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INTRODUCCIÓN
Existe una estrecha vinculación entre las normas conflictuales de cada país y sus
propias normas sustantivas, así como entre las normas conflictuales y el Derecho
material extranjero, lo que obliga en la medida de lo posible a coordinarlas para
lograr la armonía internacional de las soluciones, que constituye una de las
principales finalidades de la disciplina.
DESARROLLO
Se trata del recurso de casación interpuesto por la demandante, doña María Teresa
Parodi Fernández Prada, contra la sentencia de vista de fojas trescientos sesenta y
cuatro, su fecha veintitrés de octubre del dos mil ocho, que revocando la apelada
obrante a fojas trescientos treintiseis, fechada el primero de agosto del dos mil ocho,
declara improcedente la demanda; en los seguidos con don David Richard Gálvez
Parodi y otros sobre declaración de muerte presunta.
La Sala mediante resolución de fecha cinco de mayo del dos mil nueve, obrante a
fojas dieciséis del cuadernillo formado en este Supremo Tribunal ha estimado
procedente el recurso sólo por la causal de contravención de las normas que
garantizan el derecho a un debido proceso; expresando la recurrente como
fundamentos: que la Sala Revisora afecta el derecho al debido proceso de la
recurrente toda vez que declara improcedente la solicitud alegando que los
Tribunales Peruanos no tienen competencia en el presente caso por tratarse de una
causa que versa sobre la capacidad y estado de una persona que habría tenido su
último domicilio en el extranjero y que, conforme al derecho internacional privado, no
se han dado los supuestos contemplados en el artículo
2062 del Código Civil y que entonces no es competente el Juez Peruano; sin
embargo, la demanda sí es procedente por cuanto el inciso 2° del artículo 2062 del
Código Civil, que es una norma de derecho procesal internacional privado señala que
los Tribunales Peruanos son competentes aún contra personas no domiciliadas en el
Perú, cuando las partes se han sometido a la jurisdicción nacional compareciendo al
proceso sin oponerse a la jurisdicción, que es lo que sucede en el presente caso
puesto que la curadora procesal del presunto muerto no cuestionó la competencia
sino que procedió a absolver la demanda.
CONSIDERANDO:
PRIMERO.‐ Que se está frente a una relación jurídica de carácter internacional
cuando uno de sus elementos relevantes está vinculado a un ordenamiento
jurídico extranjero de modo que se considere el asunto sujeto a las normas del
derecho internacional privado; pudiendo ser estos elementos relevantes, el domicilio
de las personas, la ubicación de sus bienes etc.; que en el presente caso, la
recurrente solicita la declaración de muerte presunta de José Gálvez Tafur quien
habría tenido su último domicilio en la ciudad de Oakland, estado de California,
Estados Unidos de Norteamérica.
SEGUNDO. ‐ Que, sustentada así la pretensión, resulta evidente que existe un
elemento relevante que lo vincula al derecho internacional privado, esto es, el hecho
de que la persona cuya muerte presunta se solicita no domicilia en el territorio de la
República. En efecto, el Código Civil, en su Libro X sobre Derecho Internacional
Privado, artículo 2057, establece como regla general que los Tribunales
peruanos son competentes para conocer de las acciones contra “personas
domiciliadas en el territorio nacional”; lo que significa que no serían competentes
nuestros tribunales cuando las pretensiones son dirigidas contra personas
domiciliadas en el extranjero, como ocurre con el presunto muerto José Gálvez
Tafur, que tuvo su último domicilio procesal en los Estados Unidos de Norteamérica.
TERCERO. ‐ Que no obstante ello, nuestro Derecho Internacional Privado introduce
excepciones a la precitada regla de competencia, regulando en el
artículo 2062 del Código Civil que: “Los tribunales peruanos son competentes para
conocer de los juicios originados por el ejercicio de acciones relativas al estado y la
capacidad de las personas naturales, o a las relaciones familiares, aun contra
personas domiciliadas en país extranjero, en los casos siguientes:
1. Cuando el derecho peruano es el aplicable, de acuerdo con sus normas de
Derecho Internacional Privado para regir el asunto.
2. Cuando las partes se sometan expresa o tácitamente a su jurisdicción, siempre
que la causa tenga una efectiva vinculación con el territorio de la República”.
CUARTO. ‐ Que, en tal virtud, corresponde verificar si el presente caso se ubica en
una efectiva vinculación con el territorio peruano; que en esa línea, de autos se
verifica que ante el desconocimiento exacto del domicilio del presunto muerto y luego
de las publicaciones de ley, se ha procedido al nombramiento de curador procesal a
favor de José Galvez Tafur, quien mediante escrito de fojas setentiseis absuelve la
solicitud sin cuestionar en modo alguno la competencia de los Tribunales Peruanos
respecto de un no domiciliado en el territorio de la República; falta de
cuestionamiento de competencia que la actora recurrente califica como acto tácito
que revela sometimiento a dicha competencia, tesis a la cual también se acoge el
Fiscal Adjunto Supremo Titular conforme se advierte del dictamen de fojas
dieciocho del Cuadernillo Supremo.
