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INSTITUTO DE ESTUDIOS SUPERIORES ATKINSON Y

SEMINARIO BÍBLICO MEXICANO

MAESTRÍA EN TEOLOGÍA PRÁCTICA

Ensayo crítico: El reto del individualismo para la iglesia urbana

Alumno: Erik Arturo Ramos Estrada

Jalapa de Díaz, Oaxaca a 20 de julio de 2022


Ensayo crítico: El reto del individualismo para la iglesia urbana

Breve descripción del problema planteado

El individualismo causado por la condición capitalista de las ciudades modernas


presenta un reto grande para el cristianismo puesto que esta se desarrolla en base
a valores corporativos como la unidad, el amor y el compañerismo esto lleva a que
la iglesia se individualice o que se haga irrelevante o incapaz de impactar a
nuestra sociedad ¿Cómo nos afecta esta realidad y cómo podemos afrontar este
problema?

Pregunta de investigación

¿Qué problemas causa el individualismo a la vida eclesial y cómo esta puede


enfrentar este desafío?

Posicionamiento teórico

La cuestión del individualismo como valor preponderante en la cultura moderna


capitalista contrasta grandemente con la vida comunitaria de los pueblos antiguos.
La teoría sociológica nos muestra que los cambios económicos históricos han
ocasionado formas de organización (Castells, s.f., p. 22), por ejemplo, la
industrialización llevó a una especialización y división del trabajo. Esto de por sí
generó una forma de convivencia laboral distinta a la del pasado donde se
heredaba el trabajo paterno de generación a generación, ahora uno debía elegir el
trabajo en base a las habilidades y preparación personal. Castells (s.f.) indica que
la organización espacial en ciudades también genera una forma de organización
social que tiende al distanciamiento “la valorización de la familia nuclear, la
importancia de la mass media… y la dominación de la ideología individualista,
cooperan en la atomización de las relaciones sociales, la diversificación de
intereses,…” (p. 32).

Respecto a los aspectos mentales y sociológicos que genera la vida urbana


Cedeño (2009) nos dice que las relaciones múltiples que se dan en la ciudad
poseen un “carácter de extrañamiento, superficialidad y transitoriedad” (p. 3). Esa
actitud de proximidad y distanciamiento es la actitud blasé y la reserva, “… es una
individualidad excepcional que acumula y particulariza esas experiencias urbanas”
(p. 6).

Sin duda que la individualidad es parte de la existencia atemporal pero que ha


adquirido un significado supremo en estos tiempos. Simmel (2005) nos enseña
que en respuesta al poder avasallador de la vida urbana que tiende a devorar la
subjetividad el hombre reacciona afianzándola (p. 2) y avocándose a lo intelectual
y a lo monetario antes que a lo emocional. Para entender esa indiferencia y
extrañeza al otro tenemos que entender que en la ciudad no podemos
interrelacionarnos con todos y esto lleva a casi no relacionarnos con nada sino ver
a los demás como un número o alguien a quien servimos o nos sirve. De este
modo nos volvemos antipáticos.

De cierta forma no todo es negativo porque esa antipatía protege nuestra libertad
individual, mientras que en la edad media se restringía la independencia y la
diferenciación individual (Simmel, 2005, p. 6) ahora no es así. Al mismo tiempo
perdemos la protección del grupo, la unidad y la identidad que nos da esa
interrelación.

De alguna forma para poder adquirir un sentido de valor personal en esta vida
moderna se nos llama a conocernos, determinar lo que queremos, alcanzar
nuestras metas, reconocer nuestra individualidad. Irónicamente la vida moderna
no nos da oportunidad para eso porque todo lo encapsula en formas de trabajo y
de economías restrictivas, por tanto, el individualismo y la libertad se convierten en
una mera ilusión.

Joâo Batista (1996) dice que el rasgo más importante de la modernidad es la


centralidad del individuo y esto se muestra negativamente en la insaciable
búsqueda del consumismo, la permisividad y el relativismo (p. 114). Podemos
notar que esto se origina desde la demanda propia del mercado y su oferta.
Demandan creatividad, premian el emprendimiento, engrandecen los logros
personales y la competencia, etc. Batista (1996) señala lo negativo y lo positivo del
asunto; en lo negativo tendemos al relativismo y a la falta de solidaridad, nos
volvemos narcisistas y ególatras; en lo positivo reconocemos nuestra valía,
dignidad y solidaridad (pp. 115, 116).

