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ESCUELA DE MEDICINA
CATEDRA:
Pediatría I
DOCENTE:
ESTUDIANTE:
GRUPO:
# 11
AÑO LECTIVO:
2020 – 2021
ERITEMA INFECCIOSO O QUINTA ENFERMEDAD /MEGALOERITEMA
El eritema infeccioso es una entidad causada por el parvovirus B-19, caracterizado por
síntomas sistémicos moderados. Es un proceso exantemático de la infancia benigno y
autolimitado.
INTRODUCCIÓN
Rubefacción facial, con afectación de ambas mejillas, respetando la zona perioral,
dando un aspecto de “doble bofetada”. Aspecto reticular y festoneado en las zonas de
extensión de brazos, muslos y nalgas, respetando palmas y plantas. Aparece y
desaparece, variando de intensidad con los cambios de temperatura, el estrés y el
ejercicio físico.
El agente etiológico es un virus ADN de cadena corta, el parvovirus B19, esta patología
es más frecuente en niños en edad escolar no tiene predilección por el sexo o raza. La
edad de mayor incidencia es entre los 2 y 12 años. El contagio es directo a través de las
gotitas expectoradas por el enfermo, el modo de transmisión incluye con probabilidad
secreciones respiratorias y sangre, siendo por exposición percutánea a sangre y
hemoderivados, productos sanguíneos contaminados y vía transplacentaria de la madre
al feto. La contagiosidad es máxima entre los seis y quince días posteriores a la
infección.
La replicación viral tiene lugar en los precursores eritrocitarios de la médula ósea y su
persistencia produce una anemia crónica. La receptividad es escasa, como se demuestra
por la poca difusión de las epidemias. La infeccion de la embarazada puede afectar al
feto, produciéndole anemia hemolitica, hidrops y, frecuentemente, la muerte, sobre todo
si tiene lugar en los primeros meses. Al final de la gestacion, la infeccion fetal puede
cursar sin ninguna consecuencia. Hasta el momento actual no se han descrito efectos
teratogenicos causados por el parvovirus B19 pues, dada su alta virulencia sobre las
celulas embrionarias, su accion es, fundamentalmente, embriocida.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de eritema infeccioso se suele basar en la presentación clínica del
exantema típico y en pocas ocasiones requiere confirmación virológica.
Existen pruebas serológicas para diagnosticar la infección por B19. Las IgM específicas
contra el B19 aparecen con rapidez tras la infección y persisten durante 6-8 semanas.
Las IgG anti-B19 son útiles como marcadores de infección pasada o de inmunidad,
mientras que la IgM anti-B19 es el mejor marcador de infección reciente/aguda en una
sola muestra plasmática; la seroconversión de los anticuerpos IgG anti-B19 en muestras
de suero pareadas se puede usar también para confirmar la infección reciente. La
demostración de IgG anti-B19 en ausencia de IgM, incluso aunque el título sea alto, no
es diagnóstica de infección reciente. El diagnóstico serológico no es fiable en pacientes
inmunodeprimidos, y en ellos hay que usar procedimientos para detectar el ADN vírico.
Dado que el virus no puede aislarse en cultivo celular estándar, el diagnóstico requiere
métodos para detectar las partículas o el ADN del virus, como la reacción en cadena de
la polimerasa (PCR) o la hibridación con ácido nucleico. Estas pruebas no están
disponibles de forma generalizada fuera de los centros de investigación o de los
laboratorios de referencia.
El diagnóstico prenatal de hídrops fetal inducido por B19 se puede realizar mediante
detección de ADN vírico en la sangre fetal o en el líquido amniótico por dichos
métodos.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Es una enfermedad exantemática propia de las primeras edades de la vida, que cursa con
un exantema maculopapuloso que aparece después.
Existen dos tipos de virus herpes humano 6: Tipo A y tipo B. El 99% de los casos de
roseola se producen por el tipo B. Más de 95% se observa en menores de 3 años.
Se transmite de forma esporádica y sin estacionalidad, por contagio directo durante el
periodo febril de la enfermedad. Los estudios serológicos han demostrado que la
mayoría de los niños han sido infectados con virus del herpes humano antes de los 3
años de edad y con el tipo 7 entre los 6 y los 10 años.
MANIFESTACIONES CLINICAS
Tiene un periodo de incubación entre 7-15 días. Afecta especialmente a lactantes entre 6
meses y 2 años de edad. La infección congénita se ha descrito en un 1% de los recién
nacidos. El periodo prodrómico se caracteriza por fiebre elevada, superior a 38,5°C. La
fiebre precede en 2-4 días la aparición del exantema máculopapuloso, constituido por
lesiones tenues rosadas de pequeño tamaño y no confluentes que afectan,
principalmente, al tronco y, ocasionalmente, a la cara y los hombros. En los países
asiáticos, se ha descrito un enantema con úlceras en el paladar blando y la úvula,
conocido como manchas de Nagayama. Le evolución es benigna y desaparece en 1-2
días sin descamación. No se han descrito complicaciones salvo convulsiones febriles.
-Fiebre (38.3-41ºC): en periodos de tres a cuatro días (cede por crisis que coinciden
con la desaparición del exantema) Es frecuente que la enfermedad se anuncie por una
convulsión.
-Irritabilidad
DIAGNÓSTICO
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Bibliografía
Cruz M. Nuevo Tratado de Pediatría. Décima ed. Jiménez R, editor. España: Asociación
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Martínez R. Salud y enfermedad del niño y del adolescente. Octava ed. Durán L, editor.
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Nelson W. Nelson. Tratado de pediatría. 20th ed. Kliegman R, editor. España: ELSEVIER;
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Silva J, Torres M. Diagnóstico diferencial de los exantemas. Pediatr Integral. 2014; 18(1): p. 22-
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