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CONDUCCIÓN DE CURA

(notas)

Asociación Libre, 1era Charla UBA – “¿Cómo ubicar el conflicto Inconsciente?”

El error fundamental de los practicantes es enfocarse en la información (enunciado) en vez del


lugar de enunciación, el lugar subjetivo que se ve en cómo comunica la info. Puede haber
informaciones iguales pero dichas de distinto modo, p. ej., venciendo una cuota importante de
Resistencia (si es un tema sensible, que avergüenza, algo de conflicto Icc debe haber), o desde el
sujeto del Icc (lapsus, etc.), o desde una posición más yoica (más del lado de la defensa, no
aparece mucha angustia, sino que la apacigua. Si no tuviera esa explicación, sí lo angustiaría),
como una explicación o justificación de por qué se es de cierto modo y por qué le pasa lo que le
pasa.

División subjetiva: El sujeto se divide fundamentalmente en dos sistemas, el Inconsciente y la


Consciencia. Hay algo que opera más allá de lo que consideramos que somos. ¿Cómo se
vinculan entre sí estos sistemas? No colaboran. Hay, más bien, conflicto. De ahí viene la
formación de compromiso: lo Icc se satisface lo suficientemente enmascarado como para que la
Cc lo tolere.

Hay que enfocarse en dónde aparecen las resistencias, las defensas. ¿Qué punto sensible se tocó?
¿Por qué reacciona así? De ahí podemos hipotetizar que algo del conflicto Icc fue tocado. Son
buenas pautas para ver en dónde poner el foco dentro de todo lo que habla el paciente. Es una
investigación.

Pautas de Investigación en las Sesiones:

-Lo que repite. Lo que no es “pura casualidad”. Podemos hipotetizar que no es la Cc la que
empuja a repetir eso. ¿qué es lo que repite que le genera angustia, displacer, etc? Ahí
empezamos a ubicar un poco el Icc. No es una lectura moral, sino ética. De nuevo, el punto no es
la info, o si lo que dice está bien o mal, mejor o peor. El punto es el juego interno de fuerzas de la
persona. Una parte busca emerger y otra se opone. No juzgo lo que quiere hacer, sino a dónde
apunta su recorrido discursivo. Enunciado / Enunciación. No encarar desde el sentido común.
Buscar la vuelta, el contrapelo.

La angustia habla de la posición subjetiva, revela algo de eso. Para el neurótico, completar al
otro y a su deseo (para ser amado, a su vez) le sirve como garantía en su fantasía. Le da
consistencia al mundo. No es preocuparse por el otro por ser buen samaritano (lectura desde el
sentido común). Es que, en completar al otro, el sujeto neurótico se juega su lugar en la escena.
“Necesito que me necesites para estar en la escena”. Se pone en juego una estructura. “Que te
preocupe tanto ese vacío me hace pensar que tu en la relación te ubicabas en un lugar de sostén,
como sosteniendo la relación” (muy común en los obsesivos).

HAY QUE INVESTIGAR. HACER TODAS LAS PREGUNTAS NECESARIAS PARA AMBOS
EXPLORAR MÁS LO QUE ESTÁ EN JUEGO EN UN SUCESO.

Asociación Libre, 2da Charla UBA – “Lectura de Fenómenos Clínicos”.

Es importante centrarse en que ambos sistemas están en conflicto. Nos podemos perder si nos
enfocamos nada más en el “discurso Cc”. Hay puntos de conflicto muy críticos, frecuentes, que
nos pueden orientar en la lectura de fenómenos clínicos:

Manifestaciones ppales del Icc:

-Lapsus.
-Sueños.
-Chistes.
-Síntomas.

Sin embargo, estos no son los únicos lugares en los que podemos hacer foco en la práctica
clínica. Podemos añadir:
Manifestaciones del Icc:

Emergencias del Icc o Sujeto del Icc: Emerge algo que el sujeto ve como extraño, como ajeno al
Yo y que puede dar angustia.

