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Tribunal Constitucional Plurinacional

SENTENCIA CONSTITUCIONAL 2634/2010-R


Sucre, 6 de diciembre de 2010

Expediente: 2008-19029-39-RAC
Distrito: La Paz
Magistrado Relator: Dr. Ernesto Félix Mur

En revisión la Resolución 83/2008 de 16 de diciembre, cursante de fs. 647 a 649 vta.,


pronunciada por la Sala Civil Tercera de la Corte Superior del Distrito Judicial de La
Paz, dentro del recurso de amparo constitucional, ahora acción de amparo
constitucional, interpuesto por Marcelo Antonio Cortez de la Barra en
representación de la Mutualidad Teniente General Germán Busch
(MUGEBUSCH) contra Armando Pinilla Butrón, Presidente y Dora Villarroel
de Lira, Vocal, ambos de la Sala Penal Segunda de la misma Corte Superior,
alegando la vulneración del derecho de la entidad que representa a la “seguridad
jurídica” y de la garantía al debido proceso, citando al efecto los arts. 7 inc. “ h)” y
16.IV de la Constitución Política del Estado abrogada (CPEabrg); 8 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (CADH); y 14, del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos (PIDCP).

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido del recurso

Por memorial presentado el 2 de diciembre de 2008, cursante de fs. 427 a 434,


adjuntando el testimonio 462/2008 del poder especial bastante y suficiente, otorgado
por los representantes legales de MUGEBUSCH a favor de Marcelo Antonio Cortez de la
Barra; y el de subsanación, que cursa de fs. 598 a 600 vta., el recurrente expone los
siguientes fundamentos de hecho y de derecho:

I.1.1. Hechos que motivan el recurso

Instalado el juicio oral el 12 de diciembre de 2007, dentro del proceso penal signado
como IANUS 200306797, radicado en el Tribunal de Sentencia de Sica Sica, seguido
por MUGEBUSCH y el Ministerio Público contra Kurth Emmil Reinch San Martín, Luis
Enrique Abasto Inarra, José Luis Lora Núñez, Eduardo Tito Orihuela y José Carlos
Rivero Novillo, por la comisión de los delitos de estafa y estelionato en la suscripción de
varios contratos con la entidad representada por el recurrente, con el agravante de
víctimas múltiples y daño económico aproximado de $us1 008 685,32.- (un millón
ocho mil seiscientos ochenta y cinco 32/100 dólares estadounidenses); la defensa de

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los imputados, opuso una serie de excepciones e incidentes, que fueron rechazados a
través del Auto Interlocutorio 117/2007 de la misma fecha; salvo los de litispendencia,
a favor de José Luis Lora Nuñez y Eduardo Tito Orihuela y de prejudicialidad, planteada
por Kurth Emmil Reinch San Martín, José Luis Lora Núñez y José Carlos Rivera Novillo.

Contra el descrito Auto, MUGEBUSCH formuló apelación incidental el 26 de febrero de


2008, invocando la improcedencia de la excepción de litispendencia, por no cumplir con
los requisitos para el efecto y la permisión otorgada por el art. 38 del Código de
Procedimiento Penal (CPP), de la concurrencia de la acción penal y la resarcitoria; y
sobre la de prejudicialidad, la omisión de precisar cómo la demanda civil determinaría
la existencia o no de elementos constitutivos del delito atribuido a los imputados. Por
otro lado, el coimputado Luis Enrique Abasto Inarra, se valió del mismo medio legal el
5 de marzo de ese año, arguyendo actividad procesal defectuosa, prescripción del delito
y de la acción penal; de igual forma, Kurth Emmil Reinch San Martín, indicando que la
cláusula de arbitraje contenida en uno de los contratos suscritos, ameritaba la sujeción
de la causa a los dispuesto por la Ley de Arbitraje y Conciliación, circunstancia que no
fue apreciada al resolver la excepción de incompetencia que formuló.

Cumplido el trámite de rigor, la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito
Judicial de La Paz, conformada por las autoridades recurridas, dictó la Resolución
128/2008 de 21 de mayo, notificada a MUGEBUSCH el 10 de junio de 2008, por la que
se revocó el Auto Interlocutorio 117/2007, declarando probada la excepción de
incompetencia y disponiendo que las partes debían, previamente, dar cumplimiento a la
cláusula compromisoria, sin advertir la aplicación supletoria del art. 14 del Código de
Procedimiento Civil (CPC) y el contenido del art. 13.III de la Ley de Arbitraje y
Conciliación (LAC); a lo descrito, se suma que la referida Resolución, no se pronunció
sobre el recurso de apelación incidental presentado por la entidad que representa,
motivando la solicitud de tutela constitucional, por no existir otro medio legal eficaz
para hacer valer sus derechos, vulnerados con la emisión de este fallo.

