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Introducción:
Los factores de riesgo de padecer anafilaxia son la vulnerabilidad dada por la edad o el
estado fisiológico. Algunas enfermedades, como el asma y la enfermedad cardiovascular,
y algunos medicamentos como los bloqueantes adrenérgicos β y los inhibidores de la
enzima convertidora de angiotensina también aumentan el riesgo de episodios de
anafilaxia grave o fatal. También se han identificado cofactores que pueden facilitar o
aumentar los episodios agudos de anafilaxia. Los médicos y los pacientes deben tener
presente los factores de riesgo y cofactores en el contexto del manejo a largo plazo.
Respiratorio
Picazón nasal, congestión, rinorrea, estornudos.
Picazón de garganta, opresión, disfonía, ronquera, tos seca, estridor.
Gastrointestinal
Dolor abdominal, disfagia, náuseas, vómitos (mucosidad viscosa), diarrea
Sistema cardiovascular
Dolor en el pecho (isquemia miocárdica) (en pacientes con enfermedad coronaria o por
vasoespasmo)
Taquicardia, bradicardia (menos frecuente), arritmias, palpitaciones
Hipotensión, sensación de desmayo, incontinencia, shock
Paro cardíaco
Sistema nervioso central
Los niños a veces utilizan términos como "ardor" o "cosquilleo" en el sentido de picazón, y
los que tienen afectadas las vías respiratorias superiores a veces tienen sensación de
rasguños en la garganta o náuseas. Las mujeres embarazadas pueden experimentar
picazón intensa en los genitales, calambres abdominales, dolor de espalda, signos de
sufrimiento fetal y parto prematuro.
Los síntomas y signos cutáneos se presentan en el 80-90% de los pacientes. En su
ausencia, la anafilaxia puede ser difícil de reconocer. Los síntomas y signos del tracto
respiratorio superior ocurren hasta en un 70% de las personas que experimentan
anafilaxia y los síntomas y signos cardiovasculares en un 45%. Los síntomas
gastrointestinales se presentan casi en el 45% mientas que los del sistema nervioso
central lo hacen en un 15%.
Los patrones de afectación de los órganos diana varían entre los pacientes, y entre un
episodio y otro en el mismo paciente. Por lo tanto, los síntomas y signos difieren de un
paciente a otro y entre un episodio y otro en el mismo paciente, en cuanto al tipo, cantidad
de órganos sistémicos afectados, lapso entre la exposición al agente precipitante y la
iniciación y, duración.
Las concentraciones de triptasa rara vez están elevadas en los pacientes con anafilaxia
desencadenada por alimentos, o en aquellos cuya presión arterial se mantiene normal
durante el episodio anafiláctico. Varios son los factores que pueden explicar esto: por
ejemplo, la desgranulación localizada de los mastocitos en la vía aérea superior, con
menor pasaje de triptasa a la circulación después que la desgranulación se ha
generalizado; la participación de mastocitos epiteliales respiratorios en lugar de
mastocitos perivasculares y cardíacos que contienen más triptasa; mayor distancia de los
mastocitos epiteliales respiratorios perivasculares de las células cebadas de la circulación,
y la participación de los basófilos, que liberan muy poca triptasa. Una concentración de
triptasa sérica dentro del rango de referencia de 1-11,4 ng/mL no descarta el diagnóstico
clínico de anafilaxia, como tampoco si está aumentada es específica de anafilaxia.
La triptasa tiene una vida media corta. Para mejorar la especificidad del análisis se hacen
mediciones seriadas, idealmente 15-180 minutos después de la aparición de los síntomas,
1-2 horas más tarde y después de la resolución del episodio. Un valor basal elevado
sugiere el diagnóstico de mastocitosis y no de anafilaxia.
Luego de una sobredosis de adrenalina pueden aparecer efectos adversos graves como
hipertensión o edema pulmonar, cualquiera sea la vía de administración. Son más
comunes luego de una dosis en bolo intravenoso, la infusión intravenosa demasiado
rápida o la infusión intravenosa de una solución de adrenalina de 1 mg/mL (1:1000) en
vez de una solución apropiadamente diluida para su uso intravenoso. La hipoxia, la
acidosis y los efectos directos de los mediadores inflamatorios contribuyen a las
complicaciones cardiovasculares.
Impedir que el paciente con anafilaxia se pare o se siente en forma súbita. Deben estar
acostados de espaldas (o en posición semisentada si están disneicos o vomitan) con sus
extremidades inferiores elevadas.
