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SALA CONSTITUCIONAL

MAGISTRADA PONENTE: CARMEN ZULETA DE MERCHÁN

El 17 de julio de 2008, fue recibido en la Secretaría de esta Sala Constitucional,

proveniente del Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil y Menores de la

Circunscripción Judicial del Estado Lara, el oficio N° 2008/281 del 14 de julio del 2008,

por medio del cual se remitió el expediente distinguido con el alfanumérico KP02-O-2008-

0000114, contentivo de la acción de amparo constitucional interpuesta el 30 de junio de

2008, por la ciudadana AIDA ESPERANZA CAMACHO DE IBARRA, titular de la

cédula de identidad N° 4.237.020, asistida por el abogado Vicente Romero Giménez,

inscrito en el Inpreabogado bajo el N° 76.442, contra “las sentencias emanadas del

Juzgado Tercero del Municipio Iribarren y Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo

Civil, Mercantil y del Tránsito, ambos de la Circunscripción Judicial del Estado Lara”.

Dicha remisión obedece al recurso de apelación ejercido por la accionante el 9 de

julio de 2008, asistida por el abogado José Agustín Ibarra, inscrito en el Inpreabogado bajo

el N° 56.464, contra la sentencia dictada por el Juzgado Superior Primero en lo Civil,


Mercantil y Menores de la Circunscripción Judicial del Estado Lara el 7 de julio de 2008,

que declaró inadmisible la acción de amparo constitucional interpuesta.

El 23 de julio de 2008, se dio cuenta en Sala y se designó ponente a la Magistrada

Doctora Carmen Zuleta de Merchán, quien con tal carácter suscribe el presente fallo.

El 14 de agosto de 2008, se dio cuenta en Sala del escrito presentado por la

accionante, asistida por el abogado José Agustín Ibarra, contentivo de la fundamentación de

la apelación interpuesta.

Realizado el estudio individual del expediente, esta Sala procede a decidir, previas

las siguientes consideraciones:

FUNDAMENTO DE LA ACCIÓN DE AMPARO CONSTITUCIONAL

Expresó la accionante en su escrito, entre otras cosas, lo siguiente:

1.1. Que junto a “[su] cónyuge, JOSE AGUSTIN IBARRA (…), decidimos solicitar

un préstamo para el mes de marzo de 2006 al ciudadano Gerardo Gustavo Cornejo

Pavez…”. Que, luego de varias conversaciones, dicho ciudadano solicitó como garantía del

préstamo un bien inmueble a su nombre por la cantidad solicitada, motivo por el cual “…el

24 de marzo de 2006 por el préstamo solicitado le trasmitimos la propiedad de nuestra

oficina ubicada en la carrera 16 entre calles 26 y 27, edificio ESTRADOS, piso 1, oficina

11, Barquisimeto estado (sic) Lara, mediante instrumento de compra venta que se realizó
por ante el registro Inmobiliario del Segundo Circuito del Municipio Iribarren del estado

(sic) Lara (…)”.

1.2. Que “El precio de dicha venta (realmente garantía de préstamo) fue por la

cantidad de VEINTE Y CINCO MILLONES DE BOLÍVARES CON CERO CÉNTIMOS (Bs.

25.000.000,00), del cual solamente [recibió] la cantidad de VEINTE Y DOS MILLONES

DE BOLÍVARES CON CERO CÉNTIMOS (Bs. 22.000.000,00), mediante cheque de

gerencia del Banco Provincial N° 00059899, de fecha 23 de marzo de 2006, de la cuenta

del ciudadano Gerardo Gustavo Cornejo Pavez…”.

1.3. Que “…antes de que se firmase la simulada compra venta, que en realidad era

la garantía del préstamo…, se le firmó un Contrato de comodato al ciudadano Gerardo

Cornejo…”.