I.1.2. Derecho y garantía supuestamente vulnerados

El recurrente, alega la vulneración del derecho de la entidad que representa a la


“seguridad jurídica” y de la garantía al debido proceso, citando al efecto los arts. 7 inc.
“h)” y 16.IV de la CPEabrg; 8 de la CADH; y 14, del PIDCP.

I.1.3. Autoridades recurridas y petitorio

Con esos antecedentes, interpone recurso de amparo constitucional, ahora acción de


amparo constitucional, contra Armando Pinilla Butrón, Presidente y Dora Villarroel de
Lira, Vocal, ambos de la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de
La Paz; solicitando se declare “procedente” y disponga dejar sin efecto la Resolución
128/2008, pronunciada por las autoridades recurridas, ordenándose la emisión de otra,
que resuelva los agravios denunciados en el recurso de apelación incidental interpuesto
por MUGEBUSCH y contenga la aplicación objetiva de los arts. 14 del CPC y 13.III de la
LAC.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

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En la audiencia pública realizada el 16 de diciembre de 2008, en presencia de la parte
recurrente y de los terceros interesados, sólo José Luis Lora Núñez, Eduardo Tito
Orihuela y José Carlos Rivero Novillo; ausentes las autoridades recurridas y el
representante del Ministerio Público, según consta en el acta cursante a fs. 637 a 638 y
proseguida de fs. 640 a 646, previamente a las formalidades de rigor, se dio lectura al
memorial de recusación presentado por el tercero interesado Luis Enrique Abasto
Inarra, misma que fue rechazada por el Auto que consta a fs. 639; posteriormente, se
suscitaron los siguientes actuados:
I.2.1 Ratificación del recurso

El abogado recurrente, se ratificó en el tenor íntegro del recurso de amparo


constitucional interpuesto, enfatizando que la excepción de incompetencia formulada
por los entonces imputados y que fuera declarada probada en apelación por las
autoridades recurridas, no merecía considerarse luego de cinco años de sometimiento
al proceso penal.

I.2.2. Informe de las autoridades recurridas

Los recurridos Vocales de la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito
Judicial de La Paz, fueron legalmente notificados pero no asistieron a la audiencia; sin
embargo, a tiempo de dispensarse, presentaron el informe escrito que cursa de fs. 632
a 633, solicitando que se declare improcedente el recurso de amparo constitucional,
argumentando que el Auto de Vista 128/2008 de 21 de mayo, que resolvió los recursos
de apelación incidental y que se impugna por el recurrente a través de la interposición
del recurso de amparo constitucional, declaró probada la excepción de incompetencia
del Tribunal de Sentencia de Sica Sica y por esta misma razón, no ingresó a analizar
ninguna otra cuestión, en mérito a que versaban sobre hechos incriminados de índole
netamente civil, al invocar la suscripción de un contrato suscrito entre la entidad
representada por el recurrente y los ahora terceros interesados, en el que se fijó una
cláusula compromisoria de sometimiento a un proceso de conciliación y/o arbitraje de
la Cámara de Comercio, en caso de una eventual discrepancia; bajo estas
circunstancias, se infirió que el cumplimiento del descrito contrato, debía exigirse en la
vía civil.

I.2.3. Intervención de los terceros interesados

Los terceros interesados presentes en audiencia, a través de sus abogados, se


manifestaron sobre la pretensión del recurrente, indicando que: a) Las comparaciones
entre materia civil y penal que se expusieron por la contraparte, tienen la sola intención
de inducir a error al Tribunal de garantías, afirma que debió interponerse la excepción
de incompetencia a momento de contestar la acusación; sin embargo, este acto no
corresponde conforme al art. 340 del CPP; b) Del mismo modo, en el área penal, la
incompetencia en razón de materia puede declararse aún de oficio en cualquier estado
del proceso; c) El proceso penal seguido contra sus defendidos, sigue sustanciándose
después de siete años; razón por la que, también solicitarían tutela constitucional ante
este agravio; d) A lo indicado, se añade que la parte recurrente presentó demanda por
incumplimiento de contrato contra sus defendidos, que se tramita en el Juzgado Cuarto
de Partido en lo Civil y Comercial del Distrito Judicial de La Paz; y, e) Sobre la falta de
fundamentación en el Auto que impugna la parte recurrente, se destaca que en dicho

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fallo, al declararse la incompetencia del Tribunal de Sentencia de Sica Sica, no
ameritaba que las autoridades recurridas consideraran los argumentos vertidos por
MUGEBUSCH, ni tampoco los correspondientes a las pretensiones de sus defendidos;
circunstancias que se encuentran dentro de lo legal y no vulneraron los derechos
invocados por el recurrente, en representación de MUGEBUSCH, correspondiendo
declarar improcedente el recurso.

