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EL SISTEMA INTERAMERICANO

DE DERECHOS HUMANOS Y LA PROTECCIÓN


DE LOS DERSCHOS HUMANOS LABORALES
MIGUFL F. CANESSA MONTEJO
:-rofesor de la Maestría de Derecho del Trabajo y Seguridad Social y de la
1,aestría de Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica ':le! Perú

EL SISTEMA !NTERAMERICANO
DE DERECHOS HUMANOS
Y LA PROTECCIÓN DE LOS
DERECHOS HUMANOS
LABORALES

Palestra Editores
Lima - 2014
ÍNDICE

PRÓLOGO .................................................................. 11
INTRO D UC CI ÓN ......................................................... 21
PRINCIPAL ES ABREVIATURAS .............................. 25

CAPÍTULO 1:
Los derechos humanos laborales en los
instrumentos interamericanos ..................................... 27
l. La Carta Internacional Americana
de Garantías Sociales .............................................. 27
2. La Carta de la Organización de Estados
Americanos ............................................................... 30
3. La Declaración Americana de Derechos
y Deberes del Hombre ............................................ 32
4. La Convención Americana sobre
Derechos Humanos ................................................. 39
1
3 I'' ',tlF. CNJE55A Mo. ;1 hotr:E

4.1. La aplicación inmediata de la CADt f ........... 41 CAPÍTULO 3


-1:.1.1. Las reglas gem,rales de aplicación Los pronunciamientos en materia laboral de
(artículos 1 y 2).................... ...... 41 la Comisión Interamericana y Jurisprudencia
4.1.2. La regla especial de aplicación de laboral de la Corte Interamericana. ..... L09
los derechos sociales (artículo 26) ................. 44 1. La Comisión Interamericana
4.2. La suspensión de la aplicación de la CADH ... :' 1 de Derecho Humanos .......................................... 109
4.3. Las restricciones en la CADH ......................... '.;""t 1.1. Los Informes Anuales ................................... 112
4.4. Las reservas a la CADH .................................. 56 1.1.1. Los casos en el sistema de peticione-'> ... 114
4.5. La denuncia o el retiro de la CADH .............. 59 1.1.1.1. Los casos de ejecución extrajudicial
El Protocolo Adicional a :c1 Convención o desaparición forzada de sindicalistas ...... 116
Americana sobre Derech 1s Humanos en 1.1.1.2. La prohibición de la discriminación
materia de Derechos Económicos, Sociales laboral .............................................................. 118
y Culh1rales "Protocolo de San Salvador" ........... 63 1.1.1.3. La protección a la libertad
5.1. La aplicación inmediata del Protocolo de asociación ................................................... 121
l\dicional .......................................................... 66 1.1.1.4. La protección del despido ................ 125
5.2. Las restricciones en los derechos del 1.1.1.5. La protección del debido
Protocolo Adicional ..... 69 proceso labo.ral ................................................ 128
5.3. Las reservas al Protocolo Adicional... ............ 70 1.1.1.6. La seguridad social ........................... 130
5.4. La denuncia o el retiro del 1.1.2. Los estudios especiales sobre
Protocolo Adicional. ......................................... 73 la situación de los trabajadores migrantes .... 134
Otros instrumentos regionales de derechos 1.2. Los Informes de países .................................. 140
humanos ................................................................... 73 1.3. Los Informes Temáticos ................................. 152
2. La Corte Interamericana de
CAPÍTULO 2 Derechos Humanos ............................................... 154
Los procedimientos de control interamericanos 2.1. Los rnsos de ejecución extrajudicial
y los derechos humanos laborales .............................. 83 o desaparición forzada de sindicalistas ..... 156
L El sistema de reportes ............................................. 83 2.2. Los casos de libertad de trabajo y
2. El sistema de peticiones ........................................ 90 prohibición del trabajo forzoso u
3. Los casos contenciosos ante la Corte obligatorio ....................................................... 163
Interamericana ..................................................... 102

~
10 · 1, .lJFL F 'ANl'ISA t,1o,:·c:m

2.3. Los casos de prohibición de la


discrim¡nc.,ión laboral .............. 168
2.4. Los casos~:•· prohibición del
trabajo infantil ................................................ l :·~
2.5. Los casos de libertad sindical ...................... 179
2.6. Los casos de debido proceso laboral
· . d eIdesp1.do ) ........................... 188
(]a protecc1on
2.7. Los casos de seguridad social... ................... 202 PRÓLOGO

REFLEXIÓN FINAL ............................................. 209


ADOLFO CIUDAD REYNAuo·,
BIBLIOGRAFL, ............ . ···································· 211

~
U
y
n sistema democrático de relaciones de trabajo
está basado en el diálogo y la concertación social
se expresa, básicamente, a dos niveles. En la deter-
minación de las políticas públicas nacionales sobre
trabajo y empleo, 2 través de los órganos permanentes
de concertación tripartita, como el Consejo Nacional
de Trabajo o los consejos de esta índole regionales, así
como de otros órganos de ce· :2rtadón específicos.
De otra parte, el diálogo y concertación se expresan a
nivel de empresa o industria en la determinación de
las remuneraciones y condiciones de trabajo a través
de la negociación colectiva.

Abogado y consultor independiente, Profesor de la Facultad


de Derecho de la Universidad Nacional Mayor de San Mar-
cos, se desempeñó como Especialista Principal de la OIT en
Legislación Laboral y Administración del Trabajo.

~-
12 Aool'J CIUDAn f!FYll~UD PRÓlOr," 1',

La negociación colectiva tiene una gran relevancia Está demostrado que aquellos países que cuen-
como herramienta que hace posible el diálogo social tan con instituciones sindicales y estructuras de
en las empresa~ a. en la adminjstración pública. Este negociación colectiva más sólidas y difundidas, tienen
diálogo es en benefici, de su propio crecimiento eco- sociedades menos desiguales porque a través de ese
nómico, procura d bienestar de sus trabajadores, y diálogo se produce en forma concertada un proceso
desde tma óptirn política, avanza en el afianzamiento de distribución de la riqueza.
de la democracio \-'O el país. La democracia para ser tal No obstante, el todavía incipiente desarrollo de la
debe llegar al ce1,rro de trabajo mismo y la negociación democracia y la larga tradición autoritaria que hemos
colectiva es justamente el instrumento que lo posit~: ·:a. tenido en nuestra historia republicana, hace que no se
Por estó e§, que los. ~nvenios internacionales y valore, t'l1 su real dimensión, la importancia del diálogo
otras normas de la OIT señalan que deberán é!doptarse con los trabajadores y del cumplimiento de las normas
medidas adecuadas a las condiciones nacion,· ~s para relativas al trabajo, a1~n cuando están de por medio
estimular y fomentar, entre empleadores y t,· -.1jad, )- derechos humanos laborales.
res, el pleno desarrollo y uso de procedimientos de El terna de la falta de cumplimiento de la legisla-
negociación voluntaria, con el objeto de reglamentar, ción laboral siempre ha sido una de las características
por medio de contratos colectivos, las condiciones de de los sistemas de relaciones de trabajo en América
empleo. Latina (el denominado divorcio entre la ley y la re:;di-
No debe pues considerarse a la negociación co- dad).A este histórico divorcio ha contribuido también
lectiva como un cosL• u obstáculo para el reajuste de la escasa tasa de sindicalización que difícilmente so-
las empresas u organismos del Estado y el buen fun- brepasa el 10% por la preferencia del legislador hacia
cionamiento de los mercados de trabajo. Esta errónea los sindicatos de empresa y por su animadversión a
percepción conduce a que, en materia de políticas la- los sindicatos de industria, que ha ocasionado que no
borales, se insiste'! en debilitar la negociación cole,'tiva existan las organizaciones sindicales suficientes para
y consecuentemt te la organización sindical. procurar el cumplimiento de los convenios colectivos
La libertad sindical y el reconocimiento efe~rtvo y de la legislación del trabajo.
del derecho de negoc: ición colectiva son principios Entre otras razones, por esto es que a partir de la
y derechos fundamenr 1!es en el trabajo. Son pilares década pasada se han iniciado en América Latina di-
de la democracia y medios esenciales que permiten versos procesos de modernización de la justicia bboral
equilibrar el poder de negociación en las relaciones para enfr<.:ntar la falta de eficacia del derecho del trabajo
de ~rabajo, pactar mejoras en sus condiciones y en la a través de la superación de la escasa capacidad del
organización del trabajo. Estado para fiscalizar el cumplimiento de la legislación.

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14 \001.rn CIUDAD R¡ r1AUO PHót,.>~O 1~

Muchas veces se carecen de las f,1eultades rwcesarias, implementen. En el año 2010 hubo también consenso
los recursos son insuficientes, los fiscalizadc•"'..cS reciben tripartito para insistir .:n la necesidad de sol·:entar las
bajas remuner,Kiones y no tienen garantía:-, de estabili- insuficiencias en cuanto a la promoción ds;" los princi-
dad. A esto se añade que los costos del incumplimiento pios y derechos frmd.'lmentales en el trabajo, así como
de la legislación sean bajos; en otras palabras, el incum- a las limitaciones en e 1nto a su aplicación específica
plir la legislación no genera mayores costos, lo que a lo cual planteó la neL~•iidad de mejorar el funciona-
su vez se convierte en un incentivo para no cumplir. miento de los servicios de inspección del trabajo y los
Todo esto pone en cuestión el andamiaje de dere- procedimientos de la justicia laboral.
chos humanos laborales, derechos fundamentales en En el Perú hemos dado un paso importante con la
el trnDajo, derechos : .,dividuales y colectivos de los instauración del proceso oral a través de la aprobación
ciudadanos que trabajan. También influye en la falta de la Ley Procesal del Trabajo, pero todavía tenemos
de cultura de rnmplimiento p•_,~s su inobservancia no grandes desafíos por delante para lograr una justicia
ocasiona mayorié'S costos. rápida y justa. Ni una justicia justa pero lenta, ni una
En ese contexto se produjo un acuerdo político justicia rápida pero injusta.
importante a nivd lati,"uamericano en el seno de la El dilema del legislador en materia procesal siem-
Organización Internaoonal del Trabajo, donde sus pre ha sido entre el principio de economía procesal
constituyentes, representant.:s de los Estados Miem- y el de justicia en la decisión: ni tanta economía que
bros, las organizaciones de empleadores y de las la justicia sufra quebranto, ni tanta discusión que se
organizaciones de trabajadores estuvieron de acuerdo prolongue indefinidamente la justicia.
en señalar qU'' uno de sus objdivos estratégicos en Un tema clave para el éxito de cualquier reforma es
la región sería d respeto y cumplimiento efectivo de la implementación de una política de responsabilidad
las normas sobre derechos laborales y, muy especial- de jueces y litigantes 11 de rendición de cuentas, para
mente, sobre los principios y derechos fundamentales que actúen con estricta sujeción a la ley, y que en caso
en el trabajo, como parte del esfuerzo para lograr que conlTario, se activen los mecanismos administrativos,
todas las mujeres y 1' ,-; hombres puedan aueder a un civiles y penales a través de los cuales se les pueda
trabajo decente. responsabilizar por sus acciones.
Así se señaló en la Agenda Hemisférica de la OIT Esto tiene que ver con sentencias firmes que no se
del año 2006, donde se aludió a la necesidad de contar ejecutan porque algunos jueces no se empodf!ran en
con leyes adecuadas a las normas internacionales así sus funciones ni ejercen sus facultades, y porque no
como con procedimientos justos y efectivos asocia- se procesa a litigantes conflictivos vencidos en juicio y
dos a estas leyes y con instituciones sólidas que los se niegan a acatar los fallos de la justicia por el delito

~
lb A00'.'0 CIUDAD REYNAUO ,ÓlOGO 17

d1.; desacato. De otra parte, tenemos el litigio abusi- nacü,nales en el derecho nacional, lu qu" determina su
• ,cuando ..1lguno de los litigantes atentan contra la
1
aplicabilidad judicial, en el sentido que ,_,,¿,rmite definir
celeridad del proceso a través de recursos frívolos e en qué medida y de qué manera es e ·sible para los
improcedeT'i-t>s. tribunales nacionales utilizar el derec110 internacional
Sn general, nos referimos a los denominados en la resolución de un litigio.
críni<:>nes contra la administración de justicia que }ebemos recordar, primero, que las posibilidades
entorpecen el sistema e impiden que los procesos de u .t!ización judicial del derecho internd·"ional depen-
discurran con celeridad. Así mismo, debe asegurarse den en parte del sistema nacional de incorporación del
que los jueces tengan las seguridades _n.:.:cesarias para derecho internacional en el derecho interno. Respecto
que r _,edan actuar independientemt:ctte y rechazar a ello, generalmente se distinguen los países denomi-
cualquier influencia exterior indebidil. Pero esto a nado-; monistas de los llamados dualistas.
su vez significa también exigirles el cumplimiento A grandes rasgos, se L,_msiderd.n monistas los países
de sus funciones. en los cuales el derecho interno y el derecho interna-
El trabajo de Miguel Canessa, que me honro en cional se tienen como integrantes de la ·'.Tlisma esfera
prologar, tiene la virtud de completar el marco de jurídica, y donde, como consecuencia, los tratados
protección nacional de los derechos laborales con ratificados son parte inh:¡.;rante del derecho nacional.
el que nos ofrece a escala supra nacional el Sistema Este es el sistema adoptado por el Estado peruano a
Interamericano de Derechos Humanos, al que puede t,:;nor de lo dispuesto en el artículo 55 de la Constihición
recurrirse en situaciones extremJs para que un órga- Política que señala que: "Los tratados celebrados por el
no jurisdiccional supra nacional rectifique decisiones Estado y en vigor forma11 parte del derecho nacional".
judiciales nacionales violatorias a los instrumentos Nuestro sistema jurídico concede un valor supra
interamericanos que protegen los derechos humanos constitucional a determinados derechos y libertades.
laborales. Es importante destacar que las decisiones que En efecto, por mandato de la Disposición Fin.:-1'. Cuarta
adopte la Corte Interamericana de Derechos Ht:manos d ·, la Constitución, los derechos y libertades prutegidos
son de naturaleza vinculante, de obligatorio cumpli- con jerarquía constitucional, deben interpretarse de
miento, en virtud de haberse así establecido en los c0nformidad con los tratados internacionales ratifica-
instrumentos normativos del Sistema Interamericano. dos por Perú.
La tercera parte del trabajo de Canessa nos da cuenta La Disposición Final Cuarta señala:
de las particularidades y matices al respecto. "Cuarta.-
Hay que tener presente que cada país tiene su Las normas relativas a los derechos y a las libertades
propio sistema de incorporación de las normas inter- que la Constitución reconoce se interpretan de conformi-
l"
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18 AO('LfO 0UDAI\ RE\lJA'.T PRÓLOGO 19

dad con la Declaración Universal de Derechos Humanos Corni-.;ión y de la Corte Interamericana l! -2rechos
y con los tratados y acuerdos internacionales sobre las Humam,.; en materia de derechos humanos .";bornl-..:s,
mismas materias ratificados por el Pe1ú." resai-:."udo las cunsecuencias jurídicas sobre los orde-
Esto implica que la justicia peruana debe tener muy namientos laborales.
e" cuenta lo que disponen los conwnios y tratados Concordamos con el autor en qU( hay que dejar
internacionales en materia de trabajo ratificados por el de lado la errónea idea de que el ámbito protector de
Perú, así como el corpus jurisprudencia! que los órga- las normas internacionales se reduce al sistema de pro-
nos le control de la OIT y del Sistema Interamericano tección de los órganos de control de la OIT. Hay que
han ido construyendo en las últimas décadas. Hay que utilizar má, 21 Sistema Interamericano, no sólo por su
destacar que tanto el sistema normativo de la OIT y carácter vinculante, sino porque se t~Jt:i de un sis~ema
del Sistema Interamericano se complementan perfecta- de protección distinto e independient-·· c1l de la OIT, que
mente, ya que el primero es el sistema especializado en no se solapan ni compiten entre sí.
tnb..;!o y cuenta con convenios internacionales mucho Un detallado estudio de este trabajll nos propor-
m ..1s detallados y precisos que a nivel interamericano, ciona un recurso adicional que no debemos perder de
en tanto que el Sistern 1 Interamericano e ➔ uno de '- :sta cuando se trata de hacer cumplí: iJ.s normas in-
naturaleza jurisdiccional, vinculante y de obligatorio ternacionales de trabajo'/ derechos humanos laborales.
cumplimiento.
Este trabajo nos recuerda que si la justicia peruana Lima, febrero de 2014
w no protege debidamente a los justiciables, teniendo
:.'l
en cuenta lo que expresan los instrumentos interame~
ricanos y las normas internacionales del trabajo, sus
decisiones serán materia de evaluación y, eventualmen-
te, corrección por parte de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, así como por parte de los órganos
de control de la OIT.
Justamente este tema es materia de la segunda y
tercera parte del trabajo que prologamos: se refiere al
e:-..,1,11,•n de los procedimientos de control del Sistema
Interamericano con énfasis en los aspectos que corres-
ponden a los derechos laborales, en tanto que la tercera
y última parte se refiere a los pronunciamientos de la
t:"

INTRODUCCIÓN

E n los últimos años se ha producido un •.t,:ance


notable en la protección de los derechos laborales
dentro del sistema de proteccilm interamericanc.. Fue
1,1 sentencia de la Corte Interamericana sobre el :aso
Baena Ricardo y Otros, del 2 de febrero de 2001, la que
marca una línea divis0ric1_ ~n este proceso.
Sin embargo, este proceso no ha sid~1 ajeno a
avances y retrocesos cc:sde la constitución del Sistema
Interamericano. En efecto, desde el inicio del Sistema
Interamericano los derechos laborales fueron inclui-
dos dentro del listado de e' -.·echos humanos, pero su
protección se vio menoscabada por los propios acon-
tecimientos en la región donde los derechos civiles y
políticos resultaron siendo los prioritarios. Asimismo,
~t;' le ha cuestionado al Sistema Interamericano en no

proteger directamente los derechos laborales, porque


los Estados no son condenados por la violación de un

--
·:,cj
..,,,

H F. <.AJtSSA MO,'J;w_;
i''IPL;JUCCIÓI, 23
22

derecho laboral -""'u por la, 1·_,¡,1,.'ión de una garantía de manera ,_¡ue se puedan derivar sus consecuencias
judicial o el debido proceso. jurídicas también sobre los ordenamientos nacionales.
Algunas de estas críticas n0 Prestan atención al Finalmente, este breve Esh1dio es publicado gracias
propio diseño normativo del Sistt;ma Interamericano a PALESTRA y a su Director, Pedro Grández Castro.
de Derechos Humanos, asumiendo que se reproduce Quisiera extender mi agradecimiento a los profesores
a ~ivel regional la estructura nom1ati va de los Esta- Elmer Arce, Carlos Blancas, Guillermo Boza, Adolfo
dos nacionales. Por eso resulta importante analizar Ciudad, Javier Neves, Wilfredo Sanguineti y Alfredo
los pronunciamientos de la Corn1:,ión lnteramericana Villavicencio, estimados colegas de la PUCP. Mencio-
o las sentencias u opiniones con:.ultivas de la Corte nar el apoyo de los amigos holandeses Dionne Verbeet
Interamericana, ::'t'. consideración ::1 la forma en que se y Arjan van der Waal. Asimismo, mis compañeros de
encuentran consagrados los derechos humanos labo- estudios en la Universidad Carlos III de Madrid, Alba
rales dentro de los instrumentos regionales y en qué Berrio y César Holguín. Mis últimas palabras son para
consisten los procedimientos de control del Sistema mi esposa Heleen y mis hijos Anna y Víctor, quienes
Interamericano. siguen aceptando ,:on paciencia mis largas ausencias
Tomando en consideración lo señalado, el pre- al lado de ellos.
sente Estudio pretende incorporar esta perspectiva
en el análisis del Sistema Interamericano de Derechos La Haya, febrero de 2014.
Humanos y la protección de los derechos humanos
laborales. Por ello, ha sido dividido el Eshidio en trb
capítulos. En primer lugar, analizar los instrumentos
interamericanos de derechos humanos que consagran
derechos laborales, de modo que se puedan establecer
con precisión las obligaciones internacionales que se
desprenden de ellos. En segundo lugar, examinar los
procedimientos de control del Sistema Interamericano
poniendo el énfasis en los aspectos que correspondan
a los derechos laborales. Finalmente, en tercer lugar,
escrutar los pronunciamientos de la Comisión y de la
Corte Interamericana en materia de derechos humanos
laborales, tratando de resaltcir los aspectos sustanciales

~ L
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i¡•

PRINCIPALES ABREVIATURAS

CADH Convención Americana sobre Derechu~ Humanos


CEPAL Comisión Ernnómica p.L,1 ,-\mérica Latina y d
Caribe
CIDH Comisión Interamericana de Derechos Humanos
CLS 1....,)mité de Libertad Sindical de la Organización
Internacional del Trabajo
Corte IDH Corte Interarnericana de Derechos Humanos
DADH Declaración Americana de los Derechos del Hombre
DUDH Declaración Urúversal de los Derechos Humanos
IIDH Instituto Interamericano de Derechos Humanos
OEA Organización de Estados AmeriGtnL'S
OIT Organización Internacional del T,- 1bajo
PIDCP Pacto Internacional de Derechos ( iviles y Políticos
PIDESC Pacto Internacional de Derechos Económicos, So-
ciales y Culturales
Protocolo
Adicional Protocolo Adicional a la Conven,jón American<1
sobre Derechos Humanos en Matuia de Derech,Js
Económicos, Sociales y Culturales o Protocolo de
San Salvador

L_
Capítulo Primero

LOS DERECHOS HUMANOS LABORALES


EN LOS INSTRUMENTOS INTERAMERICANO~

l interior del Sistema Interamericano de Derechos


A Humanos, existe una serie de instrumentos inte-
rnmericanos que consagran un conjunto de derechos
laborales, elevándolos a la cúspide normativa, con su
correspondiente prioridad protectora en el hemisferio.
A continuación se hace un recorrido por esos instru-
mentos regionales.

1. LA CARTA INTERNACIONAL AMERICANA DE GA-


RANTÍAS SOCIALES
La Carta Inte"nacional Americana de Garantías
Sociales fue el primer instrumento internacional a nivel
regional que consagró un listado de derechos laborales.
La Carta de Garaniías Sociales, o también denominada
Declaración de los Derechos Sociales del Trabajador,
fue adoptada en la Conferencia Americana de Río de
Janeiro en 1947, un año antes ala propia constihtción de
la Organización de Estados Americanos (en adelante,

--
28 MIGUEl F. Ü\N~SSA MOi'ITEJO '.os OEREC~J, ,_,_ r.:~·,os LABOP~\LEC cr. LO, ",STRUl,'El.T•.- ,;TFPAMrntc• ")\ 29

OEA) y a la adopción de la De"laración Universal de :-econocen obligan y benefician a todos los habi-
Derechos Humanos (en adelante, DUDH). tantes del tl'rritorio, ,,•un nacion,Ütcs o extranjeros.
La Carta consta de 39 artículos y regula ca'.;¡ ]¿¡_ La Carta reconoce un conjuntu de derechos la-
integridad de los temas laborales. Se inicia declc1rando bor,1les en el plano indi,_cidual: la libertad de trabajn
que los principios fundamentales recogidos en su text<_, (artkulo 3), la educación para el trabajo (artículo 4), el
deben amparar a todos los trabajadores americanos y salario mínimo {artículo/'>), la prima anual (artículo 9),
constituyen el mínimum de derechos que deben go- la inembargabilidad de !ds remuneraciones (artículo
zarse en los Estados Americanos. También establece 10), la jornada ordinaria de trabajo de 8 horas diarias
el principio de igualdad ,_•ntre trabajadores masculi- o de 48 horas semanales (artículo 12), la remuneración
nos y femeninos, el principio de progresividad de los extraordinaria por horas extras o trabajo nochtrno (ar-
derechos, el incremento de la productividad y de la tículo 12), el descanso semél.:ul remunerado (artículo
cooperación entre los trabajadores y los empresarios, 13), el descanso enferiél.dos (articulo 14), las vacaciones
expresada en la armonía de sus relaciones y en el anuales remuneradas (artículo l 5), la estabilidad labo-
respeto y cumplimiento recíproco de sus derechos y ral relativa (artículo 19).
deberes (artículo 1). En el plano de los derechos laborales colectivos, la
En el segundo artículo se consagran cinco princi- Carta recoge los siguientes: la regulación de los con-
pios básicos: venios colectivos {artículo 7), la participación de los
a) El trabajo es una función social, goza de la protec- trabajadores en las utilidades de las empresas (artículo
ción especial ,:lel Estado y no debe considerarse 11), la libertad sindical (artículo 26), el fuero sindical
como artículo de comercio. (artículo 26), la huelga (artículo 27).
b) Todo trabajador debe tener la posibilidad de una Asimismo, la Carta est.Jblece el derecho a la higiene
existencia digna y el derecho a condiciones justas y seguridad en el trabajo!, 1rtículo 30) y el seguro social
en el desarrollo de su actividad. obligatorio (artículo 31). También regula las condicio-
e) Tanto el trabajo intelectual como el técnico y el nes laborales de sectores especiales de trabajadores:
manual deben gozar de las garantías que consagre trabajo de menores (artículos 16 y 17), trabajo de la
la legislación del tr,;oajo, con las distinciones que mujer (artículos 18 y 33) y empleados públicos (artículo
provengan de las modalidades en su aplicación. 24). Incluye en su normativa dispositivos sobre el traba-
d) A trabajo igual debe corresponder igual remune- jo a domicilio (artículo 21), trabajo doméstico (artículo
ración, cualquiera que sea el sexo, raza, credo o
22), trabajo de la marina mercante y de la aeronáutica
nacionalidad del trabajador.
(artículo 23), trabajadores intelectuales (artículo 25) y
e) Los derechos consagrados a favor de los traba-
trabajo rural (artículo 38).
jadores no son renunciables y las leyes que los

J.___
:,,:
MIGUEL F. CANES5A i:cm,,,, Los DERECHOS HL.IMAt:O.i , ',ROMlES rn lO>, ·-,~?IJMFNT•JC l'HE?:-•.1rn1cP.r:•:a 31

Finalmente, -el instrumento regi,inal recomienda compromiso que éstos asume1 ·n materia de educa-
que los Estados Americanos cnnstib.1yan un servicio díln, ciencia y cultura» (CEP/,. IIDfl 199~'. 21).
de inspección de trabajo (artículo 35), una jurisdicción La Carta de la OEA ha sido reformada en cuatro
laboral {articulo 36) y promuevan los medios de so- isiones por medio de los Prot0colos de Buenos Ai-
lución pacífica de los conflictos colectivos de tnibajo :e.s (febrero de 1967), Cartagena de Indias {diciembre
1_;:irtículo 37). de 1985), Washington {diciembre de 1992) y Managua
Si bien la Carta Americana de C.1rantias Sociales (junio de 1993) .
n:J tiene carácter obligatorio, esto no menoscaba su El Protocolo de Buenos Aires de 1967 incluyó el
, ",levancia al consagrar regionalmente los derechos Capítulo VII sobre Desarrollo Integral dentro de la
laborales. Se trata de un i-,~t'T1mento regional que Carta de la OEA, en la que se ubican los artículos que
inspira a los ordenamientos i:;ternos de los Estados recogen los derechos laborales. Así en el artículo 34 de
Americanos para que se erum1 · ~¡ueti dentro de ese es- la Carta de la OEA se establecen como metas básicas:
fuerzo y ha servido de soporte jurídico dentro de los salarios justos, oporhmidades de empleo y condiciones
procedimientos de control del Sisr- •rn 1 Interamericano. j,; trabajo aceptables para todos. Asimismo, el artículo
-45 dispone la aplicación de principios y mecanismos,
2. LACARTADELAORGANIZACIÓNDELOSESTADOS tales como: el trabajo es un derecho y un deber social,
AMERICANOS que incluye salarim; justos (inciso b); el dl:recho a la
La OEA se estableció en abril de 1948 durante la asociación (que incluye la sindical), el derecho a la
Conferencia de Bogotá donde participaron 21 Estados n1:gociación colectiva y el derecho a la huelga, el reco-
del hemisferio. La OEA entró en funciones en diciembre nocimiento de la personería jurídica de las asociaciones
de 1951 cuando se alcanzó el número de ratificaciones y la protección de su libertad e independencia (inciso
necesarias para la entrada en vigencia de su Carta. c) y el desarrollo de una política eficiente de seguridad
En la Carta original se estableci2 ;on disposiciones social {inciso h). A esto debemos agregar ,¡ principio
sobre derechos sociales «como son las contenidas en de no discriminación recogid<' Pn su artículo 3.1 que
los capíhllos IV denominado "Normas sobre educa- tiene aplicación en el ámbito de :as relaciones laborales.
ción, ciencia y cultura" y VI denominado "Normas Estos derechos laborales r, ·, , 1gidos en la Carta reve-
Sociales". Por último en el capíhtlo VII se identificaron lan la importancia adquirida pur '.-esta materia dentro del
metas hacia las cuales deberían orientarse las políticas contexto hemisférico. En resurr«--'n, la Carta de la OEA
económicas de los Estados, y en el IX se estableció el no es tan sólo tm tratado intem,tdonal de cunstitución
de un organismo internacional, sino también recoge un

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7,J

3º MIGUH F. CANE"i:- "HeJO


)S 0ERECf!0S H',!\'~'105 tAB0P•\' es H! l~ , L'!",""' ·"' • ' 1•:TI;.•<.' !i:R :A ·v,: 33

pequeño li:-;tado de derechos que resultan obligatorios el plano de 1<1., -teberes, el artículo XXXVIII est:iblece el
para sus Estados Miembros. d, ,,, .>r de trcib,_~jar a fin de obtener los recurso:.-. ¡Jara su
subsistenci;1 u en beneficio de la comunidad.
3. LA DECLARACIÓN AMERICANA DE LOS DERECHOS Si bien la Declaración Americana recoge un núme-
Y DE13ERES DEL HOMBRE ro menor de derechos laborales que la Carta Americanc1
Simultáneamente a la constitución de la Üf.i\, los de Garantías Sociales del año anterior, esto resulta en-
Estados Americanos reunidos en la Conferen•_i,'I de tendible por tratarse de un instrumento internacional
Bogotá adoptar~,n la Declaración Americana de los que se inserta en una temática más amplia, reconocién-
Derechos y Deberes del Hombre (en adelante, DADH). dose además que existe una complementariedad entre
Esta Declaración Americana se adoptó meses anfrs que ambos instrumentos internacionales.
la Asamblea de Naciones Unidas aprobase la Declara- La DADH es el inicio del sistema de protección de
ción Universal de Derechos Humanos. los derechos humanos dentro del continente y resulta
El primer considerando de la Declaración Ame ·i- ser el pilar de la normativa internacional hemisférica
cana expone el marco de los derechos humanos dentro por un prolongado tiempo hasta la entrada en vigencia
del hemisferio: "Que los pueblos americanos han dig- a~ la Convención American u sobre Derechos Humanos.
nificado la persona humana y que sus constituciones Sc ha discutido sobre el valur jurídico que goza la De-
nacionales reconocen, que las instituciones jurídicas y claración Americana, especialmente desde que la Corte
políticas, rectoras de vida en sociedad, tiene rnmo fin Int':'rarnericana de Derechos Humanos (en adelante,
principal la protección de los derechos esenciales del Corte IDH) se pronunciase al respecto en su Opinión
hombre y la creación de circunstancias que le permitan Consultiva OC-10 del 14 de julio de 1989.
progresar materialmente y alcanzar la felicidad". La Opinión Consultiva se inició con la consulta
La Declaración se divide en dos capítulos: De- de Colombia a la Corte " '.terarnericana sobre el valor
rechos y Deberes, respectivamente. Los derechos jurídico de la Declaración Americana y si la Corte tenía
laborales recogidos en la Declaración Americana son: jurisdicción para interpretar la Declaración al amparo
el derecho a la igualdad ante la ley y la prohibición del artículo 64 de la Convención Americana de Dere-
de la discnminación (artículo II), el derecho al trabajo cho¡:; Humanos 1 • La Corte señala que la Declaración
y a una justa retribución (artículo XIV), el derecho al
descanso y a su aprovechamiento (artículo XV), el de- El artículo 64 establece: "1. los Estados miembros de
recho a la seguridad social (artículo XVI) y el derecho la Organización podrán consultar a la Corte acerca de
de asociación que inclu_,.-e la sindical (artículo XXII). En la interpretación de esta Convención o de otros tratados
concernientes a la protección de los derechos humanos de
los Estados Americanos. Asimismo, podrán consultarla, en lo

_, __
34 MIGUEL f. (A-~<SSA MONTEIO Los O0ílECHOS HUMA'·º· lABO~ALES EN LOS INSTR~MENT,)'i INTERAWCRE(A"1JS 35

Americana «no fue concebida ni redacL.ida para que tu- nales p;:ua los Estados Miembros (Corte IDH 1989:
viera la forma de un trai:ado» (Corte IDf-I 1989: párrafo párrafo +2). Parzi concluir qc1e «los Estados \·!iembros
34). No obstante esto, apoyándose en la sentencia de la han enkndidu que la Declaración contiene y define
Corte Internacional de Justicia sobre la presencia de aquellos derechos humanos esenciales a i, is que la
Sudáfrica en Namibia 2, la Corte subraya que no es Corte se refier :e manera que no se puede interpre-
a la luz del momento de la redacción e·~ la Declara- tar y aplicar L:i L1 rta de la Organización en materia
ción Americana -1948- que debe ser analizado el de derechos hum<.rnos, sin integrar las normas perti-
estatus jurídico del instrumento internacional, «sino nentes de ella, •~ las correspondierttes disposiciones
que es preciso determinarlo en el momento actual, de la Declaraciún, como rest:lta de la práctica seguida
ante lo que hoy es el Sistema Interamericano, habida por los órganos de la OEA,, (Corte IDH 1989: párrafo
consideración de la evolución experimentada desde 43). Bajo estos argumentos, la Corte Interamericana
la adopción de la Declaración>) (Corte IDH 1989: pá- resuelve que para los Estados Miembros de la OEA,
rrafo 37). Luego, resalta que los artículos 112 y 150 «la Declaración Americana constituye, en lo pertinen-
de la Carta de la OEA atribuyen a la Comisión Inte- te y en relación con la Carta de la Organización, una
ramericana la competencia de velar por los derechos fuente de obligaciones internacion.::iles,, (Corte IDH
humanos y éstos no son otros que los enunciados en 1989: párrafo 44), y, aunque la Declaración no sea 1m
la DedatJ.ciÓn Americana (Corte IDH 1989: párrafo tratado, no debemos concluií que (<carezca de efectos
41). Asimismo, que la Asamblea General de la OEA jurídicos, ni a la de que la Corte esté imposibilitada
ha reconocido reiteradamente que la Declaración para interpretarla en el marco de lo precedentemente
Americana es una fuente de obligaciones internado- expuesto)) (Corte IDH 1989: párrafo 45).
La Opinión Consultiva de la Corte Interamericana
sigue similares argumentos a los que se plantea respec-
que les compete, los órganos enumerados en el Capflulo X
to al carácter vinculante de la Declaración Universal
de la Carta de la Organización de tos Estados Americanos,
reformada por et Protocolo de Buenos Aires. 2. La Corte, a de Derechos Humanos como complemento e interpre-
solicitud de un Estado miembro de la Organización, podrá tación de la Carta de las Naciones Unidas en materia
darle opiniones acerca de la compatibilidad entre cualquiera de derechos humanos 3• En este caso, la Declaración
de sus leyes internas y los mencionados instrumentos
Americana es el complemento y la interpretación de
inlernacionates·•.
Se refiere a la Opinión Consultiva de 21 de junio de 1971 sobre
la Carta de la OE.-\.
las "Consecuencias jurídicas para los Estados de la continuada
presencia de Sudáfrica en Namibia {Sudoeste de África) pese
a la resolución 276 ("1970) del Consejo de Seguridad" de la
Corte Internacional de Justicia. Véase (CANES:,·. 2008: p. 43 y ss) .