-Lapsus.
-Sueños.
-Síntomas.
-Chistes.
-Goce erótico: No tiene que ver con la voluntad Cc. No es controlable, tiene como vida propia. Si
queremos que aparezca, no aparece. Si no queremos, aparece. Cosas que no deberían calentar
(según el Yo), y calientan.
-Fantasías, ensoñaciones.
-Asociación Libre. (“¿Y qué se te ocurre con esto?”, tiene más que ver con la técnica
psicoanalítica).
-Ocurrencias más espontáneas, pueden ser fuera de la sesión y el paciente viene a contarlas.
Cosas que pueden ir en contra de las certezas del Yo o mandatos del Súper Yo. Puede buscar
defenderse de sus propias ocurrencias.
-Creaciones artísticas, sublimaciones, escritos… Pueden emerger ahí cosas que el Yo no
reconoce como propias o las contraría.

Cuando aparecen estas cosas, son cosas que podemos ver como claramente provenientes del Icc.
Cosas que vienen por fuera de la construcción imaginaria de la Identidad y que el sujeto no ve
como propias. Aparece división del sujeto.

Fracasos Yoicos: Donde aparecen las fallas. Perder cosas, olvidarse de cosas. Cosas que uno
tiene la intención de hacer, pero que fallan.

-Olvidos.
-Pérdidas.
-Fallas.
-Inseguridad: Donde uno siente que falla, que una parte de uno no es acorde al Ideal. Tiene
constantemente miedo a que eso quede expuesto (objeto MIRADA, que otro lo vea). Esta parte
uno lo ve como indeseable. A raíz de esto uno siente que dejaría de ser amado. Perdería el brillo
narcisista.
-Descontroles: Lugares donde la persona siente “perdí el control”. El Yo intentaba controlar algo
y eso se salió de control. Es bueno parar la oreja y preguntar “¿En qué perdió el control?”.
Usualmente, eso toca algo del Icc.
-Despersonalización: La persona se deja de reconocer. Hace algo que se sale de su Identidad.
Lugares donde el sujeto trasciende la identidad narcisista donde se Identifica. Algo de eso se
rompe y aparece el Sujeto del Icc. Puede ser de lo que más angustia a las personas. (Ej: “Perdió
la virginidad, y luego perdió el DNI como acto sintomático”).
-Impotencia, eyaculación precoz: El sujeto está queriendo demostrar virilidad y el órgano no
responde. Fracasa la intención Yoica.

Fuera de las Manifestaciones del Icc, están:

Defensas:

No son lugares donde el Icc logró emerger o hizo fracasar al Yo, sino lugares donde el Yo
mantuvo a raya al Icc y se defendió de él. Podemos hipotetizar que allí donde hay una defensa,
más acá de ella hay algo del Icc.

Reactividad emocional:

-Resistencias desmedidas, exageradas. ¿Qué punto se tocó para ameritar esa reacción?
-Angustia.
-Vergüenza.
-Culpa.
-Asco.
-Miedos.

Generan la pregunta de ¿por qué el sujeto reacciona así ante esto? Se cubre la satisfacción Icc
con displacer Cc. P. Ej. Siente el impulso de querer lastimar a alguien, y conscientemente se
arma un miedo para evitar que se satisfaga ese impulso Icc.

Control:

-Racionalizaciones, explicaciones de por qué le pasa lo que le pasa. Aparece algo que les
angustia y ya tienen una teoría de por qué es. Hay que discernir si es una asociación o si está
intentando cerrar la investigación. Son formas de sellar la pregunta.
-Planear la sesión por adelantado. Viene a contar cosas que ya pensó para que no aparezca nada
nuevo, nada que lo sorprenda ni que abra pregunta.
-Hablar por hablar (ojo, saber discernir).
-Hablar por encima del analista.
-Detalles y rodeos excesivos, sin ir al nudo del cuento. Estirar la sesión y no decir nada
importante sino hasta el final (si acaso).
-Proyección de culpa, donde el sujeto en vez de preguntarse sobre sí mismo, pone la
responsabilidad en otra persona. No se pregunta si tiene que ver con lo que le pasa.

Proyección: Proyecta al otro el deseo inconsciente y ataca al otro como se atacaría a él mismo.

-Críticas exacerbadas hacia el otro. Es una manera de defenderse, pero también es una forma de
introducir el tema como si no fuese con él. Si viene a hablar de ello, tal vez es importante.
-Celos neuróticos: Proyecta en el otro el deseo propio. Se vincula también con la paranoia y el
ocultamiento de los propios deseos.
-Paranoia: Sensación de que el otro se da cuenta de algo que uno intenta ocultar. El yo intenta
escamotear algo que el Icc quiere que se satisfaga.
-Victimización del Yo y el endemoniamiento del Otro.
Mecanismos de reaseguramiento narcisista: Compensaciones.

