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La música en las culturas prehispánicas

• Instrumentos musicales prehispánicos

En México, las tres principales culturas prehispánicas: azteca, maya e inca, tuvieron un grado de evolución
similar, tal vez superior al de otras culturas europeo−asiáticas. En el campo de la música, construyeron una
diversidad de instrumentos musicales; se destacan los de percusión y aliento, con los que lograban establecer
una comunicación y equilibrio con los elementos de la naturaleza.

• Aztecas

Sus composiciones eran interpretadas en una cámara llamada Mixcoacalli, en ella intervenía un grupo de
ejecutantes y cantantes llamado Cuya−Picque. Los principales instrumentos utilizados eran :

Huéhuetl.−Tambor construido con un tronco de árbol ahuecado, con ranuras en la parte inferior que dan forma
a la base del instrumento y una piel de tigre tensada en la parte superior.

Teponaztli.−Tronco de árbol ahuecado dispuesto horizontalmente y con los extremos cerrados. En la parte
superior lleva dos lengüetas formadas por angostas incisiones, que al ser golpeadas producen interesantes
sonidos.

Tlapitzalli.−Toda una diversidad de flautas que producían sonidos muy agudos, similares a los que produce el
picolo.

Ocarina.−Pequeño instrumento de aliento, construido con barro; tiene dos, tres, cuatro y hasta cinco orificios
que producen de dos a quince sonidos diferentes. Para controlar su afinación, se le hacen dos orificios
adicionales.

Tzicahastrli.−Raspador construido con un fémur humano, dotado de una serie de ranuras, que eran frotadas
con una concha.

Atecocolli.−Caracol marino utilizado como instrumento de aliento. Con un corte en el vértice, se hace la
boquilla; el sonido es producido por una fuerte emisión de aire que hace vibrar la punta de los labios.

• Mayas

Esta gran cultura florece al sureste de la republica Mexicana y parte de América Central. El canto y la música
fueron utilizados como importantes medios de educación estética, por lo cual se les da una atención especial.

Entre los principales instrumentos musicales, destacan : el zacatán y el tunkul, caracoles, ocarinas, tambores,
sonajas, flautas de caña y de hueso, etc.

Entre los pueblos mesoamericanos, los mayas alcanzaron un alto grado de desarrollo artístico que se
manifiesta en todas sus realizaciones y formas.

Dentro de las prácticas religiosas, el ejercicio musical fue desarrollándose conjuntamente con la religión.

El uso jerarquizado de la música se estableció desde los inicios de la historia maya, y pasó a formar parte de
un concepto divino.

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• Incas

La cultura inca se desarrollo en América del sur, abarcando los siguientes países : Ecuador, Colombia,
Bolivia, Perú, Chile, Argentina y parte de Brasil. En el aspecto musical, encontramos esquemas muy similares
a los mayas y aztecas. En los instrumentos musicales se presentan muchas similitudes, solo que con otros
nombres, por ejemplo :

La quena y en pinkullo.− Son flautas construidas con huesos humanos o de animal.

La antara.− Es un instrumento de aliento construido con una serie de cañas de varios tamaños dispuestas en
serie.

El fotuto.− Caracol marino gigante con una boquilla en el vértice, utilizado como instrumento de aliento

Tinya.−Pequeño tambor que se construye templando pieles, ya sea de oveja, llama o venado. En uno de los
parches, lleva templadas dos cuerdas para dar ajuste al sonido.

Wankar.−Tambor de mayor tamaño al anterior. Dice una leyenda que se construía con pieles de enemigos
derrotados.

Desde luego, la historia de nuestra música debe comenzar con el arte sonoro prehispánico que, aunque
desaparecido en su forma y apariencia inicial, ha influido en mil sutiles formas sobre la posterior evolución de
la música en México. Sin embargo, poco es lo que se puede decir respecto del substrato indígena de nuestro
arte sonoro. Si bien el testimonio arqueológico, así como el de los cronistas de la Conquista, indican que la
música tenía gran relevancia en el mundo indígena, la música prehispánica como tal sigue siendo para
nosotros una incógnita.

Los hallazgos arqueológicos de instrumentos musicales indígenas nos hablan de su naturaleza acústica, de su
gran variedad y difusión, así como de las diferencias que había entre el instrumental empleado por las diversas
culturas mesoamericanas, pero son incapaces de decirnos cuáles eran los principios formales, los
procedimientos de composición a que se recurría para hacer música con tales medios. Por otra parte, en el
caso de la música prehispánica, el abundante testimonio de los cronistas españoles −exclusivamente verbal y
con frecuencia cargado de prejuicios etnocéntricos y actitudes emotivas− se refiere básicamente a la música
azteca, y secundariamente a la maya, sin proporcionar suficientes elementos de juicio acerca del arte sonoro
de otras culturas que florecieron en lo que es hoy el territorio mexicano.

Igualmente, el intento de reconstruir ese mundo sonoro a partir de la música de los grupos indígenas actuales
tiene que ser seriamente cuestionado ya que, por un lado, la música de todos ellos, incluso los más primitivos
y apartados, muestra profundas huellas del impacto europeo y, por el otro, los grupos que mantienen con
mayor pureza su carácter y hábitos tradicionales y que, por lo mismo, tienen más títulos para ser considerados
como representativos del mundo indígena, se localizan en sitios que por lo general no corresponden a lo que
puede considerarse propiamente como territorio mesoamericano, o bien apenas hallan en la áreas marginales
del mismo y, además, jamás alcanzaron el elevado nivel cultural que tuvieron los pueblos de Mesoamérica o,
si llegaron a tener un alto grado de desarrollo, han involucionado, degradando su herencia.

