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Identificar los retos sociales en nuestra comunidad y en qué podemos contribuir para
solucionarlos, se reflexionar sobre posibles soluciones a los mismos. Se les explica a los
participantes conceptos claves de forma dinámica, trabajando en equipo, resolviendo preguntas
como ¿Cuál es el lugar que más le gusta?¿Qué es lo que no te gusta de este lugar? y ¿Qué
recordarás por siempre de este lugar? Y muchas más actividades dinámicas con el objetivo de
invitar a asumir un sentido de agencia frente a los retos del territorio y su rol frente a la
transformación de estos.
Identificar y reconocer las cualidades, habilidades y destrezas con las que cada uno cuenta para
trazar su plan de vida. Desarrollar objetivos a corto, mediano y largo plazo; con el fin Identificar
sus perspectivas de proyecto de vida y saber con qué herramientas personales cuenta cada uno,
para cumplir su proyecto de vida.
El/la inspirador/a pide a los/as adolescentes que se dividan en dos subgrupos de igual número de
integrantes. El/la inspirador/a le solicita a uno de los/as participantes que ponga su mano y los
demás van poniendo una de sus manos encima de la del compañero/a que acaba de hacer lo
mismo para finalmente armar una columna de manos (una sobre otra). Se les pide que de arriba
hacia abajo vayan cogiendo la mano del compañero/ a que está debajo, esto generará que se
forme un enredo humano. El/la inspirador/a da la orientación a los grupos para que intenten
desenredarse sin soltarse las manos, para que finalmente formen un círculo en donde todos los/as
participantes estén frente a frente. La actividad termina cuando uno de los grupos logre
desenredar el nudo. El/la inspirador/a promueve una reflexión por parte de los/as participantes
para que se expresen sobre las dificultades observadas y que les permitió lograr el objetivo de
desenredarse.
El/la mentor/a recibe a los/as participantes con el espacio despejado en el centro y las sillas
alrededor dispuestas de forma circular, se presenta y les da la bienvenida a este espacio haciendo
una contextualización general del proceso, luego le pide a cada joven o adolescente que se
presente y presente a sus acompañantes familiares con nombre y parentesco. Pasados unos
minutos y ya con un mayor nivel de confianza, pide que se ubiquen en parejas o tríos, en caso de
que alguien quede sólo él/la mentor/a debe integrarse. La idea es que primero se presenten de
manera rápida (sólo con el nombre, para recordarlos y afianzarlos) y además compartan una
pregunta o reto a resolver en cada encuentro, algunas opciones pueden ser; compartir una
anécdota que recuerde con mucha alegría, seguir los movimientos de la otra persona como si
fueran un espejo, contar a través de mímica alguna actividad o pasatiempo que disfrute mucho.
Deben promoverse varios encuentros con personas diferentes en cada cambio.
El/la inspirador/a les pide a los/as participantes que formen un círculo. Cuando todos estén en
silencio se comienza el encuentro pidiendo a cada persona que salude al grupo como si fuera una
página web. El/la inspirador/a se presenta de primeras para que el grupo comprenda la dinámica.
Ejemplo: Soy www.antonioelmasmusculoso.com Posteriormente, el/la inspirador/a escoge un
participante que va a llevar la vocería (líder). Se les pide a los/as participantes que se distribuyan
de pie en el espacio. El/la líder propone una acción contundente y el grupo responde “sí vamos”.
Después de la primera propuesta el grupo tiene dos opciones: si hay personas que se sienten
conectadas con la propuesta la hacen y la juegan. Si las personas no se sienten inspiradas
simplemente se sientan. El/la líder debe seguir proponiendo acciones y si alguna de las personas
que están sentadas se ríen de lo que está pasando se deben incorporar nuevamente al grupo. El
objetivo principal del líder es mantener a todo el grupo de pie y siguiendo una a una sus
propuestas. La actividad finaliza cuando el/la líder se queda solo/a. Se debe intentar rotar de líder
por lo menos una vez. Ejemplo: El/la líder propone a los/as participantes “vamos a correr en
círculos”, los/as participantes responden: “sí vamos” y todos comienzan a correr. El/la líder luego
propone “vamos a saltar en un pie” los/as participantes deciden si lo hacen o se sientan (las
propuestas se repiten hasta que nadie sigue al líder o hasta terminar un tiempo determinado).
