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Un ejercicio para abordar la culpa y el arrepentimiento

1. Escribe las decisiones o situaciones de las que te arrepintes. Puedes guiar al


consultante a elegir dos o tres temas que más dificultades le traen y con los que más rumia.

2. Tómate unos minutos para analizar las razones por las cuales te arrepientes. ¿Qué
hiciste para sentirte arrepentido/a? ¿Cuáles fueron las consecuencias negativas que
provocó tu conducta? En este segundo paso debes ayudar al consultante a ser lo más
preciso posible. Esta pregunta es bastante poderosa porque facilita el contacto con esas
emociones y pensamientos y recuerdos dolorosos que las personas intentan evitar.

3. Desde una perspectiva compasiva y amable, escribe las razones por las que tomaste
esa decisión en ese momento, o las circunstancias en las que te encontrabas. Trata de
practicar la compasivo contigo. Por ejemplo: “Fue una situación difícil para ti, te sentías
abrumada por problemas en el trabajo y en ese momento pensaste que era la mejor decisión.”
O también: “Eras muy joven, no sabías cómo pedir ayuda, ni resolver ese problema en ese
momento.” Una situación que se ve con mucha frecuencia en la clínica son las personas que se
arrepienten de haber permanecido demasiado tiempo en una relación en la que no eran felices
o en la que sufrieron algún tipo de maltrato o engaño. En este caso se puede hacer de la
siguiente manera: “Diste todo de ti en esa relación, estabas muy enfocado/a en proteger y
mantener esa relación, y en ese momento no pudiste notar las señales de alarma.” En caso de
el paciente se culpabilice por haber permanecido demasiado tiempo en una relación agresiva,
podrías decir: “Es comprensible que no supieras cómo actuar, en tu historia personal no has
contado con un modelo que te enseñara cómo funciona una relación romántica respetuosa y
que te guiara a reconocer las dinámicas poco saludables de esa relación.” Recuerda: La idea
central es que el consultante pueda aprender a desarrollar la autocompasión y ser más amable
consigo mismo. El mundo ya de por sí es duro, no hace falta que nosotros también nos demos
latigazos, que además es muy poco efectivo.

4. Tómate unos minutos para reflexionar qué harías diferente si te encontraras en la


misma situación en el futuro. ¿Qué acciones tomarías? ¿Qué considerarías? Escribe tu
respuesta e intenta ser lo más preciso posible.

5. Ahora tómate unos minutos para analizar qué cosas de esas que escribiste en la
pregunta anterior puedes hacer en el presente. Intenta ser lo más preciso posible. Por
ejemplo: ¿sientes culpa por no haber terminado un proyecto personal (rutina de ejercicios,
proyectos académicos, etc.)? Analiza qué pasos puedes dar hoy para retomarlos, qué pasos
pequeños puedes dar para hacerlo o empezarlos. ¿Sientes culpa por haber permanecido
demasiado tiempo en una relación que no te hacía feliz? Establece qué límites quieres
establecer en tus relaciones o aprender mejores maneras para comunicar lo que necesitas
¿Sientes culpa porque le gritas mucho a tus hijos? Puedes pedir ayuda terapéutica para
aprender mejores formas de comunicarte, pedirle a tu terapeuta información para leer y cultivar
una relación sana con tu familia. Recuerda: El principio es detectar qué acciones puedes llevar
a cabo y hacerlas.

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