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PROF.

YARITZA PÉREZ
Tema 2. Los problemas fundamentales: Jurisdicción, Derecho
aplicable y reconocimiento de sentencias.

A. Ideas básicas. Función de la Lex fori y la Lex causae en la solución de


estos problemas.

1. Preliminares.
En el mundo actual, interrelacionado y globalizado, es habitual que un gran
número de litigios presenten vinculaciones con dos o más Estados. A esto se
agrega el hecho que el poder jurisdiccional de un Estado concurre no sólo con los
poderes jurisdiccionales de otros Estados, sino también con el arbitraje
internacional. En consecuencia, ante un supuesto de Derecho Internacional
Privado debemos resolver, en primer lugar, el problema de la jurisdicción en la
esfera internacional que tradicionalmente se ha denominado competencia
procesal internacional (Pérez Pacheco: 2008, 21).

El Derecho Internacional Privado no es algo tan extraño y ajeno como


creemos. El desarrollo de los procesos en los cuales se ventilan casos que puedan
tener contactos con más de un ordenamiento jurídico, no son tan diferentes de
los que tienen por objeto litigios absolutamente internos, aun cuando si lo es la
técnica para el análisis de dichos casos, como analizaremos en el apartado B de
este Tema. A través del siguiente ejemplo trataremos de ver las similitudes entre
uno y otro ¿Cuáles son las diferencias entre estos casos?

Caso 1: Una empresa constituida en la ciudad de Caracas, Cerámicas C.A.,


contrata, en esa misma ciudad, con un artesano del Estado Guárico la compra-
venta de 1.000 piezas de cerámica pintadas a mano, por un millón de bolívares,
de los cuales quinientos mil serían abonados el 6 de octubre y los quinientos mil
restantes serían abonados el día de la entrega de la mercancía el 26 de
noviembre, en el Estado Guárico. El primer pago fue realizado oportunamente,
pero al llegar el 26 de noviembre, el artesano incumple su prestación, razón por
la cual Cerámicas C.A. decide demandarlo. La compañía contrata un abogado y le
realiza las siguientes consultas: ¿Cuál es el tribunal que debe conocer de la
demanda? ¿Cuál es la legislación aplicable? ¿Cómo se ejecutará la sentencia que
resulte del proceso?

Caso 2: Una empresa constituida en la ciudad de Caracas, Cerámicas C.A.,


contrata, en esa misma ciudad, con un artesano de Valencia (España), la compra
venta de 1.000 piezas de cerámica pintadas a mano, por un millón de bolívares,
de los cuales quinientos mil serían abonados el 6 de octubre y los quinientos mil
restantes serían abonados el día de la entrega de la mercancía el 26 de
noviembre, en la ciudad de Valencia (España). El primer pago fue realizado
oportunamente, pero al llegar el 26 de noviembre, el artesano incumple su
prestación, razón por la cual Cerámicas C.A. decide demandarlo. La compañía

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contrata un abogado y le realiza las siguientes consultas: ¿Cuál es el tribunal que
debe conocer de la demanda? ¿Cuál es la legislación aplicable? ¿Cómo se
ejecutará la sentencia que resulte del proceso?

En el primer planteamiento estamos ante un caso absolutamente nacional el cual


encontrara respuesta en todos los aspectos planteados en el derecho interno
venezolano.

En el segundo planteamiento, en virtud de los vínculos que presenta el caso


con otro Estado (España) las respuestas a los planteamientos deben buscarse
en el sistema de Derecho Internacional Privado venezolano, para cada uno de
los tres problemas fundamentales planteados: determinación de jurisdicción,
determinación del derecho aplicable, y la eficacia extraterritorial de las
sentencias.