Se pide a los/as participantes que formen un círculo. Una vez formado el círculo se pide a cada uno
comenzar esta sesión contándole al grupo su nombre y cómo les gustaría que les llamarán si
pudieran escoger su apodo. El/la inspirador/a comienza primero para dar un ejemplo. Y luego da
un minuto para que los/as participantes piensen. Después del minuto, pide a la Siguiente persona
a su derecha continuar con la presentación y así sucesivamente hasta que todos los/as
participantes hayan dicho su apodo. En la cinta de enmascarar el/la inspirador/a va anotando uno
a uno los apodos y corta el pedazo de cinta con cada apodo. Al finalizar la actividad, pide a cada
participante pegarse la cinta en un lugar visible de su ropa, para que todos puedan recordar su
apodo. El/la inspirador/a finaliza contándole al grupo que en este encuentro se va utilizar el apodo
que cada uno ha escogido. Ejemplo: Mi nombre es Andrea y si pudiera escoger mi apodo me
gustaría que me llamaran León. Al finalizar el ejercicio, el/la inspirador/a promueve la reflexión
sobre que a veces algunos nos quieren poner una podo, por nuestras características físicas o
personalidad. Algunos de los apodos nos gustan y nos identifican otros nos hacen daño. Muchos
de ellos nacen de nuestras singularidades, de nuestra diversidad. En lo cotidiano decidimos qué
hacer con las diferencias, con lo que no es igual a nosotros. Decidimos si aprender a respetar y
construir desde la diversidad. Nos ponemos el apodo que nos gustaría tener, y lo compartimos con
nuestro grupo para que durante todo este tiempo nos llamemos así. Por un momento dejamos
atrás aquellos otros apodos que nos han puesto y que no nos han gustado. En la diversidad la
primera lección es escuchar y preguntar al otro, cómo quiere que le llamemos y esto aplica no solo
para el nombre, sino también para otros aspectos que nos caracterizan en nuestro diario vivir.
El/la inspirador/a le pide a los/as participantes que tomen un lugar en el espacio donde se puedan
sentar y sentir cómodos preferiblemente no en una silla ni recostados a ninguna superficie, el/la
inspirador/a puede sugerir la posición de flor de loto, pero lo más importante es que se sientan
cómodos, confortables con cuerpos y mente activa. Después de 3 minutos aproximadamente el/la
inspirador/a pedirá a los/as participantes que al tomar aire cuenten hasta 3 y al soltarlo cuenten
hasta 6 y antes de tomar aire nuevamente cuenten hasta 3 y que repitan este ciclo varias veces,
durante este proceso el/la inspirador/a esta recordando e invitando a que toda la atención esté en
la respiración. El ejercicio permite que el/la inspirador/a introduzca el tema del encuentro
reflexionando sobre la importancia de la respiración consciente y de cómo esta acción muchas
veces invisible en nuestras vidas nos puede ayudar a salir del caos o de la angustia por que si
respiramos ya es un logro. La reflexión se puede orientar a partir de las siguientes preguntas: a.
¿Qué tan fácil es atender solo nuestra respiración? b. ¿Cuáles fueron los pensamientos más
frecuentes que lo alejaban de estar atento a la respiración? c. ¿Con qué frecuencia pensamos
cómo estamos respirando? d. ¿Cómo se siente después de hacer el ejercicio?
