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II Ciclo de la vid
III Maduración
IV Tipos de suelos
V Climatología
B) Plagas
Zarcillo de vid.
La uva para vinificación que todos conocemos procede de la Vitis vinifera, que se
presenta en miles de variedades gracias a la intervención del hombre.
Vitis vinifera.
La vid silvestre también se ha utilizado en el cultivo, pero como pie en los injertos para
combatir las plagas de algunos insectos como la Filoxera.
El fruto de la vid (la uva) es una baya que forma racimos gracias a la estructura del
raspón, que sujeta las uvas y les proporciona las sustancias alimenticias. Si el raspón es largo,
el racimo tendrá un aspecto lacio o suelto como en las uvas de mesa; si es corto, el racimo
será compacto y apretado como en las uvas de vinificación.
Hollejo: es la película exterior que, a su vez, está recubierta por una sustancia
cerosa denominada pruina. En ella, se sitúan las levaduras de primera fase,
responsables de arrancar el proceso de la fermentación alcohólica. En la piel de la
uva también se encuentran las sustancias colorantes del futuro vino, llamadas
antocianos, y el aroma de cada variedad. Durante la vinificación pasan a
denominarse orujo y, por medio de la destilación, se elaboran diversas bebidas
espirituosas.
Pepitas o granillas: son las semillas y tienen un gran valor como subproducto de
la vinificación. Se utilizan para elaborar aceite, abonos y en cosmética.
5 kg de raspones
7 kg de hollejos
4 kg de pepitas
84 kg de pulpa
La vid pasa por un ciclo vegetativo anual con unos periodos muy definidos y
reconocibles:
Brote: las yemas comienzan a hincharse y aparece una borra blanca, por lo que a
este periodo se le conoce también como desborre. Después, las primeras partes
verdes, llamadas mariposas, sustituyen la borra. El brote también depende de la
temperatura y la variedad de uva así como de la climatología del invierno. Suele
aparecer entre marzo y abril.
Inflorescencia.
‒ Periodo del envero: tiene una duración de un solo día para cada grano de
uva. Como característica principal observamos un cambio de color en la baya y
un cese momentáneo del crecimiento. En este momento, las pepitas alcanzan
su madurez fisiológica, es decir, serían capaces de germinar.
Uva pasa.
Viña en invierno.
III. Maduración
Cómo determinar que la uva está madura, es decir, lista para ser vendimiada, es uno
de los aspectos más subjetivos en viticultura pues depende, en gran medida, del interés del
técnico además de factores como el color o el peso del grano de uva.
Por tener un índice objetivo al margen de las necesidades o el gusto del viticultor,
decimos que se basa en dos parámetros: contenido en azúcares y acidez.
En todo caso, los suelos más adecuados son los pardocalizos con textura arenosa. Las
labores comunes a prácticamente cualquier zona vitícola son las de abrir la tierra para permitir
el paso de la humedad, abonos y tratamientos.
La viña extrae del suelo dieciséis elementos básicos. Unos proceden de la tierra y otros
del aire.
V. Climatología
Al igual que la vid puede cultivarse en los más diversos terrenos, también encontramos
viñas en zonas climáticas absolutamente diferentes. Tenemos excelentes vinos tanto en
Málaga como en Huesca, por ejemplo, y las temperaturas medias, lluvias y horas de sol son
muy distintas.
En cuanto a las lluvias, las precipitaciones ideales se sitúan entre 350 y 600 mm. Si
llueve mucho, la uva almacena mucha agua y pierde calidad y si llueve poco, y la temperatura
es alta, son las hojas además de los racimos los que más sufren.
Fuente: http://www.infoagro.com/viticultura/vinas.htm
De igual forma, son importantes las horas de sol y, aplicando una sencilla fórmula,
decimos que si de los días que transcurren entre el lloro y la vendimia, los días nublados son
inferiores a la tercera parte, la cosecha será buena.
A partir del envero, las lluvias casi siempre perjudican porque facilitan la proliferación
de hongos y otras enfermedades.
Pero la mejor lucha contra las pérdidas que ocasiona el granizo es un buen seguro
agrario.
Procede de EE. UU., pero llegó a Europa a finales del siglo XIX. Ataca a todos los
órganos verdes, pero los daños más graves los produce en el racimo al reventar el grano
debido al cese de crecimiento del hollejo.