.L
36 MIGUEL F. CAtms~ Mm:mo Los DERECHOS Hl'l,1' -~BOP'' -, rn ,_,., lflSTPf, • "ITH.,•1co•r-á' ,, 37

Sin t:mbargo, la posición de la Corte Interamerican<( :.Jf legal en e1 Derecho internadun<1l '. Por otro ladu,
ha sido cuestionado por algunos Estados !'vliembros de ,m amplio sector de internacionalistJ..., an;-_cricanos" ;,'
la OEA, específicamente Estados Unidos, quien consi- ,;:uropeos7 comparte el criterio expuesto por la Corte
dera que la Declaración Americana tiene sólo el valor Interamericana.
normativo de una Declaración de principios básicos de Hay que agregar que la Comit,; ·,., 'nteramericana
carácter moral y político, por lo que no puede interpre- de Derechos Humanos (en adelante, t , :)H) ya se había
tarse que sea un conjunto de obligaciones vinculantes pronunciado con anterioridad sobre l<l obligatoriedad
para los Estados Miembros (Corte IDH 1989: párrafo de la Declaración Americana8• Su pronunciamiento
12).¡. Detrás del pronunciamiento de la diplomacia
norteamericana existe el esfuerzo por oponerse clara-
«Debe advertirse que la Oeclar~ción americana de derechos y
mente a interpretar que exista una fuerza vinculante
deberes del hombre, que prec ,Jió a la Declaración universal y
del instrumento internacional. que fue adoptada en Bogotá e1, 1948 e incluida en un anexo a
Con independencia de la posición de la diplomada los documentos de la IX Conferencia internacional de Estados
norteamericana, la doctrina internacional está dividida americanos como recomendación, no tiene ningún valor legal
real en el derecho internacional y no puede compararse con
sobre el curácter vinculante de la Declaración America-
la Dedaración universal. En sentido estricto, el valor iegal
na. Por un lado, algunos internad1H1tlistas consideran internacional de la Declaración universal es el mismo que el de
que el instrumento internacional carece de algún va- aquélla y, sín embargo, su importancia y su pape! internacional
son esencialmente distintos» (SZABO 1984: 54) .
«La misma, a pesar de ser de carécter dectaratlvo, es
Estados Unidos buscó oponerse dentro del proceso de la vinculante para los Estados miembros de la OEA y, por lo tanto,
Opinión Consultiva que la Corte tuviese competencia en la constituye una fuente de obligaciones internacionales para los
materia, en razón que para la diplomacia norteamericana la países miembros, por el solo hecho de serlo)) (TIRADO 2001: 3).
Declaración Americana no es un tratado, por lo que la Corte <<La Declaración Americana de Derechos y Deberes del
n,;' puede interpretarla ni tampoco puede deierminar e! status Hombre enunció las aspiraciones de los Estados americanos
normativo dentro del Sistema Interamericano. Inclusive, se re3pecto de los derechos humanos, y debe ser considerada como
adelantaron a señalar: «En caso que la Corte decida tratar una interpretación autorizada de las disposiciones de la Carta de
el tema del status normativo de la Declaración, el parecer de la Organización de Estados Americanos en la materia, hasta el
los Estados Unidos es que la Declaración continúa siendo punto que no se puede interpretar y apiicar la Carta de 1a OEA
para los Estados Miembros de la OEA Jo que era cuando sin integrar sus normas con las correspondientes disposiciones
fue adoptada: una enunciación de principios generales de de la Declaración» (CARRILLO SALCEDO 1999: 62-63).
derechos humanos no vinculantes (... ). Los Estados Unidos ((La Comisión lnteramericana analizó la obligatoriedad de la
deben manifestar, con el debido respeto, que debilitaría Declaración en una decisión adoptada en 1981, concluyendo
seriamente el derecho internacional de los tratados instituidos que la Carta de la OEA torna obligatorios, tanto la Declaración
el decir que !a Declaración es jurídicamente obligatoria)) (Corte Americana de 1948, como el Estatuto y el Reglamento de
IDH 1989: párrafo 17)
la Comisión. La respuesta de los Estados al examen de

.L_______ -
38 MiGUh F. CANCS'.,A 1"10,Hi:JO LO<; OfR~CH 1S HUMN',)\ • ,g,-,aAlES u,: LOS IN5TRUUéNTOS lrHERM.1ERICANl 39

cuenta cori ei respaldo de su rropio Estatut(i. En primer Con lo que la Comisión tiene la responsabilidad de
lugar, el a :ti culo 1 del Estatttto establece llUe la CIDH P:lar por la ob,.,t>rvancia de la Declaración Americana
es el órgano responsable en materia de derechos hu- . de realicen los Estados Miembros de la OEA.
manos dentro de la OEA, entendiéndose que son los En resumen, aunque la Declaración Americana no
derechos consagrados en la Declaración Americana en es un instrumento irnemacional sujeto a ratificación
relación a los Estados Miembros que no son paites en la de los Estados, los órganos de control del Sistema
Convención Americana. En segundo lugar, el artículo Tnterameric;:ino ~ la Corte y la Comisión-, han inter-
20 inciso a del Estatuto señala: pretado que fa Declaración Americana es una fu.en le de
"ET; -ladón con los Estados Miembros de la Organi- obligaciones para los Estados Miembros de la OEA en
zación que no son partes en la Convención Americana ,nateria de der"-'•:hos humanos, en razón a su estrecho
sobre Derechos Humanos, la Comisión tendrá, además -ínculo con la <.:urta de la O EA y a la práctica reiterada
de las at;;buciones señaladas en el artículo 18, las si- de los Estados americanos.
guientes: .:t. Prestar particular atención a la tarea de la
observancía de los derechos hu;'_1anos mencionados 4. LA CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS
en los artículos I, II, III, IV, XVllí, XXV y XXVI de la HUMA.t.JOS
Declaración Americana de los l)(-,>rechos y Deberes del
La Convención Americana sobre Derechos Hu-
Hombre;".
manos (en adelante, CADH) fue adoptada el 22 de
A esto debemos agregar el artículo 51 del Regla- noviembre de 1969 en la Conferencia de San José. La
n1ento de la Comisión9 : Convención entró en vigor el 18 de julio de 1978 al su-
"La Comisión recibirá y examinará la petición que perar el número de ratificaciones exigidas por el texto
contenga una denuncia sobre presuntas violaciones de internacional (artículo 74, párrafo 2)10•
los derechos humanos consagrados en la Declaración La Convención Americana es w1 tratado regional
Americana sobre los Derechos y Deberes del Hombre sujeto a ratificación o adhesión de los Estados del he-
en relación a los Estados miembros de la Organización misferio (artíc•.llo 74) y se enmarca en los principios
que no sean partes en la Convención Americana sobre ya consagrados por la Carta de la OEA, la DADH y
Derechos Humanos". la Declaración Universal de Derechos Humanos. El

denuncias y a otras investigaciones de la Comisión confirma '" Hasta diciembre de 2013 lo han ratificado 25 Estados
la obligatoriedad de la Dec!araciómi (O'ooNNELL 1989: 24). americanos y se han presentado dos denuncias: Trinidad y
La última reforma del Reglamento de la Comisión !nteramericana Tobago (26 de mayo de 1998) y Venezuela (10 de septiembre
entró en vigencia el 1 de agosto de 2013. de 2012).
MIGUEL F. CANESSA MDrlTEJO
'º Los DEílEC~•7S HUM•• e: \~ORALE> r•: LOS mSTRUMrnTOS ''.:TrnAMERICM/OS 41

mandato de la Convención Americana pre .?iene de L.-1 Aquí nos inc<::resan cinco puntos sobr;__- el análisis
Tercera Conferencia Interamericana Extraordinaria que de la Convención Americana respecto a los derechos
resolvió elaborar una convención interamericana de humanos laborales. En primer lugar, la obligación de
derechos humanos que incluyese la estructura, com- la aplicación inmediata del instrumento regional. En
petencia y procedimierito de los órganos encargados segundo lugar, 1~ suspensión dP ,•: aplicación confor-
en derechos humanos. me lo establece h propia Cmvención. En tercer lugar,
La Convención Americana reconoce un listado las restricciones válidas en .•l goce y el ejercicio de los
de derechos humanos, especialmente en la categoría derechos consagrados en d instrumento regional. En
de derechos civiles y políticos, al considerar que los -·:.1arto lugar, el régimen de las reservas que se ::rueden
Jerechos económicos, sociales y culturales han sido ya :-.resentar al instrumento regional. En quinto lugar, la
incorporados en la Carta de la OEA. Sin embargo, la regulación de la denuncí;:, ; el retiro que puede formu~
propia CADH recoge dentro de su listado de derechos lar un Estado Parte sobre u i.:'.onvendón Americana y
civiles y políticos un conjunto de derechos humanos sus consecuencias jurídicas.
laborales: la prohibición de la discriminación (artículos
1 y 24); la prohibición de la esclavitud y de la servi- 4.1. La aplicación inmediata de la CADH
dumbre (art. 6,1); la prohibición del trabajo forzoso u
La Convención americana establece dos 1·2g!as
obligatorio (art. 6, 2 y 3); la libertad sindical (art.16,1);
diferentes dentro de su texto en cuanto a la obligación
y la protección al menor trabajador (art.19).
de la aplicación de los derechos. Por un lado, la regla
Posteriormente, se evaluó que se requería un
general de los artículos 1 y 2 del instrumento regional;
Protocolo adicional a la Convención que incluyese
y, por otro lado, la regla especial para los derechos
los derechos económicos, sociales y culturales porque
económicos, sociales y culturales del artículo 26. Los
;:-xistían agudos problemas de protección. Como bien
derechos humanos laborales se ubican en ambos espa-
afirma el juez Cam;ado:
cios normativos.
El respeto de estos derechos quedó así desprovisto
de un sistema eficaz de control, por cuanto las disposi-
4.1.1. Las reglas genera le.,, de aplicación (artículos 1 y 2)
ciones de la Carta de la OEA no tenían como objeto la
protección o la garantía de los derechos humanos, sino La Convención americana establece en su artículo
más bien a definir para los Estados miembros objetivos 1 pátrafo 1 que:
y líneas de conducta en materia económica, social y "Los Estados Partes en esta Convención se compro-
cultural (1994, 48). meten a respetar los derechos y libertades reconocidos
en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda
42 ,\11G\Jcl f 1 -\ilESSA t,10NT1:J!.J LOS OERf(rl-~ HUI.'-· .'JS LABOPALCS EºI "'' ''.JSTRUMENTOS 1rHEPM-•f~•-Ar,OS 43

persona ~¡ue esté sujeta a su jurisdicción, sir Jiscrimi- de no discriminar a las person,lS que se encuentren en
nación algtma por motivos de nz<1, color, sexo, idioma, el territorio o bajo la jurisdicci1'in del Estado Parte en el
religión, opiniones politicas o de cualquier otra índole, cumplimiento de las obligaciones señaladas.
irigen nacional o socia 1, posición económica, nadmien- El artículo 2 de lu Convención establece:
ro o cualquier otra co,7,.iición social".
"Si el ejercicio de los derechos y libertades menciona-
Conforme a este arti..:ulo de la Convención exis- dos en el Artículo 1 no estuviera ya garantizado por
tirían cuatro obligaciones precisas para los Estados disposiciones legislativas 1 de otro carácter, los Estados
Partes. En primer lugar, la obligación de respetar los Partes se comprometen a adoptclf, con arreglo a sus
der•il'hos y libertades reconocidos en la CADH 11 • En se- procedimientos constitucionales y a las disposiciones
gundo lugar, la obligación de garantizar el libre y pleno de esta Convención, las medidas legislativas o de otro
ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en la carácter que fueren necesarias para hacer efectivos tales
CADH12• EI1. tercer lugar, la obligación de establecer re- derechos y libertades".
cursos jurídicos efectivos que aseguren la protección de Se trata del deber de adoptar disposiciones de
los derechos reconocidos en la Convención americana, ,ierecho interno ya sea para derogar las normas nacio-
conforme lo establece el propio instrumento interna~ nales que resulta_n incompatibles con los derechos de
cional en su artículo 25 13 • En cuarto lugar, la obligación la Convención o la elaboración de normas que hagan
efectivos los derechos en el ámbito nacional14.
" «La primera obligación asumida por los Estados partes, en
los términos del citado artículo {la Corte alude al artículo 1 de
la Convención), es la de respetar los "derechos y libertades (1) y 2 de la Convención Americana, en virtud de los cuales
reconocidos" en la Convención {el paréntesis es mío)» (Corte los Estados Partes están obligados a establecer un sistema
IDH 1988: párrafo 165). de recursos sencillos y rápidos, y a dar aplicación efectiva
a los mismos. E! derecho a un recurso sencillo, rápido y
" .La segunda obligación de !os Estados Partes es la de
··garantizar" el libre y p!eno ejercicio de los derechos efectivo ante !os jueces o tribunales nacionales competentes
reconocidos en la Convención a toda persona sujeta {artículo 25 de la Convención Americana) representa uno
a su jurisdicción. Esta obligación implica el deber de los pilares básicos del propio Estado de Derecho en una
de los Estados Partes de organizar todo el aparato sociedad democrética (en el sentido de la Convención). Esta
gubernamental y, en general, todas las estructuras a garantía judicial -de origen latinoamericano- no puede ser
través de las cuales se manifiesta el ejercicio del poder minimizada, por cuanto su correcta aplicación tiene el sentido
público, de manera tal que sean capaces de asegurar de perfeccionar la administración de justicia a nivel nacional,
jurídicamente e! libre y pleno ejercicio de los derechos con los cambios legislativos necesarios a la consecución de
humanos)) {Corte IDH 1988: pérrafo 166). este propósítm> (CAN<;ADO 1998: 591 }.
" «La persistencia de lagunas u obstáculos o insuficiencias " La Corte lnteramericana lo ha expresado en los siguientes
del derecho interno implica en violaciones del artículo 25, 1 términos: {(El deber general del artículo 2 de la Convención

1
44 º,IIG'_' 'CANf~•;AMONHJD Los DrnKHOS HUMANOS lA: -,p~LES rn l" s INSTRUMENTOS INHHAl,<EP.JCA/1'.)" -15

Las reglas generales de la Convención Americana tura, contenidas e, la. Carta de la Organización Je los
de Derechos Humanos corrcsr~mden en el ámbito d1' Estados American•)S, reformada por el Protocolo de
los derechos humanos laborales a los derechos que Buenos Aire~, en lJ medida de los recursos disponibles,
expresamente han -;ido recogidos: la prohibición de por vía legislativa notros medios apropiados".
la discriminación, ~J. prohibició·1. de la esclavitud y Con ello el artíct...io 26 establece la obligación de
la servidumbre, i ,rohibición del trabajo forzoso u los Estados Partes de 'adoptar providencias' o medidas
obligatorio, la libertad sindical y la protección al menor para lograr progresivamente la plena efectividad de los
trabajador. En otras palabras, estos derechos humanos derechos económicos, sociales y culturales contenidos
laborales se rigen por el ma~ ·o general de obligaciones en la Carta de la OEA, en la medida de los recursos
delaCADH. disponibles, por vía legislativa u otros medios apro-
piados. La interpretación del artículo 26 me conduce
4.1.2. La regla especial de aplicación de los derechos a cuatro materias que pretendo abordar. En primer
sociales (artículo 26) lugar, cuál es el significado del compromiso de 'adop-
El tr ,tmiento normativo que se realiza sobre los tar providencias'. En segundo lugar, cuáles son los
derechos económicos, sociales y culturales se ubl..:,1 en derechos humanos laborales contenidos en la Carta de
el artículo 26 de la Convención. Dicho artículo recoge b OEA a los que se les apli.:a el presente artículo. En
el criterio del desarrollo progresivo de este tipo d.~ tercer lugar, cómo afectan ,os recursos disponibles de
derechos: los Estados Partes a su obligación de adoptar medidas
respecto a los derechos humanos laborales. En cuarto
"Los Estados Partes se comprometen a adoptar pro-
lugar, cómo debe interpretarse el carácter progresivo
videncias, tanto a nivel interno como mediante la
de estos derechos.
cooperación internacional, especialmente económica
y técnica, para lograr progresivamente la plena efec- Respecto a la obligación de adoptar providencias
tividad de los derechos que se derivan de las norma.> establecido en el artículo 26 de la CADH, consiste en
económicas, sociales y sobre educación, ciencia y cul- que el F.::.tado tome las necesarias acciones para cumplir
con las normas del instrumento internacional. Esto
significa, en mi opinión, que serían cuatro obligacio-
Americana implica la adopción de medidas en dos vertientes.
Por una parte, la supresión de las normas y prácticas de
nes precisas. En primer lugar, la obligación de que
cualquier naturaleza que entrañen violación a las garantías cualquier medida adoptada debe respetar el principio
previstas en la Convención. Por la otra, la expedición de no discriminación. En segundo lugar, la obligación
de normas y el desarrollo de prácticas conducentes a la de derogar la legislación interna que no se encuentre
efectiva observancia de dichas garantías)) (Corte !OH 1999a:
párrafo 207).
conforme con los derechos sociales recogidos en la
,, (/rGIJEl F (\•: 0 SSA MONTf.10 Los DERECHél; HUMANOS lABORA\C> EN li)!; m ,FílU~lEIJTQ<; IrJTf"'Sr.IrnIcA•,,~.1 47

Carta de la O EA y sustihtirla por una legislación,, Jrde Sobre los recursos disponibles como limitante P'-
con dichos derechos. En tercer lugar, fo obli;e;aci,'m de la adopción de providencias, sin duda esté1 VD.riat-L'
establecer los recursos jurídicos internos efectivos que resulta in,, ,,Jrtante respecto de los derechos más difí-
aseguren la justiciabilidad de 1, ,-; derechos. En cuarto ciles de materializar porque se tratan de oblir;aciones
lugar, la obligación de satisfacer los nivele.~ esenciales de cumplir17, como :n el caso del derecho ~11 trabajo ,:
de cada uno de kis derechos sociales recogidos en la et derecho a la seg;_ idad social, porque en el caso el
Carta de la OEA. El fundamento de estas obligaciones los restantes derechos se tratan más de obligaciones t1 -·
proviene de la propia interpretación que ha desarro- respetar -como la libertad sindical y el derecho a ia
llado el Comité de Derechos Económicos, Sociales y huelga- u obligaciones de proteger -la prohibición
Culturales respecto al articulo 2 párraf,, 1 del Pacto de la disc-imínación en las relaciones laborales o la
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y protección Je las organizaciones sindicales-, las cua 1 , ..
Culturales (en adelante, PIDEsqw, que es si,,·,ilar a la no se encuentran condicionados o limitados a los rec-u,
regulación de la Convención Americana. sos disponibles, por lo que no existen impedimentos
En cuanto al listado de derechos humanos laborales para su aplicación. Para los derechos que suponen una
recogidos en la Carta de la OEA, como se ha señalado obligación de cumplir, el instrumento internacional es
previamente, son: el principio de no discriminación en más flexible para su cumplimiento progresi ,'o, pero re-
el ámbito laboral (artículo 3.1); salarios justos; oportu- cordando que se deben garantizar los niveles mínimos
nidades de empleo y condiciones de trabajo aceptables de cada uno de ellos.
para todos (artículo 34); e! derecho al trabajo; la liber- Finalmente, el carácter progresivo de realización
tad sindical; el derecho a la negociación colectiva; el de los derechos enunciados bajo el marco del artículo
derecho a la huelg .: el reconocimiento de la persone- 26 ha sido interpretado por la Corte Interamericana en
ría jurídica de la:-. 1sociaciones y la protección de su diversas sentencias, aunque destacan los casos Cinco
libertad e independencia; y el derecho a la seguridad Pensionistas vs. Perú y Acevedo Buendía y Otros vs. Perú,
social (artículo 45} 1~. respectivamente. En la primera de las sentencias, la
Corte establece que los derechos económicos, sociales
15 Es importanie resaltar que 25 Estados americanos han
ratificado tanto la Convención Americana como el PIDESC.
16 Rossi y Abramovich identifican los siguientes derechos el derecho de libertad sindical, el derecho a la negociación
consagrados en la Carta de la OEA a los que les corresponde colectiva, el derecho a la seguridad social y el derecho a !a
la aplicación de! artículo 26 de la Convención Americana de educación (Rosst y ABRAMOVICH 2004: 473-478).
D~rechos Humanos: el derecho a condiciones dignas de 11 Como señala e! internacionalista E10E, la obligación de cumplir
trabajo, el derecho a un salario justo, e\ derecho de huelga, es la única que conduce a gastos (E10E 2001a: 24-25).
48 IV:iGL'cl F (A"lE'Iº\ ,'.10NTEJO Los DERECHO:: , UMANO> lAflOíl,\lES rn LOS INSTRUME!HOS 1•,,c~A"1ERl(A'.IQS
0
49

y culhtrales tienen tanto una dimensión individual Corte señala que el carácter progresiv ) de los derechos
como colectiva. Su desarrollo progresivo se debe medir :~ otorga una cierta flexibilidaL~ en su c~1mplimiento,
en función de la creciente cobertura de esos derechos ) ,1 se;; por las dificultades en materializarlo en tm bre-
en general sobre el conjunto de la poblacion, teniendo ve P"- .Jdo de tiempo como por las dificultades que
presente los imperativos de la equidad SOL'.,tl, y no en la implic · su efectividad en cada país 19 • Aunque esto no
funi:ión de las circunstancias de un muy limitado grupo supom· restarle la obligatoriedad que tiene el derecho,
de pensionistas no necesariamente representativos de es decir, en adoptar providencias y brindar los medios
la situación general prevaleciente (Corte IDH 2003a: y elementos necesarios para responder a las exigencias
párrafo 147). Esto debe interpretarse en cuanto a que la de dectividad de los derechos involtt-:cidos, siempre
progresividad de la plena efectividad de los derechos en l,l medida de los recursos económicos y financieros
económicos, sociales y culturales se materializa en su de que disponga para el cumplimiento del respectivo
creciente cobertura sobre el conjunto de la población compromisú internacional adquirid1;. Así la implemen-
bajo el marco de la equidad social y no medirse en tación progresiva de dichas medidds podrá ser objeto
fuwión a la específici situación de un determinado de rendición de cuentas y, de ser el caso, el cur,1pli-
.s;:rupo o de un individuo 18 • En la segunda sentencia, la miento del respectivo compromiso adquirido por '-'1
Estado podrá ser exigido ante las instancias llamadas a
resolver eventuales violaciones a los dere...:,1os humanos
,s
La interpretación de la Corte sobre esta sentencia ha recibido (Corte IDH 2009b: párrafo 102). En la misma sentencia
serias críticas: <ffal interpretación no puede inferirse del texto
la Corte señala que existe un deber condicionado de
de la norma, ya que no hay .11ención alguna a la verificación
de una situación generalizada para que se configure el no regresividad enel cumplimiento del derecho social,
supuesto de regresividad. Por ello creemos equivocado
excluir el alcance de la norma aquellos casos que afectan a
un sector determinado de la población, e incluso, a víctimas
individuales. Es obvio que los supuestos de violaciones de que afecten a grupos específicos o a vfciímas individuales.
dc:rechos sociales pueden presentarse tanto en el plano Por lo demás, la interpretación efectuada por 1a Corte no se
individual como colectivo y en algunas oportunidades como compadece con los estándares que vienen desarrollando el
afectaciones de toda la población. A nuestro entender, el Comité y parece obligarla a realizar en el marco de un caso
cun 19limiento de la obligación de no regresividad debe medirse individua! la supervisión de situaciones generales lo que no
pres1samente en situaciones particulares las que, por otra está dentro de su limitada competenciaJ> (Ross1 y AsRA~.1ov1cH
parte, podrán comprender la afectación de derechos de grupos 2004: 468-469). Véase también (CouRr1s 2006: 44-52).
determinados o en ocasiones de toda la población. De lo " Estos dos criterios expuestos por la Corte provienen de
contrario, la aplicación de esta norma se verla notablemente la Observación General N°. 3 del Comité de Derechos
restringida, contrariando su !etra y espíritu y dejando un amplio Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas
margen a los Estados para adoptar disposiciones peyorativas {CDESC 1990: párrafo 9).
50 fi' ;,m F. CANESSA Mo·imo Los [)!:R~CKO> HUMANOS lABORA.lC> EN lOS lr!STRUMl:NTOS INTEO\MERICM;os

,- , ,r lo que la regresividad result;.t justiciable (Corte IDH ende muestran con mayor exactitud las obligaciones dt::
?.l109b: párrafo 103). los Estados Partes en la materia.
Así para los derechos humanos labo ...1t.-::s ubicados
en el marco del artículo 26 de la Convención ame- 4.2. La suspensión de la aplicadón de la CADH
riCEma, los Estados Partes ~e h::in comprometido 0 La Convención americana regula la suspen;;1ón de
adoptar providencias que :·-~sp~ten el principio de la aplicaci(w de los derechos del instrnmento wtema-
no discriminación, armonicen su derecho intern,) cional en eJ. _t1tículo 27. En su párrafo 1 establece:
con ellos y otorgue la deliida protección jurídica, ''En caso de guerra, de peligro público n de otra
~Zlra así lograr progresivamente la plena efectividad emergencia que amenace la independencia o St-'_!.!;uridad
de los derechos bajo un marcr, de equidnd social, en del Estado Parte, éste podrá adoptar disposiciones que,
la medida de los recursos disponibles, por vía legi:r en la medida y por el tiempo estrictamente limttados a
lativa u otros medios apropiados. No se admite la las exigencias de la situación, suspendan las obligacio-
regresividad en el cumplimiento del derecho, salvo nes contraídas en virtud de esta Convención, siempre
que esté debidamente justificado y se evidencie el apro- que tales disposiciones no sean incompatibles con las
vechamiento de los recmsos que el Estado disponga demás obligaciones qu:: les impone el derecho inter-
para su cumplimiento. En todo rnso, la regresividad nacional y no entrañen discriminación alguna fundad J.
está sujeta a ser justiciabl.-' ante los órganos de control en motivos de razón, color, sexo, idioma, religión u
del Sistema Interamericano. origen social".
Antes de concluir con el análisis de la regla es- Las causales de la Convención americana son más
pecial de aplicación del artículo 26, quiero destacar amplias que la recogida en el artículo 4 párrafo 1 del
que la libertad sindical se ubica tanto en el marco de Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
los artículos 1 y 2 como en el artículo 26. Es decir, la (situaciones excepcionales que pongan en peligro la
libertad sindical se encuentra recogido expresamente nación), por lo que en térmínos teóricos, un Estado
en el artículo 16.1 de la Convención Americana y a la americano que justifique la suspensión de los derechos
vez, en el artículo 45 inciso c) de la Carta de la OEA bajo la causal de la seguridad del Estado podría reci-
con lo que está dentro del marco del artículo 26 de la bir el rechazo del Comité de Derechos Humanos de
CADH. ¿Qué consecuencia jurídica provoca esta doble Naciones Unidas y, a la vez, la aceptación del Sistema
presencia en la Convención Americana? En principio, Interamericano.
la libertad sindical estaría doblemente protegida por El párrafo 2 del artículo 27 prescribe que no están
ambos marcos de aplicación, aunque las obligaciones autorizados la suspensión de los siguientes derechos:
de los artículos 1 y2 de la CADH son más precisas y por el derecho al reconocimiento de la personalidad jurí-

--- -- ---------~--------
52 MIGUEL f. CANCSSA. MO)lfüO Los DERi:Crl05 Hm~ANOS lA80RAt"ES f' '.'lS INSTr 1",!HITOS INTE~Ar.1rn1:A~',)S 53

dica; el derecho a la vida (artículo 4); el derecho a la La Corte resalta que la suspensión de garantías
integridad personal (artículo 5); la prohibición de la puede ser el único medio para atender a situaciones de
esclavitud y servidumbre (artículo 6); el principio de emergencia pública y preservar los valores superiores
la legalidad y de retroactividad (artículo 9); la libertad de la sociedad democrática. Por lo que, «la suspen-
de conciencia y de religión (artículo 12); la protección sión de garantias carece de toda legitimidad cuando
a la fomilia (artículo 17); el derecho al nombre (artículo se utiliza para atentar contra el sic;tema democrático,
18); el derecho del niño (artículo 19); el derecho de la que dispone de limites infranqlcc\1bles en cuanto a la
nacionalidad (artículo 20); y, los derechos políticos vigencia constante de ciertos derechos esenciales de la
(artículo 23). Ni tampoco cabe suspender las garantías persona» (Corte IDH 1987: párrafo 20).
de estos derechos, es decir, las normas de protección La conclusión de la Corte sobre la suspensión de las
o justiciabilidad. garantías del artículo 27 de la Convención americana
· La Corte Interamericana se ha pronunciado :,obre es: <,Por consiguie.-:te, lejos de adoptar un criterio fa-
el artículo 27 en la Opinión Consultiva OC 8/87 so- vorable a la suspensi• 'in de los derechos, la Convención
bre "El Habeas Corpus bajo suspensión de garantías establece el principi,, contrario, es decir, que todos los
(artículos 27,2; 25,1 y 7,ó Convención Americ:ma de derechos deben ser r.;spetados y garantizados a menos
Derechos Humanos)" del 30 de enero de 1987. La Corte que circunstancias muy et.pedales justifiquen la sus-
establece que:
Del análisis de los términos de la Convención en
el contexto de éstos, resulta que no se trata de una señala. En este sentido, conviene observar que, aunque el
"suspensión de garantías" en sentido absoluto, ni capítulo IV de la Convención se titula 'Suspensión de garantías,
interpretación y aplicación', y el art. 27 de la misma indica, en
de la "suspensión de derechos" ya que siendo éstos su encabezado, que se refiere a la 'suspensión de garantías',
consustanciales con la persona lo único que podría sus- el párrafo 1 de la disposición que comentamos autoriza a
penderse o impedirse sería su pleno y efectivo ejercicio los Estados para que suspendan el cumplimiento de las
(Corte IDH 1987: párrafo 18)20 . 'obligaciones' que han contraldo en virtud de la Convención.
Asimismo, debe observarse que -de acuerdo con el art. 1-
)as obligaciones asumidas por los Estados implican tanto el
'respeto' como la 'garantía' je los derechos consagrados en
•~ Sin embargo, otros autores interpretan el referido artículo la Convención; además, el párrafo 2 del art. 27 se refiere a
de manera distinta a la Corte lnteramericana: <(A pesar de los 'derechos' que no se pueden suspender, y el párrafo 3 del
lo ya expresado por el tribunal, nos parece que, en términos mismo artículo menciona que ef Estado debe informar sobre
prácticos, esta medida se traduce en la suspensión tanto de las 'disposiciones' cuya aplicación haya suspendido, lo que
los derechos consagrados en la Convención, así como de los obviamente afecta a la vigencia de los derechos consagrados
medios idóneos para asegurar el ejercicio de esos derechos en esas disposiciones y no la mera garantía de los mismos))
-es decir, las garantías- que, en cada caso, ella misma (FAúNOEZ 2009: 96).
54 MIGUa r. CAN[, ., .. ,,ow· Los ornt~HOS HUM~NOS !AG- "·'-ES EN LO· -~UMH)T05 ,,1,rnM,'.. "'l(P:JO) 55

pensión de algunos, en tc1nto que otros nunca pueden ley que reshinja y limite el der.;>cho deberá responder
ser suspendidos por grave que se,; lo emergencia» necesariamente al interés general de la sociedad y no
(Corte IDH 1987: párn.fo 21 ). meramente a un interés particular o de grupo. En tercer
En resumen, se pueden t-mspendl'r los derechos hu- lugar, la ley que restrinja y 1iniite el derecho no debe
manos laborales de la CADH bajo circunstancias muy contradecir su propósito y ra/,dll. Este requisito armo-
especiales, pero no caben 'n los casos de Ja prohibición niza el contenido esencial del Jtrecho con la fijación de
de la esclav'tud y de la ser- idumbre y la prohibición de restricciones y limitaciones para que no se produzcan
la discriminacion en las re! · iPnes laborales que están contradicciones.
terminante prohibidas. La Corte Interamericana ha abordado esta materia
en el caso Ricardo Canese vs. Paraguay, afirmando que:
4.3. Las re<;triccione5 .:o la CADH es necesario que dichas restricciones se encuentren
expresamente fijadas por ley, y que estén destinadas a
La Convención permite restricciones en el goce y el
prevenir infracciones penales o a proteger la seguridad
ejercicio de los derechos e• ,nsagrados en el instrumento
nacional, la seguridad o el orden público, la moral o la
interamericano. Así, el artículo 30 señala:
salud públ¡_ca o los derechos y libertades de los d12más,
"Las restricciones permitidas, de acuerdo con esta en la m12dida indispensable en una sociedad demo1.,rá-
Convención, al goce y ejercicio de los derechos y liber-
tica (Corte IDH 2004: párrafo 117).
tades reconocidas -en la misma, no pueden ser aplicadas A esto habría que agregar que la Comisión In-
sino conforme a las leyes que se dictaren por razones
teramericana señala que como condición previa a• la
de interés general y con el propósito para el cual han
restricción en el ejercicio de un derecho: «el intérprete
sido establecidas".
de la Convención debe identificar, en primer lugar,
Podemos establecer que se exigen cumplir tres si la naturaleza del derecho implica que el mismo es
requisitos para considerar válida una restricción en el susceptible de restricción)) (CIDH 2009c: párrafo 104).
marco de la CADH. En primer lugar, la restricción u la Los derechos humanos que gozan de carácter absoluto
limitación deben ser establecidas por una ley. Entiendo son los que forman parte de esta categoría, es decir
que podría interpretarse que el término 'ley' incluye no pueden ser restringidos bajo ningún supuesto. Por
también a las demás normas internas con rango de ley, ejemplo, la prohibición de la tortura y, en el caso de
pero de ningún modo a otro tipo de normas de menor los derechos humanos laborales se puede mencionar
jerarquía. En segundo lugar, el objetivo de la restric- como ejemplo la prohibición de la esclavitud y de la
ción y límite será preservar el bienestar general de la servidumbre.
sociedad. Esto significaría que la norma con rango de
56 ., iUEL F. (AIIE~s; MOIHCJ•)
LOS O:CRECHOS HUMAl'/05 lAUORAlES EN '05 r·n~uMENTOS l~H!:RAfH~IC~._,, 5-;'

En resumen, los derecho.~ huma nns laborales con- ci, ,n de las reservas dentro de la CADH (Corte IDH
sagrados en la ConvenciónAmericanri -~obre Derechos 1982: párrafos 27 y 34). La Cork subraya:
Humanos pueden ser restringidos en su goce y ejercicio Para los fines del presente análisis, la referencia
siemprt-:' que estos derechos no sean de carácter absolu- del artículo 75 a la Convención de Viena sólo tiene
to y la restricción o limitación sea establecida por una sentido si se entiende corno una autorización expresa
ley que responda al interés g::Heral sin contradecir la dec-,tinada a permitir a los Estados cualesquiera reservas
finalidad del propio derecho. que consideren apropiadas, siempre y cuando éstas no
sean incompatibles con el objeto y fin del tratado. Como
4.4. Las reservas a la CADH tales, se puede decir que ellas se rigen por el artículo
.a Convención Americana regula las reservas en su 20.1 de la Convención de Viena y, consecuentemente,
artículo 75, donde señala que: "Esta Convención sólo no están sujetas a la aceptación de ningún otro Estado
puede ser objeto de reservas conforme a las disposicio- Parte (Corte IDH 1982: párrafo 35).
nes de la Convención de Viena sobre Derecho de los Esto no impide el legítimo interés de los Estados
Tratados, suscrita el 23 de mayo de 1969". Partes en excluir reservas incompatibles con el objeto
La Co.tte Interamericana se ha pronunciado sobre y fin de la Convención Americana, recurriendo a los
el tema en su Opinión Consultiva OC-2/82 "El efec- mecanismos consultivos y jurisdiccionales establecidos
to de las reservas sobre la entrada en vigencia de la por aquélla (Corte IDH 1982: párrafo 38).
Convención Americana de Derechos Humanos (artí- Esto significa, de conformidad con lo establecido
culos 74 y 75)" del 24 de septiembre de 1982. La Corte por la Corte, que el marco normativo de las reservas
interprda que los incisos a) y b) del artículo 19 de la de la CADH se encuentra regulado en los artículos 19
Convención de Viena resultan inaplicables porque la al 23 de la Convención de Viena. Así, un Estado puede
CADH no prohibe las reservas, ni tampoco especifica formular una reserva en el momento de la ratificación
la que son permitidas. <6e deduce de allí que el artículo o adhesión del instrumento internacional, siempre que
75 permite que los Estados ratifiquen o se adhieran a dicha reserva no sea incompatible con el objeto y el fin
la Convención cor, -.::ualquier reserva que ellos quieran del tratado. Asimismo, las reservas no requieren acep-
hacer, siempre y cuando ésta no sea "incompatible con el tación de ningún otro Estado Parte de la Convención
objeto y fin" del tratado)) (Corte IDH 1982: párrafo 22). Americana.
Igualmente, concluye la Corte Interamericana que los El instrumento regional ha recibido pocas reser-
párrafos 2, 3 y 4 del artículo 20 de la Convención de vas al momento de su ratificación por los Estados del
Viena resultan inaplicables para la aceptación y obje- hemisferio, en comparación con otros tratados inter-

t•,;,
------------------~~-- ~
MIGUH F. (At,'é>SA MO'ifü l Los DERECHOS HUf,1AIJOS LABOR-''.'.'; m LOS INSHIJ',1'',n:; INTrn,v.,rn,c~·rns 59
58

nacionales de derechos hwnanos 21 , lo que facilita su la Llegar.'t un momento en <.1ue ese sistema va amos-
plena aplicación. trarse in:w..,tenible, ;- \-que genera tanta iniquidad,
Sin embargo, el profesor Carn;ado critica que tanta diferenciación entre las obligaciones de los Es-
la CADH haya adoptado en el tema de las reservas tados Partes Contratantes, qw.., va haber necesidad de
la regulación de la Convención de Viena. Las razo- una reevaluación del sistema d, -1s dos Convenciones
nes que formula el juez brasilc, '1 para cuestionar de Viena de 1969 y de 1986 (19%: 120-!21)
la conveniencia de la Convención de Viena son las En resumen, caben presentar reservas al CADH en
siguientes. En primer lugar, los tratados de derechos materia de derechos humanos laborales, pero se deben
humanos -como tambi2n los tratados en materia de cumplir rigurosament,~ lo estipulado en el instrumento
integración regional o tratados normativos- estable- regional, es decir que la reserva no sea incompatible
cen un régimen objetivo público internacional con el con el objeto y el fin del tratado. Asir1 ismo, no caber:
cual sería incompatible Ja formulación de reservas. Si reservas contra la prohibición de la ec;davitud y la str-
se permiten las reservas, los Estados podrían dar su vidumbre ni contra la prohibidón de la discriminación
propia interpretación del instrumento internacional en materia laboral, respectivamente.
con las reservas que formulen, esperando que no sean
objetadas para que la disposición convencional no se 4.5. La denuncia o el retiro de la CADH
le aplique (Can~ado 1996: 118-119). En segundo lugar, La Convención americana regula su artículo 78 ªº
la regla de que la reserva no puede ser incompatible la denuncia de la Convención por un Cstado Parte. Su
con el objeto y fin del tratado resulta siendo confusa, primer párrafo establece:
en razón que si un Estado objeta una reserva bajo ese
"Los Estados Partes podrán denunciar esta Convención
criterio, la reserva no se aplica para dicho Estado pero después de la expiración de u" plazo de cinco años a
se mantiene la reserva respecto a los demás Estados que partir de la fecha de entrada en vigor de la misma y
no la han objetado (Carn;ado 1996: 119-120). En tercer mediante un preaviso de un año, notificando al Secre-
lugar, la Convención de Viena no señala quién es el tario General de la Organizad•· n, quien debe informar
órgano competente para pronunciarse sobre la compa- a las otras Partes".
tibilidad o no de una determinada reserva con el objeto
El párrafo 2 señala:
y fin de un tratado (Cam:;ado 1996: 120). Concluye, que:
"Dicha denuncia no tendrá por efecto desligar al Esta-
do Parte interesado de las obligaciones contenidas en
21 El listado de-Estados Americanos que han presentado reservas esta Convención en lo que concierne a todo hecho que,
es la siguiente: Argentina, Barbados, Dominica, El Salvador, pudiendo constituir una violación de esas obligaciones,
Guatemala, México, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela

l
60 MIGUH F. CANESSA MOIITEJO l· ·.·eRECHOS !-'',:: ;•Jos lABC•"'~lES ErJ LOS INSTRUMWTOS INTER-' ·,,rn1c,,.1,os 61

haya sido <..:umplido :- ·-1r él anteriormente a la fechR <-'n Trinidad y Tobago ilustra que el retiro de 1a Conven-
la cual liJ. denuncia r~oduce efecto". ción no impide que la CIDH y la Corte Interamericana
Tres casos de denuncias se han producido en el sigan ejerciendo sus competencias sobre dennncias
Sistema Interamericano pueden ser ilustrativos sobre presentadas antes de la fecha que surta efectos el retiro.
este tema. En primer lugar, la denuncia de la Conve, •- El segundo caso fue el retiro de Perú de la com-
,,i.'mAmericana presentada por Trinidad y Tobago. C:n petencia contenciosa de la Corte Interamericana. El
segundo lugar, el fracasado retiro de la competencia país andino pr,;sentó el 16 de julio de 1999 un escrito
contenciosa de la Corte Interamericana presentada por donde señalaba que el Congreso había aprobado la
"TÚ. En tercer i,"1gar, la denuncia de Vs:-;1.ezuela a la Resolución Legislativa Nº. 27152 mediante el cual el
Convención Americana. Estado peruano retiraba la declaración de reconoci-
El prime; caso fue el retiro de Trinidad y Tobago miento de la cláusula facultativa de sometimiento a la
de la Convención Americana. El país caribeño presentó competencia contenciosa de la Corte con efecto inme-
su retiro el 26 de mayo de 1998, argumentando que las diato. Lo resaltante del caso para la materia es que la
dificultades para cumplir las exigencias sobr€ la impo- Corte Interamericana se pronunció en su sentencia de
sición de la pena de muerte que se le habían formulado cvmpetencia del caso del Tribunal Constitucional del
terminaría frustrando la ejecuciún de esta pena legal 29 de septiembre de 1999, en los ~iguientes términos:
conforme se castiga en su ordenamiento interno por el «la única vía de que dispone el Estado Parte para
delito de homicidio 22 • La Corte Interamericana señaló desvincularse del sometimiento de In competencia
que el retiro de Trinidad y Tobago J. la Convención contenciosa de la Corte, según la Convención Ame-
Americana inició sus efectos un año después del retiro ricana, es la denuncia del tratado como un todo; si
(26 de mayo de 1999), por lo que hechos que ocurrieron esto ocurriera, dicha dennncia se produciría efectos
con anterioridad a dicha fecha y que fueron denuncia- conforme al artículo 78, el cual establece un preaviso
dos por la Comisión lnteramericana ante la Corte si de un año,, (Corte IDH 1999b: párrafo 39).
generan efectos (Corte IOH 2002: párrafo 13). El caso de Para la Corte Interamericana sólo cabe !a demmcia
o el retiro sobre la integridad del instrn inento re-
" Igualmente, Trinidad y Tobago denunció el Primer Protocolo gional y no sobre partes o cláusulas de la misma
Facultaiivo del Pact i Internacional de Derechos Ci,;iles (Corte IDH 1999b: párrafo 50) 23 • El use' de '.'erú
y Políticos que establece el procedimiento de control de
denuncias por violaciones al PIDCP ante el Comité de
Derechos Humanos, para posteriormente volver a adherirse 21
La Corte lnteramericana declaró inadmisible el pretendido retiro
con la reserva según la cual el Comité no podía estudiar las del Perú sobre la competencia contenciosa del tribunal regional.
peticiones de sus ciudadanos condenados a muerte. Posteriormente, con el retomo de la democracia al país andino,