Jorge Costadoat (2004) por su parte menciona que la reforma luterana con el
énfasis en el libre examen se ha convertido en una de las características de la
sociedad individualista actual que ya no solo abarca a una iglesia sino a casi todo
el mundo. El valor de la conciencia y la razón personal se han exaltado hasta
niveles no muy agradables donde ya no importa mucho la sola Escritura y se cae
en subjetivismo enfermizo.

Desafíos a la vida comunitaria eclesiástica

Batista (1996) aborda el tema de los desafíos pastorales que trae el


individualismo, en especial al catolicismo. En lo espacial señala las distancias y la
perdida de la centralidad del templo en las ciudades quedando relegada a una
cosa más que hacer. En lo temporal dice que las personas pasan mucho tiempo
en el ocio y tienden más a la búsqueda del placer y al deseo de llenar sus
necesidades cosa que la iglesia católica no ha podido abordar como los
pentecostales (p. 118). Hoy esto se muestra en innumerables iglesias
posmodernas enfocadas en el individuo, en la necesidad del cliente lo cual a su
vez también genera un problema pues muchos lo hacen en detrimento de una
sólida enseñanza. Esto produce un cambio teológico hacia el énfasis en el amor y
el gozo, pero no tanto en la justicia y la santidad por verse más restrictivo y
“religioso”.

Otro reto señalado por Batista es el utilitarismo. Nuestra sociedad se enfoca más
en lo práctico y lo útil, así que menospreciarán discursos demasiado complejos y
teológicos, por tanto, demandarán que la iglesia les ayude y desarrolle ministerios
específicos. Dentro de esta cultura individualista la gente también tiende a preferir
un estilo más democrático y preferir la excelencia en todo lo que se hace. La vida
en la ciudad también nos llama a tener una perspectiva más abierta a la sociedad
y a otras expresiones de fe.
Ahora bien, respecto a la labor eclesiástica, esta es imposible concebirla desde el
ámbito individual únicamente. Tal como lo desarrolla Gil Arbiol (s.f.) la ekklesía es
concebida por el apóstol Pablo más que como un ámbito doméstico o individual a
uno comunitario y aún con tintes políticos (p. 286). Siguiendo la doctrina paulina la
iglesia es concebida como un cuerpo (1 Co. 12:27) donde cada uno es miembro
de los otros, también como una casa (Oikos) y el templo. Pablo usa el término
ekklesía en sentido teológico como el horizonte e identidad de los creyentes y la
familia como el ámbito social/ familiar donde las personas se desarrollan (p. 288).

Siguiendo el esquema de Gil Arbiol la iglesia como cuerpo llevaba a cabo comidas
comunitarias donde se ponía de manifiesto una asociación voluntaria pero
necesariamente revelada. También la regulación del matrimonio, la resolución de
conflictos sociales y acceso al grupo, e incluso la expulsión de los pecadores
graves donde lo público prevalece sobre lo privado son demostración de la vida
comunitaria de la iglesia en las casas /familia, dispersadas en la ciudad y en los
pueblos.

Hemos de señalar que a diferencia del catolicismo donde las personas desde que
nacen ya son incluidas en la vida comunitaria mediante el bautismo los
evangélicos tendemos a valorar la decisión personal de la persona, y esto es algo
positivo ya que en la Biblia vemos que hay llamados personales a la conversión,
pero muchas veces pasamos por alto los llamados a una conversión comunitaria
(cartas paulinas, las 7 iglesias, etc.).

Tomando como base las 5 áreas de trabajo como son el servicio, la adoración, el
evangelismo, el discipulado y la comunión que la iglesia debe llevar a cabo por
basarse en mandamientos neotestamentarios y modelados por la iglesia primitiva
(Hch. 2), podemos ver que hay un equilibrio entre lo comunitario y lo individual.
Veamos algunos ejemplos:

