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I.

INTRODUCCIÓN

En las últimas décadas, en la medida en que se han desarrollado en el ámbito


mundial los medios de transporte y las telecomunicaciones. El hombre común, como
decía Laurent, ha pasado a ser un ciudadano del mundo. Por lo que, en la
actualidad en el Perú, el libro X del Código Civil es uno de los más desconocidos
por los operadores nacionales del Derecho, a pesar de que las relaciones privadas
internacionales se han multiplicado aceleradamente.

En la actualidad el Derecho Internacional Privado (DIPr), ha ido desplazado en su


interés y desarrollo a las conciernen al derecho aplicable al fondo concerniente a las
cuestiones procesales y relaciones, tratándose de esta manera de un cambio
relacionado con el aumento de casos de DIPr, es decir, han ido dando paso a
soluciones más homogéneas, cuando no, directamente, a la unificación de
soluciones materiales. Así, una parte significativa de los quebraderos de cabeza
suscitados por la pugna histórica entre la nacionalidad y el domicilio como puntos
de conexión para las relaciones, han perdido relevancia con la generalización
del recurso a la residencia habitual.

Existe una estrecha vinculación entre las normas conflictuales de cada país y sus
propias normas sustantivas, así como entre las normas conflictuales y el Derecho
material extranjero, lo que obliga en la medida de lo posible a coordinarlas para
lograr la armonía internacional de las soluciones, que constituye una de las
principales finalidades de la disciplina.
DESARROLLO

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA, vista la causa número seiscientos treinta y siete – dos mil nueve, en el
día de la fecha y producida la votación con arreglo a Ley; emite la presente
sentencia:

1. MATERIA DEL RECURSO

Se trata del recurso de casación interpuesto por la demandante, doña María Teresa
Parodi Fernández Prada, contra la sentencia de vista de fojas trescientos sesenta y
cuatro, su fecha veintitrés de octubre del dos mil ocho, que revocando la apelada
obrante a fojas trescientos treintiseis, fechada el primero de agosto del dos mil ocho,
declara improcedente la demanda; en los seguidos con don David Richard Gálvez
Parodi y otros sobre declaración de muerte presunta.

FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE HA DECLARADO PROCEDENTE EL


RECURSO:

La Sala mediante resolución de fecha cinco de mayo del dos mil nueve, obrante a
fojas dieciséis del cuadernillo formado en este Supremo Tribunal ha estimado
procedente el recurso sólo por la causal de contravención de las normas que
garantizan el derecho a un debido proceso; expresando la recurrente como
fundamentos: que la Sala Revisora afecta el derecho al debido proceso de la
recurrente toda vez que declara improcedente la solicitud alegando que los
Tribunales Peruanos no tienen competencia en el presente caso por tratarse de una
causa que versa sobre la capacidad y estado de una persona que habría tenido su
último domicilio en el extranjero y que, conforme al derecho internacional privado, no
se han dado los supuestos contemplados en el artículo
2062 del Código Civil y que entonces no es competente el Juez Peruano; sin
embargo, la demanda sí es procedente por cuanto el inciso 2° del artículo 2062 del
Código Civil, que es una norma de derecho procesal internacional privado señala que
los Tribunales Peruanos son competentes aún contra personas no domiciliadas en el
Perú, cuando las partes se han sometido a la jurisdicción nacional compareciendo al
proceso sin oponerse a la jurisdicción, que es lo que sucede en el presente caso
puesto que la curadora procesal del presunto muerto no cuestionó la competencia
sino que procedió a absolver la demanda.

