legal de la fecha cierta.

DECIMO SEGUNDO: Siendo tal el marco jurídico pertinente al caso, se


tiene que la demandante Alejandra Mirta Eleana Villamar de Rodríguez
funda su pretensión en el hecho de ser propietaria del inmueble sub
litis, por haberlo adquirido mediante contrato de Dación en Pago con
Transferencia de Inmueble celebrado con los codemandados, sus hijos,
María Alejandra Rodríguez Villamar y Pablo Sebastián Héctor Rodríguez
Villamar, con fecha 14 de enero de 2008, esto es, en fecha anterior al
embargo trabado sobre dicho inmueble por el 12 Juzgado Comercial
(inscrito el 12 de abril de 2010). Indica, además, que el documento que
contiene dicho contrato privado, fue ingresado al despacho de la Notaria
Público de Lima, Mónica Tambini Avila en esa misma fecha 14 de
enero de 2008.

Al respecto se tiene efectivamente a fojas 48 y siguientes, el documento


que contiene el contrato referido por la demandante en el que consta su
ingreso al despacho notarial indicado con el Kardex No. 11298 y Orden
de Servicio No. OS0000018192, con la fecha indicada 14 de enero de
2008 según se aprecia a fojas 51. El Colegiado concluye que en virtud
del ingreso de dicho contrato al oficio notarial referido, es preciso

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reconocérsele fecha cierta a partir del 14 de enero de 2008, de
conformidad con el artículo 245 inciso 5) del Código Procesal Civil.

Cabe precisar que dichos documentos no fueron objeto de


cuestionamiento por los demandados a lo largo del proceso, siendo
recién en su escrito de apelación que dubitan la validez y suficiencia de
los mismos para acreditar con fecha cierta la adquisición del derecho de
propiedad de la tercerista, con argumentos relativos a que ésta no
habría efectuado al trámite administrativo de baja y alta del inmueble y
el nuevo propietario ante la Municipalidad, el pago de tributos, entre
otros, nada de lo cual surte eficacia para enervar dicha adquisición,
argumentos que en todo caso resultan pertinentes para valorar el
elemento subjetivo en la conducta de la tercerista, pero que no impiden
tener como fecha cierta de su adquisición de la propiedad del inmueble
sub litis, el 14 de enero de 2008, como quedó dicho. En ese sentido, los
argumentos de apelación glosados en los literales a) y b) del
considerando segundo de la presente, no son de recibo.

DECIMO TERCERO: No obstante, lo concluido precedentemente no


resulta suficiente para emitir pronunciamiento favorable a lo pretendido
por la tercerista, pues en la apelación se formula también
cuestionamientos según los cuales la demandante carecería de buena
fe, lo que impediría acoger la oposición de su derecho de propiedad
sobre el embargo en cuestión. En efecto, este Colegiado debe
ineludiblemente tener presente lo acotado por la Corte Suprema en las
resoluciones de fecha 19 de junio de 2017 y 04 de noviembre de 2019
por las que se casaron sendas sentencias de vista emitidas previamente,
al advertir el Tribunal Supremo que no se había analizado y motivado
con relación a la alegación de mala fe en el tercerista y la incidencia de
ésta en cuanto a la oposición de dicho derecho de propiedad frente al
embargo. Por tanto, conforme a lo ordenado, el Colegiado toma nota del
vicio anotado en la Casación 1239-2018-LIMA emitida en este mismo
proceso, en la que se expresa:

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DECIMO CUARTO: La buena fe es un auténtico principio general del
derecho que informa toda la estructura normativa, que si bien de
ordinario se le reconoce en el ámbito del derecho de contratos -en el
Perú con base en el artículo 1362 del Código Civil- sin embargo,
entendida como el estado mental de honradez, de convicción en cuanto
a la verdad o exactitud de un asunto, hecho u opinión, o la rectitud de
una conducta, que exige una conducta recta u honesta en relación con
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las partes interesadas en un acto, contrato o proceso, la buena fe no se
limita al ejercicio de los derechos y al cumplimiento de obligaciones
surgidas de la fuente contractual, sino que tiene una aplicación abierta
y general, cumpliendo una función esencial en la integración y creación
del Derecho como sistema regulador de conductas humanas. La buena
fe, por tanto, no es un fin en si mismo, sino un medio para encauzar la
protección de determinados valores e intereses sociales que hacen a la
posibilidad de la convivencia social como contexto necesario en el que la
realización de la individualidades es factible, según las convicciones de
honestidad dominantes.

