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INTEGRANTES :
CICLO : 2022-01
CUSCO – PERÚ
2022
PORTADA
INDICE
A) Introducción
B) Antecedente
C) Concepto
ANEXOS
CONCLUSIONES
A) INTRODUCCIÓN
Para una doctrina nacional cuando en el momento de la conclusión del contrato, una
de las partes entrega a la otra una suma de dinero o una cantidad de otras cosas, la dación
puede cumplir varias funciones; puede tratarse: a) de un pago a cuenta de la prestación
debida; b) de una garantía por el cumplimiento de las obligaciones que nacen del contrato;
c) de una cantidad que cumpla la función de indemnización de daños que puedan surgir
como consecuencia del incumplimiento; o d) puede tratarse de arras (del griego arrhas:
garantía), denominadas también seña o caparra. No hay una definición que comprenda a
todas las arras. El rasgo común que existe entre ellas es que todas consisten en una dación;
se perfeccionan in re.
C) CONCEPTO
Este concepto constituye una figura jurídica que es habitual en el proceso de venta
de una vivienda, aunque también se puede utilizar en caso de arrendamiento. Debido a este
acuerdo tanto el vendedor como el comprador aseguran que existe un interés real en
adquirir el inmueble. Las arras entregadas pese a que su finalidad es garantizar el
cumplimiento del contrato, existen criterios que obstaculizan y que no permite cumplir con
el objetivo, y en muchos casos se desiste del contrato.
Cabe aclarar que nuestro Código Civil peruano de 1984 regula a las arras en dos
títulos. Título XIII (Arras confirmatorias) y Título XIV (Arras de retractación) no
existiendo propiamente un título específico para las “arras penales” pues estas en realidad
están comprendidas dentro de aquel título y se manifiestan cuando quien da las arras (o
quien las recibe) para concluir el contrato lo incumple después.
Según una doctrina chilena dentro de las arras confirmatorias podemos distinguir
aquellas que funcionan simplemente como «señal», de aquellas que funcionan como «parte
del precio». Evidentemente, las arras confirmatorias «parte del precio» se imputan a éste,
de forma que no se restituyen pues representan el cumplimiento parcial de la obligación de
la parte que las dio. En cambio, las arras «señal», por su carácter de mera prueba, y no de
cumplimiento parcial, siempre terminarán por ser restituidas.
De lo dicho aparece el distingo que existe entre las arras y la entrega de un adelanto
durante el proceso de negociación de un contrato. Las primeras están tipificadas por el
hecho de que ya ha sido cerrado el círculo contractual, mientras que en el segundo caso no
hay contrato y por lo tanto, tampoco arras confirmatorias ni penitenciales, sino un pacto
atípico. En suma, las arras confirmatorias constituyen un medio de cooperación destinado a
la adecuada ejecución de un contrato ya celebrado y su efecto práctico es que si su
naturaleza lo permite, son aplicables a la satisfacción de la prestación pendiente o, en otras
palabras, sirven como un adelanto de la misma.
Por tanto, podemos definir a las arras confirmatorias como aquellos bienes físicos o
dinero que da una de las partes de la relación contractual para la conclusión del mismo
(constituyendo a su vez un medio de prueba de la celebración del contrato). En caso de
cumplimiento del contrato quien las recibió podrá o bien devolverlas o imputarlas a su
crédito. No obstante, cuando las arras tengan una naturaleza distinta al crédito de quien las
recibió este deberá devolverlas.
