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Líneas Guía Uso Psicología Ingreso Seminario-Equipo Jeremias
Líneas Guía Uso Psicología Ingreso Seminario-Equipo Jeremias
EN EL PROCESO DE DISCERNIMIENTO
PARA EL INGRESO AL SEMINARIO
(texto Ad Experimentum – Versión Septiembre 2016)
Elaborado por el “Equipo Jeremías” dependiente de la CEMIN1
(Comisión Episcopal de Ministerios de la Conferencia Episcopal Argentina)
5
Cf. Pastores Dabo Vobis, 36
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Recordemos que Pastores Dabo Vobis enumera cuatro dimensiones en las que el candidato debe
formarse: humana, intelectual, espiritual y pastoral.
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a. Marcadores de madurez en la dimensión espiritual
Capacidad para vivir una espiritualidad encarnada
Capacidad para la soledad y el silencio en relación con Dios
b. Marcadores de madurez en la dimensión intelectual
Capacidad intelectual suficiente para acceder al pensamiento abstracto y simbólico
Capacidad de comunicarse eficazmente en forma oral y por escrito
c. Marcadores de madurez en la dimensión humana
Desarrollo psicosexual adecuado para la edad o especificación de la etapa prioritaria
de funcionamiento
Presencia de factores de personalidad que supongan la posibilidad de vivir el celibato
sacerdotal:
o estabilidad emocional suficiente (bajo grado de impulsividad y mecanismos
de control pulsional suficientes)
o capacidad de tolerar grados razonables de frustración.
o presencia de capacidad sublimatoria y cualidad de la misma
o intereses predominantes.
Identificación Sexual y Orientación sexual prioritaria
Capacidad relacional y cualidad de la relación
Capacidad de socialización no erotizada
Capacidad de alteridad (discriminación yo-no yo)
Grado de autoestima
Capacidad empática
Capacidad de intimidad e interioridad
Grado de integración del yo y flexibilidad para el cambio
Mecanismos de defensa predominantes
Contacto con la realidad
Capacidad de insight y autocrítica
Capacidad de elaborar ideales
Estilo de personalidad7
Ausencia o presencia de patologías que impidan el ejercicio del ministerio y no
pueden ser ayudadas fácilmente con medicación y/o psicoterapia (cf. Apéndice)
d. Marcadores de madurez en la dimensión pastoral
Capacidad de vinculación
Capacidad de conducción de grupos
En la sección de recomendaciones del informe psicológico escrito es importante señalar,
cuando sea oportuno, el posible beneficio que podría obtener el candidato de un
acompañamiento psicoterapéutico o psicopedagógico en aspectos que no son
completamente incompatibles con la formación al sacerdocio ministerial.
7
El DSM V puede ser un buen referente para formular el perfil de personalidad.
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comprenda el sentido del celibato por el Reino de los Cielos. Sin este conocimiento, es
probable que en su evaluación de la madurez psicosexual para emprender el camino
formativo no provea de elementos de discernimiento precisos o no pueda ofrecer una
devolución verbal al candidato que lo oriente correctamente en su elección. Al respecto
advierte la Congregación para la Educación que los psicólogos elegidos para esta tarea
“deben inspirarse en una antropología que comparta abiertamente la concepción
cristiana sobre la persona humana, la sexualidad, la vocación al sacerdocio y al celibato,
de tal modo que su intervención tenga en cuenta el misterio del hombre en su diálogo
personal con Dios, según la visión de la Iglesia”8. En ningún caso los psicólogos pueden
formar parte del equipo de formadores para evitar conflicto de fueros.9
5. Privacidad y confidencialidad
La administración de un psicodiagnóstico en el contexto del discernimiento vocacional
se ha de realizar “siempre con el previo, explícito, informado y libre consentimiento del
candidato”10.
El consentimiento informado y libre del candidato debe obtenerse siempre y en todos
los casos por escrito. En un formulario preparado para tal fin se describe explícitamente
el objetivo de la evaluación psicológica en la fase correspondiente del discernimiento
vocacional. También se informa al candidato acerca del uso que se hará de dicha
información, de qué personas tendrán acceso a la misma y de la confidencialidad con la
que será tratado el informe psicológico11. Es importante destacar aquí una vez más el
papel que juega el psicodiagnóstico en el conjunto de los elementos de discernimiento
que la Iglesia utiliza para juzgar tanto acerca de la idoneidad de un candidato como de la
autenticidad de su llamada vocacional. Este instrumento no es ni el único ni el último
recurso para valorar la madurez humana de un candidato.
La devolución oral que el profesional ofrece al candidato va normalmente acompañada
de un informe escrito que se le entrega en primer lugar al candidato, y luego (a través de
él o directamente) una copia a los encargados del acompañamiento vocacional del
Seminario. Este informe escrito debe ser conservado con las debidas precauciones en un
archivo de acceso reservado sólo a quienes han sido autorizados por escrito por el
candidato.
Es recomendable que, de constatarse la necesidad de una ayuda psicoterapéutica, ésta
pueda realizarse antes de la aceptación para el ingreso al Seminario. Ésta se realizará
durante un tiempo prudencial (que, en algunos casos, requiere su prosecución durante el
tiempo de Seminario) con algún profesional aprobado por el Seminario.
