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importante?
En el mundo de los negocios, la liquidez financiera o liquidez de una empresa es uno de los
conceptos primordiales, pues se trata tal cual, de la capacidad que tiene una empresa o
negocio para obtener dinero en efectivo. La liquidez financiera de una empresa es la
capacidad que tiene una entidad para obtener dinero en efectivo y así hacer frente a sus
obligaciones a corto plazo. En otras palabras, es la facilidad con la que un activo puede
convertirse en dinero en efectivo. Hay que recordar que en términos económicos,
la liquidez representa la cualidad de los activos para ser convertidos en dinero efectivo de forma
inmediata sin pérdida significativa de su valor. De tal manera que cuanto más fácil es convertir un
activo en dinero se dice que es más líquido. Vale la pena añadir que pueden
encontrarse diferentes tipologías de activos. Los principales son el activo corriente o activo
circulante
Por su puesto, el activo más líquido es el dinero en efectivo, pero también lo son por
ejemplo, bonos de ahorro y certificados de depósito; inversiones materiales –por ejemplo,
artículos de colección- y los bienes raíces. El patrimonio de una empresa es mucho mayor
que sus resultados de rentabilidad. Ese patrimonio incluye, por ejemplo: maquinaria,
inmuebles, inversiones, etc. Todo eso puede ser transformado en capital, ayudando a su
empresa a invertir o a pagar a los acreedores. Sabiendo esto, se vuelve muy importante para
un empresario saber calcular el índice de liquidez de cada inversión en su negocio. En este
artículo aprenderemos más sobre este tema fundamental para la salud financiera de
cualquier empresa. ¿Comenzamos?
Es un indicador financiero que muestra cuanto la empresa posee en recursos. De este modo,
es posible entender la capacidad de endeudamiento del negocio. Cada inversión posee una
liquidez diferente. Un inmueble, por ejemplo, posee baja liquidez, o sea, no es posible
transformarlo rápidamente en capital.
Para saber cuál es el índice de liquidez, los empresarios necesitan consultar el balance
patrimonial de la empresa. De esa forma, está claro si la empresa posee activos suficientes
para realizar sus obligaciones. Un emprendimiento puede percibir que no tiene la solvencia
necesaria para expandir sus operaciones, por ejemplo.
Cuanto mejor sea el índice de liquidez de una empresa, mayor será su salud financiera. Por
ejemplo: si después del cálculo el resultado es superior a 1, esto significa que el negocio
tiene un buen margen de capital y es capaz de pagar sus deudas sin comprometer las
inversiones. Si el resultado del cálculo fue muy cercano a 1, eso quiere decir que la empresa
posee la cantidad exacta para cumplir sus obligaciones, quedando sin recursos luego de
cumplirlas. Si el cálculo resulta ser cero o un número menor, eso quiere decir que la
empresa no tiene cómo pagar a sus acreedores. Lo que es una situación preocupante.
Para calcularlo se utiliza una fórmula bastante simple: únicamente hay que dividir el
activo corriente de la empresa (que incluye los derechos a cobro en el corto plazo, la
tesorería y las existencias) entre el pasivo corriente (que son las obligaciones de pago y
compromisos a cumplir en el corto plazo).
Esta división puede dar dos tipos de resultados: mayor que uno, o menor que uno.
Una vez obtenido el resultado, lo debemos interpretar de dos maneras distintas según si
el cociente es mayor o menor que uno.
Primera opción: el resultado es mayor que uno. En principio se trata de una buena
noticia, puesto que significa que el activo de nuestra empresa es mayor que el pasivo. No
obstante, si el dato es muy superior a uno puede ser síntoma de que nuestra empresa
tiende demasiados recursos activos que, probablemente, no están siendo suficientemente
explotados.
Segunda opción: el resultado es menor que uno. Es el resultado más negativo, pues indica
que nuestra pyme o negocio puede tener problemas de liquidez. ¿Qué significa esto? Que
probablemente tendremos dificultades para pagar las facturas y otras obligaciones en el
corto plazo. Normalmente se toma como referencia lo que tenemos que pagar en menos
de un año.
