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Hay varios tipos de semillas comestibles que son muy recomendables por sus propiedades
nutricionales, sésamo, chía, lino, cáñamo, girasol… sí, las pipas de toda la vida son un
excelente alimento, pero cuando están al natural o simplemente tostadas, no las que venden
con las ‘chuches’ con sal y con muchos otros aditivos. El caso es que en una cucharadita de
semillas se encierran muchos nutrientes que nuestro organismo agradece, entre ellos las
grasas saludables, minerales y vitaminas.
Ahora en cualquier supermercado se pueden comprar semillas, lo más habitual es
encontrarlas enteras, pero también hay opción a comprarlas molidas e incluso algunas
mezclas de semillas que están listas para incorporar en yogures, cremas de verduras,
ensaladas… Hay semillas que son muy económicas, como las de girasol o calabaza, y otras
que no lo son tanto, pero al comprar una mezcla de semillas que combina todas, el precio
suele ser elevado (y quizá poco equitativo).
Así que, si se quiere pagar lo justo y además elegir semillas de calidad, ecológicas,
conociendo su origen, y entre otras cosas, se quiere elegir la proporción de cada semilla, así
como las que incluir o no, lo mejor es hacer la mezcla de semillas molidas en casa, con lo
que también tienes la seguridad de que están recién molidas, pues ya sabéis que a medida
que pasa el tiempo cuando están en este estado, sus propiedades organolépticas se van
degradando.
Ingredientes
1 c/s de semillas de calabaza
1 c/s de semillas de girasol
1 c/s de semillas de chía
1 c/s de semillas de lino
1 c/s de semillas de cáñamo peladas
1 c/s de semillas de sésamo tostadas.
Elaboración
Para moler las semillas hay muchas opciones, se puede utilizar desde un mortero tipo
suribachi, a un molinillo de café u otro procesador de alimentos. Se pueden moler hasta
convertirlas en un polvo fino o dejarlas un poco más gruesas, pero es importante saber que
n conviene molerlas demasiado para que no se calienten y pierdan propiedades.
Así que el proceso para hacer la mezcla de semillas molidas es combinar todas las semillas
elegidas, ponerlas en el recipiente que se utilice para moler y ejecutar la labor, sea manual o
eléctrica. En este último caso recuerda que si te excedes moliendo puedes hacer que las
semillas se conviertan en una pasta porque el calor también hace que expulsen su grasa (es
como cuando hacemos mantequilla o crema de cacahuete, de avellanas, etc.).
Una vez lista la mezcla de semillas, ponlas en un tarro que sea hermético, a ser posible que
no permita el paso de la luz (si es de cristal puedes ponerle etiquetas que lo tapen, donde
además podrás poner la fecha de elaboración), y guárdalo en el frigorífico.
Puedes añadir tus semillas a tu granola, porridge o yogur del desayuno, espolvorearlas
sobre una ensalada verde o cualquier otra, añadir una cucharada en cualquier plato de
verduras al vapor, en cremas y purés… también puedes añadirlas a la repostería casera, por
ejemplo, a unas magdalenas o a un bizcocho, entre muchas otras cosas. ¡A disfrutar!
Abreviaturas
c/s = Cuchara sopera
c/p = Cuchara de postre
c/c = Cuchara de café
c/n = Cantidad necesaria
pipassemillassésamo
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