1.4. Que:

…el préstamo se convino con pago de intereses del 6% es decir, un pago


por intereses de Bs. 1.500.000,00 mensual muy por encima del interés
legal establecido del, 12% anual, conformándose así en un préstamo
usurario, el cual fue pagado de la siguiente forma:
a) Para el mes de abril [pagó] en efectivo la cuota por intereses de ese
s(sic) mes, en la cantidad de Bs. 1.500.000,00.
b) [Pagó] los intereses de mayo, junio y julio con cheque del Banco
Mercantil por la cantidad de Bs 4.500.000,00, a nombre de Gerardo
Cornejo.
c) Los pagos de los intereses correspondientes a los meses de agosto,
septiembre, octubre, noviembre, más el total del préstamo por BS.
25.000.000,00, más la mora de Bs. 50.000,00 diarios correspondientes al
lapso desde 24-11-2006 hasta el 15-12-2006, dando un total de pago de
Bs. 31.600.000,00, mediante cheque N° 00000185499, por la cantidad de
Bs. 20.000.000,00, y cheque N° 00000185506, por la cantidad de Bs.
11.600.000,00, ambos a nombre de Gerardo Cornejo Pavez, es de
observar que esos cheques fueron cobrados por el precitado ciudadano el
mismo día en que se le pagó, el día 05 de diciembre de 2006, según se
evidencia en las transacciones bancarias correspondientes al mes de
diciembre de 2006.
d) posteriormente, el ciudadano Gerardo Cornejo le manifestó a [su]
esposo que se le adeudaba unos días pendientes, y que seguían corriendo
los intereses de un mes, en ese momento le [manifestó] la necesidad de
trasmitir el inmueble a nombre de [sus] menores hijas, a la cual no
accedió, y en lugar de realizar la protocolización del contrato consensual,
lo que hizo fue demandar a [su] cónyuge por vía civil, mediante la acción
de: ´Cumplimiento o ejecución de Contrato de Comodato´, la cual
cursó por ante el Juzgado Tercero del Municipio Iribarren de ésta
Circunscripción Judicial…

1.5. Que su cónyuge fue sorprendido con una demanda civil que tiene como

fundamento el supuesto cumplimiento o ejecución de un contrato de comodato, con lo cual

se pretende despojarlos del inmueble que es de su legítima propiedad, pues “… en el lapso

de 8 meses y 12 días, se pagó la cantidad de TREINTA Y SIETE MILLONES SEIS

CIENTOS (sic) MIL EXACTOS (Bs. 37.600.000,00), discriminados de la siguiente forma:

DOCE MILLONES SEIS CIENTOS (sic) MIL EXACTOS (Bs. 12.600.000,00)

correspondientes a intereses (usurarios), y el resto, o sea la cantidad de bolívares

VEINTICINCO MILLONES (Bs. 25.000.000,00), por el concepto de capital del préstamo,

cifra esta (sic) con la cual se evidencia que realmente fue un préstamo y no una compra

venta, dado que el contrato de compra venta, quien paga es el comprador; entonces como

es que [ellos], siendo supuestamente los vendedores, [sean] quienes [hayan] realizado los

pagos y el supuesto comprador no haya pagado nada. Esta circunstancia, evidente por lo

demás, hace inexistente la temeraria acción por vía civil intentada por el prestamista

usurero”.
1.6. Que el documento de compra venta fue suscrito tanto por su cónyuge como por

ella, de modo que ambos dieron en venta el inmueble ofrecido como garantía; sin embargo,

aduce que la demanda incoada por el ciudadano Gerardo Cornejo Pavez fue dirigida

únicamente contra su cónyuge, a pesar de que su esposo no la subrogaba en su condición de

propietaria.

1.7. Que el contrato de comodato no fue suscrito por ella. Dicho Contrato además

“…no contiene fecha cierta de existencia, ni de término, como tampoco descripción del

inmueble, y que en el mismo se habla de dos tipos de contrato: COMODATO y COMPRA

VENTA, lo que lo hace nulo”.

1.8. Que, no obstante lo expuesto, “…el contrato de comodato causado en el

contrato de compra venta es a favor de los vendedores, y no de uno solo, por lo que

reitero, que mi legítimo derecho de propietaria y comodataria ha sido violentado con la

decisión del Juzgado Tercero de Municipio y por la alzada, al solo ventilar una demanda

por presunto cumplimiento o ejecución de contrato de comodato contra solo uno (sic) de

las partes”.

1.9. Que “no se puede ejecutar de manera parcial la entrega de un inmueble

(Inmueble dado en garantía para el préstamo) en virtud de que nunca [fue] puesta en mora

ni notificada de una presunta demanda por cumplimiento o ejecución de un contrato de

comodato, del cual [es] causante y beneficiaria, y que al llevarse el proceso bajo esas

características se violentó [su] derecho a la defensa y al debido proceso”.

1.10. Que en el mismo instrumento se habla de dos contratos totalmente distintos;

uno gratuito por excelencia (el comodato); y el otro oneroso por naturaleza (compra-venta).
Que tal circunstancia lleva a la conclusión que el documento que dio fundamento a la

demanda ni es un contrato de comodato ni de compra venta, sino un instrumento

inespecífico que está siendo utilizado como “arma despojadora de mis derechos y por

tanto deviene en su nulidad absoluta”.