La virtualidad de este principio y su inmanencia en el sistema jurídico,


implica que su plasmación no puede reducirse a lo establecido en las
disposiciones legales o reglas objetivas casuísticas, siendo así que un
amplio sector de la doctrina le reconoce, más bien, la naturaleza de una
cláusula general normativa del comportamiento, con pluralidad de
matices y consecuencias, que permitirían la solución judicial de casos
con la complementación del ordenamiento desarrollando criterios en
ausencia de reglas legales . Por ejemplo, nuestro ordenamiento reconoce
la buena fe como criterio hermenéutico en el artículo 168 del Código
Civil, que es ineludible para resolver la presente causa.

DECIMO QUINTO: Se puede caracterizar la buena fe: 1) como


ignorancia de la lesión que se ocasiona en un interés de otra persona
que se halla tutelado por el derecho, casos en los cuales la conducta de
la persona es antijurídica, pero honrada y justa teniendo en cuenta la
situación subjetiva en que su autor se encontraba; 2) como una fuente
de creación de especiales deberes de conducta exigibles en cada caso,
de acuerdo con la naturaleza de la relación jurídica y con la finalidad
perseguida por las partes a través de ella: las partes no se deben solo a
aquello que ellas mismas han estipulado o aquello que determina el
texto legal, sino a todo aquello que en cada situación impone. Aquí la
buena fe debe ser entendida como rectitud y honradez en el trato, y; 3)
como causa de limitación del ejercicio de un derecho subjetivo o de
cualquier otro poder jurídico.

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En esa línea, el jurista español Díez Picaso1 señala que la doctrina
moderna, sobre todo la doctrina alemana, ha elaborado, con base en la
jurisprudencia de los tribunales, una serie de supuestos típicos a los
cuales parece aplicable la idea de que la buena fe opera como un límite
del ejercicio de los derechos subjetivos. Estos casos pueden enumerarse
así: Venire contra factum proprium, el retraso desleal, el abuso de la
nulidad por motivos formales, el cumplimiento parcial, la moderación
de los plazos contractuales, dolo facit qui petit quad statim redditurus
esset.

Así, no sólo se actúa de mala fe cuando se ejerce un derecho dándole


una función económica social distinta de aquella para la cual ha sido
atribuido a su titular por el ordenamiento jurídico,2 sino también
cuando se ejercita de una manera o en unas circunstancias que lo
hacen desleal, según las reglas que la conciencia social imponen al
tráfico. En tal sentido, de modo específico la buena fe condena el
ejercicio de un derecho obtenido de forma desleal, es decir, torna
inadmisible el ejercicio de posiciones jurídicas de ventaja
maliciosamente obtenidas.

Un claro ejemplo de cómo la buena fe se erige en fundamento esencial


de la tutela jurídica, se encuentra plasmado en la disposición del
artículo 2014 del Código Civil, que torna relativa la protección de la
adquisición de un derecho con base en el registro, condicionándola a la
real existencia de buena fe en el sujeto, que puede ser objeto de

1
En el prólogo del libro de WIEACKER, F. El principio general de la Buena fe, Madrid: Civitas, 1982, p. 21
y ss.
2
Así, por ejemplo, con relación al derecho de propiedad, en la STC No. 018-2015-PI/TC, el Tribunal
Constitucional ha expresado:

“15. Ahora bien, un modelo de Estado Constitucional de Derecho se caracteriza por la concurrencia de
derechos y principios que orientan el actuar público y privado, a fin de garantizar la convivencia social y
el desarrollo del país. De ahí que, ningún derecho subjetivo, entre ellos el derecho a la propiedad, cuente
con un carácter absoluto.
[…]
17. Como se puede apreciar, la Constitución Política de 1993 garantiza que el derecho a la propiedad sea
ejercido en armonía con el bien común y dentro de los límites legales. Esto, claro está, hace referencia a
la función social del derecho a la propiedad (Sentencia 0008-2003-P1/TC, fundamento 26).
[…]
1. Siendo ello así, el contenido constitucionalmente protegido del derecho de propiedad no puede
determinarse únicamente desde la óptica de los intereses particulares, sino que debe tomarse en cuenta,
necesariamente su función social, esto es, su relación con el bienestar general.
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escrutinio y prueba en contrario para hacer decaer aquella protección
jurídica.