CONSIDERANDO:
PRIMERO.‐ Que se está frente a una relación jurídica de carácter internacional
cuando uno de sus elementos relevantes está vinculado a un ordenamiento
jurídico extranjero de modo que se considere el asunto sujeto a las normas del
derecho internacional privado; pudiendo ser estos elementos relevantes, el domicilio
de las personas, la ubicación de sus bienes etc.; que en el presente caso, la
recurrente solicita la declaración de muerte presunta de José Gálvez Tafur quien
habría tenido su último domicilio en la ciudad de Oakland, estado de California,
Estados Unidos de Norteamérica.
SEGUNDO. ‐ Que, sustentada así la pretensión, resulta evidente que existe un
elemento relevante que lo vincula al derecho internacional privado, esto es, el hecho
de que la persona cuya muerte presunta se solicita no domicilia en el territorio de la
República. En efecto, el Código Civil, en su Libro X sobre Derecho Internacional
Privado, artículo 2057, establece como regla general que los Tribunales
peruanos son competentes para conocer de las acciones contra “personas
domiciliadas en el territorio nacional”; lo que significa que no serían competentes
nuestros tribunales cuando las pretensiones son dirigidas contra personas
domiciliadas en el extranjero, como ocurre con el presunto muerto José Gálvez
Tafur, que tuvo su último domicilio procesal en los Estados Unidos de Norteamérica.
TERCERO. ‐ Que no obstante ello, nuestro Derecho Internacional Privado introduce
excepciones a la precitada regla de competencia, regulando en el
artículo 2062 del Código Civil que: “Los tribunales peruanos son competentes para
conocer de los juicios originados por el ejercicio de acciones relativas al estado y la
capacidad de las personas naturales, o a las relaciones familiares, aun contra
personas domiciliadas en país extranjero, en los casos siguientes:
1. Cuando el derecho peruano es el aplicable, de acuerdo con sus normas de
Derecho Internacional Privado para regir el asunto.
2. Cuando las partes se sometan expresa o tácitamente a su jurisdicción, siempre
que la causa tenga una efectiva vinculación con el territorio de la República”.
CUARTO. ‐ Que, en tal virtud, corresponde verificar si el presente caso se ubica en

alguno de los dos supuestos de excepción establecidos en el artículo 2061 del


Código Civil; en ese sentido, revisando si el derecho peruano es el aplicable de
acuerdo con sus normas de Derecho Internacional Privado se tiene que de acuerdo
al artículo 2068 del citado Código, el principio y fin de la persona natural se rige por
la ley de su domicilio, prescribiendo también el artículo 2070 que el Estado y la
capacidad de la persona natural se rigen por la ley de su domicilio; de tal modo que
habiendo sido el último domicilio del presunto muerto el ubicado en los Estados
Unidos de Norteamérica, la ley aplicable no es la peruana sino la Norteamericana
y si ello es así, entonces, los tribunales peruanos no serían competentes, empero
falta revisar aún el segundo supuesto.
QUINTO. ‐ Que el segundo supuesto está referido al sometimiento expreso o
tácito de las partes a la jurisdicción peruana, siempre y cuando la causa tenga

una efectiva vinculación con el territorio peruano; que en esa línea, de autos se
verifica que ante el desconocimiento exacto del domicilio del presunto muerto y luego
de las publicaciones de ley, se ha procedido al nombramiento de curador procesal a
favor de José Galvez Tafur, quien mediante escrito de fojas setentiseis absuelve la
solicitud sin cuestionar en modo alguno la competencia de los Tribunales Peruanos
respecto de un no domiciliado en el territorio de la República; falta de
cuestionamiento de competencia que la actora recurrente califica como acto tácito
que revela sometimiento a dicha competencia, tesis a la cual también se acoge el
Fiscal Adjunto Supremo Titular conforme se advierte del dictamen de fojas
dieciocho del Cuadernillo Supremo.