-Condiciones protectoras de la Angustia: p. Ej., rituales obsesivos. El sujeto se ve compelido una


y otra vez a hacer acciones que lo protegen de algo que lo angustian. El Icc siempre va a insistir,
a hacerlo sentir “sucio”, así que siempre se va a lavar. ¿Cuál e sla defensa, y de qué se defiende?
-Reparaciones: El sujeto se siente en falta respecto a algo, como una transgresión, y compensa
adecuándose al ideal lo más posible.
-Comprar transgresión: Es obediente por adelantado intuyendo que próximamente cometerá una
traición. Es obediente para PREMIARSE por la transgresión. ¿qué es lo que le da culpa?
-Bondades reactivas: Ante un impulso agresivo, se vuelve excesivamente bueno. Un ejemplo es
el fenómeno de la sobreprotección, que suele compensar un impulso agresivo Icc. No hay
suficiente protección que apacigüe el impulso agresivo, así que protege más y más y más.
También cuando un hombre no puede no pagar todo en una relación de pareja. Otro ej: “¿Por qué
le es tan insoportable quedar en deuda conmigo?”.
-Agresiones reactivas: “Estas personas que siempre te tienen la mala onda”. Lo primero siempre
es un mal comentario. Si te gusta algo del otro, eso queda del lado de ser débil, vulnerable. Esto
no es acorde al Ideal y angustia. Sobredominar, tener el control, siempre tener el poder. Muy
común en los obsesivos.

Moral: Aquí suele estar en juego lo que el sujeto dice que está mal. Juega como defensa ante los
propios aspectos Iccs, desconocidos del sujeto. Decir que algo es egoísta, superficial, vulgar,
inferior, malo, enaltecido, etc.

Transgresiones: Transgrede algo y se arrepiente. Es como un juzgamiento moral retrospectivo,


después de haber cometido el acto. “Me mandé una recagada.- ¿Cuál es la cagada?”. Traspasó un
límite de lo permitido. Algo del sujeto piensa que es demasiado hacer tal cosa. “¿Demasiado por
qué?”. Se nombra también como “Desubicación”, se pasó. Ej. Del robo: “Se apropió de algo que
no debería ser de él. No es por el delito en sí o porque sea un objeto caro. Es algo del orden del
deseo que rompe la identidad”.
Desapariciones: Donde el Yo se va de la escena. El Sujeto del Icc se realiza cuando aparece el
lugar de vacío donde desaparece el Yo. Desaparecerse del campo del otro, y la satisfacción de
que el otro no sepa donde estoy. Está también en correrse del lugar que le es demandado a uno.
No responder a la demanda del Otro. También, lo que buscan otros sujetos yéndose a vivir al
exterior. Ahí el sujeto está pensando cómo desaparecerse de una escena. “Él quería irse así le
duela”.

Asociación Libre, Charla en la UNR – “Consejos al Futuro Profesional”.

Una buena posición, al asumirse como autoridad, trascendiendo la dicotomía de saberlo todo o
sentir que no se sabe suficiente todavía (ambas relacionadas con trabas en la operación del
Nombre del Padre), es decir: “nadie tiene la posta, pero eso no significa que no puedo aprender
del otro y que algunos de mis aportes pueden estar equivocados”.

Una posición común es formarse pensando que se accederá a un saber ya acabado. Este saber
suturará la falta y me “hará sentir autorizado para ejercer”. Esto es posponerlo ad infinitum. El
eterno estudiante. No está impulsado por el deseo, sino por el tener que saber.

También está la posición del explorador, sin fin preestablecido. El placer de la investigación.

-Lugar del saber: saber sabido, cristalizado, nada nuevo.


-Lugar del Investigador: permitirse lo nuevo, la pregunta. Darle lugar al error, a la equivocación.
Una posición que relaja un montón.

Dado por esa división del sujeto, se ve que el Icc tiende a un lado y el Yo al otro. Por eso Lacan
decía que uno estafa al Yo, que viene buscando ayuda, sutura, completud, mientras uno le da
lugar al Icc.

“Si no tienes la motivación de un problema que te está haciendo ruido, no hay análisis”.
Asociación Libre - “Las Inseguridades”.

La castración está en el núcleo de toda neurosis. Está relacionado a la falta, la falla, la


incompletud, tanto las nuestras cómo la del otro (y el Otro). La inseguridad es un tipo de
manifestación específica de la castración.

