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Inflarse como globos

El objetivo de esta actividad es aprender a calmarse ante una


situación de conflicto.

Se requerirá como mucho de 15 minutos para llevarla a cabo, y se puede


realizar con grupos de tamaños muy variados. El espacio deberá ser lo
suficientemente amplio como para que los participantes puedan formar
un círculo.

Pasos a seguir

El dinamizador inicia la actividad explicando que, cuando nos


encontramos en una situación conflictiva, esto nos produce una reacción
emocional y, también, fisiológica. La explicación debe adaptarse al nivel y
edad de los participantes.

Después de esta explicación se les dice que vamos a inflarnos como


globos. Primero, se tomarán respiraciones profundas, estando de pie y
con los ojos cerrados. A medida que se vayan llenando los pulmones
de aire, irán levantando los brazos. Este paso se repite varias veces,
las suficientes para que todos hayan aprendido a hacer el ejercicio
correctamente.

Después, sueltan el aire y comienzan a hacer como que se arrugan como


globos, desinflándose hasta caer en el suelo. Se repite este ejercicio
varias veces.

Cuando hayan pasado unos cuantos minutos y se hayan relajado, se les


preguntan si creen que pueden realizar estos ejercicios cuando estén
enfadados.
Puede parecer una actividad ideal para niños, que lo es, pero también
sirve para adultos con problemas de control de la ira.

Motivación personal
El objetivo de esta dinámica es la de demostrar que cada persona tiene
motivaciones diferentes a las de los demás, además de aprender a
comprender la opinión de los demás, aunque no coincida con la de uno
mismo.

Esta actividad dura unos 40 minutos, y se puede hacer en grupos de


tamaño medio, pudiendo llegar hasta 30 personas. Se necesita un lugar
amplio en el que se puedan formar dos círculos concéntricos.

Pasos a seguir

El dinamizador pedirá que se presenten como voluntarios 6 0 7


personas para realizar la actividad. Para poder seguir este paso, es
necesario que el grupo esté motivado lo suficiente como para poder
presentarse de forma voluntaria.

Se les pide que se sienten formando un círculo, de tal manera que se


puedan ver las caras. A continuación, el resto de compañeros formarán
otro círculo alrededor de ellos.

El encargado de la actividad introducirá una cuestión a debatir.


Debe ser una situación conflictiva que, o bien haya pasado en el grupo y
que haya generado tensión o, también, una situación imaginaria pero que
no deje indiferente a nadie.
Las personas voluntarias, es decir, las que forman el círculo interno,
debatirán sobre esta cuestión. Una vez hayan acabado de debatir los
voluntarios, se procederá a un gran debate con todo el grupo en su
conjunto.

Es muy importante que en el transcurso del debate el dinamizador lo


conduzca de la forma adecuada, evitando que no se cambie de tema
ni que haya violencia.

Llegados a este punto se analizarán las siguientes cuestiones. La


primera, el por qué las personas voluntarias se ofrecieron para salir y el
resto no. Se les pregunta cuál era su motivación de cara a la actividad.

La segunda es preguntarles qué han sentido al ver que su opinión no


coincidía con el resto de compañeros. Es muy importante fijarse si ha
habido respeto entre las opiniones, si han empatizado, si alguien ha
cambiado su punto de vista en el transcurso de la actividad.

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