SEXTO. ‐ Que sin embargo, esta Sala de Casación disiente parcialmente de dicho
criterio toda vez que, de principio, tratándose de actos realizados por un curador
procesal no pueden calificarse éstos como manifestaciones reales de la voluntad de
la persona que representa dado que el nombramiento del curador no ha
obedecido tampoco a la voluntad de dicha persona sino a mandato del juzgador; tan
es así que nuestro propio ordenamiento procesal civil no considera la falta de
impugnación por parte del curador procesal de resolución final adversa
consentimiento de la misma, puesto que establece en el inciso 2° de su artículo 408,
que ésta debe ser elevada en consulta; no obstante ello, este Supremo Tribunal
estima que tampoco puede soslayar el Principio básico que la finalidad concreta del
proceso es resolver un conflicto de intereses o eliminar una incertidumbre, ambas
con relevancia jurídica, ya que, en este caso en particular, de acuerdo a los medios
probatorios obrantes en autos, se advierte claramente que la causa tiene una
efectiva vinculación con el territorio de la República, dado que el presunto muerto
nació en este país y aquí también se casó con la actora y tuvo hijos con ella,
adquiriendo un bien inmueble ubicado también en territorio peruano y su divorcio ha
sido igualmente declarado por Tribunal Peruano; de tal modo que en este caso en
particular el silencio del curador procesal sí puede interpretarse como sometimiento
tácito a la competencia de los Tribunales Peruanos.
SETIMO.‐ Que por consiguiente, la Primera Sala Especializada de Familia sí es
competente para conocer de la presente solicitud de Declaración de Muerte
Presunta; consecuentemente, la declaración de incompetencia de dicho órgano
jurisdiccional afecta el derecho al debido proceso de la recurrente; habiendo lugar
entonces a casar la sentencia de vista, de conformidad con el artículo 396, inciso 2°,
numeral 2.1 del inciso 2° del Código Procesal Civil, en su texto original, a efecto de
que la Sala de Familia de su procedencia dicte nueva sentencia con arreglo a ley.

DECISIÓN:

Estando a las consideraciones que preceden y de conformidad en parte con lo


dictaminado por la Señora Fiscal Supremo en lo Civil: Declararon FUNDADO el
recurso de casación de fojas trescientos ochentidos por doña María Teresa Parodi
Fernández Prada; en consecuencia, NULA la sentencia de vista de fojas trescientos
sesenta y cuatro su fecha veintitrés de octubre del dos mil ocho.

ORDENARON que la Sala de Familia de su procedencia dicta nueva sentencia con


arreglo a ley; en los seguidos sobre declaración de muerte presunta de don José
Gálvez Tafur.
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el diario oficial "El
Peruano", bajo responsabilidad; interviniendo como vocal ponente el señor Palomino
García; y los devolvieron.
OPINIÓN DEL FUNDAMENTO SEGUNDO DE LA RESOLUCIÓN JUDICIAL QUE
SE LE PRETENDE APLICAR AL SEÑOR JOSÉ GÁLVEZ TAFUR (FALLECIDO) DE
NACIONALIDAD PERUANA

En mi opinión personal, considero que sí tendríamos que aplicar sus supuestos


establecidos del derecho internacional privado, más no solo enfocarnos en el último
domicilio, para la competencia de los jueces, es importantes ver todos los supuestos
para una efectiva tutela jurisdiccional.
Asimismo, el CC busca preservar el tratamiento jurídico unitario que debe tener toda
universalidad de bienes, ya que resultaría perjudicial la separación entre la norma y la
ley que regula dicha universalidad. Podríamos encontrarnos en el escenario de tener
una pluralidad de normas competentes que aplicarían su norma interna para regular
cada uno de los bienes que la integran, lo que deformaría el sentido de la
universalidad jurídica que se pretende normar.

Así, nuestra norma ha establecido la inversión del método conflictual, de modo que el
juez peruano será competente cuando el Derecho aplicable a dicha universalidad
resulte ser la ley peruana.

¿POR QUÉ SE LE QUIERE APLICAR LA NORMA EXTRANJERA SÍ JOSÉ


GÁLVEZ TAFUR (FALLECIDO) ES PERUANO Y EL ARTÍCULO 2046 DEL
CÓDIGO CIVIL PERUANO SEÑALA QUE LOS DERECHOS CIVILES SON
COMUNES A LOS PERUANOS Y EXTRANJEROS?

