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DE CONFLICTOS
UNIDAD 5
El presente documento recopila información sobre la temática abordada en la quinta unidad del
curso:
Pasos para la resolución de conflictos
A partir de todo lo trabajado en el curso, se puede confluir en una herramienta que permite
sistematizar desde el análisis hasta la búsqueda de resolución del conflicto.
Para ello, se presentan los pasos en la resolución de conflictos, de manera que todo lo abordado
en el curso, se pueda poner en práctica.
Las habilidades a desarrollar son las trabajadas a lo largo del curso, por lo que se recurrirá a
ellas en la búsqueda de estrategias a implementar en toda la comunidad educativa. Ellas son:
Centramiento
Asertividad
Empatía
Manejo de emociones
- Comunicación eficaz: Escucha activa, Rapport y Comunicación no violenta
2. APLICACIÓN DE ESTRATEGIAS
Reconocer que lo normal es tener problemas, que no son más que situaciones inevitables que
todos compartimos, es el primer paso para abordarlos.
La facilidad para calmarse es el primer síntoma de que va a ser posible enfocar correctamente
el conflicto. Se trata de estar predispuesto a identificar y reconocer correctamente las causas del
problema, así como de sentirse capacitado para llevar a cabo acciones orientadas a resolverlos.
La orientación positiva hacia los conflictos debe implicar también la inhibición de respuestas
anteriores que se han demostrado poco útiles ante las nuevas dificultades. Todo ello conviene que se
desarrolle en un clima de calma personal suficiente, que permita llevar a cabo los pasos siguientes de
un modo correcto y creativo.
Recordar que una situación de conflicto nos brinda potencialmente la oportunidad para llegar a
un acuerdo o a la solución, puede favorecer una disposición positiva.
Mirar de frente los conflictos: hacerlos visibles en la interacción interpersonal y/o grupal, lo que
facilitará ponerle nombre a la situación.
Tomar una posición frente a los conflictos y a las personas: abordarlos o no y de qué manera.
La calidad de la relación interpersonal y el futuro de ella dependerán de la posición que se decida
tomar.
Considerar los intereses del otro en el proceso
Estar dispuestos a ceder en las posiciones personales para llegar a una salida
Beneficiarse ambas partes involucradas en el conflicto
Mantener, cuidar y enriquecer la relación, si es parte de las expectativas.
Del mismo modo, será importante considerar algunos principios básicos, como:
Pero además se trata de que esta información pueda llegar a ser compartida por todos los
implicados en el conflicto, es decir, se debe lograr que el análisis y la definición del conflicto puedan
llegar a ser comunes, así como también los objetivos que han de orientar su resolución.
Separar las personas del conflicto: implica concentrarse en los diversos aspectos de la situación
conflictiva y no en lo que nos enoja de la otra persona, evitando en lo posible atribuirle culpas
y malas intenciones.
Focalizar la definición del conflicto en los intereses de cada parte y no en la posición . Conviene
preguntar por qué o para qué la otra persona reclama lo que explicita. Pueden surgir allí las
razones por las que hace el reclamo: expectativas, sentimientos, necesidades, etc., que al no
conocerlas reducen nuestra comprensión del conflicto y también las posibilidades de resolverlo.
De igual modo, es conveniente tratar de hacer explícitas nuestras necesidades, expectativas,
deseos y sentimientos respecto del conflicto y del tipo de solución a la que queremos llegar.
Para que el conflicto se convierta en una oportunidad de cambio y crecimiento es necesario que
esté orientado a que durante su resolución, las personas desarrollen un proceso comunicativo
en el cual puedan sentirse revalorizadas y a su vez, reconocer al otro.
Muchos temas personales y sociales conflictivos adquieren una dinámica y se prolongan durante
tanto tiempo que acaban siendo incomprensibles. Este hecho, junto con la conveniencia de comprender
mejor las situaciones conflictivas, ha impulsado a muchos investigadores a proponer unas pautas para
Dependiendo de la situación problema, se podrá elegir una de las alternativas de análisis que se
exponen a continuación:
Alternativa 1:
Descripción del conflicto que se haya presentado haciendo una breve definición del mismo.
Historia del conflicto. Se agrega una explicación de la historia del conflicto en cuestión (origen,
evolución y situación actual)
Contexto: se describe el contexto en que se desarrolla el conflicto.
Presentación de las partes involucradas, características personales significativas que influyen en
el desarrollo del conflicto.
Tipos de problemas que ha generado el conflicto: hechos desencadenados, valores enfrentados,
intereses contrapuestos, percepciones erróneas que complican o crean el conflicto.
Análisis descriptivo de acciones y procesos que intervienen en la situación conflictiva.
Búsqueda de propuestas alternativas para solucionar el problema de modo justo, así como de
medios para regular el potencial conflictivo que está en juego en cada situación de controversia.
Alternativa 2:
Definición del conflicto: ¿cómo se llama lo que está pasando?, ¿qué nombre le pondría a este
problema o a este conflicto?, ¿qué evidencias tengo por las cuales siento que es un conflicto?,
¿de quién es el problema?, ¿quiénes están involucrados?
