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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0863/2018-S3

Sucre, 27 de noviembre de 2018

SALA TERCERA
Magistrado Relator: Orlando Ceballos Acuña
Acción de amparo constitucional

Expediente: 24058-2018-49-AAC
Departamento: Santa Cruz

En revisión la Resolución 03/2018 de 16 de mayo, cursante de fs. 428 a 431,


pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por
Hugo Arnaldo Guzmán Centellas y Rosa Hurtado de Guzmán en
representación de María Elizabeth Boland de Guillén contra Editha Pedraza
Becerra y Jimmy Fernando López Rojas, Vocales de la Sala Civil y
Comercial, Familia, Niñez y Adolescencia, Violencia Intrafamiliar
Doméstica y Pública Primera del Tribunal Departamental de Justicia; y,
Deysi Marcela Sandoval Ramos, Jueza Pública Civil y Comercial Tercera
de la Capital, todos de Santa Cruz.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Por memorial presentado el 8 de mayo de 2018, cursante de fs. 350 a 372, la


accionante a través de sus representantes manifestó que:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

El 4 de mayo de 2012, AUTOSUD Limitada (Ltda.) instauró un proceso ejecutivo


contra Carlos Alberto Guillén Moreno, demandando el pago de $us19 606,96.-
(diecinueve mil seiscientos seis 96/100 dólares estadounidenses); supuestamente
presentado en su momento de forma incorrecta ante el “…juez de instrucción 15
avo…” (sic) y no ante un juzgado de partido, en razón de la cuantía vigente en ese
entonces; situación que dio lugar a la declinatoria del “…juez 15avo de
instrucción…” (sic), posteriormente se remitió y radicó la causa al Juzgado Público
Civil y Comercial Tercero de la Capital del departamento de Santa Cruz; en mérito a
ello, se emitió intimación de pago y se procedió al embargo del bien inmueble

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registrado en Derechos Reales (DD.RR.) bajo Folio Real con Matricula
7011990028095. Es así que, la Jueza de la causa omitió el estado civil del ejecutado
y la eventualidad de la existencia de copropiedad del bien inmueble embargado.

Al inicio y durante el trámite del referido proceso ejecutivo, no se observó la


existencia de una copropietaria en el bien inmueble embargado, por tal motivo no
se la citó con la demanda y demás actuados; dictándose la Sentencia 12 de 10 de
marzo de 2014, ordenando el pago de lo debido y el eventual remate de los bienes
embargados por incumplimiento de esa disposición; pese a que el aludido inmueble
embargado tendría además un valor superior a la suma demandada, se llegó a
subastarlo en un segundo remate, por la suma de $us98 550.- (noventa y ocho mil
quinientos cincuenta dólares estadounidenses) a favor de Pedro Céspedes Padilla y
Elvira Rodas Borda de Céspedes.

El 17 de agosto de 2015 la Cooperativa de Ahorro y Crédito Jesús Nazareno Ltda.,


interpuso tercería de derecho preferente de pago en ejecución de sentencia,
trámite que tampoco le fue notificado, siendo evidente su copropiedad respecto al
bien inmueble objeto del trance de remate.

Asimismo, alegó que se apersonó al proceso ejecutivo en ejecución de sentencia y


planteó incidente de nulidad de obrados, argumentando vicios de nulidad absoluta,
como la vulneración al derecho ganancial respecto del inmueble rematado, la
ineficacia del documento base de ejecución, omisión del estado civil del ejecutado,
inobservancia a la alodialidad del bien inmueble subastado en base a la
cotitularidad reclamada; rechazándose in límine el incidente de nulidad interpuesto,
con imposición de costas, costos y multa.

Posteriormente, apeló lo decidido en el Auto 93 de 14 de marzo de 2017 respecto


del incidente de nulidad interpuesto, fundando agravios en base al Código de las
Familias y del Proceso Familiar y a la falta de exhaustividad con los reclamos
alegados en el referido incidente; emitiéndose, el Auto de Vista 363 de 26 de
octubre de igual año, mismo que basado en excesivo formalismo, a secas declaró
inadmisible la impugnación, sin señalar razones suficientes a los argumentos
esgrimidos en el recurso interpuesto.

