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ADOLESCENCIA
En la vida cotidiana, enfrentamos situaciones en las que se pone en peligro la salud. En relación
con ellas, intervienen dos factores: los de riesgo y los de protección. Cuando los factores de
riesgo predominan es más probable que surjan conductas dañinas.
SITUACIONES DE RIESGO
Una situación de riesgo es aquella en la que existe el peligro de que una persona sufra algún
daño físico o emocional. Las situaciones de riesgo varían según la edad y el entorno social.
Entre los adolescentes, las situaciones de riesgo más frecuentes son:
El consumo de sustancias psicoactivas. Incluye el alcohol y el tabaco, así como la drogas
(cocaína, éxtasis, marihuana, inhalantes, etc.). Muchos adolescentes empiezan a
consumir estas sustancias por la influencia de los medios de comunicación o la presión
del grupo de amigos. Los efectos son variados y sumamente peligrosos: enfermedades,
accidentes, violencia, adicciones, deterioro físico y mental, entre otros.
Para el caso de los adolescentes, no solo se trata de monitorear cuales son los factores de
riesgo. Es necesario que puedan desarrollar valores y cualidades positivas. El adolescente debe
saber “qué hacer” y “cómo hacerlo”. Solo así tendrá un comportamiento saludable consigo
mismo y con los demás.
Buscar información. Implica tener información certera sobre las situaciones de riesgo
que se enfrentaran. La ignorancia determina, muchas veces, su caída en ellas.
Analizar las situaciones. Significa pensar sobre las consecuencias negativas de una
acción, a corto, mediano o largo plazo. Por ejemplo, si deciden manejar un vehículo n
estado de ebriedad, deben saber que están poniendo en peligro su vida y la de otros.
Respetar las normas. Implica estar conscientes de que las normas deben respetarse
porque surgen del consenso. En cada ámbito social (familia, escuela, trabajo), hay
normas específicas que provienen actitudes dañinas para el grupo.
Desarrollar la autonomía moral. Consiste en tener seguridad en sus valores y su fuerza
de voluntad. Así será muy difícil ser víctima de influencias nocivas, porque la personase
hará respetar.
Impulsivo. Usual en personas que se apresuran para elegir una opción sin analizar sus
efectos, que se dejan llevar por la intuición y cuya acción está basada en la reacción.
Suelen equivocarse.
Indeciso. Propio de las personas que no saben qué hacer y piensan demasiado en las
opciones para tomar una decisión. Si deciden, lo hacen fuera de tiempo o, peor, dejan
que otros decidan por ellas.
Reflexivo. Corresponde a personas que reflexionan y analizan todas las alternativas
disponibles, evalúan sus probables efectos y se deciden en el momento oportuno.
Al regresar a la sala, los chicos insistieron con ir a comprar “trago”. Entonces, Javier, uno de los
mejores amigos de Felipe, propuso someter a votación la propuesta. “Si la mayoría gana,
entonces todos compramos y tomamos”, afirmo.
Felipe asistió, pero luego recordó algunos de los consejos de sus padres sobre tomar las
decisiones correctas. Entonces, les propuso otra salida: “Amigos, mejor que cada uno decida si
toma o no, pero como están en mi casa, les pido que respetemos las reglas de mi familia”.