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GUIÓN SOBRE LA EXPOSICIÓN ORAL DEL TEMA 30: LAS ARRAS.

BREVE ENCUADRE: dentro de las llamadas garantías del crédito,


mención de otras figuras garantizadoras del mismo. Tratamiento jurídico.
Apariencia. Concepto.

TIPOS DE ARRAS Y SU ANÁLISIS: función. Legislación. Operancia.


Deslinde. Tratamiento doctrinal y jurisprudencial. Sentencias.

CIERRE: características coincidentes. Tratamiento casuístico.


Reconocimiento por el Tribunal Supremo. Referencia a sentencia de la A.P.
de Tarragona de 26 de abril de 2000.

DOCUMENTACIÓN:
-MANUALES: Sistema de Derecho Civil (vol. II), Luis Díez-Picazo y
Antonio Gullón; Principios de Derecho Civil (tomo II), Carlos Lasarte.
-JURISPRUDENCIA:
*STS de 15 de junio de 1945 y STS de 5 de julio de 1956.
*sentencia del Tribunal Supremo de 17 de febrero de 1982.

*Sentencia del Tribunal Supremo de 15 de marzo de 1994.


*Sentencia del Tribunal Supremo de 4 de marzo de 1996.
*Sentencia del Tribunal Supremo de 10 de febrero de 1997

TEMA 30: LAS ARRAS


Encuadraremos las arras dentro de las GARANTÍAS DEL CRÉDITO. A modo de
introducción, decir que ante un eventual incumplimiento del deudor que termine
ocasionando una insatisfacción en las expectativas del acreedor es natural que éste
haya venido acudiendo a procedimientos que le permitan garantizarse la
satisfacción de su derecho de crédito. A lo largo de la historia, lo mismo plasmado a
través de diversas disposiciones legales, que por obra de la autonomía de la
voluntad, se han ido agregando al derecho de crédito MEDIOS
COMPLEMENTARIOS que aseguren el cumplimiento de la obligación y/o penalicen
su incumplimiento. Dentro de los medios específicos tendentes a ese
aseguramiento, podríamos hablar del aval, la fianza, la prenda, la hipoteca, el
señalamiento de crédito preferente, el derecho de retención, la cláusula penal o las
arras, entre otros.

Vayamos pues al contrato de arras y veamos cómo es en nuestro Derecho:

Nuestra legislación es sumamente parca en la materia, no así la jurisprudencia –


por contra, abundantísima- ni la doctrina. Ya desde antiguo, ciertos contratos,
sobre todo el de compraventa, se vinieron acompañando de la entrega de una
cantidad de dinero y más raramente de otras cosas fungibles, conociéndose esta
práctica con el término arras. Hoy en día, es más frecuente encontrarnos con el
término “señal”, aunque ambos se utilizan indistintamente.

Entendemos arras como aquel PACTO ACCESORIO DE UN CONTRATO -que


muchas veces es de compraventa- mediante el cual las partes:

a) Confirman la celebración de un contrato, en cuyo caso hablaremos de arras


confirmatorias.
b) Prevén la posibilidad de desistimiento, en este otro caso hablaremos de arras
penitenciales. O,
c) Cuantifican de antemano la pena a abonar a la otra parte en caso de
incumplimiento, hablaremos en este último de arras penales.

Veámoslas una a una:

1º Arras confirmatorias.- La entrega de cantidad desempeña básicamente un


papel probatorio de la celebración del contrato, es decir, la señal confirma la
perfección del mismo, constituida por un principio de ejecución (el pago parcial de
la prestación).

Nuestro Código Civil no se ocupa de ellas, quizá, según opina Lasarte entre otros,
porque habían sido recogidas por el Código de Comercio en relación con el
contrato de compraventa mercantil, aunque omitiendo el uso del término arras.
Dice su artículo 343 lo siguiente: “Las cantidades que, por vía de señal, se
entreguen en las ventas mercantiles, se reputarán siempre dadas a cuenta
del precio y en prueba de la ratificación del contrario, salvo pacto en
contrario”.
Aunque hay algunos autores que las ponen en duda por esa mera función
probatoria y porque la perfección del contrato depende exclusivamente del
consentimiento de las partes y no de ninguna entrega, es, sin embargo, numerosa
la jurisprudencia que las menciona y admite. Por poner una, la sentencia del
Tribunal Supremo de 17 de febrero de 1982 habla de " arras propiamente
dichas, o arras confirmatorias, que consisten en la entrega de una cosa o cantidad
por una parte a la otra, en señal de confirmación del contrato, una vez perfeccionado
éste”.

La arras representan una parte del precio y una vez hecha su entrega, las partes
quedarán obligadas, no pudiendo ninguna resolver por su propia voluntad. Caso
de cumplimiento operarán como cantidad a cuenta del precio y en caso de
incumplimiento, no excluirán el ejercicio de la acción de cumplimiento o la
resolución del contrato y seguirán desempeñando el papel de cantidad a cuenta
respecto a la indemnización de daños y perjuicios en tal caso.

No debemos confundirlas con la cláusula penal que, en su función sustitutiva,


sirve como valoración anticipada de los daños causados por incumplimiento. Las
arras, en cambio, no excluyen la necesaria fijación de una indemnización y
entonces sirven de mero anticipo.