1.11. Que el contrato de comodato no tenía fecha cierta, y que de tomarse como

fecha la data de la compra venta simulada resultaría que el contrato de comodato ya se

encontraba renovado automáticamente, de suerte que el tribunal nunca tuvo materia sobre

la cual decidir.

1.12. Que el Abogado Euclides Sebastiani, apoderado del actor, actuó sin ningún

tipo de poder en el expediente, de modo que las actuaciones del supuesto representante son

inexistentes y no pueden producir efectos jurídicos procesales válidos.

1.13. Que “todas las actuaciones del abogado Sebastiani en el juicio que dieron

origen a la sentencia objeto del presente amparo y que violento [su] derecho a la defensa,

y al debido proceso. Todas esas fallas fueron oportunamente delatadas por [ella] ante el

Juez de la causa, y por ante el Juez Superior, también en su oportunidad, más no fueron

tomadas en cuenta en abierto perjuicio [de] sus derechos. [Acordaron] la designación de

un defensor ad litem, y pretendieron validar, todas las actuaciones anteriores, cuando

realmente nunca ostentó representación alguna para ese momento en dicha causa, hecho

que fue alegado en la contestación de la demanda y donde hubo silencio de la

sentenciadora en el respectivo fallo, incurriendo en grave error in procedendo, al absolver

la instancia, (…). El Superior que conoció en Alzada [su] apelación, y a quien se le

hicieron los señalamiento oportunos sobre tales fallas, no solamente no subsanó los
errores, sino que al sentenciar, incurrió además en el vicio de ´Petición de Principios´, al

no fundamentar ni motivar el fallo, limitándose a repetir el fallo apelado”.

1.14. Que no “…se puede exigir válidamente, el cumplimiento de un contrato de

comodato que es la medida convertida en fraude como medio de presión y enriquecimiento

sin causa”. Que “…recurrir en vía judicial para el cumplimiento de un contrato devela la

realidad: estamos en presencia de una verdadera estafa procesal”. Que “Pueden existir

muchas conjeturas que configuran el fraude y formas de develarlo, no solo contra quien

recibe el préstamo. Sino contra el propio Tribunal, sorprendido en su buena fe, por la

ilicitud procesal”.

1.15. Que el presente caso es “…un juicio donde el proceso esta (sic) viciado desde

su inicio y donde los instrumentos donde se fundamenta, no son mas (sic) que elemento

(sic) para la consecución de un fraude”. Que “el fraude no es más que la traída de un

documento con apariencia de legalidad al proceso pero que esconde en realidad hechos

totalmente distintos como es el documento de compra venta”.

1.16. Que “…lo que existe es un préstamo con intereses usurarios, que esta (sic)

perfectamente probado en los autos del expediente cuya sentencia esta (sic) siendo objeto

del AMPARO que hoy interpongo (…). El instrumento utilizado en la demanda es el vil y

acomodaticio lenguaje para llevar al Tribunal a un fraude; porque tanto en el supuesto

instrumento de compraventa (…), y el supuesto contrato de comodato (…), no es más que

los instrumentos que configuran el fraude que debe ser declarados inexistentes por el aquo

(sic) en su sentencia pero no lo hizo y la Alzada no enmendó el error”.


1.17. En virtud de lo expuesto, la accionante solicitó que se declarara con lugar la

acción de amparo constitucional interpuesta, así como también se declarara “la existencia

de un evidente fraude procesal que por lo demás, esta (sic) perfectamente demostrado

cuando el ciudadano Gerardo Cornejo trae a juicio instrumentos que no demuestran la

realidad de los hechos, con apariencia de veracidad, pero que solo la esconden; con un

agravante: del mismo texto del pretendido contrato de compra-vente (sic) se desprende la

causa del también pretendido comodato, como relación subyacente que debió ser

observada por quienes juzgaron,(…). En tal sentido, igualmente solicito se anule todo el

proceso llevado por ante el Juzgado Tercero del Municipio Iribarren en el expediente

KP02-V-2007-003547 y el llevado por ante el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo

Civil, Mercantil y de Tránsito, ambos de esta Circunscripción Judicial por todas las

violaciones al proceso señaladas. Se declare con lugar el amparo cautelar solicitado que

contiene la prohibición de enajenar y gravar el bien inmueble ubicado en el la (sic)

carrera 16 Edificio ESTRADOS, piso 1 oficina 11 Barquisimeto Estado Lara el cual está

debidamente registrado…”.