I.1.2. Derechos y garantías supuestamente vulnerados

La accionante a través de sus representantes alegó como lesionados sus derechos


al debido proceso, a la propiedad, a la defensa, a la igualdad de oportunidades, a la
“seguridad jurídica”, a la tutela judicial efectiva y al acceso a la justicia respecto al
derecho de impugnación, citando al efecto los arts. 56, 115.II, 119.I y 180.II de la
Constitución Política del Estado (CPE); y, 21 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos (CADH).

I.1.3. Petitorio

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Solicitó se conceda la tutela y en consecuencia se ordene la nulidad: a) Del Auto de
Vista 363; b) Del Auto 93; y, c) De obrados hasta el último vicio evidenciado en
“…(fs. 33) del exp. del proceso sub lite.-…” (sic); así como la remisión al Consejo de
la Magistratura de los actos vulneratorios de normas constitucionales.

I.2. Audiencia y Resolución de la Jueza de garantías

Celebrada la audiencia pública el 16 de mayo de 2018, según consta en acta,


cursante de fs. 423 a 427 vta., se produjeron los siguientes actuados:
I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción

La accionante a través de sus representantes ratificó in extenso los fundamentos


expuestos en su acción de defensa y ampliándolos manifestó, haber agotado todas
las instancias en la vía ordinaria para hacer valer su derecho propietario, hizo
conocer su cotitularidad respecto al bien inmueble objeto de remate al Juez de la
causa y la vulneración al derecho ganancial que tenía, amparando sus alegaciones
en la Constitución Política del Estado y en la jurisprudencia constitucional; afirmó la
necesidad de emitir razonamientos acordes con los puntos alegados en el incidente
de nulidad planteado, respetando su derecho a la defensa y al debido proceso,
debiendo motivarse en forma suficiente la resolución del incidente y eventualmente
la resolución de segunda instancia. No pudiendo ejecutarse un bien inmueble sin la
debida citación a la copropietaria, existiendo vicios procesales en todo el trámite del
proceso ejecutivo, denunciados y no resueltos en su momento; en ese sentido,
correspondía al Juez de la causa precautelar y proteger los derechos
constitucionales, observando los principios pro actione y “…pro persona…” (sic),
permitiéndose de esa forma la nulidad de obrados hasta “…fs. 33…” (sic) del
proceso ejecutivo, donde se evidenció el vicio inicial por falta de notificaciones y
citaciones a su persona.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Editha Pedraza Becerra y Jimmy Fernando López Rojas, Vocales de la Sala Civil y
Comercial, Familia, Niñez y Adolescencia, Violencia Intrafamiliar Doméstica y
Pública Primera del Tribunal Departamental de Justicia; y, Deysi Marcela Sandoval
Ramos, Jueza Pública Civil y Comercial Tercera, todos de Santa Cruz, no
presentaron informe escrito alguno ni se apersonaron a audiencia pese de su
notificación cursante a fs. 399 y 400.

Conforme a informe emitido por la Oficial de Diligencias del Juzgado Público de


Familia Decimoquinto de la Capital del departamento de Santa Cruz; Deysi Marcela
Sandoval Ramos -demandada- fue cesada en sus funciones de Jueza Pública Civil y
Comercial Tercera de la Capital del referido departamento (fs. 388) y en virtud a la
decisión contenida dentro del acta se notificó a su reemplazante (fs. 395 y vta.).

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Claudia Janneth Méndez Durán, Jueza Pública Civil y Comercial Tercera de la Capital
del mencionado departamento, no presentó informe escrito alguno ni se apersonó a
audiencia pese de su notificación cursante a fs. 398.

I.2.3. Intervención de los terceros interesados

La Cooperativa de Ahorro y Crédito Jesús Nazareno Ltda. a través de su


representante en audiencia señaló, que su intervención dentro del proceso
ejecutivo fue sólo como tercerista, sin haber sido parte propiamente; tercería, que
tenía el fin de recuperar su acreencia.

AUTOSUD Ltda., Pedro Céspedes Padilla y Elvira Rodas Borda de Céspedes, no


presentaron informe escrito alguno ni concurrieron a audiencia pese a su
notificación cursante a fs. 397, 403; y, 406.