El/la inspirador/a solicita al grupo que se siente en círculo en torno a algo que represente una
hoguera (una imagen, algo rojo, etc.). Se les comenta que, en muchas comunidades indígenas, el
diálogo en torno al fuego se considera como un espacio de construcción de conocimiento y de
reflexión, y que se espera que en grupo podamos reflexionar sobre la actividad, es fundamental un
ejercicio de escucha y tolerancia. Se presentan las siguientes preguntas orientadoras a reflexionar:
a. ¿Fue fácil o difícil cumplir con el objetivo? b. ¿Qué rol asumí para llegar al objetivo? c. ¿Qué
facilitó o dificultó que cumpliéramos la tarea? d. ¿Es posible lograr negociaciones en que todas las
partes tengan resultados favorables? e. ¿Qué sucede cuando se resuelven los conflictos con
violencia? ¿se logran soluciones?
El/la inspirador/a recibe al grupo con algunos “instrumentos” palos de madera (claves), flauta,
cajas de madera o cartón, guacharacas, piedras, tambores, guitarra, botellas de plástico, hojas,
baquetas y entrega de manera aleatoria a cada uno/a de los/as adolescentes un instrumento, a
otros/as un solo palo o baqueta, la guacharaca a uno/a, el tenedor a otro/a y a otros/as ningún
elemento. Luego les pide que de manera individual comiencen a explorar los sonidos que pueden
producir con lo que cada uno tiene, la idea es que de manera espontánea aquellos/as que no se
les entrega ningún elemento, comiencen a producir sonidos con su cuerpo y su voz, si esto no
ocurre el/la inspirador/a debe provocarlo. Una vez cada participante vaya encontrando su
melodía, se sugiere que comiencen a identificar qué necesitan de los/as otros/as y qué pueden
ofrecerles, para comenzar a realizar intercambios o agruparse con el fin de hacer una composición,
por ejemplo, tener la guacharaca completa a cambio de trabajar juntos/as otra persona sí. Estos
ejemplos pueden ser dados por el/la inspirador/a dependiendo la dinámica del grupo. Bajo la
nueva organización cada grupo tiene unos minutos para consolidar su composición y compartirla
con los demás.
El/la inspirador/a empieza contando la historia inspiradora del anexo 3. Esta historia sirve de
excusa para que el/la inspirador/a haga un paralelo con características que se indican de Steve
Jobs y las características que cada uno de los/as participantes halló de sí mismo. Esto, para invitar
a los/as participantes a que reflexionen acerca de las características que hacen a un buen
emprendedor y las comparen con las que descubrieron que tenían. Para esta reflexión, el/la
inspirador/a puede hacer las siguientes preguntas guía: a. ¿Son más conscientes de sus fortalezas
o de sus debilidades? b. ¿Qué papel juegan en el desarrollo de sus talentos otras personas que son
importantes para ustedes, como su familia, amigos, profesores? c. ¿Por qué es clave reconocer sus
talentos y aterrizarlos en un plan o Canvas, como hicimos en esta ocasión? d. ¿Por qué es
importante hacer pequeñas tareas diarias para alcanzar sus objetivos?
Tomando como punto de partida las reflexiones del momento anterior, especialmente el concepto
de familias democráticas, el/la mentor/a pide a los/as participantes conformar dos grupos y
representar con sus cuerpos una “maquina humana” en la que cada pieza debe tener una función
y estar conectada con las otras a través de un movimiento y un sonido particular. Una vez las dos
máquinas estén funcionando se invita a que un grupo observe el funcionamiento de la máquina
del otro y viceversa, mientras sus integrantes además explican qué tipo de máquina es y para qué
sirve. Para cerrar el encuentro se hace un círculo de la palabra en el que se comparten algunas
reflexiones y aprendizajes finales de lo vivido a lo largo de la sesión y especialmente en la creación
de las máquinas, algunas preguntas útiles pueden ser: ¿qué tuvieron que hacer para lograr el
objetivo?, ¿cuáles fueron las estrategias que construyeron?, ¿qué roles surgieron?, ¿cómo se
relaciona esto con la construcción de relaciones democráticas al interior de sus familias?