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FUNDACIÓN RÓMULO BETANCOURT.

HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE VENEZUELA.


PROFESOR: JOSÉ ALBERTO OLIVAR
JESÚS DAVID VARELA RAMIREZ.
C.I. 28.052.839

LA PRIMERA REVOLUCIÓN DE CARACAS 1808-1812:


JUNTISMO, ELECCIONES E INDEPENDENCIA ABSOLUTA.

ENERO, 2023
LA PRIMERA REVOLUCIÓN DE CARACAS 1808-1812: JUNTISMO, ELECCIONES E
INDEPENDENCIA ABSOLUTA.
La primera revolución de Caracas fue un hito político e histórico que ocurrió en
Venezuela luego de la crisis que comienza en España a partir de 1808 que puso a la
península y a Europa en peligro por las guerras napoleónicas, en América también se
sintió este problema que venía a trastocar el orden prevaleciente. En nuestro país en
particular, se tuvo primero en 1808 lo que ha denominado la historiografía como
“Conspiración de los Mantuanos”, para lograr una Junta de Gobierno independiente en
la Capitanía, sin embargo, fue delatada esta conspiración.
Por otra parte, hubo otra revolución que fue el 19 de abril de 1810 con la “mascara de
Fernando” como lo llama la Dra. Carole Leal, en la que se tiene la caricaturesca escena
del balcón y que se ha conocido muy mal por parte de la historiografía que se habían
liberado de España, cuando fue la reivindicación de los derechos de Fernando VII; por
último, no fue hasta el 5 de julio de 1811, que se terminó de consolidar una larga
trayectoria que se vino desarrollando aproximadamente desde 1797, con la Revolución
de Picornell, Gual y España, como explica pertinentemente Pedro Grases (por
supuesto sin contar las otras revueltas que hubo en el territorio a lo largo del siglo
XVIII), de una lucha y conquista para lograr su libertad e independencia.
De manera que, vemos que si bien es cierto que no había indicios a finales del siglo de
que Venezuela iba a obtener su independencia (como explica en sus diarios Humboldt),
el país pasó por varias fases y etapas que permitió construir lenguajes políticos en los
que los criollos se sintieran identificados con el autogobierno, la libertad y la
independencia, para así obtenerla finalmente en ese año de 1811 que tanto se
recuerda.
Primero, entendemos que hubo proceso de crisis como fue el proceso de
desindustrialización. Provocado por la abundancia y disponibilidad del oro y de la plata
de América; por la expulsión de importantes sectores de la población activa (moros y
judíos); por el tradicional desprecio hacia el trabajo manual; por la rigidez de las
reglamentaciones feudales y el mantenimiento y acentuación, durante el imperio, de las
estructuras y relaciones de producción feudales. España fue haciéndose importador de
manufacturas y exportador de materias primas.
Por otra parte, la ruina de la agricultura por concentración progresiva de la propiedad
territorial en manos de no más de 25 linajes (unas trescientas familias) —alta nobleza—
con dedicación casi exclusiva a la ganadería lanar, en desmedro de la producción de
trigo y otros productos alimenticios que incrementaron el volumen de las importaciones.
La penetración y dominio del capital extranjero en los sectores más lucrativos de la
economía península: genoveses, franceses, holandeses, ingleses y alemanes que
lograron establecerse directamente o por vía interpuesta en Cádiz y en Sevilla,
alcanzaron a controlar parte sustancial del comercio entre España y las Indias;
operaron como intermediarios en el comercio de España con el resto de Europa y
dinamizaron la transmisión del excedente del oro y la plata de América a las economías
emergentes de los países del Atlántico Norte.
Por último, la crisis económica general del siglo XVII provocada por una de las
inflaciones más grandes de la historia, a consecuencia de las remesas del oro y
principalmente de la plata de América. Más violenta en España, receptor dinero, con un
aparato productivo débil y en franco deterioro. Alza insólita de precios y de salarios, sin
progreso técnico que rebajara los costos, se aceleró la propensión a importar. Esto
afectó las industrias básicas de la defensa como la metalúrgica y la industria naviera.
Incapacidad de abastecimiento con América, auge del contrabando que llegó a
abastecer un 40% a 50% de la demanda colonial, para provecho y poderío de las