Envés de la hoja dañada por Oídio. Uva rota por efecto del hongo.
Haz de hoja de viña con Mildiu (manchas de aceite). Envés: pelusa blanquecina.
Como en todas las enfermedades, lo mejor es prevenir. Labores sencillas como drenar
la parte baja del viñedo ayudan a evitar su aparición. Tradicionalmente, se combate el Mildiu
con una solución de sulfato de cobre denominada caldo bordelés aunque con ciertas
restricciones, pues el cobre se acumula en el suelo.
Se prepara con 100 g de sulfato de cobre, 17 g de cal viva (óxido de cal) y 10 l de agua
en dos recipientes de plástico (nunca aluminio). Primero se disuelve el sulfato en 1 l de agua.
Como el sulfato diluido tiende a irse al fondo, se suele meter en una bolsa de tela y se cuelga
casi en la superficie del agua. Luego se apaga la cal viva con 0,8 l de agua (¡cuidado, quema!)
y se deja hasta que se enfríe. Después se añaden 8 l de agua y se filtra para que no atasque el
pulverizador. Por último, cuando se vaya a usar, se mezclan ambos líquidos y hay que usarlo
inmediatamente, no se puede guardar. Se pueden guardar los dos líquidos sin mezclar.
Este hongo está extendido por todo el mundo, pero dependiendo de la zona unos
viticultores le sacan partido y otros luchan contra su aparición. Ataca principalmente a los
racimos, lo que produce una pérdida de agua que puede beneficiar la concentración de
azúcares y acidez. Las áreas que elaboran los clásicos vinos procedentes de uvas con botritis
son: Sauternes (Francia), la zona de elaboración del Beerenauslese (Alemania) y Tokaj
(Hungría).
Dadas las cualidades que aporta a los vinos, la podredumbre gris también se conoce
como podredumbre noble y aporta a los caldos que se elaboran con las uvas atacadas una
sensación aterciopelada o grasa además de un sabor dulce muy peculiar.
Hongos de la madera
Los microorganismos también atacan la parte lignificada de la vid. Los más extendidos
son:
Eutiposis (Eutypa lata): este hongo penetra por los cortes de poda, lo que produce
una brotación anormal con hojas cloróticas (manchas blanquecinas) y racimos que
no cuajan adecuadamente. Si no se trata, la cepa puede morir.
Las medidas más importantes son las que tienen que ver con una poda adecuada
e injertos sobre la cepa enferma para tratar de recuperarla.
Plagas
Filoxera
Es un temido pulgón (Phylloxera vastatrix) con un ciclo de vida muy curioso. Las
hembras aladas ponen sus huevos en el envés de las hojas. Nacen machos y hembras que se
reproducen casi inmediatamente, y el macho muere después. Las hembras viven hasta que
ponen huevos en los sarmientos en invierno.
En primavera, nacen unos insectos asexuados que forman bultitos en las hojas que se
denominan agallas y se reproducen por partenogénesis (división de células femeninas para
formar un nuevo ser sin necesidad de las masculinas).
Cuando termina el verano, se trasladan a las raíces y ponen unos 30 huevos por
individuo y pasan el invierno en letargo. En primavera, comienzan de nuevo su ciclo con el
nacimiento de insectos alados que llegarán hasta las hojas, no solo de su cepa, sino también a
las cercanas con ayuda del viento.
En España, apareció a finales del siglo XIX en el sur y más tarde se extendió a
prácticamente toda la península. Los viñedos de las islas Canarias no se vieron afectados, así
que todavía se disfruta allí de vinos elaborados con uvas de variedades sin modificar.
La filoxera casi destruye el viñedo europeo y pudo controlarse únicamente gracias a los
injertos de variedades europeas sobre variedades americanas de raíces resistentes.
La polilla es doblemente dañina, pues ataca al fruto y le produce heridas por donde
penetran otras infecciones como hongos o bacterias. Se combate con técnicas químicas
(pulverizaciones) y biológicas (confusión sexual).
Mosquito verde
Termitas
Atacan la parte leñosa de la cepa y dejan el tronco hueco. Producen una gran debilidad
en la planta. Lo mejor es utilizar tratamientos preventivos en la poda y la madera sobrante.