-
62 MIGUH F. CANES;; MO!JTEJO Los ·,rn,:w,:; :;u•.1,v:,-,, LABORALES_ ~s lrJSTRur:rnros INTEP.ól,1ERl(Ar;~1 :iJ

ilustra que só~ caben denuncias sobr, el íntegro los casos en trámik y sobre las demandas que se le
de la Convención Americana y no sobre una parte presenten sobre he'..'nos previos a esa fecha. Asimismo,
o un artículo del instrumento regional, ,.,orno pre- la CIDH conserya la competencia para conocer c1suntos
tendía el país andino. Asimismo, que "' JenuncL relacionados a los derechos humanos en Venezuda, :ri
no puede tener un efectc, inmediato, sino deb•~ razón que el país sudame,icano continúa sujeto a J;._,
cumplirse el año de preavisú fijado por el artículo 78 oblig,,.:iones intemaciona,ó que se desprenden de t<.
de la Convención. Carta de la OEA y de lü Declaración Americana de los
El tercer <;aso fue la demmcia presentada por Ve- Derechos y Deberes del Hombre.
nezuela a la Convención Americana sobre Derechos En resumen, un Estado Parte de la Convención
Humanos (10 de setiembre de 2012). Los argumentos americana sólo puede denunciar la integridad del ins-
del gobierno venezolano consistieron en .señalar que trumento regional y sólo producirá efectos su denuncia
la Constitución del país y las instituciones públicas o retiro luego del preaviso de un año. Sin embargo, su
velaban por el respeto y cumplimiento de los derechos exigibilidad en el ordenamiento interno continuaría
fundamentales de sus nacionales, por lo que no se vigente si los referidos derechos humanos laborales son
requiere la protectón interamericana. Asimismo, el recogidos en la Constitución política o la legislación na-
gobierno venezolano criticó a la Comisión y a la Corte cional del Estado denunciante. Asimismo, la dernmcia
por haberse alejado de los principios del Sistema Inte- de la CADH mrcce de valor jurídico frente a los d,-··nás
ramericano, cumpliendo un rol desestabilizador de los instrumentos internacionales que se encuentre vincu-
gobiernos nacionales, violando la soberanía nacional de lado el Estado denunciante -por ejemplo, los Pactos
los Estados y adoptando una línea de acción injerencista Internacionales de 1966, la Constitución de la OIT, Lis
en los asuntos internos en el país. La denuncia entró en convenios internacionales del trabajo-, en donde se
vigor el 10 de setiembre de 2013 por lo que el Estado reconocen derechos humo,'os laborales.
venezolano no puede ser demandado ante :a Corte
Interamericana por hechos posteriores a dicha fecha, 5. EL PROTOCOLO ADICIONAL A LA CONVENCIÓN
Sin embargo, la Corte conserva la competencia sobre AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS EN
MATERIA DE DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES
Y CULTURALES "PROTOCOLO DE SAN SALVADOR"
el Estado peruano se reintegró plenamente a la competencia
contenciosa de la Corte, señalando en su escrito de! 29 de El Protocolo de San Salvador (en adelante, Pro-
enero de 2001, que reconoce la competencia contenciosa de
tocolo Adicional) fue adoptado el 17 de noviembre
la Corte lnteramericana de manera interrumpida desde su
depósito y procede a retirar el escrito con el cual se pretendió de 1988 y entró en vigor el 16 de noviembre de 1999
retirar su competencia.
r,l,Gl/HF. ~"mSSAMo>,FJO l OERéCf!OS HUMMQ$ LABOilóLC•" ';'I toS iC'51"íllJMENTOS INTl'.RAr~~R,t,.:.-)> 65
64

para los Estados Americanos que lo han ratificado 24 • El Asimismo, en otra de -.;us ,_'onsideraciones se
sustt'nto jurídico del Protocolo Adicional proviene del conoce la interdependencic, . ·.,: ·2 los jerechos dvi,~·~
artículo 31 de la CADH cuando dispone: "Podrán ser y políticos con los derechos económicos, sociales y
incluidos en el régimen de prote, ·ión de esta Con ven· culturales:
ción otros derechos y lib~rtades ....;ue sean re,:onocidos "Considerando la estrecha relación que existe entre
de acuerdo con los procedimientos estableciJos en los la vigencia de los derechos económicos, sociales y
artículos 26 y 77". culturales y la de los derechos .civiles y políticos, por
La carencia ya evidenciada en la redacción de la cuanto las diferentes categorias de derechos constitu-
Convención Americana por la c1usencia de derechos yen un todo indisoluble ~¡ue encuentra su base en el
económicos, sociales y culturale,,, provocó la necesi- reconocimiento de la dignidad de la persona humana,
dad de elaborar un tratado complementario sobre la por lo cual exigen una tutela y promoción per'Tlanente
materia. En uno de sus consideraciones, el Protocolo con el objeto de lograr su vigencia plena, sin que jamás
Adicional resalta: pueda justificarse la violación de unos en aras de la
r2alización de otros".
"Teniendo presente que si bien los derechos econó-
micos, sociales y culturales fundamentales han sido Bajo este marco normativo, hay un significativo nú-
reconocidos en anteriores instrumentos internaciona- mero de derechos laborales que son consagrados como
les, tanto d•· ámbito universal como regional, resulta derechos humanos en el Sistema Interamericano por
de gran importancia que éstos sean reafirmados, de- medio de este Protocolo Adicional, siguiendo la línea
sarrollados, perfeccionados y protegidos en función ya formuladas por la Carta Americana de Garantías
de consolidar en América, sobre la base del respeto Sociales de 1947 y la Carta de la OEA. El Protocolo de
integral a los derechos de la persona, el régimen San Salvador recoge en el plano individual los siguien-
democrático representativo de gobierno, así como tes derechos humanos laborales: el derecho al trabajo
el derecho d-.:' sus pueblP~ ·_ll desarrollo, a la libre (artículo 6), el derecho a condiciones justas, equitativas
determinación y a dispone: ··,remente sus riquezas y y satisfactorias de trabajo (artículo 7), el derecho a una
recursos naturales". remuneración mínima (artículo 7, inciso a), la libertad
de trabajo (artículo 7, inciso b), la promoción en el em-
:• Sólo pueden ser Partes en el Protocolo Jos Estados que han pleo (artículo 7, inciso e), la estabilidad laboral (artículo
ratificado la Convención Americana. Hasta diciembre de 7, inciso d), la seguridad e higiene en el trabajo (artículo
2013 lo han ratificado 16 Estados americanos: Argentina, 7, inciso e), la prohibición del trabajo nocturno o labores
Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, insalubres o peligrosas para los menores de 18 años de
Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay,
Perú, Surinam y Uruguay.
edad {artículo 7, inciso f), la prohibición de trabajos
M:GUEL f l.M>ESSA MO~TF.lf' Lo, DERECHD5 HUMANOS LABOP,\lES EN, ., 1·1s •IJCiHTOS INTE.>M:ltR!U.,,.- 6,'
66

que pongan en pefo;ro la salud, seguridad o moral de de adoptar disposiciones t·:, el derecho interno. En
·nores de 16 añu~ de eJad (artículo 7, inciso f), la tercer lugar, la obligación ji;,- garantizar la no discri-
limitación de la jornada de trnbajo (artículo 7, inciso minación en la titularidad, el goce y el ejercicio de los
g), el derecho al descanso (artículo 7, inciso h), las va- derechos enunciados en el Protocolo Adicional. Dichas
caciones pagada~ \articulo_-_ inciso h), la remuneración obligaciones son exigibles sin que medie ningún im-
de los días feriado::- (artícuL · 7, inciso h) y derecho a la pedimento o condicionamiento p.mi su cumplimiento.
seguridad social (artículo 9). En el caso de los derechos La primera obligación es la ad.vpción de medidas
colectivos, el Protocolo reconoce los derechos sindicales que se encuentra recogida en el artículo 1 del Protocolo
en el artículo 8 y exige que los Estados partes garan- Adicional, donde señala:
ticen: el derecho a organizar sindicatos y a afiliarse al "Los Estados Partes en el presente Protocolo Adicional
de su elección, para la protección y promoción de sus a la Convención Americana sobre Derechos Humanos
intereses (inciso a, párrafo 1), el der-. cho a la huelga
0
se comprometen a adoptar las medidas necesarias tanto
(inciso b, párrafo 2) y nadie podría ser obligado a per- de orden interno como mediante la cooperación entre
tenecer .i un sindicato (párrafo 1)_ los Estados, especialmente económica y técnica, hasta
Aquí me interesan cuatro puntos sobre el análisis el máximo de los recursos disponibles y tornando en
del Protocolo de San Salvador respecto a los derechos cuenta su grado de desarrollo, a fin de lograr progresi-
humanos laborales. En primer luga~. la obligación de vamente, y de conformidad con la legislación intem.:'t,
la aplicación inmediata del instrumento internacional. la plena efectividad de los derechos que se reconoC€(i
En segundo lugar, las restriccion2c; y limitaciones en el en el Protocolo".
goce y ejercicio de los derechos recogidos en el Protoco- La segunda obligación es la adopción de disposi-
lo Adicional. En tercer lugar, el régimen de las reservas ciones de derecho interno que se encuentra recogido
que pueden presentar al instrnmento internacional. En en el artículo 2 del Protocolo Adicional, donde señala:
cuarto lugar, la regulación de la denuncia o el retiro "Si el ejercicio de los derechos establecidos en el
que puede formular un Estado Parb~. presente Protocolo no estuviera ya garantizado por
disposiciones legislativas o de otro carácter, los Estados
5.1. La aplicación inmediata del Protocolo Adicional Partes se comprometen a adoptar, con arreglo a sus
Con la ratificación o adhesiór · , le un Estado ame- procedimientos constitucionales y a las disposiciones
ricano al Protocolo Adicional, se le imponen una serie de este Protocolo las medidas legislativas o de otro
de obligaciones exigibles establecidas en el instrumento carácter que fueran necesarias para hacer efectivos
internacional. En primer lugar, la obligación de adoptar tales derechos".
determinadas medidas. En segundo lugar, la obligación
68 M:G~H F. CAt,,_,~ MmmJO Los OER~CHOS HU',1ANOS LABORA' ºS l'.N LOS lflSTRUMF.'•TClS INT~RAMEPiCMWS 69

Esta obligación ~<:: complementa con lo señalado Esta obligauón general ha sü. • analizada por la
en el primer artículo del Protocolo. La obligaci _'m de Cort: ::1teramericana, resaltando ,1ue se desprenden
adoptar medidas necesarias incluye la adopci¡\n de tres obligaciones específicas para los Estados Partes. En
disposicione Je derecho interno que aseguren la primer lugar, la obligación de no introducir en su or-
efectividad de: los derechos recogidos en el Proto- denamiento jurídico regulaciones discriminatorias. En
colo Adicional. Asimismo, este artículo es similar al segundo lugar, la obligación de eliminar de dicho orde-
artículo 2 de la Convención Americana, por lo que namiento las regulaciones de carácter discriminatorio.
debería seguirse la interpretación que ha formulado En tercer lugar, la obligación de combatir las prácticas
al respecto la Corte Interamericana. Es decir, signi~ discriminatorias (Corte IDH 2003b: párrafo 88).
fican dos obligaciones. Por un lado, la supresión de En resumen, el significado de estas tres obligacio-
las normas y las prácticas de cualquier naturaleza nes reseñadas para los derechos humanos laborales
que entrañen violación a las garantías previstas en del Protocolo de San Salvador se sintetiza en que los
el instrumento regional. Por otro lado, la expedición Estados deben adoptar las medidas necesarias para
de normas y el desarrollo de prácticas conducentes a garantizar su plena efectividad dentro de los orde-
la efectiva observancia de dichas garantías (Corte IDH namientos nacionales, lo que puede representar la
1999a: párrafo 207). derogación o modificación de las normas laborales
La tercera obligación está establecida por eJ , --in- vigentes para su adecuación al Protocolo o la promul-
cipio de no discriminación25 que se encuentra recogido gación de normas. Asimismo, la adopción de estas
en el artículo 3 del Protocolu Adicional, donde señala: medidas necesarias incluye la prohibición de introducir
"T ;s Estados Partes en el presente Protocolo se com-
regulaciones discriminatorias, eliminar las existentes y
prometen a garantizar el ejercicio de los derechos que especialmente combatir las prácticas discriminatorias
en él se muncian, sin discriminación alguna por mo- en las relaciones laborales.
tivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones
políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o 5.2. Las restricciones en los derechos del Protocolo
social, posición económica, nacimiento o cualquier otra Adicional
condición social". El Protocolo de San Salvador no ¡:iermite la suspen-
sión en su aplicación sino que establece limitaciones y
restricciones en el goce y ejercicio de los derechos, como
25 La Corte lnteramericana ha definido la discriminación «para también lo señala la Convención (artículo 30). Esto se
hacer referencia a toda exclusión, restricción o privilegio que
no sea objetivo y razonable, que redunde en detrimento de
encuentra regulado en los artículos 4 y 5, respectiva-
los derechos humanos)) (Corte 10H 2003b: párrafo 84). mente. El artículo 4 establece:
10 f/<iGU ,L ~. C<,:lESS~ Mc:,iicJO LO'; orn,c:,os ~UMAtlOS LA80Rfo'.FS f:N lOS 'lJSTRUMHHO$ ltH!:RAt.1f.RICANG" 71

"No podrán restringirse o menoscabarse ninguno de explica, a modo de ejemplo, que el derecho de huelga
los derechos reconocidos o vigentes en un Estadr1 en (artículo 8, párrafo 1, inciso b) del Pr,Jtocolo de S·.'"
virtud de su legislación interna o de convenciones in- Salvador pueda restringirse en su ejercicio para 1· ·-.
terrn iona1es a pretexto de que el presente Protocolo trabajadores de los servicios esenciales v que esto 11
no le- reconoce o los reconoce en menor grado". Asi- signifique la violación de este derecho humano labora 1.
misn0- 1, el artículo 5 señala: "Los Estadqs Partes sólo En resumen, no se puede recurrir al Protocolo
podrán establecer restricciones y limit<1• ·iones al goce Adicional para justificar las restricciones de derechos
y t'jercicio de los derechos establecidos ·n el presente humanos laborales no reconocidos o reconocidos ·n
Protocolo mediante leyes promulgada-, con el objeto menor grado por el instrumento regional. Asimi
de preservar el bienestar general dentn. je una socie- mo, cabe formular restricciones y limitaciones a lo:,;
dad democrática, en la medida que no 1 ,ntradigan el derechos humanos laborales del Protocolo Adicional
propósito y razón de los mismos". siempre que {a norma restrictiva tenga rango de ley,
En el caso del Protocolo Adicional se pueden re- responda al interés general de la sociedad y no signi-
conocer dos reglas sobre las restricciones. En primer fique una violación al objeto y finalidad del derecho.
lugar, no se autoriza la restricción de derechos que Por supuesto, cada restricción y limitación formulada
no se encuentren consagrados dentro del instrumento por un Estado Parte sobre un derecho humano laboral
regional o que su formulación sea de menor grado estará sujeto a la evaluación de los procedimientos de
respecto a la legislación interna o los tratados interna- •."untrol del Sistema Interamericano.
cionales vinculantes para el Estado Parte. Se trata de
una norma que protege los derechos sociales más allá 5.3. Las reservas al Protocolo Adicional
de su propia formulación en el instrumento regional. En El artículo 20 del Protocolo de San Salvador esta-
segundo lugar, se exigen los mismos tres requisitos ex- blece que:
puestos en la Convención: la restricción o la limitación
"Los Estados Partes podrán formular reservas sobre
debe ser establecida por una ley; su objetivo siempre
una,_ ,nás disposiciones especificas del presente Pro-
será preservar el bienestar general de la sociedad; y,
tocolu al momento de aprobarlo, firmarlo, ratificarlo ú
la ley restrictiva o limitadora no deberá contradecir el
adherirse a él, siempre que no sean incompatibles con
propósito y la razón del derecho. el objeto y el fin del Protocolo".
Por ende, los derechos humanos laborales del Pro-
tocolo Adicional pueden estar sujetos a restricciones El Protocolo Adicional adopta como límite a la
o limitaciones siempre que no estén en contradicción formulación de reservas al instrumento regional, que
con el objeto y finalidad de los propios derechos. Esto éstas no sean incompatibles con el objeto y el fin del

l_
72 M1GllEl F. CAN Es·-~ Mor,imo L•X OCRECHOS H'i',:O.NOS LA8:>r"•-lES EN LOS l~iSTRUME:¡10s ltffrnAMi:RICAF<Dcó 73

Protocolo. Con ello re..:oge la fórmula del artículo 19 5.4. La denuncia o el retiro del Protocolo Adicional
inciso e) de la Convención de Viena sobre el Derecho El Protocolo Adiciofüil no ha regulado si los
de los Tratados. Ya se ha mencionado el debate sobre Estados Partes pueden denunciar o retirarse del instru-
la~- reservas a los tratc1dos de derechos humanos, espe- mento regional. Existen dos posibles interpretaciones
cie inente las formuladas por el profesor Carn;ado. Sin al respecto. En primer lugar, que se siguen las reglas
en, bargo, se debe destacar que el Protocolo Adicional es establecidas en la Convención de Viena, donde cabe
más preciso que la regulación adoptada por la Conven- la terminación del tratado o su retiro por el consenti-
ción Americana al respecto. En realidad, el Protocolo miento de todas las partes después de consultar a los
de San Salvador sigue el criterio general de los tratados demás Estados contratante:-- (artículo 54). En segundo
internacionales en reconocer que los Estados pueden lugar, que se aplique el arti _-ulo 56 de la Convención de
formular reservas siempre que no estén en contradic- Viena, donde establece que si un tratado internacional
ción con el objeto yel fin del instrumento intemacional. no ha regulado la denuncia o el retiro del instrumento
El Protocolo Adicional tiene dos reservas formu- internacional, éste no podrá ser objeto de denuncia
ladas por los Estados Partes. Por un lado, México al o retiro, a menos que conste que fue intención de las
momento de su ratificación declaró que el artículo 8 partes admitir la posibilidad de denuncia o de retiro; o
(derechos sindic ·s) se aplicará en su país dentro de las que el derecho de denuncia o de retiro pueda inferirse
modalidades y c1 ,nforrne a los procedimientos previstos de la naturaleza del tratado.
en las disposiciónes aplicables en su Constitución Polí- Hasta la fecha ningún de los Estados Partes ha
tica y de sus leyes reglamentarias. Sin que dicha reserva denunciado o se ha retirado del Protocolo Adicional
haya recibido algún tipo de pronunciamiento por parte por lo qi ,e no existe una experiencia al respecto.
de la CIDH. En mi opinión, la reserva es excesivamente
amplia por lo que podría estar en contra del objeto y
6. OTROS INSTRUMENTOS REGIONALES DE DERE-
el fin del tratado. Por otro lado, Nicaragua formuló su
CHOS HUMANOS
reserva sobre el término "minusválidos" recogido en
tos artículos 6, 13 y 18 del Protocolo, señalando que Luego de la elaboración del Protocolo de San
d<::be ser considerado e implementado en su sentido Salvad\.>t, el Sistema Interamericano de Derechos Hu-
de personas con discapacidad. manos ha ingresado a una etapa -2n que los nuevos
En resumen, se pueden presentar reservas a los de- instrumentos regionales tienen una naturaleza temática
rechos humanos laborales recogidos en el instrumento c¡·.te refuerza y complementa a los anteriores. Para el
re:;ional siempre que no estén en contradicción con el presente estudio queremos destacar aquellos que re-
1../.1¡eto y el fin del tratado. cogen derechos humanos laborales.
74 t,hGUEl, CA.,s>,' ,'.:ON1EJO ' · ~,rnw: '"JMAriOS lABOnAL~ó ,r, lOS msrnuMrnrns 1:nc;,AMER:, .-.,_,~ 75

La Convención Interamcricana parn.. ·.,enir, sancionar Pa1tet> deben adoptar, por todos los medir,.., apropiados
y erradicar la violencia contra la mujer o t \mvención de y .sin dilaciones, políticas orientadns a prc»:enir, sancio-
Belém do Pará" fue adoptado el 9 de junio de 1994 y nar , 'rradicm dicha violencia (artículo 7). A partir de
,.:ntró en vigor el 5 de marzo de 1995 26 La Convención una les:h1ra del instrumento regional se pueden precisar
define la violencia contra L; mujer , .mo cualquier las siguientes políticas para el caso de b protección
acción o conducta, basada , 1 su género, que cause de la mujer trabajadora. En primer lugar abstenerse
muerte, daño o sufrimiento fi..,ico, sexual o psicológico de cualquie, acción o práctica de violencia contra la
a la mujer, tanto en el ámbito público como en el pri- trabajadora 1' velar por que las autoridades, sus h.mcio-
vado (artículo 1). Bajo esta definición la Convención narios, personal y agentes e instituciones se comporten
se aplica cuando una mujer sufre violencia dentro de conformidad con esta obligación. En segundo lugar,
de las relaciones laborales, con independencia que se actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar
desenvuelva en la administración pública o en el s~·dor y sancionar ia violencia de la mujer e,1 "'1 mundo del
privado. Asimismo, la Convenoón establece como uno trabajo. En tercer lugar, incluir en su legislación in tema
de los supuestos de violencia contra la mujer el caso del no-mJ.s penales, civiles y administrativas, así corno las
acoso sexual en el lugar de trabajo (artículo 2 inciso b ). de otra naturaleza que sean necesarias para prevenir,
La Convención subraya que la mujer goza del sancionar y erradicar la violencia contra la mujer en el
listado de derechos humanos consagrados en los ins- m, ··,, .J del trabajo y adoptar las medidas administra-
(nrmentos regionales e internacionales sobre la materia, fr'.•J.s apropiadas que sean del caso. En cuarto lugar,
destacando dentro de ellos la libertad de asociación adoptar medidas jurídicas para conminar al agresor a
(artículo 4 inciso h) y el derecho a tener igualdad de iibstenerse de hostigar, intimidar, amenazar, dañar o
acceso a las funciones públicas de su país (artículo poner en peligro la vida de la trabajadora de cualquier
inciso j). Asimismo, se resalta el derecho de la mujer a forma que atente contra su integridad o perjudique su
ser libre de toda forma de discriminación, incluyendo la propiedad. En quinto lugar, tomar todas las medidas
que St' produzca en materia laboral (artículo 6 inciso a). apnpiadas, incluyendo medidas de tipo legislativo,
Entre las obligaciones principales establecidas en para modificar prácticas jurídicas o consuetudinarias
la Convención, una de ellas consiste en que los Estados que Pspalden la persistencia o la tolerancia de la
violencia contra la trabajadora. En sexto lugar, esta-
blecer procedimientos legales justos y eficaces para la
z,; Hasta diciembre de 2013 !o habían ratificado 32 Estados trabajadora que haya sido sometida a violencia, que
americanos, siendo uno de los instrumentos regionales de incluyan, entre otros, medidas de protección, lm juicio
derechos humanos que ha recibido e! mayor número de oportuno y el acceso efectivo a tales procedimientos.
ratificaciones o adhesiones.
76 • '•;:;vn ~ CA.tlESSA. MONTE)(' Los o-· .lOS: ,,,ms lABORA\~S rn ' ., ">JMHITOS INHP~l.'ERICA!lGó T

En: :,;timo lugar, establecer los meu;,lsmos judiciales eliminar este tipo de discriminación contra las personas
y administrativos necesarios para asegurar que la con disc c1pacidud (artículo ffT.1 ). Estas medidas deben
trabajadora objeto de violencia tenga c1cceso efectivo ser adoptadas por las autorid 1.des gubernamentales y
a resarcimiento, reparación del daño u otros medios 1or las entidades privadas en el empleo (artículo IIl.1.a),
de compensación justos y eficaces. En octavo lugar, ,.1or lo que la responsabilidctd corresponde tan.to al Es-
adoptar las disposiciones legislativas o de otra índole tado como a los empleadores pri,,-ddos. Asimismo, e.s
que sean necesarias para hacer efectiva la Convención. una obliga.e .'in dd Estado trabajar prioritariamente en
La Convención Interamericana para la eliminación la formació:1 ocupacional para las personas con disca-
de todas lac, formas de discriminación co.lfra las personas pacidad (artículo III.2), el-:: modo que puedan acceder
con discapacidad fue adoptada el 7 de junio de 1999 y a puestos de trabajo.
entró en vigor el 14 de septiembre de 2001 27 . Se define La Carta Democrática Interamuic,ma fue adoptada
la discap lcidad como una deficiencia física, mental el 11 de setiembre de 2001 y aunque no tiene carácter
o sensorial, ya sea de naturaleza permanente o tem- vinculante para los Estados americanos, es un instru-
poral, que limita la capacidad de ejercer una o más mento regional que vincula el respeto de lns derechos
actividades esenciales de la vida diaria, que puede ser humanos con el '~oceso de consolidación de la demo-
causada o agravada por el entorno económico y social cracia represent,ttiva en el hemisferio. En una de sus
(artículo I.1). Asimismo, se entiende por discriminación consideraciones se reconoce "que et derecho de los
contra las personas con discapacidad toda distinción, trabajadores de asociarse libremente para la defensa
exclusión o restricción basada en una discapacidad, y promoción de sus intereses es fundamental para la
antecedente de discapacidad, consecuencia de disca- realización de los ideales democráticos".
pacidad anterior o percepción de una discapacidad La Carta señala que la eliminación de toda forma
presente o pasada, que tenga el efectq o propósito de de discriminación, especialmente la discriminación
impedir o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por de género, étnica y racial, y de las diversas formas de
parte de las personas con discapacid::id, de sus derechos intolerancia, contribuyen al fortalecimiento de la de-
humanos y libertades fundamentales (artículo I.2). mocracia y de la participación ciudadana (artículo 9).
La Convención establece como una obligación del Asimismo, en su artículo 10 se establece que:
Estado Parte adoptar las medidas de carácter legislati-
"La promoción y el fortalecimiento de la democracia
vo, social, educativo, laboral o de cualquier índole para
requieren el ejercicio pleno y eficaz de los derechos de
los trabajadores y la aplicación de las normas laborales
21 Hasta diciembre de 2013 lo habían ratificado 19 Estados básicas, tal como están consagradas en la Declaración
americanos. · de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
MIGUEC > ,-.,.,,, ,A ;V,oNUJO Los '!;:CHOS HUMNI~- ;~ORALES rn W, ·eurvrnros l~Hº"'.~ERlé~o,;os 79

relativa a los Principios y Derechti,; Fundame,itales in- .tyendo inkdocontaglusa, psíquica ,·1capacitante
en el Trabajo y su Seguim'.ento, adoptadc1 en 1991..;, así o 1alquier oha" (artícuJ,, 1 numeral 1).
como en otras convenciones básicas afines de la OIT. Asimismo, añade las nociones de discriminación
La democracia se fortalece con el mejoramiento de
múltiplt' o agravada (numeral 2), la discrimiI•ación
bs condiciones laborales y la calidad de vida de los
indirec~.1 (numeral 3) y la intolerancia (numeral 5); ex-
trabajadores del Hemisferio".
ceptua,:do de la noción de discriminación las medidas
Recientemente se han adoptado dos importantes especiales o acciones afirmativas (numeral 4).
convenciones interamericanas contra la discriminación, La Convención utiliza el término •":,er humano"
aunque todavía no han entrado en vigor, merecen ser para referirse a los sujetos protegidos por el instru-
destac ,1Jas porque incorporan los avances jurispruden- mento regional, sustituyendo al término "persona".
ciales y doctrinales producidos en la materia. Con este se buscaría evitar distinciones axiológicas que
La Convención Interamericana contra toda forma de desvirtúen la universalidad de la protección. Así, el arti-
discriminación e intolerancia fue adoptada el 5 de junio culo 2 establece: "Todo ser humano es igual ante la ley y
de 2013. La Convención define la discriminación como tiene derecho a igual protección cont'a toda forma de dis-
,. cunlquier distinción, exclusión, restricción o preferen- criminación e intolerancia en cualquier ámbito de la vida
cia, en cualquier ámbito público o privado, que tenga el pública o privada". De este modo se refuerza la aplicación
objetivo o ,•l efecto de anular o limitar el reconocimien- del principio de igualdad ante la ley y la prohibición ,fo la
to, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de uno discriminación en el ámbito laboral. El artículo 3 señala:
o más derechos humanos o libertades fundamentales "Todo ser humano tiene derecho al reconocimiento,
consagrados en los instrumentos internacionales apli- goce, ejercido y protección, en condiciones de igualdad,
cables a los Estados Partes". de todos los derechos humanos y libertades funda-
Otro de los aportes de la Convención es ampliar y mentales consagrados en sus leyes.nacionales y en los
dejar abierto el listado de causales de discriminación: instrumentos internacionales aplicables a los Est«dos
"La discriminación puede estar basada en motivos de Partes, tanto a nivel individual como coltcctivo"
nacionalidad, edad, sexo, orientación sexual, identidad La Convención establece como obligaciones de los
y expresión de género, idioma, r~·lh;ión, identidad cul- Estados Partes prevenir, eliminar, prohibir y sancionar,
tural, opiniones políticas o de cuak¡uier otra naturaleza, actos y manifestaciones de discriminación e intc, <!ran-
origen social, posición socioeconómica, nivel de edu~ cia en el goce de los derechos humanos -incluyendo
cación, condición migratoria, de refugiado, repatriado, los laborales- consagrados en los instrumentos inter-
apátrida o desplazado interno, discapacidad, carac- nacionales y regionales aplicables y en la jurisprndencia
terística genética, condición de salud mental o física,
80 t,:,G1JEL F. C\NESSA Mor<TEJO Los DERE:~os HUMANOS 08QRA•.c ,~ lOS INSTRUMHITOi' ''ERAMERl:'.A~!J. 81

de las corte~ internacionales y regionales de derechos doctrina, ideologÍd o conjunto de idca,c; que enuncian
humanos (artículo 4, numeral viii) y en la denegación un vínculo causal entre las características fenotípicas o
del acceso a cualquiera de los derechos económicos, genotípicas de individuos o grupos y sus rasgos inte-
sociales y culturales (artículo 4, numeral xii). Ad'"más, lectuales, culturales y de personalidad, incluido el falso
~xiste la obligación de formular y aplicar políticas concepto de la superioridad racial". La Conwnción
públicas que tengan por objetivo el trato equitativo y condena el racismo por ser contrario a los principios
1a generación de igualdad de oportunidad para todas fundamentalec; del Derechc, Tntemacional, siendo con-
las personas de carácter laboral o social. d.~nado por los Estados Partes.
Hay que resaltar el artículo 7 cuando ordena que; La aplicación de esta Convención se plantea tanto
"Los Estados Partes se comprometen a adoptar la en el ámbi ·0 público como privado, siendo obliga..:ión
legislación que defina y prohíba claramente la dis- del Estado asegurar su cumplimiento en ambas esferas.
criminación y la intolerancia, aplicable a todas las Asimismo, establece las mismas obligaciones reselladas
autoridades públicas, así como a todas las personas que la anterior Convención, por lo que su exigencia
naturales o ftsicas, y jurídicas, tanto en el sector púhlico corresponde también en materir laboral.
como privado, en especial en las áreas de empleo, (... ), A lo largo de este primer capítulo se ha analizado
protección social, ejercicio de la actividad económica, la naturaleza jurídica de los instmmentos regiom.\,_ .
acceso a los servidos públicos, entre otros; y a derogar de derechos humanos que recogen derechos humanos
o modificar toda legislación que constituya o dé lugar laborales, así como las obligaciones que se imponen a
a discriminación e intolerancia". los Estados. En primer lugar, la obligación de respetar
Se trata de plasmar claramente la obligación estatal los derechos y libertades recogidas en el instrur ..:n-
en legislar sobre la prohibición de la discriminación, to internacional. En segundo lugar, la obligación de
irduyendo la materia laboral. proteger los derechos y libertades consagrados en el
También la Convención Interamericana contra el racis- instrumento regional. En tercer lugar, la obligación de
mo, la discriminación racial y formas conexas de intolerancia no discriminar en la titularidad, goce y el ejerci• io de
fue adoptada el 5 de junio de 2013. La singularidad de los derechos y libertades consagrados en el instrumen-
esta Convención respecto al antelior es que busca ser to regional. En cuarto lugar, la obligación de adoptar
más precisa sobre una de las modalidades de di--,.:rimi- medidas para hacer efectivo los derechos y libertades
nación. Así, define la discriminación racial y establece consagrados en el instrumento regional. La adopción
que puede estar basada en motivos de raza, color, de las medidas debe producirse dentro de un plazo
linaje u orí gen nacional o étnico (artículo 1 numeral de tiempo razonable desde la entrada en vigencia del
1). Asimismo, define como racismo "cualquier teoría, instrumento regional en el ordenamiento interno. Las

- ---- ________..._____
82 r,11G•JH - ·;¡; ',\ M:JNTEJO

medidas deben derng,,:, modifi..:ar o reformar la legis-


lación para hacerlo ac· J.e a los derechos y libertades
consagrados en el instru · ,ento regional. Las medidas
deben aprobar la legislación que asegure el respeto,
la protección y el cumplimiento de los derechos y li-
bertades consagradu..; -2n el instrumento regio11al. Las
medidas deben suprimir las prácticas que entrañen una
violación de los derechos y libertades consagrados en Capítulo segundo
el instrumento regional. En quinto lugar, la obligación
de ofrecer recursos ¡,_1:·ídicos internos efectivos qu12 LOS PROCEDIMIENTOS DE CONTROL
aseguren la protección de los derechos y libertades INTERAMERICANOS Y LOS DERECHOS
consagrados en el instrumento regional. HUMANOS LABORALES
Este conjunto de obligaciones cubren las relaciones
laborales tanto en el sector público como en el sector
privado. Asimismo, su protección alcanza tanto lLl:-.
actos cometidos por los agentes del Estado como por
E n este capítt1lo se presenta brevemente lo-; proce-
dimientos de control interamericano est.J.bleddos
por ·¡Ds instrumentos regionales de derechos humanos.
las personas particulares y las entidades privadas. El Sistema Interamericano cuenta con tres tipos de
Queda claramente establecido el carácter obli- procedimientos de control: el sistema de reportes, el
gatorio de los instrumentos regionales de derechos sistema de peticiones y los casos contenciosos ante la
humanos. Se ha analizado cada uno de los diferentes Corte Intera.mericana.
aspectos sustanciales del instrumento regional - su
ámbito de aplicación, las obligaciones que se derivan, 1. EL SISTEMA DE REPORTES
la suspensión de las obligaciones, las restricciones
permitidas, las reservas que se pueden formular y su Existen seis mecanismos no contenciosos estableci-
eventual denuncia o retiro-, apoyándose principal- dos por los instrumentos intera'llericanos de derechL;.
mente en la jurisprudencia y los pronunciamientos de humanos. En primer lugar, el sistema de reportes sob:7
los órganos de control. Si con esto se ha reafirmado el los derechos consagrados en la Convención Americana
carácter obligatorio de los derechos humanos laborales de Derechos Humanos (artículo 43 de la CADH). En
en el hemisferio americano, lo que sigue es estudiar segundo lugar, el sistema de reportes sobre los derechoé,
los procedimientos de control implementados en el económicos, sociales y culturales contenidas en la Cartd
Sistema Interamericano de Derechos Humanos. de la OEA (artículo 42 de la CADH). En tercer lugar, .:el
sistema de reportes sobre los derechos consagrados en
34 MIGUEL F. CA~ESSt i,'.O,' ,:;r- LOS PROHDIMIEIHOS DE COMT~Ol lNTfHAM[HIC ':OS Y' rJS DERECHOS HUt,l~'i,J'.. ,S5

el Protocolo de San Salvador (artículo 19 dd Protocolo ciendo que es potestad de la CIDH e>•Jlicitar a los
Adicional). En cuarto lugar, el -~i:;;tema de reportes para Estados Partes las informacione" sobre la aplicación
la prevención y la erradicación de la violencia contra efectiva en su derecho interno de las disposiciones de
la mujer (artículo 10 de la Convención Interamericana la Convención. Esto lo diferencia de otros sistemas de
pZ!ra prevenir, sancionar y erradicar J..:i violencia contra reportes. En primer lugar, el sistena de reportes fun-
la Mujer). En quinto lugar, el sistema de reportes sobre ciona por iniciatin de la Comisi,m Interamericana
lé\s medidas legislativas, judiciale,,, administrativas y de quien solicita la información y no por una obligación
otro orden sobre la aplicación dto la Convención Ame- de los Estados Partes en remitir periódicamente la
ricana pa.·1 prevenir y sanciot1ar la tortura (artículo 17 informa.:ión. En segundo lugar, la información solici-
d.__, la referida Convención). En sextn lugar, el sistema tada se restringe a la aplicación efectiva del Convenio
de reportes sobre el cumplimiento Je la Convención dentro del derecho interno, quedando excluido otro
Interamericana para la Eliminación de todas las formas tipo de solicitud d__, información. Bajo ese marco,
de Discriminación contra las personas con discapacidad la finalidad del sistema de reportes es verificar el
(artículo VI de la referida c-··,,:cnción). cumplimiento del artículo 2 de la CADH, donde se
Hay que tener preseni: ·1e cuando entren en establece el deber de los Estados Partes en adoptar
vigor las dos Convenciones Interamericanas contra la las disposiciones necesarias para hacer efectivos
discriminación analizadas previamente, se agregarán los derechos y libertades consagrados en el instru-
dos nuevos modalidades de reportes en el Sistema mento internacional.
Interamericano de Derechos Humanos. Se debe des':acar que este primer sistema de re-
Para el presente estudio sobre los derechos labora- portes al referirse al íntegro de los derechos recogidos
les en el Sistema Interamericano de D~rechos Huma.nos en la Convención Americana, sin duda incluye a los
excluimos el sistema de reportes sobre la Convención derechos humanos laborales consagrados en el instru-
Americana de la Tortura en razD:: a no estar direc- mento internacional.
b:\mente relacionada a la materL. de investigación, El sistema de reportes sobre los derechos eco-
centrándonos en las otras cinco modalidades. nómicos, sociales y culhirales de la Cari:a de la OEA
El sistema de reportes de los derechos consagrados dispuesto por el artículo 42 de la ConvenciónAmerica-
eci la Convención Americana se encuentra regulado
en el artículo 4} del instrumento regional2 8, estable-

ésta les solicite sobre la manera en que su derecho interno


13 El artículo 43 de la CADH establece: "Los Estados Partes se asegura la aplicación efectiva de cualesquiera disposiciones
obligan a proporcionar a la Comisión las informaciones que de esta Convención".
:Si, r,IIGIJEL F. (A'l05SA MOMTEJO 1o, PílOCWIMIEmos DE (ONTROL lilTERAl,IERlc.\tiOS Y LOI ~'..·u:rnos 1-1u;,:.,1;,,s, ci /

na 24, establece que los Estados Partes deben remitir los El sistema de reportes de los derechos consagra-
informes y estudios sobre los derechos derivados de las do.'- en el Protocolo de San Salvador J.ispui!<O por el
normas económicas, sociales y culturales contenidas en artkulo 19 párrafo 1 del instrumento internacionaP.l,
la Carta de !a OEA. En este segundo sistema de reportes establece que los Estados Partes deben _prest·ntar infor-
si corresponde a los Estados presentar la información m0~ periódicos sobre las medidas que !1i:1.yan adoptado
pertinente sobre el cumplimiento de sus obligaciones par 1 asegurar el debido respeto de los derechos del
respectos a los derechos sociales recogidos en la Carta Protocolo. Su finalidad es verificar el cnmplimiento de
de la OEA. La finalidad del segundo sistema es verificar los Estados Partes sobre las obligacion,_3 dispuestas en
..:;1 cun· plimiento de la regla especial de aplicación de los los artículos 1 y 2 del Protocolo Adiciunal.
Jt'rechos sociales del artículo 26 de la CADH. Además, Aparentemente existiría una ynxtaposk· ,,1 enríe el
este segundo reporte debería aplicarse sobre todos los segundo y tercer sistema de reportes respecto a los de-
Estados Miembros de la OEA y no sólo sobre aquellos rechos que se encuentren consagrados tanto en la Carta
que he.o ratificado o se han adherido a la Convención de la OEA como en el Protocolo de Sy, Salvador. Sin
AmPricana, porque la obligación proviene de la propia embargo, el propio Protocolo en su art· iulo 19 párrafo
C::i ..+, de la OEA 2 los armoniza 31, casi reproduciendo lo establecido t'n
Sin embargo, como resalta el profesor Carn;:ado, el Mtículo 42 de la CADH, aunque con la sustancial
este segundo siste:rna de reportes ha sido ineficaz diferencia que la remisión de los informes o reportes
ptlrque los Estados Miembros de la OEA nunca han
co,,siderado que exista una obligación sobre ellos im-
pues,_J por el artículo 42 de la CADH, a pesar de los ,o
El artículo 19 párrafo 1 del Protocolo Adicional establece: "los
esfuerzos de la Comisión por exigir su cumplimiento Estados Partes en el presente Protocolo se comprometen a
(Can,ado 2000: 337-338). presentar, de conformidad con lo dispuesto por este artículo y
por !as correspondientes normas que a! efecto deberá elaborar
la Asamblea General de la Organización de los Estados
A.mericanos, informes periódicos respecto de las medidas
•9 El artículo 42 de la CADH establece: "Los Estados Partes xogresivas que hayan adoptado para asegurar el debido
deben remitir a la Comisión copia de los informes y estudios respeto de los derechos consagrados en el mismo Protocolo".
que en sus respectivos campos someten anualmente a las
Comisiones Ejecutivas del Consejo Interamericano para la
" El artículo 19 párrafo 2 dispone: "Todos !os informes serán
presentados al Secretario General de la Organización de
Educación, la Ciencia Y la Cultura, a fin de que aquélla vele los Estados Americanos quien los transmitirá al Consejo
porque se promuevan los derechos derivado3 de las normas Interamericano para la Educación, la Ciencia y/a Cultura, a fin
económicas, sociales y sobre educación, ciencia y cultura, de que los examinen conforme a lo dispuesto en el presente
contenidas en la Carta de la Organización de los Estados artículo. El Secretario General enviará copia de tales informes
Americanos reformada por el Protocolo de Buenos Aires". a la Comisión lnteramericana de Derechos Humanos".
''15 PROCEDIMIH!TO\ U< CONTROl lt/TERAMERICA!/OS Y \.OS DERECW ', _lMAeiOS ,,S
i,,IGUH F. CANESSA MONmo
88

t,;e hace indirectamente a la Comisión lnter<1meric,.ma suelen ser tas referencias a la promulgación de w·.:i
por medio cld Secretario General. Esta diferencia en nueva legislación en contra del acoso sexual en el tra-
la redacción podría interpretarse que el órgano de bajo o la inform · "ión de estadísticas sobre denuncias
control - le, (.'IDH - carece de la potestad de exigir en esta materia.
el cumplbliento de la presentad.ón del informe si el Finalmente, el sistema de reportes de la Conven-
Estado Parte no lo ha hecho dentro del plaw señalado. cié,'1 Interamericana para la eliminación de todas bs
En todo cas,J, el krcer sistema de reportes es mucho formas de discriminación contra las personas con
más amplio sobre el listado de derechos económicos, di::;capacidad se encuentra regulado en el artícu.c_, VI
sociales y culturales que son verificados para su cum- y establece que los Estados Partes deberán presentar
plimiento. Esto resulta importante para los de:'echos cada cuatw años sus informes nacionales al Comité
humanos laborales porque asegura que dencro del para la Eliminación de todas las Formas de Discrimi-
Sistema InteramericdnV exista un nivel mínimo de nación contra las Personas con Discapacidad. Bajo este
sistema de reportes tampoco le corresponde al CIDH
protección.
El sistema de reportes de la Convención lnterame- cumplir el rol de monitoreo de las obligaciones que se
ricana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia desprenden del instrumento regional.
contra la mujer se encuentra regulado en el artículo 10 Los informes nacionales deberán incluir las me-
del instrumento regional y consiste en que los Estados didas que los Estados Partes ha~·3n adoptado en la
Partes deberán remitir .',US informes nacionah.·::- .:i la Co- aplicación de la Convención y cualquier progreso
misión Interamericana de Mujeres. A diferenca de los que se hayan realizado en la eliminación de todas
sistemas de reportes anteriores, aquí no le corresponde las formas de discriminación contra las personas con
a la CIDH cumplir el rol de monitoreo. L9s informes discapacidad. También deberán los informes resaltar
nacionales deberán incluir las medidas nacionc1 es
1 cualquier circunstancia o dificultad que afecte el grado
adoptadas para prevenir y erradicar la violencia con- de cumplimiento derivado de la presente Convención.
tra la mujer. Asimism. el tipo de asistencia brindada En resumen, el sistema de reportes interamericano
a la mujer afectada por la violencia, así como sobre ~as es más restrictivo en cuanto a las potestades del órgano
dificultades que se observen en la aplicación de las de control, lo que dH:iculta la labor de verificación de la
mismas y · ·,s facores que contribuyan a la violencia CIDR No obstante, la CIDH ha hecho uso valioso de
la información que recibe de los diferentes sistemas de
contra la mujer.
En general, los informes nacionales no suelen reportes. Esto ha quedado plasmado en la elaboración
contar con un acápite específico dentro de él sobre la de sus Informes anuales y especiales en la que se exhibe
violencia que sufren las trabajadoras. Lo destacable
90 M'• ,JEl < ";AMOt<Tr-:, Lo:; PRO(.EDIMIHITOS OE cornROl •rHERAMrnlCNJOS Y l05 DERECH<""' l"J:,JANO',., 91

la sih1ación de los (.krechos hum;mos en los diferentes sancionar la To: tura (artículos 8 :- 16 de la rderida
Estados del hemisf0rio 32• Convención). Er: sexto lugar, las peticiones dirigidas
en que se alegue la desaparidón forzada de personas
2. EL SISTEMA DE PETICIONES (artículos XIII y XIV de la Convención Interamericana
sobre Desaparición Forzada de Personas).
Tomando como criterio la violación de algún de-
Hay que tener presente que también las dos
recho recogido en un instrumento interamericano de convenciones interamericanas sobre discriminación in-
derechos humanos, existen seis clases de peticiones o cluyen un sistema de peticiones que pueden presentar
denuncias. En primer lugar, las peticiones dirigidas ante la CIDH que contengan denuncias o quejas por
por la violación de algún derecho de la Declaración su violación.
Americana de Derechos y Deberes del Hombre {ar- En el presente estudio nos centraremos en estudiar
tículo 51 del Reglamento de la CIDH). En segundo los cuatro primeros sistemas de peticiones en razón
lugar, las peticiones dirigidas por la violación de
que son ellos donde pueden ventilarse violaciones a
algún derecho de la Convención Americana (artículos los derechos humanos laborales consagrados en ins-
44 y 45 de la CADH). En tercer lugar, las peticiones trumentos regionales.
dirigidas por la violación de la libertad sindical o El primer tipo de peticiones que se presentan por
el derecho a la educación recogido en el Protocolo la violación de algún derecho de la Declaración Ame~
de San Salvador (artículo 19 párrafo 6 del Protocolo ricana se encuentra amparado en el artículo 49 del
Adicional). En cuarto lugar, las peticiones dirigidas Reglamento' de la Comisión Interamericana, en donde
por la violación de algún derecho de la Convención señala que la CIDH recibe y examina la petición que
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar contenga una denuncia sobre presuntas violaciones
la Violencia contra la Mujer (artículo 12 de la referida de los derechos humanos consagrados en la DADH en
Convención). En quinto lugar, las peticiones dirigi- relación a los Estados miembros de la Organización que
das por la Convención Americana para prevenir y no sean partes en la Convención Americana33 •

