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El Pan - Elena
El Pan - Elena
El pan es un alimento básico que forma parte de la dieta tradicional en Europa, Oriente Medio,
India y América. Se suele preparar mediante el horneado de una masa elaborada
fundamentalmente con harina de cereales, sal y agua. La mezcla en algunas ocasiones suele
contener levaduras para que fermente la masa y sea más esponjosa y tierna. El cereal más
utilizado para la elaboración del pan es la harina de trigo, también se utiliza el centeno, la
cebada, el maíz, el arroz. Existen muchos tipos de pan que pueden contener otros ingredientes,
como grasas de diferentes tipos (tocino de cerdo o de vaca, mantequilla, aceite de oliva),
huevos, azúcar, especias, frutas, frutas secas (como por ejemplo pasas), verduras (como
cebollas), frutos secos o semillas diversas.
El pan ha sido tan importante en la alimentación humana que se considera como sinónimo de
alimento en muchas culturas, no obstante participa en muchos rituales religiosos y sociales:
como el matzoh en la pascua judía, la hostia en la eucaristía cristiana, el rito de bienvenida de
los pueblos eslavos que involucra el pan y la sal, etcétera. Antiguamente en las zonas rurales el
pan era elaborado en los núcleos familiares y poco a poco el establecimiento para dispensar el
pan, la panadería, ha ido cobrando importancia en las zonas urbanas.[3] Hoy en día existen
electrodomésticos específicos con los que se puede elaborar pan de forma muy sencilla, un
ejemplo: máquina panificadora.
El pan se endurece rápidamente, aunque se conserve en un lugar fresco y seco. Una vez duro,
puede aprovecharse de muchas maneras (torrijas, migas, puddings, pan rallado...). También se
puede congelar, metido en una bolsa impermeable, y descongelarse a 200 ºC; los resultados son
muy buenos cuando el pan se congela tierno (las panaderías tienen prohibido congelar el pan
sobrante y venderlo descongelado más adelante).
Las pastas frescas deben guardarse en la nevera. El pan de molde, sin embargo, se endurece con
el frío y es mejor dejarlo en un lugar fresco y seco, bien cerrado y protegido por sus tapas de
corteza.
Los panes hechos con cereales sin gluten ofrecen peores resultados en lo que a consistencia se
refiere). Obviamente, los celíacos, que sufren una intolerancia permanente al gluten, no pueden
probar los alimentos que contengan esta sustancia (vea la ficha nº 6, acerca de los etiquetados
especiales, y la nº 29, acerca de los alimentos infantiles).
Los ingredientes básicos, y necesarios para la elaboración del pan son sólo dos: harina y agua.
La sal es un componente opcional que se emplea para dar sabor y fortalecer la masa. En algunos
lugares no se emplea ni siquiera en la elaboración del pan (los famosos por sus características
son los panes elaborados en la Toscana, Italia). Según el tipo de pan que se trate se puede
incluir como cuarto ingrediente la levadura. Las culturas, las tradiciones, y las
características culinarias de las regiones inducen diversas variantes respecto a los
ingredientes; casi siempre la elaboración del pan de una forma determinada y
proporciona un carácter propio y característico a una región, o a una gastronomía.
Harina
La harina es el principal ingrediente del pan, consta básicamente de un cereal (o una mezcla de
ellos) que ha sido molido finamente hasta llegar a una textura en forma de polvo (por regla
general es sólo el endosperma del cereal). Dependiendo del uso final que se quiera dar a la
harina: pastas, panadería, repostería, se suele moler con mayor o menor intensidad hasta lograr
un polvo de una fineza extrema. Se suele comercializar en paquetes que rondan el kilogramo, el
embalaje se suele presentar en papel o cartón. Las harinas comercializadas en la actualidad
suelen llevar una mezcla de diversos tipos de cereal molidos, y por regla general suelen estar
enriquecidas.
Estas dos moléculas se organizan en los gránulos con una estructura cuasi-cristalina que absorbe
poca agua. Los almidones cumplen la misión de repartir la humedad de forma homogénea
durante el amasado y de proporcionar una estructura semi-sólida a la masa. La harina junto con
los lípidos existentes en los granos son los que proporcionan los olores característicos del pan.
Agua
El agua tiene como misión activar las proteínas de la harina para que la masa adquiera textura
blanda y moldeable. Posee además la capacidad disolvente acuoso de las substancias añadidas a
la masa, siendo además necesaria para la marcha de la fermentación. La composición química
del agua empleada afecta a las cualidades del pan.
El medio líquido de la mezcla puede también contener otras substancias líquidas con una
función similar a la del agua, como puede ser la leche, el suero de mantequilla, bebidas
alcohólicas como puede ser el vino o la cerveza o whisky de malta e incluso mezclas
avinagradas diversas.
La dureza del agua puede influir en la elaboración del pan debido a que poseen sales minerales
que favorecen la fermentación con las levaduras, por regla general las aguas de dureza media
son preferibles para la elaboración del pan Si es el agua dura la masa tendrá dificultad para
llegar a su punto de resistencia.
Sal
La sal es un ingrediente opcional en algunos panes, la misión de la sal es por una parte la de
reforzar los sabores y aromas del propio pan, y por otra parte afectar a la textura final de la masa
(pueden alcanzar hasta un 2% del peso total de la harina). Los panes tradicionales no suelen
llevar sal, sin embargo algunas masas como los croissant, o los brioche, poseen grandes
cantidades (por encima del 3%) con el objeto de reforzar y balancear el sabor de la mantequilla.
Se suelen emplear en la elaboración de panes sales marinas a ser posible con poco grado de
refinamiento y que se mezclan en las primeras fases de amasamiento de la harina. La sal
contribuye de una forma indirecta a la formación del color marrón de la corteza del pan, debido
a que retarda la fermentación y esto genera un "exceso" de azúcares que favorecen durante el
horneado la formación de estos colores dorados de la corteza. El consumo de sal que va unido al
riesgo de padecer Hipertensión arterial, ha llevado a las autoridades sanitarias de España y de
otros países europeos como Reino Unido, Francia y Alemania a establecer acuerdos con
distintas asociaciones de fabricantes de pan, para limitar el contenido de sal en el pan. De esta
manera, en los últimos cuatro años, en España, el contenido de sal se ha reducido desde los 22
gramos por kilo de harina que tenía en 2005 hasta 16,3 que tiene en el 2009, lo que significa un
descenso del 26,4%
Levadura