Al respecto, se le quiere aplicar la jurisprudencia extranjera al señor José Gálvez


Tafur (fallecido), específicamente la norma TITULO II Competencia jurisdiccional,
Artículo 2057º.- Competencia sobre personas domiciliadas en el Perú. Los tribunales
peruanos son competentes para conocer de las acciones contra personas
domiciliadas en el territorio nacional, que los tribunales peruanos no serían
competentes, del señor José Gálvez Tafur quien habría tenido su último domicilio en
la ciudad de Oakland - California, EEUU.

La norma procede contra personas domiciliadas en país extranjero, en los casos


siguientes: Cuando el derecho peruano es el aplicable, de acuerdo con sus normas
de Derecho Internacional Privado (DIPr), para regir el asunto y cuando las partes se
sometan expresa o tácitamente a su jurisdicción, siempre que la causa tenga una
efectiva vinculación con el territorio de la República”.

EXCEPCIÓNDE ÓRDEN PÚBLICO INTERNACIONAL


De lo dispuesto en el artículo 2049 del Código Civil:

“Las disposiciones de la ley extranjera pertinentes según las normas


peruanas de Derecho Internacional Privado, serán excluidas sólo
cuando su aplicación sea incompatible con el Orden Público
Internacional y con las buenas costumbres. Rigen, en este caso, las
normas del Derecho interno peruano”.

Dado el carácter bilateral de la regla de conflicto, puede suceder que la ley material
extranjera designada aplicable contenga disposiciones contrarias a nuestras
concepciones morales o jurídicas, al punto tal que el juez nacional se niegue a
aplicarla. Se dice, entonces, que se descarta la ley material extranjera por ser
contraria al orden público internacional.

El artículo 2049 precisa que la presente excepción está referida sólo al segundo. Sin
embargo, la misma expresión es equívoca porque, si bien incluye a los derechos
humanos consagrados en los tratados internacionales que obligan jurídicamente a
los Estados, también comprende a los llamados derechos propios de cada cultura,
como es el caso de la monogamia y la poligamia.

Por las razones expuestas, proponemos eliminar de la redacción de los artículos

2049 y 2050 las expresiones “orden público internacional” y “buenas costumbres”, y


referirnos directamente a los principios fundamentales de nuestro Derecho. La matriz
conceptual de esta modificación es el artículo 6 de la Ley de Aplicación del Código
Civil alemán de 1986, de tal forma que el nuevo artículo debería ser redactado de la
forma siguiente:

“Las disposiciones de la ley extranjera pertinente según las normas peruanas de DIPr
serán excluidas sólo cuando su aplicación sea incompatible con los principios
fundamentales de nuestro Derecho. Rigen, en este caso, las normas del Derecho
interno peruano”.
Conflictos adquiridos
El factor temporal también puede intervenir en la elección del factor de conexión. No
obstante, en nuestra legislación, para que un derecho adquirido en el extranjero sea
respetado deben observarse las reglas conflictuales del foro, a tenor de lo dispuesto
en el artículo 2050 del Código Civil, el cual dispone:

“Todo derecho regularmente adquirido al amparo de un ordenamiento extranjero


competente según las normas peruanas de Derecho Internacional Privado tiene la
misma eficacia en el Perú, en la medida que sea compatible con el orden público
internacional y con las buenas costumbres”.
Según: MEIJERS
El juez sólo debe prescindir de sus normas conflictuales si se
encuentra en presencia de un hecho o de un comportamiento realizado
en otro país, respecto al que todos los sistemas conflictuales en
presencia en el momento de su cumplimiento declaran aplicable la
misma ley material. La concepción del jurista holandés ha pasado al
artículo 21 del Convenio de la Ley Uniforme del BENELUX (Bélgica,
Países Bajos y Luxemburgo), así como al artículo 7 de las Normas
Generales de Derecho Internacional Privado aprobadas en la Segunda
Conferencia Internacional de Derecho Privado realizada en
Montevideo en 1979, que ha sido suscrita y ratificada por el Perú. A fin
de homologar nuestro Derecho interno con el convenio referido,
proponemos la siguiente redacción.