2. Las nociones de jurisdicción, derecho aplicable y reconocimiento de


sentencias

a. Desde una óptica internacionalprivatista la noción de jurisdicción debe


estructurarse tomando en cuenta dos elementos: el límite externo y un tipo
específico de litigios, los del tráfico jurídico internacional. Esto es, la
jurisdicción es la potestad de un Estado para conocer y decidir con fuerza de
cosa juzgada un caso con elementos de extranjería relevantes (Pérez Pacheco:
2008, 28).

b. La expresión «ley aplicable» o «derecho aplicable» es un concepto propio


del Derecho internacional privado. Indica la ley o derecho nacional que regula
una cuestión de jurídica concreta que presenta un carácter internacional.
Cabe señalar que un juez, cuando conoce de un litigio, no aplica
necesariamente su ley o derecho nacional para resolverlo. Cuando una
relación jurídica entre personas privadas presenta un carácter internacional (por
ejemplo, porque estas personas tienen nacionalidades diferentes o no residen en
el mismo país), pueden aplicarse los derechos de varios países. El derecho
aplicable se determina utilizando el mecanismo de las normas de conflictos de
leyes (Glosario Comisión Europea, http://ec.europa.eu/civiljustice/glossary/glossary_es.htm).

c. El reconocimiento de sentencias extranjeras consiste en la verificación de


una serie de requisitos por parte del Estado receptor para permitir o no que
la sentencia extranjera surta en él todos o algunos de los efectos de los cuales
ha quedado investida en el Estado de origen. El reconocimiento de una
sentencia extranjera puede solicitarse con la intención de que sea ejecutada.
La «ejecución» de una resolución judicial consiste en la aplicación de esta
resolución acompañada, en su caso, del recurso a medios legales de coacción,
como la intervención de las fuerzas públicas. Si se obtiene una sentencia
favorable en un tribunal, pero tras esta sentencia la parte contraria no la
cumple espontáneamente, puede recurrirse, según los casos, a la policía o a

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los servicios de un agente judicial para hacer cumplir la sentencia. La
ejecución afecta a las resoluciones judiciales por una parte, y a los laudos
arbitrales, a los documentos públicos y a las transacciones judiciales con fuerza
ejecutiva por otra parte. La ejecución puede traducirse por ejemplo en la
incautación de los bienes del deudor o la expulsión del inquilino de un local. En
principio, la ejecución de una resolución judicial sólo puede tener lugar en el
territorio del Estado donde se haya dictado. Para ejecutarse en el extranjero,
la decisión debe haber recibido el «exequátur» (Glosario Comisión Europea,
http://ec.europa.eu/civiljustice/glossary/glossary_es.htm).

3. Función de la Lex fori y la Lex causae en la solución de estos


problemas.

La «lex fori» es un concepto propio del Derecho internacional privado, que


significa la ley del juez que conoce el asunto. Cuando se presenta a un juez un
asunto que reviste un carácter internacional, éste debe preguntarse sobre la ley
aplicable a dicho asunto. En algunos casos se aplicará la lex fori.
Tradicionalmente, la lex fori regula las cuestiones de procedimiento,
cualquiera que sea la lex causae (Glosario Comisión Europea,
http://ec.europa.eu/civiljustice/glossary/glossary_es.htm).

La lex causae» es un concepto propio del Derecho internacional privado, que


designa la ley que regula el fondo del asunto, una vez designada por las
normas de conflicto de leyes. Véase «ley aplicable» (Glosario Comisión Europea,
http://ec.europa.eu/civiljustice/glossary/glossary_es.htm).

B. Técnica para el análisis de casos.

En la búsqueda de respuestas a los casos que se plantean vinculados con dos o


más ordenamientos jurídicos es necesario poner en funcionamiento una técnica
para el análisis de los mismos la cual consiste en tres pasos fundamentales:

Paso 1: Identificación del supuesto de hecho con elementos de extranjería


relevante
Paso 2: Determinación de la jurisdicción
Paso 3: Determinación del derecho aplicable

1. Identificación del supuesto de hecho con elementos de extranjería


relevantes (Paso 1)

El juez deberá, en primer lugar, identificar los elementos de extranjería


relevantes presentes en el caso que le ha sido planteado para su resolución. Esto
es, el operador jurídico deberá analizar si el supuesto presenta vinculación con
dos o más ordenamientos jurídicos simultáneamente vigentes, para concluir si se
trata de un supuesto de Derecho Internacional Privado, el cual requiera ser
analizado bajo las reglas del Derecho Procesal Civil Internacional. En caso

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contrario, esto es, ante la ausencia de algún elemento de extranjería no será
necesario entrar a analizar la jurisdicción del poder judicial venezolano.

