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Secuencia didáctica: Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia.

1. La docente realizará lectura del siguiente texto.

Hace 35 años, el 24 de marzo de 1976, la República Argentina comenzó a vivir una historia muy triste. Ese día, un
grupo de militares sacó por la fuerza a los gobernantes de ese momento: presidente, diputados, senadores,
gobernadores e intendentes; los apresaron y ocuparon sus cargos. En aquel momento, muchas personas no tenían
trabajo, y a aquellos que sí lo tenían no les alcanzaban sus sueldos porque los precios subían todos los días sin
control; había hechos violentos, ya que un grupo de jóvenes que soñaban con cambiar el mundo también creían
que con la fuerza esto se podía conseguir; algunos de ellos se convirtieron en guerrilleros. En ese clima
desordenado, los militares dieron un golpe de Estado con la excusa de poner orden.
En un país que vive en democracia, los ciudadanos eligen a sus gobernantes mediante el voto y gana la mayoría,
pero todos son escuchados. Los ciudadanos tienen derechos y deberes, y el Estado les da garantías, los cuida
porque está establecido en la Constitución. Sin embargo, en una dictadura, los gobernantes llegan al poder por la
fuerza, generalmente con armas, sin importarles lo que los demás piensan y opinan. Los dictadores de nuestro
país impusieron el estado de sitio: ellos mandaban, el pueblo obedecía y aquellos que no estaban de acuerdo
fueron castigados, y quienes estaban en el poder etiquetaron a las personas que no pensaban como ellos.
Vivir en aquel momento en nuestra Argentina daba mucho miedo. Por una parte, para “poner orden”, los
dictadores secuestraban, lastimaban, robaban los hijos de las embarazadas, mataban y hacían desaparecer a los
“subversivos”; es decir, a todos los ciudadanos que, según ellos, tenían la culpa del desorden: sacerdotes,
médicos, estudiantes, gremialistas, monjas, obreros, maestros, conscriptos, periodistas, artistas, científicos, bebés,
guerrilleros, argentinos o extranjeros. Por otro lado, muchas de las personas que se animaban a protestar también
utilizaban la violencia y, mientras estos dos grupos se enfrentaban, estaban aquellos que miraban para otro lado,
porque preferían no enterarse de lo que ocurría, o no sabían cómo actuar.
El resto del mundo muy poco sabía de lo que acá estaba pasando. Los militares gobernantes querían que los otros
países creyeran que eran buenos gobernantes y aprovecharon una pasión de multitudes, el Mundial de Fútbol del
año 1978, que se jugó en la Argentina, para esconder que, mientras millones de personas festejaban que éramos
los campeones, el Estado imponía el terror. Se ocultaba a miles de personas que nadie sabía dónde estaban, otros
se habían tenido que ir del país y había una gran cantidad de familiares que sufrían y estaban muy preocupados
por la vida de sus seres queridos que permanecían desaparecidos.
Hubo un grupo de personas que no se resignó ante lo que estaba pasando. Las madres de muchos de los jóvenes
que no aparecían empezaron a buscar ayuda y a contar la verdad sin encontrar respuestas. Ellas reclamaban
volver a ver a sus hijas e hijos con vida; para ello, se reunían todos los jueves en la Plaza de Mayo y, con un
pañuelo blanco en la cabeza, caminaban en círculos esperando que, desde la Casa Rosada, el presidente las viera y
les diera una respuesta. Los años pasaban y las respuestas no aparecían, y hasta tuvimos una guerra, por las Islas
Malvinas.
La sociedad toda, con mucho dolor, consiguió recuperar su derecho a vivir nuevamente en democracia, con
problemas, con mucho por hacer, pero con todas las garantías de vivir en libertad, de poder elegir, proponer y
debatir. El 24 de marzo es el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, un día que nos dice “es mejor
recordar”, aunque duela, para que no vuelva a ocurrir y para que todos los niños y las niñas argentinos descubran
que la democracia es la mejor forma de vivir.
2. Se conversará con los alumnos sobre qué habla el texto.
3. Pintá el cartel correcto según sean situaciones que se relacionan con la DEMOCRACIA
o con la DICTADURA.

Reflexioná y respondé:
¿Te parece justo que una dictadura persiga a aquellas personas que no tienen los
mismos pensamientos? ¿Por qué?

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