“Las situaciones jurídicas válidamente creadas en un Estado


extranjero de acuerdo con todas las leyes con las cuales tenía una
conexión al momento de su creación serán reconocidas en el Perú,
siempre que no sean contrarias a los principios fundamentales de
nuestro derecho” (p.544)

Domicilio
Internacional

En el Libro X, el domicilio es el factor de conexión del estatuto personal; sin


embargo, no se incluye ningún artículo que defina el “domicilio internacional”. Es por
esta razón que, en la propuesta de reforma del Código Civil del 11 de abril del 2006,
se propone la inclusión de un nuevo artículo, el cual tiene el siguiente tenor:

 El domicilio internacional se constituye según las reglas de la Conferencia


Interamericana de Derecho Internacional Privada sobre Domicilio.
 Sólo se pierde un domicilio internacional cuando se ha adquirido uno
nuevo.

En la Exposición de Motivos se expresa que, a fin de guardar uniformidad y


coherencia, se propone que las disposiciones sobre el domicilio internacional en el
Código Civil sean iguales a las reglas que el Perú ha aceptado en el Derecho
Convencional, es decir, en los tratados que ha suscrito y ratificado; en este caso, la
Segunda Conferencia Especializada de Derecho Internacional Privado aprobada en
1979 y ratificada por el Perú.

Si bien la solución es heterodoxa, teniendo en cuenta que la Comisión Redactora


suprimió los artículos sobre domicilio internacional contemplados en el Anteproyecto
y en la Comisión Revisora por considerarlos reiterativos, al ya haber sido
mencionados en el Título IV del Libro I del Código Civil, la solución propuesta es
necesaria, pues viene a llenar un vacío.

Tutela judicial internacional efectiva

Como puede apreciarse, la tutela judicial efectiva, derecho fundamental de todo


ciudadano, se presta de dos formas en las relaciones con elemento extranjero:

A través de un proceso de cognición en el foro, en el que se solicita del juez nacional


una resolución mediante la que declare un derecho, constituya o modifique una
relación, o imponga una prestación, a la que denomina tutela por declaración; o a
través del reconocimiento en el foro de la autoridad de la resolución adoptada por un
tribunal extranjero declarando ese derecho, constituyendo o modificando esa
relación, o imponiendo esa prestación, tutela por reconocimiento.

La tutela judicial internacional por declaración como la de reconocimiento tienen


como principio rector la tutela efectiva de los derechos de los ciudadanos en
condiciones de igualdad entre nacionales o extranjeros que las ejerciten, es la
conjunción de ambas a nivel internacional la que posibilita su concreción, su
efectividad, de ahí su necesaria vinculación, los litigantes parte de una relación
jurídica internacional persiguen que la justicia tutele sus derechos, que a través de
sus sentencias son declarados, constituidos o condenados y que sus disposiciones
se cumplan en las esferas territoriales necesarias; de no serlo, sus derechos
aparecen defraudados.

Exclusividad y relatividad del derecho internacional privado


La aplicación de todo sistema de Derecho Internacional Privado, aparece presidida
por una regla general, para la regulación de situaciones privadas internacionales, los
tribunales y autoridades aplicaran, exclusivamente, soluciones que proporciona el
Derecho Internacional Privado interno, tal y como se encuentren reguladas, y no las
contenidas en sistemas extranjeros de Derecho Internacional Privado.
Para: CASTELLANOS RUIZ
Se cuenta con excepciones concretas dentro de la exclusividad del
Derecho Internacional Privado, que permiten que el juez de un país
aplique normas extranjeras de Derecho Internacional Privado, siendo el
caso los conflictos de sistemas, para lo cual se deberá aplicar lo
regulado en la legislación interna, lo regulado en algún convenio
internacional suscrito o aplicar doctrinariamente el Derecho Internacional
Privado extranjero para resolver casos difíciles. (P.25)
Con lo que respecta a la relatividad del Derecho Internacional Privado, se debe
señalar que no existe un Derecho Internacional Privado único, valido para todos los
países, salvo exista un instrumento internacional aplicable, una misma situación
internacional puede ser la siguiente redacción:

Resuelta de manera diferente por órganos de los distintos estados, que aplican al
caso, lógicamente distintos sistemas que pueden conducir a resultados distintos
dependiendo del país.