Identificación de sentimientos, necesidades y expectativas: ¿qué le pasa a “A”?, ¿qué esperará
“A” de esa situación?, ¿cómo le afecta esto?, ¿qué estará esperando “B”?, ¿cómo lo percibirá?
**La Alternativa 2 es la que se utiliza en este curso para aplicar los pasos para la resolución de
conflictos en la tarea final.
C) Formulación de objetivos
Para lograr una positiva definición de objetivos, se presenta este modelo compuesto por cuatro
condiciones, las que permiten llegar a definir objetivos concretos, aplicables, específicos, sanos con uno
y con nuestro medio, que dependan de quien lo define.
- En Positivo: dilo en positivo ¿qué es lo que SÍ deseas?, Pensar más en lo que deseo, que
en lo que no deseo.
- Controlable: ¿depende de mí?, ¿está en mis manos?, ¿cuáles serán las evidencias de logro?
- Específico: ¿dónde?, ¿cuándo?, ¿qué? y ¿con quién?
- Ecológico: ¿Le causa daño a mi sistema personal, familiar o social?
Un elemento adicional para definir objetivos en pos de la resolución del conflicto abordado es
determinar:
LA CREATIVIDAD
La estrategia que sigue pretende provocar en las personas un momento particular de desarrollo
creativo para así poder conocer de manera más eficaz el modelo de pensamiento y el contexto que
apoya sus procesos creativos.
Robert Dilts (precursor de la PNL) concluyó que Walt Disney se movía por tres estados distintos
cuando producía su trabajo. Dilts los denominó Soñador, Realista y Crítico. Cada una de estas tres
etapas tiene una fisiología distinta y el estudio concluye que ese mismo modelo de pensamiento puede
ser empleado por los individuos que quieren mejorar su funcionamiento creativo.
Un soñador gira entre innumerables fantasías, deseos e ideas audaces o absurdas sin límite ni
juicio. Nada es censurado. Nada es demasiado absurdo o ridículo. Todas las cosas son posibles para el
soñador. Para ser soñador, cabe preguntarse: Si yo pudiera agitar una varita mágica y hacer lo que
quisiera, ¿qué crearía?, ¿cómo se vería?, ¿qué podría hacer con ello?, ¿cómo me haría sentir?, ¿cuál es
la idea más absurda que puedo concebir?
El realista
Los realistas ven las ideas del soñador como algo realista y factible. Tratarán de encontrar la
manera de hacer que las ideas trabajen y les darán un orden significativo. Para el realista, las preguntas
son: ¿cómo puedo hacer para que esto suceda?, ¿cuáles son las características y aspectos de la idea?,
¿puedo construir ideas a partir de las características o aspectos?, ¿cuál es la esencia de la idea?, ¿puedo
extraer el principio de la idea?, ¿cómo puedo usar la esencia de la idea para hacerla más realista?
Esta es la fase del análisis. Aquí se plantean las ideas de la fase anterior y se descartan las que
no sirven.
El crítico
Examina todas las ideas y trata de hacer agujeros en ellas como abogado del diablo. Para ser
crítico, pregúntese: ¿cómo me siento al respecto?, ¿es esto lo mejor que puedo hacer?, ¿qué podemos
hacer mejor?, ¿tiene sentido esto?, ¿vale la pena invertir mi tiempo en esta idea?, ¿puedo mejorarla?
Aquí se evalúa qué es lo que hace falta en nuestro proyecto y cuáles son los puntos de vista que no se
tuvieron en cuenta. Esta fase sirve para descubrir las faltas de las etapas anteriores. Desde esta posición
se tendrá la distancia suficiente para darle otra mirada.
Tras “dar la vuelta” desde el soñador al crítico, se puede volver a soñar y llegar a criticar dicha
alternativa, para quedarse con la mejor opción a implementar.
Se formularán preguntas de reflexión como: Ante las alternativas propuestas, ¿cuál parece más
posible de ejecutar?, ¿cuál se acerca más al objetivo deseado?, ¿cuál es su esencia?, ¿de qué modo se
puede llevar a cabo?, ¿es factible su realización?, ¿de qué maneras verificaremos que es la mejor
opción?, ¿cuál alternativa podría suplir a la elegida, si ésta no diera los resultados esperados?
Un último aspecto a no perder de vista al momento de evaluar las alternativas, es tener presente
el objetivo que se ha planteado para la resolución del conflicto.
Una vez tomada una decisión y que se ha operativizado su puesta en marcha, a partir de los
resultados y su relación con los indicadores de evaluación propuestos, será posible dar por válida la
solución o, en caso contrario, iniciar de nuevo el proceso de búsqueda de soluciones al conflicto original.
Gil, R., Mínguez, R. y Ortega, P. (1994). Educación para la convivencia. La tolerancia en la escuela. Valencia: Nau libres.
Ianni, N. y Pérez, E. (2000). La convivencia en la escuela: un hecho, una construcción. Hacia una modalidad diferente en el
campo de la prevención. Buenos Aires: Paidós.