¿Cuál inseguridad es analizable? Psicoanalíticamente, no nos referimos simplemente a sentirse


en menos o en falta respecto a algo. El tipo de falla que ubicamos acá tiene la cualidad de ser
intolerable. Esto define la inseguridad en su conexión con lo Icc. Es intolerable en el sentido de
que al sujeto le cuesta MUCHÍSIMO nombrarla. Cuesta mucho hasta pensar en ese punto de
inseguridad. Es un punto de angustia también. Muchas veces están ocultas para nosotros mismos.
Gran parte de nuestra personalidad se construye alrededor de estos agujeros, para defenderlos,
negarlos, compensarlos… pero nunca se tiene éxito completamente. Siempre está esa falla.
Nunca se compensa “lo suficiente”.

En general no se ven a primera vista. Lo que se ve son la compensaciones y


sobrecompensaciones. Cuando quiere defender, sobreponerse demasiado, ponerse cómo
triunfador, etc. El sujeto hace gran esfuerzo para minimizar la inseguridad y hacer que no se vea.
Es decir, tiene mucho que ver con el OBJETO MIRADA. Este factor a su vez introduce al Otro,
que es el que nos mira, y el factor Imaginario. Vinculado a la comparación narcisista. Cuando
uno se siente en falta, siempre es en comparación a un ideal, el cual muchas veces puede ser Icc
y no nos damos cuenta de él. No hay forma de sentirse en falta si no es a partir de la
comparación. Al estar en el plano imaginario (si bien puede haber una lectura simbólica: “soy
débil, soy vulnerable, no soy lo suficientemente fuerte”), muchas veces se encarna en una parte
del cuerpo; es decir, una parte del cuerpo revela lo que se quiere ocultar al Otro. Si sale a la luz,
uno perdería valor. Si las otras personas se dan cuenta, PODRÍAN APROVECHARSE de esa
vulnerabilidad. Es una fantasía muy común: que el otro se aproveche de mi falta.

Hay varias que son las más comunes:


Sentirse en falta en cuanto a sentirse débil: En general se ve en la clínica cómo alguien
exageradamente fuerte, invulnerable, no le da lugar alguna a la propia vulnerabilidad. A
cualquier cosa que lo pueda hacer caer en un lugar de dependencia, deuda, etc. Lo que se ve es la
negación extrema. Es muy frecuente ver que ante la inseguridad de la falla hay disimulación,
renuencia a nombrar la falta.

Las mujeres pudieran sentirse en falta en cuanto al ideal fálico, a “ser el falo”. Buscar ser
deseada, ser LA mujer, etc.

Inseguridad en relación al saber: Se ve cómo un intento de negar el no-saber. Siempre intentando


saber todo, sin mostrar ignorancia. Nada de lo que me dice el otro es nuevo, siempre es ya
sabido. No valida nada nuevo. Se esfuerza por demostrar.

Dado que la inseguridad incide desde lo imaginario, causa que la compensación pasa por la
competencia y la agresividad. Dado que lo imaginario conlleva relaciones duales, se entra en una
lógica de “o el otro, o yo”, “o gano, o pierdo”, “todo o nada”. Entonces la forma de reafirmarse
es siempre en relación al otro. Si mi inseguridad icc pasa por sentirme débil, la manera de
subsanar eso es sobreponiéndose al otro o malponiéndolo. Hago que el otro quede en una
posición débil. “Yo ser más deseable que... “. Lo mismo aplica al plano del saber y lo demás.
Incluso estando solos, a pesar de que puede ser más tranquilo, meramente imaginarse siendo
visto puede generar angustia. Uno a uno, el sujeto impone el frame que reafirme su
identificación narcisista. Impone una forma de vínculo. Por otro lado, la ansiedad social tiene
que ver con que quede expuesto algo que no quiero que se exponga cuando hay muchos otros.
Además de que no se puede controlar todo con varias personas, no te puedes sobreponer a todos.

Hay dos tipos de vínculos demarcables según esta lógica (sin que sean los únicos):

-Vínculos donde se reafirma la identidad narcisista. Llenos de tensión. Vínculos superficiales.


Siempre hay una parte que se oculta. Son vínculos que cansan.
-Vínculos más libres: Menos tensión. Más relajación. Soltar. Mayor Intimidad. Son interacciones
que no cansan.
¿Cuál es el punto realmente clave que aporta el psicoanálisis en cuanto al tema de las
inseguridades?