Teorías sobre el fundamento jurídico del


DIPr

Desde el punto de vista filosófico, no solo resulta útil sino conveniente el análisis de
las diferentes teorías que en torno a los fundamentos del derecho internacional han
expuesto los autores, con el fin de rechazar o afirmar, según cada posición, el
contenido, el carácter y el fundamento jurídico de esta disciplina y su praxis.

El problema de la fundamentación y negación del Derecho Internacional Privado, y a


las teorías de la negación del derecho internacional, la naturaleza del derecho
extranjero, reflejada en la teoría normativista o jurídica y en la teoría realista.

Negación del derecho internacional


En términos generales se sostiene que el derecho internacional carece de una
legislación permanente de un tribunal propiamente dicho y de un poder coercitivo
central.

Según CAMARGO

Las teorías que niegan la existencia del derecho internacional se dividen


en: el derecho internacional como política y fuerza, donde se estudia al
derecho internacional como un conjunto de leyes que regulan las
relaciones recíprocas de los estados; el derecho internacional como
moral internacional, donde se menciona que el derecho internacional no
se basa en un sistema normativo, sino más bien en un sistema de
preceptos morales o en reglas de cortesía internacional. (p.74)

Y el derecho internacional como sistema jurídico sui generis o derecho imperfecto,


que menciona que el derecho es producto de una conciencia jurídico comunitaria,
contando con imperfecciones de índole positiva, contando con cláusulas restrictivas,
tratándose solo de un derecho en formación.

Estatalidad del derecho internacional privado

El Derecho internacional privado, es un sector del ordenamiento jurídico de cada


Estado, un sector que regula las situaciones privadas internacionales, ello es así,
porque no existe un “derecho supraestatal” que regule las situaciones privadas
internacionales, ni tampoco existen “tribunales internacionales” que resuelvan los
litigios que suscitan las situaciones privadas internacionales.

En consecuencia, cada estado dispones de su propio “Derecho Internacional


Privado”, existiendo una amplitud de regulaciones, no obstante, al igual que otras
ramas jurídicas del Derecho Estatal, el derecho internacional privado, se nutre de
normas creadas en el ámbito interno, ya sean leyes, decretos, etc., y también por
normas creadas en el ámbito internacional como los convenios y reglamentos
internacionales.
Teorías sobre el fundamento jurídico del derecho internacional privado

Desde el punto de vista filosófico, no solo resulta útil sino conveniente el análisis de
las diferentes teorías que en torno a los fundamentos del derecho internacional han
expuesto los autores, con el fin de rechazar o afirmar, según cada posición, el
contenido, el carácter y el fundamento jurídico de esta disciplina y su praxis.

En primer lugar, analizaremos el problema de la fundamentación y negación del


Derecho Internacional Privado, de acuerdo a las teorías de la negación del derecho
internacional, la naturaleza del derecho extranjero, reflejada en la teoría normativista
o jurídica y en la teoría realista.

Teoría normativista o jurídica y la teoría


realista

Estas teorías consideran que el Derecho internacional es derecho, por lo tanto, el


llamado formulado por la norma de conflicto del juez está dirigido al orden jurídico
extranjero, en cuanto conjunto de normas.

En las teorías normativistas se distinguen, a su turno, dos vertientes, una que estima
que el derecho extranjero (tesis o teoría de la extranjería del derecho extranjero), y
otra que exige, para su aplicación extraterritorial, acudir a los recursos de
incorporación, apropiación o nacionalización del derecho internacional al derecho
nacional.

Por su parte en la teoría realista, conciben al derecho internacional como un hecho,


naturaleza que es atribuida como resultado de la extraterritorialidad y que tiene la
virtualidad de transformar lo que es derecho en hecho al trasponerse las fronteras de
los Estado.