32 «La publicidad dada a los reportes ha servido para conseguir " Hay 11 Estados Miembros de la OEAque no han ratificado o no
se han adherido a !a Convención Americana sobre Derechos
determinados objetivos del sistema de reportes, tales como
e! monitoreo de los derechos humanos, el escrutinio público Humanos, por lo que pueden ser denunciados bajo esta
de las medidas !egislatiwis y las prácticas administrativas, modalidad: Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Canadá,
el intercambio de informd.:;ión y el fomento de un mejor Estados Unidos, Guyana, San Kitts y Nevis, Santa Lucía, St.
entendimiento de los problemas encontrados (la traducción Vicente y Grenadínes, Trinidad y Tobago y Venezuela (los dos
es mía))) (CAN<;:ADO 2000: 343). últimos Estados denunciaron la Convención).
92. r.w,~.:. \l'~Mór:TEJ'l LOS P~OCi:DIM!<:'.,TO} DE CONTPOL 1mrn~MERIC~'if"JS Y LOS r,:~SfHOS H tJ.'ANOS ')l

Como se señaló anteriormente, el establecimi1;;n- la Convención Americana, lo que de alguna manera


to de peticiones sobre violaciones de derechos de la impide gozar de una uniformidad er. la verificación
: JADH es uno de los argumentos pard sostener 1 0
de los derechos entre los distintos Estados.
carácter obligatorio del instrumento intemacionc1l El segtmdo tipo de peticiones que .Sf:' presentan por
r ira los Estados del hemisfeTio3~ Asimismo, este pri- la violación de algún derecho de la Com:ención Ameri-
, ,_., sistema de peticiones está _.·rígido para aquellos cana sobre Derechos Humanos se dividen en función al
países que no han ratificado o no se han adherido a la denunciante. En primer lugar, las que son presentadas
Convención Americana, asegurando que existe una por cualquier persona o grupo de personas, o entidad
base mínima de protección de los derechos humanos no gubernamental legalmente reconocida en uno o
en d hemisferio. También debe mencionarse que la De- :más Estados Miembros de la Organi:rnción contra
claración Americana recoge indistintamente derechos un Estado Parte de la Convención (artículo 44 de la
civiles y políticos como derechos económicos, sociales CADH). En segundo lugar, las que son presentadas
y culturales en su listado; mientras la Corn'ención se por un Estado Parte contra otro por violaciones de
concentra mayoritariamente en los derechos civiles y los derechos humanos e5tablecidos en la Convención
políticos. Aunque el número de derechos humanos y la Americzma, siempre que ambos Estados -denunciante
precisión en el contenido de los derechos se ~ncuentran y denunciado- hayan reconocido la competencia de
mejor expresados en la Convención en comparación a la Comisión para recibir y examinar dichas peticiones
la Declaración; sin embargo, esto no termina de restarle (artí.-:ulo 45 párrafos 1 y 2).
importancia a este sistema <le peticiones. En el primer caso, el artículo 44 de la Convención
En el caso de los derechos humano;:; laborales, hay Americana otorga una potestad amplia para presen-
que subrayar que salvo la prohibición de la discrimi- ¡-ar peticiones porque no exige a los denunciantes
nación y la libertad sindical, los derechos recogidos -cualquier persona o las entidades no gubernamenta-
en la Declaración Americana no coinciden con los de les- que sean víctimas directas de la violación. Así, el
derecho de acceso ante la Comisión (jus standí; •'S abier-
to. Esta potestad amplia ha sido un<'· 1 los principales
:<El hecho de que las denuncias de violaciones a !a Declaración aportes del Sistema Interamericano a la protección de
Americana sean tratadas, en términos gener':l,~s, de la misma
los derechos humanos y la masiva práctica en el hemis-
,-nanera que las relativas a la Convención, % decir, como
denuncias de violación al Derecho internacional, es una ferio ha permitido consolidar el sistem:, de peticiones.
práctica que contribuye a la "cristalización" de la Declaración En cambio, en el segundo caso, las peticiones entre
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, o al menos los Estados Partes del artículo 45 de la Convención
de algunas de sus disposiciones, corno Derecho internacional
Americana han sido prácticamente nulas. Ya sea por la
consuetudinario)) (N1KKEN 1998: 29).
H __ f'.O!ificAMomuJ Los E•<WIMltmo, r•c (0/JTRO'. INTCPAMERICA~o; Y LOS DERECHOS~ ; !,' "JQS,, 95
94

escasez de Est<1dos que han aceptado la competencia de gobierno de Venezuela por la violación del artículo 39
la CIDH para re, -ib: examinar dichas peticiones'", o que obliga a los Estados a tomar medidas (ctectivas para
porque entre lo::a fa .dos que la han aceptado simole- preservar las culturas indígenas y evitar las incursiones
mente se prefü:~.: eYitar su ejercicio. ilegales en cous territorios, aunque la petición se susten-
El tercer tipv de peticiones que se presf'ntan por taba principalmente en el retraso pr(lcesal injustificado
la violación dt> la libertad sindical o el derecho a la en la causa seguida en el país lD ¡ue significaba una
educación se l'ncuentran amparados en el artículo 19 violación de la CADH (Ávila v Otros 1999: 422). Esk
párrafo 6 del f'rotocolo de San Salvador36, donde se tipo de peticiones que se fundam<:'.ntan también en la
señala que el procedimiento se asemeja al sistema de Carta de Garantías Sociales, le permi __ ,n al instrumento
peticiones indi vidUc1les del artículo 44 de la CADH. Así, internacional ponerse de relieve en la aplicación de
cualquier persona o entidad no gubernamental puede los derechus humanos en el hemisf.,rio. Así, tanto la
presentar una denuncia ante la CIDH por la violación CIDH como la Corte Interamericana pueden apoyarse
de la libertad sindical o el derecho a la educación contra en la Carta para interpretar los derechos humanos en
un EstadD f'.1rte del Protocolo Adicional. las peticiones y en los casos contenciosos u opiniones
Me r,::e~ mencionarse que algmms peticiones indivi- consultivas respectivamente.
duales son formuladas apoyándose también en la Carta El procedimiento de las peticiones tiene una parte
de Gara.nt: JS Sociales, por ejt mplo la petición contra el general que se apltl'd a las tres clases de denuncias
estudiadas y se encuentra regulado en los artículos 22
al 44 y 47 al 50 del Reglamento de la CIDH. A su vez,
Sólo diez Estados han reconocido dicha competencia:
esta regulación se encuentra complementadct por los
Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, artículos 46 al 51 de la Convención Americana para el
Jamaica, Perú, Uruguay y Venezuela, aunque este último por segundo y el tercer tipo de peticiones. Finalmente, par a
su denuncia a la CADH condiciona !a competencia a los casos los casos que luego son sometidos a la Corte Interame-
que se ventilen sobre hechos previos al 1Ode setiembre de 2013.
ricana, se aplican los artículos 45 y 46 del Reglamento
i6 E! artículo 19 párrafo 6 del Protocolo de San Salvador
señala: "En =,I caso de que los derechos establecidos en el de lo CIDH.
párrafo a) c..,1 artículo 8 y en el articulo 13 fuesen violados La parte general del procedimiento se inicia con
por una accinn imputable directamente a un Estado Parte del la recepción de la petición por la CIDH, quien evalúa
presente Prv,ocolo, tal situación podría dar lugar, mediante la admisibilidad de la petición, trasladando la co-
!a participación de la Comisión lnteramericana de Derechos
Humanos, y cuando proceda de la Corte lnteramericana de municación al Estado denunciado y solicitándole la
Derechos Humanos, a !a aplicación del sistema de peticiones informació.-, que considere necesaria para su evalua-
individuales regulado por los artículos 44 a 51 y 61 a 69 de la ción. Recibída la respuesta del Estado, la CIDH verífica
Convención Americana sobre Derechos Humanos".

l
96 MIGUEL F. (ANESSA MO:líd' Los PP.ono;MIE'iTO.' DE CO'.JTHOl ltHEMMERICAº:, - v lOS ¡;¡ce•c~os HliMANOS 97

si se han interpuesto y cumplido con el agotamiento de la Comisión elabora un Informe sobre el fondl, d.el caso
recursos de la jurisdicción interna, sako las excep- que es el resultado del debate y b votación ~·ntre sus
cL·:ies .jispuestas por el artículo 31 del Reglamento 37 • miembros. Si se establece que nn hubo violación, la
Asinii-;_,ilü, verifica el cumplimiento ,.h 1 .-1lazo para CIDH lo manifiesta en su Inforrnf• que es trasmitido a
la p- ..:~.~n.tación de denuncias (dentro de os 6 meses las Partes y que se publica ensulnf· lrme Anual En cam-
contados del agotamiento de los recufo, i.ntemos) y bio, si se establece la violación de uno o más derechos,
verifica que no exista duplicación de p··: ,. ~:dimientos. la CIDH prepara un Informe preliminar donde presenta
Si la CIDH se pronuncia a favor de la adm1!;;ibilidad de sus proposiciones y recomendaciones que trasmite al
la petición, ésta se registra como caso y el órgano de Estado, fijando un plazo para que el Estado adopte las
control se aboca al estudio del fondo del asunto. medidas que permitan cumplir las recomendaciones.
Con la apertura del caso, la CIDH invita a los Si en el plazo de tres meses desde la comunicación
peticionarios a que presenten sus observadones adi- del Informe preliminar al Estado, el asunto no ha sido
cionales, las cuales son trasmitidas al Estado para que solucionado, la CIDH puede emitir por mayoría abso-
también formule las suyas. Asimismo, si la CIDH lo luta de votos, un Informe definitivo que contenga su
consideranece_,c,rio puede solicitar al Estado el consen- opinión, las conclusiones finales y sus recomendacio-
timiento para .Lc>alizar una investigudón in loco. Luego, nes. Dicho Informe definitivo es remitido a las Partes,
quienes dentro de un plazo fijado por el órgano de
37
control deben comunicar sobre su cumplimiento. Asi-
El artículo 31 del Reglamento de la CIDH establece: "1. Con
el fin de decidir sobre la admisibilidad del asunto la Comisión
mismo, la CIDH lo incluye dentro de su Informe Anual
verificara si se han interpuesto y agotado los recursos de la para la Asamblea General de la OEA.
jurisdicción interna, conforme a los principios del derecho Cabe mencionar que a lo largo del procedimiento,
internacional generalmente reconocidos. '2. Las disposiciones por solicitud de cualquiera de las Partes o por iniciativa
del pilrrafo precedente no se aplicarán ~uando: a) no exista
>:1n la legislación interna del Estado en cuestión el debido de la CIDH, se puede llegar a una solución amistosa
pror •~o legal para la protección dei ,Jerecho o derechos s,_¡bre la petición o caso. Si se logra un acuerdo entre las
qu.~- ,e alegan han sido violados; b) no se haya permitido p¡¡rtes, la solución amistosa se aprueba en e( Informe
al .. , 3SUnto lesionado en sus derechos el acceso a los de la CIDH con una breve exposición de los hechos
recursos de la jurisdicción interna, o haya sido impedido de
agotarlos; o e) haya retardo injustificado en la decisión sobre
y la solución lograda. En todos los casos, la solución
los mencionados recursos. 3. Cuando el peticionario alegue amistosa debe fundarse en el respeto de los derechos
la irriposibilidad de comprobar el cumplimiento del requisito humanos reconocidos en los instrumentos regionales
señalado en este articulo, corresponderá al Estado en cuestión (la Declaración Americana, la Convención Americana
demostrar que los recursos internos no han sido agotados, a
menos que ello se deduzca claramente del expediente".
y otros instrumentos aplicables).
t,):(;UOl f. (t,(1"~5A MON1 éJO L'J",'.~c1ccr •TO~¡·: ··0mnoL IIJTERAMEíllf.\','05 y LO~ Dr 'ºC'IOS ;1n.1NJO-, 99
9S

Una vez publicado el Informe sobre la solución autores como Pinto, sostienen que la recomendación
amistas;:, ~> sobre el fondo de la petición, la CIDH pue- carece de fuerza vinculante para los Estado- pero 110
de torrici." las medidas que considere oporhmas p;,1 ·a el se puede aceptar que carezca de efedos3~.
seguimiento de sus recomendaciones. La Corte Inh::ramericana ha fijado su pusición al
En lo:, .:dSOS que se ubican dentro del seg1;ndo señalar que:
y tercer tipo de peticiones -violaciones al CAUH y «el término "recomendaciones" usado por la Con-
violaciones a la libertad sindical o al derecho c1 L1 edu- venck:l Americana debe ser interr,retado conforme
cación del Protocolo Adicional-, y que los Estadqs no <' .-;u sentido corriente de acuerdo con la regla general
han cumplido con las recomendaciones del Informe, la de interpretación contenida en el artkulo 31.1 de la
CIDH podrá s1>meter el caso a la Corte Interamericana, Convención de Viena sobre el DerechL, •_le los Tratados
siempre que el Estado denunciado haya recono,·ido y, por ello, no tiene el carácter de una decisión juris-
la jurisdicción contenciosa del tribunal internacional. diccional obligatoria cuyo incumplimiento generaría
Asimismo, el propio Estado interesado que ha aceptado
la jurisdicción contenciosa pt.w 1_, también someter el condena a ese desacato, de carácter moral 1 pnHtico frente
caso ante la Corte Interamerican<1.. a ta comunidad interamericana y frente a la opinión pública.
Existe una división de opiniones sobre el carácter Lamentablemente, las resoluciones de la Comisión sobre
obligatorio para los Estados deliunciados de las reco- peticiones individuales no han tenido, en su conjunto, una
gran repercusión en la Asamblea General de la OEA y su
mendaciones formuladas por lél CIDI-1 ante los casos trascendenci~ pública ha sldo limitada)> (N1KKEN 1998: 34-35).
que se establece la violación d 1ri0 o más derechos. a; ,. ':-1 carácter no vinculante de una recomendación se impone
Por un lado, autores corno Nikken, sostienen que si bien por evidente. Sí bien ello es así, no resulta menos evidente
el segundo Informe de la Comisión no tiene la niisma que el principio del efecto útil conduce a sostener que entre
fuerza vinculante de una sentencia de la Corte 1.ntera- la interpretación de la norma que lo priva de sentido y aqu..:.ua
que se compadece con e! orden jurídico, debe preferirse
mericana, el incumplimiento del Estado supone una la última. Por ello, dado el consentimiento del estado para
infraccion del Derecho internacionaP8• Por otro lado, respetar y garantizarlos derechos protegidos en !a Convención
Americana, y su observancia del sistema de µe'•,jones, no
puede aceptarse que el pronunciamiento de le: Comisión
:l3 «Cabe destacar que, sl bien el segundo informe de la Comisión carezca de efectos. Por el contrario, debe asumirse que el
no tiene la misma fuerza vinculante que una sentenc: 1 de la informe de la CIDH '{incula al estado concernido en !a petición
Corte, el Estado que lo desacate está infringiendo el derecho en cuanto a lo que manifiesta respecto de la compatibilidad
internacional, obligando como esta a cooperar para que el o incompatibilidad con !as normas de la Convención aún
Sistema Interamericano de Derechos Humanos ofrezca la cuando nadie cuestione que las medidas que recomiende
debida protección a las personas que se encuentran bajo su para superar fa violación de los derechos protegidos sean sólo
jurisdicción. Esta última publicación tiene, pues, un efecto de recomendaciones» (P1NTO 1998: 177).
100 ~.(:'á'.IEl F. (At!ESSA c. ,,·,mo los pp _\(EQIMIPJTG~ D "•JNTºJL IITTERM,1!:RICAt;ns ·¡ LOS r,>pff~',c HU~ 101

la responsabilidad del Estado. Como no constc1 que un Estado suscribe y raüfica un tratado internacional,
en la presente Cmvención L· ;ntendón de las part':'S espedalmeP'·' si trata de derechos humanos, como es
haya sido darle lill sentido especial, no es aplicable el el caso de Li Convención Americana, tiene la obliga-
artículo 31.4 de la misma Convención. En consecuencia, ción de realizar sus mejores esfuerzos para aplicar las
el Estado no incurre en responsabilidad internacioT1al recomendaciones de un órgano de protección como la
por incumplir con una recomendación no obligatori<1» Comisión Interamericana que es, además, uno de los
(Corte IDH 1995: párrafo 67) 40 . órganos principales de la Organización de los Fstados
Lu~go la Corte ha matizado su interpretación por Americanos, que tiene como fondón "promover 1d
observancia y la defensa de los derechos humanos"
medio de otra sentencia, en donde seüala:
en el hemisferio (Carta de la OEA, artículos 52 y 111).
«En virtud del principio de buena fe, consagrado en Asimismo, el artículo 33 de la Convención Americana
el mismo artículo 31.1 de la Convención de Viena, si dispone que la Comisión Interamericana es un órga-
no competente junto con la Corte "para conocer de
los asuntos relacionados con el cumplimiento de los
40 La sentencia de la Corte lnteramer'cana ha recibido fundadas
criticas, un buen ejemplo la formula KRsr1cEv1c: «La sentencia compromisos contraídos por los Estados Partes", por
de la Corte pone mayor énfasis en el significado ordinario del lo que, al ratificar dicha Convención, los Estados Partes
término recomendaciones que en el significado corriente de se comprometen a atender las recomei:daciones que
la letra del artículo 51.2, el cual exige que el estado tome las la Comisión aprueba en sus informes))), (Corte IDH
medidas necesarias para remedia! la violación al tratado. As1 19976: párrafos 80-81).
el· ari:. 51.2 reza: "La Comisión hará las recomendaciones
pertinentes y fijará un plazo dentro del cual el Estado debe Finalmente, el cuarto tipo de peticiones se en-
tomar las medidas que le competan para remediar la situación cuentra establecido en el artículo 12 de la Convención
examinada". De este modo, la Corte desvirtúa el principio de
progresividad y pro hominis propios de la interpretación de los Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la
tratados de derechos humanos. paradójicamente, la propia violencia contra la mujer. Conforme a dicha regulación,
Corte -en una composición anterior a la que falla el caso cualquier persona o grupo de personas, o entidad no
Caballero- parece brindar un argumento adicional en favor
gubernamental legalmente reconocida en uno o más
de la obligatoriedad de las recomendaciones de la Comisión
basado en las particularidades de la estructura del Sistema Estados miembros de la OEA, puede presentar a la
Interamericano. En la Opinión Consultiva 13/93, la Corte CIDH peticiones que contengan denuncias o quejas de
explica cómo la Convención Americana prevé atribuciones la violación de algtmas de las obligaciones provenientes
particulares a la Comisión en la tramitación de los casos y la
de la Convención (artículo 7) cometidas por un Estado
supervisión de la ejecución de las decisiones del sistema a
falta de un Comité de Ministros -como establece el sistema
Parte. Le corresponde a la CIDH evaluar su trámite de
europeo que sirvió de modelo del interamericano)) (KRsT1cEv1c
1998: 423-424).
102 1,1:GUEl F. CANESSA MOt, TE'JO l.os PROCWIMIENFJS D~ CONTR~I FJTERM., 1¡r~rios y l1), :l'cRCrnJ, rtl'!.1 ''·,, ,, .. 103

acuerdo a fas normas y los requisitos de procedimiento acceso a la Corte (ius standi) es rbtringido a la CIDH y a
de peticiones señaladJs anteriormente. los Estados Partes, quedando excluidas las víctimas, las
En resumen, el sistema de peticiones individuales personas en general o las entidades no gubernamentales
se ha convertido en el más importante mecanismo de en presentar directamente una denuncia.
protección de fo-. derechos}-. u manos dentro del Sistema En el caso de la CIDH, '21 órgano de control int<2-
Interamericano. En el , · ::;o específico de los derechos ramericano somete un caso a la Corte Interamericana
humanos laborales, ést ,s se ven protegidos en función cuando el Estado Parte no ha cumplido con las reco-
al instrumento interamcricano que lo tecoge, por ío que mendaciones establecidas en su Informe, salvo que la
cualquiera de los cuatro tipos de peticiones eshidiados decisión mayoritaria absoluta de sus miembros o·: .-.;i-
puede ser implementado para su defensa. Asimismo, dere lo contrario.
hay que resaltar que sistema de peticiones indivi- Si bien la Convención Americana no ha regulado
duales, salvo el prin:~ro de los estudiados, pueden los criterios que debe seguir la CIDH para someter
ampliar su rrotecciór ·,,).:,;allá de las recomendaciones un caso a la Corte Interamericana, es decir, cuáles son
que formul:' la CIDH, '-'ll tanto pueden ser sometidos los casos que habiendo declarado la violación de un
como casos ..::ontenciosos ante la Corte Interamericana, instrnmento regional de derechos humanos deben
siempre que el Estado denunciado haya e- :sinocido ser sometidos a la Corte y cuáles deben concluir en el
la jurisdicción contenciosa del tribunal internacional. sistema de peticiones42; el artículo 45 del Reglamento
de la CIDH marca unas pautas al respecto43 •
3. LOS CASOS CONTENCIOSOS ANTE LA CORTE IN-
TERAMERICANA
Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua,
Conforme a la Convención Americana, sólo los Panamá, Paraguay, Perú, Surinam y Uruguay. En mayo
Estados Partes y la CIDH tienen derecho a someter un de 1998, Trinidad y Tobago denunció !a Convención
tnteramericana de Derechos Humanos lo que incluyó la
caso a la decisión de la Corte, siempre que se haya ago- competencia de la Corte IDH. En los mismos términos,
t~1do el procedimiento del sistema de peticiones (artículo Venezuela denunció la Convención y la competencia de la
61) y el Estado Parte haya reconocido la competencia con- Corte en setiembre de 2012.
tenciosa de la Corte Interamericana (artículo 62 párrafos 1 " «la Convención Americana sobre Derechos Humanos omite
toda regulación de criterios o circunstanciasen las cuales deben
y 2)41 • A diferencia del sistema de peticiones, el derecho a referirse casos a la Corte, Jimiiándose a señalar los requisitos
estructurales sin los cuales ello no sería posible: el agotamiento del
procedimiento ante la Comisión y la aceptación de su jurisdicción
41 Hasta diciembre de 2013 han reconocído la competencia
por el estado involucrado)) (P1NT0 1998: 173}.
contenciosa de la Corte lnteramericana: Argentina, Barbados,
Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El " El artículo 45 del Reglamento señala: "1. Si el Estado en
cuestión ha aceptado la jurisdicción de la Corte lnteramericana,

_l_
104 l,11GU': - ·:A/iESSA M:mTE.JO LO> PROCcDIMlfl, ro; " ,;e, '''')L 1n-•~•'.tCR'C~·•os v ,e;· <llOS HtJ/M',')i,,,105

Sometido el casn ante la Corte Interamericana se ,.., personas, la Corte, de oficio o a instancia de parte
inicia el proceso ante d tribunal in'.:e:::madonal que cons- ¡Jresentado r .Jr lc1 CIDH- puede •rdenar las rnedi-
ta de dos grandes etapas: el procedimiento escrito y el , -1:::; provisionales que considere pertinentes (artículo
procedimiento oral. En el primero, se hace un examen , , ; párrafo 2 de la CADH).
preliminar de la demanda parc.1 observa/ el cumpli- '"ª sentencia que resuelva el caso._ lntencioso debe
miento de los requisitos. Se notifica la demanda a la motivada, pudiendo cualquiera de :os jueces agre-
presunta víctima, sus familiares o sus r •r•resentantes ga.r al fallo su opinión disidente o ind: • idual (artículo
para que puedan presentar sus escrito~ c1 la Corte. Se QiJ de la CADH). La sentencia de la Cude es definitiva

notifica ._tl Estado denunciado para que p ce"ente su con- e inapelable. En caso de d,2sacuerdo ;obre el sentido o
testación que puede incluir excepciones preliminares. d alcance de la sentencia, la Corte pu::--lc interpretarla
En el caso de la presentación de excepciones prelimi- a solicitud de cualquiera de las partes \artículo 6í de
nares, la Corte puede fijar una audiencia especial al la CADH). La Corte cuando decida que hubo viola-
respecto y puede resolverla en una sola sentencia con ción de un derecho o libertad, puede disponer que
el fondo del caso. En el se;.;undo, se fijan las audiencias se garantice al lesionado en el goce d su derecho o
necesarias para el cabal cumplimiento del proceso. Se libertad conculcado. Asimismo, la Corte puede ordenar
cu::1plen con las diligencias probatorias. las reparaciones por las consecuencia., de la medida
En a,.ialquier momento del procest', siempre que o situación que ha configurado la vulneración de los
se trate de casos de extrema gravedad y urgencia y derechos y el pago de una justa indemnizaci/ n de la 1

cuando sea necesario para evitar daños irreparables a parte lesionada (artículo 63 párrafo 1 de la CADH).
En cuanto a la ejecución de la sentencia, la. Con~
vención Americana ha establecido claramente su
de conformidad con e! artículo 62 de la Convención obligatoriedad, así los Estados Parte_,; del instrumento
Americana, y la Comisión considera que no ha cumplido internacional están cnmprometidos a cumplir con la
las recomendaciones del informe aprobado de acuerdo al
artículo 50 del referido instrumento, some•~,·a el caso a la decisión de la Corte (artículo 68 párrafo 1)4-l y que la
Corte, salvo por decisión fundada de la r ,1yoria absoluta park del fallo donde se disponga una indemnización
de los miembros de la Comisión.2. La Comisión considerará compensatoria se puede ejecutar en el respectivo país
fundamentalmente la obtención de justicia en el caso particular,
fundada entre otros, en los siguientes elementos: a) la posición
del peticionario; b) la naturaleza y gravedad de la violación;
e) la necesidad de desarrollar o aclarar la jurisprudencia " «Esta obligatoriedad podria implicar, posteriormente, reformas
del sistema; d) el eventual efecto de la decisión en !os a la legislación interna, modificación de la jurisprudencia de los
ordenamientos jurídicos de los Estados miembros; y, e) la tribunales o en las prácticas administrativas, etc.» (RooRIGuEZ
calidad de la prueba disponible". RESCIA 1998: 457).
106 MIG•J ~AtJl'S:.,i l/.J . los PRIJCED.r.l:rnTOs '>E CONTROL I\TEPAf,'EPl(M.OS '/ lOS r,EREC>llS : ;·,wws 107

por el proc•·dimiento interno vigente para la 1c,je<...,_,ción medidas puede adoptar la Asamblea conb· · l Estado
de sentencias nntra el Estado (artículo 68 párraf11 2). que desacata el f.:11Io 4\
La Corte goza de la potestad en supervisar el Hasta aquí un breve repaso d,::- los procedimientos
cumplimiento de la sentencia y <'ilo después de su de protección de los derechos Ldmanos dentro del
cumplimiento es que se dará por ce.' Juidoel caso. Esto Sistema Interamericano. Lo sustancial pan e1 estudio
se encuentn ,<mparado por el men-wnado artículo 63 es evaluar los pronunciamiP,1tos que se han emitido
párrafo 1 de 1J Convención Americana, conforme lo para la protección de los denxhos humanos laborales,
resalta la propic1 Corte (Corte IDH 2003c: párrafos 63- esto se des:1rrolla dentro del análbis de los dos órganos
64). Este criterio quedó darament~- establecido por la de control.
Corte cuando '-'inculó el cumplimiento de la sentencia
con el derecho al acceso a la justicia:
«para satisfacer el derecho al ac:.:eso a la justicia, no
es suficiente con que en el respectivo proceso o re-
curso se emita una decisión definitiva, en el cual se
declaren derechos y obligaciones o se proporcione
la protección a las personas. Además, es preciso
que existan mecanismos efectivos para ejecutar las
decisiones o sentencias, de manera que se protejan
efectiv«mente los derechos declarados. La ejecución
de tales decisiones y sentencias debe ser considera-
da como parte integrante del derecho al acceso a la
justicia, entendido éste en sentido amplio, que abar-
que también el cumplimiento pleno de la decisión
respectivc1. Lo contrario supone la negación misma de
este der~1ho» (Corte IDH 2003c: párrafo 82).
,s 11No se ha previsto el tipo de medidas que podría adoptar la
En caso de incumplimiento de la sentencia por
Asamblea General, ni tampoco se han indicado los mecanismos
parte del F.stado denunciado, la Corte lo somete a coactivos que ella estarla en condiciones de utilizar para lograr
consideración de la Asamblea General de la OEA, el cumplimiento de la sentencia; sin embai:go, hay que admitir
con las recomendaciones pertinentes (artículo 65 de la que, en ciertos casos, la mera posibilidad de que ese asunto
CADH). Sin embargo, no se ha establecido que tipo de pueda ser debatido ante una instancia internacional podría,
por sí sola, actuar como disuasivo para el incumplimiento de
los fallos de la CorteJ> {FAúNoEz 2009: 916).

-------------------------------·
Capítulo Tercero

LOS PRONUNCIAMIENTOS EN MATERIA


LABORAL DE LA COMISIÓN
INTERAMERICANA Y LA JURISPRUDENCIA
LABORAL DE LA CORTE INTERAMERICANA

C onforme lo señab el artículo 33 de la CADH: "Son


competentes para conocer los asuntos relacionados
con el cumplimiento de los compromisos contraídos
por los Estados Partes en esta Convención: a) la Co-
misión Interamericana de Derechos Humanos, y b) la
Corte Interamericana de Derechos Humanos". A con-
tinuación analizaremos k,,~ dos órganos de control en
referencia a sus pronunciamientos en materia laboral.

1. LA COMISIÓN INTERAMER.ICANA DE DERECHOS


HUMANOS
La Carta reformada de la OEA establece en su ar'·
culo 106 del Capítulo XV la conformación de la CIDri,
señalando como su función principal la de promo,·~~r
la observancia y la defensa de los derechos humanos y
110 1,1,sun f. 08- MoNmo Lo:; PRONUNCIO"' ~,.,, rn MATERIA L.\SORAL DI' lA coi,, S!ÓN INTl:SA,.-1,-R'Cfi.''• l1

de servir como órgano consultivo de la t-'t,~anización cuestiones relaci ><ladas ~on los dere,_'hos humanos y,
en esta materia. dentro de sus po:s:bilidades, pre'>tarles el asesoramiento
Su creación se remonta a la QuintJ Reunión de que éstos le soliciten; e) A chiar respecto a las peticiones
Consulta de Ministros de R -•ladones Exteriores en y otras combnicaciones en ejercicio de su autoridad,
Santiago de Chile (1959), en donde inicialmente era de conformida"'. ·:on lo dispuesto en los artículos 44 y
una organización autónoma de la OEA Su Estatuto 45 de la Convención; f) Rendir un informe anual a la
fue aprobado el 25 de m,:iyo de 1960 y se instaló el 3 Asamblea Genc'ral de la Organización de los Estados
de och1bre de 1%0. Posteriormente, con el Protocolo Americanos.
de Buenos Aires (1967) se incluyó a la CIDH como En palabras de Grossman, se pueden agn.i par las
órgano principal de la OEA por medio de la reforma áreas de acción de la CIDH: «P,imero, la Comisión cum-
de la Carta de la OEA. ple 1m rol como un órgano semijudicial de supervisión
Con la entrada en vigencia de la Convención a tLwés de su sistema de casos, midiendo la realidad
Americana, se produjo una reforma en el Estatuto global o conductas específicas de acuerdo a los criterios
de la CIDH (1979) para adecuarlo al nuevo mandato. de la Convención Americana o a la Declaración Ame-
Conforme al artículo 41 de la Convención se establecen ricana; en segundo lugar, la CIDH hace visitas rn loco
las funciones y atribuciones de la CIDH: a) Estimular de carácter general o por razones específicas a países
la conciencia de los derechos humanos en los pueblos de la región; en tercer lugar, la Comisión se ocupa de
de América; b) Formular recomendaciones, cuando áreas temáticas que se refieren a un derecho o asunto
lo estime conveniente, a los gobiernos de los Estados por su importancia para la democracia y los derechos
miembros para que adopten medidas progresivas a humanos; en cuarto lugar, se realizan actividades de
favor de los derechos humanos dentro del marco de promoción; y por último la Comisión, como órgano
las leyes internas y sus preceptos constitucionales, al principal de la OEA en materia de derechos humanos,
igual que disposiciones apropiadas para fomentar el efectúa actividades de reflexión y análisis del sistema
debido respeto a esos derechos; c) Preparar estudios y de su futuro (Grossman 1998: 155).
e informes que considere convenientes para el desem- La Comisión está compuesta por siete miembros
peño de sus funciones; d) Solicitar a los gobiernos de (artículo 34 de la CADH), quienes distribuyen sus labo-
los Estados miembros que le proporcionen informes res en relatorías por los países monitoreados y por los
sobre las medidas que adopten en materia de derechos temas especiales que ha considerado la propia CIDH.
humanos; e) Atender consultas que, por medio de la Entre las relatorías temáticas merece destacarse aque-
Secretaría General de la Organización de los Estados llas que son competentes sobre algunas de las materias
Americanos, le formulen los Estados miembros en laborales: la Relatoría sobre los derechos de los pueblos

----------~-
112 \1!GUEL F. CANESSA MONTEJO c'~)IJLl/:C!IWIH/T<)S :'/; '"i'' lABORAl OC te_ -- , \'.,SIÓN IIIHRA''.oP.'CN,. 113

indígenas (1994); la Relatoría sobre los derechos de la na. Estos Informes evidencian l·-'1::, labores cumplidas
mujer (1994); la Relatoría sobre los trabajadores migr,;1r 'es durante el último período anual de actividades de
y miembros do;: sus familias (1996); la Relatoría sobre los ID CIDH y se presenta a la Asamblea General de los
derechos de la nitlez (1998); la Relatoría sobre los dered10s Estados Americanos.
de las personas p;ivadas de libertad (2004); y, la Relato- El primer informe anual se elaboró en 1970 con la
ría sobre los derechos de los afrodescendientes y contra finalidad de mostrar el progreso alcanzado en la con-
la discriminación racial (2005). Asimismü, en el 2012 se secución de los objetivos señalados en b Declaración
constituyó la Unidad de derechos económicos, social,-:; y American:_ :·.1mando en consideración que tod;wía la
C' ;lturales que «tiene el mandato de colaborar en el análisis Convencion. \mericana no estaba en vigor. El , forme
y evaluación del goce de estos derechos en las Américas, contiene umi relación sobre los campos en los n1ales
asesorar a la CIDH en el trámite de peticiones, casos y han de tomarse medidas para dar mayor vi gendél a los
solicih1des de m,--.iidas cautelares y provisionales en la derechos humanos conforme lo prescribe la citada De-
materia, realizar visitas a los Estados, y elaborar estudios claración, y formular las observaciones que la Comisión
e informes>> (CIDH 2012: párrafo 142). ..:onsidere apropiadas respecto de las comunicaciones
En el marco de las atribuciones reseñadas de la que haya recibido y sobre cualquiera Gtra informa-
CIDH, este organismo elabora tres clases de Informes: ción que la Comisión tenga a su alcance (CIDH 1970:
Anuales, de Países y Temáticos46 • En ellos se pronuncia párn1fo 4). Ese primer informe anual se pronuncia <='11
sobre los casos de violaciones de derechos humanos su acápite 6 sobre el derecho al trabajo y a una justa
sometidos a su competencia y sobre la situación de los distribución, evidenciando la importancia que gm:a la
derechos humanos en Estados Miembros de la OEA, materia laboral en la protección de los dered105 :--,uma-
respectivamente. En estas tres clases de Informes es nos en el hemisferio.
donde se ubican los pronunciamientos sobre los dere- Si tornarnos como referencia los últimos Informes
chns humanos laborales. Anuales, éstos se suelen dividir de la siguiente forma:
1
una Introducción como primer capítulo; el segundo
1.1. Los Informes Anuales capítulo referido a las Bases jurídicas y actividades de
1
Los Wormes anuales se encuentran dispuestos por la (JDH durante el período anual; el tercer capítulo
el inciso g) del artículo 41 de la Convención America- j sobre el sistema de peticiones y casos individuales, que
a su vez se dividen entre las medidas cautelares, los
casos declarados admisibles, los casos declarados in-
46
En realidad, ef Informe Anua! contiene dentro de sus capítulos
admisibles, los informes sobre las soluciones amistosas,
los informes por países y los informes temáticos, pero en razón
a su extensión y especificidad han adquirido autonomía. los informes de fondo, los informes de archivamiento
114 '.GUEL f. (Arfü \ Mú/JTEJO los rc,)/llJNC'S',ll~NTOS EN 1,'ATERlA ~\B0,1ALOE LO. COMISIÓN 1r,·,~~Mrn•rArJ~. 115

y el estado del cumplimiento de las recomendaciones Se considera en este acápite abordar los casos
de la CIDH; el cuarto capítulo sobre el desarrollo de sometidos ante la Comisión Interamericana temática~
los derechos humemos en la región. El informe :'tual mente, de modo qut> pueda apreciarse la evolución
suele estar acomp·-1f'íado por anexos donde se incluyen de sus pronunciami'::'ntos y una visión más comple-
los informes tem,1::..:0s de las relatorías. ta de las materias. Se inicia con los últimos graves
Aquí nos centramos en los pronunciamientos de casos de asesinatos o desapariciones de sindic,üis-
la CIDH, en especial las denuncias sobre vivlaciones a tas. Posteriormente, se aborda la prohibición de la
los derechos laborales consagrados en los instrumen- discriminación laboral, la protección a la libertad
tos interamericanos de derechos humanos. Asimismo, de asociación (libertad sindical), la protección del
desde 1996 la CIDH ha incluido su Estudio Especial despido, la protecc,{m al debido proceso laboral y
sobre los trabajadores migratorios y sus familias en el la seguridad socia! (el régimen de pensiones). En
hemisferio dentro del Irúorrne Anual. cada una de las p~liciones pueden yuxtaponerse
distintos derechos humanos laborales en razón que
1.1.1. Los casos en el sistema de peticiones los hechos suelen producir múltiples violaciones a
los instrumentos regionales, por lo que el análisis si
Los casos individuales en el sistema de petin ,nes
hlen se centra en la materia principal s1:-lec,:· onada
tienen por sustento en el ya mencionado artículo 44 de
rt·J se deja de lado los otros derechos iw/olL1<.'rados.
la Convención Americana para los Estados Partes y el
Asimismo, se ha preferido seleccionar los casos
artículo 20 del Estatuto de la CIDH para los Estados
que c')ncluyen con un Informe sobn~ el fondo de
que no son partes en la Convención47•
la pe,lción o su admisibilidad, dejando de lado
los casos que terminan tramitándose ante la Corte
'7 El artículo 20 del Estatuto de la CIDH establece: "En Interamericana en razón que éstos serán analizados
relación con los Estados miembros de la Organización posteriormente, aunque algunos de estos casos semen-
que no son partes de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, la Comisión tendrá, además de las
cionan por su importancia.
atribuciones señaladas en el artículo 18, las siguientes:
a) prestar particular atención a la tarea de la observancia
de los derechos humanos mencionados <ó!n los artículo 1, y formularles recomendaciones, cuando lo considere
1!, 11!, IV, XVIII, XXV y XXV! de la Declaración Americana apropiado, para hacer más efectiva la observancia de
de los Derechos y Deberes del Hombre; b) examinar los derechos humanos fundamentales; c) verificar, como
!as comunicaciones que le sean dirigidas y cualquier medida previa al ejercicio de la atribución prescrita en el
información disponible; dirigirse al gobierno de cualquiera inciso b anterior, si !os procesos y recursos internos de
de los Estados miembros no partes en la Convención con e! cada Estado miembro no parte en la Convención fueron
fin de obtener las informaciones que considere pertinentes debidamente aplicados y agotados".
-¡ '.6 MIGUEL F. CANESSA Mo1-1mo Los PRot,IJNCIM11ENTOS e•: /JATf~!4 IA5":AAc DE l~ COMiSIÓ)J l'JTEAAV,R' 1P