SEXTO. ‐ Que sin embargo, esta Sala de Casación disiente parcialmente de dicho
criterio toda vez que, de principio, tratándose de actos realizados por un curador
procesal no pueden calificarse éstos como manifestaciones reales de la voluntad de
la persona que representa dado que el nombramiento del curador no ha
obedecido tampoco a la voluntad de dicha persona sino a mandato del juzgador; tan
es así que nuestro propio ordenamiento procesal civil no considera la falta de
impugnación por parte del curador procesal de resolución final adversa
consentimiento de la misma, puesto que establece en el inciso 2° de su artículo 408,
que ésta debe ser elevada en consulta; no obstante ello, este Supremo Tribunal
estima que tampoco puede soslayar el Principio básico que la finalidad concreta del
proceso es resolver un conflicto de intereses o eliminar una incertidumbre, ambas
con relevancia jurídica, ya que, en este caso en particular, de acuerdo a los medios
probatorios obrantes en autos, se advierte claramente que la causa tiene una
efectiva vinculación con el territorio de la República, dado que el presunto muerto
nació en este país y aquí también se casó con la actora y tuvo hijos con ella,
adquiriendo un bien inmueble ubicado también en territorio peruano y su divorcio ha
sido igualmente declarado por Tribunal Peruano; de tal modo que en este caso en
particular el silencio del curador procesal sí puede interpretarse como sometimiento
tácito a la competencia de los Tribunales Peruanos.
SETIMO.‐ Que por consiguiente, la Primera Sala Especializada de Familia sí es
competente para conocer de la presente solicitud de Declaración de Muerte
Presunta; consecuentemente, la declaración de incompetencia de dicho órgano
jurisdiccional afecta el derecho al debido proceso de la recurrente; habiendo lugar
entonces a casar la sentencia de vista, de conformidad con el artículo 396, inciso 2°,
numeral 2.1 del inciso 2° del Código Procesal Civil, en su texto original, a efecto de
que la Sala de Familia de su procedencia dicte nueva sentencia con arreglo a ley.
DECISIÓN:
Así, nuestra norma ha establecido la inversión del método conflictual, de modo que el
juez peruano será competente cuando el Derecho aplicable a dicha universalidad
resulte ser la ley peruana.
Dado el carácter bilateral de la regla de conflicto, puede suceder que la ley material
extranjera designada aplicable contenga disposiciones contrarias a nuestras
concepciones morales o jurídicas, al punto tal que el juez nacional se niegue a
aplicarla. Se dice, entonces, que se descarta la ley material extranjera por ser
contraria al orden público internacional.
El artículo 2049 precisa que la presente excepción está referida sólo al segundo. Sin
embargo, la misma expresión es equívoca porque, si bien incluye a los derechos
humanos consagrados en los tratados internacionales que obligan jurídicamente a
los Estados, también comprende a los llamados derechos propios de cada cultura,
como es el caso de la monogamia y la poligamia.
“Las disposiciones de la ley extranjera pertinente según las normas peruanas de DIPr
serán excluidas sólo cuando su aplicación sea incompatible con los principios
fundamentales de nuestro Derecho. Rigen, en este caso, las normas del Derecho
interno peruano”.
Conflictos adquiridos
El factor temporal también puede intervenir en la elección del factor de conexión. No
obstante, en nuestra legislación, para que un derecho adquirido en el extranjero sea
respetado deben observarse las reglas conflictuales del foro, a tenor de lo dispuesto
en el artículo 2050 del Código Civil, el cual dispone:
Domicilio
Internacional
Resuelta de manera diferente por órganos de los distintos estados, que aplican al
caso, lógicamente distintos sistemas que pueden conducir a resultados distintos
dependiendo del país.
Desde el punto de vista filosófico, no solo resulta útil sino conveniente el análisis de
las diferentes teorías que en torno a los fundamentos del derecho internacional han
expuesto los autores, con el fin de rechazar o afirmar, según cada posición, el
contenido, el carácter y el fundamento jurídico de esta disciplina y su praxis.
Según CAMARGO
Desde el punto de vista filosófico, no solo resulta útil sino conveniente el análisis de
las diferentes teorías que en torno a los fundamentos del derecho internacional han
expuesto los autores, con el fin de rechazar o afirmar, según cada posición, el
contenido, el carácter y el fundamento jurídico de esta disciplina y su praxis.