I.2.4. Resolución

La Jueza Pública de Familia Decimoquinta de la Capital del departamento de Santa


Cruz, constituida en Jueza de garantías, por Resolución 03/2018 de 16 de mayo,
cursante de fs. 428 a 431, denegó la tutela solicitada, en base a los siguientes
fundamentos: 1) Los jueces de garantías constitucionales, no son un tercer tribunal
de revisión de los actos o formas de interpretar de la jurisdicción ordinaria; 2) La
accionante solicitó en el proceso ejecutivo en ejecución de fallos, la extinción de la
obligación ejecutiva por pago y afirmó que se habría cubierto la suma adeudada de
$us20 000.- (veinte mil dólares estadounidenses) a AUTOSUD Ltda.; 3) El art. 53
del Código Procesal Constitucional (CPCo), establece la improcedencia de la acción
de amparo constitucional, contra actos consentidos libre y expresamente, o cuando
hayan cesado los efectos del acto reclamado, situación normativa a la cual se
subsumen los actos y hechos vulneratorios; 4) La cancelación total de la obligación,
implicaría acto consentido en forma libre y expresa; y, 5) El pago total de la deuda
convalidaría todos los vicios procesales, existentes en el proceso ejecutivo.

II. CONCLUSIONES

De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establece


lo siguiente:

II.1. Cursa Testimonio 0895/2010 de 27 de noviembre de protocolización de un


contrato de crédito con garantía personal, solidaria e indivisible, suscrita
entre Carlos Alberto Guillén Moreno como deudor y la empresa AUTOSUD
Ltda. como acreedor (fs. 20 al 23).

II.2. A través de memorial de 19 de abril de 2012, Carmen Rosmery Ortiz


Salvatierra y Ambrosio Villarroel Galati en representación legal de AUTOSUD
Ltda., interpusieron demanda ejecutiva contra Carlos Alberto Guillén
Moreno (fs. 25 a 28 vta.).

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II.3. Por Auto Intimatorio 03/2012 de 10 de diciembre, se otorgó el plazo de tres
días a Carlos Alberto Guillén Moreno, para el pago de la suma de
$us19 606,96.- como capital, más intereses, a favor de AUTOSUD Ltda.
(fs. 34).

II.4. Mediante Sentencia 12 de 10 de marzo de 2014, se declaró probada la


demanda ejecutiva planteada por AUTOSUD Ltda. contra Carlos Alberto
Guillén Moreno, hasta el estado de remate de los bienes embargados que
acrediten ser de propiedad de la parte ejecutada hasta la cancelación de la
suma adeudada de $us19 606,96.- como capital, más intereses y gastos
(fs. 58 y vta.).
II.5. Consta memorial presentado el 17 de agosto de 2015, por el que la
Cooperativa de Ahorro y Crédito Jesús Nazareno Ltda. a través de sus
representantes, interpuso tercería de derecho preferente al pago,
reclamando una suma de dinero fruto de la subasta del inmueble sobre el
cual tiene anotada su acreencia, misma que fue resuelta por Auto 01/2016
de 5 de abril, que declaró probada la tercería planteada (fs. 141 y vta.; y,
175).

II.6. Según Resoluciones 02/2015 de 12 de octubre, 03/2015 de 7 de diciembre;


y, 01/2016 de 26 de febrero, se procedió al remate del bien inmueble
registrado en DD.RR. bajo Folio Real con Matrícula 7011990028095 y su
aprobación, adjudicándose el mismo a favor de Pedro Céspedes Padilla y
Elvira Roda Borda de Céspedes; en virtud de ello, se ordenó otorgar la
escritura pública de transferencia del bien subastado (fs. 148, 154 y 169).

II.7. Cursa memorial presentado el 7 de noviembre de 2016; por el que, María


Elizabeth Boland de Guillén -accionante- se apersonó al proceso ejecutivo,
alegando personería en forma documentada, justificación jurídica e interés
propio y personal; incidentó de la misma forma nulidad de obrados; así
también, por memorial planteado el 8 de marzo de 2017, pidió dejar sin
efecto la adjudicación y el registro en DD.RR. del aludido bien inmueble,
además del embargo y secuestro del vehículo marca KIA con placa de
control 2521-TNS (fs. 212 y vta.; y, 255 a 263 vta.).
II.8. Mediante Auto Interlocutorio 01/2017 de 14 de marzo, se rechazó in límine
el incidente interpuesto por la impetrante de tutela, además se le impuso el
pago de costos, costas y multa (fs. 264 y vta.).