- Pablo hace un llamado a vivir en unidad, pero reconociendo los dones


particulares de cada miembro (Ef. 4, 1 Co. 12). Cada persona es única,
pero debe actuar siguiendo el bien para los otros, también debe reconocer
los dones de los demás en humildad.
- El discipulado se puede dar en grupos pequeños con ciertos grados de
mentoría y seguimiento como sucedió con los 12 discípulos o Pablo-
Timoteo, etc. La enseñanza era teórico- práctico/ experimental, dando
preponderancia al fruto del amor y la fe para desarrollar el carácter de
Cristo en las personas.
- Frecuentemente conversiones de casas / familias enteras en el libro de los
Hechos, grupos grandes, pero también individuos que chocaron con el resto
de los familiares. Respecto al mensaje como nos dice Boff (s.f.) la misión de
evangelización abarca el aspecto profético/ proclamación como el pastoral/
servicio (p. 45). Eso implica que la iglesia no debe abocarse solo al servicio
social ni solo a la proclamación sino tener un equilibrio. Ese servicio debe
ser integral: a lo físico, emocional, social, etc.
- La adoración era llevada a cabo comúnmente en la hermandad, pero
también en lo privado
- La comunión era fuerte tanto en compartir el pan como las ayudas mutuas y
la participación en los sufrimientos.

Es lamentable que la iglesia se halla convertido en un no lugar donde muchas


congregaciones hayan adoptado un modelo postmoderno de adoración donde la
gente llega sin identificarse, ofrenda, adora y se va sin necesidad de
comprometerse como algunas megaiglesias.
Datos de la problemática

Como ya mencionamos el individualismo tiene aspectos positivos y negativos,


unos que son oportunidades y otros que son retos, en este caso señalaremos
aquellos aspectos que son negativos. El asunto del individualismo es difícil de
medir por ser de carácter cualitativo, pero sí podemos conocer algo al respecto en
cuanto a lo que tiene que ver con el involucramiento en la iglesia y otros tipos de
parámetros que podemos determinar de los diferentes aspectos de la iglesia arriba
mencionados.

1- En cuanto al servicio podemos medirlo en base al involucramiento, pero


también por las actitudes si estas son humildes o egoístas, si se hacen con
el fin de buscar la fama o la gloria personal, si hay trabajo en equipo, etc.
2- Respecto al discipulado si el enfoque es intelectual o es relacional. Si hay
un enfoque en las emociones temporales o si el enfoque es en el cambio
permanente de vida. ¿cuál es el grado de compromiso logrado? ¿está la
gente dispuesta a dar de su tiempo, dinero y esfuerzo, abocarse a las
disciplinas espirituales, negarse a sí mismo y amar al prójimo?
3- ¿Es la predicación del evangelio solo en una fe intelectual o un
arrepentimiento real? ¿la gente está solo porque los ayudan o realmente
avanzan a la fe y se establecen en ella?
4- ¿se ve como innecesario reunirse para adorar?, ¿la gente no participa en el
dar, alabar, ofrendar, diezmar? ¿Está la búsqueda de una experiencia
personal sin un sentido de para qué?
5- ¿logra tener la iglesia una participación, convivencia, interrelación constante
y profunda con otros? ¿comemos juntos? ¿ayudamos a los necesitados de
la iglesia?
A parte de los puntos antes mencionados también podríamos ver el individualismo
en la actitud hacia diferentes aspectos eclesiales mayormente en el aspecto de
fidelidad/sujeción.

- Respeto y sujeción a los líderes eclesiales o una mayor independencia a


ellos
- Sujeción a la disciplina eclesiástica o ¿mejor se van a otra iglesia?
- ¿hay apego o fidelidad a una denominación?
- ¿los miembros se apegan a la doctrina denominacional o tienden a oír otras
doctrinas y formarse sus propios puntos de vista?

En lo que un servidor conoce no hay muchos estudios relativos a estos puntos,


pero sí hay muchos libros que han hecho observaciones que han señalado en
términos generales los peligros y limitaciones del individualismo del
posmodernismo, y algunos estudios en Norteamérica. Fee (2007), por ejemplo,
llama al individualismo una herejía de este tiempo, hoy «el individuo es dios; el
principal fin de la vida es un egocéntrico y narcisista interés en uno mismo» (p.
65). Por su parte Cruz (1996) afirma que “el individualismo es totalmente
incompatible con la propuesta de salvación universal ofrecida por Jesucristo” (p.
210).