II

DE LA SENTENCIA APELADA

El 7 de julio de 2008, el Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil y de

Menores de la Circunscripción Judicial del Estado Lara declaró inadmisible la acción de


amparo constitucional interpuesta contra las sentencias dictadas por el Juzgado Tercero del

Municipio Iribarren y el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del

Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Lara, teniendo como argumento para

ello, lo siguiente:

“(…) solicitó que: se declarase con lugar la pretensión de amparo en virtud


de 1) Habérsele vulnerado su más elemental derecho a la propiedad, el cual se
evidencia, no sólo de la intención de la negociación realizada, sino también del pago
de los intereses que sobre el préstamo se sucedieron; 2) Le fueron violentado su
derecho a la defensa al no ponerse en mora, ni ser notificada de ningún juicio, que
hoy día se va a ejecutar en su contra sin haber acudido a defenderse; 3) La
existencia de un evidente fraude procesal, demostrado cuando el ciudadano Gerardo
Cornejo trajo a las actas instrumentos que no demostraron la realidad de los hechos,
con apariencia de veracidad, con un agravante, como es el pretendido contrato de
compra-venta, de donde se desprende la causa del también pretendido comodato, y
que por no haber sido observada por los juzgadores, logró una sentencia
satisfactoria; donde se devela su condición de prestamista y la existencia del
pretendido contrato es irreal e igualmente la inexistencia del pago de compraventa
por parte del supuesto comprador, desvirtuados claramente por la existencia real,
expuesta en los pagos de los intereses, desvirtuando la pretendida compraventa;
simulación ésta, que llevó a una errada interpretación de los hechos, al extremo de
ordenar la entrega del inmueble que siempre ha estado bajo posesión de la parte
actora; 4) La existencia del contrato queda evidenciado por todas las pruebas
aportadas en el proceso como son, que siguiera poseyendo el bien en cuanto a uso y
usufructo, el pago de intereses abusivos probados en el juicio, y la cancelación de la
deuda o capital del préstamo que es el origen del verdadero contrato; también,
expone la actora, que puede aceptar el haber pagado los altísimos intereses que
reimpuso el prestamista, pero no es admisible que se pretenda que acepte que se le
despoje de su legítima propiedad. Además requirió, se anule todo el proceso llevado
por ante el Juzgado Tercero del Municipio Iribarren del estado Lara, en el
expediente KP02-V-2007-003547 y llevado por ante el Juzgado Tercero de Primera
Instancia Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado
Lara, por todas las violaciones del proceso señaladas en el libelo de demanda; 5)
Qué se declare Con Lugar el amparo cautelar solicitado que contiene la prohibición
de enajenar y gravar el bien inmueble ubicado en la carrera 16, edificio
ESTRADOS, piso 1, Oficina 11 de esta ciudad, el cual está debidamente registrado
(folio 54), y que una vez declarado con lugar el amparo cautelar, se oficie al
Juzgado de Municipio a los fines de la suspensión del proceso y de la ejecución del
fallo en todas sus partes, hasta tanto no se decida el presente amparo; que se
notifique al Registro Inmobiliario del Segundo Circuito del Municipio Iribarren, al
ser decretada la medida de prohibición de enajenar y gravar el bien inmueble antes
descrito. Como conclusión final, solicitó la admisión de la presente solicitud de
amparo, sea declarado con lugar, y se le restituya como legítimo propietaria de su
oficina personal y patrimonio de sus hijos. En este sentido, estudiadas las presentes
actas, pasa este juzgador a pronunciarse.  

La presente pretensión de amparo, se interpone en contra de las sentencias


dictadas; tanto por el juzgado Tercero de Municipio Iribarren y el Juzgado Tercero
de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Tránsito de la Circunscripción Judicial
del estado Lara, en el juicio de Cumplimiento de Contrato de Comodato intentado
por el ciudadano Gerardo Gustavo Cornejo Pavez contra el ciudadano José Agustín
Ibarra 
Ú N I C O:    

En este sentido, es criterio jurisprudencial el que cuando se intenta un


amparo en el que se denuncia un fraude procesal y éste se le atribuye a particulares,
vienen a ser estos los sujetos pasivos de la pretensión (agraviantes) y no se puede
hablar de un amparo contra sentencia, sino de un amparo contra particulares. En este
último supuesto, no es el artículo 4 de la Ley Orgánica de Amparo Sobre Derechos
y Garantías Constitucionales, el aplicable para la determinación del Tribunal
competente, sino que, como la nulidad es la sanción del fraude, por aplicación
analógica del artículo 329 del Código de Procedimiento Civil, relativo al juicio de
invalidación, corresponde dicha competencia al juez que tramite el juicio, cuya
validez se cuestiona. Ahora bien, cuando el fraude procesal, además de la parte, se
atribuye al juez, no es pertinente que sea el mismo juez quien conozca del amparo,
pues se aplicaría en estos casos el artículo 4 ya citado, siendo competente el
Tribunal Superior al que tramitó el inicio que, con anuencia del juez, supuestamente
se simuló.