La exploración de las inseguridades conduce a que va más allá de sentirse en menos. El


psicoanálisis llega a que hay un goce en el que se falla. No es solo fallar al ideal (que de seguro
hay un goce de fallar al ideal). Sino que hay un goce que está en discordancia con el ideal (OJO:
Considerando todo el peso del hecho de que el ideal proviene del registro de Lo Imaginario).
Esto es lo que es intolerable e irreductible. Por eso es incompensable. Hay un goce tuyo que no
corresponde con el ideal masculino. Ese punto toca lo más íntimo de nosotros. Lo mejor que se
puede hacer es darle un lugar a ese goce. No es suturable esa falla, porque ese goce que es
contrario al ideal va a insistir, y nos hará sentir que no somos suficientemente Xs cosa. Hablar de
reforzar el autoestima es reforzar el narcisismo e ignorar la dimensión real, Icc, de la castración.
Se trata de aceptar ese goce, lo cual es más fácil decirlo que hacerlo. Si uno hace las pases con
eso, con el costo narcisista que implica, se vive una cuota importante de relajación. Hay algo
que se satisface en contra del ideal.
Juan Manuel Martínez - “¿Qué es la demanda del Otro?”

“Un neurótico insiste en su síntoma porque asume la demanda del otro cómo algo que tiene que
practicar frecuentemente”.

Relación entre síntoma, demanda y el Otro: El Otro en la teoría de Lacan se define a grosso
modo cómo el lugar del Lenguaje, de los significantes. Funciona cómo un aterceridad en las
relaciones de los partenaires. Es una terceridad en otro nivel. El Lenguaje no es acuerdo entre tu
y yo en el que entendemos perfectamente y sin mediación nuestras ideas. Es una terceridad, un
sistema de códigos, un lugar de códigos que nos permite hablar. El Otro no es nadie. Es un lugar
donde están las reglas del Lenguaje.

A la altura del Seminario VI: “El Deseo y su Interpretación”, Lacan plantea un grafo del deseo.
Ahí Lacan articula la relación entre el sujeto y el Otro. Hay una relación entre el deseo del Otro y
el sujeto, estructurada según una pregunta: “¿qué me quieres? ¿qué quieres de mi?”. La pregunta
presupone que el otro quiere algo, y que además yo tengo aquello para darle. Además supone que
yo PUEDO hacer eso. “Cómo me da la sensación de que el otro quiere algo, me pregunto “¿qué
tengo que desear para que me ame?”. Lo que está de fondo es el amor. Ese otro no es una
persona. No es nadie. Es una pregunta existencial. Se le pregunta, precisamente, al lugar donde
está el lenguaje. Por ello suponemos que puede haber una respuesta. Por eso cuando hago la
pregunta, la recibo invertida en forma de afirmación, cómo si el otro quisiera que fueras algo.
Supones que se nos puede responder con un afirmativo. Aquí es donde se juega el circuito del
deseo: al pensar que al otro le falta algo y que podemos completarlo. En este punto se articula la
neurosis.

A partir de lo anterior es que Lacan vendrá a decir que la pulsión es la relación entre el sujeto y
la demanda del Otro, entendida cómo la respuesta que “recibimos” del otro al preguntarle “¿qué
me quieres?, ¿qué debo desear para ser querido?”. No hay que perder de vista que el Otro no es
nadie. Es simplemente el lugar donde hace eco la pregunta del neurótico. Ya el neurótico está
capturado y obligado a ser eso que piensa que el Otro quiere que sea. Es esa demanda, esa
pulsión, lo que repite en la clínica. Es lo que quiere dejar de hacer, pero no puede dejar de
hacerlo. Es el síntoma. Esta pulsión de origen Icc, producto de la demanda del otro, se encuentra
con muchas variables de índole social, moral, y el deseo particular del neurótico, por lo cual no
se llega a cumplir a rajatablas. Ahí es cuando se forma el síntoma cómo modo paradójico de
cumplir la pulsión, que tiene la intención, por un lado, de que la pulsión sea conocida pero a la
vez se le tergiversa. Es un modo alternativo de la satisfacción de la pulsión. Es decir, el síntoma
es un modo alternativo de satisfacer la demanda del otro.