CONTRADICCIÓN ENTRE EL ARTÍCULO 2046 Y EL ARTÍCULO 2057 DEL


CÓDIGO CIVIL

Existe una contradicción entre los de los articulo 2046 y 2057, el primero habla, que
los derechos civiles son comunes entre peruanos y extranjeros, si hablamos de
domicilio podría decir que ambos domicilios son válidos; mientras el segundo, que
solo los tribunales peruanos son competentes para conocer de las acciones contra
personas domiciliadas en el territorio nacional, si su domicilio es en extranjero
no sería competente los jueces peruanos.

ARTÍCULO 2046: Los derechos civiles son comunes a peruanos y extranjeros,


salvo las prohibiciones y limitaciones que, por motivo de necesidad nacional, se
establecen para los extranjeros y las personas jurídicas extranjeras.

El DIPr, según la doctrina privatista, tiene por objeto la relación privada internacional,
vale decir, aquella en que algunos de sus elementos esenciales: sujeto, objeto,
hecho o acto jurídico, se localizan en diversos países. En lo que respecta al
contenido, nosotros nos adscribimos a la concepción amplia de la escuela francesa,
según la cual nuestra disciplina trata del goce, ejercicio y sanción de los derechos. El
artículo materia de comentario concierne al goce de los derechos, requisito previo
para el ejercicio de los mismos del que se ocupa el conflicto de leyes, que es
la materia medular del Derecho Internacional Privado.

A partir de la vigencia de la Constitución de 1993, las únicas prohibiciones y


limitaciones a los derechos civiles de los extranjeros están referidas al derecho a la
propiedad y a ciertas restricciones en lo que respecta al derecho al trabajo. En
cuanto al derecho de propiedad, la Constitución en su artículo 71 dispone: "Los
extranjeros, sean personas naturales o jurídicas, están en la misma condición que
los peruanos, sin que, en caso alguno, puedan invocar excepción ni protección
diplomática. Sin embargo, dentro de cincuenta kilómetros de las fronteras, los
extranjeros no podrán adquirir, ni poseer por título alguno, minas, tierras, bosques,
aguas, combustible, ni fuentes de energía, directa ni indirectamente, individualmente
ni en sociedad, bajo pena de perder en beneficio del Estado, el derecho así
adquirido. Se exceptúa el caso de necesidad pública expresamente declarada por
decreto supremo aprobado por Consejo de Ministros, conforme a ley"

Competencia sobre personas domiciliadas en el Perú articulo


2057

Los tribunales peruanos sí son competentes para conocer de las acciones contra
personas domiciliadas en el territorio nacional.
Al respecto, el Título Segundo del Libro X establece las normas de jurisdicción
internacional peruana. Es decir, las normas que a falta de tratado definen cuándo el
juez peruano es competente en una relación jurídica con elementos vinculados a
más de un Estado. Lo ideal sería que todos los Estados tuvieren en común un
sistema de competencia jurisdiccional internacional (CJI). Así, se podría
establecer a priori qué jueces serán competentes para cada categoría de
relaciones. Esto h a r í a posible asegurar que una vez que la autoridad
jurisdiccional de un Estado nacional determinado asume competencia en un
conflicto concreto, las otras jurisdicciones se inhiban de conocer el caso. Sin
embargo, no hay por el momento normas internacionales que establezcan un
sistema armonizado de jurisdiccional internacional y cada Estado debe tener y tiene
sus propias normas de CJI.

En general, los Estados suelen estar inclinados a conceder a sus tribunales una
competencia territorial más amplia de la que están dispuestos a reconocer a los
tribunales extranjeros. No hay regla de Derecho Internacional que impida tal
discordancia. Vemos pues, que la determinación de la competencia de los
tribunales de cada Estado queda a criterio de cada legislador nacional, y es él quien
resuelve de acuerdo con lo que a su juicio resulte el punto de vista fundamental de
su jurisdicción, los alcances de la misma.