I.2.4. Resolución

La Sala Civil Tercera de la Corte Superior del Distrito Judicial de La Paz, constituida en
Tribunal de garantías, pronunció la Resolución 83/2008 de 16 de diciembre, cursante
de fs. 647 a 649 vta., por la que concedió el recurso de amparo constitucional,
disponiendo dejar sin efecto la Resolución 128/“08” de 21 de mayo de 2008 y en
consecuencia, que las autoridades recurridas emitan un nuevo fallo, conforme a los
siguientes fundamentos: 1) Planteada la excepción de previo y especial
pronunciamiento de incompetencia, en la etapa preparatoria o en juicio (art. 314 del
CPC) debe resolverse antes que cualquier otra, de acuerdo a los preceptos del Código
de Procedimiento Civil relativos a la inhibitoria y declinatoria, que de un análisis
contextualizado, también merece la observancia del art. 14 de dicho cuerpo legal,
indicando que esta excepción puede promoverse hasta antes de consentida la
competencia contra la cual se impetra; 2) Reforzando esta afirmación, en el caso
concreto, se renunció tácitamente a la cláusula compromisoria conforme al art. 13.III
de la LAC, al no oponerse, en su momento, la excepción de arbitraje; 3) Dentro del
contexto descrito, en la Resolución impugnada por el recurrente, las autoridades
recurridas de la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de La Paz,
se limitaron a la aplicación “exegética y lexical” de los arts. 308 inc. 2), 310, 314 y 315
del CPC, obviando al art. 14 del mismo Código; respecto a la actitud asumida de los
ahora terceros interesados y su intervención en el proceso penal que se les sigue, que
denotó su consentimiento; 4) Así también, las autoridades recurridas, a momento de
emitir el referido Auto, contemplaron un solo contrato y no así, el resto de
documentación atinente al proceso penal; y, 5) La prueba presentada por los terceros
interesados en el recurso de amparo constitucional, referida a un proceso ejecutivo
seguido por la entidad representada por el accionante contra uno de ellos, en base a
una letra de cambio, no guarda relación alguna con el proceso penal.

I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional

El expediente fue recibido en este Tribunal, el 23 de diciembre de 2008,


suspendiéndose su resolución a causa de la dimisión de sus Magistrados en diciembre
de 2007. Designadas las nuevas autoridades, por Acuerdo Jurisdiccional 001/2010 de 8
de marzo, el Pleno resolvió el reinicio de los cómputos, sorteándose la causa el 12 de
octubre de 2010; por lo que la presente Sentencia es emitida dentro de plazo.

II. CONCLUSIONES

De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en el cuaderno procesal, se


concluye lo siguiente:

II.1. El Ministerio Público, el 29 de septiembre de 2004, imputó formalmente a Kurth


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Emmil Reinch San Martín, Luis Enrique Abasto Inarra, José Luis Lora Núñez,
Eduardo Tito Orihuela y José Carlos Rivero Novillo -terceros interesados en esta
acción tutelar-, por la presunta comisión de los delitos de estafa y estelionato (fs.
1 a 3 vta.).

II.2. De fs. 484 a 502, cursa el acta de audiencia pública de juicio oral, instalada el 12
de diciembre de 2007, por el Tribunal de Sentencia de Sica Sica de la provincia
Aroma del Distrito Judicial de La Paz, dentro de la acusación interpuesta por el
Ministerio Público y la particular, contra Kurth Emmil Reinch San Martín, Luis
Enrique Abasto Inarra, José Luis Lora Núñez, Eduardo Tito Orihuela y José
Carlos Rivero Novillo, por la comisión de los delitos de estafa y estelionato. En
este acto procesal, José Carlos Rivero Novillo y Kurth Emmil Reinch San Martín,
plantearon la excepción de falta de competencia, entre otras formuladas por
éstos y los demás imputados.

II.3. Por Auto Interlocutorio 117/2007 de 12 de diciembre, que cursa de fs. 503 a
517, dictado por el Tribunal de Sentencia de Sica Sica de la provincia Aroma del
Distrito Judicial de La Paz, se rechazaron la excepción de incompetencia
planteada por los indicados acusados en la Conclusión anterior, como también,
las de extinción de acción penal, de litispendencia y el incidente de actividad
procesal defectuosa; resolviendo además, declarar probada la de litispendencia,
en razón que los coacusados José Luis Lora Núñez y Eduardo Tito Orihuela
fueron demandados ante el Juzgado Sexto de Partido en lo Civil, y Comercial
ordenando remitirse obrados; aceptando además, la de prejudicialidad y en su
efecto, suspender el proceso penal, “hasta que en el proceso extrapenal la
sentencia adquiera la calidad de cosa juzgada” (sic).