II.9. Por memorial presentado el 27 de marzo de 2017, la solicitante de tutela


apeló la Resolución de Rechazo del Incidente de Nulidad, el cual mereció la
emisión del Auto de Vista 363 de 26 de octubre del referido año, que
declaró inadmisible el recurso de apelación formulado (fs. 267 a 270; y, 319
y vta.).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

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La accionante a través de sus representantes alega lesionados sus derechos al
debido proceso, a la propiedad, a la defensa, a la igualdad de oportunidades, a la
“seguridad jurídica”, a la tutela judicial efectiva y al acceso a la justicia respecto al
derecho de impugnación; puesto que el Auto de Vista 363 de 26 de octubre de
2017, declaró inadmisible el recurso interpuesto, sin responder con razones
suficientes a los argumentos establecidos en la impugnación presentada, misma
que se fundó en agravios con base en el Código de las Familias y del Proceso
Familiar y la inexistencia de exhaustividad con los reclamos planteados en el
incidente resuelto mediante Auto Interlocutorio 01/2017 de 14 de marzo,
lesionando sus derechos.

En consecuencia, corresponde en revisión, verificar si tales argumentos son


evidentes con el fin de conceder o denegar la tutela solicitada.
III.1. El derecho a la defensa y a la impugnación, y doble instancia como
componentes del debido proceso. Jurisprudencia reiterada

La SCP 2222/2012 de 8 de noviembre estableció: [Con relación al derecho a


la defensa, considerado como un elemento del debido proceso la
SCP 0405/2012 de 22 de junio, señala: «Respecto al derecho a la defensa,
en las SSCC 1756/2011-R y 0887/2010-R, entre otras, se señaló lo
siguiente: “En el orden constitucional, no obstante que el derecho a la
defensa es un instituto integrante de las garantías del debido proceso, ha
sido consagrado en forma autónoma, precisando de manera expresa en el
art. 16.II de la CPEabrg que ‘El derecho a la defensa en juicio es inviolable’
y en el art. 115.II de la CPE, que: ‘El Estado garantiza el derecho al debido
proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita,
transparente y sin dilaciones’. Preceptos que resaltan esta garantía
fundamental, que debe ser interpretada siempre conforme al principio de la
favorabilidad, antes que restrictivamente” ».

La jurisprudencia constitucional, a través de la SC 1842/2003-R de 12 de


diciembre, enuncia dos connotaciones del derecho a la defensa, siendo la
segunda vinculada al ejercicio de los medios de impugnación, en este
entendido señala: «La primera es el derecho que tienen las personas,
cuando se encuentran sometidas a un proceso con formalidades
específicas, a tener una persona idónea que pueda patrocinarle y
defenderle oportunamente, mientras que la segunda es el derecho que
precautela a las personas para que en los procesos que se les inicia, tengan
conocimiento y acceso de los actuados e impugnen los mismos con
igualdad de condiciones…».

De igual forma con respecto a esta vinculación del derecho a la defensa y


los medios de impugnación la SCP 0140/2012 de 9 de mayo, ha establecido
que los medios de impugnación aseguran la eficacia del derecho de recurrir
y del derecho a la defensa cuando guarda: «…el reconocimiento de los
típicos medios de impugnación de los actos administrativos, reconocidos en

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el orden legal (Ley de Procedimiento Administrativo), a través de dos
instancias: el recurso de revocatoria y el recurso jerárquico, son formas
procesales de impugnación en sede administrativa, instituidas por el
legislador, con base en las cuales debe procederse en la vía de
impugnación, es decir, es el procedimiento del ordenamiento interno del
Estados que prevé dos instancias, las que no están dirigidas a cumplir una
formalidad procesal en sí misma, sino que tienen valor en la medida que
aseguren la eficacia material de los siguientes derechos fundamentales y
garantías constitucionales: i) Derecho a la doble instancia o de
recurrir ante un tribunal superior en el ámbito disciplinario sancionador y,
su nexo con ii) El derecho a la defensa en la fase impugnativa».