Dentro del consultorio, tratamos precisamente de escuchar qué es lo que dice el síntoma. De qué
tipo de demanda pulsional da cuenta ese síntoma que la persona no puede parar de repetir. Una
vez que identificamos la demanda del Otro, tenemos que dar cabida a la pregunta de en qué
momento impactó esa demanda en el sujeto. Cuándo se le ocurrió suponer que el otro deseaba
algo y que él podía completar eso. ¿En qué sentido sacrificar su vida neuróticamente haría que el
otro gozara? Parte de desenredar eso es caer en cuenta de que el Otro no existe, lo que se dió fue
un embrollo neurótico que nos hace suponer la falta en el otro y nuestro lugar cómo correctores
de esa falta.
Juan Manuel Martínez - “¿Por qué la angustia es ‘lo que no engaña’?”.

Cuando Lacan habla de que la angustia “engaña”, lo hace en el contexto de una oposición entre,
precisamente, la angustia y el significante: El significante es lo que engaña y la angustia es lo
que no engaña. Todo esto viene de la propuesta de Lacan de que la angustia NO es sin objeto. No
engaña en relación a su objeto.

La angustia tiene otra clase de objeto, preparado por la rejilla del corte, del rasgo unario, lo que
opera siempre cerrando el labio. No es el mismo objeto del significante (el “es eso”). Esto no
significa que el objeto de la angustia sea similar al del significante. En el significante es posible
engañar. Crea una realidad con estructura de ficción. La angustia es el corte sin el cual la
presencia del significante no funcionaria. Sería imposible. El corte se abre y deja aparecer lo
inesperado, la visita, la noticia. Es el pre-sentimiento. Y es fuera de duda. El sentido engaña, la
angustia no. Su objeto no tiene que ver con el significante. La angustia es el anuncio de
suspensión de la función lingüística del engaño, de la producción de sentido (puede hacer
tambalear el fantasma). El yo se defiende de aquello para lo cual la angustia es señal.
Asociación Libre - “La Escucha del Analista”

“La escucha de un analista debería atravesar la barrera de la moral.


Y con esto no me refiero únicamente al bien y al mal más obvio, sino también a algo más sutil:
el bien, en el sentido del buen uso de la vida.

Esto es algo muy simple, pero, sin embargo, muy difícil. Es parte de la experiencia cotidiana de
la sociabilización, el encontrarnos con la ‘sabia’ opinión ajena, cuando contamos lo que nos
aflige. Algo tan elemental como escuchar qué es lo que sucede, no se produce, porque
inmediatamente la persona que ‘escucha’ cree comprender, y acto seguido emite un consejo o
veredicto. La prisa con la que esta comprensión opera, tapona toda posibilidad de alojar la
verdad del sujeto que tenemos enfrente. Es siempre importante tomarse el tiempo de
preguntar, y repreguntar, para intentar realmente captar por dónde pasa lo que la persona está
diciendo.

En este comprender demasiado pronto se asumen muchas cosas: que el sujeto quiere el bien;
que quiere paz; que quiere salud; que quiere estudiar; que quiere ir por el buen camino; etc. el
bien está asumido. Sin embargo, ¿cuánto del goce de la vida escapa al bien? ¿Cuánto se
aprende en esos desvíos del buen sendero?

Esta escucha por fuera de la asunción inmediata del deseo del bien, es lo que, a mi entender,
debería caracterizar a la posición del analista”.
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“Balint no es un imbécil, escucha a esta persona como un hombre que ya ha oído muchas
cosas, a muchas personas, que ha madurado. Y no comprende. A veces sucede. Hay historias
como esta que no se comprenden. Cuando no comprendan una historia, no se acusen de
inmediato, dígase: no comprendo, esto debe tener un sentido. No sólo Balint no comprende,
sino que considera que tiene derecho a no comprender. No le dice nada al señor, y lo hace
volver."

Luego cuenta Lacan que, el hombre, en su segunda sesión le dice: "Usted es el primer hombre
sincero que encuentro; ya conté todas estas cosas a varios colegas suyos, quienes vieron
enseguida el indicio de una estructura interesante, refinada. Le conté todo esto como un test,
para ver si usted era, como los otros, un charlatán y un mentiroso."
Para quien le interese la cita, es de la página 332, seminario I, tomo Paidós. Específicamente la
clase del 9 de Junio de 1954.