II.4. Contra el Auto Interlocutorio 117/2007, la entidad representada por el


recurrente, formuló apelación incidental mediante el memorial de 26 de febrero
de 2008, que cursa de fs. 525 a 530 vta., solicitando se revoque parcialmente y
en consecuencia, declare improbadas las excepciones de prejudicialidad y
litispendiencia. Del mismo modo, el 1 de marzo de ese año, el coacusado Kurth
Emmil Reinch San Martín (fs. 537 a 538 vta.), peticionando dejar sin efecto el
referido Auto y declarando probada la excepción de falta de competencia y
posteriormente, el 13 de igual mes y año, contestando el presentado por el
recurrente (fs. 553 a 557 vta.), pidiendo no se admita y ratifique el Auto
incoado; el 5 de ese mes y año, Luis Enrique Abasto Inarra, pretendiendo se
revoquen las excepciones que formuló y fueron declaradas improbadas y/o
rechazadas a través de la indicada Resolución (fs. 543 a 544); así también, el 15
del indicado mes y año, los coacusados José Luis Lora y Eduardo Tito Orihuela,
respondieron y rechazaron el recurso de apelación, de acuerdo al memorial que
cursa de fs. 559 a 560, incidiendo en la pertinencia de lo dispuesto por el Auto
Interlocutorio 117/2007. A su vez, la parte querellante, constituida por el
recurrente en representación de MUGEBUSCH, el 1 de abril de igual mes y año,
reiteró su pretensión a través de los memoriales cursantes de fs. 561 a 563 y de
fs. 578 a 582 vta.

II.5. De fs. 587 a 589, cursa la Resolución 128/2008 de 21 de mayo, impugnada por
el recurrente en su recurso de amparo constitucional, por la que se declaró la

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procedencia en parte de las pretensiones formuladas por las partes en sus
recursos de apelación incidental; en consecuencia, revocó el Auto Interlocutorio
117/2007 y probada la excepción de incompetencia del Tribunal de Sentencia
apelado, en razón al carácter eminentemente civil de los hechos incriminados por
ambas partes y también su sujeción a la vía arbitral que fuera pactada en uno de
los contratos, suscrito entre MUGEBUSCH, representada por José Luis Lora
Núñez, Eduardo Tito Orihuela y José Carlos “Riveros” Novillo, y Kurth Reinch
San Martín y Luis Enrique Abasto Inarra, como vendedores (fs. 242 a 247); así
también, dispuso que las partes, con carácter previo, debían dar estricto
cumplimiento a la cláusula compromisoria pactada, incidiendo que respecto a la
pretensión del particular querellante, ésta no fue analizada tras establecerse la
incompetencia del indicado Tribunal.

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El recurrente, alega la lesión del derecho a la “seguridad jurídica” y de la garantía del


debido proceso, en desmedro de la entidad que representa, a consecuencia de la
emisión del Auto de Vista 128/2008, pronunciado por las autoridades recurridas,
dentro del proceso penal que sigue contra los indicados como terceros interesados en el
recurso de amparo constitucional, a quienes atribuye la comisión de los delitos de
estafa y estelionato en la suscripción de varios contratos. El referido Auto, no
fundamenta los aspectos que motivaron declarar probada la excepción de
incompetencia formulada por los imputados y obviar la aplicación supletoria de los arts.
14 del CPC y 13.III de la LAC, tampoco se refiere sobre los restantes argumentos del
recurso de apelación incidental que fue objeto de su pronunciamiento; a lo indicado, se
suma que inclusive determinó que las partes debían, previamente, dar cumplimiento a
la cláusula compromisoria contenida en uno de esos contratos, sin contextualizarla al
legajo de prueba documental presentada en el proceso penal; circunstancias
determinantes para solicitar la tutela constitucional, por no existir otro medio legal
eficaz para hacer valer sus derechos vulnerados. En consecuencia, corresponde,
dilucidar en revisión, si tales argumentos son evidentes y si constituyen actos ilegales
lesivos de los derechos fundamentales de la entidad representada por el recurrente, a
fin de otorgar o denegar la tutela solicitada.

III.1. Sujeción de la actuación del Tribunal Constitucional a la Constitución


Política del Estado vigente desde el 7 de febrero de 2009

Con carácter previo a ingresar al análisis de la problemática planteada en el


presente recurso, y en virtud a que el mismo fue presentado y resuelto por el
Tribunal de garantías en vigencia de la Constitución Política del Estado ahora
abrogada, y al existir una nueva Ley Fundamental en plena vigencia, es necesario
realizar algunas precisiones al respecto.

Las disposiciones de la Constitución Política del Estado, al ser la norma


fundamental y fundamentadora de un Estado, son vinculantes para la
conformación del sistema jurídico del país; en consecuencia, todas las normas
inferiores deben adecuarse a lo prescrito por ella. Ahora bien, la Constitución
promulgada y publicada el 7 de febrero de 2009, abrogó icial"entrarla
Constitución Política del Estado de 1967 y sus reformas posteriores,

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determinando a su vez en su Disposición Final, que: “Esta Constitución aprobada
en referéndum por el pueblo boliviano entrará en vigencia el día de su
publicación en la Gaceta Oficial”.