De acuerdo a este entendimiento existe una vinculación o relación entre los


medios de impugnación y el derecho a la defensa, considerando que este
derecho precautela a las personas para que en los procesos que se les
inicia, tengan conocimiento y acceso de los actuados y puedan impugnar
los mismos en igualdad de condiciones, y que el reconocimiento de los
típicos medios de impugnación de los actos administrativos, reconocidos por
el orden legal, como el recurso de revocatoria y el recurso jerárquico, no
están dirigidas a cumplir una formalidad procesal en sí misma, toda vez que
su valor deviene de la medida en que estos recursos aseguren la eficacia
material de los derechos a la doble instancia y su nexo con el derecho a la
defensa en la fase impugnativa.

La SC 0140/2012 de 9 de mayo, ha establecido también con relación al


derecho de recurrir que: «La Corte Interamericana de Derechos Humanos
en el caso Herrera Ulloa Vs. Costa Rica (Sentencia de 2 de julio de 2004,
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas) precisando el
alcance del “derecho a recurrir el fallo ante juez o tribunal superior”,
estableció, en lo que en el caso interesa, las siguientes afirmaciones…:

1. El derecho de recurrir el fallo es una garantía primordial que se debe


respetar en el marco del debido proceso legal, en aras de permitir que
una sentencia adversa pueda ser revisada por un juez o tribunal distinto
y de superior jerarquía orgánica (párrafo 158).

2. El derecho de recurrir “…busca proteger el derecho de defensa


otorgando durante el proceso la posibilidad de interponer un recurso
para evitar que quede firme una decisión que fue adoptada con vicios y
que contiene errores que ocasionarán un perjuicio indebido a los
intereses de una persona. (párrafo 158).

3. Independientemente de la denominación que se le dé al recurso


existente para recurrir un fallo, lo importante es que dicho recurso
garantice un examen integral de la decisión recurrida (párrafo 165)”».

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La SCP 0275/2012 de 4 de junio, menciona al respecto: «El derecho a la
defensa irrestricta es uno de los mínimos procesales que debe concurrir
dentro de un proceso sancionatorio en el que se encuentre presente el
debido proceso, constituyendo de esta manera un bloque de garantías
procesales dentro del procedimiento sancionador, siempre en procura de
efectivizar un proceso justo. El derecho a la defensa, es un elemento
adjetivo del debido proceso, que halla uno de sus resguardos en la
garantía de la doble instancia, que a su vez tiene su consagración
en las normas de derecho internacional, más propiamente en el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San
José), normas en las cuales se le asigna el carácter de garantía
judicial, asumiéndola como un mecanismo de protección, dirigido
a esta impronta característica de la doble instancia, es aplicable
también al derecho administrativo sancionatorio cuando así
corresponda, otorgando al administrado la posibilidad de
controvertir una decisión inicial, para en definitiva poder
enmendar los errores o distorsiones en la aplicación de la
normativa en primera instancia. La garantía de la doble instancia
admite el disenso con los fallos, permitiendo que una autoridad
distinta de la inicialmente competente, investida además de otra
jerarquía administrativa, pueda evaluar, revisar, compulsar y en
definitiva corregir los defectos insertos en la decisión inicial,
dando lugar de ésta manera a un irrestricto acceso a la justicia,
aspecto íntimamente relacionado con el derecho a la defensa.

La eventualidad de impugnar un fallo desfavorable, posibilita que el


administrado, reclame aspectos específicos que considera injustos a sus
pretensiones, fundamentando en qué grado estas omisiones o distorsiones
han afectado sus derechos. El responder en segunda instancia todos los
agravios denunciados es obligación ineludible de la instancia de alzada
materializar los derechos »] (las negrillas nos corresponden).

III.2. Sobre la fundamentación y motivación de las resoluciones

La SCP 0014/2018-S4 de 23 de febrero refiere: «Con relación a la


fundamentación y motivación de las resoluciones judiciales como elementos
integrantes del derecho al debido proceso, el Tribunal Constitucional en la
SC 0759/2010-R de 2 de agosto, estableció el siguiente razonamiento:

“(…) la jurisprudencia constitucional ha dejado establecido que el derecho


al debido proceso, entre su ámbito de presupuestos exige que toda
resolución sea debidamente fundamentada; es decir, que cada autoridad
que dicte una resolución debe imprescindiblemente exponer los hechos,
realizar la fundamentación legal y citar las normas que sustentan la parte
dispositiva de la misma. Consecuentemente, cuando un juez omite la

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motivación de una resolución, no sólo suprime una parte estructural de la
misma sino también en los hechos toma una decisión de hecho no de
derecho, que vulnera de manera flagrante el citado derecho, que permite a
las partes conocer cuáles son las razones para que se declare en tal o cual
sentido o lo que es lo mismo, cuál es la ratio decidendi que llevó al juez a
tomar la decisión.