¿Cómo distinguir en un caso ese tráfico jurídico externo del tráfico jurídico
puramente interno? existen diversos tipos de casos o problemas jurídicos
(GOLDSCHMIDT, 1977: 8-9):

ABSOLUTAMENTE NACIONALES, los cuales no tienen elementos de extranjería,


ya que todos sus elementos en el momento crítico se vinculan a un solo país.
Ejemplo: Controversia sobre la validez o nulidad de un matrimonio celebrado en
Venezuela, entre venezolanos con domicilio en Venezuela. El caso es
absolutamente nacional, no forma parte del Derecho Internacional Privado.
ABSOLUTAMENTE INTERNACIONALES, los cuales nacen con elementos de
extranjería, por lo cual son importantes para el Derecho Internacional
Privado. Ejemplo, controversia sobre la validez o nulidad de un matrimonio
celebrado en Roma entre un francés y una española domiciliados para aquel
momento el primero en Inglaterra y la segunda en Alemania. Trasladan su
domicilio a Venezuela donde interponen juicio de divorcio.
RELATIVAMENTE INTERNACIONALES, los cuales nacen como nacionales y el
elemento de extranjería es sobrevenido. Ejemplo: controversia sobre la validez
o nulidad de un matrimonio celebrado en España, entre españoles con domicilio
en España, uno de los cónyuges traslada su domicilio a Venezuela, e interpone
demanda de divorcio en nuestro país. Este caso nace como un caso
absolutamente nacional (español), al que, no obstante, se añade por el traslado
del domicilio de uno de los cónyuges a Venezuela un elemento internacional.

LOUIS LUCAS: las situaciones privadas internacionales se distinguen de las


internas por los caracteres objetivos de internacionalidad que posee el supuesto
de hecho considerado. De esta manera, según el autor, no basta la simple
presencia de un elemento extranjero en el supuesto para que la relación se
convierta, automáticamente, en internacional y pase a ser regulada por el
Derecho Internacional Privado. El jurista francés ejemplifica su afirmación a
través de un caso en el cual un extranjero celebra en Francia un contrato de
transporte por ferrocarril. Para el autor, este no es un supuesto internacional a
pesar de la extranjería de una de las partes. El carácter objetivo de
internacionalización sólo existiría si se tratase de un transporte entre Estados
diferentes (GONZÁLEZ CAMPOS, 1983: 22).

MAURY: basta la presencia de un elemento extranjero en una relación o


situación para que ésta se “tiña” de extranjería y pase a ser parte integrante del
tráfico jurídico externo y, por tanto, objeto de nuestra disciplina.

CARRILLO SALCEDO: no todo elemento extranjero es capaz de convertir a una


relación en internacional, en su opinión, «...lo que realmente importa es el
hecho de que los elementos vivos del supuesto estén repartidos en el espacio,
dispersos entre varios ordenamientos jurídicos, conectados geográficamente con

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el extranjero; en suma, el que la finalidad social de los hechos reclame una
reglamentación social que corresponda a esa internacionalización. Si el señor
Dupont, por ejemplo, turista francés en España, adquiere una botella de vino de
Jerez en Granada, no creo que nadie pueda seriamente pensar en la existencia
de una relación de tráfico externo por el mero hecho de la nacionalidad francesa
de una de las partes» (CARRILLO SALCEDO, 1976: 42).

FERNÁNDEZ ROZAS Y SÁNCHEZ LORENZO: critican tal ejemplo afirmando que


«La nacionalidad de una de las partes no sólo es un elemento de extranjería, sino
que su relevancia es innegable. De hecho al art. 10.5° C.C. contempla la
conexión “nacionalidad” para determinar la ley aplicable a los contratos («Se
aplicará a las obligaciones contractuales la ley a la que las partes se hayan
sometido expresamente, siempre que tenga alguna conexión con el negocio de
que se trate; en su defecto la ley nacional común de las partes; a falta de ella,
la de la residencia habitual común y, en último término, la ley del lugar de
celebración del contrato»). Lo que ocurre es que la compraventa del Sr.
Dupont... (es), sencillamente, irrelevante desde el punto de vista jurídico, por su
escasa entidad económica...» (FERNÁNDEZ ROZAS, 1997: 49).

ELISA PEREZ VERA: La naturaleza internacional de una relación o situación ha de


ser objetivable, la acción de la autonomía de la voluntad de los particulares no
basta para “internacionalizar” una relación interna.