Al respecto, corresponde señalar que la Constitución, al ser reformada o


sustituida por una nueva, mantiene su naturaleza jurídica, toda vez que
ontológicamente sigue siendo la norma suprema y fundamental dentro de un
Estado, por lo mismo en razón a su exclusiva naturaleza jurídica, su operatividad
en el tiempo no es semejante a la de las normas ordinarias; en ese sentido, los
preceptos de una Ley Fundamental al entrar en vigencia, deben ser aplicados de
forma inmediata, aún en casos pendientes de resolución iniciados con
anterioridad a la vigencia de la Constitución Política del Estado que se está
aplicando, los derechos fundamentales, garantías constitucionales y los principios
contenidos en la Constitución, adquieren plena e inmediata eficacia al entrar ésta
en vigor.

De acuerdo a las consideraciones efectuadas, y conforme al mandato consagrado


por el art. 410 de la Constitución Política del Estado vigente (CPE), al ser la
Constitución la norma suprema del ordenamiento jurídico boliviano y gozar de
primacía frente a cualquier otra disposición normativa, toda actuación de este
Tribunal a objeto de cumplir el mandato constitucional y las funciones
establecidas por los arts. 1 y 7 de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC) y 4 de
la Ley 003 de 13 de febrero de 2010, denominada Ley de Necesidad de
Transición a los Nuevos Entes del Órgano Judicial y Ministerio Público, debe ser
afín al nuevo orden constitucional en observancia y coherencia con los Tratados
y Convenios Internacionales en materia de Derechos Humanos ratificados por el
país y que forman parte del bloque de constitucionalidad. El referido
entendimiento está acorde a lo previsto por el art. 6 de la Ley 003, que dispone
que en la labor de resolución y liquidación de causas ingresadas hasta el 6 de
febrero de 2009, el Tribunal Constitucional debe hacer prevalecer la primacía de
la Constitución Política del Estado vigente.

Dentro de ese marco y considerando que la presente Sentencia es pronunciada


en vigencia de la nueva Ley Suprema, se resuelve el caso concreto a la luz de las
normas constitucionales actuales, sin dejar de mencionar las invocadas por el
recurrente al momento de plantear el recurso.

III.2. Naturaleza jurídica de la acción de amparo constitucional y la


terminología a aplicarse

El recurso de amparo constitucional, previsto por el art. 19 de la CPEabrg,


consagrado ahora como acción de amparo constitucional por el art. 128 de la
Constitución Política del Estado vigente (CPE), se instituye por la Ley
Fundamental, en una acción tutelar de defensa contra actos u omisiones ilegales
o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que
restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos
por la misma Constitución y la ley. Conforme esta precisión, se advierte el
contenido del art. 94 la LTC.

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Es así que, la norma fundamental en vigencia, enfatiza que esta acción tutelar
puede presentarse por la persona: “…que se crea afectada, por otra a su nombre
con poder suficiente o por la autoridad correspondiente de acuerdo con la
Constitución, ante cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista
otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y
garantías restringidos, suprimidos o amenazados” (art. 129.I de la CPE). En ese
entendido, queda establecida la naturaleza subsidiaria de la acción de amparo
constitucional; así también, su sumisión al principio de inmediatez, deducido del
parágrafo II del citado artículo, al indicar que deberá interponerse en el plazo
máximo de seis meses, computable a partir de la comisión de la vulneración
alegada o de notificada la última decisión administrativa o judicial.

Con relación a los sujetos que intervienen en la acción, el cambio en cuanto a la


dimensión procesal de esta garantía, tiene incidencia directa en la terminología a
utilizarse en cuanto a las partes procesales involucradas en las causas a ser
resueltas; en ese contexto, la norma constitucional abrogada denominaba a las
partes intervinientes, recurrente (s) y autoridad (es) recurrida (s), terminología
que en la nueva dimensión procesal de esta garantía debe cambiar, motivo por
el cual, la parte que hubo activado la tutela en vigencia de la anterior
Constitución y cuya causa será resuelta por el Tribunal Constitucional en el
marco del art. 4 de la Ley 003, deberá ser denominada “accionante”,
aclarando su carácter inicial de recurrente. Por su parte, la autoridad contra la
cual se activó este mecanismo procesal-constitucional, deberá ser denominada
“autoridad demandada”; en caso de tratarse de persona individual o colectiva
será “demandada (o)”, términos que se enmarcan a la nueva dimensión
procesal de la acción de amparo constitucional.

En cuanto a la terminología utilizada en la parte dispositiva, en mérito a la


configuración procesal prevista por el art. 129.IV de la CPE y a efectos de
guardar coherencia en caso de otorgar la tutela se utilizará el término
“conceder”, caso contrario “denegar” la tutela. Al respecto, cabe acoger la
aclaración efectuada en la SC 0071/2010-R de 3 de mayo, en cuanto a la
denegatoria del recurso sin ingresar al análisis de la problemática de fondo,
cuando establece: “No obstante, en resguardo de la previsión constitucional y a
objeto de guardar armonía y no generar confusión con el uso de la terminología
propia de la fase de admisión, corresponde en estos casos, 'denegar' la tutela
solicitada con la aclaración de que: 'no se ingresó al análisis de fondo de la
problemática planteada', dado que en estos casos el accionante puede
nuevamente interponer la acción tutelar, siempre y cuando, cumpla con los
requisitos de admisibilidad”.