Ratio de Solvencia: fórmula,
interpretación y ejemplos
El ratio de solvencia es uno de los más importantes a la hora de analizar la situación
financiera de la empresa.
En este artículo te cuento qué mide exactamente, cómo se calcula, cómo se interpreta,
cuáles son sus valores óptimos y cómo mejorarlo.
Verás que no es complicado, pero aun así te propongo también algunos ejemplos para que
no te quede ninguna duda.
El ratio de solvencia mide la capacidad de la empresa para hacer frente al pago de todas sus
deudas y obligaciones.
Eso es exactamente lo que pone de manifiesto este ratio: si el importe de los bienes y
derechos de la entidad es suficiente como para cancelar todas sus deudas y obligaciones con
un nivel de riesgo adecuado.
Y se hace de la forma más evidente, que es poniendo en relación el activo con el pasivo.
Porque como ya sabrás:
Son estas dos magnitudes las que barajan porque son las dos únicas que interesan: bienes y
deudas.
Por eso, el patrimonio neto (que es la otra masa patrimonial que forma el balance de
situación junto con el activo y el pasivo) no se tiene en cuenta para calcular el ratio de
solvencia.
Fórmula
Partiendo de los datos del balance de situación, el ratio de solvencia se calcula aplicando
la siguiente fórmula
El activo total, que engloba tanto a activo no corriente como al activo corriente.
El pasivo total, que está integrado por el pasivo corriente y el pasivo no corriente.
Interpretación
El ratio de solvencia indica cuantos euros tiene la empresa, entre bienes y derechos, por
cada euro que tiene de deuda.
Por ejemplo, si el ratio de solvencia es de 2,0 quiere decir que la entidad cuenta en su activo
con 2,00 euros por cada euro que tiene de deuda.
Valores óptimos
El mismo valor de un ratio puede ser muy adecuado para unos casos y nada pertinentes para
otros porque cada empresa tiene sus propias características y funciona dentro de un sector
con sus propias particularidades, incluso la localización geográfica puede ser un factor
determinante en algunos casos….
Aun así, los expertos señalan ciertos resultados como valores óptimos y adecuados para las
empresas en general.
Para el ratio de solvencia se establece un valor óptimo en torno al 1,50 de forma que:
Si el resultado es superior a 1,50 la posición de los acreedores estará muy fortalecida pero,
sin embargo, puede denotar que existe un exceso de activos improductivos lo cual no es
nada aconsejable.
Capital de trabajo
Se define como capital de trabajo a la capacidad de una compañía para llevar a cabo sus
actividades con normalidad en el corto plazo. Éste puede ser calculado como los activos
que sobran en relación a los pasivos de corto plazo. El capital de trabajo resulta útil para
establecer el equilibrio patrimonial de cada organización empresarial. Se trata de una
herramienta fundamental a la hora de realizar un análisis interno de la firma, ya que evidencia un
vínculo muy estrecho con las operaciones diarias que se concretan en ella.
En concreto, podemos establecer que todo capital de trabajo se sustenta o conforma a partir
de la unión de varios elementos fundamentales. Entre los mismos, los que le otorgan
sentido y forma, se encuentran los valores negociables, el inventario, el efectivo y
finalmente lo que se da en llamar cuentas por cobrar. Asimismo es importante resaltar el
hecho de que la principal fuente del capital del trabajo son las ventas que se realizan a los
clientes. Mientras, podemos determinar que el uso fundamental que se le da a ese
mencionado capital es el de acometer los desembolsos de lo que es el costo de las
mercancías que se han vendido y también el hacer frente a los distintos gastos que trae
consigo las operaciones que se hayan acometido.
No obstante, entre otros usos están también la reducción de deuda, la compra de activos no
corrientes o la recompra de acciones de capital en circulación. Cuando el activo corriente
supera al pasivo corriente, se está frente a un capital de trabajo positivo. Esto quiere decir
que la empresa posee más activos líquidos que deudas con vencimiento en el tiempo
inmediato.