En las teorías normativistas se distinguen, a su turno, dos vertientes, una que estima
que el derecho extranjero (tesis o teoría de la extranjería del derecho extranjero), y
otra que exige, para su aplicación extraterritorial, acudir a los recursos de
incorporación, apropiación o nacionalización del derecho internacional al derecho
nacional.
Existe una contradicción entre los de los articulo 2046 y 2057, el primero habla, que
los derechos civiles son comunes entre peruanos y extranjeros, si hablamos de
domicilio podría decir que ambos domicilios son válidos; mientras el segundo, que
solo los tribunales peruanos son competentes para conocer de las acciones contra
personas domiciliadas en el territorio nacional, si su domicilio es en extranjero
no sería competente los jueces peruanos.
El DIPr, según la doctrina privatista, tiene por objeto la relación privada internacional,
vale decir, aquella en que algunos de sus elementos esenciales: sujeto, objeto,
hecho o acto jurídico, se localizan en diversos países. En lo que respecta al
contenido, nosotros nos adscribimos a la concepción amplia de la escuela francesa,
según la cual nuestra disciplina trata del goce, ejercicio y sanción de los derechos. El
artículo materia de comentario concierne al goce de los derechos, requisito previo
para el ejercicio de los mismos del que se ocupa el conflicto de leyes, que es
la materia medular del Derecho Internacional Privado.
Los tribunales peruanos sí son competentes para conocer de las acciones contra
personas domiciliadas en el territorio nacional.
Al respecto, el Título Segundo del Libro X establece las normas de jurisdicción
internacional peruana. Es decir, las normas que a falta de tratado definen cuándo el
juez peruano es competente en una relación jurídica con elementos vinculados a
más de un Estado. Lo ideal sería que todos los Estados tuvieren en común un
sistema de competencia jurisdiccional internacional (CJI). Así, se podría
establecer a priori qué jueces serán competentes para cada categoría de
relaciones. Esto h a r í a posible asegurar que una vez que la autoridad
jurisdiccional de un Estado nacional determinado asume competencia en un
conflicto concreto, las otras jurisdicciones se inhiban de conocer el caso. Sin
embargo, no hay por el momento normas internacionales que establezcan un
sistema armonizado de jurisdiccional internacional y cada Estado debe tener y tiene
sus propias normas de CJI.
En general, los Estados suelen estar inclinados a conceder a sus tribunales una
competencia territorial más amplia de la que están dispuestos a reconocer a los
tribunales extranjeros. No hay regla de Derecho Internacional que impida tal
discordancia. Vemos pues, que la determinación de la competencia de los
tribunales de cada Estado queda a criterio de cada legislador nacional, y es él quien
resuelve de acuerdo con lo que a su juicio resulte el punto de vista fundamental de
su jurisdicción, los alcances de la misma.
En forma sucinta podemos señalar que para el demandante existirán dos puntos
principales de interés. ¡El primero consistirá en entablar la acción ante un tribunal en
el que espera poder ejecutar su sentencia; esto es lo que se llama el principio de
efectividad! De poco servirá al accionante ganar un pleito ante los tribunales de su
Estado nacional si a la hora de cobrar la suma adeudada no existen bienes en el
territorio de la referida jurisdicción y todo esfuerzo será vano, si luego determina que
de acuerdo con las reglas de competencia indirecta del Estado en el que puede
cumplirse la orden judicial, la sentencia en cuestión no pueda ser ejecutada. Es
necesario para el demandante encontrar un criterio que permita la efectividad de
las sentencias que se dicten. Este interés de la parte demandante es también
interés del legislador del Estado, pues no parece aceptable pretender que se invita
el esfuerzo de su maquinaria judicial y el tiempo de sus magistrados, en emitir
resoluciones que no puedan ser ejecutadas por carecer de una vinculación efectiva
suficiente con la relación en cuestión.
El segundo interés del demandante es que su acción sea estimada por un tribunal
que le sea fácilmente accesible. Este segundo interés solo podrá ser protegido por
el legislador cuando no colisione con el interés del demandado. Vale decir,
la elección del tribunal por la parte demandante solo podrá ser aceptada cuando el
tribunal elegido guarde una real y efectiva vinculación con el demandado. De lo
contrario se recortaría el derecho del mismo a comparecer y defenderse en el juicio.
CONCLUSIONES
SEGUNDO: El inciso 2° del artículo 2062 del Código Civil, que es una norma de
derecho procesal internacional privado señala que los Tribunales
Peruanos son competentes aún contra personas no domiciliadas en el
Perú, cuando las partes se han sometido a la jurisdicción nacional
compareciendo al proceso sin oponerse a la jurisdicción, que es lo que
sucede en el presente caso. Los tribunales peruanos no son
competentes para personas que su último domicilio fue en el extranjero
así lo establece en el artículo 2057.
IV.
BIBLIOGRAFÍA