Determinar lo que debe entenderse por «relación jurídica internacional» y así


saber en cuáles casos debe ponerse en funcionamiento el sistema del Derecho
Internacional Privado, no constituye una tarea sencilla. Gran parte de la doctrina
ha coincidido en que una relación jurídica debe ser calificada como
internacional, cuando presenta un «elemento de extranjería». Tal elemento ha
sido definido como todo dato presente en la relación que no aparece conectado
con el país cuyos tribunales conocen del asunto (CALVO CARAVACA, 1999: 6). Sin
embargo, en la caracterización de ese elemento de extranjería no ha habido
unanimidad. Algunos autores, especialmente dentro de la doctrina alemana,
afirman que el funcionamiento del Derecho internacional privado, especialmente
de las normas de conflicto, no depende del carácter internacional de la relación,
puesto que ellas también designan el campo de aplicación del Derecho interno,
aun cuando esta última función pase desapercibida (Véase en este sentido:
STOFFEL, 1990: 426; KEGEL, 1982: 7-8. En sentido contrario suele citarse a
LORENZ, para quien en todos los casos domésticos se aplica directamente la lex
fori, citado por HAY, 1991: 291).

LA RELATIVIDAD DEL ELEMENTO DE EXTRANJERÍA: La concepción tradicional,


imperante desde la antigüedad hasta la etapa estatutaria de nuestra disciplina,
hizo hincapié en el aspecto subjetivo, es decir, en la persona del extranjero,
recuérdese en este sentido la función del Praetor peregrinus a la que haremos
referencia más adelante. A partir del siglo XIX comenzó a sostenerse que el
elemento de extranjería podía encontrarse, no sólo en el sujeto de la relación

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jurídica, sino también en su objeto. Hoy día, se sostiene que lo esencial es la
dispersión de los elementos de la relación jurídica en dos o más ordenamientos.
Así, se dice que el elemento de extranjería puede revestir una naturaleza
objetiva (ubicación de los bienes, celebración de los actos, ejecución de un
contrato, etc.) o subjetiva (nacionalidad, domicilio, residencia habitual, etc.).

Aunque actualmente se afirma que cualquier elemento de extranjería presente


en una relación privada, la convierte en una relación internacional, sin importar
ni su naturaleza, ni su intensidad de extranjería, ni su relevancia, pues el
Derecho Internacional Privado debe regular toda situación privada internacional,
con independencia de estos datos (CALVO CARAVACA, 1999: 6-7), también se ha
reseñado la relatividad del mismo, pues su definición depende de un carácter
negativo, es decir, se entiende que una relación jurídica es internacional cuando
alguno de sus elementos no pertenece al ordenamiento jurídico del foro.

«En suma, ante un problema con elementos extranjeros la presencia de estos


debe servir de presunción en favor de la calificación del supuesto como de
tráfico externo, pero sin que aquellos impliquen de modo automático tal
caracterización; en cada caso, será preciso comprobar la relevancia jurídica,
esencial o accidental, de los elementos extranjeros que pueden darse, verificar
si la finalidad social de los hechos reclama o no una reglamentación
internacionalizada. En este sentido, lleva razón la profesora ELISA PÉREZ VERA
cuando escribe que “en todos los supuestos en que el elemento extranjero
presente tal carácter accidental con la relación que en realidad constituye el
objeto del litigio, los Tribunales procederán en principio, como si se tratase de
una relación puramente interna”. Es cierto, insiste, “que la apreciación del
carácter fundamental o no de un dato extranjero deja un margen de
discrecionalidad a los Tribunales, pero la llamada a una valoración objetiva
implica una referencia directa a la realidad y, por tanto, proporciona el mejor
criterio corrector de posibles apreciaciones arbitrarias. Sólo en los casos en que
la relación jurídica goce de un carácter “auténticamente internacional”,
concluye, el montaje de la solución a los problemas planteados corresponderá al
Derecho Internacional Privado» (CARRILLO SALCEDO, 1976: 48-49).