En este caso mencionaré lo que en experiencia propia he observado habiendo


estado ministrando por cierto tiempo tanto en iglesias rurales como en ciudades.
Durante la infancia y adolescencia estuve en una iglesia rural donde nací, cuando
fui al instituto estuve ministrando en la iglesia de Dios en las ciudades de Reforma
Chiapas y dos iglesias de la capital de Tabasco, Villahermosa. Al graduarme fui de
copastor en la ciudad de Macuspana Tabasco, luego a una iglesia rural en el
municipio de Huimanguillo Tabasco. Posteriormente vine como pastor al Infonavit
de la ciudad de Tuxtepec Oaxaca y ahora estoy en un pueblo rural e indígena de
Tuxtepec. Tomando en cuenta que la situación particular de la iglesia es variable
dependiendo del pastor, de la historia propia y del contexto hay señales que
mostraban el reto del individualismo.
Lo que pude notar en las ciudades como pastor, ayudante o copastor fue lo
siguiente:

- Poco involucramiento en los cultos entre semana por una ocupación grande
en el trabajo, estudios u otras actividades. Incluso hay una asistencia muy
irregular.
- Dificultad para hallar líderes y gente que quisiera servir. La razón o excusa
es que no hay tiempo o que no quieren compromiso.
- Cierto menosprecio y desinterés hacia la figura del pastor y su función en
relación con la visitación a sus hogares o la consejería
- Desapego general hacia otros miembros. Usualmente el grupo pequeño
que sirve y asiste más a la iglesia es el más antiguo y el que muestra más
comunión. El resto no suele mostrar más que una relación ocasional hacia
los demás.
- Poca disposición al sacrificio, queja para dar tiempo o dinero, pocos
participan de disciplinas espirituales.
- Hay varias personas que han estado en otras iglesias y están probando a
ver que tal está la situación en el lugar.
- Hay muchas personas que irán por un tiempo y luego no volverán.
- Varios dirán que ellos buscan a Dios en sus casas
- Si se les quiere amonestar o disciplinar dejan de asistir o se cambian a otra
iglesia.
- Los hermanos desearán que se les ayude, se ore por ellos en su
necesidad, pero no hay un compromiso al crecimiento.

Todo lo anterior a excepción de la iglesia camino nuevo de Villahermosa Tabasco


que se hallaba en un momento de avivamiento y parte de la juventud de Reforma
Chiapas que también se hallaba en eso.

Tampoco podría decir que la situación en las comunidades rurales que he estado
es perfecta y tiene muchos parecidos, pero a diferencia de las ciudades puedo
observar:
- Más asistencia a las actividades realizadas
- Más apoyo y respeto al pastor
- Más unidad y participación en proyectos conjuntos como consecuencia más
interrelación entre los hermanos
- Más conocimiento mutuo
- La posibilidad de atender más a la disciplina

Conclusión o posicionamiento pastoral

Por un lado, podemos quedarnos en un espíritu de queja por la situación o buscar


un aprendizaje y cambio capaz de revertir la situación. Lo anterior es interesante
porque hay iglesias que han logrado el compromiso, involucramiento, crecimiento
y unidad en sus iglesias. De allí que debamos observar ¿qué hicieron ellos que no
hayamos hecho nosotros? ¿Qué valores y aspectos culturales debemos adoptar?
Tal vez como dice Keller (s.f.) “la sensibilidad de la mayoría de las iglesias y
líderes evangélicos es a menudo no urbano o aún antiurbanas” (p. 5) y por ello
propone adoptar ciertos valores que es necesario identificar y evaluar de acuerdo
con la realidad social de la comunidad.

Entonces el reto del individualismo nos lleva a no renunciar a los propósitos de


Dios, pero sí a la necesidad de estudiar la realidad social y sus valores, así como
a revertir la cultura interna de las Iglesias de Dios en las ciudades que ha impedido
un crecimiento mayor y más impacto. También tenemos que evaluar la estructura
eclesiástica y las estrategias propias sin dejar de involucrar la necesidad de una
renovación espiritual profunda pues aquellas iglesias que lograron avivamiento
revirtieron en cierta forma el espíritu individualista.

Creo que al respecto hace falta orar y comenzar desde el púlpito impartiendo una
nueva visión que impacte la vida de los hermanos. Podemos aseverar que hay
pecados como el egoísmo, la falta de amor genuino, la desobediencia a los
pastores, la tibieza, la desunión, la falta de compromiso que necesitan ser
confrontados de muchas maneras. Ahí entraría lo que dice Pablo a no
conformarnos a este siglo, sino transformarnos mediante la renovación de nuestro
entendimiento (Ro. 12:2).