1.1.1.1. Los casos de ejecución extrajudicial o desaparición "Benavides-Gutiérrez" qtn: realizaba obras para lu
forzada de sindicalisfas empresa estatal Centromin-Perú, fue detenido pe•-·
Desde el inicio de sus actividades la CIDH enfrentó efectivos militares y desde w detención continúa dc~.-
'enuncias sobre el asesinato o la desaparición de sin- aparecido. La CIDH concluye que el Estado peruano
dicalistas, mayormente bajo las dictaduras militares es el responsable de la desaparidón del referidP tra-
del hemisferio. Ante estos hechos, la CIDH cumplió bajador (CIDH 2000c: párrafo 69). El caso 108'7'~ de
una valiosa labor pronunciándose en reiteradas oca- Zenón Huamaní, dirigente del sindicato de profesores
siones sobre las graves violaciones que se cometían. de Ayacucho (Perú) recogido-en el Informe Nº. 54/99,
En la actualidad, el hemisferio cuenta con gobiernos donde la CIDH concluye que las fuerzas públicas del
democráticos y han disminuido considerablemente Est~.do peruano procedieron a detener arbitrariamen-
este tipo de vidlaciones, pero lamentablemente se te y desaparecer "ü dirigente sindical (CIDH 1999c:
siguen produciendo estas graves violaciones. A conti- párrafo 152).
nuación mencionamos algunos ejemplos de asesinatos Asimismo, el Caso ! 1556 sobre el asesinato de
o jesapariciones de sindicalistas que se han ventiludo trabajadores rurales en el Fondo Corumbiara (Brasil).
dentro del sistema de peticiones dentro de la CIDH en La CIDH concluye que el Estado brasilero violó el
los últimos años. Convenio Americac'.ci sobre Derechos Humanos por
En primer lugar1 podemos señalar su pronun- las ejecuciones extrajudiciales, lesiones a la integridad
ciamiento sobre el asesinato de Pedro Huilca Tecse, personal y violaciones a la obligación de investigar,
máximo dirigente de la Central sindical de trabajadores del derecho a un recurso efectivo y de las garantías
peruanos ocurrido en diciembre de 1992. Los familiares judiciales cometidas por policías militares en perjuicio
de la víctima presentaron la denuncia contra el Estado de los trabajadores sin tierra durante el desalojo del
peruano por el referido hecho (Caso 11768). La CIDH Fondo (CIDH 2004c: párrafo 305).
sometió ante la Corte Interamericana el caso por ejecu- También merece destacarse el caso 11171 sobre el
ción extrajudicial el 12 de marzo de 2004, al considerar asesinato del sindicalista de To más Lares en Guatemala,
la ausencia de una investigación completa, imparcial la CIDH vincula la libertad de asociación con el derecho
y efectiva sobre los hechos aunada a actos, más bien, a la vida en los siguientes términos: «la Comisión toma
tendientes a encubrir la verdad y los responsables de en cuenta que en la mayori:t de las veces, las más graves
la ejecución (CIDH 2004a: párrafo 433). violaciones a los derechos humanos tales como las eje-
Otros casos muy graves fueron las desapariciones cuciones extrajudiciales y las desapariciones forzadas,
de sindicalistas peruanos. El caso 10820 de Américo tienen por objeto silenciar o sacar de la arena política
Zavala, delegado sindical de la empresa contratista y social a determinados líderes o activistas. En ese

1
L ------·--·
11" M1:;UElf.C~tJE5SAMO1 ;) Los PRor:vrlCIAMIHHOS EN !.1.~Trn·,' 1B0fl\'. oc ~C0.',H51'/N l(HERA/,-1É~ 'A'JA,, 1_¡9

.·ntido, estima que !a violación del derecho a la vida, pl;f discriminación racial. Sin embargo, el organismo iu~
por ejemplo, puede ser una medid~1 represiva extrema dk:ial brasilero decidió archivar la causc1 poT considerar
:~n represalia J. !as actividades, comunitarias, sociales o que no se había producido la discriminación alegada. Se
de participación polftica que desarrolla la víctima. Aun presenta 1.:i petición ante la CIDH alegnndo la violación
cuando sería razonable afirmar que en tal sentido se de los artículos 1 (obligación de respet::.r los derechos),
habría incurrido en una violación al derecho de asocia- 8 t,.:;arantias judíciales), 24 (igualdad ante la ley) y 25
ción o a la libertad de expresión, desde una perspectiva (v:· 1tección judicial) de la Convención Americana y los
estrictamente jurídicerconceptual, la privación de dichos artt,7.tlos 1, 2, 5 y 6 de la Convención Internacional sobre
derechos estaría subsumida en la afectación al derecho a la E' !'.minación de todas las Formas de Discriminación
la vida)) (CIDH 2006b: párrafo 117). Rae 'IL La CIDH resalta que no es competente para
Por último, el Caso 12310 donde la CIDH con- investigar y sancionar la conducta individual entre
cluye que Brasil no garantizó la vida del trabajador particulares, pero si para establecer la responsabilidad
asesinado Sebastiao Camargo a pesar de conocerse las internacional del Estado, en razón dt> la violación de
serias amenazas que se cernían sobre él y no haberse los derechos consagrados de la Conver.-dón Americana
;mplementado la investigación sobre los hechos sancier (CIDH 2010c: párrafo 39). Asimismo, la CIDHle sefic1.ia
nando a los responsables quedando en la impunidad al Estado brasilero su obligación en velar por el respeto
los hechos (CIDH 2009b, párrafo 156). de fo~ derechos humanos en las relaciones entre pc1rti-
culares a fin de prevenir que ocurra una violación y, en
1.1.1.2. La prohibición de la discriminación laboral la eventualidad de pr0 :lucirse, debe procurar diligen-
Al lado de estos graves casos de asesinatos de temente investigar, procesar y sancionar al violador en
sindicalistas, también la CIDH ha venido analizando los términos requeridos por la Convención Americana
graves violaciones a los derechos humanos que afectan (CIDH 2010c: párrafo 43). Asimismo, la Comisión ha
determinado de manera reiterada qw.•- <doda víctima
a los trabajadores de la región. Entre las materias abor-
dadas por la ODH destaca la discriminación laboral de violación de los derechos humano e debe tener ga-
bajo alguna de sus causales. rantizada una investigación diligente e imparcial y,
El caso 12001 versa sobre la discriminación racial existiendo indicios de autoría del delito, el inicio de
en la contratación de trabajadores. En un medio de la acción oertinente para que el juez competente, en el
prensa paulista se publicó un aviso solicitando una marco de un proceso justo, determine si ha habido o
empleada doméstica de preferencia tez blanca. Simone no delito, como ocurre con todo delito que se lleva a
André Diniz postuló al puesto pero fue rechazada por examen de la autoridad pública» (CIDH 2010c: párrafo
ser afrodescendiente, por lo que presentó una denuncia 97). Ante los hechos comprobados, la CIDH concluyó
120 MIGUH F. (A'lESSA MmJTEJC Los PRONl/llCIAM:c.mos EN MATERIA lltBOPAl DE: LA ce;· •.e ,')•¡ '!,TER~•:,01~0. J.21

que se ha producido una violación del Estado brasilero Americana y recomienda la mo~.ificación de ~,,cha
en los referid ns artículos de la Convención Americana regubción, 0 iemás de permitirle a la petici(l ',tria
y recomienda qt;e se repare plenamente a la víctima, ejercer como :ibogada en Chile (CIDH 2009c ~<1 ·~ufos
modificando la l12gislación contra e1 racismo para qt '! 50-51). El Estado chileno termina ""umpliendo o •n las
·-:ea efectiva (CTDH 2010c: párrafos 145-146). recomendaci¡ ·:ws de la CIDH.
En el caso 12469 se ventila la dis ... riminación labo-
ral por causa de la nacionalidad. Margarita Barbería 1.1.1 .3, La protección a la libertad de asociació11
Miranda, ciudadana cubana, estudió la carrera de De- El tema de 1a libertad sindical no suele ser una
recho en una universidad pública ch.dena y concluyó materia que aborda la Comisión Interamericana de
sus estudios con 4xito. Sin embargo, el artículo 526 del Derechos Humanos dentro del sistema de peticiones.
Código Orgánic,_, de Tribunales chileno prohíbe ejercer No obstante, nay dos casos que son importantes en
la práctica del derecho a los extranjeros. Ante tal situa- analizar. El importante caso Baena Ricardo y Otros
ción, la peticionaria alegu la violación del derecho a la sobre libertad sindical es analizado posteriormente
igualdad ante la ley, el derecho a la igual protección ct:ando se ventila como caso contencioso ante la C< Jrte
ante la ley sin discriminación, el derecho al trabajo y a Interamericana, allí se incluyen los pronunciamientos
emprender libremente iniciativas <económicas (CIDH de la CIDH al respecto.
2009c: párrafo 2). -\poyándose en la Corte Interameri- El caso 11381 de Milton Ga,'da Fajardo y Otros, la
cana, la CIDH 1·-..-~alta que los mencionados derechos CIDH debe evaluar el despido coiectivo de h·abajadores
aludidos por fo _ietidonaria gozan del carácter jus afectados por la violación a la libertad sindical. El caso
cogens (CIDH 2009c: párrafo 30), es decir se tratan de consiste en la petición colectiva presentada por 142
derechos humanos recogidos en normas imperativas trabajadores aduaneros nicaragüenses despedidos por
del Derecho Internaciona; general, por lo que la legisla- ejercer la huelga como medio de presión para iniciar
ción nacional se encuentrn sometida a dicha regulación. la negociación colectiva con el Estado. El Ministerio de
Esto significa q-:.:·: el referido artículo 526 del Código Trabajo de Nicaragua declaró ilegal la huelga argumen-
Orgánico de Tribunales tiene efectos discriminatorios tando que no se permite el ejercicio de este derecho a
ya que no permit.: el ejercicio de la abogad . J. extran-
1
.
los trabajadores que laboran en los· servicios públicos
jeros. Asimismo, el Estado chileno no ha justificado o de interés colectivo (artículo 247 del Código de Tra-
un fin legítimo para tal regulación y mucho menos su bajo), motivando el despido colectivo de este grupo de
proporcionalidad para lograrla (CIDH 2009c: párrafos trabajadores. Los trabajadores presentaron una acción
33-43). Concluyendo que el Estado chileno es respon- de amparo resolviendo la Corte Suprema a favor del
sable por la violación del artículo 24 de la Convención Estado de Nicaragua. Los peticionarios alegaron la
1?.2 MIGUEL F CANliSSA MO'Hi:/0 Los,,-, ,\Cl,,M'''lTOS E"; ~ATfR,/, L,1BORA'_ DF IA W.'Al<;•f: 1'1TERMi·o'"' , •. , 123

violación de de los dt.·, <.!Chos: a la integridad pers0nc1l \TDHm), abe una interpretación sistémica de lalibntad
(artículo 5), garantías jHdiciales (artículo 8), indemniza- de ~1socbdón del Sistema Interam~ricano que --:msiclcre
ción por error judicial (artículo 10), asociación (artículo al derecho de huelga dentro de ella, a pesar de' r'rnt,_iculo
16) y protección judicial (artículo 25), consagrados en la y de los reiterados pronunciamientos de otros /iq2;anos
CADH (CIDH 2001f: :'.:lárrafos 1-6). En el presente cnso de control intemadonal48•
queremos concentra1 os en el análisis que realiza la El caso 11382 .::onsiste en la peticiór ( present,Kta por
Comisión sobre la vic-, 1ción a la libertad de asociación. los h·abajadores d,; la Finca La Exactq. por la violación
La CIDH sostiene en su Informe Nº. 100/01 que: «el de- de los artículos 1, 4, 5, 8, 16, 19 y 25 de la Convención
recho de sindicaliza-:i ,'in es un derecho laboral sustancial Americana sobre Derechos Humanos. Los trab,jadores
y que independientemente de la relación intrínseca que se organizaron en m sindicato para presentar" u pliego
pueda guardar el derecho de libertad de asociación con de reclamos a los propietarios de la finca. Sin embargi ·.
ei derecho de huelga, no basta para probar la violación el empleador despidió a 60 trabajadores por la confo--
al derecho de asociación de los trabajadores aduaneros, mación de la organización sindical y la presentación del
en los 1:érminos que establece la Convención. El hecho pliego. Ante los despidos, los trabajadores presentct rvn
de que el Estado negara la posibilidad de if a huelga, no las correspondientes acciones judiciales por despido
restringió a los trabajadores para ejercer su derecho de antisindical. Sin embargo, el organismo judicial mostró
0~ociación, toda vez qu~ es en esa capacidad de asociados pasividad por dichas acciones. Eso condujo a que los
a un sindicato que pr~sentaron el recurso ante la Corte trabajadores decidiesen ocupar la finca como medio de
Suprema de Justicia y éste fue admitido,, (CIDH 200H: protesta. Posteriormente, fueron desalojados con extrema
párrafo 106). En mi opinión, la Comisión illteramericana violencia por las fuerzas de segurida,-1 guatema\ 1!C'c1
plantea dos preocupantes conclusiones al interpretar el causando la muerte a tres de los trabajaJores e hiriendo
artículo 16 de la Convención Americana para el presente a otros 11. A pesar que los trabajadores presentaron
caso. :1nr un lado, el derecho de huelga no forma parte la denuncia por el fallecimiento de los trabajadores, el
del contenido esencial de la libertad de asociación (li- gobierno guatemalteco omitió investigar debidamente
bertad. '>indica!) consagrado en el mencionado artículo los hechos y sancionar a los responsables (CIDH 2002c:
16, por [.) que su violación no supone una trasgresión a párrafos 72-77). Al igual que en el anterior caso, nos
la libertad de asociación. Por otro lado, la CIDH deja de
lado el reconocimiento del derecho de huelga ,.lentro
de los derechos sindicales formulado por el artículo 45 '
8
El Comité de Libertad Sindical de la OIT ha señalado con
inciso e) de la Carta de la OEA y el artículo 8, 1, b, del firmeza: «El derecho de huelga es el corolario indisociable del
Protocolo de San Salvador. En otras palabras, para la derecho de sindicación protegido por el Convenio núm. 87»
(CLS 2006: párrafo 523).
124 MIGUEL F. (/IJ/ESSA' •,_,~/TEJO Lo; P~O:,UNC»M•HJTOS •: -,'ATl:RIA lA60'l~l OE L ro)t;s:r: '· ,. TEP.Al}~~IG>,N.~ ,. '.!_¿j

concentrumos sólo en el prorn,,1ciamiento del CIIJH una acción de amparo que se encontraba sin resolución
respecto al tema de la libertad de asociación. Así, la CID}~ ante la Corte Suprema por dos cillas sin que exista un
sostiene que los trabajadores de la finca que decidieron plazo legal para la culminación del trámite. Ante tal
coaligarse en una asociación sindical estaban protegidos situación presentaron una queja (Caso 2085) ante el
por el articulo 16 de la Conver: ·ión, siendo la actuación Comité de Libertad Sindical J.e la OIT. Bajo ese marco
de los agentes gubemarnental<é . (que trabajaron con los se produce la petición ante la CIDH por la violación de
propietarios de la finca) castigar con la más severa san- los artículos 8, 1, a del Protocolo de San Salvador y el
ción posible la decisión de los trabajadores de la finca artículo 25 de la ConvenciónAm.: ricana sobre Derechos
La Exacta de crear una organización sindical, matando Humanos (CIDH 2006a: párrafo·•). La importancia del
a tres hombres, lesionando gravemente a otros once y Worme de Admisibilidad de la presente petición reside
poniendo en peligro la vida y la seguridad de todo un en que la Comisión reitera un criterio jurispmdencial
grupo de personas. La represalia tomada contra las del Sistema Interamericano por el cual no puede cali-
a.:tividades sindicales y la supresión del movimien- ficarse como duplicación o cosa juzgada internacional
to sindical constituyen una violación del artículo 1,-; que los trabajadores salvadoreños se encuentren
(CIDH 2002c: párrafo 80). tramitando ante el Comité de Libertad Sindical una
Se encuentra en trámite la petición 71/03 de !u., queja similar sobre esta materia, en razón que no son
trabajadores del Ministerio d~· Sducación de El Salva- equiparables ambos procedimientos de control (CIDH
dor por la negativa estatal al reconocimiento legal de 2006a: párrafos 24-27). Posteriormente, se profundiza este
la organización sindical. Desde 1983 los trabajadores tema en la sentencia del Caso Baena Ricardo y Otros de
del Ministerio de Educación solicitaron en diversas la Corte Interamencana de Derechos Humanos.
ocasiones el reconocimiento de la personalidad jurídica
de su organización sindical, siendo rechazados perma- 1.1.1.4. La protección del despido
nentemente por los diferentes gobiernos del país bajo el
La protección del despido es uno de los temas re-
.,1rgumento que la Constitucir',¡1 prohíbe los sindicatos
currentes que se presentan en materia labornl dentro
t:n la administración pública4''. Asimismo, presentaron
del sistema de peticiones a la Comisión Interamericana.
Si bien dentro de la propia Convención Americana no
En mayo de 2009, El Salvador reformó el artículo 47 de su
Constitución reconociendo parcialmente que los trabajadores
de las instituciones públicas autónomas, los funcionarios grupo de funcionarios y empleados públicos, además de los
y empleados públicos y los empleados municipales tiene miembros de la Fúerza Armada, la Policía Nacional Civil, los
el derecho a asociarse libremente para la defensa de sus miembros de la carrera judicial y los servidores públicos con
intereses. Sin embargo, se mantiene que determinado poder decisión, no gozan de este derecho constitucional.

L~
MIGUH F. (ANESSA MONTE.JC, !OS PRONUNCIAMIENTOS i:N MATERIA tA50RAL OC tA COMISIÓN lfnERAMl:r CAIJA ., 127

se recoge expresamente este derecho, esto nn ha sido propiedad" de carácter no vitalicio, ir, ~i1ica el recom1-
óbice pcu·.) que ! J CIDH deje de ser competente para cimiento de derechos adquirido::- -, ~ vez re5:ilta que
abordarla en tanto el despido produzca simultánea- si la decisión de remoción se ap-:gc1 a la ley, así como
mente la violación de otros derechos humanos. a las garantías del debido prWl"'º y tutela judicial
El caso 11395 es una petición por el despido del lo- efectiva consagradas en la ConL·:1·_·, m Americar,,,_ no
cutor Juan José López contra Argentina, señalando que se configuraría la violación del dtcr.ccho de propiedad
fue cesadn en sus funciones sin expresar una causa y sin consagrado en el artículo 21 de la Convención. Por ello,
tomar en consideración que ocupa un puesto directivo la Comisión considera que la decisión administrativa
en la asoc'ación del gremio. La CIDH establece que la de suprimir el cargo de profesor titular no afectó de
legislación argentina exige que un periodista cuente manera ilegítima la propiedad del peticionario (CIDH
con su carnet profesional para ejercer dicha actividad, 2009d, párrafo 73-74).
aunque esta regulación puede afectar la tibertad de Se encuentra en trámite la petición 0453/00 presen-
expresión, en el referido caso esto no ha quedado de- tada por 508 trabajadores despedidos del organismo
r,,,1strado. Asimismo, la relación entre e1 locutor y la judicial por la Corte Suprema de Guatemala violando
raJio se ubica bajo un contrato de locación de servicios sus garantías judiciales. Los referidos trabajadores
y no un contrato de trabajo. Además, el peticionario no ejercieron una huelga :.en 1996 contra el organismo
ha demostrado que se haya afectadü su derecho a la judicial para entablar una negociación colectiva. La
libertad sindical. Así, la Comisión concluye que no se Corte Suprema resolvió despedirlos por considerar que
,1a producido ninguna viola.::1ón por parte del Estado la huelga violaba la normativa guatemalteca. Los tra-
argentino (CIDH 2011b: párr.:ifo 47-59). bajadores presentaron distintas acciones judiciales las
Un tema similar se aborda en el caso 12470 en cuales les fueron desfavorables, inclusive se les aplicó
la petición presentada por Ricardo Israel Zipper por retroactivamente una norma dictada por el Congreso.
la supresión de su puesto de profesor titular en la Los peticionarios alegan que la Corte Suprema de Justi-
Universidad de Chile. Entre uno de los argumentos cia guatemalteca actuó como juez y parte en el conflicto
destacados por el peticionario es considerar que su laboral que se desarrolló entre dicha institución y los
puesto en la Universidad forma parte de su patrimonio trabajadores, violándose los artículos 8 (Garantías Ju-
(derecho de propiedad), en razón que fue nombrado diciales), 16 (Libertad deAsociaci,)n), 24 (Igualdad ante
para dicho cargo por la institución educativa. De allí la Ley), y 25 (Protección Judicial), en relación con las
que la S1..!presión del cargo suponga una expropiación obligaciones genéricas contenidas en los artículos 1(1)
de su derecho (CIDH 2009d: párrafos 10-24). Si bien la (deber de respetar y garantizar los derechos) y 2 (obli-
CIDH le reconoce que el hecho de "tener un cargo en gación de adecuar la legislación interna) de la CADH

'
_.L
!El F. (ANESSA MormJO 1OS PRONUNCIAMIENTOS EN MAHRl,>,L,\,BORl>J.DE LA COMISlfül l~TfRAMERICANA., 1'29
128

(CIDH 2003d: párrafos 10-2Y). En similar situación se J,: i emuneraciones y se exige el cumplimiento de los
encuentra la _¡A:t-ición2893/02 de los :265 trabajadores d·- pcYtos colectivos de trabajo (CIDH 2003c: párrafo 18).
la Empresa de iertilizantes de Centroamérica que fue- El caso 12319 presentado por la Federación Nacio-
ron despedidos c•:1 1995 y que presentaron su demanda nal de Trabajadores Marítimos y Portuarios del Perú
judicial ante el ~,rgano jurisdiccional de Costa Rica, ante el incumplimiento de la sentencia judic:o.l que or-
sin que hasta la presentación de la reclamación ante la dena el pago de sus beneficios sociales que e:-; declarado
CIDH exista un pronunciamiento judicial al respecto. admisible por la Comisión (CIDH 2001e: párrafo 40).
El caso "12357 de la Asociación Nacional de Cesant2s
1.1.1.5. La protección del debido pr: 1,_:eso laboral y Jubilados de la Contraloría General de la República
Hay una ::;erie d,_, casos laborales peruanos ven- dvt Perú por el incumplimiento de la Sentencia del
tilados ante la Comisión que se producen por el Tribunal Constitucional peruano que ordena el pago
incumplimiento de sentencias judiciales o por violación de las rer;:uneraciones, gratificaciones y bonificaciones
del debido proceso, mayormente sufrido por trabaja- que perciben los trabajadores en actividad a favor de
dores estatales despedidos durante la década de los los jubilados (CIDH 2008b: pánafo 21).
noventa bajo el gobierno de Fujimori. El caso 12384 del sindicato SIFUSE de la empresa
Los casos acumulados 11830 y 12038 de los 257 pública SEDAPAL donde sus trabajadores afiliados
trabajadores despedidos del Congreso peruano, donde fueron afectados por la aplicación peyorativa y re-
la CIDH concluye qL:e el Estado peruano es responsable troactiva de la legislación sobre su escala salarial, sin
de la violación al derecho de la protecciun judicial, a las permitirles el Estado peruano contar con un recurso
garantías judiciales y al deber de adoptar disposiciones judicial efectivo para la defensa de sus derechos (CIDH
en el derecho interno, al haberse procedido a despedir 2010b: párrafo 18-19).
a este grupo de trabajadores sin r€spetar estos derechos En estos casos, la CIDH se pronuncia a favor de
(CIDH 2005b: pácrnlo 25). los peticionarios concluyendo que el Estado peruano
El caso 12ü/34sobre los trabajadores despedidos,),_, ha violado la Convención Americana sobre Derechos
la Municipalidad de Lima y de la Empresa de Servicius Humanos. A pesar de las recomendaciones formuladas
Municipales por el incumplimiento de las sentencias por la Comisión, el Estado peruano no cumple con sus
judiciales que ordenan su reincorporadón a sus puestos obligaciones internacionales dentro del plazo fijado,
de labores y el pago de los beneficios sociales corres- por lo que la mayoría de estos casos resuelve la Co-
pondientes. La CIDH concluye que el gobierno peruano misión presentar la resrectiva demanda ante la Corte
es responsable de la violación al derecho a la protección Interamericana que posteriormente analizaremos.
judicial, además de dejar sin efecto las reducciones
130 Ml<IJCl F. Ü\NES5A MOllTflO Los ,,mJUNCIAM'":ITC,C CN MAHP'; lAP.CRAL DE lA COMISIÓN INTER,O,\,IERICANA.. 131

1.1.1.6. 7. ,, seguridad social Una mención aparte merece el CébO 12670 de


Una de las materias l}lL ha merecido la atención del los trabajadorl's j,,bilados peruanos contra Perú por
procedimiento de control del Sistema Interamericano la afectación de sus pensiones a raíz de la reforma
ha sido el pago y reajuste de las pensiones de los jubi- constitucional de 2004 que modifica su régimen. Los
lados o cesantes. Estas controversias sobre seguridad peticionarios soshtvieron que la reforma constihtcional
social se han sustentado en 1a violación del artículo 21 afectó los derechos adquiridos en la fijación de sus pen~
de la CADH (derecho de la propiedad privada) y los siones, en tanto su régimen pensionario se establecía
artículos XVI (derecho a la seguridad social) y XXIII por medio de la nivelación de éste en función a la remu-
(derecho de propiedad) de la DADH. neración del fundu1· ,irio en actividad que desempeñase
El caso 11670 fue una petición presentada por la misma o análoga función a la que desempeñó el pen
pensionarios argentinos que redaman las violaciones sionista al momento de su retiro o cese. Asimismo, los
de un conjunto de derechos, siendo uno de ellos la peticionarios resaltaron que la nivelación de sus pen-
seguridad social por no producirse el reajuste de siones forma parte del contenido esencial del derecho
los montos de sus jubihci.ones o pensiones. Esk de propiedad, por lo que la reforma con3titudonal violó
caso resultc1 importante _porque la CIDH señala en este derecho por no respetar el beneficio adquirido e
su pronunciamiento de admisibilidad que si bien incorporado al patrimonio de: los pensionistas (ODI-·t
el derecho a la seguridad social no se encuentra 2009c: párrafos 24-45). El estado peruano expresó que
contemplado en la Convención y si en la Declara- fo. modificación constitucional sustituye la teoría de
ción, esta circunstancia no excluye su competencia lns derechos adquiridos por la teoría de los hechos
por razón de la materia, pues en virtud del artículo cumplidos, permitiendo que las reformas legislativas se
29 inciso d) de la Convención, la Comisión puede apliquen de manera inmediata al personal activo y a los
examinar violaciones de la Declaración Americana pensionistas. También alegó que la reforma constihlcio-
(CIDH 2001d: párrafo 42) 50• El caso se resolvió bajo nal no implica la eliminación o supresión del derechu
una solución amistosa entre las oartes. a la pensión o sus elementos h trínsecos, ni tampoco
se trata de una reforma peyorativa sino el cambio de
ciertas condiciones en la prestación pensionaría y en el
modo de disponer la forma de la nivelación. Además,
111 Como se ha señalado previamente, la Corte lnteramericana
ha precisado que los derechos definidos en la Declaración
la reforma constitucional se cumplió dentro del marco
Americana están en directa relación con lo señalado en normativo establecido por la propia Constitución de
materia de derechos humanos por la Carta de la OEA, con lo 1993 (CIDH 2009cc pánafos 46-61).
que ambas normas pertinentes se integran {Corte IDH 1989:
párrafo 43).
132 MIGUEl F. CANESSA MONTEJO Los rnmrn'lf o•.i1ENTOS EN tMTERI,\ L,\BO;t"-1 DE LA ,-n\'ISIÓ'l 1~1TE!lA).',R!cANA... 133

La ClDH concluye en .-•ste Caso que el derecho de Finalm€nte, se encuentra en trámite la petición
las p••rn,ones forma parte del derecho de propiedad 70/01 de Jesús Naranjo y Otros (Jubilados de la Empresa
de los pensionarios, siguiendo lo señalado por la ju- venezolana de Aviación VIASA) por el incumplimiento
risprudencia de las cortes interamericana y e•_lfopea de fallos judici.,les que amparan su derecho a la segu-
sobre la ·"1.teria ((_'íOH 2009c: párrat\_) 103). Sin em- ridad social, siendo muy similar a los anteriores casos
bargo, caben restricciones al derecho de propiedad analizados sobre esta materia.
en tanto no es absoluto y está subordinado al interés Esta muestra de casos permite iden-!ficar que la
social, pudiendo el Estado reducirlos únicamente por C!lJH c1naliza una serie de peticiones que cubren
la vía !egal adecuada y respetando la proporcionalidad diversos temas. A partir de esto casos debemos
entre las demandas del interés social con los requisitos destacar dos aspectos. Por un lado, .--1 mayoría de los
de la protección de los derechos individuales i'CIDH casos laborales se suelen resolver a favor de los pe-
2009c: párrafos 106-111). La Comisión concluye que ticionarios, condenando la violación de los derechos
la reforma constitucional es una restricción válida al humanos laborales. Estos pronunciamientos reflejan
derecho de pensión de los peticionarios porque se ~11e los ordenamientos nacionales y los organismos
produce dentro del marco de la legalidad peruana, judiciales del hemisferio no suelen proteger debida-
cumpliendo un fin legítimo y de manera proporcion¡_¡'. mente a los trabajadores en sus 1.L:>nuncias internas,
sin afectar el contenido esencial del derecho, además por lo que se ven obligados a recurrir a una instancia
que no constituye una medida. regresiva en cuanto al internacional para proteger sus derechos violados.
desarrollo de la seguridad social en el Perú (CIDH Por otro lado, los pronunciamientos de la CIDH po-
2009c: párrafos 113-147). Este pronunciamiento de la nen en evidencia que la indefensión en la protección
CIDH es relevante en diversos aspectos. Er _erimer de los derechos laborales -tanto en las relaciones
lugar, asienta el reconocimiento de que la pensión de particulares como con los servidores públicos- con-
los trabajadores se ubica dentro del derecho de propie- figura una violación de la Convención Americana,
dad con las consecuencias jurídicas que se derivan de generando una responsabilidad internac>mal de los
ello. En segundo lugar, los derechos laborales que no Estados Partes. En realidad, se consolida el criterio
gozan de carácter absoluto pueden ser restrirn;idos o qu2 la protección interamericana de los derechos
limitados válidamente por la legislación nadc,nal. En laburales se k ;~ra también de una manera indirecta
tercer lugar, la restricción o limitación de un derecho en los casos donde se ha producido la violación del
social no significa necesariamente el carácter regresivo debido proceso en los procedimientos internos (admi-
de dicho derecho. nistrativos y judiciales),

~--~~~-
134 MIGVEl f. (M'll:SSA MON~EJO LO, ,;'WN(IAM·:CIITOS EN MATERIA lABDRAlDE 1A COM!';'•''. ' -,P.AMERICMJ!,_, 135

1.1.2. Lo:; estud'9s especiales sobre la situación de Su primer informe sobre los trabajadure:-, migrantes
los trabajadores migrantes y sus familias se inclu:J} dentro de los Estudios Especia-
En el plano de la investigación jurídic-1 :- arnyán- les del Informe Anual de 1996. Allí la Comisión adoptó
dose en el sistema d,~ reportes, sus visitas in ;oco y las la definición internacional de trabajadores migrantes
peticiones que recibe, la CIDH viene incluyendo desde que usa la "Convención Internacional de Protección
1996 dentro de su Informe Anual el Estudio Especial de los Oecechos de los Trabajadores Migrantes y los
sobre la situación de los trabajadores r:ágrantes y sus fami- miembr ..:; de sus familias" de las Naciones Unidas. El
liares en el hemisferio. término trabajador migrante se aplica a una persona
Durante las sesl1.Jlles de mayo de 1996, · 1CIDH de- que va a dedicarse, se dedica o se ha dedicado a una ac-
cidió considerar el tema de los trabajadon,:.~ migrantes tividad r·•mtmerada en un Estado del cual no es nativo.
del Hemisferio como materia para un Informe. Para ello El In.forme de 1999 incluyó una evaluación 1 las
se constituyó un Grupo de trabajo, siendo presidido por respuestas recibidas por parte de los Estados Miem-
un Relator miembro de la CIDH. Se estableció como bros sobre las prácticas de jure y de facto, respecto a los
objetivos de la Relatoría: trabajadores migratorios y miembros de sus familias.
Además, cuenta con un valioso análisis sobre la iuris-
«a) generar conciencia en cuanto al deber de los Estados
pntdencia del Sistema Interamericano sobre la materia.
de respetar los derechos humanos de los trabajadores
Se menciona que los dos órganos de protecciÓP -la
migratoriot; y sus familias; b) presentar recomendacio-
Comisión y la Corte- por medio de sus pronuncia-
nes específicas a los Estados miembros sobre materias
mientos han resaltado cuatro principios: a. Prohibición
relacionadas con la protección y promoción de los
de expulsiones masivas de extranjeros¡ nadie puede ser
derechos humanos de estas personas, a fin de que se
expulsado dei territorio del cual es nacional (artículo
adopten medidas progresivas en su favor; e) elaborar
informes y estudios especializados sobre la materia; y
22 numerales 5 y 6 de la Convención Americana); b.
cJ) actuar con prontih1d respecto a peticiones o comu-
nicaciones en donde se señale que los derechos de los
trabajadores migratorios y sus familias son vulnerados consideración a su experiencia sobre la materia, en :d cua! ha
podido observar a través de los años como consecuencia de
en algún Estado miembro de la OEA» (CIDH 2001a:
sus visitas in loco, denuncias sobre violaciones de derechos
párrafo 5)5 1 • humanos, o audiencias especiales, que los trabajadores
migratorios y miembros de sus familias son sectores
especialmente vulnerables de la sociedad y en muchas
;,
la decisión de la CIDH por implementar un Estudio Especial ocasiones objeto de abusos y violaciones sistemáticas de
respondía a la preocupación «por el fenómeno de los sus derechos esenciales o desconocimiento de los mismos>>
trabajadores migratorios y miembros de sus fam!lias en (CIDH 2000a: párrafo 2).
136 MIGUH F. CANESS~ ''Orni'JO Los PRONUNCIAf.'l;;11m1 W MATERIA l.JUlQPO' -, LA COMIS:~•, ':1TERAMrnlCA!JA 137

Derecho a las garantías judicial"•_-., y a la protección Este análisis fue elaborado e<.,mo aporte de la CIDH a
judicial (artículo 8 de la Convencii'¡n Americana y ar- ·., Cork Interamericana para su Opinión Consultiva
ticulo 36 de la Convención de Vit>Pa sobre Relaciones OC-18 sobre los derechos laborales de los trabajadores
Consulares); c. Derecho a la nacit,nalidad (artículo 20 en situación migra-!:oria irregular. En dicho Informe, la
de la Convención Americana); d. Protección a la familia CIDH postula un grupo de 'derechos laborales funda-
(artículo 17 de la Convención Americana). mentales' dentro de una jerarquía para los cuales no se
El Informe de 2000 resaltó la medida provisional ;J.lmite discriminación, ni siquiera por estatus migra-
otorgada por la Corte In ter americana con su resolución torio: la prohibición del tr.:ibajo forzoso u obligatorio,
del 18 de agosto de 2000 ante el pedido de la CIDH, el derecho al salario, el derecho de asociación sindical,
por la expulsión de miles de haitianos y dominicanos la eliminación de la discriminación en el empleo y ,)CU-
de origen haitiano que se encontraban en el territorio pación y la abolición del trabajo infantil (CIDH 2002b:
de la República Dominicana. Esta medida provisional párrafos 10r,-l07). Asimismo, que e1 principio de no
ha sido la primera resolución de la Corte que aborda discriminación en los derechos humanos consagra la
esta materia, y asimismo se innova un criterio asenta- igualdad entre las personas e impone a los Estados
do por el órgano jurisdiccional en s,J1o dictar este tipo ciertas prohibiciones. Si bien los Estados pueden plan-
de medidas para proteger los derechos a la vida y la tear distinciones en el goce de beneficios por el estat._,s
integridad de persona::: en riesgo, con lo que se incluye migrato.:io, pero se requiere un examen detallado J~
en el marco de esta medida de protección el derecho determinados factores para evaluar las distinciones5J.
de residencia en el país de origen52• Concluyendo que el Estado no puede discriminar en
El Informe 2002 presentó un análisis sobre el la protección y garantía de los mencionados 'derechos
mercado laboral y las condiciones de discriminación laborales fundamentales' entre los trabajadores, con
que sufren los trabajadores migratorios en la región.

r•l
({Lo importante de esta jurisprudencia desarrollada por e!
" La CIDH señala como los factores: 1) el contenido y alcance de
la norma que discrimina entre categorías de personas; 2) las
Sistema Interamericano de Derechos Humanos, ( ... ) radica consecuencias de ese trato discriminatorio para las personas
en que es la prirr ~ra vez que se pone en movimiento el desfavorecidas por !a política o práctica del Estado; 3) !as
mecanismo de medidas provisionales con el fin de: a) frenar posibles justificaciones que se ofrezcan para ese tratamiento
las expulsiones masivas de personas; b) requerir a un Estado diferenciado, especialmente su relación con un interés legítimo
que se abstenga de expulsar de su territorio a determinadas del Estado; 4) la relación racional entre ese interés legítimo
personas; c) requerir a un Estado que permita el retomo y aquella práctica o política discriminatoria; 5) la existencia o
inmediato de determinadas personas a su territorio; y d) inexistencia de medios o métodos menos perjudiciales para
requerir a un Estado que permita !a reunificación familiar de las personas para obtener los mismos fines legítimos {CIDH
determinadas personas>) (CIDH 2000a: párrafo 20)". 2002a: párrafo 114).