Por otro lado, hay quien ha considerado que no existen, o que en realidad no son
verdaderas arras. Téngase en cuenta que la función probatoria no es exclusiva de este tipo
de arras, ni de la propia existencia de arras en sí. La relación contractual se prueba con
cualquier tipo de medio admitido en derecho. Por lo que respecta a su entrega a cuenta del
precio total pactado, los otros dos tipos de arras también lo son, ya que al final se imputarán
al mismo en caso de cumplimiento de la obligación. Se ha referido que el objeto de las arras
es el dinero, es por ello que se convierte en parte del precio en la compraventa. Además, se
afirma que no permiten el desistimiento del contrato, puesto que la norma general en todo
contrato es precisamente esa, que no quepa el arrepentimiento. Por lo tanto, las
denominadas arras confirmatorias, en caso de cumplimiento de la obligación, pasan a ser
parte del precio total, y en caso de incumplimiento, cabría pedir el cumplimiento del
contrato o bien la resolución, en ambos casos con la indemnización de daños y perjuicios si
procede. Ahora bien, la cuantía entregada en concepto de arras no prejuzga la citada
indemnización y tampoco cabe la retención de la misma .
“Si la parte que hubiese entregado las arras no cumple la obligación por causa imputable
a ella, la otra parte puede dejar sin efecto el contrato conservando las arras. Si quien no
cumplió es la parte que las ha recibido, la otra puede dejar sin efecto el contrato y exigir
el doble de las arras”.
Por tanto, las arras (bien físico o dinero) penales hacen alusión al incumplimiento efectuado
por una de las partes del contrato concluido. Si el contrato es incumplido por quien dio las
arras la otra puede conservarlas y resolver el contrato; en cambio, si el contrato es
incumplido por quien las recibió, este las devolverá dobladas teniendo la otra parte la
opción de resolver el contrato también.
Cabe señalar que no obstante reconocerse a las arras simples una función “penitencial” y
que según lo consideran algunos autores, esto las “aproxima” a una cláusula penal, la
diferencia entre estas y las confirmatorias penales radica en que mientras en las primeras el
retracto es lícito y por ende ninguno de los dos podrá después de ejercidas, preservar en el
contrato, las segundas sí constituyen una estipulación anticipada de perjuicios por el
incumplimiento contractual, situación que permite a la parte agraviada con tal
incumplimiento ejercer los derechos principales de ejecución forzosa o resolución.
3.- LAS ARRAS DE RETRACTACIÓN
“La entrega de las arras de retractación sólo es válida en los contratos preparatorios y
concede a las partes el derecho de retractarse de ellos”.
Las arras penitenciales tienen, por su parte, una finalidad y alcance distintos. Ya no
estamos, en efecto, en presencia de una manifestación o señal de voluntad de cumplir un
contrato sino por el contrario, ante la eventualidad válida de que las partes se arrepientan de
ejecutarlo. El sentido de estas arras no está, de consiguiente, en reafirmar el valor del
contrato, sino de autorizar a resolverlo. Confiere, pues, el derecho de retractarse de una
relación convencional existente por cumplirse. Quien ejercita este pacto, se aparta así de su
obligación, sin que por ello incurra en una causal de incumplimiento no justificado.
Sostiene Rotondi que “…es claro que en este caso no se puede hablar en realidad de
incumplimiento porque el que desiste hace uso de una facultad expresa”.
Como se puede inferir, no estamos en realidad ante un castigo, razón por la cual el
nuevo Código ha dejado atrás la expresión que empleaba el derogado y las conoce como
arras de retractación. Veamos el siguiente ejemplo. “A” celebra con “B” un contrato de
promesa de arrendamiento (contrato preparatorio) de una casa, por el plazo forzoso de un
año. En una cláusula se establece que el primero podrá liberarse válidamente de este
compromiso preparatorio, para lo cual entrega a “B” la suma de 500 soles como arras de
retractación. Si “A” ejecuta dicha cláusula y se desliga de la promesa de contratar, “B” a su
vez hará suyos los 500 soles.