En el caso sub examine, estamos ante un supuesto de inepta acumulación de


pretensiones, puesto que, por una parte, se discriminaron como lesiva, dos
decisiones judiciales y por la otra se denunció la supuesta comisión de un fraude
procesal imputado a particulares y no a uno o varios juzgados.

Por tanto, concluye este Tribunal que en el presente caso no podía


acumularse en una misma demanda la pretensión de amparo contra las supuesta
extralimitación en la que incurrieran los juzgados señalados como agraviante, con la
pretensión de amparo por el supuesto fraude procesal denunciado, ya que, el
conocimiento de tales pretensiones compete por su naturaleza a tribunales
diferentes. (Art., 78 del Código de Procedimiento Civil). Así se declara”.

III

FUNDAMENTO DE LA APELACIÓN
Mediante escrito presentado el 14 de agosto de 2008, por la ciudadana Aida

Esperanza Camacho de Ibarra, parte accionante, asistida por el abogado José Agustín

Ibarra, fundamentó el recurso de apelación ejercido contra la sentencia dictada el 7 de julio

de 2008, por el Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil y de Menores de la

Circunscripción Judicial del Estado Lara, con base en las siguientes consideraciones:

Indicó que en la sentencia impugnada “[e]l Juez de Instancia declara inadmisible

del (sic) presente amparo en virtud de la presunción de una inepta acumulación de

pretensiones: Al respecto debo señalar que el Juez constitucional estaba en la obligación

de verificar la existencia o no de una violación de orden constitucional, así ella, no fuese

alegada por la querellante. El Juez debió verificar si existía o no violaciones de orden

constitucional, hecho que no ocurrió como puede verificarse de la sentencia, entrando al

análisis de unos supuestos procesales como fue la inepta acumulación de acciones, lo cual

tampoco explica en el desarrollo del fallo, en tal sentido el hecho constitucional fue dejado

a un lado privando el hecho técnico que a todas luces no quedó de un todo claro…”.

Partiendo de tal premisa señaló que “[e]l Juez no analizó en ningún momento el

alcance de las violaciones constitucionales señaladas, como el debido proceso y el

legítimo derecho a la defensa, el cual evidentemente se vulneró al ventilarse un

procedimiento de cumplimiento de un contrato, el cual está en fase de ejecución y donde

no [fue] notificada como previamente lo [señaló]”.

Concluyó que “[n]o solamente es el vicio en cuanto a la inexistencia de la acción

sobre la cual el Juez no se pronuncio (sic) y que es punto nodal en el presente amparo

porque ello llevaría al Juez de Instancia al (sic) decretar la inexistencia de la acción como
bien se desarrollo (sic) en el escrito liberal (sic), lo que [le] lleva a pensar que el juez no

analizó el alcance a las violaciones constitucionales y al orden público más allá de una

presunta inepta acumulación que no es mas (sic) que el decreto de deja menguada la

justicia ante hechos que requieren inmediata por los operadores de justicia como es el de

aquellas acciones donde esta (sic) en juego la justicia, el alcance de la misma ante la

perdida (sic)  irreparable de [sus] derechos a través de acciones que vulneran de manera

flagrante el orden publico (sic) y constitucional como lo es en el presente caso”.  

Finalmente, solicitó se declare con lugar el recurso de apelación ejercido y, en

consecuencia, se restituya la situación jurídica infringida, lo que –en su criterio- origina que

todo el proceso llevado a cabo debe ser declarado nulo en todas sus partes.

IV

COMPETENCIA

Corresponde a esta Sala pronunciarse sobre la presente apelación para lo cual,

previamente, debe establecer su competencia para conocer de la misma. A tal efecto se

observa que, conforme a la Disposición Derogatoria, Transitoria y Final, letra b) de la Ley

Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, esta Sala es competente para conocer de las

apelaciones de los fallos de los Tribunales Superiores que actuaron como primera instancia

en los procesos de amparo, salvo en la materia contencioso administrativa, ya que, según la

norma invocada, hasta tanto se dicten las leyes de la jurisdicción constitucional la

tramitación de las apelaciones se rige tanto por las normativas especiales como por la Ley

Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, en cuanto le sean

aplicables, así como por las interpretaciones vinculantes de esta Sala (vid. caso: Emery
Mata Millán, del 20 de enero de 2000, y caso: Yoslena Chanchamire Bastardo, del 8 de

diciembre de 2000).