Si por un lado el candidato tiene derecho a su privacidad, la Iglesia tiene también el
derecho y el deber de escoger sólo candidatos idóneos para el sacerdocio. Por esto, para
la admisión al Seminario, no basta con la ausencia de psicopatología grave sino que es
esperable encontrar signos positivos de cualidades y dotes afines a la vocación
sacerdotal. El balance adecuado entre este deber de la Iglesia y el derecho a la
privacidad del individuo puede alcanzarse más fácilmente si se tienen en cuenta los
siguientes principios:
a. Explicar clara y delicadamente las motivaciones para realizar el psicodiagnóstico en
este momento del discernimiento. Un modo atento y cuidadoso genera confianza y
apertura en el candidato, en lugar de sospecha y ansiedad.
8
Orientaciones…, n.6
9
Orientaciones…, n.5
10
Orientaciones…, n.5
11
Cf. Colombo, M. “La protección de la intimidad (c.220 CIC) y el examen psicológico en la admisión a
la formación sacerdotal”, Boletín OSAR nº 2 (Noviembre 1995).
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b. Ofrecer al candidato la posibilidad de elegir entre una lista de profesionales de
confianza del Seminario. También es posible que sea el mismo candidato que proponga
un profesional que deberá ser en última instancia aprobado por el responsable del
discernimiento vocacional de parte del Seminario.
c. Explicar claramente los cuidados que se observarán para proteger la privacidad e
intimidad del candidato.
d. Explicar la política de archivo del Seminario acerca de la información personal en caso
de no ser admitido o en caso que dejara la formación en algún momento en el futuro.
Bibliografía consultada
CEI, La formazione dei presbiteri nella Chiesa Italiana. Orientamenti e norme per i Seminari
(terza edizione), 2006.
CEI, Linee comuni per la vita dei nostri Seminari, 1999.
Colombo, M. “La protección de la intimidad (c.220 CIC) y el examen psicológico en la
admisión a la formación sacerdotal”, Boletín OSAR nº 2 (Noviembre 1995).
Documento de la Congregación para la Educación Católica: Instrucción sobre los criterios de
discernimiento vocacional en relación con las personas de tendencias homosexuales
antes de su admisión al seminario y a las órdenes sagradas. Roma, 2008
Documento de la Congregación para la Educación Católica: Orientaciones para el uso de las
competencias de la psicología en la admisión y en la formación de los candidatos al
sacerdocio. Roma, 2008
Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Pastores Dabo Vobis, 1992
Rossetti, S. A Tragic Grace: The Catholic Church and Child Sexual Abuse, Liturgical Press
1996, p. 64-79
Sperry, L. “Assessing the Journey Within” en: McGlone, G. – Sperry, L. The inner life of
priests. Liturgical Press, 2012.
USCCB, «Guidelines for the Use of Psychology in Seminary Admissions», Washington DC,
April 2015.
USCCB, Program of Priestly Formation (fifth edition), 2006, n.37
12
Cf. Orientaciones, n. 16
5
Apéndice
Algunos aspectos personales que podrían contradecir seriamente la posibilidad de
una vocación sacerdotal auténtica.
Sin ser exhaustivos, proponemos a continuación algunos puntos que pueden guiar a los
psicólogos en su exploración de las cualidades y rasgos del candidato que podrían
comprometer su idoneidad:
1. Presencia de psicosis o trastornos límite de la personalidad
2. Trastornos graves del desarrollo psicosexual
3. Trastornos de personalidad
4. Adicciones y consumos problemáticos (sustancias, juego, sexo, tecnología, etc.).
5. Limitaciones intelectuales o de aprendizaje serias
6. Conductas reñidas con la ética o la legalidad
7. Experiencia biográfica de rasgos psicopáticos
8. Presencia de psicopatología que no puede ser manejada con facilidad y que
anticipa dificultades serias para el ejercicio de un ministerio saludable.
9. Historia de actos o inclinación hacia la actividad sexual con menores. También
otros rasgos que pueden indicar potencial daño hacia menores13.
10. Otros desórdenes psicosexuales14.
11. Múltiples complicaciones físicas o médicas que impidan significativamente la
posibilidad de ejercer responsablemente el ministerio (Cf. Código de Derecho
Canónico, c.1051).
13
Cf. las seis “banderas rojas” de Stephen Rossetti (1996) como rasgos predictores de un potencial perfil
de abusador de menores: 1. Confusión acerca de la propia identidad sexual, 2. Intereses y
comportamientos infantiles, 3. Falta de relación con los pares, 4. Extremos en el desarrollo psicosexual
(estimulación por exceso o defecto), 5. Historia de abuso sexual o experiencias sexuales desviadas, 6.
Un estilo de personalidad excesivamente pasivo, dependiente y conformista.
14
Cf. Los criterios de admisión presentados en: Congregación para la Educación Católica. Instrucción
sobre los criterios de discernimiento vocacional en relación con las personas de tendencias
homosexuales antes de su admisión al seminario y a las órdenes sagradas. Roma, 2005, n.2
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