_J____
Mmun F. e 11JESSA Mr¡•rmo LOS PRONUl'ICIAMitNTOS El< MAT -4•/\ l \90f' · JJ~ LA WMISIÓ11 !',TEPAMC<:CANA ., 139
133

independencia de su estatus mignitorio (CID"H 2002b: violaciones a sus derechos repr,id .1ctivos (CIDH 2004b:
párrafos 113~114). ;--,árrafos 100-104).
El Informe 2004 contiene un breve estudio sobre En el Informe .!.005 la CDH ':'laboró un eshtdio
los trabajadores migrantes agrícolas en el hemisferio, sobre el Rol de los Estados Emisores en la protección
en razón que representan un grupo t.'Specialmente ,, garantía de los der-_,,:hos humanos de los trabajado-
expuesto a sufrir serios abusos. En el plano de los ies migratorios y su..; familias (CIDH 2005a: párrafos
derechos laborales, la ClDH señala que su violación 144-188). Asimismo, se presentó el Programa Interame-
es uno de los aspectos más negativos que sufren los ricano para la promoción y protcc,-ión de los derechos
trabajadores migrantes agrícolas, en especial los indo- humanos de los migrantes, incluyendo los trabajadores
cumentados. Muestra de ello son j! ,madas de trnbajo migrantes y sus fa.mi '.ias (CIDH 2U05a: párrafo 14).
exces:vamente extensas entre 12-13 hor,1:,, diarias y en Desde el 2006 ,¡ informe sobre los trabajadores
époc.1 de cosecha puede extenderse hasta las l 8 horas migrantes y sus familias dejo de ser independiente y se
diarias durante los 7 días de la semana. Los salarios incorporó al resumen de las actividades de la Relatoría
son muy bajos, inclusive inferiores a los salarios mí- dentro del Informe Anual ~! h CIDH. Lo destacable de
0

nimos legales del país. Las condiciones laborales en este último período hasta la ~1 -:tualidad es su "Informe
que se desarrolla la actividad son propensas a que sobre migraciones en Estados Unidos: detención y
los trabajadores sufran de enfermedades -como debido proceso" (CIDH 2011a: párrafo 87).
ejemplo se señala que cada año cerca de 300 mil Finalmente en el 2012 se decidió modificar el man-
trabajadores se envenenan con pesticidas en Califor~ dato de la Relatoría en respuesta a la multiplicidad
nia- o accidentes de trabajo. La exposición de estos de desafíos que plantea la movilidad humana en la
riesgos unido a la falta de protección laboral y acceso a regi0n. El nuevo mandato está enfocado en el respe-
los servicios de salud conduce a que estos trabajadores to y garantía de los derechos de los migrantes y sus
se encuentren en una situación de alta vulnerabilidad. familias, solicitantes de asilo, refugiados, apátridas,
Asimismo, son excepcionales los casos de trabajadores víctimas de trata de personas, desplazados internos,
migrantes que tienen acceso a derechos laborales como así como otros grupos de personas vulnerables en el
<lbs libres, pago por horas extras, vacaciones, seguros contexto de la movilidad humana (CIDH 2012: párrafo
por accidentes de trabajo, prestaciones sociales u otros 100). Con ello deja de ser el tema principal los trabaja-
beneficios. Igualmente, se les conculca el derecho a or- dores migrantes y sus familias para ampliarse hacia la
ganizarse en sindicatos. La situación es aún más difícil migración en general.
para las mujeres, los menores de edad y los indígenas, Este recorrido por los Informes Anuales que ana-
inclusive sufren acoso y violencia sexual así como de lizan la situación de los trabajadores migratorios y sus
140 MIGUH r. ~''lESSI\ Mmrmo
Ln; PP.O!-.Ur, - ,·:•,'IT05 EN M'-TER•A tMo·,~, DE lA f(l'-'ISIÓII l'!TErlAMERIU\'1~ . 141

familias revela la grave problemática que stofre este En el plano de los derechos sociales, e.. ·,m el
s--t.tur vulnerable ·ie la población en el continente. La Informe de El Salvador (1978) en el que seco_. ,;deró
migración se ha convertido en uno de los temas más conveniente incluir un capítulo que resumiese indi-
importantes en el cuntexto de la globalización, especial- cadores socioeconómicos sobre el país, amparándose
mente la migración económica. Por ello, la CIDH no en el mandato de la DADH. Luego, se continuó esa
puede mantenerse ajeno, más aún cuando sus Informes línea con el Informe de Haití (1979) y desde esa ;echa
revelc.n las graves violaciones que sufren en los Estados se incluyen en la mayoría de los Informes un capítulo
donde residen. Los Info~_?1es contribuyen a consolidar sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
la aplicación de los derechos humanos laborales dentro y dentro de e!los los derechos laborales.
de la población migrante y resaltar las obligaciones de He selecc: :mado algllnos párrafos de l, is Informes
los Estados Miembros de la OEA al respecto de países de ia CIDH y luego agrupándolos por las
materia;; más importantes, presentar un panorama de
1.2. Los Informes de países sus pronunciamientos sobre los derechos laborales y
Los Informes de países surgen a raíz de las vi- la Sit' 1-.J,:ión de los trabajadores en la región 55 .
sitas in loco que realiza la CIDH entre los países del Una primera materia de derechos humano:, la-
continente. Estos Informes revelan la situación de los borales tratada por la Comisión en sus Informes es el
derechos humanos en cada uno de ellos54• trabajo infantil. En el Informe de Brasil de 1997, la ClDH
resalta la explotación del trabajo del menor como una
forma de violencia contra los menores. Si bien la legis-
lación brasilera es protectora de los menores de edad,
54
{(Durante las visitas in loco, la CIDH reúne valiosa información el trabajo de adolescentes con sustancias tóxicas, en
sobre la situación general de los derechos humanos en el
condiciones insalubres o en locales peligrusos re~ulta
territorio de los Estados, la cual facilita la elaboración de
los informes por países o el establecimiento de hechos.
Sin embargo, las visitas in loco tienen un car8cter general 55
Los Capítu!0s 11, Vy\/11 del Informe de Brasil (1997), el Capítulo
y no persiguen específicamente la investigación de casos VIII del Informe de México {1998), el Capítulo 11! del Informe
i;.dividuales. En genera!, después de una visita in foco, Ja de Colombia (1999), el Capítulo IX del Informe de República
CIDH decide ta elaboración de un informe especial teniendo en Dominicana (1999), el Capítulo VI del lnform8 de Perú (2000)
cuenta las denuncias recibidas sobre violaciones sistemáticas , el Capítulo V del Informe de Paraguay (200·:. td Capítulo !11
a los derechos humanos y las apreciaciones que se deriven de del Informe de Guatemala (2001), el Capítulo 'íll del Informe
las observaciones que obtuvo sobre el terreno. Normalmente, de Venezuela (2003), los Capítulos V y VI del Informe de
la Comisión elabora informes especiales que cubren períodos Guatemala (2003), e! Informe de Bolivia (2009), el Capítulo V
de 3 a 5 años, según la situación de cada Estado>1 (T1RA00 del Informe de Honduras (2009) y el Capítulo VII del Informe
2001:6). de Venezuela (2009).
142 Ñ11GUEl F. Ú\l,,iÉSSA MONTEJO los PRONUr.VAMIEtlTOS EN ~1ATERIA LABOML Oí: LA ('~'.ilSIÓN INWI\AMERICA',A 1.43

ser un<.l práctica común, especialmente en la industria. La CIDb .. ,i estudiado el tema del trab,iíu de las
Además existen jumadas de traJ::,3.jo largas que impiden mujeres dentr:, lel contine"'l.te, en el gu~ se presentan
a los menores de edad, en muchos casos, poder asistir graves violaciones a los derechos humanos. Tal vez
a la escuela o verse en la necesidad de abandonarla el caso más resaltante lo s.tfren las mujeres haitianas
(CIDH 19976: párrafo 41). Este tipo de ejemplos se re- que viven en República Dominicana. ,1El trabajo de la
producen en otras actividades económicas y en algunos mujer haitiana en lo"> campos de caña es discriminado.
casos se presentan otros tipos graves de violaciones a Aproximadam1:cnte c,m 5% de los cortadores de caña
los den:>• has humanos. Ejemplos como el descrito en son mujeres, a quienes se les paga la mitad de lo que
Brasil ta nbién se repiten en el Informe sobre Paraguay reciben los hombres. Según se señaló, el Consejo Estatal
(CIDH 2001b: párcafo 36), Guatemala (CIDH 2003e: del Azúcar no tiene registro de las mujeres que viven
párrafos 349-354) y Bolivia (CIDH 2009f: párrafos 222- en los bateyes57 y la <mica función que les atribuyen es
228). Las cifras del número de menores que trabaja la de que garantice . la presencia de los braceros en las
aumentan anualmente en la región. En su Informe sobre siguientes zafras» (CIDH 1999b: párr¿¡fo 347). A esto
México de 1998, la CIDH retrata las consecuencias de se agrega que «las mujeres haitianas son víctimas de
este proceso para ese país y que puede ampliarse mmo violaciones sexuales y no tiene a quien recurrir, pues
ejemplo a todo el continente56 . incluso los jefes de bateyes. guardias campestres y
El trabajo infantil es un problema sor·ioeconómico agentes de migración abusan de ellas, amenazándolas
en la región que representa una grave violación de los con deportarlas a ellas o a sus familiar.:~ si no acceden
derechos humanos. Es insuficiente una k:r;isladón que a sus requerimientos» (CIDH 1999b: párrafo 349). Otro
lo regule o hasta lo prohíba, sino viene aco1npañada con ejemplo que merece destacarse es el que se produjo
una protección real hacia los menores y con políticas en Perú, durante el gobierno de Fujimori, en el que se
públicas que propicien su desaparición. eliminaron los derechos de las mujeres relacionados
con la maternidad. Para id CIDH, esto constituye un
00 «De acuerdo al informe de la Comisión Económica para
claro retroceso en materia de derechos laborales (CIDH
América Latina (CEPAL) de 1996, también aumentó e! número 2000b: párrafo 23). De igual modo, se producen gr8ves
de niños que empiezan a trabajar más temprano. En 1970, casos de explotación del trabajo femenino dentro de las
el 6,2% de los nií1os entre 10 y 14 años de edad estaban maquilas de la región. En Guatemala, la CIDH recibió
empleados. Este número casi fue duplicado a 12,3% en 1990,
manteniéndose eievado en 1995 con un 11,1%. Ello !leva a
denuncias sobre excesiva<.' horas extras obligatorias,
que un importante porcentaje de jóvenes mexicanos carezca
de oportunidades de progreso, y que se encuentren frente a una
07 Son los lugares de trabajo y residencia en las haciendas de
situación propicia al delito y la violencia, empeorando !a situación
de los derechos humanos» {CIDH 1998a: párrafo 595). explotación del azúcar en la República Dominicana.

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1•' 1,,11GUÉL F. CANCSSA MONFJO 1O\ P~0~1UIKIAMIENTOS rn MATERIA LABOP.Al OE LA ~e· i'Ó'-' !'HERAMER1CA· L,t·

,:ondidones de trabajo inadecuadas y acoso, además a El trabajo forzoso es Offct de las graves violacidne..;
la falta de inspección y supervisión del Minísterio de de los derechos humanos que se p:roducen enla r ..'gión.
Trabajo (CIDH2001c: párrafo 32 y CIDH2003e: párrafo La CIDH ha retratado de manen descarnad,i dicha
306). Esto también se reproduce en Bolivia, donde la violación en su Informe sobre Brasil. «Al llegar los
Comisión ha recabado información sobre las limitadas trabajadores a la plantación donde deberán trabajar,
oportunidades de acceso de empleo de las mujeres, la encuentran que ya son "deudores" de los contratistas
existencia de una brecha salarial entre mujeres y hom- por el transporte y C"')mida del trnslado; henen además
bres, de una clara segregación ocupacional y de malas que pagar su comida y habitación en el establecimien~
condiciones de trabajo (CIDH 2009f: párrafo 215). to; y que las condiciones de trabajo son mucho peores
Igualmente, la CIDH ha analizado el trabajo de las de lo prometido y en general ilegales. Sea porque el
poblaciones indígenas que representan a un amplio sec- salario es menor del prometido o porque se mide por
tor de la población en el hemisferio, especialmente en hectárea trabajada y las condiciones son más difíciles
los países centroamericanos y andinos. En el Informe de las que les habían indicado, el salario real no alcanza
sobre Guatemala, la CIDH resalta la precaria situación para enfrentar las "deudas" que se les imputan. Al mis-
laboral a la que son sometidos los centenares de miles mo tiempo se les amenaza que no pueden abandonar
de trabajadores indígenas que migran a la costa en la la hacienda sin hacer efectivo previamente el pago.
época de cosec;ha para trabajar en las empresas agroex~ Cuando a veces lo intentan, sicarios de los contratistas
portadoras5~. Una sihrnción similar se reproduce en los detienen encañonándolos con armas de fuego, y en
Bolivia, donde la población guaraní es sometida a una caso de que no acepten la amenaza, les disparan. Como
situación de trabajo forzoso y servidumbre análoga a las haciendas son aisladas, estas tentativas de lograr la
la esclavitud59 • libertad son difíciles y riesgosas, y en muchos casos les
significan la muerte» (CIDH 1997b: párrafo 22).
os 1(En épocas de cosecha, todos los años bajan a esa zona Frente a un tema tan discutido como el derecho al
varios centenares de miles de trabajadores indígenas, los trabajo, la CIDH no se ha mantenido ajena al pronun-
cuales realizan sus tareas en general bajo condiciones
laborales ilegales, con salarios menores que el básico legal, y
en pésimas condiciones de vida y habitación; y bajo continuos se recopiló información sobre las alarmantes condiciones de vida
ataques a sus intentos de sindicalizarse. La Comisión de un alto número de familias indígenas que viven en haciendas
comprobó repetidas veces, la debilidad del aparato del Estado donde deben trabajar a cambio de cantidades ínfimas de dinero
en hacer respetar los derechos de los trabajadores migrantes como contraprestación. Esto implica que, para satisfacer sus
internos, en su mayoría indígena» (CIDH 2001c: párrafo 46). necesidades básicas, tengan que "endeudarse" con sus patrones
59 «La Comisión ha prestado especial atención a este tema desde consolidando asf un deplorable caso de servidumbre por
el año 2005 cuando se celebró una audiencia mediante la cual deudas análogo a la esclavitud)> (CIDH 2009f: párrafo 166).

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ti: , f. (~'IESSA MONTE/O ·OtlJ'i~IAMl!'NTOS HJ MAERIA !J\B'JML ¡,.' \ COMISIÓN INTEAAMERICANA. 147
146

ciarse sobre b situación de este derecho en la región de desigualdad era de 0.43, su bien. L , 0.48 en 1992.
y sus consecuencias dentro de los países del hemisfe- '--- CIDH estima que el desafío de la gi : •aliz !ciÓn estc'1
rio. En l:'i Informe sobre Perú expone claramente sus ·1 (aprovecharlas oportunidades de expandir ,:mpleos,

criterios al confrontar los despidos masivos de trabaja- .mmentar ingreso& y ayudar a aquello.e, qm· pueden
dores y el deret.:ho al trabajo. «La Comisión considera .wr marginados o desplazadus, a fin de que puedan
particularmente relevantes los mencionados aspectos, ;;Jquirir las calificaciones neL"!sarias para competir en
puesto que el derecho al trabajo es un derecho humano un nuevo ambiente global>) (CIDH l998a: párrafo 559).
de muy especial ,-,[evancia, que atañe al disfrute de Asimismo, se presentan denuncias de discrimi-
muchos otros derechos. Al respecto, debe significarse, nación salarial donde las mujeres perciben salarios
que el derechc, ,:ü trabajo es el primero de los derechos inferiores a los hombres a pesar de dr;>sarrollar similar
a ,.:¡ue se refiere el Protocolo de San Salvador. Dicho actividad. A modo de ejemplo ,eo,r Guatemala se veri-
instrumento, en sus artículos 6 y 7, establece que los ficó que el cóalario promedio de ,ina mujer en el 2000
Estados se comprometen "a adoptar las medidas que equivalía al 59% de lo percibido por un hombre (CIDH
garanticen plena efectividad al derecho nl trabajo" y 2003ec párrafo 305).
que deben garantizar en sus legislaciones, de manera En el caso específico del s,ii 'río mínimo, la CIDH
particular, "una remuneración que asegure como míni- ha verificado que en muchos pai~eci de la región no se
mo a todos los trabajadores condiciones de subsistencia cumple con este derecho. En Paragu;.,'¡, «la Comisión ha
digna y decorosa para ellos y sus familias"» (CIDH recibido :información (que) se refiere .')l incumplimiento
2000b: párrafo 25). del salario mínimo por parte de empresas y de otros
El tema de los salarios también ha sido un tema sectores de la economía. Al respecto se señala que el
rh·urrente en los Informes de la Comisión, entendible sector patronal utiliza la presión de los informales en el
por los problemas que surgieron en la región por las mercado de trabajo para flexibilizar de hecho los niveles
políticas de ajuste y de flexibilización laboral imple- de remuneración (el paréntesis es mío)» (CIDH 2001b:
mentadas por la mayoría de los gobiernos. El Informe párrafo 36). En el caso peruano, inclusive el salario
Je México es un buen ejemplo. mínimo no cubre el costo de la canasta ,;,miliar básica
«El proceso de desregulación y aperh1ra económica (CIDH 2000b: párrafo 24).
que se ha desarrollado en México desde los años Hay también pronunciamientos sobre la jornada de
ochenta ha incluido la desreguladón de los salarios. La trabajo, como en Paraguay donde se producen constan-
consecuencia de este proceso ha sido un crecimiento tes violaciones al horario máximo de trabajo. El caso
de la desigualdad de los salarios de los trabajadores más grave en el país guaraní se produce en el sector
mexicanos. En 1984, antes de la reforma, el coeficiente transporte, con chóferes que trabajan 16 horas por día
,

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148 MIGUEL F. Ü\/JOSSA Mmim ' Los PRO'-'!~CIAMIE•:r;;, e,; '.'t,TCR!A LAB0!\11.L DE '_A cow,• 1N l!JHP~':tRICM!O 149

sin recibir los beneficios lab0rales establecidos en la ley en las adividade-, sindicales de los trabajador, ., lo
(CIDH 2001b: párrafo 36). que supnne una vulneocit;:.,_ a la libertad sindical
Pero tampoco escapan pronunciamientos de la (CIDH 2003b: párrafos 496-499 y CIDH 2009g: párrafos
CIDH sobre violaciones a la libertad sindical. La Comi- 1088-10%). Asimismo, la CIDH se pronuncia contra
sión en el Informe sobre Paraguay ha e>..presado con la violación a la libertad sindical que han sufrid,) las
claridad su competencia en esta materia. ,, Lci Comisión organizaciones sindicales y empresariales donde se les
tiene competencia respecto a denuncias individmiles obliga a la renovacion ,:,: sus dirigentes por mandato
contra Estados parte del Protocolo de San Salvador en del Estado, con lo que se busca el control político de
relación a ciertos aspectos de los dereclws sindicales. las organizaciones sindicales (CIDH 2003b: párrafos
En efecto, conforme al artículo 8 (1) (a) O , dicho ins- 510-512 y CIDH 2009g: párrafo 1086). La situación se
trumento, los Estados Partes, entre ellos Paraguay, se viene deteriorando conforme lo retrata el Informe '.el
compromde a garantizar el derecho de los trabajadores 2009, donde son frecuentes las formas de violencia y
a organizar sindicatos y a afiliarse al de su elección para criminalización de las que son víctimas los sindic.i-
la protección y promoción de sus intereses. A sL, vez, el listas (CIDH 2009g: párrafo 1082) e inclusive se h.cm
artículo 19 (6) de dicho Protocolo contempL:i que si el producido el asesinato de sindicalistas o la amenaza
derecho antes men,_i .rndo, entre otros, fuese violado contra su vida o .su integridad personal. Conforme
por "una acción imputable directamente a un Estado a la información que brinda la Vicaría de Derechos
parte del presente Protocolo, la situaciór podría dar Humanos que registra la CIDH, entre 1997 a 2007 se
lugar, mediante la participación" de la CIDH y de la han producido asesinatos de 52 dirigentes sindicales
Corte Interamericana a la aplicación .Jel sistema de y 87 sindicalistas por el control de cupos de empleos
peticiones individuales establecido en la Convención por medio de sicarios y en contextos del uso excesivo
Americana>) (CIDH 2001b: p.'irrafo 41). En su Informes de la fuerza por parte de funcionarios encargados del
sobre Venezuela, la CIDH llama la atención de la apa- orden. Asimismo, durante el período 2008-2009 se han
rente contradicción entre le artículos 95 (derecho a la asesinado 85 dirigentes sindicales. Mayorn.s:nte estos
libertad sindical), 293 (la orgilllización de las elecciones asesinatos termir.a.n en la impunidad (CIDH 2009g:
de los sindicatos y los gremios empresariales por el párrafo 1116-11 F·).
Consejo Nacional Electoral) y la disposición Octava La seguridad social ha sido otro de los derechos
de la nueva Constitución venez lana. La convocato-
1
humanos laborales que ha sido objeto de protección
ria, organización, dirección .v supervisión del proceso por la Comisión. Los dos pronunciamientos más
electoral bajo responsabilidad del Consejo Nacional destacables son sobre Perú y Paraguay. Por un lado,
Electoral suponen una intervención administrativa en el caso peruano, se menciona la violación a un

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MIGUEL F. (AtlESSA MONWO Los PRONIJ'lCIAMl<·nos EN IAATERll<IABOPJ\'. C·' L', ",'ISIÓN INTE!¼MCl~ICA~ 151
15,

conjunto de derechos fundamentales por parte e '. Finalmente, la CIDH ab,,,Ja el derecho de huelga en
Estaddn. Por otro lado, en el caso paraguayo, la CIL ;-{ relil.dÓn al conflicto que Sf' p •, {uce entre los padres d"'
apoyándose en pronunciamientos de la OIT, señala las f~1milia y los trabajadores v , magisterio hondurei: .,
graves defici<.:ndas que tiem' id derecho a la seguridad en el ejercicio del derecho d · huelga contra el golpe
social en Par<1guay"1. de estado que sufrió el paL -:>se año. Los sindicatos
magisteriales convc•:aron a una hnelga gene:·.J.1 inde-
finida que luego se 'ransformó é- paralizaciones de
{(la Co!T'islón !nteramericana ( ... ) ha. venido recibiendo
" diversas denuncias respecto a los problemas que se presentan
dos días a la semana, lo que provocó que los padres de
en Perú en re!ació, al derecho de seguridad social. Durante familias denunciasen a los profesores que no asistían a
,u visita in foco a Perú la C!DH se reunió con varios grupos los centros educativos y que -;e ordenase la reapertura
de pensionistas que le informa'0n sobre la precaria situación de los colegios. La CIDH recibió denuncias de maes-
en que se encuentran viviendo. Asimismo, la Comisión fue
tros que fueron trasladados de manera forzosa a otros
informada que mediante el Decreto Legislativo N°817 el Estado
peruano desconoció el principio de nivelación de pensiones establecimientos educ,1tivos, agredidos, amenazados,
que se encontraba consagrado en el Decreto Ley N°20530. Se perseguidos, hostigados, difamados y denunciados
señala que el nuevo DBcreto est _ibleció de manera retroactiva penalmente (CIDH 2009e: párrafo 530-550). Lamen-
nuevos criterios, y procedió a Jeclarar ilegales pensiones
tablemente, la Comi,,ión no se pronuncia sobre la
que se hablan otorgado bajo el sistema anterior, afectando
directamente o indirectamente a miles de personas. Asimismo, armonización entre el derecho de huelga y ,:,1 derecho
!a Comisión conoció que mediante el Decreto Ley N°25967 se a la educación, sino más bien se centra en registrar las
desconocieron, también de manera retroactiva, los derechos dr::nuncias y resaltar que estos hechos se producen en
de miles de pensionistas sujetos al régimen pensionario
el escenario del cierre de espacios democráticos en el
administrado por el Instituto Peruano de Seguridad Social. Al
respecto, la Comisión fue informada que aunque el Tribuna\ país. También la CIDH aborda la deteriorada situación
Constitucional declaró inconstitucionales los mencionados laboral de los trabajadores venezolanos, muestra de ello
Decretos Leyes Nos. 817 y 25967, el Estado promulgó nuevas
leyes de similar contenido, y que en los contados casos en que
los pensionistas han logrado demandar y ganar en un juicio. el
Estado no ha cumplido con las sentencias definitivas y firmes dramáticas en el sector rural, pues los ciudadanos más
dictadas en su contra)) (CIDH 2000b: párrafo 26). protegidos se concentran en el área metropolitana de Asunción.
. «La situación del Derecho a la Seguridad Social en el Paraguay { ... ) Los niveles de evasión son exageradamente elevados: más
del 60%, de acuerdo con las propias autoridades del Instituto
reviste características dramáticas, ya que un porcentaje
excesivamente escaso de la población tiene acceso al de Previsión Socia! {!PS), principal entidad previsional. { ... )
mismo. ( ...) Entre los principales problemas se encuentran Respecto al manejo de las entidades, subsiste una absoluta
la baja cobertura, los elevados niveles de evasión y la poca falta de transparencia, tanto en la administración de los fondos
transparencia ( ... ). La falta de protección por invalidez, la como en las informaciones que se presentan sobre la realidad
1
atención durante la vejez y la muerte son particularmente del sistema)> (CIDH 2001b: párrafo 43).

1
152 'v11GUH F. (ANBSA MoNmo
Los PE>;/;[,"• ·w~IWTOS E'l MATF"'' ,_u8úR~L V' !f. w1.•;~'Ó1i •t:TERAt,l~Rlct!!P 153

es la cáminalizadón del ejercicio del d,'n ,"!to de huelga 1antear respuestas ~lobales que pueden ser adaptadas
1

en el país por medio de la aplicación dl' \\1S artículos d la realidad de cad-1 país.
357 y 360 del Código Penal, con lo se han iniciado pro~ Los informes temáticos se iniciaron en 19% L· ,n dos
cesos judiciales cuntra los sindicalistas (CIDH 2009g: reportes: la sihrnción de la mujer en las América::- y la
párrafos 1105-1112). situad. .le los trabajadores migrantes y sus familias.
Este breve repaso por los pronun,. · :mientas de Dichos reportes se ubicaban dentro del informe anual
los Informes de países muestran la impvrtancia que de la CIDH de ese año aunque presentados de manera
gozan los derechos humanos laborales en el trabajo de autónoma. Posteriormente, se han elaborado informes
la Comisión, temas como el trabajo infantil, el trabajo ~emáticos sobre diversas materias: las personas con
de las mujeres, el trabajo forzoso, el derecho al trabajo, discapacidad mental, los pueblos indígenas, terrorismo
los salarios, el salario mínimo, la jornada de trabajo, V derechos humanos, libertad de expresión, defensores
la libertad sindical, la seguridad social, t:1 derecho de .Je derechos humanos, acceso a la información, acceso
huelga han sido objeto de análisis y pronunciamientos, a la justicia de los derechos sociales, reparaciones,
materializando el carácter justiciable de este tipo de infancia y sus derechos, los afrodescen0,ier:~~~ y_.Gi_s_:.-
derechos dentro del Sistema Interamericano. Jiminación racial, seguridad ciudadana y derechos
,umanos, :~ervicios de salud materna, personas priva-
1.3. Los Informes Temáticos das de libertad, p.:_-;a de muertt-.
Conforme las labores de la Comisión se expanden En algunos de los informes temáticos •se abordan
por las diversas materias en derechos humanos exigi- los derechos laborales dentro de la materi,, .;1nalizada.
das en su mandato institucional, se van constituyendo Se pueden destacar los siete informes sobre los tra-
Relatorías Especiales como mecanismo de abord:1r las bajadores migrantes y sus familias que analizamos
materias más acuciantes. Asimismo, la CIDH consi- anteriormente. Asimismo, "El acceso a la justicia
deró valioso evidenciar la sih1ación de determinados como garantía de los derechos económicos, -~aciales
temas desde 1;- ;:-¡ perspectiva hemisférica bajo una y culturales (2007)"; "La infancia y sus derh:hos en
forma autónoma Je los propios informes anuales, de el Sistema Interamericano de protección de dsechos
modo que pudier-.1 presentarse el panorama con una humanos (2008)"; "L?s derechos de las mujeres en
visión que super,:ise las particularidades de los países, Chile: la igualdad en la familia, el trabajo y la política
en muchos casos las violaciones o la precariedad en el (2009)"; "Comunidades cautivas: situación del pueblo
ejercicio de los derechos sufrían similares amenazas guaraní y formas contemporáneas de esclavitud en el
o causas en los distintos países. Esto también permite Chaco de Bolivia (2009)"; "El trabajo, la educación y
los recursos de las mujeres: la ruta hacia la igualdad

~.·
154 MIGUEL t. CANESSA rlc•'"ITEJO L0;; ºRO:i;LJNCIAlilcmos EM '//\TER•~ L~~OMt DE LA co1.1•,;;16111•1T\:P.~1-1~RI:·· ..\, ,5~

en la garantía de los derechos eLonómicos, sociales _,. haga necesario evitar daños irreparables a la::, personas,
culh1rales (2011)"; "Estándares jurídicos vinculados a la poder tomar las medidas provisionales que conside-r _,
igualdad de género y a los derechos de las w· 1jeres en el pertinentes en los asuntos que esté conociendo. Si se
Sistema Interamericano de Derechos Hum, 10s (2011). h·atare de asuntos que aún no estén sometidos a su
conocimiento, podrá actuar a solicitud. de la Comisión
2. LA CORTE INTERAMERICANA DE DEHECHOS HU- (artículo 63 párrafo 2).
MANOS La Corte Interamericana se instaló oficialmente
La Convención Americana estableció la compe- el 3 de septiembre de 1979 en San José de Costa Rica,
lugar designado de residencia de la Corte. Se encuentra
tencia de la Corte Interamericana en los artículos 62
párrafo 3 y 64. En el primero se establece la,· ,mpetencia conformada por siete jueces de los Estados Miembros
contenciosam y en el segundo se establece 1« ..::ompeten- de la OEA.
La ODH o los Estados Partes son los únicos que
cia consultiva de la Corté3 • Asimismo, la Convención
Americana le otorgó la capacidad a b Corte que en pueden someter un caso a la decisión de la Corte. En el
caso específico de la Comisión, se han dibujado los cri-
casos de extrema gravedad y urgencia, y cuando se
terios que suelen usar para decidir cuáles casos deben
enviarse a la Corte: la jerarquía del derecho violado,
62 El articulo 63 párrafo 3 de la CADH establece: "La Corte el impacto para el sistema en su conjunto, la riqueza
tiene competencia para conocer de cualquier caso relativo del expediente, los recursos humanos y materiales qu<2
a la interpretación y aplicación de las disposiciones de esta
Convención que le sea sometido, siempre que los Estados tiene la Comisión y, la distribución de casos por países
Partes en el caso hayan reconocido o reconozcan dicha o por temas (Grossman 1998: 159-160).
competencia, ora por la declaración especial, como se indica Al igual que la CIDH, la Corte Interamericana se
en los incisos anterior➔S, ora por convención especial" ha pronunciado sobre temas laborales, pero en una
63 El articulo 64 de la CADH establece: "1. Los Estados miembros
menor proporción que la Comisión. Inicialmente. la
de la Organización podrán consultar a la Corte acerca de
la interpretación de esta Convención o de otros tratados mayoría de los casos judiciales en que se encuentran
internacionales a la protección de los derechos humanos en involucrados los trabajadores, resultan siendo resolu-
los Estados Americanos. Asimismo, podrán consultarla, en lo ciones de la Corte en que se condenan a los Estados por
que les compete, los órganos enumerados en el Capitulo X
detenciones y desapariciones de dirigentes sindicales.
de la Carta de la Organización de los Estados Americanos,
reformada por el Protocolo de Buenos Aires. 2. La Corte, a Posteriormente, cuando disminuyen sustancialmente
solicitud de un Estado miembro de la Organización, podrá estas violaciones más graves en el hemisferio, la Co-
darle opiniones acerca de la compatibilidad entre cualquiera misión Interamericana de Derechos Humanos inicia la
de sus leyes internas y los mencionados instrumentos
presentación de demandas sobre otras materias consa-
internacionales".

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1S6 MIGLIEl F. C. '_'.JH:o tos PP.ONLINCIN.IIENTO> l:11 MATERtAIAB:PAlPf 1~ COMIS'. '! l'lTERN~EnH'.AN.A 157

gradas en la CADH, especw.1 uente los temas labc,rales gente sindical dd magisterio colombiano, y María dd
ubicándonos en una nueva et.:1pa de la proteccL'>;1 de Carmen Santon fueron detenidos por una patrulb
los derechos humar1os laborales dentro del Sistema militar en el municipio de San Alberto el 7 de febrero
Interamericano. A •·ontinuación analizaremos los ca- de 1989. La detención se habría producido por la activa
sos y las sentencias de la Cnrte que abordan nuestra participación sindical de Caballero Delgado en la zona
materia de estudie,. y desde esa fecha se desconoce el paradero de ambas
personas. La Corte establece 9112 ha quedado estable-
2.1. Los casos de ejecución extrajudicial o desapari- dd:i la responsabilidad de Colombia por la captura de
ción forzada de sindicalistas carácter ilegal y la presunta muerte de· .1s víctimas, por
El estrecho vÍn<..7.Üo entre el derecho a la vida y la lo que le es imputable la violacion de los derechos a la
libertad sindical está claramente establecido por los libert:i.d personal y a la vida, contenidos en los artículos
órgan:,s de control internacional. A modo de ejemp!o, 7 y 4 2n relación con el artículo 11 de la Convención
el Comité de Libertad Sindical de la OIT sostiene: '<el Americana sobre Derechos Humanos (Corte IDH 1995·
derecho a la vida es el presupuesto básico del ejercido párrafos 63-72). Lamentablemente, la sentencia no
de los derechos consagrados en el Cnnvenio núm. 87. La aborda la violación de la libertad de asociación como
libertad sindical sólo puede ejercefse en una situación consecuencia de la desaparición del dirigente sindical,
que se respeten y garanticen plenamente los derechos aunque tampoco la Comisión Interamericana considera
humanos fundamentales, en particular los relativos a la ensu demanda la violación del artículo 16 de la CADH.
vida y la seguridad de la persona>) (CLS 2006: párrafos El segundo ejemplo es el Caso Hui/ca Tecse vs. Perú.
42-43). Por ello, el asesinato o la desaparición de un El caso consiste en la demanda de la CIDH por fo . ,'-
sindicalista se ubican entre las violaciones más graves cución extrajudicial de Pedr,, Huilca Tecse, secretario
de los derechos humanos laborales. general de la Confederación General de Trabajadores
Se han seleccionado cuatro emblemáticos casos del Perú, ocurrida el 18 de diciembre de 1992 y se pre-
ventilados ante la Corte donde se analiza la ejecución sume que la ejecución fue llevada a cabo por miembros
extrajudicial o la desaparición forzada de dirigentes sin- de un escuadrón vinculado al servicio de inteligencia
dicales. Bajo estos casos se puede conocer el proceso de del ejército peruano denvmin.:ido "Grupo Colina".
evolución jurisprudencial q · ~ la Corte ha tenido sobre Asimismo, la CIDH demanda por la falta de presunta
la interrelación entre ambos derechos fundamentales investigación completa, imparcial y efectiva de los he-
dentro del Sistema Interamericano. chos por parte del Estado peruano. La Corte sobre la
Un primer ejemplo es el Caso Caballero Delgado y base de las manifestaciones de las partes y ante la acep-
Santana vs. Colombia. Isidro Caballero Delgado, diri- tación de los hechos en el allanamiento efectuado por el
MIGUEL F. '~A"i.S5A Mon~cJC Los PRmim 'IAMIHHOS EN MATrn•A LABORAL DE u. ro~•IS•'l'l 1'1TE'R~:-i~RICAM ,';
158

Estadll peruano, considera que no existe controversia de esa libertad por medio de cualquier medio lícito
en C'.· ·nto a los hechos que dieron origen al presente entre los que se induüí.: el derecho de huelg,1. La Corte
Cc1S - _'orte IDH 2005: párrafo 63). En este caso la Corte sostiene: ,<la libertad de asociación, en materia laboral,
si se aboca a analizar la violación de la libertad Je aso~ no se agota con el reconocimie1 . i teórico del derecho
i ctdón por la alusión de los representantes -porque a formar sindicatos, sino que e, ::,prende además, in-
d CIDH no lo consideró en su demanda- y de la cual separablemente, el derecho a utilizar cualquier medio
d Estado reconoció su responsabilidad internacional aprobado para ejercer esa libertad1, (Corte IDH 2005:
, Corte IDH 2005: párrafo 67). Aquí me interesa destacar párrafo 70). Aquí la Corte sigue al Comité de Libertad
1vs siguientes aspectos de la senkncia de la Corte. Sindical de la OIT cuando afirma interpretando el
En primer lugar, al interpretar el artículo 16.1 de Convenio núm. 87:
la CADH, la Corte señala que la protección se produce «La libertad sindical no implica solamente el derecho
en dos planos: individual y colectivo. Por un lado, «el de los trabajadores y empleadores a constituir libre-
derecho y la libertad de asociarse libremente con otras mente las asociaciones de su elección, sino también el
personas, sin intervención de las autoridades públicas de las asociaciones profesionales mismas a entregarse
que limiten o entorpezcan el ejercicio del respectivo a actividades lícitas en defensa de sus intereses profe-
derecho, lo que representa, por lu tanto, un derecho sionales>) (CLS 2006: párrafo 495).
de cada individuo)). Por otro lado, (<gozan del dere~ Evidentemente una de esas actividades lícitas es el
cho y la libertad de buscar la realización común de un ejercicio del derecho de huelga. Con esto se supera la
fin lícito, sin presiones o intromisiones que puedan interpretación criticada previamente a la CIDH donde
alterar o desnaturalizar su finalidad». De allí que la no se vinculaban ambos derechos laborales.
Corte afirme: ((la ejecución de un líder sindical, en un En tercer lugar, existe una obligación del Estado en
,..:ontexto como el del presente caso, no restringe sólo la ,igarantizar que las personas puedan ejercer libremente
libertad de asociación de un individuo, sino también el su libertad sindical sin temor de que serán sujetos a
derecho y la libertad de determinado grupo a asociarse violencia alguna, de lo contrari(i, se podría disminuir
libremente, sin miedo o temor de donde resulta que el
1 la capacidad de las agrupaciones de organizarse para
derecho protegido por el artículo 16 tiene un alcance la protección de sus intereses,, (Corte IDH 2005: pá-
y un carácter especial. Se ponen así de manifiesto las rrafo 77).
dos dimensiones de la libertad de asociación» (Corte Finalmente, en cuarto lugar, considera la Corte
IDH 2005, párrafo 69). que Huilca Tecse sufrió la represalia fatal en razón al
En segundo lugar, se desprende de la sentencia que ejercicio legitimo del derecho de libertad de asociación,
la Corte vincula la libertad de asociación y el ejercicio en materia sindical, por lo que hay una violación en sll.
Ff) r: - CANf:SSA\1o.~.,.Jo Los PRONUN(•>l-""JT')S EN ¡,,~TERIA IABOML DE l~ COMISIÓ~l INITRA'.•te' .,;1i.... 161

perjuicio del artículo 16 de la Convención Americana ejercicio legítimo del derecho a la libertad de asocic,_:/in
y. que la ejecución extrajudicial tuvo un efecto ame- en materia sindical (Corte IDH .!(l07a: párrafo 147). Se
drentador en los trc · "::Iores del movimiento sindical trata de una profundi·~c1ción en la argumentación que la
peruano y con ello di:--minuyó la libertad de un grupo Corte desarrolló en la Caso Huilca Tecse. En el anterior
dete1minado de ejercer ese derecho (Corte IDH 2005: caso la ejecución extrajudicial significaba también la
párrafo 78). De este modo_. queda asentado que el violación dF la libertad sindical y con el Caso Cantoral
asesinato o la desaparic!ón de un sindicalista supone se pone el enr.:isis que el !c·gítimo ejercicio de la liber-
también la violación de la libertad de asociación, en tad sindical se convierte t'T' la causa de las ejecuciones
materia sindical (artículo 16 de la Convención Ameri- extrajudiciales.
cana sobre Derechos Humanos). El último ejemplo es el Caso García y Familiares
El tercer ejemplo es el Caso Cantora[ Huama:ní y vs. Guatemala. La CIDH demanda ante la Corte por la
García Santa Cruz vs. Perú. La CIDH demanda ante la desaparición forzada de Edgar Fernando García, sin-
Corte por el secuestro y la ejecución extrajudicial del dicalista y dirigente estudiantil. Asimismo, la CIDH
dirigente sindical r ,inero Saúl Isaac Cantora! Huamaní incluye en su demanda la violación de la libertad de
y Consuelo Trinidad García Santa Cruz el día 23 de asociación tanto de la víctima como la que sufrieron
febrero de 1989, sin que el Estado peruano después de los familiares del desaparecido por amenazas y hosti-
17 años de transcurrido los hechos haya sancionado a gamientos. De este modo la CIDH asienta el vínculo
los responsables. En esta demanda b CIDH incluyó al entre el derecho a la vida y la libertad sindical cuando
artículo 16 de b CADH entre los derechos violados, se produce un atentado contra la integridad físi,-, de
recogiendo la p-füta d'--'f:inida por la Corte con el Caso un sindicalista. El Estado guatemalteco reconoce par-
Huika Tecse. cialmente su responsabilidad de la demanda, en tanto
El Estado peruan,) reconoció parcialmente su res- acepta los hechos denunciados sobre la desaparición
ponsabilidad interr i .ional. Por un lado, no reconoce forzada del sindicalista y como consecuencia de ello
su responsabilidad por el secuestro y el asesinato de las la violación a la libertad de asociación. Sin embargo,
víctimas. Por otro lado, si reconoce su resFonsabilidad rechaza que haya violado la libertad de asociación dt>
respecto a las infructuosas investigaciones implemen- los familiares de la víctima.
tadas por la policía y .-,I Ministerio Público (Corte IDH La Corte reitera en la sentencia que:
2007a: párrafos 22-23). «cuando la violación del derecho a la vida, la integri-
Sobre la base de los hechos reconocidos,: probados, dad o la libertad personal tiene como objetivo impedir
la Corte considera que las víctimas sufrieron el atentado el ejercido legítimo de otro derecho protegido en la
sobre su integridad personal y vida motivado por el Convención, tal como las libertades de asociación

_L
:l.62 "iUH f. CAN!:SSA MONTlcJO LOS P~O~UNCIJ\M,HlTO<\ rn MATERIA t)q-·¡.~1 C!' •.A C0ML51Ó'1 l'!TERAtl(R'r>.NC ,. 163

o dt' expresión, se configura a . ,_l vez una violación resaltando que :,'- producen violaciones autónomas
autónoma a este derecho protegido en la Convención de est--.- derechr's humanos aunque provengan de los
Americana» (Corte IDH 2012: párrafo 116). mismo~ hechos.
Así que" o asentado que existe una violación múl-
tiple de derechos humanos -el derecho a la vidct y la 2.2, Los -casos <le libertad de trabajo y prohibición
libertad sindical- cuando existe un atentado contra del trabajo forzoso u obligatorio
un sindicalista. En este apartado se ha seleccionado dos casos con-
Asimismo, la Corte resalta el reconocimiento del tenciosos y una opinión consultiva emitida por la Corte
Estado en su responsabilidad internacional por la viola- Interamericana. Aunque no se ventilan directamente
ción de la libertad de asociación de la víctima, inclusive las prohibiciones de esclavitud, servidumbre y trabajo
se desprende del caso que la motivación principal de la forzoso u obligatorio del artículo 6 Jt la Convención
desaparil.'ión forzada fue su actividad sindical (Corte Americana en cada uno de ellos, la Corte aborda el tema.
IDH 2012: párrafos 119-121). Si bien la Corte establece La Opinión Consultiva de Costa Rica por la colegiación
que el objetivo de 1 1 desaparición forzada era también obligatoria de los periodistas. El Gobierno de Costa Rica
tener un efecto amedrentador sobre los demás miem-
bros de las organizaciones sociales, reduce sólo la
violación de la libertad de asociación a la víctima, sin el Caso Kawas Fernández vs. Honduras. donde la Corte
considerarlo respecto al propio sindicato y sus afiliados, afirma: ({en \a sentencia emitida por este Tribunal en !os casos
Hui/ca Tecse Vs. Perú y Cantora/ Huamanl y Garc/a Santa
quienes sin duda se ven afectados por los hechos. Cruz Vs. Perú, se reconoció que la libertad de asociación
Estos cuatro casos reseñados evidencian la evo-- sólo puede ejercerse en una situación en que se respete y
lución jurisprudencial de la Corte Interamericmo de garantice plenamente los derechos humanos fundamentales,
Derechos Humanos sobre el vínculo entre el derecho a en particular los relativos a la vida y a la seguridad de la
persona. En este sentido, una afectación al derecho a la vida
la vida (artículo 4), el derecho a la integridad personal o a la integridad personal atribuible al Estado podría generar,
(artículo 5), el derecho a ia libertad personal (artículo a su vez, una violación del artículo 16.1 de la Convención,
7) y las garantías judiciales (artículo 8) con la libertad cuando la misma haya sido motivada en el ejercicio legítimo del
de asociación en materia sindical (artículo 16 de la derecho a la libertad de asociación de la victima>} (Corte IDH
2009a: párrafo 150). Este criterio fue nuevamente señalado
CADH) cuando se produce la ejecución extrajudicial en el Caso Fleury y Otros vs HaiU, ahondando la Corte que las
o la desaparición forzada de sindicalistas64, también obligaciones negativas y positivas de la libertad de asociación
corresponden al Estado asegurar su cumplimiento, resaltando
el estrecho vínculo de proteger \a libertad de asociación con \a
M La Corte ha fundamentado similar criterio también para el protección que eviten !os atentados contra la vida e integridad
asesinato de defensores de derechos humanos, como en (Corte IDH 2011d: párrafos 99-102).