De acuerdo con estas últimas interpretaciones y con lo establecido en el artículo 35

de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, y visto que la

sentencia ha sido dictada por el Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil y Menores

de la Circunscripción Judicial del Estado Lara, actuando como primera instancia

constitucional, esta Sala resulta competente para conocer de la presente apelación. Así se

declara.

CONSIDERACIONES PARA DECIDIR

Decidido lo anterior, esta Sala pasa a pronunciarse acerca del recurso de apelación

ejercido, para lo cual tomará en cuenta los alegatos presentados para fundamentar la

apelación, toda vez que el escrito contentivo de los mismos fue presentado dentro de los

treinta (30) días siguientes a la recepción del expediente en esta Sala, en atención a lo

establecido en la sentencia Nº 442 del 4 de abril de 2001 (caso: Estación de Servicios Los

Pinos, S.R.L.).

Ahora bien, la Sala observa que el Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil

y Menores de la Circunscripción Judicial del Estado Lara declaró inadmisible la acción de

amparo constitucional interpuesta contra las sentencias dictadas por el Juzgado Tercero del

Municipio Iribarren del Estado Lara y el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil,

Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Lara, al considerar que
en el caso sometido a su consideración existía “un supuesto de inepta acumulación de

pretensiones, puesto que, por una parte, se discriminaron como lesiva, dos decisiones

judiciales y por la otra se denunció la supuesta comisión de fraude procesal imputado a

particulares y no a uno o varios juzgados”, concluyendo que “no podía acumularse en una

misma demanda la pretensión de amparo contra la supuesta extralimitación en la que

incurrieron los juzgados señalados como agraviante (sic), con la pretensión de amparo

por el supuesto fraude procesal denunciado, ya que, el conocimiento de tales pretensiones

compete por su naturaleza a tribunales diferentes. (Art. 78 del Código de Procedimiento

Civil)”. 

Con tal declaratoria no puede dejar de observar la Sala el error de apreciación en el

que incurrió el a quo constitucional, cuando declaró inadmisible el amparo por inepta

acumulación alegando que se estaba accionando en amparo por fraude procesal contra un

particular.

En tal sentido, es cierto que el accionante alega reiteradamente en su escrito de

amparo que “el instrumento utilizado en la demanda es el vil y acomodaticio lenguaje para

llevar al Tribunal a un fraude; porque tanto en el supuesto instrumento de compraventa

(…), y el supuesto contrato de comodato (…), no es más que los instrumentos que

configuran el fraude”. También es cierto que en su petitorio el accionante solicita que se

declare “la existencia de un evidente fraude procesal que por lo demás, esta (sic)

perfectamente demostrado cuando el ciudadano Gerardo Cornejo trae a juicio

instrumentos que no demuestran la realidad de los hechos, con apariencia de veracidad

(…)”; sin embargo, el amparo constitucional interpuesto no persigue únicamente que se

declare un supuesto fraude procesal, toda vez que en el escrito de amparo también se alegó,
por ejemplo, la falta de representación de la parte actora, la inexistencia de fecha cierta del

contrato de comodato, la omisión del ciudadano Gerardo Cornejo Pavez de demandar en el

juicio principal a ambos cónyuges, entre otros señalamientos, lo que en criterio de la parte

actora le lesionó su derecho constitucional al debido proceso, pues tales irregularidades no

fueron apreciadas por el Juzgado Tercero del Municipio Iribarren del Estado Lara, y

muchos menos fueron subsanadas por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil,

Mercantil y del Tránsito de esa Circunscripción Judicial.

Al ser ello así, no se trata de dos pretensiones distintas (amparo contra sentencia y

amparo por fraude procesal) con destinatarios disímiles (los Juzgados de mérito y el

ciudadano Gerardo Gustavo Cornejo Pavez); sino de una sola pretensión: un amparo contra

sentencia dirigida contra los Juzgados Tercero del Municipio Iribarren del Estado Lara y

Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de esa Circunscripción

Judicial, que tiene como alegatos, entre otros, un instrumento legal utilizado “para llevar al

Tribunal a un fraude”, lo cual fue “…oportunamente alegado e invocado en el Tribunal de

Municipio y el de Alzada, no atendido tal alegato por ninguno de los dos operadores de

justicia”. Este es el verdadero sentido del amparo interpuesto respecto al alegato de fraude

y así es como debe ser apreciado por el juez constitucional.