Como consecuencia de esto, el Estado en el que se considere que el objetivo


principal de sus tribunales es servir a sus nacionales, tendrá jurisdicción siempre
que el demandante sea de la nacionalidad del Estado. Tal es e l caso por ejemplo del
Derecho francés.

En forma sucinta podemos señalar que para el demandante existirán dos puntos
principales de interés. ¡El primero consistirá en entablar la acción ante un tribunal en
el que espera poder ejecutar su sentencia; esto es lo que se llama el principio de
efectividad! De poco servirá al accionante ganar un pleito ante los tribunales de su
Estado nacional si a la hora de cobrar la suma adeudada no existen bienes en el
territorio de la referida jurisdicción y todo esfuerzo será vano, si luego determina que
de acuerdo con las reglas de competencia indirecta del Estado en el que puede
cumplirse la orden judicial, la sentencia en cuestión no pueda ser ejecutada. Es
necesario para el demandante encontrar un criterio que permita la efectividad de
las sentencias que se dicten. Este interés de la parte demandante es también
interés del legislador del Estado, pues no parece aceptable pretender que se invita
el esfuerzo de su maquinaria judicial y el tiempo de sus magistrados, en emitir
resoluciones que no puedan ser ejecutadas por carecer de una vinculación efectiva
suficiente con la relación en cuestión.

El segundo interés del demandante es que su acción sea estimada por un tribunal
que le sea fácilmente accesible. Este segundo interés solo podrá ser protegido por
el legislador cuando no colisione con el interés del demandado. Vale decir,
la elección del tribunal por la parte demandante solo podrá ser aceptada cuando el
tribunal elegido guarde una real y efectiva vinculación con el demandado. De lo
contrario se recortaría el derecho del mismo a comparecer y defenderse en el juicio.

El legislador peruano utiliza como criterio general para establecer su competencia


jurisdiccional, el domicilio. El artículo 2057 del Código Civil establece una clara regla
general de competencia.

En consecuencia, quien elija demandar ante los tribunales peruanos a un


domiciliado en la República, estará acudiendo a un tribunal competente, salvo los
casos de competencia negativa que se señalan en el artículo 2067 del propio
Código Civil.

CONCLUSIONES

PRIMERO: Los jueces son competentes en el supuesto que cumple en el presente


caso, supuesto está referido al sometimiento expreso o tácito de las
partes a la jurisdicción peruana, siempre y cuando la causa tenga una
efectiva vinculación con el territorio peruano; que el señor José Gálvez
Tafur, había nacido en el territorio peruano también contaba con
bienes en Perú, también contrajo matrimonio en el territorio peruano es
así que los jueces peruanos, pueden conocer el caso y resolver el
conflicto.

SEGUNDO: El inciso 2° del artículo 2062 del Código Civil, que es una norma de
derecho procesal internacional privado señala que los Tribunales
Peruanos son competentes aún contra personas no domiciliadas en el
Perú, cuando las partes se han sometido a la jurisdicción nacional
compareciendo al proceso sin oponerse a la jurisdicción, que es lo que
sucede en el presente caso. Los tribunales peruanos no son
competentes para personas que su último domicilio fue en el extranjero
así lo establece en el artículo 2057.

IV.
BIBLIOGRAFÍA

MEIJERS, Edward. (1934) “L´Histoire des principes fondamentaux du Droit


International Privé à partir du Moyen Age Spécialement dans L´Europe Occidentale”.
En: Le Recueil des cours.

CASTELLANOS RUÍZ. (2001) Esperanza, Unidad vs. Pluralidad legal de la Sucesión


Internacional, Granada, Editorial COMARES.

PÉREZ SOLFT. (2009) ¿Orden Público Internaciones vs Orden Público

Interno y Buenas Costumbres?, Revista IUS, Número 04, Año II.

CAMARGO, PEDRO PABLO. (1983) Tratado de Derecho Internacional, Bogotá,


Editorial TEMIS.

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