·- --·---
164 Mu;ua F. (A',c· ''0NTEJO Los P~0NUNCIAMIWT0S rn MATERIA lA80RAl DF. L\ COM1s:ó:l lNTE:!<0.MElilCA'IA. 165

mediante comunicación de! 8 ,...i-c julio de 1985, sometió es un derech,J fundamental esto resultaría siendo una
a la Cort,, una solicihtd de opinión consulti,·a sobre ca amenaza pa~"➔ su ejercicio.
interpret ición de los artículos 13 y 29 de la CADH en El Caso Aloeboetoe y Otros ¡,s. Surinam resulta im-
rE!lación ,:on la colegiación obligatoria de los periodis- portante en razón que la Corte se pronuncia sobre la
tas y sobr,:; la compatibilidad .l.e la Ley No. -±420 de prohiblción de la esclavitud recogida en una norma de
22 de septiembre de 1969, Ley Orgánica del Colegio jus cogens. Así el convenio suscrito entre los saramacas
de Periodistas de Costa Rica, con las disposiciones (una tribu que vive en el territorio de Suriname consti-
de los mencionados artículos. Si bien este caso no se tuido por esclavos africanos huidos de plantaciones de
encuentra directamente vinculado a un tema laboral, hnlandeses) y los Países Bajos del 19 de septiembre de
7
tiene relevancia respecto a la libertad de trabajo y a , 62, establece la autonomía interna de los saramacas

la libertad de asociación. La CJrte se pronuncia en y la obligación de éstos en capturar los esclavos que
la Opinión Consultiva OC-5/85 del 13 de noviembre hayan desertado, a hacerlos prisioneros y devolverlos
de 1985, señalando que la colegiación obligatoria de al gobierno de Suriname (las autoridades coloniales
periodist:.i.s, en cuanto impida el acceso de cualquier holandesas). Asimismo, dicho convenio faculta a los
persona al uso pleno de ]os medios u.e comunicación saramacas a vender a los holandeses, en calidad de
social como velúculo para expresarse o para transmiCir esclavos, otros prisioneros que pudieran escapar. Si
información, es incompatible con el artículo 13 de la bien la Corte no cons, ;-era necesaiio investigar si dicho
Convención Americana s,lbre Derechos Humanos, y convenio es un tratado internacional, lu central es que
que la Ley No. 4420 de 22 de septiembre de 1969, Ley dicho acuerdo sería nulo por ser contrario a las reglas
Orgánica del Colegio de Periodistas de Costa Rica, de jus cogens superviviens 65 • Un convenio de esta índole
◊-bjeto de la presente consulta, en c.1cmto impide a no puede ser invocado ante un tribunal internacional
ciertas personas el pertenece r al Colegio de Periodis• de derechos humanos (Corte IDH 1993: párrafo 57).
tas y, por consiguiente, el usD pleno de íos medios de El Caso de las Masacres de Ituango 11s. Colombia
comunicación social como \ 'hículo para expresarse consiste en la demanda presentada por la CIDH por
y transmitir información, es ; ,1compatible con el artí- la masacres que sufrieron la población del municipio
culo 13 de la Convención Americana sobre Derechos de Ituango por grupos paramilitares pertenecientes a
Humanos (Corte IDH 1985: p. 24). Esto significa que
se puede exigir la colegiación obligatoria de los profe- 15
E!jus coge ns supetviviens se encuentra recogido en el artículo
sionales sin violentar la libertad de trabajo, pero en el 64 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados
caso de los periodistas donde la libertad de expresión (1969): "Si surge una nueva norma imperativa del derecho
internacional general, todo tratado existente que esté en
oposición con esa norma se convertirá en nulo y terminará".

---~--- -------------------'---~
MiGIJLL F. CAN~55A M0NTW' Los PR0NUrmAMl!'11T05 EN t,<ATfRIA IAB::l~J-l :;, ',,(0M'5!Ótl l!IT:'RAMERICXIA.. 1C7
t66

las A odefensas Unidas de Col1_, ,1bia (entre junio de la definición consta de dos pr·ndpios básicos. Por un
1996) octubre de 1997), sin que E'l Estado colombiano lado, e1 trabajo se exige bajo l;.1 mnenaza de uncl pena.
haya cumplido con su deber de esclarecer los hechos, Púr otro lado, el trabajo se lleva a cabo ck forma invo-
juzgar a los responsables de f•_)rma efectiv.1 y reparar luntaria. Además, se exige que la presunta violación
adecuadamente a las víctimas y sus familias. Aunque sen -1tri.buible a agentes del Estado, ya sea por medio
la CIDH no aiega la supuesta violación del artículo d2 !a participación directa de: éstos o por su aquiescen-
6.2 de la Convención, el alegato de los representantes cia en los hechos (Corte IDH 2006b: párrafo 160). De
de las víct' '".'13S conduce a la Corte a pronunciarse al este modo, la Corte considera que los tres elementos
respecto en tanto se señala que el grupo paramilitar estableLidos en fa~. -finición del Convenio núm. 29 de
obligó a l7 campesinos de la zona a arrear el ganado a la OIT tmrbién se ~acuentrn.::, -~onsagrados en la Con-
los puntos de destino. vención Americana.
La Corte considera demostrado que el grupo Respecto al primer elemento que e:-- la amenaza de
paramilitar que incursionó en la localidad de El Aro, una pena, para la Corte consiste «en la presencia real y
después de llevar a cabo la masacre y los actos de in- actual de una intimidación, que puede asumir forma:.;
timidación, robó el ganado a sus habitantes e impuso y graduaciones heterogéneas, de las cuales las más
a algunas personas de este corregimiento el trabajo de extremas son aquellas que implican coacción, violencia
recoger y trasladar el ganado durante aproximada- física, aislamiento o confinación, así como la amenaza
mente 17 días. Esto conduce a la Corte so-;tener que de muerte dirigida a la víctima o a sus familiares (Corte
está demostrada la privación de la libertad personal IDH 2006b: párrafo 161). En cuanto al segundo elemen-
(artículo 7 de la CADH) con aquiescencia o tolerancia to sobre la falta de voluntad para realizar el trabajo o
de agentes del Ejército colombiano, en tanto esas deten- servicio, la Corte señala que consiste: «en la ausencia
ciones se produjeron de manera ilegal y arbitraria, toda de consentimiento o de libre elección en el momento
vez que fueron llevadas a cabo sin orden de detención del comienzo o continuación de la situación de trabajo
suscrita por un juez competente y sin qw acreditara forzoso. Esta puede darse por distintas causas, tales
m1_t sihrnción de flagrancia (Corte IDH 2006b: párrafos como la privación ilegal de libertad, el engaño o la
lSú-153). coacción psicológica>) (Corte IDH 2006b: párrafo 164).
Respecto a la interpretación de la pr()hibición del Finalmente, respecto al elemento que exista un vínculo
trabajo forzoso u obligatorio consagrado en el artículo de los hechos con agentes del Estado, como se ha seña-
6 numeral 2 de la CADH, la Corte se apoya en la de- lado, su participación puede ser directa o simplemente
finición del trabajo forzoso establecido en el artículo con el consentimiento o aprobación de que terceros lo
2.1 del Convenio núm. 29 de la OIT, estableciendo que materialicen.
168 MIGUEL F. CMIESS.A: '.ONTEJC .J:; FROWtJC-, -".NTOS Er-1 MATfRIJ\ IABORJ\l DE LA CDl.tlSIÓN 11ll1:AAMER'C1"1A.. 169

La Corte C(lnsidera que el Estado colombiano vio- de ser "expulsadas" o ''z,,'2portadas" colectivamente.
ló el artículo 0.2 de la Conv, ción Americana sobre Estas personas mayorne·,te laboran como trabajado-
Derechos Humanos en perjmcio de los 17 arrieros res de la zafra en las instalaciones del Consejo Estatal
señalados en la demanda de t1 Comisión (Corte IDH del Azúcar. La Corte Interamericana se pronunció en
2006b, párrafo 16S). su Resolución del 18 dt· slgosto de 2000 otorgando la
Se podría destacar tres aspectos sobre los pronun- medida provisional. Destaca en la resolución los re-
ciamientos judiciales de la Corte Interamericana en querimientos a la República Dominicana que adopte,
esta materia. En primer lugar, la libertad de trabajo sin dilación, cuantas medidas sean necesarias para
tiene límites como la exigencia de la colegiación de los proteger la vida e integridad personal de las personas
profesionales. En segundo lugar, la prohibición de la peticionarias. Asimismo, s,2 abstenga de deportar o ex-
esclavitud (y de la servidumbre' se encuentra recogida pulsar de su territorio a los peticionarios y que permita
en una norma imperativa de derecho internacional ge- el retomo inmediato a su territorio de dos peticionarios
neral. En terctcr lugar, la prohibición del trabajo forzoso expulsados (Corte IDH 2000: p. 11-12).
u obligatorio del artículo 6 de la CADH cuenta con trec; En la Opinión Consultiva OC-18/03 sobre la Condi-
elementi ,s: la amenaza de una pena; la falta de vol1mtad ción Jurídica y Derechos de los .Migrantes Indocumentados
para realizar el trabajo o servicio; y el vínculo entre los de 17 de septiembre le 2003. México solicita a la Corte
hechos y los agentes del Estado. una Opinión sobre_' b privación del goce y ejercicio de
ciertos derechos laborales a los trabajadores migrantes
2.3. Los ca:,fJs de prohibidón de la discriminación y su compatibilidad con la obligación de los Estados
laboral americanos de garantizar los principios de igualdad
La discriminación laboral ha sido abordada por la jurídica, no discriminacü'in y protección igualitarL1
Corte Interamericana en la Medida Provisional a favor y efectiva de la ley consctgrados en instrumentos in-
de trabajadores haitianos y dominicanos de origen ternacionales de derechos humanos. Desde mi punto
haitiano, y la Opinión Consultiva sobre la condición de vista, la Opinión Consultiva tiene seis aspectos
jurídica y derechos de lüs migrantes indocumentados. importantes para la investigación: el ámbito de apli-
El Caso de Haitianos y dominicanos de origen haitiano cación de una Opinión Consultiva dentro los Estados
vs. República Dominicana fue una solicitud de medida Miembros de la OEA; el análisis del principio de no
provisional presentada por la CIDH el 30 de mayo de discriminación; la identificación de que el principio
2000, en favor de personas haitianas y dominicanas de de no discriminación es una norma de jus cogens; las
origen haitiano que se encuentran sujetas a la jurisdic- obligaciones de los Estados que se derivan de esta
ción de la República Dominicana que corren el riesgo identificación; el derecho al recurso efectivo que proteja
~70 M1Gl1-L f. (M,f_ ,IONTEJO LOS PRONUt:~1..r.;1m ·,; UI MATERIA lt"" •' .' OE lAWMl'.-IÓN INTEAAMEnKM.JA. 171

al principio de no discriminaci< 1n dt'ntro de los ordena- discriminatoriu,,, de eliminar de dich,1 ordenamiento


mientos nacionales; y, la formulación de los derechos las regulacionP, d.e carácter discriminatorio y de com-
humanos laborales. batir las prácticas discriminat<1rias (Corte IDH 2003b:
En primer lugar, inicia la (',_)rte su Opinión Con- párrafo 88). Para la Corte Interamerkana, el principio
sultiva estableciendo que su pronunciamiento ::,e aplica de no discriminación es un aspecto fundamental de los
a todos los Estados Miembros de la OEA que han derechos humanos y apoy.:1 su afirmación en su inclu-
firmado indistintamente la Carta de la OEA, suscri- sión en la totalidad de los instrumentos internacionales
to la Declaración A "1ericana de Derechos y Deberes sobre la materia. Como se señaló en el capítulo anterior
del Hombre y la De,_\aración Universal de Derechos y lo resalta la Corte, el principio de no discriminación
Humanos o han ratificado el Pacto Internacional de supone la exigencia de tres obligaciones específicas
Derechos Civiles y Políticos, independientemente que para los Estados en su ordenamiento interno: no in-
hayan o no ratificado la Convención Americana sobre troducir normas discriminatorias, eliminar las normas
Derechos Humanos o alguno de sus Protocolos facul- discriminatorias y combatir las prácticas discrimina-
tativos (Corte IDH 2003b: párrafo 60). Esta afirmación torias66.
tlO es gratuita porque va dirigida especialmente a los En tercer lugar, la Corte sostiene que las normas
Estados Miembros de la OEA que no han ratificado o no de jus cogens no se limitan al derecho de los tratados,
se han adherido a la CADH y ,:_¡u~ son países receptores sino que se ha venido ampliando, alcan;,ando también
de población migrante. el derecho internacional general, y abarcando todos los
En segundo lugar, la Corte sostiene que la no actos jurídicos. También el jus COf-?ens se ha manifestado
discriminación junt<. 1 con la igualdad ante la ley y la en la responsabilidad intemadunal de los Estados y ha
igual protección de la ley a favor de todas las personas incidido en los propios fundamentos del orden jurídico
son elementos constitutivos de un principio básico y internacional (Corte IDH 2003b: párrafo 99). Para la
general relacionado con los derechos humanos (Corte
lDH 2003b: párrafo 83). Asimismo, el hecho de que el
principio de igualdad y no discriminación se encuentra 'º En su Opinión Consultiva, la Corte lnteramericana señala
regulado en tantos instrumentos internacionales, es un un distingo sustancial entre la discriminación y el trato
diferenciado, reconociendo que éste no es violatorlo del
reflejo de que existe un deber universal de respetar y principio de no discriminación: «Pueden establecerse
garantizar los derechos humanos, emanado de aquel distinciones, basadas en desigualdades de hecho, que
principio general y básico (Corte IDH 2003b: párrafo constituyen un instrumento para la protección de quienes
86). Por ello, los Estados tienen la obligación de no deban ser protegidos, considerando la' situación de mayor o
menor debilidad o desvalimiento en que se encuentran» (Corte
introducir en su ordenamiento jurídico regulaciones
IDH 2003b: párrafo 89).
172 MIGL'EL F. CANESSA. MONT!:JO Los PRDr/U~(IAMll:NTOS El) MATrnlA 1.AE0Fl~L ~E lACO\ll'.i'(\~J ltH!:R.l'<c·:·,:yp,., 173

Corte, es evidente gm' los E~tados, como miembros se pt -Jría interpretar para el conjunte) del principio de
de la comunidad internacional, deben cumplir sus no di--;criminadón. Con la Opinión Consultiva de la
obligaciones sin discriminación alguna, lo cual se . ·ri- Corte Interamericana, éste amplia el alcance al íntegro
cuentra directamente relacionado con el derecho a unc1 del principio de no discriminación.
protecci('in igualitaria ante la ley. A su vez, En cuarto lugar, el reconocimiento del principio
«el principio de i_¡,: ,üdad ante la ley y no di .;crimi- de no discriminación como una norma de jus cogens
nac10n impregna "·. actuación estatal, en cualquiera provoca una serie de efectos sobre las obligaciones de
de sus manifestaciones relacionada con el respeto y los Estados. La Corte hace un listado sobre ellas. La
garantía de los derechos humanos. Dicho principio primera obligación es que:' los Estados deben Etbst:nerse
puede considerarse efectivamente como imperativo del de realizar acciones que de cualquier maner" vayan
derecho internacional general, en cuanto es aplic21ble dirigidas directa o indirectamente ..1 crear situaciones
a todo Estado, independientemente de L1ue sea parte de discriminación de jure o defactu \Corte IDH 2003b:
o no en determinado tratado internacional, y genera párrafo 103). La segunda obligación es que los Esta-
efectos con respecto a terceros, inclusive a particulares,, dos deben adoptar medidas positivas parn revertir o
(Corte IDH 2003b: párrafo 100). cambiar sihtaciones discriminatorias existe· '"''., en sus
Concluye que el principio de igualdad ante 1a sociedades, en pe1juicio de determinados ,upos de
L igual protección ante la ley y no discriminación personas. «Esto implica el deber especial de¡. rotección
pertenece al jus cogens. Su conclusión se sustenta, se• que el Estado debe ejercer con respecto a actu.iciones y
gún la Corte, porque sobre el principio descansa todo prácticas c1 , terceros que, bajo su tolerancia o aquies-
el andamiaje jurídico del orden público nacional e cencia, creen, mantengan o favorezcan las sihrnciones
internacional. {(En la achial etapa de la evolución del discriminatorias» (Corte IDH 2003b: párrafo 104). La
derecho internacional, el principio fundamental d(' tercera obliga,'ión es que los Estados sólo podrán esta-
igualdad y no discriminación ha ingresado al dominio blecer distinciones objetivas y razonables, cuando éstas
del jus cogens)> (Corte IDH 2003b: párrafo 101). Rsta se realicen con el debido respeto a los derechos huma-
conclusión de la Corte es un significativo avance <2n nos y de conformidad con el principio de la aplicación
el reconocimiento del principio de no discriminación de la norma .1ue mejor proteja a la persona humana
como una norma de jus cogens. La Corte Internacional (Corte IDH 2ll03b: párrafo 105). Si se incumplen con
de Justicia en el caso Barcelona Traction consideró la estas obligaciones se genera la responsabilidad interna-
protección contra la discriminación racial como uno cional de los Estados, siendo más grave porque violan
de los derechos básicos de la persona humana que ge• normas imperativas del Derecho Internacional de los
nera obligaciones erga omnes, pero no necesariamente Derechos Humanos (Corte IDH 2003b: párrafo 106).
L05 PRONUNCIAMIEUTOS éN MAT!'RIA !ABURA\ DE l~ COlfll'ÓN INHPAr c~1c,-10,, 175
174 MIGIJELf. (Mil"'.,\ Morm:o

En quinto lugar, el reconocimiento dei pnncipio d universalmente como titular a la persona, respetando
no discriminación como una norma de _ius cogens serL: la dignidad humana y satisfaciendo las necesidades
insuficiente ~ino vient' acompañada con su protecció11 básicas en el mundo del trabajo, ponía el acenh, t'n
dentro del ordenam ,,ita interno. Por ello, sostiene que su titularidad era incondicionada, es decir, c1u,· la
la Corte, los Estados ckl:ien asegurar en sus o:dena~ persona humana en tanto trabajador era tihllar de· -:s
mientas internos que tuda persona tenga acceso, sin derechos humanos laborales (Canessa 2008: p. 23) En
restricción alguna, a un recurso sencillo y efectivo que la Opinión Consultiva, la Corte subraya que la calidad
le ampare en la determinación de sus derechos, inde- migratoria de una r~rsona no puede constituir, de
pendientemente de s,_¡ estatus migratorio (Corte IDH manera alguna, una j11stificación para privarla del goce
2003b: párrafo 107). y ejercicio de sus de1,:chos, entre ellos los de carácter
En sexto lugar, la Corte utiliza en diversos párrafos laboral. ,,El migran te, al asumir una relación de trabajo,
de su Opinión Consultiva el término "derecho huma- adquiere derechos por ser trabajador, que deben ser
nos laborales" para referirse a los derechos laborale~ rece,. 1ocidos y garantizados, independientemente de su
que le son inherentes,, la persona por su r,mdiciór; situación regular o irregular en el Estado de empleo.
de trabajador67• En otro Estudio señalé que 1")5 dere- Estos derechos son consecuencia de la relación laborah>
chos humanos laborales son todos aquello~ derechos :Corte IDH 2003bc párrafo 134).
en materia laboral consagrados en instrumentos in- Asimismo, la Corte resalta que los derechos huma-
ternacionales de derechos humanos que reconocen nos laborales deben ser respetados entre particulares.
Se trata de una obligación positiva de asegurar la
efectivitlad de los derechos humanos protegidos en
~7 «Los derechos laborales surgen necesariamente de la
condición de trabajador, entendida ésta en su sentido más
las diversas esferas donde se materializan las relacio-
amplio. Toda persona que vaya a realizar, realice o haya nes laborales, lo que incluye las relaciones entre los
realizado una actividad remunerada, adquiere inmediatamente particulares. «La obligación de respeto y garantía de
la condición de trabajador y, consecuentemente, los derechos los derechos humanos, que normalmente tiene sus
inherentes a esa condición (... ). Una persona que ingrese
a un Estado y entabla relaciones laborales, adquiere sus
efectos en las relaciones entre los Estados y los indivi-
derechos humanos laborales en ese Estado de empleo. duos sometidos a su jurisdicción, también proyecta sus
independientemente de su situación migratoria, puesto que efectos en las relaciones individuales. En lo que atañe
el respeto y garanUa del goce y ejercicio de esos derechos a la presente Opinión Consultiva, dichos efectos de la
deben realizarse sin discriminación algunaJ> (la cursiva es
mía) (Corte lDH 2003b: párrafo 133). La Corte hace uso del
obligación de respeto de los derechos humanos en las
término "derechos humanos laborales" en otros tres párrafos relaciones entre particulares se especifican en el marco
y en la parte resolutiva de la Opinión Consultlva. Véase Corte de la relación laboral privada, en la que el empleador
IDH 2003b: párrafos 137,138,148 y 173.9.
176 MIGUEL F. (MJc5SJ\ MONTEJO '- 05 Pnm;ur,c1~r,,1~•.TOS EN r,1ftTi'"A LABO?;c , -~ !,', C0/.~1,•0(I l'ITEP,A'.>'E~ICA)/A : •

debe rL· -petar los derechos humanos de l0s trabajado- obligatorio, la prohibición ; 1.. abolición del trabajo
res" (C ,rte IDH 2003b: párrafo 146). infantil, las atencione~ <2speciaies para la mujer tra.ba
Un último punto sobre los derechos humanos labo- jadora, y los derechos correspondientes a: asociación y
rales en la Opinión Consultiva se refiere a la categoría libertad :-:indical, negociación colectiva, salario justo por
de los 'derechos laborales fundamentales'. La CIDH tIJ.bajo renlizado, segu.:'idad social, garantías judiciales
elabor·.~ una propuesta a consideración de la Corte y administrativas, duración de jornada razonable y en
Interarnericana para la presente Opinión Consultiva, condiciones laborales adecuadas (seguridad e higiene),
en ella se formulan una categoría: denle!', is laborales descanso e indemni!:adón>) (Corte IDH 2003b: párrafo
fundamentales para aludir a aquellos derechos labora- '.57). Aunque el listado de los derechos humanos la bo-
les que no pueden ser objeto de dis( riminación por su n les es más amplio qt!e el formulado por la Corte bajo
jerarquía. La Corte lnteramericana adopta el término la categoría de derechos laborales fundamentales69 , no
de la CIDH pero reformulando su contenido. En pdmer cabe duda de que sus fundamentaciones son coinciden-
lugar, los derechos laborales fundamentales son aque- tes por lo que pueden ser vistos como sinónimos dentro
llos que garantizan al trabajador y a sus tamiliares el del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
disfrnte ,,e una vida digna (Corte IDH 2üü3b: párrafo Sobre la base de la Opinión Consultiva formulada
158). No hay ningún atisbo de jerarquía entre los de- por la Corte Interamericana de Derechos Humanos se
rechos. En segundo lugar, la Corte emplea el término puede concluir que el principio de igualdad ante la
derechos laborales ·fundamentales para referirse al ley, igual protección ante la ley y no discriminación
caso de los trabajadores migrantes. En tercer lugar, el está recogido en una norma imperativa del derecho
listado ele los derechos labnrales fundamentales que internacional general o norma de jus cogens, con las
menciona la Corte casi coincide con el propio listado consecuencias jurídicas que se desprende de ello.
de los derechos humanos laborales, a diferencia del
postulado por la CIDH68 : (<En el caso de los trabajadores 2.4. Los casos de prohibición del trabajo infantil
migrantes, hay ciertos derechos que asumen una impor- La Convención Americana sobre Derechos Huma-
tancia fundamental y sin embarg0 ,son frecuentemente 11os establece en su artículo 19 que: "Todo niño tiene
violados, a saber: la prohibición del trabajo forzoso u derecho a las medidas de protección que su condición
de menor requieren por park -::le su familia, de la so-
" La CJDH sefiala como los derechos laborales fundamentales: ciedad y del Estado". Si bien 'H"J existe una regulación
la prohibición del trabajo forzoso u obligatorio, el derecho al
salario, el derecho de asociación sindica!, !a eliminación de
la discriminación en el empleo y ocupación y la abolición del &i Véase el listado de los derechos humanos laborales en
trabajo infantil. (CANESSA 2008: p. 20),
178 M1Gu;:· F (ANESSA Mc·1mo 1,,1 Prm;m:,- ,~,l~NTOS H1 M.~TER'A LA~OML E!< \A e, ·úi l)ITi, ,wERICANA l 7~•

específica sobre Lt prohihición del trabajo iqf·,mtil den- de Roma de la Corte Penal Internacional que considere,
tro cid CADH, esto no ha impedido que lc1 ('orte haya como crimen de guerra el reclutamiento o alista.mient:i
abi, · l.ido el tema en un caso contencioso. a niños menores de 15 años en las fuerzas armadas
,J Caso Vargas Areca vs. Paraguay consiste en la nacionales ,1 1 itilizarlos para participar activamente en
der-· .tn 7ci presentada por la CIDH por el f;;illecimiento hostilidades iCorte IDH 2006c: párrafos 119-121). Esto
del ínt•,,;ir Gerarll' 1argas Areca cometido por un conduce a la Corte sostener que existe una tendencia
mie1rihro de la fuerza armada, sin que el Estado para- en el derecho inten1acional a evitar que se incorpore a
guay·> haya investigado, procesado y ..1ncionado a los menores de 18 años de edad en Lis fuerzas armadas, y
resr· ,nsables de modo efectivo y en t,,,mpo oportuno. asegurar que los menores no participen directamente
El cc1 ;o resulta relevante porque el menor fue reclutado en hostilidades (Corte IDH 2006c: párrafo 122).
para el servicio militar en las fuerzas armadas para- La Corte concluye recomendando a Paraguay que
guayas cuando tenía 15 año,, .Je edad. Por ello l<! Corte adecúe la legislación interna con la CA, iH, prohibien-
procede a realizar consideraciones generales sobre el do el reclutamiento de menores de edad (18 años) en
tema de la incorporación de niños a la fuerza c1rmada. las fuerzas ar.nadas paraguayas (Corte IDH 2006c:
La Corte inicia su análisis recogiendo el pmnun- párrafos 163-'J o4).
ciamiento de la CIDH en su Informe Anual de 1999 La Corte ~stá ampliando el supuesto de prohibi-
donde aborda el tema de la erradicación del recluta- ción del reclutamiento de menores de edad dentro de
miento y ia participación de los niños en los conflictos las fuerzas armadas con independencia de la eXistencia
armados. Conforme a este Informe, la CIDH equipara de un conflicto armado, En mi opinión, esta ampliación
el reclutamiento de menores de edad (18 años) como de la prohibición no se ubica dentro de las peores formas
sih1aciones similares a la esclavitud y de servidumbre de trabajo infantil, ni tampoco significa que se prohiba el
forzada (CIDH 1999d: p. 1620). Asimismo, la Corte trabajo a los menores de edad. Lo que buscaría la Corte
respalda el pronunciamiento de la CIDH en base a lo es materializar en el hemisferio americano la tendencia
establecido en el artículo 3 del Convenio núm. 182 de del Derecho Internacional en prohibir el reclutamiento de
la OIT sobre la prohibición de las peores formas de menores de edad dentro de las fuerzas armadas. Se quiere
trabajo infantil7º y el artículo 8, 2, b, xxvi del Estatuto proteger al menor de edad ante una situación de violencia
que puede producirse al interior del reclutamiento.
7~ El artículo 3 del Convenio núm. 182 señala: "A los efectos del
presente Convenio, !a expresión "peores formas de trabajo 2.5. Los casos de libertad sindical
infantil" abarca: a)( ... ) y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido
el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos
Aunque en los casos analizados de ejecución ex-
en conflictos armados". trajudicial o desaparición forzada de sindicalistas se
i80 t,11GUH F. CJ\Nt>;A /,Je, 1os PPQ,IUIKl,l\1'E'Jf,)5 m l,!ATW.\ l.\"-~" !}E !A ,o··. i",N l'l"'l:º}.'.'E'' "" 181

ha abordado la violación de la 1ib• ·tad de asociación en empresas públicas, que concluyó con la destitución
en materia sindical (artículd 16 ele 1 1 CADH), en este de los 270 trabajadores. El H de: diciembre de 1990, el
acápite nos centramos en t·J contenido de la libertad Ü•ngreso panameño aprobó el proyecto de ley envia-
:sindical conforme lo establece la Co•te Interamericana do por el Poder Ejecutivo y le llamo Ley 25, según el
Se considera el Caso Bae11aRh·.1r• 1,. :¡ Otros vs Panmná cual se adoptaban medidas tendientes a proteger la
como el primero estrictamente labural resuelto por la democracia y el orden jurídico constitucional en las
Corte Interamelicana de Derechos Humanos. El caso se entdades gubernamentales con carácter retroactivo.
p::oduce por el despido de 270 trabajadores estatales en En Tazón de ello, el procedimiento de carácter laboral
Panamá. El 16 de ochrbre de 1990 la Coordinadora de en un Juzgado de Trabajo que debía seguirse conforme
Sindirntos de Empresas Estatales presentó al Gobiemr¡ a la normativa vigente e1"! el momento que ocurrieron
de Panamá un pliego de peticiones . le carácter laboral los hechos, se reemplazó por un reclamo contencioso
relativo a ciertns cambios propuestos en su programa administrativo extraordinario totalmente ajeno al
político de gobierno. El 16 <le noviembre de 1990, el Es- ámbito laboral. Los reclamos , ueron desestimados f~n
tado rechiJZÓ las s1,lidudes presentadas. Ello provocó su t0talidad por la Sala Contencioso-Administrar! -a
que la organizad .~indica} convouse a una marcha de la Corte Suprema. Los "70 trabajadores destituidos
para el 4 de diciembre de 1990 yun paro laboral de 24 presentaron sus reclarno::, ajustándose a las leyes vi-
horas al día siguiente. En esa fecha se realizó la mar- gentes; sin embargo, estos reclamos fueron tr,1mitados
cha programada, pero paralelamente, se produjeron conforme al procedimiento creado en la Ley 25 bajo el
hechos sediciosos de un sector de la Policía Nacional. argumento de que dichas leyes habían sido dejadas sin
El Estado panameño vinculó este hecho con la marcha efecto o modificadas parcialmente.
organizada por los dirigen·-cs sindicales, razón por la La Comisión recibió la denuncia de los 270 traba-
c-1al éstos deci.dieronsuspendere\ p,1ro del 5 de diciem- jadores y se pronunció en el Informe No.37/97 del 16
bre de 1990. A pesar de ello, el Estado consideró que la de octubre de 1997. En él se cuncluye que se violaron
acción sindical se encontraba vi·· _,a.da a las acciones los derechos humanos de los peticinnariot> y que se
que tenían por fin derrocar al Go:::¡,._· ·ao, por lo que pro- rechazaron todos sus reclamos. Por ello se dispuso
puso el despido masivo de todos los trabajadores que recomendar al Estado panameño que disponga la
habían participado en la marcl1c1 p ,ira lo cual remitió reincorporación de los trabajadores despedidos a sus
un proyecto de ley a la Asamblea L:gislativa. El 10 de puestos respectivos o a otros en las mismas condicio-
diciembre de 1990, sin esperar la aprobación de la Ley nes en las que prestaban servic;ios al momento de ser
y su entrada en vigencia, el Estado comenzó una sis- destituidos, que les reconozca los salarios caídos y los
temática política de despidos masivos de trabajadores demás beneficios laborales a los que tienen derecho;

-~-.~-
182 i,1l~;JEL F. Cp,I\IESSA MOIHEJO LOS '.'~ONUNCIAM:cmo, rn MJ'<fERIA lAH ,- ll DE lA CDMIS!Ólll lfHEMMtl< iA/JA 18'

y que se les pague una indemnización por los dai'í.os sindit.'<ll y sobre el derecho laboral en general y, ante
•.'<Htsados por el despido injttstificado del que fueron la Corte se planteó una serie de der,1chos nn comprer, -
objeto. Sin embargo, el Estado panameño rechazó el didos en la denuncia interpuesta ante el Comité de
Informe de 1~1 ODH aduciendo obstáculos, motivacio- Libertad Sindical (Corte IDH 1999c: párrafos 54-56).
nes y fundamentos jurídicos del derecho interno que Asimismo, la sentencia resalta que la naturaleza de las
le impedían ejecutar las recomendaciones emitidas. La recomendaciones emitidas por el Comité de Libertad
Comisión decidió someter el caso ante la Corte (Corte Sindical es diferente a la de las sentencias emitidas por
IDH 200lbc párrafo ll). la Corte Interamericana. En el primer caso se trata de
La Corh.' Interamericana emitió do~ .;entencbs, la un acto propio de un órgano de la OIT c0n el efecto
primera para resolver las excepciones preliminares y, jurídico propio 'le una recomendación a lu-.; Estados.
la segunda para resolver las cuestiones de fondo. En el segundo se trata de una sentencia que, en los tér-
La Sentencia sobre las excepciones preliminares minos de la CADH, es definitiva e inapelable (artículo
se produce el 18 de noviembre de 1999. Un punto 67), y de obligatorio cumplimiento (artículo 68.1). Por
destacable entre los argumentos formulados por Pa- ello, no existe duplicidad de procedimientos en el caso
namá consist.::- en que L1 CIDH no debió de aceptar la (Corte IDH 1999c: párrafos 57-58).
denuncia presentada porque existía una duplicidad de La Sentencia sobre la cuestión del fondo del caso
procedimient- ,s, pues los trabaja.dores habían presen- se produce el 2 de febrero de 2001, en la que se aborda
tado una queja ante los órganos de control de la OIT. la demanda de la CIDH por la violación de una serie
La Corte resuelve que para que exista duplicidad se de artículos de la Convención Americana. De dicha
requiere que exista identidad entre los casos y que en sentencia quiero centrarme en su pronunciamiento
el presente caso, únicamente la parte demandada ante sobre tres temas: el reconocimiento de las garantías
el Comité de Libertad Sindical de la OIT es la misma, el judiciales para los procesos laborales; la violación del
Estado panameño, la parte demandante no es idéntica. artículo 16 de la CADH sobre la libertad de asociación
Tampoco hay identidad en el fundamento legal porque en materia sindical; y, la parte resolutiva donde se
la demanda ante la Corte, se alegan violaciones a los ordena la reposición de los trabajadores despedidos.
artículos 8, 9, 16 y 25, en relación con el artículo 1.1, 2, En primer lugar, la Corte sostiene en su fallo
33 y 50.2 de la CADH. La denuncia presentada ante el judicial que las "Garantías Judiciales" del artículo 8
Comité de Libertad Sindical se basó en las violaciones de la CADH, en donde se recoge el derecho al debi-
a los Convenios Nos. 87 y 98 de la OIT. Por esto el ob- do proceso, no se restringe sólo al orden penal, sino
jeto tampoco es el mismo, ya que el órgano de control también incluye el orden civil, laboral, fiscal o de
conoció únicamente lo relativo al derecho a la libertad 1 cualquier otro carácter (Corte IDH 2001b: párrafos

l
1.34 MIGUEL F. (ANESSA MOf!W0 LOS PROtll.NCIM,'IEtlT05 °·: 11/\ LMO',,•". DE lJ\ rnv,;,:j,,¡ l~Ell4.'v1EPID' '.85

122-126). A.:;l, .u~ rrocesos a.dministrati \ \)S y judicia- 156)1) 72 • Se debe desta,,:ar que la Corte se apoya en los
les en materia laboral deben respetar 7 :1s garantías pronunciamientos del Comité de Libertad Sindical y de
de1 debido proceso establecidos por la Convención la Comisión de Expertos de la OIT para el análisis del
Americana. Esto tiene un profundo significado en la caso, incorporando con ello el acervo dt' esos órganos
prctección de los d"'rechos laborales en los ordena- de control dentro de su jurisprudencia (Corte IDH
mient11s nacionales. 2001b: párrafos 162-16'±)73 •
En segundo 1ng:tr, la C'orte adopta un concepto Refiriéndose a los hechos del caso, la Corte con-
de la libertad sindicaF1, cuando sostiene «la libertad sidera que el despido de los trabajadores estatales
de asociación, en materia de libertad sindical, consiste se encuentrc1 vinculado a sus actividades sindicales.
básicamente en la facultad de constituir organizaciones
sindicales y poner en marcha su estructura interna, Asimismo, la Corte considera que «la Jibertad de asociación,
actividades y prognmas de acción, sin intervención " en materia sindical, reviste la mayor importar.,".'l para la
de las autoridades públicas que limite o entorpezca defens3 de los intereses legítimos de los tr" ;ajadores y
el ejercicio del respectivo derecho. Por otra parte, esta se enmarca en el corpus iuris de los derechos humanos»
(Corte IDH 2001b: párrafo 158). Igualmente, la libertad de
libertad supl•;~e que cada persona pueda determinar asociación, en materia sindical, recogido por el artículo 16
sin coacción alguna si desea o no formar parte de la de la Convención Americana, comprende un derecho y una
asociación. Se trata, pues, del de,echo fundamental libertad, «el derecho a formar asociaciones sin restricciones
de agruparse para la realización común de un fin líci- distintas a las permitidas en los incisos 2 y 3 de aquel precepto
convencional y la libertad de toda persona de no ser compelida
to sin presiones o intromisiones que pu,xi.an alterar o u obligada a asociarsei) {Corte IDH 2001b: párrafo 159).
desnaturalizar su finalidad)) (CorteIDH 2- ,ülb: párraf1
" <(Para arribar a conclusiones sobre si el Estado vulneró
el derecho de libertad de asociación, la Corte t•Jma
particularmente en cuenta las afirmaciones contenidas en la
11 Sin embargo, hay críticas al fallo de la Corte, •Aque sostienen demanda de la Comisión, las constancias que figuran en el
que en realidad analiza la libertad de asociación, en vez de la expediente y las Recomendaciones del Comité de Libertad
libertad sindical: ,{En la sentencia sobre el fondo pronunciada Sindica! de la 0/T, a! resolver el caso No. 1569, las cuah:,s no
eri e! caso Baena Ricardo y Otros, la Corte lnteramericana fueron contradichas o desvirtuadas por eí Estado, en relación
ha tenido la oportunidad de tratar el tema de las libertades con ·os siguientes hechos: a) que la Ley 25 se expidió 15
sindica!es, sin embargo, !o realizó( ... ) por la vía del derecho días después de los hechos que dieron origen al presente
Je asociación contemp!ado en la Convención Americana, sin caso; b) que no se observó la normativa referente al fuero
referir al artículo 26 y su interpretación e integración por medio sindical en relación con el despido de trabajadores; c) que
de una diversidad de fuentes, en especia! las normas relativas fueron obstruidas las instalaciones e intervenidas las cuentas
al Desarrollo Integral contenidas en la Carta de la OEA, bancarias de los sindicatos: y d) que numerosos trabajadores
reformada por los Protocolos de Buenos Aires, Cartagena de despedidos eran dirigentes de organizaciones sindicales (Corte
Indias, Washington y Managua)) {URaUtLLA 2001: 277-278). IDH 2001b; párrafo 171)1¡_
186 MIGUEL F. (ANESSA MONTCJO
lD> p~o~:u:i_ iCNfOSt:c: '.'A~érlA LO~.'P.'l OE l,\ co· •::,1(), .' ?.~t,1ERI~¡;; .J7