Por otra parte, cabe indicarle al Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil y

Menores de la Circunscripción Judicial del Estado Lara que esta Sala, en sentencia

2604/2004 (caso: Junior José Mendoza López), precisó que:

“… cuando se intenta un amparo en el que se denuncia un fraude procesal y


éste sólo se le imputa a particulares, son éstos los sujetos pasivos de la pretensión
(agraviantes) y, por tanto, no se está en presencia de un amparo contra decisión
judicial, sino de un amparo contra particulares, aún cuando su estimación apareje,
como consecuencia, la declaratoria de inexistencia del juicio simulado.

En este último supuesto, no es el artículo 4 de la Ley Orgánica de Amparo


sobre Derechos y Garantías Constitucionales el aplicable para la determinación del
Tribunal competente, sino que, como la nulidad es la sanción al fraude, por
aplicación analógica del artículo 329 del Código de Procedimiento Civil, relativo al
juicio de invalidación (Cfr. s.S.C. n° 910/04.08.00, caso: Intana, C.A.), corresponde
dicha competencia al mismo Juez que tramitó el juicio cuya validez se cuestiona.

Distinto es cuando, además de las partes, se atribuye el fraude al Juez, en cuyo


caso es absurdo que sea el mismo quien conozca del amparo; en este supuesto se
requiere, indefectiblemente, la aplicación del artículo 4 de la Ley Orgánica de
Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, y, por tanto, el competente es
un Tribunal Superior al que tramitó el juicio que, con anuencia del Juez,
supuestamente se simuló”.

Asimismo en el fallo N° 2431/2003 señaló lo siguiente:

“La Sala calificó el tipo de fraude que denuncia la demandante como


colusión, la Sala se caracteriza porque mediante la creación de varios juicios en
apariencia independientes se persigue que una o varias víctimas queden indefensas o
disminuidas en sus derechos, juicios que se fingen independientes pero forman parte
de una identidad de acción. (Cfr. s. S.C. nº 908 del 04-08-03)
Es criterio de esta Sala que, en este supuesto de fraude procesal, la vía
ordinaria para constatarlo es la interposición de una demanda que englobe a todos
los partícipes, donde se garantice a todos ellos el derecho a la defensa. En garantía
de este derecho, en el caso de interposición de amparo contra fraudes colusivos que
se hubieren cometido mediante varios juicios, esta Sala estableció que:
´En estas acciones de amparo que atacan la cosa juzgada, dirigidas
contra el o las personas fraudulentas (los colusionados), la solicitud abarcará
al Estado, con el fin de que éste defienda las sentencias que han adquirido
autoridad de cosa juzgada y que emanan de él´. (s. S.C. nº 908 del 04.08.00).
 
Lo anterior es necesario pues, aunque no se señale a los jueces como
colusionados, en el proceso de amparo se evaluará si el o los jueces actuaron con
diligencia en la garantía de la transparencia -que forma parte del derecho de los
ciudadanos a una tutela judicial eficaz-, y cumplieron con el deber que le impone el
artículo 17 del Código de Procedimiento Civil. En función de esa misa, según la
que, en definitiva, el fraude se materializa mediante uno o varios juicios y que es
por virtud de las decisiones en esos juicios que se produce la violación de derechos
constitucionales, debe aplicarse, en materia de competencia, lo que dispone el
artículo 4 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales. (Cfr. ss. S.C. nº 1263 del 11.06.02, nº 1581 del 23.08.01, nº 652
del 04.04.03).

Partiendo de ello, se debe señalar que el criterio atributivo de competencia para

conocer de los amparos en los que se denuncie fraude procesal tuvo en la jurisprudencia de

esta Sala dos grandes distinciones. En la primera de ellas,  se fijó el criterio atendiendo a

quiénes eran los accionados, es decir, si el amparo se le imputa sólo a particulares no se

está en presencia de un amparo contra sentencia sino de un amparo contra particulares,

indistintamente de que su estimación apareje la declaratoria de inexistencia del juicio

simulado. En ese caso, el competente para conocer del amparo es el mismo juez que tramita

el juicio. En cambio si el fraude además de a las partes se le atribuye al Juez el amparo debe

conocerlo el Tribunal Superior al que tramitó el juicio que con anuencia del juez

supuestamente se simuló (Vid. Sent. N° 2604/2004).