En ese entendido, ‘…toda autoridad que conozca de un reclamo, solicitud o


que dicte una resolución resolviendo una situación jurídica debe
ineludiblemente exponer los motivos que sustentan su decisión, para lo
cual, también es necesario que exponga los hechos establecidos, si la
problemática lo exige, de manera que el justiciable al momento de conocer
la decisión del juzgador lea y comprenda la misma, pues la estructura de
una resolución, tanto en el fondo como en la forma, dejará pleno
convencimiento a las partes de que se ha actuado no sólo de acuerdo a las
normas sustantivas y procesales aplicables al caso sino que también la
decisión está normada por los principios y valores supremos rectores que
rigen al juzgador, eliminándose cualquier interés y parcialidad, dando al
administrado el pleno convencimiento de que no había otra manera de
resolver los hechos juzgados, sino de la forma en que se decidió.

Al contrario, cuando aquella motivación no existe y se emite únicamente la


conclusión a la que ha arribado el juzgador, son razonables las dudas del
justiciable en sentido de que los hechos no fueron juzgados conforme a los
principios y valores supremos, vale decir, no se le convence que ha actuado
con apego a la justicia, por lo mismo se tienen los canales que la Ley
Fundamental le otorga para que, en búsqueda de la justicia, acuda a este
Tribunal como contralor de la misma, a fin de que dentro del proceso se
observen sus derechos y garantías fundamentales y así pueda obtener una
resolución que ordene la garantía del debido proceso, que faculta a todo
justiciable a exigir, del órgano jurisdiccional a cargo del juzgamiento, una
resolución debidamente fundamentada, así se ha entendido en varios fallos
de este Tribunal, entre ellos, las SSCC 1369/2001-R, 0752/2002-R…’

(…) Finalmente, cabe señalar que la motivación no implicará la exposición


ampulosa de consideraciones y citas legales, sino que exige una estructura
de forma y fondo. En cuando a esta segunda, la motivación puede ser
concisa, pero clara y satisfacer todos los puntos demandados, debiendo
expresar el juez sus convicciones determinativas que justifiquen
razonablemente su decisión en cuyo caso las normas del debido proceso se
tendrán por fielmente cumplidas. En sentido contrario, cuando la resolución
aun siendo extensa no traduce las razones o motivos por los cuales se toma
una decisión, dichas normas se tendrán por vulneradas” ».

III.3. Análisis del caso concreto

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La accionante a través de sus representantes alega lesionados sus derechos
al debido proceso, a la propiedad, a la defensa, a la igualdad de
oportunidades, a la “seguridad jurídica”, a la tutela judicial efectiva y al
acceso a la justicia respecto al derecho de impugnación; puesto que el Auto
de Vista 363 de 26 de octubre de 2017, declaró inadmisible su apelación sin
responder con razones suficientes a los argumentos establecidos en dicho
recurso interpuesto, donde se denunció agravios en base al Código de las
Familias y del Proceso Familiar y la falta de exhaustividad con los reclamos
planteados en el incidente resuelto mediante Auto Interlocutorio 01/2017
de 14 de marzo, lesionando sus derechos.

En el caso sub judice, el antecedente del proceso ejecutivo es el Testimonio


0895/2010 de 27 de noviembre, contrato o pacto suscrito por Carlos Alberto
Guillén Moreno como deudor y la empresa AUTOSUD Ltda. como acreedor,
por la suma de $us23 000.- (veintitrés mil dólares estadounidenses);
documento que fue base de la demanda ejecutiva de 19 de abril de 2012,
por el cual la entidad acreedora exige el pago de $us19 606,96.- a Carlos
Alberto Guillén Moreno -deudor- (Conclusiones II.1 y 2). Por Auto
Intimatorio 03/2012 de 10 de diciembre, se otorgó el plazo de tres días al
deudor, para la cancelación de la suma ejecutada como capital, más
intereses, a favor de AUTOSUD Ltda. (Conclusión II.3); la Sentencia 12 de
10 de marzo de 2014, declaró probada la demanda ejecutiva planteada por
AUTOSUD Ltda. contra el deudor, ordenando a este la liquidación de la
suma debida, más intereses y gastos (Conclusión II.4).