2. Determinación de la jurisdicción (Paso 2)


La determinación del tribunal competente en la esfera internacional para
solucionar un supuesto de tráfico jurídico externo es, al menos en un plano
lógico, un problema previo que es preciso solucionar antes de proceder a dar
respuesta al problema de fondo. Se trata de verificar si los tribunales
venezolanos tienen jurisdicción para conocer y decidir de un supuesto con
elementos de extranjería.
En la verificación de estos elementos en el litigio planteado, debe atenderse a lo
previsto en el artículo 3 del Código de Procedimiento Civil, según el cual las
circunstancias de hechos existentes para el momento de la presentación de la
demanda son las que definen la jurisdicción y competencia, sin que tengan
efecto respecto de ellas los cambios posteriores a dicha situación. Esta previsión

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contiene el principio de la perpetuatio jurisdictionis, el cual se reserva
solamente para los supuestos de cambios acaecidos en la situación de hecho
determinante de la jurisdicción, pero no a los cambios en la situación de
derecho.1
En consecuencia, se requiere que el criterio atributivo de jurisdicción se hubiere
configurado para el momento de la presentación de la demanda o solicitud ante
los tribunales venezolanos.2 La eventual modificación sobrevenida de los
elementos de extranjería y en consecuencia del criterio atributivo de jurisdicción
no tiene incidencia sobre la jurisdicción que le pueda corresponder a los
tribunales venezolanos. Así lo ha dejado claro la jurisprudencia del Máximo
Tribunal:
«...pues el análisis efectuado de los documentos aportados se concluyó que si
bien actualmente la demandada está residenciada en Nördlingen-Alemania junto
con sus menores hijas, para la fecha en que fue ejercida la acción éstas se
encontraban domiciliadas en la ciudad de Caracas.»3

3. Determinación del derecho aplicable (Paso 3)


Desde los orígenes del Derecho Internacional Privado el forum (determinación
de la jurisdicción de un Estado) y el ius (determinación del derecho aplicable)
se presentan unidos. Antes del siglo XII, el juez creía tener siempre jurisdicción
y aplicaba siempre su propio derecho, reinando así la lex fori, con lo cual
coincidía el derecho aplicable con la jurisdicción. En el siglo XII, comienzan a
plantearse los problemas sobre el alcance de la propia jurisdicción y de la
aplicación del derecho propio, aun cuando la separación entre «competencia
judicial» y «competencia legislativa», nunca fue absoluta.4
En palabras del maestro Goldschmidt «la jurisdicción de un país es siempre
competente si su derecho es aplicable según su propio Derecho Internacional
Privado; en cambio, no basta que no sea para considerarla incompetente.» 5
Para Batiffol, a pesar de la identidad entre las reglas de competencia judicial
que determinan la jurisdicción competente y las reglas de competencia
legislativa que fijan la ley aplicable, ambos grupos de normas son

1 CSJ/SPA, Exp. N° 92-348, 07/04/1994 (Banco de los Trabajadores de Venezuela C.A.


vs. Viviendas Ejecutivas y Económicas, C. A. y otros), OPT/JCSJ, N° 4, pp. 186-195.
Aún cuando en esta decisión se hace referencia a la competencia, el planteamiento es
igualmente válido para la jurisdicción.
2 Los criterios atributivos previstos en la LDIP se aplican tanto para los supuestos de
jurisdicción contenciosa como para la jurisdicción voluntaria. Ver E. Hernández-
Breton: «Artículo 39...», T. II… op. cit., p. 989.
3 CSJ/SPA, N° 961, 22/07/1999. Aclaratoria de la sentencia N° 797, 01/07/1999
(Alexandra Merckx de Alfonso y Alejandro Alfonso Larrain vs. María José de Lourdes
Tudela Romero), http://www.tsj.gov.ve.
4 G. Kegel: Derecho Internacional Privado... op. cit., pp. 93-127; J. C. Fernández Rozas /
S. Sánchez Lorenzo: Curso de Derecho Internacional... op. cit., pp. 91-92.
5 Werner Goldschmidt: Sistema y Filosofía del Derecho Internacional Privado, Tomo I,
2ª edición. Buenos Aires. Ediciones Jurídicas Europa-América, 1952, p. 59.