A_:. rma que el despido de los sindicalistas no GJnstihÚa como lo señala el artículo 16.2 de la CADH. Por t'llo,
ca.usa} dt· despido en la legislación vigente al momento la Corte concluye que <<el Estado violó -:l derecho a
de los hechos. la libertad de asociación consagrado en d artículo 16
«Esto demuestra que, al asignarle carácter retroactivo a de la Convención Americana, en perjuicio de los 270
la Ley 25, siguiend() L1;; órdenes del Poder Ejecutivo, se trabajadores» (Corte IDH 2001b: párrafo 173).
pretendió darle fundamento a la desvinculación laboral En tercer lugar, la Corte en su parte resolutiva or-
masiva de dirigentes sindicales y de traoajadores del dena a Panamá el pago de los salarios caídos y demás
sector público, actuación qne sin duda limita las posi- derechos laborales que les correspondan a los 270 tra-
bilidades de acción de las organizaciones sindicales en bajadores; reintegrarlos en sus cargos y si esto no fuera
el mencionado sector» (Corte IDH2001b: párrafo 160). posible brindarles alternativas dL .:mpleo que respeten
Respecto al fuero sindical de los dirigentes, la Corte las condiciones, salarios y remuneraciones que tenían
observa que la Ley 25 no sólo está permitiendo el despi- al momento de ser despedidos; pagar a cada uno de los
do de los dirigentes sindicales, sino también derogando trabajadores la suma de tres mil dólares americanos por
los derechos de fuero sindical que gozaban. Asimismo, concepto de daño moral; y pagar al conjunto de los 270
«las disposiciones contenidas en los artículos 1 y 4 trabajadores 1a suma de den mil dólares americanos
de la Ley 25 fueron puestas en práctica con efectos como reintegro de gastos generados por las gestiones
retroactivos, permitiendo que se dejasen de lado los realizadas por las víctimas y s·us representantes, y l<1
procedimientos que debían aplicarse de acuerdo con suma de veinte mil dólares americanos como reintegro
la legislación vigente al momento de los hechos, yaca- de costas.
rrearon el despido de un amplio número de dirigentes Uno de los puntos que deben destacarse enel Caso
sindicales, con lo cual se afectó gravemente la organi- Baena Ricardo y Otros, es la orden de la Corte para la
zación y la actividad de los sindicatos que agrupaban a reposición de tos trabajadores despedidos, apoyándose
los trabajadores, y se vulneró la libertad de asociación en el artículo 63.1 Je la CADH, por lo que «la repara-
sindical» (Corte IDH 2001b: párrafo 166). ción del daño ocasionado por una infracción de una
Para la Corte no ha sido demostrado que la.~ obligación internacional req1..üere la plena restitución
medidas adoptadas por el Estado panameño fueran (restitutio in integrum), que consiste en el restableci-
necesarias para salvaguardar el orden público, ni que miento de la sih1ación anterior y en la reparación de
guardasen relación con el principio de proporciona- his consecuencias que la infracción produjo, así como
lidad, por lo que las medidas no cumplieron con el el pago de una indemnización como compensación por
requisito de necesidad en una sociedad democrática los daños ocasionados (Corte IDH2001b: párrafo 202)))~.
Con la consagración del principio jurídico "restitutio in

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188 \)IG'JEl F. CAfJESSA MONTéJO
LO.i P>".:tlUNCIAMIWTOS m MATERIA ~~S~?- ,·_ º' LO.co~•1;,,;-- .. :lT!'Ml,1ER,CA!:A., 189

integrum", se busca 1::1 restablecimiento de L1 situación considet,lf presuntas irregularidades en la tramitación


jurídica ante.:, de producirse la violación, siempre que de la nchratoria a la sentencia que declara la inaplica-
esto sea posible. Esto significa que en los futuros casos bilidad de la Ley Ne. 26657 que permitía la segw1.da
que se sometan a la Corte, si se demuestra un despido re-elección del Presidente Fujimori. Para la CIDH la
violatorio de la Convención Americana o del Protocolo decisión del Congreso vulneró la gar,1, tía esencial de
Adicional, la reparación de la violación debería ser, independencia y autonomía del Tribunal Constitu-
prima Jade, ordenar la reposición del trabajador. cional (artículo 25 de la CADH), el den-cho al debido
proceso (artículo 8) y la garantía de _p,.:rmanencia en ids
2.6. Los .:Jsos de debido proceso laboral (la protec- funciones públicas (artículo 23). La Comisión solicitó,
ción del despido) como parte de la reparación, la indemnización de los
Como menciomimos en los casos ventilados ante benefici,:)s salariales que las víctimas dt:jaron de percibir
la Comisión, la. mayoría de ellos se producen por el in- desde su destitución hasta su efectiva reincorporación.
cumplimiento de sentencias judiciales o por la violación La Curte considera sobre la bas~ de los hechos
del d,_,bido proceso suf:ddo por los trabajadores despe- probados que la destitución de los n· · .:;istrados fue la
didos que no obtienen la correspondiente protección en aplicación de una sanción del Poder Legislativo en el
la jurisdicciónnadonal, lo que les conduce a recurrir al marco de un juicio político, sin respetar las garantías
sistema de protección interamericano de derechos hi.!- del debido proceso legal y la imparcialidad requerida
manos. Se trata de una protección indirecta del despido pm el artículo 8.1 de la Convención, pwduciendo la
y que cobró ~ma mayor importancia desde la sentencia consiguiente restricción del derecho de defensa de los
del caso Daena Ricardo y Otros cuando la Corte ordena magistrados. La Corte concluye que el Estado peruano
la reposición de los trabajadoreC"S despedidos. violó el rlerecho a las garantías judiciales de los magis-
Se han seleccionado casos contenciosos donde la trados d,~stituidos (Corte IDH 2001n: párrafos 68-85).
Corte Interarnericana se pronuncia por la violación En cambio, la Corte no considera gue se ha violado la
del debido proce 'º ante despidos o destituciones de garantic1 de la permanencia en las funciones judicia-
funcionarios o trabajadores, enla mayoría de ks casos les, en ; 1zón que los tres magistrados gue sufrieron
se producen contra magistrados y jueces. la destitución ya tuvieron acceso a la función pública.
El Caso del Tribunal Constitucional (Aguirre Roen, en condiciones de igualdad (Corte IDH 2001a: párrafo
Re-y Terry y Revoredo Marsano) vs. Perú es tma deman- 103). La Corte ordena como parte de la reparación
da presentada por la CIDH ante la destitución de tres a los magistrados que el Estado peruano pague los
magistrados del Tribunal Constitucional del Perú. El montos correspondientes a los salarios caídos y demás
Congreso peruano destihlyó a los magistrados por prestaciones que en confonnidad con su legislación les
Los PRONm:C'''.llENTOS HI ~/\TEnlA LAMP.AL DC iA LiJM,SIÓ/11/füRAMERiü\,'.,< 191
MIGUEL f. CANESSA MONH,
190

corresponda (Corte IDH 2009a: párrafo 110). La Corte el tribuP.,ll internacional que las normas ci < 1· ~u-
no urdena la reposición de los magistr-:1d is porque _.1uesto :1-> pueden justificar la demora dura,ü,;; <lños
antes de la promulgación de la sentencia, el propio del cumplimiento de las sentencias (Corte IDH 2006a:
Congreso peruano anuló la destitución y se reinstaló párrafo 225). La falta de reparación de la violación de
a los magistrados en el contexto de la recuperación de un derecho humano no puede fundam1cntarse por la
ausencia de recursos materiales, es decir la escasez no
la democracia en el Perú.
Enel Caso Acevedo Jaramillo y Otros vs. Perú consiste es un argumento para justificar el incumplimient11 de
en la demanda presentada por la CIDH contra el Es~ una obligación.
tado peruano por la violación de la protección judicial De allí la Corte resuelve:
(artículo 25, 2, e de la CADH) ante el incumplimiento «En el caso del cumplimiento :l'é' las sentencias que or-
de las sentencias emitidas por la Corte Superior de denen reponer a trabajadores en sus cargos o simi IMes,
Justicia de Lima y el Tribunal Constitucional del Perú, en el plazo deun año, el Estado debe restablecer t>n di-
que ordenan la reincorporación de los trabajadores chos puestos a las víctimas que se encuentren con vida
despedidos de la Municipalidad de Lima y el pago y, si esto no fuera posible, brindri,l<:>s alternativas de
de las remuneraciones, bonificaciones, asignaciones, empleo que respeten las condiciones, salarios y remu-
gratificaciones y demás beneficios que les fueron reco- neraciones que tenían al momento de ser despedidos.
nocidos al Sindicato en sus convenios colectivos en1Te Si no fuera posible reponer en sus puestos o en otros
similares a los trabajadores, el Estado debe proceder,
1989 a 1995.
En el caso de los trabajadores municipales merece en el pl 1:.c:o de un ,iño, al pago de una inderr.riizadón
por conc~0to de terminación de las relaciones laborales
destacarse dos aspectos. En primer lugar, la Corte
por causa i. 1ustificada» (Corte IDH 2OO6a: párrafo 318).
señala que: :,el derecho a la protección juJ.11.:ial sería
ilusorio si el ordenamiento jurídico interno del Estado Así, la Corte reitera el criterio expuesto en el caso
Parte permite que una decisión judicial final y obliga- Baena Ricardo y Otros donde la restitutio ín inte:,.:rum
toria permanezca ineficaz en detrimento de una de las resulta siendo el principio apropiado para la reparación
partes>) (Corte IDH 2006a: párrafo 219). Aquí la Corte a favor de trabajadores despedidos.
pone el énfasis de que el incumplimiento de las sen- El Caso de los trabajadores cesados del Congreso (Agua-
tencias significa una indefensión para los trabajadores do Alfara y Otros) vs. Perú fu.e la denuncia presentada
municipales, En segundo lugar, la Corte rechaza el por la Comisión contra el Estado peruano por su res-
argumento del Estado en condicionar el cumplimiento ponsabilidad en la violación del derecho a la protección
de las sentencias a contar con los recursos económicos judicial (artículo 25.1 de la CADH), al derecho a las
y las plazas para los trabajadores despedidos. Afirma garantías judiciales (8.1) y al deber de adoptar dispo-
192 MIGUEL F, (ANCSSA Momeio Los PRONui;~IAMlf' -~, rn ~'ATl:RIA lASO",'l DE LA COMISIÓfl IY'FlMHRl:'.l>'I:' 193

siciones del derecho interno (artículo 2), en perjuicio te numerosos ceses irregulares eH el St:"dor público.
de 257 trabajadores cesados del Congn·so. En efecto, el Asimismo, la Corte resalta que durante ese período
Estado peruano mediante resoluciones administrativas no existió una independencia e imparcialidad judicial.
cesó 1,110 funcionarios y servidores del Congreso, en- Concluye-la Corte que el cese dL· los trabajadores
tre los cuales se encuentran los 257 trabajadores, bajo del Congreso se produjo en un cont ··,to de impedimen-
el argumento de la reestructuración del personal del -os normativos y prácticos para asegurar un acceso real
Congreso y prohibiendo e;,presamente la posibilidad :1 la justicia y de una ausencia generalizada de garantías

de ir terponer la acción d.., amparo contra los efectos ·, ineficacia de las instituciones judiciales para afrontar
del mismo. A pesar de eliv, los trabajadores cesados hechos como los del presente caso, ;.•11r lo que el Estado
presentaron acciones de amparo contra las referidas penumo violó Ic,s artículos 8.1 y 25 de la Convención
resoluciones administrativas, pero éstas fueron dene- Amerkana en perjuicio de los 257 trabajadores (Corte
gadas judicialmente. IDH 2006e: pánafos 129-132).
La Corte recuerda que: Sin embargo, a diferencia de los últimos casos
«Al establecer si d Estado es responsable interna- analizados, la Corte varía d-; cdterio, decidiendo
donalmente por la alegada violación a los derechos que: ,da reparación consecuente :.:son las violaciones
-:onsagrados en los artículos 8.1 y 2.5 de la Convención declaradas es disponer que el Estado garantice a los
Americana, el aspecto susta.1.cial de la controversia ante lesionados en el goce de sus derechos o libertades
!a Corte no es si en el ámbito interno se emitieron sen- conculcados, a través del efectivo acceso a 1m recurso
tencias o resoluciones administrativas, o si se aplicaron sencillo, rápido y eficaz, p-.1rc1 lo cual deberá consti-
o no determinadas disposiciones de derecho interno, tuir a la mayor brevedad un organo independiente e
en relación con las violaciones que se alega fueron imparcial que c1,1-cnce con facultades para decidir en
cometidas en perjuicio de las presuntas víctimas de forma vinculante y definitiva si esas personas fueron
los hechos, sino si los procesos internos permitieron cesadas regular y justificadamente del Congreso de la
que se les garantizara un verdader., .1cceso a la justicia, República o, en caso contrario, que así lo determine
conforme a los estándares previstos en la Convención y fije !as consecuencias jurídicas correspondientes,
A.mericana, para determinar los derechos que estaban inclu~ive, en su caso, las compen.;aciones debidas en
tn conh·oversia,, (Corte IDH 2006e: párrafo 107). función de las circunstancias €é·¡--'" cíficas de cada una
Es sobre ese marco que la Corte se pronuncia so- de esas personas>) (Corte IDH 2006e: párrafo 148). De
bre el presente caso y tomando en consideración las este modo, la Corte no ordena la reposición de los
circunstancias en que ocurrieron los hechos, es decir, trabajadores cesados, a pesar que el cese es violatorio
en un escenario donde el gobierno de Fujimori come- de la Convención Americana. En la sentencia no hay
194 MIGlJi.l F. Coc,¡:sSA MONTEJO Los PRONlJNC•~MIH,f(); rn M\TEfüA lAÜORAL º' LA COMISIÓN INTERAMl'RlrNJA. 195

una justificación de este cambio de criterio, aunque \-poyándose en el Comité de Derechos Humanos
menciona qm. '.J. aplicación clel principio restitutio in de Naciones Unidas, la Corte establece que la destitu-
integrum debe aer en lo posible la fom1a de reparación ción de jueces por parte del Poder Ejecutivo antes de
del d 1ñn ocasionado por la infracción. la expiración del mandato para el que fueron nombra-
Podría haber adoptado la Corte esta modalidad dos, sin que se les dé razón concreta alguna y sin que
de reparc1..:ión en el presente caso al tomar en cuenta dispongan de una protección judicial efectiva para
tres factores específicos. En primer lugar, el compro- inl[lugnar la destitución, es incompatible con la inde-
miso del Estado peruano en constituir una comisión pL·nL1fücia judicial (Corte IDH 2008b: párrafo 43). La
multisectorial que revise los respectivos ceses. En se- C •"' , constata que en el presente caso los magistrados
gundo lugar, el Estado peruano publicó tres listados e, ,r,taron ccin un procedimiento previo a su destih1ción,
de ex trabajadores públicos cesados ·rregularmente, peru no se les garantizó la imparcialidad del tribunal
los cuales ascendían a 28,123 personds. La comisión violando el artículo 8 de la CADH (Corte IDH 2008b:
multisectorial revisaría esos listados. En tercer lugar, el párrafos 46-66).
Estado ptcruano alega que se han reincorporado 2,229 La Corte resuelve que el Estado venezolano debe
trabajadores cesados irregularmente, estando pendien- reintegrar al Poder Judicial a los magistrados desti-
tes otros 6,981 personas y se han realizado pagos de hlidos, si éstos así lo desean, en un cargo que tenga
compensación económica de 16,681 ex trabajadores. las remuneraciones, beneficios sociales y un rango
De este modo, la Corte podría haber evaluado que equiparable a los que les correspondería. si no hubieran
este tipo de reparación en su sentencia beneficiaría a sido destituidos. Si por motivos fundados, ajenos a la
un mayor número de trabajadores peruanos, más allá voluntad de las víctimas, el Estado no pudiese rein-
de los propios peticionarios. corporarlas al Poder Judicial en el plazo de seis meses
El Caso Apilz. Barbera y Otros ("Corte primera de lo ,1 partir de la notificación de sentencia, deberá pagar
contencioso administrativo") vs. Venezuela consiste en a cada una de las víctimas una reparación (Corte IDH
la destitución de los magistrados de esta Sala Judicial 2008':-i: párrafo 267). Así la Corte aplica como repara-
por supuestamente haber incurrido en un error judi- ción a la destitución de los magistrados venezolanos
cial inexcusable al conceder un amparo cautelar que el principio restitutio in integrum como regla general,
suspendió un acto administrativo. La CIDH considera mostrando que el caso de los trabajadores cesados en
que el Estado venezolano violó los artículos 8 (garantías el Congreso peruano ha sido una excepción.
judiciales) y 25 (protección judicial) de la Convención Una situación similar se reproduce en el Caso
Americana sobre Derechos Humanos. Reverán Trujillo vs. Venezuela donde se destituye arbitra-
riamente a la jueza María Cristina Reverón Trujillo. En

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196 MIGUEL E CANE5SA MOHTEJO LGS rRON• !'.,:i,•v:Er;-,,, rtATE~!~ LABOR/\\ Q¡ \_,\ ( ," . ER.Ol,1Efilto.~A 1t -

líneas generalt's en este caso se reproduce los mismos CADH) en per1lús:io de 233 mit>mbro'.'- del sindicar<>
términos que :l anterior. Así, la Corte Internmericc1:~~1 e'.:: la Emrresa de Servido de Agua Potable y Alc::an·
resuelve que el Estado venezolano violó los artículos tarillado de Lima rsEDAPAL), debido a que el E~tado
5, 8, 23 y 25 de la CADH, ordenando que Estado vene- peruano no les hnbría proveído un r•·n1rso efectivo
zolano reincorpore a ~.1 señora Reverón Trujillo, en el frente a la aplicación retroactiva ele leyes que entre
plazo máximo de seis meses a _partir de la notificación 1991 y 1992 eliminaron el sistema de escala salarial
de la sentencia, a un cargo similar al que desempeña- que los regía (artículo 25 de la C '\DH). Durante el
ba, con la misma remuneración, beneficios sociales y proceso los peticionarios solicitaron a la Corte que se
rango equiparables a los que le correspondería. En caso declare la responsabilidad del Estado po-r •ti,.''.- ·ión
contrario, deberá pagarle una reparación (Corte IDH del artículo 21 (derecho a la propiedad privadu., en
2009b: párrafo 209). De igual modo ocurre en el Caso razón que las referidas normas tuvieron consecuencias
Chocrón Chocrón vs Venezuela, donde una jueza penal sobre las remuneraciones percibidas por las víctimas y
es destituida en ausencia de las garantías mínimas de st> materializó con la apropiación de dichos bienes en
debido proceso y sin una adecuada motivación, sin la uso y disfrute.
posibilidad de ser oída y de ejer,''-"r sus derechos de El Estado peni.ano reconoció su responsabilidad
defensa, y sin haber contado con un recurso judicial internacional al haberse afectado la protección judicial
efectivo. La Corte ordena la reincorporación de la jue- de los trabajadores al aplicarse retroactivamente el
za a un cargo similar al que desempeñaba, en el plazo Decreto Ley 27586 de manera peyorativa al rebajar las
máximo de un año desde la notificación de la sentencia, kmuneraciones de los trabajadores, aplicar la rebaja
con la remuneración, los beneficios sociales y rango sobre las remuneraciones ya pagadas .'' no aplicar, a
equiparable a la achrc1Hdad, en caso contrario deberá partir de julio de 1992, el incremento,_:.• las remune-
pagarle una indemnización como reparación del daño raciones mensuales74. Sin embargo, el Estado peruano
(Corte IDH 2011d: r ', ·rafo 205). Lo que se modifica con no se allana sobre la demanda de los peticionarios de
estas sentencias es que la decisión de la reincorporación
le corresponde decidir al Estado venezolano. Se trata
de un cambio sustc1.ncial porque previamente era la
imposibilidad de lc1. reposición del trabajador lo que " Resulta ilustrativ<i la sentencia de 21 de julio de 1999 de la
Sala de Derecho :onstitucional y Social cie la Corte Suprema
permitía su sustitución por la indemnización. de Perú para justificar !a aplicación retroactiva del Decreto
El Caso Abril Alosilla y Otros vs. Perú consiste en ley 25786. Para la Sala !a norma tiene carácter interpretativo,
la demanda presentada por la CIDH ante la violación razón por la cual podría entrar en vigor en una fecha anterior
del derecho a la protección judicial (artículo 25 de la a pesar de haberse emitido en una fecha posterior (Ciiado en
Corte IDH 2011a: párrafo 74).

1
_J._
'.,:, PRONU/,CIAl.1'F.'JT05 <N '1'ATER•AIJ!BORJ\. 1)! lA .•.;MISIÓN lrlTflt;\1,, ;~tlA... 199
MIGUH F. CMJfS54 MONTé.;
198

haberse violado el artículo 21 de la CADH (Corte IDH descuento porcentual en las remuneraciones mensuales
que se impuso a las ':Íctimas. En conclusión, las vícti-
2011a: párrafos 17~25).
mas no pudieron gozar integralmente de su derecho
La Corte se concentra en evaluar si la aplicación
a la prop.i.édad sobre sus remuneraciones» (Corte l.JH
retroactiva de esta norma tuvo como consecuencia
2011a: párrafo 84).
que las víctimas dejaran de recibir el monto total de
su remuneración, toda vez 1 ¡ue sufrieron descuentos Por ende, d Esta, 1 ,. peruano también violó el artí-
y omisiones de incrementos que les correspondían. A culo 21 de la i~onvención Americana sobre Derechos
partir del concepto amplio de propiedad que viene de- Humanos.
sarrollando la jurisprudenci.a interamericana, la Corte El Caso Corte Supr"crna de Justicia (Quintana Coello y
considera que estos hechos h1vieron efectos negativos Otros) vs. Ecuador donde la CIDH ,.;,J[icita en la demanda
sobre derechos adquiridos de los trabajadores en re- la restih1ción de los 27 magistrados de la Corte Suprema
lación con la remuneración que hc1bía ingresado d su de Justicia ecuatoriana destituidos por una resolución
patrimonio (Corte IDH 201 la: párrafos 81-82). parlamentaria de 8 de diciembre de 2004, sin contar con
La Corte precisa: las ganntías mínimas del debido proceso, ordenando
también el pago de los salarios y los beneficios laboralt:;.;
«que el sistema de reajuste que tenían las víctimas
dejados d ,~ percibir desde que fueron cesados.
antes de la aplicación del Decri:'to Ley No. 25876 ha-
bía generado un aumento en la.,; remuneraciones que Aunque Ecuador se allana ante la demanda de la
ingresó a su patrimonio, lo cual implicó que pasara a CIDH, lo hace de una forma que se considera incom-
ser un derecho adquirido por las mismas. Cabe aclarar pleta por la Corte, de modo que prosigue el proceso
que no se trata de un derecho adquirido respecto a la contencioso (Corte IDH 2013a: párrafos 19~25). Al igual
aplicación del sistema de ratios salariales. El derecho que en los anteriores casos, la Corte establece que se ha
adquirido en cuestión hace referencia a los montos que producido la violación del debido proceso contra los
ya habían i.ngresado al patrimonio de los trabajadores, magistrados destihlidos, en razón que la destih1ción
así como et los incrementos al salario que se hubieran se produce un órgano incompetente que no les dio la
establecido bajo el sistema ele ratios hasta antes de su oportunidad de ser oídos, violando el artículo 8.1 de
derogación. La Corte considera que este derecho ad- la CADH. Asimismo, el Estado es responsable por la
quirido se vio afectado por la aplicación retroactiva del afectación arbitraria a la permanencia en el ejercido
referido Decreto Ley, la cual, según el allanamiento del de la función judicial y la consecuente afectación de
Estado, fue hecha en forma contraria al derecho in temo la independencia judicial (artículo 23.1.c y 1.1 de la
y sin q~e las víctimas contaran con protección judiciaL CADH), así como el acceso a un recurso judicial efectivo
La afectación patrimonial también se configuró por el (artículo 25.1 de la CADH).

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,JO MIGUEL f. tc~t' .A MoNiE!O _-_,, PRONU'KIAMl<"IHOS 'é:i r,1MEF ~•S'JOA ·,, 1A ce· ,é;: - ->'.'!:R•c~"' 20'.l.

Sin embar,00, la Corte valora que no es posible poder judicial, lo que se dificulta o hace imposible el
aplicar la restitución de los Magistrados en sus puestos reintegro. Por lo que c1 res,1r del pedid,,- de la CIDH y
en la Corte Suprema de Justicia solicitada por la CIDH, de los representantes de las víctimas, ordena la indem-
en razón a1 cambio constitucional ocurrido en el país nización como mecanisrn,, de reparación dejando de
en el 2008 y la posterior reestructur.1,:ión de la Corte l;,,1o la reintegración de L-~ vocales por .no ser posible
Suprema -actuahnente su numero es menor a los que {C11rte IDH 2013b: párrafos 258-264). Lu meritorio de
la integraban-, por lo que apoyándose enla jurispru- la jurisprudencia de la Corte es que el ~ropio tribunal
dencia de los casos Apitz Barbera y Chocrón Chocrón, intt:'rnacional efectúa la valoración de los hechos para
señala que la restihtción no resulta posible implemen- decdir la aplicación sustitutoria de la 'indemnización
tar por lo que correspond-2 .ma indemnización como en \'e:'. de la restih1ción de los jueces en ~1s puestos en
reparación (Corte IDH 2013::,: párrafo 213-215). Aunque la judicatura. De este modo aleja la eventualidad que
se apoya en las sentencias de los casos venezolanos, en sea el propio Estado violador quien decida el mecanis-
realidad la Corte se diferencia de ellas porque aprecia mo de reparación como se desprendía en el Caso Apilz,
directamente la imposibilidad de la reincorporación 'Jarbera y Otros.
de los magistrados y por eso decide la aplicación de la Estas sentencias de casos contenoosos ante la Corte
indemnización. Interamericana retratan que la protección por la viola-
El Caso del Tribunal Constitucional (Camba Campos •~iún de un derecho humano laboral -por ejemplo, el
y Otros) vs Ecuador se produce bajo el mismo contexto despido o la destihición injustificada, la disminución
político que el anterior, los ocho magistrados cons- de las remuneraciones, etc.- se produce de manera
titucionales son destituidos por una resolución del indirecta. Los casos se ventilan por la violación a las
Congreso de 25 de noviembre de 2004. Al igual que en garantías judiciales (artículo 8), al derecho de pro-
el anterior caso, la Corte concluye que se han violado piedad privada {artículo 21) o a la protección judicial
las ganntías judiciales establecidas en el artículo 8 de (artículo 25) consagrados en la Convención Americana.
la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Esto se explica porque t,;/110 la prohibición de la discri-
Lo sustancial es que la sentencia reproduce el análisis minación laboral, la prohibición de la esclavitud y de
anterior sobre la imposibilidad de restituir los ma- la servidumbre, la pmh ibición del trahc1jo forzoso u
gistrados en el Tribunal Constih1donal, en razón que obligatorio, la libertad sindical y la protección al menor
la Constitución ecuatoriana de 2008 crea una nueva trabajador están consagrados en la Convención.
Corte Constitucional con las modificaciones sobre su Asimismo, la Corte ha establecido que la reparación
conformación. La Corte resalta que estos magistrados del daño causado por la violación requiere su plena
sólo pueden ser nombrados en otro Alto Tribunal del restitución, de modo que el objetivo sería restablecer la
t.',l'iUEL f. (ANESS.A Mo:mn LOS PRONUfKIAM:EtlTOI ci; 1·.~Ill.'A LAJJJHc ~: LA COM:;;:jr, ,t.TERAME?.ICANA.. 2.03
202

situación pr,'\'ia al daño. Así, la Corte Interamericana El caso de los Cinco Pt 1";\mistas ·us. f!,T aborda el
aplica ;l ·rir: ipio re3titutio in integrum como L-> forma tema del pago d.-: lo.s pensior,es de jubil.h ·,n y el in-
de reparación apropiada para estos casos. En k1;:; casos cumplimiento de sentencias judiciales qw~ ,cdenan su
laborale.-, donde se ventila el despido o la d.estih1>:i{m de correcto pago. La CIDH sometió el caso c1:1te la Corte (4
trabajadores, si la Corte concluye que existe la violación de dici1::mbre de 2001), alegando que se habían violad
de la CADH, la aplicación dA princü1io significa la los artículos 21, 25 y 26 de la CADH en relación con
nulidad del despido o destih1ción con 1¡_¡ consiguiente las obligaciones establecidas en el art:LL1lo 1.1 y 2 del
reposición del trabajador afectado. Le corresponde a la tratad,.> internacional. La Corte se pronuncia en su fallo
Corte Interamericana valorar si no puede materic1Hzarse del 28 de febrero de 2003 señalando qu , ::fectivamente
la restitución, ordenando la indemnización como la se le habían violado a los peticionarios una serie de
sustitución a la reparación del d;.iño. derechos recogidos en la CADH. La importancia de la
Finalmente, el amplio contenido del derecho a la sentencia reside en tres aspech;s.
propiedad privada (artículo 21 de la CADH) formulada En primer lugar, la Corte analiza si el derecho a la
por la Corte le otorga una mayor cobertura de protec- pensión de jubilación puede considerarse un derecho
ción a los derechos laborales con carácter pecuniario. adquirido. Conforme a su interpretación del artículo
Esto se profundiza justamente el siguients::" acápite don- 21 de la CADH (derecho a L:1 propiedad privada),
de se analizan casos de pago y reajustes de pensiones cuand1_1 una persona recibe una ¡.-:iem;ión de acuerdo
de jubilación. a la legislación interna, ésta se trata de un derecho
adquirido y por ende se incorpora al patrim, ,nio de la
2.7. Los casos de seguridad social persona (Corte IDH 2003a: párrafo 102). No obstante,
los Estados pueden establecer limitaciones al goce del
El pago de las pensiones y sus reajustes ha sido
derech , .fo propiedad por razones de utilidad pública
uno de los temas laborales que ha abordado la Corte
o interés social. "En el caso de los efectos patrimoniales
Interamericana sustentado en el incumplimiento de
de las pensiones (monto de las pensiones), los Estados
las sentencias judiciales nacionales. Se han producido
pueden reducirlos únicamente por la vía legal adecua-
dos casos contenciosos contra Perú sobre esta materia.
da y por los motivos ya indicados» (Corte IDH 2003a:
Por un lado, el caso de los cinco pensionistas y, por
párrafo 116). En el presente caso, el Estado peruano
otro lado, el caso Acevedo Buendía y Otros (cesantes y
modificó arbitrariamente el monto dt:2 las pensiones
jubilados de la Contraloría). Asimismo, hay que tener
de los peticionarios y tampoco dio cumplimiento a las
presente en esta materia el caso 12670 ante la CIDH
sentencias judiciales que amparaban a los peticionarios
donde se abordó este tema y fue analizado previa-
(Corte IDH 2003a, párrafo 121).
mente.
-.A~ESSA MONHJO Los rno•.:J; :W,1!E"i: t,IATéT.iA L",JO~,-~ :;:U,,CGMiSlú<, 1/;TERAMERICA,,H . 205
204

En segu,do lugar, la Corte aborda el tema del En tercer lugar, aunque se aleja de la materia la-
desarrollo progresiyo de los derechos económicos, boral qu,' .'.Sel tema L'.,, interé:; del estudio, se analiza
sociales y culturales est,1blecido por el artículo 26 de si se pm.·.Jen incorporar otros derechos distintos a los
la Convención Americana. La CIDHy los representan- ya comprendidos en la dem3nda presentada por la
tes de las presunta,.; , :,_-timas alegan que al reducir el CIDH a la Corte. El tribunc1! internacional resuelve
Estado peruano las pensiones, se estaría incumplien- que goza de la facultad de ann lizar la violación o no de
do el artículo 26 por no cumplir con el deber de dar artículos de la Convención no incluidos en los escritos
el desarrollo progresivo de ios derechos sociales. La de la demanda; solicitudes, argumentos y pruebas, y
Corte discrepa con el crite.·io expuesto por la CIDH contestación de la demanda, C(1:1 base en el principio
respecto a la aplicaci(m del .1rtículo 26 de la Conven- iura novif curia. Sostiene la Corte que los peticionarios
ción Americana en el presente caso. Para el tribunal pueden invocar estos derechos porque son los titulares
internacional, en general, el desarrollo progresivo de de todos los deredtos consagrados en la CADH y no
los derechos económicos, s"dales y culturales se debe admitirlo sería und restricción indebida a su condición
medir en función de su creciente coberhtra, y del dere- de sujetos del Derecho Internacional de los Derechos
cho a la seguridad social y a la pensión en particular, Humanos (Corte IDH 2003a: párrafos 155-156).
sobre el conjunto de la población, teniendo presentes El Caso Acevedo Buendía y Otros ("Cesantes y Jubilados
los imperativos de la equidad social, y no en función de la Contraloría") vs. Perú consiste en la demanda de la
de las circu:ristandas de un muy limitado grupo de CIDH por el incumplimiento del Estado peruano sobre
pensionistas no necesariamente representativos de las resoluciones del Tribunal Constihtcionai del Perú
la sihtación general prevaleciente (Corte IDH 2003a: que ordena que la Contraloría General de la República
párrafo 147f'. cumpla con abonar a los 273 cesantes y jubilados las
remuneraciones, gratificaciones y bonificaciones que
perciben los servidores en actividad que desempeñan
En su Voto Concurrente. el Juez GARCIA RAMiREZ sostiene que
la Corte aún no ha tenido !a oportunidad de pronunciarse sobre
cargos idénticos, similares o equivalentes a los que tu-
la denominada progresividad de los derechos económicos, vieron ellos. Al igual que en el caso anterior, la CIDH
sociales y culturales que contempla el artículo 26 de la considera que la falta del reajuste en las pensiones
CAOH. Por lo que supone que esta materia será examinada significa la violación del derecho a la propiedad pri-
en el futuro. Resalta que el caso no ha permitido avanzar
sobre el tema, pero conviene destacar que "los derechos
vada (artículo 21 de la CADH) y el incu~plimiento
económicos, socíales y culturales tienen una dimensión tanto
individual como colectiva". Lo que se traduce en una titularidad
individual para aquella dimensión, que por supuesto puede ser de éste. Esa dimensión individual de los derechos es el que
compart'1do con otros miembros de la población o de un sector permite sustentar la "justiciabilidad" de estos derechos.
206 M1GU'1 f. CMii'oO>A MONTEJQ Los PROtsUl,C•AM•HITOS E'l l.'ftTOQ ~ l_>BOÑ.'.\lO:C L\ e, ·,,IÓN 11:1un1rn1,,,M.. 207

de las sentencias del Tribunal Constitucional peniano En segundo lugar, la Corte considera pertinente
la violación de la protección judicial (artículo 25 de la subrayar la interdependc:· ~-•\ que :,xiste entre los de-
CADH). En el presente caso ,"ontinuaremos abordando rechos civiles y políticos \ los económicos, sociales y
las dos principales materias resuPltas por el tribunal culturales, sin jerarquía e1' 'n' sí y exigibles en todos los
internacional proveniente del Casu Cinco Pensionistas: casos ante aquellas auton ..., "les que resulten competen-
la protección de las pensiones por el derecho de pro- tes para ello. Asimismo, la Corte resalta la ubicación del
piedad privada y el carácter progrPsivo de los derechos artículo 26 de la CADH dentro del instrumen~. • regional
económicos, sociales y culturale_~, donde se ubica el de derechos humanos en la f-'arte I, titulado Deberes
derecho a la seguridad social (artículo 26 de la CADH). de los Estados y Dert,_h1.JS Protegidos", por lo que 1,-.--;
En primer lugar, la Corte reitera ~1ue el derecho Estados Partes están sujetos a las obligaciones gen:.--
de propiedad protegido por el artículo 21 de la CADH rales contenidas en los artículos 1.1 y 2 del Convenio
abarca el uso y goce de los bienes, definidos como (Corte IDH 2009b: párrafos 100-101). De este modo la
cosas materiales apropiables, así como todo derecho Corte despeja cualquier cuestionamiento que le reste
que pueda forma parte del patrimonio de una perso- obligatoriedad dentro del Sistema Interamericano a los
na. Asimismo, esta protección incluye a los derechos der~chos económicos, sociales y culturales.
adquiridos en tanto se han incorporado al patrimonio La Corte reconoce 1~1 pilrticularidad de los derechos
de las personas. Siguiendo su sentencia del caso cinco sociales por el carácter prvgresivo de su cumplimiento.
pensionistas, la Corte señala que se produce una viola- Esto le otorga una flexibilidad en su cumplimiento en
ción del artículo 21 cuando se :incumplen sentencias que tanto puede lograrse de manera paulatina en el tiempo,
pretenden proteger el derecho a una pensión -derecho reconociendo que los países pueden sufrir dificultades
que ha sido adquirido por las víctimas de conformidad para asegurar su efectividad. Sin embargo, esto no le
con la normativa interna- (Corte IDH2009b: párrafos resta obligatoriedad en tanto los Estados deben adoptar
84-85). Por lo que concluye que el Estado peruano viola las providencias y brincL:ir los medios y recursos nece-
el referido artículo 21 cuando de manera prolongada sarios para garantizar su efectividad. Esta obligación
e injustificada incumple las res,)luciones judiciales de hacer -aunque no es la única- significa que el
internas (Corte IDH 2009b: párrafos 90-91). En líneas Estado debe rendir cu..:ntas sobre el cumplimiento del
generales, no hay una sustancial modificación sobre el derecho y puede ser exigido ante los órganos de control
criterio de la Corte Interamericana en reconocer que el ante su eventual vio' 1dón. Existe entonces un deber
pago y reajuste de las pensiones es un derecho adqui- condicionado de no regresividad en el cumplimiento
rido por los jubilados protegidos por el artículo 21 de del derecho social que resulta justiciable (Corte IDH
la Convención Americana. 2009b: párrafos 102-103). Así, la Corte contextualiza el

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208 Ml'.3U[l F. CANfiSA ~omEJo

escenario del carácter progresivo de un derecho social


en el marco de su cumplimiento, excluyenJn una lec-
tura que pretenda restarle su obligatoriedad o ubicarlo
como un derecho programático.
Bajo esta rnnstrucción teórica la Corte Interameri-
cana puede concluir:
<iPor lo tanto, teniendo en cuenta que lo que está bajo
análisis no es alguna providencia adoptada por el REFLEXIÓN FINAL
Estado que haya impedido el desarrollo progresivo
del derecho a una pensión, sino más bien el incum-
plimiento estatal del pago ordenado por sus órganos
judiciales, el Tribunal considera que los derechos afec-
tados son aquellos protegidos en los artículos 25 y 21
de la Convención y no encuentra motivo para declarar
adicionalmente el incumplimiento del artículo 26 de
dicho instrumento» (Corte IDH 2009b: párrafo 106).
E ste recorrido por el Sistema Interamericano de
Derechos Humanos nos muestra (/ redimensiona-
miento del Derecho Internacional del Trabajo, dejando
En ambas sentencias la Corte expone que el dere- a un lado la errónea. idea que esto se reduce al ámbito
cho adquirido por los pensionarios al pago y su reajuste protector de la OIT. En realidad, los derechos 1aborales
está definido por la norma que gozan al momento de son protegidos en los diversos sistemas normativos del
acceder a la pensión, incorporándose al patrimonio de Derecho Internacional donde se encuentran consagra-
las personas y protegido por el derecho de propiedad dos, siendo uno de ellos el Sistema Interamericano.
privada del artículo 21 de la CADH. A lo largo de la A lo largo del Estudio se ha podido retratar
jurisprudencia revisada, la Corte ha venido ampliando que los derechos humanos laborales en el Sistema
el contenido del derecho de propiedad privada, permi- Interamericano son un ordenamiento regional debi-
tiendo con ello proteger de mejor forma el menoscabo damenk estructurado, que se encuentra protegidos
que puedan sufrir las víctimas. Asimismo, la Corte en los procedimientos de control como lo muestran
resalta que el derecho de propiedad privada tiene lí- los pronunciamientos de la Comisión Interamericana
mites, los cuales pueden ser formulados por el Estado y de la Corte Interamericana, respectivamente. Estos
siempre se sustente en razones de utilidad pública o pronunciamientos que provienen del sistema de peti~
interés social y se produzca respetando la vía legal dones y de los casos contenciosos o de las opiniones
consultivas materializan la obligatoriedad de la que
adecuada para formularlos.
gozan los derechos laborales en el hemisferio.
210 MIGUEL F. Ci,!lé'iSA MONTl C

Si bien en la mayoría de los casos analt,-a.los la


jurisprudencia interamericana condena a los J::-;tados
por la violación de las garantías judiciales (articulo 8
de la CADH) 11 de la protección judicial (artículo 25
de la CADH), en vez de sustentarlos en los propios
derechos lab1'~c1les sustantivos. Esto se explica ··que
la mayoría de estos derechos se encuentran rec, c-',idos
en el Protocolo Adicional de San Salvador y no en la BIBLIOGRAFÍA
Convención Americana sobre Derechos Humanos -el
instrumento regional principal del sistema de protec-
ción inkramericano-. Sin embargo, como hemos visto,
esto no le ha impedido a la Comisión y a la Corte lugrar
resguardar los derechos laborales por la indefensión
que sufren en las jurisdicciones nacionales. ÁVILA, R., CAL1X1'1) í, y Otros
Respecto a la escasez de pronunciamientos de 1999 "Venezuela"
protección de los derechos laborales por los órganos En: Los derechos económicos, sociales y culturales: un desafio
de control, esta crítica deja de lado un aspecto central: impostergable. San José: Instituto Interamericano de Dere-
el carácter subsidiario de los sistemas regionales de chos Humanos.
derechos humanos. El objetivo no es convertir a los casos . \N<;:ADO TRIND ._ •m, Antonio Augusto
laborales ante la Corte Interamericana como una nueva .t 194 "La Proteccion Internacional de los Dered10s Económicos,
instancia judicial a nivel internacional. La propia selección Sociales y Culturales"
de demandas que somete la Comisión ante la Corte está En: Estudios Básicos de Derechos Hurrianos I. San José: Insti-
en función a la importancia del derecho violado y su tuto Interamericano de Derechos Humanos, Serie Esh1dios
relevancia para los sistemas normativos nacionales. de Derechos Humanos.
En mi opinión, el Sistema Interamericano de 1996 "La protección de los derechos humanos en el Sistema
de la Organización de Estados Americanos y el derecho
Derechos Humanos y la protección de los derechos interno de los Estados"
humanos laborales en el hemisferio ejemplifica la En: Protección Internacional de los derechos humanos de las
etapa de transición en que nos encontramos, donde mujeres. San José: Instituto Interamericano de Derechos
el redimensionamiento del Derecho Internacional del Humanos.
Trabajo lo convierte en uno de los pilares de la libertad 1998"Reflexiones sobre el futuro del Sistema Interamericano
en el mundo dei trabajo. de protección de los derechos humanos"

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