Por memorial presentado el 17 de agosto de 2015, la Cooperativa de


Ahorro y Crédito Jesús Nazareno Ltda. mediante sus representantes,
interpuso tercería de derecho preferente al pago, reclamando una suma de
dinero fruto de la subasta del inmueble sobre el cual tiene anotada su
acreencia; tercería, resuelta por Auto 01/2016 de 5 de abril, que declaró
probada la tercería planteada (Conclusión II.5); mediante las Resoluciones
02/2015 de 12 de octubre, 03/2015 de 7 de diciembre; y, 01/2016 de 26 de
febrero, se procedió al remate del bien inmueble registrado en DD.RR. bajo
Folio Real con Matrícula 7011990028095 y su aprobación, adjudicándose el
mismo a favor de Pedro Céspedes Padilla y Elvira Roda Borda de Céspedes;
en virtud de ello, se ordenó otorgar escritura pública de transferencia del
bien subastado (Conclusión II.6).

Por memorial presentado el 7 de noviembre de 2016, María Elizabeth


Boland de Guillén -accionante- se apersonó al proceso ejecutivo, alegando
personería en forma documentada, justificación jurídica e interés propio y
personal; incidentó también nulidad de obrados y a través de memorial de
8 de marzo de 2017, pidió dejar sin efecto la adjudicación y el registro en
DD.RR. del aludido bien inmueble, además del embargo y secuestro del
vehículo marca KIA con placa de control 2521-TNS (Conclusión II.7); pero,
por Auto Interlocutorio 01/2017, se rechazó in límine el incidente

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interpuesto por la impetrante de tutela, además se le impuso el pago de
costos, costas y multa (Conclusión II.8); por memorial planteado el 27 del
indicado mes y año, la solicitante de tutela apeló la Resolución de Rechazo
del Incidente de Nulidad, emitiéndose en consecuencia el Auto de Vista
363, que declaró inadmisible el recurso de apelación formulado, basando la
decisión en la imposibilidad de interponer apelación directa contra la
resolución del incidente, afirmando la obligación de presentar recurso de
reposición con alternativa de apelación, conforme lo dispone el art. 344.I
del Código Procesal Civil (CPC [Conclusión II.9]).

Conforme los antecedentes anotados con anterioridad, el Auto de Vista 363,


declaró inadmisible la apelación de la peticionante de tutela, refiriendo: i) El
art. 338 del CPC, determina que toda cuestión accesoria con el objeto del
litigio y no sometido a un procedimiento especializado debe tramitarse por
la vía incidental; ii) El art. 344.I de la norma procesal antes citada, dispone
que las resoluciones que resuelven los incidentes admitirán recurso de
reposición con alternativa de apelación; y, iii) El Auto Interlocutorio
01/2017, no podía apelarse en forma directa, sino sólo a través del recurso
antes indicado.

Como se puede advertir en ejecución de sentencia la accionante interpuso


incidente de nulidad de obrados, alegando que no se la notificó con ningún
actuado del proceso ejecutivo, menos con la tercería planteada dentro el
fenecido proceso; siendo rechazado el incidente, interpuso apelación
incidental, mismo que mereció el Auto de Vista 363, que declaró inadmisible
el recurso, entendiendo que no correspondía la apelación directa, sino, que
el recurrente debía plantear reposición con alternativa de apelación en
apego al art. 344 del CPC; al respecto, corresponde señalar que la norma
procesal vigente, no determinó recursos específicos que pudieran activarse
en ejecución de sentencia, momento procesal en el que por sus
características, toda decisión de la autoridad jurisdiccional adquiere
relevancia, consecuentemente ante una eventual afectación a algún
derecho de las partes, merece ser atendido en el marco de las garantías
constitucionales que establece la Norma Suprema; en ese sentido,
teniéndose establecida esta situación en al art. 180.II de la CPE, el derecho
a la impugnación y esta parte componente del derecho a la defensa, resulta
insoslayable su observación.