Tampoco podemos dejar pasar por alto el valor de la individualidad en sus


aspectos positivos y retomarlo como un punto a nuestro favor. Entender que esta
individualidad debe forjarse ahora con centro en Cristo hasta llegar a parecerse a
él quien se despojó a sí mismo por amor (Fil. 2).

También tenemos que entender las fuerzas que atan a nuestros miembros y cual
faraón no quieren dejar ir al pueblo a adorar al desierto. No solo al pecado y a
Satanás sino a las estructuras sociales, capitalistas, económicas y laborales que
son ajenas al individuo, pero en la que todos estamos insertos, ¿cómo lidiamos
con trabajos pesados que dejan poco tiempo, con el bajo salario y la pobreza?

Por otra parte, también hay que poner atención a la advertencia de quienes han
mostrado que muchas iglesias se han desviado tras un evangelio a la carta,
satisfaciendo necesidades personales, pero no llevándolos a la salvación, ni a un
compromiso concienzudo con la verdad y el amor. Recordemos que, “La religión
pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las
viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.” (Stg. 1:27). Por
Latinoamérica han surgido iglesias pare de sufrir pero también las de evangelio de
prosperidad y éxito bajo el lema “solo decláralo” que gana muchos adeptos pero
no forma discípulos reales y firmes.

Nuestra meta debe ser formar gentes en las ciudades cuyo reino no sea el de este
mundo con sus valores y deseos sino de hombres y mujeres que cada día se
parezcan más al maestro y Señor, en palabra, conducta, espíritu, fe y pureza.

Algunas congregaciones han encontrado en el modelo de iglesia celular una forma


muy apropiada de atacar este individualismo al promover valores como la unidad,
la autenticidad, la verdad, el compartir, etc. Otras han atacado esto mediante
proyectos de dar y ayudar a la gente más necesitada a su alrededor. Para lograr
retar a sus miembros han identificado aquellos huecos que deja la vida
individualista y han mostrado los beneficios de una vida comunitaria, así como las
amenazas de una vida egocéntrica.
Warren (1998) dice que la mejor forma de lograr el compromiso de la gente en
este tiempo es mostrarle los beneficios (p. 323). Señala, entre otras cosas que la
familia actual está fragmentada por los cambios sociales, los roles de género, el
divorcio, el trabajo de las mujeres, etc. y eso ha traído una enorme soledad en las
personas, la gente necesita pertenecer (p. 324). Por ello se requiere entender que
hay una necesidad de comunión que la iglesia debe ofrecer a través de diferentes
programas, pero también por un amor de corazón.

Bibliografía

Batista, J. (1996) La iglesia en la ciudad en Perspectiva teológica. No. 28, 113-


126.

Boff, L. (S.f.). Teología desde el lugar del pobre. Cap 2 y 3, 45- 77.

Castells, M. (s.f.). La estructura urbana en La cuestión Urbana, 11-48.

Cedeño, M. (Junio 2009). Ciudad y vida urbana: Un esbozo teórico. En revista


periferia, Num 10. Instituto Catalán de Antropología

Costadoat, J. (2004). El catolicismo ante la individualización. Teología y vida Vol


XLV, 605- 610 recuperado de El catolicismo ante la individualización
(conicyt.cl)
Cruz, A. (1996). Postmodernidad: el evangelio ante el desafío del bienestar. Miami,
Florida: Universidad FLET

Fee, G. D. (2007). Pablo, el Espíritu y el pueblo de Dios. Miami, Florida: Editorial Vida

Gil Arbiol, C. (S.f.). La dimensión política de las comunidades paulinas: cuerpo,


casa y ciudad en Aristóteles y Pablo. Universidad de Deusto (Bilbao)

Keller, Timothy (s.f.). Realidades urbanas: ¿Cuál es la misión urbana global de


Dios? El movimiento de Lausana

Simmel, Georg. (2005) La metrópoli y la vida mental en Bifurcaciones revista de


estudios culturales urbanos. Núm. 4, p. 1-10.
Warren, R. (1998). Una iglesia con propósito: Como crecer sin comprometer el
mensaje y la misión. Miami, Florida: Editorial Vida

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