La segunda distinción atendió a si el juicio fue o no resuelto mediante sentencia

definitiva, así no se haya señalado a los jueces como colusionados. En caso de que el juicio

donde se fraguó el supuesto fraude procesal cuenta con sentencia definitiva, el amparo que

se interponga contra dicho fraude debe ser conocido por el Juzgado Superior a aquel que

dicto el fallo, siguiendo la regla competencial que dispone el artículo 4 de la Ley Orgánica

de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales”. (Vid. Sent. N° 2431/2003); en

caso contrario, aplica las reglas descritas en el párrafo precedente

El hecho es que no se trata de distinciones que se excluyen, antes más, se

complementan en tres escenarios: a) si el fraude se le imputa sólo a las partes y en el juicio

no se ha dictado sentencia definitiva, el amparo constitucional interpuesto lo conoce el


mismo juez de la causa principal, así la pretensión implique la nulidad del juicio; b) si el

fraude se le imputa sólo a las partes pero en el juicio se ha dictado sentencia definitiva la

acción de amparo constitucional lo conoce el Juzgado Superior correspondiente; y c) si el

fraude se le imputa al juez y a las partes el amparo lo conoce el Juez Superior

correspondiente, indistintamente de que se haya dictado o no sentencia definitiva.

En el caso de autos, en el juicio seguido por el ciudadano Gerardo Gustavo Cornejo

Pavez contra el ciudadano José Agustín Ibarra se dictó sentencia en ambas instancias, de

modo que el amparo interpuesto debió recibir el trámite procesal correspondiente al amparo

contra sentencia, lo que apareja que en la presente acción de amparo no exista inepta

acumulación, ni siquiera porque se haya accionado contra el Juzgado Tercero del

Municipio Iribarren y el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del

Tránsito, ambos de la Circunscripción Judicial del Estado Lara, pues en dicho supuesto la

Sala, en fallo N° 771/2007 (caso: Anaid Del Valle Madrid Salaverria), sostuvo que

tampoco existía inepta acumulación de pretensiones, en protección de la tutela judicial

efectiva, por tratarse de dos decisiones en un mismo proceso judicial.

En virtud de lo expuesto, resulta forzoso para esta Sala declarar con lugar la

apelación interpuesta por la accionante, asistida por el abogado José Agustín Ibarra, contra

el fallo dictado por el Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil y Menores de la

Circunscripción Judicial del Estado Lara el 7 de julio de 2008 y, en consecuencia, revoca la

sentencia apelada y repone la causa al estado de que otro Juzgado Superior en lo Civil,

Mercantil y Menores de la Circunscripción Judicial del Estado Lara se pronuncie

nuevamente respecto a la admisibilidad de la presente acción, omitiendo cualquier


pronunciamiento respecto a la inepta acumulación de pretensiones, que ya fue resuelto en

esta oportunidad. Así se decide.

VI

DECISIÓN

Por las razones que anteceden, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala

Constitucional, administrando justicia en nombre de la República, por autoridad de la Ley,

declara:

            PRIMERO: CON LUGAR el recurso de apelación interpuesto el 9 de julio de 2008


por la ciudadana Aida Esperanza Camacho de Ibarra, asistida por el abogado José Agustín
Ibarra.

SEGUNDO: REVOCA la sentencia dictada el 7 de julio de 2008, por el Juzgado

Superior Primero en lo Civil, Mercantil y Menores de la Circunscripción Judicial del

Estado Lara, que declaró inadmisible la acción de amparo constitucional interpuesta contra

“las sentencias emanadas del Juzgado Tercero del Municipio Iribarren y Juzgado de

Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito, ambos de la

Circunscripción Judicial del Estado Lara”.

TERCERO: Se REPONE la causa al estado de que otro Juzgado Superior en lo

Civil, Mercantil y Menores de la Circunscripción Judicial del Estado Lara se pronuncie

nuevamente respecto a la admisibilidad de la presente acción.

Publíquese y regístrese. Remítase el expediente al Tribunal de origen. Cúmplase lo

ordenado.
 Dada, firmada y sellada en el Salón de Sesiones de la Sala Constitucional del

Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los  20  días  del  mes de  marzo de dos mil

nueve (2009). Años 198º de la Independencia y 150º de la Federación.

La Presidenta,

LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO

 Vicepresidente,            

FRANCISCO A. CARRASQUERO LÓPEZ

Los Magistrados,

JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO

PEDRO RAFAEL RONDÓN HAAZ

MARCOS TULIO DUGARTE PADRÓN

 
 

CARMEN ZULETA DE MERCHÁN

                                                                         Ponente

ARCADIO DE JESÚS DELGADO ROSALES

El Secretario,

JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO

Exp.- 08-0959

CZdeM/tg.

 
 

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