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CONDUCTAS RIESGOSAS

EN LA ADOLESCENCIA

Clara García de la Cruz y Celeste Armas


La adolescencia constituye una etapa del desarrollo del ser humano, en la que se
evidencian importantes cambios psicológicos, biológicos y sociales; generalmente
cambios bruscos, rápidos, repentinos o demorados. Con un ritmo acelerado crea
ansiedad y con ritmo demorado crea inquietud.

La trasgresión es muy común en los adolescentes porque se dejan llevar por el deseo
de romper las reglas, ya que esto les causa adrenalina. El problema se da cuando
estas conductas provocan consecuencias mayores alargo plazo, como dañar
relaciones importantes, meterse en problemas legales y fracasar en la escuela
provocando daños físicos o emocionales (el daño puede ser para el mismo
adolescente o para las personas cercanas a él).

Cabría preguntarse por qué tantos adolescentes adoptan conductas de riesgo que
ponen en peligro su salud y hasta su vida. Entre las explicaciones, tiene que ver con
que no siempre perciben el riesgo como tal. Por una característica evolutiva propia de
este período: el egocentrismo, ellos fantasean "historias personales" en las que no se
perciben expuestos a ningún riesgo. Estas historias anulan en ellos el principio de
realidad y los llevan a actuar como si esta no existiera o no importara. Tienen una
sensación de invulnerabilidad que los hace sentirse inmunes. Es un sentimiento que
los lleva a sentirse diferentes y mejores que los demás y, además, especiales: "a mí no
me va a pasar".

Desde lo individual, serían respuestas emergentes ligadas a trastornos de


personalidad relacionados con baja autoestima, sentimientos de tristeza, soledad,
aislamiento, impulsividad, etc. Lo emocional pesa mucho más que lo racional en las
decisiones adolescentes.

Muchas veces cuando un chico quiere sentirse parte de un grupo suele dejarse llevar
por sus amigos/as. Trasgredir las reglas junto a un grupo les da un falso sentido de
pertenencia y un instante de autoestima. Buscan la aprobación de los otros jóvenes,
no solo sus amigos/as. Los que no suelen trasgredir, luego se dan cuenta que esto no
es lo que buscaban y les cae el sentimiento de culpa. Ellos constantemente están
comparándose con el otro, sintiéndose inferiores y tratándolo de revertirlo copiando
sus acciones.

Las conductas de riesgos más comunes son:


 Abandono de los estudios: El fracaso y el absentismo escolar roban a
muchos menores sus posibilidades de crecimiento personal y social. El fracaso
escolar incrementa la posibilidad de sufrir algún daño o de cometer conductas
infractoras.
 Conducta antisocial: refleja una infracción a las reglas o normas sociales y/o
sea una acción contra los demás, una violación contra los derechos de los
demás.
 Consumo de alcohol: Incremento de la enfermedad alcohólica y de serios
problemas de dependencia en jóvenes. Alteraciones en los procesos de
memoria y aprendizaje, con cambios cerebrales, tanto a nivel funcional como
estructural, y con diferencias del daño observadas en chicos y chicas,
producidas por los diferentes patrones de consumo.

Una de las sustancias dañinas más comunes a esta edad es el consumo de alcohol.
Las personas inician con el consumo de alcohol por diversas causas, principalmente la
curiosidad (29.4%), seguida por la invitación de amigos (13.5%), la experimentación
(12.4 %), los problemas familiares (10%), la influencia de amigos (9.4%), la aceptación
del grupo (4.1 %), por invitación de familiares (2.9%) o depresión (2.4%).

Algunos consejos:

 Es importante que acompañes a niños, niñas y/o adolescentes que estén a tu


cargo, y conozcas sus intereses y actividades.
 Podés intercambiar experiencias y sugerencias con otras familias para saber
cómo fomentan los cuidados en otros espacios.
 El ejemplo de las personas adultas en relación al consumo es
importante: muchas veces, el inicio del consumo de alcohol en adolescentes
está motivado por miembros de su propia familia o red de confianza.
 No estimules el consumo de alcohol en adolescentes: da un mensaje claro
acerca de los efectos del consumo y los daños irreversibles que provoca el
alcohol.
 Promové alternativas saludables: fomentá opciones para compartir momentos
entre pares. Por ejemplo, conocé y probá deportes o disciplinas entretenidas,
actividades lúdicas de ingenio y desafiantes, espacios culturales, salir a
merendar en espacios abiertos, entre otras.

Casi todas las personas terminan enfrenando situaciones comprometidas por parte de
un grupo en algún momento en sus vidas. Independientemente de cuánto conozcas a
tus amigos, tarde o temprano tendrás que tomar decisiones que pudieran ser difíciles o
poco comunes. Pero estas situaciones pueden ser oportunidades para darte cuenta de
lo que es correcto para ti.

Hay algunos autores que entienden que las conductas de riesgo cumplen un papel
positivo muy importante en el tránsito de la adolescencia a la etapa adulta, en la
medida que pueden ser funcionales para lograr la autonomía de los padres,
permitir cuestionar normas y valores vigentes, aprender a afrontar situaciones de
ansiedad y frustración, poder anticipar experiencias de fracasos, lograr la
estructuración del ser, afirmar y consolidar el proceso de maduración.

Según lo expresado, las conductas de riesgo no serían totalmente negativas. Lo


que sería necesario discriminar es cuándo una conducta de riesgo pone al
adolescente en situación de riesgo: cuando esa conducta lo lleva a poner en riesgo
su salud o su vida y cuando sus comportamientos afectan la integridad o ponen en
juego la vida de los otros.

Bibliografía:
https://kidshealth.org/es/teens/peer-pressure.html

https://www.argentina.gob.ar/salud/consumo-de-alcohol/alcohol-en-adolescentes-y-
jovenes-recomendaciones-para-las-familias

https://mensalus.es/blog/infanto-juvevil/2017/11/conductas-de-riesgo-en-adolescentes-
y-jovenes/

https://www.unicef.org/uruguay/crianza/adolescencia/por-que-los-adolescentes-toman-
riesgos

articulo-no-4.pdf

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