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independientes, por lo cual el juez francés no podrá declararse incompetente
porque resulte aplicable una ley extranjera.6
Los ordenamientos jurídicos contemporáneos, en su mayoría, han abandonado el
«modelo de forum legis» y el «modelo de lex fori in foro proprio.» De acuerdo
con el primero, los tribunales de un Estado tendrán jurisdicción cuando el
derecho aplicable al fondo del litigio sea el derecho del foro. El segundo
modelo supone que cada vez que los tribunales de un Estado tienen
jurisdicción deben resolver el litigio aplicando automáticamente su propio
derecho material.7
No obstante, la autonomía entre ambos sectores, se ocupan del mismo objeto:
los supuestos de hecho con elementos de extranjería relevantes. 8 En la
actualidad, vista esta separación, el operador jurídico debe saber si primero
elige al órgano competente en la esfera internacional y después al orden legal
aplicable, o viceversa. En definitiva, se trata de dos cuestiones que son
independientes y que no deben confundirse.9
Así, en el Derecho Comparado nos encontramos con sistemas jurídicos que
prefieren dar respuesta, en primer lugar, a la determinación del derecho
aplicable,10 mientras que otros designan el tribunal competente en la esfera
internacional.11 Desde un plano lógico, la determinación de a quién le
corresponde solucionar el supuesto de tráfico externo es un problema que es
preciso solucionar antes de determinar cuál es el derecho aplicable a tal
situación.12 Si el derecho aplicable al fondo y a la jurisdicción fuera indivisible,
jamás se aplicaría en un Estado un derecho extranjero.13

6 Henri Batiffol: Droit International Privé, Tomo II, 5ª edición. París. Librairie Générale
de Droit et de Jurisprudente, 1971, p. 349.
7 J. P. Niboyet: Principios de Derecho internacional Privado (Traducida y adicionada con
legislación española por Andrés Rodríguez Ramón), 1ª edición. Madrid. Editorial Reus,
1930, p. 731; M. Virgós Soriano / F. Garcimartín Alférez: Derecho Procesal Civil...op.
cit., pp. 44-45.
8 M. Virgós Soriano / F. Garcimartín Alférez: Derecho Procesal Civil...op. cit., p. 45.
9 María Elsa Uzal: Solución de Controversias en el Comercio Internacional. 1ª edición.
Buenos Aires. Ad-Hoc, S.R.L., 1992, p. 14.
10 Por ejemplo, Francia y Uruguay (Art. 2401 C.C.). Con relación a este último ver R.
Santos Belandro: Convención Interamericana... op. cit., p. 102; Eduardo Tellechea
Bergman: «La dimensión jurisdiccional del caso privado internacional. Un capítulo de
creciente relevancia para el Derecho Internacional Privado». Jornadas de Derecho
internacional, Montevideo-Uruguay, del 18 al 20 de octubre 1999. Washington, D. C.
Subsecretaria de Asuntos Jurídicos, Secretaria General, OEA, 2000, p. 266; Diego
Fernández Arroyo: Derecho Internacional Privado de los Estados del MERCOSUR.
Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay. Buenos Aires. Zavalia, 2004, p. 251.
11 Por ejemplo, Venezuela (con excepción de los supuestos en los cuales opera el principio
del paralelismo). Ver infra, pp. 114-115 y 116-118.
12 J. C. Fernández Rozas / S. Sánchez Lorenzo: Curso de Derecho Internacional... op. cit.,
p. 93.
13 A. Rengel-Romberg: «La Competencia Procesal …» op. cit., p. 67.