III.3. La excepción de incompetencia en el contexto del proceso penal

III.3.1. Consideraciones previas

El Código de Procedimiento Penal, establece que a la jurisdicción penal


le incumbe: “…el conocimiento exclusivo de todos los delitos, así como
la ejecución de sus resoluciones, según lo establecido en este Código.
La jurisdicción penal es irrenunciable e indelegable, con las excepciones

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establecidas en este Código” (art. 42 del CPP). En ese entendido, un
proceso penal tiene por objeto averiguar, mediante la intervención
judicial, la comisión de un delito, tipificado por el Código Penal;
además, determinar el autor y/o participes para en su caso imponerles
la pena que debe imponérseles establecida previamente por la ley
sustantiva, materializando el ejercicio del ius puniendi o potestad
punitiva del Estado, para sancionar o reprimir las conductas
antijurídicas, con el fin de procurar bienestar general. Dentro del
sistema normativo que regula el desarrollo del proceso penal,
contenido en el Código de Procedimiento Penal, se establecen los
medios legales a través de los cuales intervienen las partes, en defensa
de sus pretensiones y el juez competente, como tercero imparcial que
conoce los hechos y aplica el derecho, en procura de materializar el
objeto de este proceso.

Así, la intervención de las partes debe sustentarse en los principios de


lealtad procesal y buena fe, mismos que fueron considerados por la
jurisprudencia constitucional, indicando que: “…en un plano de
equilibrio e igualdad la batalla judicial implica el uso de medios y
recursos de ataque y de defensa, donde cada parte pretende lograr su
pretensión desvirtuando la de contrario, no puede obviarse el principio
de lealtad procesal al cual están impelidas las partes, y conlleva a actuar
con decoro y buena fe, y no hacer un uso abusivo de los recursos,
impugnando actos procesales o resoluciones judiciales con el sólo afán
dilatorio o de incumplimiento, evitando así la materialización de la
justicia” (SC 0595/2010-R de 12 de julio). Entendimiento ya precisado
por Sentencias Constitucionales anteriores, que señalaron: “ …este
Tribunal Constitucional debe reiterar lo expresado en la SC
1138/2005-R de 19 de septiembre, en la que se manifestó que: '(…)
es obligación de las partes en un proceso actuar con lealtad
procesal, evitando los fraudes emergentes de un cálculo
meditado y abusivo de las falencias del sistema procesal, para
provocar dilaciones que luego pretendan imputarse a la
administración de justicia, los jueces o los fiscales, para
generar causales de nulidad o de pretendidas vulneraciones a
los derechos procesales (…)'; (…) pues degradaría el sistema de
valores que protege la Constitución Política del Estado (…); buena fe
que se debe manifestar en el control y anuncio oportuno de los errores
judiciales, para procurar que los procesos se lleven a cabo sin la
existencia de vicios procesales; por ello, cuando las partes de un juicio
están obligadas a controlar y vigilar los posibles errores en los actos de
las autoridades judiciales, y cuando se percaten de ellos, es su deber
anunciarlos a la autoridad para que pueda corregirlos, y no dejar que
provoque efectos para luego reclamar estos…” (SC 0239/2007-R de 10
de abril).

Respecto al juzgador, este debe desenvolver su actividad con probidad


e independencia, dentro de los parámetros de su jurisdicción y
competencia, precisada bajo los criterios contenidos en el art. 42 y ss.

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del CPP. Así, la competencia del juzgador, definida por Couture como
la: "Medida de jurisdicción asignada a un órgano del Poder Judicial,
consistente en la determinación genérica de los asuntos en los cuales es
llamado a conocer, en razón de la materia, cantidad y lugar” y los
posibles conflictos que se ocasionan cuando uno de esos “órganos” se
cree facultado para conocer un asunto determinado, encuentran su
solución en la ley adjetiva que, en el caso que se revisa, conduce a
preceptos del Código de Procedimiento Penal y supletoriamente, al
Código de Procedimiento Civil.

III.3.2. Excepción de incompetencia

La competencia en razón de materia, se determina por la naturaleza de


la pretensión procesal y las normas que la regulan, puede declararse en
un proceso penal, conforme la previsión contenida en el art. 46 del
CPP, “…aún de oficio, en cualquier estado del proceso…”, respondiendo
al acatamiento a las normas fijadas al efecto, bajo sanción de la nulidad
de los actos; que también es facultativa de oposición por las partes
intervinientes en el proceso penal, a través de una excepción -tal como
formularon los “terceros interesados” en esta acción tutelar, imputados
por los delitos de estafa y estelionato-; destacándose que, la finalidad
de este medio legal es obtener una decisión que impida el análisis de
fondo de los hechos que motivaron el proceso, provocando que éste no
continúe.

