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Actividades de policía judicial con control previo y posterior y que requiere de la orden

de un fiscal

1. Por iniciativa propia y control posterior del fiscal

• Recepción de denuncias, querellas o informes de los cuales se infiera la posible


comisión de un delito.
• Acompañamiento o traslado de la víctima para la práctica de examen médico legal,
cuando ello fuere posible.
• Solicitud de auxilio de perito forense para la realización de exámenes o
reconocimientos a víctimas de agresiones sexuales, delitos contra la integridad corporal
o cualquier otro que lo requiera, cuando ellas o su representante legal manifiesten por
escrito su consentimiento.
• Entrevistar a presuntas víctimas o testigos presenciales de un delito observando las
reglas técnicas de rigor y registrarlas en grabación magnetofónica o fonóptica o en
cualquier otro medio que la ciencia ofrezca. En caso de ser necesario brindará la
protección que requieran los entrevistados.
• Inspección al cadáver
•Interrogatorio al indiciado en presencia de un abogado, sin hacerle imputación alguna,
siempre que aquel haya renunciado a su derecho a guardar silencio, y con las
formalidades impuestas en el artículo 282. En los casos en que la policía judicial decida
interrogar directamente al indiciado debe reunirse previamente con el fiscal para que
asuma el control jurídico del mismo.
• Inspección del lugar del hecho.
• Inspección a lugares distintos al del hecho.
• Identificación, recolección, embalaje técnico de elementos materiales probatorios y
evidencia física para someterlos a cadena de custodia.
• Búsqueda y cotejo de datos registrados en bases mecánicas, magnéticas u otras
similares de información de acceso público. Se recomienda que la policía judicial
obtenga de la entidad una certificación en la que se indique la naturaleza pública de la
base de datos sobre la cual se hace el cotejo.
• Incautación y ocupación de bienes con fines de comiso.

Por orden previa del fiscal y control posterior del juez de garantías

• Registros y allanamientos
El allanamiento y registro es un acto de investigación, con el que se comprometen
derechos fundamentales a la intimidad (art. 15 Constitución Nacional) y la
inviolabilidad del domicilio artículo 28 Constitución Nacional. Diligencia ordenada por
el fiscal delegado, para ingresar y registrar un inmueble, nave o aeronave con el objeto
de capturar al indiciado, imputado o acusado, según el caso, como autor o partícipe de
un delito, o para obtener elementos materiales probatorios o evidencia física.
• Retención, examen y devolución de correspondencia
El fiscal delegado deberá autorizar previamente a la policía judicial para la retención de
correspondencia privada, postal, telegráfica o de mensajería especializada o similar que
reciba o emita el indiciado o imputado, y para solicitar a las oficinas correspondientes
copia de los mensajes recibidos o transmitidos por el indiciado o imputado, o envíos
realizados o dirigidos al indiciado o acusado, y al efecto se observarán, en lo pertinente,
las reglas previstas para el allanamiento o registro explicadas en el punto anterior.
• Interceptación de comunicaciones telefónicas y similares
• Recuperación de información dejada al navegar por internet u otros medios
tecnológicos que produzcan efectos equivalentes.
• Vigilancia y seguimiento de personas
• Vigilancia de cosas
•Análisis e infiltración de organización crimina
•Actuación de agentes encubiertos
•Entrega vigilada
•Exámenes de ADN que involucren al indiciado o al imputado

Actuaciones que requieren autorización judicial previa para su realización

• Inspección corporal
• Registro personal
• Obtención de muestras que involucren al imputado
• Reconocimiento y exámenes físicos de las víctimas como extracciones de sangre, toma
de muestras de fluidos corporales, semen u otros análogos.
• Búsqueda selectiva en base de datos

Aplicabilidad del principio de oportunidad

el principio de oportunidad es la facultad constitucional que le permite a la Fiscalía


General de la Nación, no obstante que existe fundamento para adelantar la persecución
penal, suspenderla, interrumpirla o renunciar a ella, por razones de política criminal,
según las causales taxativamente definidas en la ley, con sujeción a la reglamentación
expedida por el Fiscal General de la Nación y sometido a control posterior de legalidad
ante el juez de garantías. Por regla general, la renuncia, la suspensión y la interrupción
de la acción penal operan cuando el fiscal (el del caso, o el delegado especial) encuentra
cabalmente cumplidas las exigencias fácticas, jurídicas, probatorias y de política
criminal pertinentes, siendo obligatoria en los tres casos la intervención del juez de
control de garantías, en audiencia preliminar que debe realizarse dentro de los cinco (5)
días siguientes a la fecha de la expedición de la orden por el fiscal competente en tal
sentido y de la respectiva comunicación al juez de garantías271. Se tiene, además, que
de acuerdo con las resoluciones antes mencionadas, la suspensión es el mecanismo
idóneo para establecer el cumplimiento de ciertas condiciones en el marco de la justicia
restaurativa, mientras que la interrupción propende a la eficaz colaboración con la
administración de justicia.

Así las cosas, desde el momento en que el fiscal diseña el programa metodológico de
investigación del caso y a lo largo del desarrollo de la misma, debe prever la posibilidad
de aplicar el principio de oportunidad y, en consecuencia, estar atento cuando se
actualice alguna de las causales previstas en el artículo 324 del Código de
Procedimiento Penal.

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