Para una doctrina nacional, las arras de retractación no se entregan como seña de la
celebración del contrato, sino como retribución para que las partes adquieran el derecho de
desistirse del contrato preparatorio que han celebrado; constituyen el precio que se paga
para tener el derecho de retractarse, es decir, de separase unilateralmente del contrato sin
tener que dar explicaciones. Con la entrega de las arras de retractación las partes
contratantes están acordando que, cualquiera de ellas, puede decidirse alternativamente por
cumplir o por no cumplir el contrato; tanto el cumplimiento como el incumplimiento del
contrato constituyen el ejercicio legítimo de un derecho.
Uno de los contratos cuya eficacia está suspendida a una condición son los contratos
de compraventa de bien inmueble futuro, en los cuales la transferencia del inmueble, es
decir, una de las prestaciones principales del contrato, operará una vez aquel llegue a
existir. Sobre cuándo se configura esta transferencia, hemos concluido sobre la base del
procedimiento constructivo regulado en la Ley N° 29090, así como de lo estipulado
usualmente por las partes, que dicha existencia se da con la conformidad de obra otorgada
por la municipalidad respectiva, sin que sea necesaria la independización registral.
Por tanto, nos encontramos ante un contrato cuya prestación principal aún no ha
sido ejecutada. Ante ello, no faltan las interpretaciones bajo las cuales es posible pactar
arras de retratación en un contrato de compraventa de bien futuro. Entonces, ¿cabe la
retratación de alguna de las partes en un contrato de compraventa de bien inmueble futuro?
“Sexto
Del dispositivo acotado -a la que la norma los denomina como arras penales- queda
establecido que tales arras penales son consecuencia del incumplimiento del
contrato principal constituido con arras confirmatorias, no teniendo una naturaleza
jurídica distinta a la de las arras confirmatorias, la que por sus efectos, en caso de
incumplimiento, las arras confirmatorias toman carácter penal diferenciándose
según la parte que incumpla (…)”
Teniendo en cuenta lo señalado, es posible la aplicación de las arras confirmatorias
penales en un contrato de compraventa de bien inmueble futuro, la cual podrá ser ejecutada
por cualquiera de las partes de acuerdo al caso concreto.
ANEXOS:
- De una parte, como LOS PROMITENTES VENDEDORES, doña AAA con DNI
No. ..............., don BBB con DNI No. .............., quien procede por propio derecho y
en representación de su hermano don CCC, según Poder que figura inscrito en la
Partida No. 11056034 del Registro de Mandatos de Lima, y don DDD identificado
con DNI No. ................., todos con domicilio común para los efectos de este
contrato en ................................del Distrito de .........., Provincia y Departamento de
Lima; y
- de la otra parte, como LOS PROMITENTES COMPRADORES, don EEE, peruano,
con DNI No. ............. y su cónyuge doña FFF, peruana, con DNI No. .............,
ambos con domicilio en ..........................del Distrito de .........., Provincia y
Departamento de Lima; bajo los términos siguientes y cláusulas:
TERCERO. - El precio de venta pactado por la enajenación total del inmueble descrito en
la cláusula primera, es la suma de US $ .......... ( ......... Y 00/100 DOLARES
AMERICANOS) que se pagarán en dos armadas de la forma siguiente:
- 1º Armada: ANDRESCUSI.BLOGSPOT.COM US $ .............. ( ............ y 00/100
Dólares Americanos) en calidad de arras que es entregado por LOS
PROMITENTES COMPRADORES a LOS PROMITENTES VENDEDORES a la
firma del presente contrato, en dólar billete en efectivo, sin más constancia de su
entrega y recepción que las firmas puestas en el presente documento.
........................................... ...............................................
AAA BBB
BBB....................... ...............................................
............................................... ............................................
EEE FFF
CONCLUSIONES
Cabe aclarar que nuestro Código Civil peruano de 1984 regula a las arras en dos
títulos. Título XIII (Arras confirmatorias) y Título XIV (Arras de retractación) no
existiendo propiamente un título específico para las “Arras penales” pues estas en realidad
están comprendidas dentro de aquel título y se manifiestan cuando quien da las arras (o
quien las recibe) para concluir el contrato lo incumple después.