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LA JUSTICIA PARA LOS GRIEGOS

Para los griegos, la justicia y las leyes va a ser un factor muy importante.
En el Critón, en el diálogo con la personificación de las leyes, Sócrates
destaca la importancia de la educación que ha tenido en la ciudad y uno
de los elementos que le debe a las leyes de la ciudad, es su propia
educación como la música como la gimnasia, y la educación que lleva a
cabo en la plaza pública de alguna forma en la apología. Hay una paídeia
base que tiene relación con un carácter cultural para la época, para el
pueblo griego, en el que van a aprender a ser virtuoso. El ser justo, va a
ser una de las principales virtudes que se van a tener en cuenta. La
justicia va a ser muy importante para los griegos en general.
En el siglo VIII a.C con Homero y con el mismo Hesíodo, nos
encontramos que la justicia es un elemento fundamental y que está
presente y determina de alguna manera el quehacer del pueblo heleno y
los define de alguna manera. Werner Jaeger, en la alabanza de la ley
dice respecto a este tema: “La conclusión, que de esta concepción de la
deidad suprema se desprende, es que el aspecto jurídico era el
predominante en la idea que tenía Homero en la autoridad real en la
tierra, reflejada en su idea de los dioses. En el escudo de armas de
Aquiles, decorado con escenas que representan la actividad humana, con
una plenitud realmente filosófica, brindaba las polis el marco que
abarcaba la vida griega en todos sus pormenores.” Recordemos que en la
Ilíada, Hefesto le hace una nueva armadura a Aquiles y le entrega un
nuevo escudo –que tiene representaciones maravillosas—y es una de las
rapsodias más importante porque da una imagen de la vida en Grecia.
Nos muestra la cultura griega y los elementos que querían destacar.
Sigue Jaeger: “He aquí, ante nosotros, a la ciudad en paz y en la guerra,
en la ciudad que goza de paz, vemos reproducida en el centro del cuadro,
la solemnidad de un pleito judicial; los ancianos de la ciudad sentados
sobre pulidas piedras en la plaza actúan como jueces en una causa de
homicidio. No podríamos encontrar expresión más elocuente de la
concepción homérica de la ciudad humana fundada en la justicia, porque
el poeta no se propuso describir una simple causa, sino simbolizar la
justicia como principio general. Esta idea informa toda su obra ética. En
la Odisea, cuando Ulises desembarca en un país desconocido se
pregunta con cierta ansiedad: ¿quiénes morarán en esta tierra? ¿Serán
malhechores o salvajes sin justicia? ¿O gente que honra al forastero y
teme a los dioses?
En el pensamiento homérico, pues, era la justicia la línea de
demarcación entre la barbarie y la civilización, donde quiera que la
justicia impere, es al hombre tierra firme, gozando de seguridad y
protección en su persona y sus bienes, a salvo incluso como peregrino en
tierra extraña, el mundo bárbaro de los ciclopes –que aun vivían en un
estado de naturaleza primitiva—, es un mundo sin derecho, en el que
cada cual es señor y juez de su mujer e hijos, usurpando así el poder que
en una comunidad homérica solo los reyes ejercían.
Con esto Jaeger, pone el centro la idea de justicia está en el centro por
eso. En la Paídeia la principal educación de los griegos estaba
establecida en la enseñanza en Homero en la Ilíada y en la Odisea, es
allí que los griegos toman los principales valores y las principales
virtudes. La justicia, es sin duda una virtud importante en el siglo V y
IV. En la literatura de la época se expresa en la tragedia hay distintas
manifestaciones de la importancia de la justicia para el pueblo griego.
En la misma tragedia de Esquilo, en la Orestíada, por ejemplo, que rol
juega la justicia y que es lo que se entiende por justicia y como es que la
venganza de Orestes, Clitemnestra y de Electra, son elementos que
ponen en juego la justicia y las divinidades. En Sófocles, en Antígona –
no olvidemos que es del 442 aproximadamente se habría representado–.
También recordemos que las fechas de Sócrates son del 470 al 399 a.C.,
es decir, son contemporáneos y tenemos una idea similar y valores que
se conservan culturalmente. Por otra parte, Platón es del 427 al 347 a.C.
Muy cercano a estos elementos.
Por último, con Medea –que es del 431 a.C—, de Eurípides, está
también el problema de la justicia instalado, y como Medea recrimina a
Jasón es el haber roto ciertos juramentos ante las divinidades, lo cual es
un acto de injusticia ante ella y las divinidades, un doble acto de
injusticia. Ella recrimina como un acto vil de Jasón, no solamente la
traiciona, sino que Jasón comete un acto como una persona que no tiene
virtud y se va a presentar ante ella y la comunidad, como un ser que
escapa de virtud.

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