En efecto, en el caso que nos ocupa debemos entender que -en ejecución
de sentencia-, si bien en ejercicio del derecho a la impugnación puede ser
interpuesto el recurso de reposición con alternativa de apelación, no existe
impedimento normativo procesal alguno para que proceda la apelación
directa en esta etapa; es decir, tanto el recurso de reposición con
alternativa de apelación como la apelación directa, debieran ser tramitadas
y resueltas en el fondo en el marco de la aplicación directa de la norma
constitucional cuando establecen garantías y derechos fundamentales -art.

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109.I de la CPE- entender que favorece la maximización del derecho a la
impugnación, consecuentemente acorde al Estado Constitucional de
Derecho -arts. 1 y 180.II de la Ley Fundamental-; sin embargo, las
autoridades judiciales demandadas emitieron el Auto de Vista 363, sin
considerar el mandato constitucional precedentemente citado -que en
ejecución de sentencia por su relevancia debiera ser observado-aspecto que
recae en motivación insuficiente consecuentemente afecta al derecho que
todo justiciable tiene a obtener resoluciones jurisdiccionales fundamentadas
-Fundamento Jurídico III.2 de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional-, constituyéndose la señalada resolución en un acto lesivo que
vulnera también el derecho a la impugnación y a la defensa, desarrollados
en la jurisprudencia citada en el Fundamento Jurídico III.1 del presente
fallo constitucional.

Conforme lo descrito, se concluye que el Auto de Vista 363, al no permitir


que se ingrese al fondo de lo denunciado en el recurso de apelación
incidental lesionó el derecho a la tutela jurídica efectiva, sobre este derecho
la SCP 0898/2012 de 22 de agosto estableció que: “…consiste
básicamente en el derecho de acceso libre a la jurisdicción, lo que
comprende el derecho de toda persona a ser parte de un proceso y poder
promover en el marco de la actividad jurisdiccional, cualquier recurso
ordinario o extraordinario, que el ordenamiento prevea en cada caso con
los requisitos legalmente establecidos, que desemboque en una
decisión judicial sobre la pretensiones deducidas por el litigante,
por lo tanto se puede deducir que lo anteriormente desarrollado implica en
síntesis en el derecho de todo actor o demandante a obtener una
resolución o sentencia jurídicamente fundamentada sobre el fondo
de lo peticionado” (las negrillas son añadidas); en el caso concreto, la
decisión ahora impugnada en acción tutelar, al declarar inadmisible con
argumentos no acordes al nuevo orden constitucional que debieron ser
observadas en ejecución de sentencia, tuvo como efecto que no pueda
analizarse los agravios contenidos en el recurso de apelación,
correspondiendo sobre este derecho que la tutela pedida sea también
concedida; a este efecto y por las circunstancias propias que nos trae el
caso sub judice, atañe que el Auto denunciado sea dejado sin efecto, y en
resguardo de los derechos a la tutela judicial efectiva, acceso a la justicia y
fundamentación y motivación de resoluciones y que el recurso interpuesto
en ejecución de sentencia sea resuelto en el fondo.

En cuanto al derecho a la propiedad, simplemente fue mencionado por la


accionante, sin haber desarrollado algún despliegue argumentativo sobre la
manera en que hubiera sido afectado, situación que nos impide su análisis.

Finalmente, en cuanto al principio de seguridad jurídica, la jurisprudencia


constitucional estableció que su tutela de manera independiente no es
posible.

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En consecuencia, la Jueza de garantías al haber denegado la tutela solicitada, no
obró correctamente.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la


autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de la Ley
del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve: REVOCAR la
Resolución 03/2018 de 16 de mayo, cursante de fs. 428 a 431, pronunciada por la
Jueza Pública de Familia Decimoquinta de la Capital del departamento de Santa
Cruz; y en consecuencia, CONCEDER la tutela impetrada, disponiendo dejar sin
efecto el Auto de Vista 363 de 26 de octubre de 2017, debiendo pronunciarse uno
nuevo sobre el incidente interpuesto, conforme los fundamentos expuestos en el
presente fallo constitucional.

CORRESPONDE A LA SCP 0863/2018-S3 (viene de la pág. 12).

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

Orlando Ceballos Acuña MSc. Brígida Celia Vargas Barañado


MAGISTRADO MAGISTRADA

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