2º Arras penitenciales.- La entrega se realiza en el entendido de que


cualquiera de las partes podrá DESISTIR del contrato, perdiéndolas si quien
desiste es quien las entregó o devolviéndolas en el doble si quien desiste es
quien las recibió. Por ello también se han llamado ARRAS DE DESISTIMIENTO.

Éstas sí las contempla nuestro Código Civil, y lo hace en sede de compraventa en


el artículo 1.454, lo cual no significa que no pueda aplicarse a otros contratos tal y
como subrayan doctrina y jurisprudencia. Dice este artículo: “Si hubiesen
mediado arras o señal en el contrato de compra y venta, podrá rescindirse el
contrato allanándose el comprador a perderlas, o el vendedor a devolverlas
duplicadas”.

Su significado se identifica con una especie de “ precio” por el desistimiento y en


ningún momento son garantía o estímulo al cumplimiento.

Conforme han ido expresando doctrina y jurisprudencia, la norma del artículo


1.454 es meramente interpretativa de la voluntad de las partes, y puede resultar
que de los términos del contrato o de las circunstancias que lo acompañen la
entrega de arras se haga con otro carácter, como el de medio de prueba o anticipo
del precio. Por ello la jurisprudencia del Tribunal Supremo es bastante exigente
para otorgar tal carácter exigiendo que conste claramente la voluntad de las partes
de configurar las arras como penitenciales, en caso contrario serían confirmatorias
del precio. En la citada sentencia del Tribunal Supremo de 17 de febrero de
1982 se expresa que las “arras o señal, que como medio o garantía del contrato de
compraventa permite el artículo 1454 del C.C., tienen un carácter excepcional, que
exige una interpretación restrictiva de las cláusulas contractuales, en que se
establezca, de la que resulte la voluntad indubitada de las partes en aquel sentido”.
En el mismo sentido la Sentencia del Tribunal Supremo de 15 de marzo de
1994. Otras sentencias: 4 de marzo de 1996 y 10 de febrero de 1997. En definitiva,
la normativa contenida en el referido artículo 1454 del C.C. es meramente
supletoria e interpretativa de la voluntad de las partes, y no tiene alcance alguno
imperativo ni prohibitivo

3º Arras penales.- Desempeñan una función estrictamente penal: la entrega se


efectúa para que sirva de quantum indemnizatorio que, caso de incumplimiento
del contrato, retenga quien las recibió. Lasarte dice que ese incumplimiento es en
la mayoría de casos no definitivo (p.e. fuera de tiempo pero útil; defectuoso; etc.).

El C.c. no se ocupa de ellas ni las menciona. Doctrina y jurisprudencia consideran


que pueden nacer por la autonomía de la voluntad. Parece haber cierta mención
de las mismas en el Código de Comercio en su artículo 83 aunque tampoco se tiene
por seguro.

Dependen totalmente del pacto establecido por las partes por lo que el receptor lo
mismo puede tener que devolverlas en la cuantía entregada (STS de 15 de junio
de 1945) como por duplicado (STS de 5 de julio de 1956).

Sí es requisito seguro que quede excluido el pacto de desistimiento –por lógico


deslinde con las arras penitenciales-, por lo cual las partes pueden reclamar el
cumplimiento.

Respecto a CÓMO HA DE OPERAR LO ENTREGADO en relación al cumplimiento o


incumplimiento no existe unanimidad. Lasarte y una parte de la doctrina opinan
que para el cumplimiento operen igual que las confirmatorias (parte del precio)
y que para el incumplimiento como una cláusula penal sustitutiva, es decir, lo ya
entregado funcione como una mera promesa de futura ejecución. Se discute si
lo entregado es el techo máximo de la indemnización o el techo mínimo pudiendo
reclamar además indemnización complementaria si se acreditan mayores daños.
Jurisprudencia reciente (vid. STS 10 de marzo de 1986 y STS de 7 de julio de
1978) considera que lo entregado es la referencia cuantitativa precisa del
resarcimiento fijado anticipadamente y que ello no obsta para poder reclamar
igualmente el cumplimiento.

Para terminar, decir que las tres guardan en común: a) entrega de cantidad,
b)entrega en el momento de realizar el contrato, y c)origen, generalmente
voluntario.
Estamos ante un tema de abundantísima casuística. De las tres, las arras penales
son, desde el punto de vista teórico, las menos perfiladas y, estadísticamente, las
menos frecuentes. Las arras confirmatorias y las penitenciales resultan más claras,
pero sólo en teoría pues los casos llevados a los tribunales resultan no contener
una tan clara voluntad de las partes, aunque pretenden hacer uso de fórmulas que ,
en si mismas consideradas son más bien confusas. Y es por esto que el TS tiende a
preferir las arras confirmatorias exigiendo siempre que para calificar las arras de
penitenciales la voluntad de las partes claramente lo establezca, y califica el
artículo 1.454 del Código Civil de claro carácter excepcional.

Aparte de toda la jurisprudencia del TS, es muy esclarecedora respecto al


CONCEPTO Y CLASES de arras y respecto a la interpretación del Artículo 1.454
del Código Civil la Sentencia de la Sección 3ª de la A.P. de Tarragona de 26 de
abril de 2000 (Rollo 347/1999).

Reyes Cortina Suco.

Grupo 3ºB (mañanas).

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