Después del tratamiento y la resolución de la anafilaxia, los pacientes tienen que quedar
bajo observación en un centro de atención médica durante al menos 4 a 6 horas. Los
pacientes que han experimentado un compromiso respiratorio o circulatorio deben ser
observados durante 8 a 10 horas o, incluso más.
Instrucciones terapéuticas*
• Equipar con un autoinyector de adrenalina o prescribir una receta para obtenerlo†.
• Dar al paciente un plan de acción de emergencia para la anafilaxia (personalizado,
escrito).
• Proporcionar una identificación médica (pulseras, tarjeta de bolsillo).
• Organizar un registro médico electrónico con signos de alarma o una tabla adherente.
• Informar al paciente que debe solicitar una cita con su médico para su seguimiento.
• Hacer un seguimiento médico apropiado
Reducción del riesgo a largo plazo: pruebas de sensibilización a alérgenos (s‡
• Pruebas cutáneas o medición de las concentraciones de IgE alérgeno específica.
• Pruebas de provocación por personal capacitado y con experiencia, en un ambiente
médico bien equipado, utilizando cantidades crecientes del alérgeno de interés(alimento,
fármaco).
* Todos los médicos juegan un papel importante en la preparación de los pacientes para
el autotratamiento de la anafilaxia, enseñándoles a reconocer los síntomas y signos
comunes y la forma de inyectar adrenalina con seguridad, usando un autoinyector.
Además, todos los médicos representan un papel en el manejo óptimo del asma,
enfermedades cardiovasculares y otras comorbilidades que contribuyen a la gravedad de
la anafilaxia y la muerte.
† Los autoinyectores de adrenalina no contienen una dosis ideal para los niños que pesan
menos 10-12 kg.
‡ Los alergólogos e inmunólogos representan un papel importante en la determinación del
desencadenante de un episodio de anafilaxia, proporcionan información por escrito acerca
de la evitación de desencadenantes específicos, y, en su caso, previenen la anafilaxia
mediante la desensibilización a un fármaco o inician y supervisan la inmunoterapia con
veneno del insecto.
También deben estar equipados con un plan de acción de emergencia personalizado que
muestra los síntomas de anafilaxia comunes, para ayudarlos a reconocer una recaída, y
les recuerda que deben inyectar adrenalina rápidamente usando el autoinyector y solicitar
ayuda médica. Estos planes también suelen incluir el o los desencadenantes confirmados
de la anafilaxia del paciente, sus comorbilidades relevantes (como asma o enfermedades
cardiovasculares) y, los fármacos concurrentes pertinentes. Por otra parte, los pacientes
deben usar una identificación médica (brazalete o tarjeta) que indique su diagnóstico de
anafilaxia, sus causas y las enfermedades o fármacos importantes.
La mayoría de los médicos desean que sus pacientes con anafilaxia sean investigados
por un alergólogo calificado, aunque en muchas partes del mundo no es fácil acceder a
dichos especialistas y a las pruebas básicas de sensibilización a alérgenos. Para mejorar
la evaluación y el manejo de los lactantes, niños y jóvenes que han experimentado
anafilaxia, en el Reino Unido se ha recogido evidencia y llegado a un consenso, basados
en el modo de atención nacional.
Para la anafilaxia por venenos de insectos que pican, las recurrencias pueden prevenirse
mediante un curso de 3-5 años de inmunoterapia específica subcutánea con el o los
venenos estándar más importantes. Este enfoque, basado en ensayos controlados
aleatorizados de alta calidad, debe ser iniciado y controlado por un alergólogo. Con este
tratamiento se logra la tolerancia clínica e inmunológica y, en aproximadamente el 90% de
los adultos y 98% de los niños, se consigue una protección prolongada contra la
recurrencia.
Para la anafilaxia inducida por ejercicio y la anafilaxia inducida por ejercicio dependiente
de alimento, se puede prevenir la recidiva evitando los cofactores desencadenantes
pertinentes, como los alimentos, los antiinflamatorios no esteroides o, el alcohol y el
ejercicio bajo condiciones ambientales adversas (frío o calor extremo y exceso de
humedad, o recuentos elevados de polen). Los pacientes no deben hacer ejercicios solos
y deben llevar un autoinyector de adrenalina y un teléfono móvil. Si a pesar de las
medidas preventivas se produce un episodio y ante el reconocimiento de los síntomas
iniciales el tratamiento consiste en interrumpir inmediatamente el esfuerzo, pidiendo
ayuda y autoinyectándose inmediatamente la adrenalina.
La derivación al especialista es muy recomendable para los pacientes con mayor riesgo
de anafilaxia grave o fatal y por consiguiente con asma, enfermedad cardiovascular, o
mastocitosis