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En situaciones especiales el legislador busca un paralelismo entre los
conflictos de leyes y de jurisdicciones, operando así una vis atractiva en la
que la jurisdicción se encuentra atraída por el derecho aplicable, sin que esto
produzca una confusión entre el forum y el ius;14 configurándose de esta
manera el llamado «criterio del paralelismo» o forum legis, el cual se basa en
una inversión del tradicional razonamiento en Derecho Internacional Privado,
pues el problema del derecho aplicable antecede al de jurisdicción, de
manera que un Estado determinado tendrá jurisdicción si, de conformidad
con sus normas de Derecho Internacional Privado, el derecho aplicable al
fondo del litigio es el derecho material del propio ordenamiento jurídico (lex
fori).15
Obsérvese cómo desde el punto de vista normativo, en la generalidad de los
supuestos, existe independencia entre las normas de conflicto de leyes y las de
jurisdicción. Los conflictos de leyes se resuelven por medio de un sistema de
normas indirectas, que designan el derecho aplicable a la situación o relación
controvertida a través de un factor de conexión que puede indicar como
competentes a las normas del foro o a las de un ordenamiento jurídico
extranjero. Por su parte, los conflictos de jurisdicciones 16 se resuelven -a
falta de tratado internacional- dentro de cada ordenamiento interno, de
acuerdo con un sistema de normas que sólo pueden conducir a la afirmación o
negación de la jurisdicción del foro para conocer de los litigios con elementos
de extranjería relevantes.
Por otra parte, la «norma de conflicto de leyes» y la «norma de jurisdicción»,
aunque poseen la misma estructura (supuesto de hecho, factor de conexión y
consecuencia jurídica), cumplen una función diferente. En ambas normas la
referencia al supuesto de hecho se dirige al establecimiento de categorías
jurídicas, pero en las normas de conflicto de leyes se delimitan categorías
jurídicas genéricas análogas a las del Derecho Civil (estado de las personas,
cosas, obligaciones, sucesiones y familia), y en las normas de jurisdicción directa
se clasifican los litigios internacionales sobre los cuales un Estado puede
atribuirse potestad para conocer y decidir. Cuando las normas sobre
jurisdicción son de fuente interna tienen por finalidad establecer si dicho
Estado puede incluir un litigio concreto en el ámbito de actuación de sus
propios tribunales, considerados en su conjunto. Ellas son meramente
atributivas de jurisdicción.17 Cuando son de fuente internacional su función
es distributiva de jurisdicción entre los Estados parte.
El factor de conexión, como elemento localizador, también cumple diferente
función en una y otra norma: en la norma de conflicto de leyes, designa el

14 Jacob Dolinger: Direito Civil International, Vol. I, Tomo I. Río de Janeiro. Renovar,
1997, p. 358.
15 E. Pérez Vera: Derecho Internacional Privado... op. cit., Vol. I, pp. 305-309; Ver infra,
pp. 114-115 y 116-118.
16 Ver infra, pp. 24-25.
17 J. C. Fernández Rozas / S. Sánchez Lorenzo: Curso de Derecho Internacional... op. cit.,
p. 196.

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derecho aplicable al supuesto de hecho y, en la norma de jurisdicción establece
el criterio atributivo de jurisdicción («foros» o «fueros»). El factor de conexión
en la norma de jurisdicción directa también es un elemento localizador, pero del
litigio, a través del cual se procede a designar o rechazar la jurisdicción de los
tribunales del foro, en virtud del carácter unilateral de la norma de jurisdicción
de fuente interna, consecuencia de las limitaciones impuestas por el Derecho
Internacional Público.18
Modernamente, la legislación, la jurisprudencia y la doctrina, tanto nacional
como extranjera, han admitido la plena independencia entre derecho
aplicable y la jurisdicción; el juez del foro puede estar facultado para conocer
y decidir un caso con elementos de extranjería, lo cual no es determinante
para la aplicación de su propio derecho.19
En el sistema venezolano, en principio, los problemas de jurisdicción y
derecho aplicable son independientes.20 Constituye una regla que la cuestión
sobre jurisdicción sea previa al conflicto de leyes. Esto es, cuando en la relación
jurídica controvertida exista uno o varios elementos extranjeros el juez tendrá
que determinar si posee jurisdicción y, en ejercicio de ella resolverá el fondo del
litigio aplicando según proceda, en virtud de sus reglas de conflicto, el derecho
material del foro o uno extranjero.21

18 Ver infra, pp. 25-28.


19 Arístides Rengel-Romberg: Tratado de Derecho Procesal Civil Venezolano, T. I.
Caracas. Organización Gráficas Carriles, C.A., 2001, p. 375. Ver Comentario de Claudia
Madrid a la sentencia del TSJ/SPA, N° 303, 07/03/2001 (Siexmaca vs. Fletes Acme
Venezolana S.A.), Libro Homenaje a Gonzalo Parra-Aranguren: ADDENDUM 2001.
Caracas. Tribunal Supremo de Justicia, 2002, pp. 515-516.
20 Ver infra, pp. 114-115 y 116-118.
21 A. Miaja de la Muela: Derecho Internacional Privado... op. cit., p. 439.

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