La reciente jurisprudencia constitucional, aludiendo el citado artículo, se


pronunció respecto a la oportunidad de oponer esta excepción, a través
de la SC 0233/2010-R de 31 de mayo, indicando que: “El citado
precepto, otorga (…) la eventualidad de hacerlo en cualquier etapa del
proceso…”.

Precisando los artículos que regulan su procedimiento, el art. 308 del


CPP, señala a la excepción de incompetencia, entre otras, es de previo y
especial pronunciamiento, cuyo trámite indica que: “…podrá
promoverse ante el juez o tribunal que se considere competente, o ante
el juez o tribunal que se considere incompetente y que conoce el
proceso. En el último caso deberá resolverse antes que cualquier otra
excepción. Se aplicarán las disposiciones procesales civiles relativas a la
inhibitoria y declinatoria” (art. 310 del CPP); relacionándose, con el art.
13 del CPC, cuya aplicación recae sobre los hechos considerados y
resueltos por la Resolución 128/2008, impugnada por el accionante a
través del entonces recurso, ahora acción de amparo constitucional.

La citada Sentencia Constitucional, sobre este aspecto, “Se


recalcó:
infiere que, el art. 310 del CPP, regula la incompetencia como
excepción, disponiendo de manera taxativa que la misma debe ser
promovida por las partes cuando consideren que un juez o tribunal
conoce un proceso sin tener competencia; precepto que además nos
remite a las disposiciones procesales civiles relativas a la declinatoria;

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es decir, al art. 13 del CPC, que en concordancia con el anterior,
confirma el mismo procedimiento, disponiendo que dicha excepción
será propuesta ante la autoridad jurisdiccional; lo que conlleva a
concluir, que esta excepción debe ser presentada a instancia de parte,
lo contrario implicaría actuar al margen de lo expresamente estipulado
por la ley para la regulación de este instrumento técnico de realización
del debido proceso.

Finalmente y de manera integral, el art. 314 del CPP, establece que las
excepciones se tramitarán en la vía incidental; y, en consecuencia, se
sujetan en su apelación a lo previsto por el art. 403 inc. 1) y ss. del
CPP, dentro de los plazos establecidos en dicha normativa”. En
concordancia, el fallo que resuelve la excepción que se examina, de
acuerdo al art. 403 inc. 2) y ss. del CPP, es recurrible a través de la
apelación incidental sin recurso ulterior.

III.4. Análisis del caso concreto

El accionante, en representación de MUGEBUSCH, impugna la Resolución


128/2008, pronunciada por las autoridades demandada, Vocales de la Sala Penal
Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de La Paz, quienes declararon
probada la excepción de incompetencia contra el Tribunal de Sentencia de Sica
Sica, que hubiera sido formulada por los “terceros interesados” en esta acción
tutelar -imputados dentro del proceso penal, que por estelionato y estafa siguió
MUGEBUSCH-. El fundamento de esta Resolución, radica en la actitud asumida
por el Tribunal a quo, quien “indebida e ilegalmente” habría obviado las pruebas
y hechos acusados por los coimputados en la etapa preparatoria del indicado
proceso penal, por los que se deducía su carácter eminentemente civil y
consiguiente sometimiento a la cláusula compromisoria de renuncia a la
jurisdicción ordinaria, -contenida en un contrato en el que figuran los nombres
de los imputados como contratantes-, para resolver un eventual conflicto por la
vía arbitral.

Sin embargo, las circunstancias del caso concreto ameritan destacar que, si bien
la excepción de incompetencia es susceptible de interponerse en cualquier etapa
del proceso, debe considerarse el razonamiento desarrollado en el Fundamento
Jurídico III.3, infiriéndose, en consecuencia, los siguientes aspectos:

i) Dentro de un proceso penal, se averigua la comisión de delitos -se entiende,


tipificados como tales y sancionados previamente por el ordenamiento
jurídico penal- y en su caso, se descubre al autor y/o partícipes de su
comisión, determinando la pena que les correspondiere. En base a esta
afirmación, resulta evidente que MUGEBUSCH, representada por el accionante
en esta acción tutelar, acudió a la vía penal para solicitar la punición de la
conducta asumida por Kurth Emmil Reinch San Martín, Luis Enrique Abasto
Inarra, José Luis Lora Núñez, Eduardo Tito Orihuela y José Carlos Rivero
Novillo, -que, a criterio suyo, se adecua a la descrita por el Código Penal,
respecto a los delitos de estafa y estelionato-; del mismo modo, el Ministerio
Público asumió esta lógica, deducida del criterio objetivo que caracteriza su

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actividad durante la investigación de la verdad material del hecho, exhortado
de cumplimiento por mandato del art. 72 del CPP, desplegando sus funciones
en la etapa probatoria hasta la primera audiencia de juicio oral.