Si bien se suele clasificar la buena fe en subjetiva y objetiva, sin


embargo, siempre deberá ser constatada a partir de hechos objetivos.
Así, el autor nacional Juan Espinoza escribe:

“No obstante esta impecable clasificación, me asalta la duda respecto al criterio


para determinar la buena fe de los sujetos. ¿En efecto, cómo evaluar la
“creencia” de una persona respecto de su buena fe? ¿Acaso no deberíamos
observar su “comportamiento”? Veamos el supuesto del artículo 666 cc. ¿Basta
la “creencia” que se está poseyendo de buena fe? ¿No se debe evaluar el
comportamiento del sujeto para generar la convicción de su creencia? La
“creencia jurídica no puede ni debe ser evaluada con criterios psicológicos, sino
con parámetros objetivos. Por ello, si bien (por motivos didácticos) es válido
clasificar la buena fe en esta dicotomía subjetiva-objetiva, los criterios para
determinarla, siempre serán objetivos.”3

DECIMO SEXTO: En ese orden de ideas, la Corte Suprema ha


considerado imprescindible para resolver la presenta causa, analizar lo
relativo a la mala fe que las apelantes atribuyen a la tercerista, para lo
cual es menester efectuar un recuento de los hechos extrajudiciales
producidos previamente y con ocasión de la adquisición del derecho de
propiedad por la demandante. Al respecto se tiene de autos que:

1. Al demandar, la tercerista narra que mediante contrato privado de


fecha 10 de abril de 2006, celebró con sus hijos codemandados,
María Alejandra y Pablo Sebastián Rodríguez Villamar, un
contrato de mutuo de US $100,000 “con la finalidad que estos
últimos adquieran a su favor el inmueble” sub litis. Asimismo,
indica que el 14 de enero de 2008 y mediante contrato de Dación
en Pago y Transferencia de Inmueble, sus hijos le cedieron las
acciones y derechos del inmueble sub litis. Nota el Colegiado que

3
Juan Espinoza Espinoza. El principio de la buena fe. ADVOCATUS. Revista de la Universidad de
Lima. No. 24. 2011, p. 251.
Página 14 de 23
la demandante guarda silencio sobre algún otro hecho
relacionado a dichos contratos
2. Al absolver la demanda a fojas 86, las ahora apelantes
manifestaron que según la cláusula décima del contrato de
dación en pago celebrado por la tercerista con sus hijos
codemandados, aquella declara conocer el estado y situación legal
del inmueble que estos le transfieren, esto es, que existía un
saldo impago del precio de la compraventa, de US $15,000.
3. Más adelante, mediante su escrito de fojas 205, las apelantes
brindan una información que el Colegiado juzga decisiva:

4. No se aprecia de autos que la demandante haya negado su


participación y suscripción de un Contrato Preparatorio para
Contratar con relación a la compra venta del mismo bien que
motiva su tercería. Por el contrario, en atención al requerimiento
formulado por esta instancia según resolución 21, con su escrito
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del 22 de diciembre de 2021 dicha parte ha cumplido con
presentar el documento respectivo, así como el documento que
acreditaría el mutuo que dio lugar a la Dación en pago a su favor.

DECIMO SETIMO: En función de lo glosado precedentemente y con


vista a la instrumental obrante en autos, se puede reconstruir la
siguiente cronología de los hechos relativos a la compra venta del
inmueble que motiva la tercería y ulterior dación en pago de las
acciones y derechos sobre el mismo:

1. Mediante documento de fecha 17 de enero de 2005, se celebró


un Contrato Preparatorio de Contratar entre: 1) las codemandadas
ahora apelantes, como VENDEDORAS y; 2) la tercerista, como
COMPRADORA, en virtud del cual ésta manifiesta su intención de
comprar el inmueble que es objeto de la presente tercería, por el
precio de US $210,000 que se pagarían a la firma de la minuta y
escritura pública respectivas. En virtud de dicho contrato y según
la cláusula tercera, la ahora demandante entregó a la apelante
Daniela Lucía Gamarra Polar la suma de US $10,000 en calidad
de arras de retractación, que se descontarían del monto del precio
pactado:

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2. Mediante documento simple, que no ostenta ningún sello, registro
o constancia que permita tener certeza de su fecha, que aparece
consignada como 10 de abril de 2006, se celebró un Contrato de
Mutuo entre la tercerista y sus hijos, ahora codemandados
rebeldes, en el que con expresa referencia (cláusula segunda) al
inmueble que motiva esta tercería y el Contrato Preparatorio antes
referido, que incluye el pago de arras de retractación (cláusula
tercera), las partes acuerdan que la tercerista pagaría el precio
pactado con las apelantes por la compra venta del bien, cuyo
monto se entenderá mutuado a sus hijos codemandados, con los
intereses correspondientes (cláusula cuarta).

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3. Al día siguiente 11 de abril de 2006, se celebró el contrato de
compra venta del inmueble su litis, entre las ahora apelantes,
como VENDEDORAS y sus codemandados (hijos de la tercerista)
como COMPRADORES, por el precio de US $100,000, de los
cuales dan por pagados US $10,000 que ya fueron entregados
como arras de retractación el 17 de enero de 2006, US $75,000 se
entregaron a la firma de la escritura pública y US $15,000 se
pagarían efectuado el saneamiento físico del inmueble en el plazo
de 60 días:

4. Finalmente, mediante documento privado ingresado el 14 de


enero de 2008, los codemandados hijos de la tercerista y ésta,
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celebraron una Dación en Pago y Transferencia del inmueble
materia de litis:

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DECIMO OCTAVO: En ese orden de ideas se constata que la
demandante, doña Alejandra Villamar de Rodríguez, fue sujeto activo en
el negocio jurídico que finalmente concluyó con la compra venta del
inmueble a que se refiere la presente tercería, formalizada entre los
codemandados (sus hijos y las apelantes) y cuya falta de pago del precio
ha motivado el proceso que dio lugar a la afectación judicial del mismo,
con el embargo inscrito en la partida registral correspondiente. Su
participación activa se produjo como celebrante originaria del Contrato
Preparatorio del 17 de enero de 2006, siendo ella quien pagó las arras
de retractación por US $10,000. Dicho acto jurídico en el que intervino
la tercerista está expresamente considerado como antecedente en el
Contrato de Mutuo celebrado por dicha tercerista con sus hijos, ahora
codemandados rebeldes, que a la postre determinó la celebración de la
dación en pago y la transferencia de la propiedad del bien a favor de la
demandante, que pretende ahora oponer al embargo trabado por las
vendedoras. Por tanto, es innegable que la adquisición del derecho de
propiedad por parte de la tercerista no está desconectada de la relación
jurídica que ha motivado la afectación judicial del bien, y la tercerista
tuvo absoluto conocimiento de todas las incidencias de la operación de

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tráfico económico y las formalidades legales en virtud de las cuales sus
hijos resultaron propietarios del bien sub materia.

DECIMO NOVENO: Pero, además, a la luz de la cláusula Cuarta del


Contrato de Mutuo entre las partes, se aprecia que en ningún momento
la tercerista entregó el dinero mutuado a sus hijos -los compradores-
sino que el mutuo se configuraría por el pago del precio que la propia
tercerista haría directamente a las vendedoras ahora apelantes, en las
oportunidades acordadas en el contrato de compra venta, esto es
(además de los US $10,000 ya entregados como arras), los US $75,000
a la firma de la escritura pública (que efectivamente se pagaron) y US
$15,000 con el saneamiento fisico del bien, teniendo como plazo
máximo el 09 de abril de 2006 de 60 días. Este último monto no se
pagó, lo que precisamente motivó el proceso de cobro que ha dado
lugar al embargo del bien.

Lo acotado significa entonces, que: 1) La tercerista nunca llegó a prestar


a sus hijos la cantidad de US $100,000 (sino sólo US $85,000) pues no
se llegó a pagar el total del precio pactado, y; 2) Fue la tercerista quien
no pagó el saldo de US $15,000 cuyo cobro está garantizado con el
embargo al que pretende oponer su derecho de propiedad. De ello se
desprende de modo lógico, el cabal conocimiento que tenía la tercerista
al momento de adquirir el inmueble vía dación en pago, de la situación
legal del mismo, como se deja constancia en la cláusula décima de
dicho contrato de Dación en Pago, que las apelantes resaltan; esto es,
que existía un saldo impago del precio. Pero, lo que es más importante
es que la lesión al derecho de las vendedoras ahora apelantes -por ese
impago del saldo de US $15,000- es imputable a la propia tercerista
quien se había reservado ante sus hijos, los compradores, el pago del
precio directamente a las vendedoras, cosa que no hizo. Al no pagarles
ese saldo del precio, obligó a que éstas actúen al amparo del artículo
219 del Código Civil y en el proceso judicial respectivo traben embargo