naciones rivales cuyo comercio fue acumulando los recursos financieros que exigiría la
fase industrial del capitalismo, militarmente respaldada por un poderío naval creciente,
frente al desastre militar de España en las postrimerías de Felipe II y bajo los últimos
Austrias.
Todo este panorama permitió que hubiera un descontento interno con España, que
terminó de finiquitar (no la única) con las jornadas del Escorial y la Revolución de
Aranjuez en 1808. Es importante acotar que este período ha sido mal estudiado y ha
generado –no pocas—confusiones y vacilaciones. Cuando dicen que se sienten en una
“orfandad política”, es que han perdido la tutela del padre que los gobernaba que era el
rey, que no se sienten capaces de tomar sus destinos por sí solo, no requerían de la
voluntad y consentimiento, explica Juan Carlos Rey, por lo que no tenían capacidad de
opinión crítica por decirlo de alguna manera. Hay que tener en cuenta que un país que
no puede tener la capacidad de “libertad” no puede considerarse capaz de quitarse el
estado de “orfandad” en que dice hallarse, se siente perdido totalmente y necesitan
algo que las adhesiones y los mantengan en una unidad política.
Las Juntas que se establecen, comienzan a tener autonomía como la de Sevilla y se
comienza a tener el lenguaje patriótico y de virtudes a acciones heroicas que
permitieran dar valentía y fuerza como los héroes de Grecia y de Roma, para así luchar
y tener el coraje contra los franceses y los usurpadores. Esto permitió que se sintieran
cada vez más autónomos para así tomar sus propias decisiones, no sentirse más como
huérfanos, lo que terminó de consolidarse que la Junta Central se refugiase en Cádiz
para evitar que España fuera pérdida: se transformó en un argumento político.
Los ciudadanos y vecinos, que ya eran conceptos que se utilizaban en el siglo XVII y
XVIII como parte del vasallaje, cambia por completo al republicanismo en el que todos
los hombres serían libres y tendrían el título de ciudadano como una nueva moral
política con virtudes y derechos. Un ciudadano sería parte de la comunidad política si
es activo, si era pasivo, no podría. Ese requisito de ser vecino y ciudadano para poder
elegir autoridades figuró en el articulado del Reglamento para la elección de diputados
al Congreso de 1811 dictado por Juan Germán Roscio en 1810 como explica Naudy
Suárez Figueroa.
La revolución de Caracas abrió la puerta y el camino del autogobierno y autonomía
como lenguajes políticos que permiten por primera vez sentirse igual respecto a los
peninsulares; la formación de juntas de gobierno es un factor innovador en el ensayo
republicano. Roscio por esa razón hizo el reglamento para la elección de los diputados
para que pudiera haber una convocatoria y el derecho a la participación política, en
condiciones de igualdad y de ciudadanía. Sin embargo, los reglamentos de elecciones
de Roscio, es novedoso por la noción de “hombre libre” con “casa poblada” y por el
tamaño de la población, no por su calidad de sus habitantes, incluyendo a las mujeres,
niños y esclavos en las matrículas que se encontraban sin derecho al voto, a través de
la recolección individualizada.
Todos tendrían la oportunidad de la representación, de manera que ese reglamento y
mecanismo de elección de dar ese consentimiento, es lo que da forma a los gobiernos
representativos como explica la Dra. Carole Leal. Es pertinente señalar que este tipo de
reglamentos fueron necesarios para así evitar lo que dice Roscio de los peligros de las
reuniones tumultuarias. La representación y la elección les dio confianza para no seguir
sintiéndose en “orfandad” y no caer en un marasmo y una hecatombe ante los sucesos
que ocurría, en Europa.
Posteriormente, esto desemboca en el 5 de julio de 1811 con la “alianza, liga y unión”,
para formar Estados individuales, para el nuevo ejercicio de la soberanía de propiedad
que se quería: los contratos de la justa igualdad en el derecho natural, romper con el
antiguo vasallaje para así evitar el despotismo. Hubo varias discusiones de si elegir la
monarquía constitucional o la república federativo, debido a que, ese nuevo
ordenamiento político, evitaría el “el gobierno indefinido”.
BIBLIOGRAFÍA
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