Creo que es acertado, como bien indicaste, tener paciencia, y permitirse como analista –y
también como analizante, quién dice ¿por qué no?– permitirse, cuando aparezca, el no saber.
La experiencia clínica demuestra –también lo explica Norberto Rabinovich en su Nombre del
Padre– que si uno no fuerza el saber, es posible, que algo de la verdad emane, ya sea en un
fallido, en un sueño, en un chiste, etcétera.
Ya que el saber está más del lado del preconciente-conciencia, y la verdad es idéntica al
inconsciente. "Quitar las amarras del saber" me gusta decir.”
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La escucha del analista debería atravesar la barrera de la moral. No juzgar si lo que dice está bien o
mal. Simplemente DARLE LUGAR A LO QUE CUENTA EL SUJETO. Esto implica incluso el bien en
cuanto al buen uso de la vida. Ahí tampoco debería tomar posición el analista. Esto puede frustrar al
paciente porque el analista se apura en comprender, aconsejar, solucionar. Esta frustración tiene que
ver con no sentirse escuchado. Por no haber podido desplegar totalmente aquello que lo aqueja.

Al hacer esto, estaríamos asumiendo que el sujeto quiere el bien, que quiere paz, que quiere salud…
etc. Que quiere ir por el buen camino (que pensamos que conocemos). Pero mucho del goce de la
vida está en los desvíos del buen sendero. Esto es a lo que le damos lugar. El Icc SIEMPRE es
opuesto al bien. NO COMBATIR EL SÍNTOMA CON ARMAS.

Significación retroactiva de lo opaco (síntoma). La palabra es pacificadora de los conflictos del


imaginario. Devolverle al sujeto una palabra que lo haga mirar lo que le pasa (hay dificultades con
esto, por ejemplo, cuando hay padres muy silentes que no le tramitan al niño, con la palabra, lo que
les pasa, dándole continuidad al caos en el que están inmersos. La palabra da una demarcación a
ese caos, y una vía de salida). Esto permite cortar el desplazamiento maníaco de una situación a otra
sin abrir la pregunta de por qué pasa lo que le pasa.
Todd McGowan - “Death Drive”

En principio, no actuar por placer o por nuestro propio bien. La manera en que nuestras acciones
nos afectan negativamente. Es la destrucción en pro de la destrucción, sin motivo ulterior. Se
sobrepone a nosotros, cómo no poder dejar de hacerlo. Cuando llega el corte ejercido en el
psicoanálisis por “Más Allá del Principio del Placer”, Freud lo señala cómo retornar a
experiencias no placenteras e incluso traumáticas. Freud divide la satisfacción del primer acto y
la del segundo. Hay satisfacción también en la pérdida.

Freud argumenta que al retornar a estas experiencias, el sujeto se vuelve activo en la situación
traumática y busca controlarla (esta explicación no fue satisfactoria).

Esto se engloba en la llamada compulsión de repetición. Un empuje a repetir una condición


anterior.

Según el Ppio del Placer, este se obtiene con la descarga. Pero en pulsión de muerte, este se
obtiene con su acumulación. Es una manera de traerse problemas para, precisamente, mantener la
excitación. El principio de placer, jerárquicamente, está debajo de la pulsión de muerte. Le sirve.
Elimina la excitación SÓLO para que la pulsión de muerte cree más. Le da a la pulsión de
muerte algo que hacer.

Para Lacan, en su Seminario 7, la pulsión de muerte es una manera de ir más allá de lo


simbólico. La destrucción del mundo para EMPEZAR DE NUEVO. Es también una voluntad
para empezar y crear de nuevo. Creacion ex nihilo.

En Seminario 11, Lacan modifica su idea sobre pulsión de muerte. Dice que la pulsión sigue un
movimiento circular y habla de la satisfacción inherente al sujeto. No es placentera, pero si
satisfactoria. La pulsión se satisface al NO obtener el objeto, no al obtenerlo. Lo único que el
psicoanálisis puede hacer es acortar el circuito. Que no genere tanto embrollo. La pulsión quiere
producirse a sí misma al fallar en obtener su objeto. La satisfacción de la repetición está en fallar
cada vez. LA PÉRDIDA ES EL OBJETO MISMO DE LA PULSIÓN DE MUERTE.
Esto nos revela que los objetos no tienen valor en sí. Asumen valor LUEGO de que los hemos
perdido o sacrificado.
Asociación Libre - “Moral Neurótica (Obsesiva)”

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