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En las tribus indígenas, la música tuvo, y aún tiene, una gran importancia. Su
finalidad es mayormente religiosa, acompañando las danzas que se hacen en
honor a los Dioses.
Algunos de los instrumentos empleados por los indígenas de nuestra región
eran:
La caja: una lámina de madera muy delgada, de corte rectangular
aproximadamente de 10 centímetros de ancho por 50 o 60 de largo, la unen
por sus dos extremos angostos, formando una caja hueca de forma circular;
luego la cubren con panza de oveja sujetada por tientos que al mismo tiempo
que ornamentan con figuras la franja angosta, sirven para asegurar y tensarla.
Palo de lluvia: es un tubo largo y hueco rellenado con piedrecillas o con
semillas, en cuyo interior se clavan palitos de bambú o de madera, formando
una espiral que se extiende a todo lo largo. Cuando el tubo se inclina
suavemente las piedrecillas o las semillas caen y su golpeteo con los palitos
produce un sonido que se asemeja a la lluvia o agua cayendo.
Caracola: es un instrumento musical de viento que se sopla desde el extremo
o desde un lado y al que se puede acoplar una boquilla. Su sonido se escucha
a larga distancia.
Tronco ahuecado: es un instrumento de percusión. El sonido se produce
percutiendo los costados del tronco. En algunas culturas, uno de los extremos
del tronco suele cubrirse con pieles de animales a modo de membrana, la cual
es percutida para producir el sonido.
(Webgrafía
https://sites.google.com/site/elpasadoquenosconstruye7/home/fisica/instr
umentos-precolombinos
https://es.wikipedia.org/wiki/Palo_de_lluvia )
Fundamentación Didáctica
El PEIP (2008) define a la música como “una manifestación artística que
requiere de la participación del ser humano en su totalidad, es decir, en lo
dinámico, sensorial, afectivo, mental y espiritual. Con frecuencia se la
considera como un medio de distracción, de evasión, de goce superficial,
cuando en realidad constituye una disciplina que favorece el desarrollo
intelectual, físico y social, a la vez que permite la expresión de lo más profundo
del ser humano”
Por su parte, Judith Akoschky plantea que la música es, en su concepción
actual, un medio de expresión y comunicación, que fomenta la sensibilización y
sirve de estímulo para la producción creativa.
Esta posibilita el desarrollo de una personalidad armónica, estimulando todas
las capacidades del individuo. Su enseñanza potencia la comunicación, la
expresión y la creatividad y desarrolla habilidades cognitivas, sociales,
afectivas y psicomotrices.
La música forma parte de la cultura, la cual puede definirse desde una
concepción crítica como “todo el hacer, sentir, pensar y representar de diversos
grupos humanos atravesados por conflictos de poder y en búsqueda
permanente por generar espacios de comunicación e intercambio social.
La escuela es la encargada de transmitir esta cultura y hacer que perdure”.
Par esto es necesario abordar los diferentes movimientos musicales que han
surgido en diferentes culturas, no solo aquellos que tienen que ver con la
tradición europea. La música, como toda producción artística, se encuentra en
una situación cambiante. Comprender esto le permitirá al niño entender que a
la hora de valorar una pieza, el contexto al que esta pertenece es de suma
importancia.
Bibliografía