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sobre el bien que devino de propiedad de la propia responsable de la
falta de pago. Claramente a criterio del Colegiado se configura una
situación que repugna no sólo el principio de buena fe pues contraría
su manifestación básica expresada en el aforisma alterum non laedere
sino incluso el sentido común. Pretender que quien incurrió en la falta
de pago que ocasiona el embargo, pueda oponer válidamente a los
acreedores embargantes el derecho de propiedad sobre el bien que sus
propios hijos le cedieron por la deuda del saldo del precio no pagado a
cabalidad, constituiría una solución no querida por la ley, esto es, que
no tiene cobijo dentro de los alcances del artículo 2014 del Código Civil,
el VI Pleno Casatorio y el artículo 533 del Código Procesal Civil.

Por tanto, sin invalidar el derecho de propiedad de la tercerista, ni


descalificar su oponibilidad erga ommes inherente a la naturaleza de
este derecho real, el Colegiado concluye que en este caso concreto y sin
ir más allá del mismo, constituiría un injusto inadmisible que la
tercerista, que tuvo participación activa y determinante en la
negociación, celebración y ejecución de todos los actos
celebrados,independientemente de los intervinientes formales de los
actos jurídicos singulares -que ostentan una unidad como negocio de
tráfico patrimonial- pueda oponer válidamente a las otrora vendedoras
la propiedad del bien que le fuera convenientemente transferido por sus
hijos –quienes además no ejercen defensa alguna en este proceso- para
enervar la garantía judicial del derecho de crédito judicialmente
reconocido a aquellas. Hacerlo daría fundado sustento a un reproche
jurídico a la solución judicial del caso, por convalidación de un ejercicio
abusivo del derecho que nuestro ordenamiento prohíbe, conforme a lo
previsto en el artículo 103 de la Constitución y artículo II del Título
Preliminar del Código Civil. Por tales consideraciones, cabe acoger las
alegaciones de apelación glosadas como literal c) del considerando
segundo de la presente, debiendo revocarse la apelada.

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VIGESIMO: El Colegiado deja constancia que en la presente se
expresan las valoraciones esenciales y determinantes que sustentan su
decisión, de conformidad con el artículo 197 del Código Procesal Civil.

DECISION:

Por las razones antes expuestas, este Colegiado Superior resuelve:

REVOCAR la sentencia emitida mediante resolución número 13 de


fecha 06 de febrero de 2015 del 2015, que declaró fundada la demanda
de tercería de propiedad; en consecuencia consentida o ejecutoriada
que fuera la presente, ordena que se levante la medida de embargo en
forma de inscripción que recae sobre el inmueble ubicado en Jirón
Frederic Chopin (antes Calle 3) No. 405-409, constituido por el lote 09
De la Manzana BA, Urbanización Los Álamos de Monterrico, Primera
Etapa, Distrito de Santiago de Surco, Provincia y Departamento de Lima
inscrito en la ficha No. 1127468 y continuada en la Partida No.
44611848 de la Oficina Registral de Lima, ordenado mediante
resolución número dos de fecha 14 de diciembre de 2009, con costas y
costos, exonerándose del pago de los mismos solo a los codemandados
Polyana del Carmen Gamarra Polar, Ana María del Carmen Polar
Echeandía, Daniela Lucía Gamarra Polar y Gabriela Isabel Gamarra
Polar; y REFORMANDOLA, declararon INFUNDADA la demanda. Con
costas y costos.

CUMPLA Secretaría con lo dispuesto en el artículo 383 del Código


Procesal Civil, bajo responsabilidad funcional; en los seguidos por
CAPRICORNIO IMPORT S.A.C. con CAILLAUX Y CAILLAUX
INGENIEROS S.R.L. y otros sobre Tercería. Notifíquese.-
SS.

MARTEL CHANG RIVERA GAMBOA


PRADO CASTAÑEDA

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