Sin embargo, el talento y la capacidad musicales del indígena están más allá de cualquier duda. La
sorprendente velocidad con que la música europea fue asimilada y dominada por los indígenas
inmediatamente después de la llegada de los conquistadores constituye una prueba fehaciente de la existencia
de las cualidades indicadas. Los indios difícilmente hubieran dominado tan pronto el canto gregoriano o se
habrían dedicado con tal entusiasmo al canto polifónico si hubiesen carecido de una fuerte tradición musical.

Por ello es indudable que si bien la música indígena pudo no influir en forma directa sobre la de los

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conquistadores −lo que es difícil de probar o de rebatir en vista de las dificultades ya indicadas que hay para la
determinación de lo que verdaderamente es o haya sido el arte sonoro autóctono− la sensibilidad indígena
matizó y tiñó el aporte europeo, transformando con ello su carácter inicial. De esta manera, el elemento
indígena contribuyó a modelar un folclor que, aunque pueda ser rastreado hasta sus orígenes hispánicos e
incluso más allá, remontando sus fuentes africanas o levantinas, es distintiva y específicamente nuestro.

La música indígena mexicana era penta tónica y básicamente monódica, a veces antifonal, que se transmitía
por tradición popular; se utilizaba en ceremonias, guerras, fiestas, juegos, con sentido poético o amoroso.

Se enseñaba la música junto con la danza en las escuelas denominadas CUICACALLI (casa del canto), para
preparar a los futuros artistas como:

• OMETOCHTLI: director de ejecuciones musicales.


• TLAPIZCATZIN: constructor, ejecutante y maestro de ejecuciones de instrumentos musicales.
• CUICAPICQUE: compositor de cantos.
• TLAMACAZQUE: tañedor de caracol y flauta.
• QUAQUACUILTZIN: tañedor de teponaztli y cantor.

Los instrumentos musicales que se guardaban en el MIXCOACALLI (casa del dios del fuego) eran:

A) ALIENTOS:

1.− CHILILIHTLI Y TLAPIZALLI: flautas o flautines de barro, carrizo, hueso, etc.

2.− HUILACAPITZTLI: tortolitas ocarinas y jarros silbadores.

3.− ATECOCOLLI: caracol marino usado como trompeta por su sonido grave y profundo.

B) PERCUSIONES:

4.− TETZILACATL: disco metálico como gong.

5.− HUEHUETL: tambor vertical de un tronco hueco decorado artísticamente con sus costados labrados y
aberturas en la base, recubierto en la parte superior con la piel de venado u ocelote, que se percutía con las
manos en las danzas.
PANHUEHUETL era un tambor mayor y TLALPANHUEHUETL un tambor gigante de 2.50 metros que
desde lo alto de los templos anunciaba la guerra hasta una distancia de 12 kilómetros.

6.− TEPONAZTLI: tambor horizontal de un tronco hueco de madera dura, que se percutían con dos macillos

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cubiertos de hule en un extremo, para el cambio de guardia nocturna, ceremonias religiosas y señales de
guerra.

7.− AYOTL: concha de tortuga percutida en la parte inferior con un asta de venado.

C) VARIOS:

8.− TZICAHUAZTLI: raspador de hueso (fémur, a veces humano) con muescas transversales frotadas con un
caracol, concha o asta de venado para el ritmo de la danza.

9.− OMICHITZICAHUAZTLI: raspador de hueso o asta de venado con muescas, apoyado en un cráneo
humano como caja de resonancia para ritos fúnebres.

10.− AYACACHTLI: sonaja de guaje seco o calabazo de barro o metal, lleno de piedritas o semillas, para
acompañar a las danzas.

11.− TENABARIS: capullos de mariposa, secos y atados en grupos, con piedritas en su interior. Amarrados
en tobillos y muñecas de sus danzantes.

• Música Mexica

Los rasgos más característicos de la política musical Azteca, son los privilegios civiles, como la exención de
tributos de la cual gozaban los músicos profesionales, y las jerarquías ocupadas por los templos.

Los artistas, aun cuando recibiesen honores y riquezas formaban parte del servicio doméstico de los señores.

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Los músicos recibían un MECATL o cordel distintivo que portaban en la cabeza, colgando las puntas encima
del pecho.

Heredan por línea directa el instrumental Tolteca, por ende Teotihuacano, asimilando el legado de las culturas
contemporáneas de toda Mesoamérica.

• Conclusión

1.− En el México pre−cortesiano se usó la música y el sonido como un elemento de intensa excitación.

2.− Tuvo un valor colectivo y social de alta significación y no excluyó su uso doméstico y particular.

3.− Estuvo ligada a la magia, a la religión, a la Historia y a la tradición.

4.− Fue altamente apreciada y su organización (y educación) musical fue tan admirable, que alcanzó niveles
superiores a los que actualmente existen en nuestro país.

5.− Creó los elementos necesarios para formarse una fisonomía propia y singular.

6.− Los elementos que creó los utilizó con un sentido amplio, selectivo y variado, acorde con sus finalidades.

7.− Usó preponderantemente el ritmo que, conforme a su naturaleza, fue fuerte y vigoroso, con abigarradas
variedades sobre una base reconocible y firme.

8.− Tuvo el sentido del timbre o color musical (semejante al pictórico), lo utilizó expresivamente, así como
conoció y aplicó también los diferentes planos sonoros (tonalidad y modalidad) y los distintos aires y tiempos.

9.− Su música no fue monótona, aunque fue tenaz en la repetición de sus piezas.

10.− Se les acredita a los mexicanos pre−cortesianos una gran capacidad técnica en el manejo de sus
instrumentos y una inclinación y gusto grandes hacia la música.

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