ii) Los principios de lealtad procesal y buena fe, atinentes a las partes
procesales, debieron ser considerados por los imputados en el juicio penal en
cuestión, quienes obviando estas directrices, participaron activamente de la
etapa preparatoria del juicio, que duró más de tres años, desde la acusación
formal (29 de septiembre de 2004) hasta la emisión del fallo impugnado (21
de mayo de 2008), para, posteriormente, refutar la competencia del Tribunal
de Sentencia de Sica Sica, en desmedro de la administración de justicia y en
evidente deslealtad a su contrario procesal, tomando en cuenta que tenían la
carga de manifestarse oportunamente al respecto; más aún, si la causal
alegada, que motivó la excepción de incompetencia en el caso concreto,
estaba presente desde su inicio o desde el primer momento de la sindicación.

iii) Por otro lado, independientemente de la cláusula compromisoria contenida


en un solo contrato, que obligaría a renunciar a la vía ordinaria y someter las
controversias a la arbitral -ante la Cámara de Comercio, en este caso-, se
incide que es dentro del proceso penal donde se dilucidaría la adecuación de
la conducta antijurídica de los imputados a los tipos penales de estafa y
estelionato; por ende, la naturaleza de la excepción de incompetencia, que en
este caso en particular fuera sustentada por el carácter civil de los hechos
controvertidos y la obligatoria sujeción a la vía arbitral, no condice al
contexto del juicio penal en el que fue planteada, que responde a la
averiguación de la comisión de un delito de acción pública, sus autores o
partícipes y su consecuente sanción, que no guarda relación alguna con el
contenido del contrato en sí y las cuestiones que le atañen a éste; al
contrario, sólo se supedita a investigar la presunta comisión de ilícitos de
interés social, en el caso en cuestión, dentro de un proceso en el que
intervendría el interés del Estado a través del Ministerio Público en defensa de
la sociedad, entidad que está obligada a perseguir hechos con preeminencia
penal; caso contrario, apartarse. Bajo este entendimiento, se pronuncia la
misma Ley de Arbitraje y Conciliación en su art. 6.4, al aludir a “las
cuestiones concernientes a las funciones del Estado como persona de derecho
público”, como materia excluida del arbitraje. Este razonamiento, importa el
cambio de la línea jurisprudencial contenida en las SSCC 0770/220063-R,
0068/2007-R y 0487/2007-R -entre otras-, que afirmaban la incompetencia
del juez en materia penal cuando los hechos puestos a su conocimiento
recaían sobre una cláusula arbitral.

En base a estas precisiones, se constata la vulneración de la garantía al


debido proceso, respecto a la entidad representada por el accionante,
consagrado como derecho humano en los arts. 8 de la CADH y 14 del
PIDCP; y en su triple dimensión, como un principio procesal, un derecho
fundamental de los justiciables y una garantía de la administración de
justicia, deducido de los arts. 115.II y 117.I de la CPE; derivándose, su
concepción de derecho fundamental autónomo, dirigido a proteger al
ciudadano de posibles abusos en las actuaciones u omisiones procesales de

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las autoridades, o el veredicto que asuman en las resoluciones que diriman
situaciones administrativas o jurídicas; y finalmente en su calidad de derecho
fundamental indirecto o garantía, al ser un medio de resguardo de otros
derechos fundamentales inherentes al debido proceso, como la motivación de
las resoluciones, la defensa, la pertinencia, la congruencia de recurrir, entre
otras, que se revelan en toda clase de actuaciones judiciales y
administrativas, componiendo las normas rectoras de la intervención de las
autoridades y las partes en el proceso (razonamiento semejante, en las SSCC
0536/2010-R, 0477/2010-R, 0316/2010-R, 0375/2010-R, por citar algunas).

Por los fundamentos expuestos, se deduce que la situación planteada respecto a los
derechos invocados como lesionados por el accionante, en representación de
MUGEBUSCH, es susceptible de protección a través del entonces recurso, ahora acción
de amparo constitucional; por cuanto, el Tribunal de garantías, al conceder la tutela,
aunque con otro fundamento, efectuó una adecuada compulsa de los antecedentes y
alcances de esta acción.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional, en virtud de la jurisdicción y competencia que le confieren


los arts. 4 y 6 de la Ley 003 de 13 de febrero de 2010, denominada Ley de Necesidad
de Transición a los Nuevos Entes del Órgano Judicial y Ministerio Público; 7 inc. 8) y
102.V de la LTC, en revisión, resuelve APROBAR la Resolución 83/2008 de 16 de
diciembre, cursante de fs. 647 a 649 vta., pronunciada por la Sala Civil Tercera de la
Corte Superior del Distrito Judicial de La Paz; y en consecuencia, CONCEDE la tutela
solicitada.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional.

Dr. Juan Lanchipa Ponce


PRESIDENTE

Dr. Abigael Burgoa Ordóñez


DECANO

Dr. Ernesto Félix Mur


MAGISTRADO

Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños


MAGISTRADA

Dr. Marco Antonio Baldivieso Jinés


MAGISTRADO

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